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Estados Unidos Mexicanos. Carlos Rivera Aceves, Gobernador Sustituto del Estado Libre y Soberano de Jalisco, a los habitantes del mismo hago saber: Que por la Secretar�a del H. Congreso del Estado, se me ha comunicado el siguiente: DECRETO NUMERO 15776. EL CONGRESO DEL ESTADO DECRETA: CODIGO CIVIL DEL ESTADO DE JALISCO LIBRO PRIMERO Disposiciones Preliminares Art�culo 1�. La Ley dar� trato igual a las personas en el reconocimiento de sus derechos y cumplimiento de sus obligaciones. En los actos y hechos civiles los jueces tomar�n en consideraci�n las circunstancias de incapacidad, senectud, cultura y condici�n social de las personas y en todos los casos procurar�n la equidad entre las partes. Art�culo 2�. Las disposiciones de este c�digo ser�n ley supletoria de toda la Legislaci�n Estatal. Cuando en este c�digo o en otras leyes del Estado se use el gen�rico masculino por efecto gramatical, se entender� que las normas son aplicables tanto al var�n como a la mujer salvo disposici�n expresa en contrario. Las disposiciones de este c�digo se deber�n de entender de una manera generalizada, cuando por alguna circunstancia y siempre que sea de manera accidental faltare dicha generalizaci�n se har� as� constar especialmente para que el acto jur�dico surta sus efectos. Cuando se haga referencia a alg�n art�culo se entender� que es de este mismo c�digo salvo se�alamiento en contrario. Cuando se hable de salario m�nimo general se entender� que es el que rija en la capital del Estado. Art�culo 3�. En las relaciones sociales, las disposiciones de este c�digo se deber�n de entender bajo los principios de reciprocidad y equidad entre los afectados. Art�culo 4�. Cuando haya conflicto de derechos, a falta de ley que sea aplicable, la controversia se decidir� en favor de quien trate de evitarse perjuicios, y no en favor del que pretenda obtener un lucro. Art�culo 5�. El derecho personal es el v�nculo jur�dico patrimonial entre dos personas. Art�culo 6�. El derecho personal�simo es la potestad individual inherente a la persona humana con motivo de sus relaciones sociales. Es irrenunciable, intransferible e indelegable. Art�culo 7�. El derecho real es el poder jur�dico que tiene su titular sobre un bien. Es preferente, perseguible y oponible frente a terceros. Art�culo 8�. La voluntad de los particulares no puede eximir de la observancia de la ley, ni alterarla o modificarla. S�lo pueden renunciarse los derechos privados que no afecten directamente al inter�s p�blico y siempre que la renuncia no perjudique derechos de tercero. Art�culo 9�. La renuncia autorizada en el art�culo anterior s�lo producir� efecto si se hace en t�rminos claros y precisos, de tal suerte que no quede duda del derecho que se renuncia. Art�culo 10. Los actos ejecutados contra el tenor de las leyes prohibitivas o de inter�s p�blico no tendr�n valor, excepto en los casos en que la ley disponga lo contrario. Art�culo 11. La ley s�lo queda abrogada o derogada por otra posterior que as� lo declare expresamente o que contenga disposiciones total o parcialmente incompatibles con la ley anterior. Art�culo 12. Contra la observancia de la ley no puede alegarse ignorancia, desuso, costumbre o pr�ctica en contrario. Art�culo 13. La costumbre se debe de tomar en consideraci�n para la interpretaci�n de las leyes, de las convenciones o contratos y nunca para sustituirlos. Art�culo 14. Las leyes que establecen excepci�n a las reglas generales, no son aplicables a caso alguno que no est� expresamente especificado en las mismas leyes. Art�culo 15. La determinaci�n del derecho aplicable se har� conforme a las siguientes reglas: El estado civil y la capacidad de las personas f�sicas se rige por el derecho del lugar de su domicilio; Los efectos jur�dicos de actos y contratos celebrados fuera del Estado y que deban ser ejecutados dentro de su territorio, se regir�n por las disposiciones de este c�digo; La propiedad y la administraci�n de bienes ubicados en el territorio del Estado, adquiridos por consortes domiciliados o no dentro del mismo, pero cuyo matrimonio se celebr� fuera de �l, bajo capitulaciones matrimoniales expresas u otro r�gimen econ�mico matrimonial, se regir�n por lo que se establezca en las capitulaciones o en las disposiciones que rijan dichas relaciones econ�mico patrimoniales; La forma de los actos jur�dicos se regir� por la legislaci�n del lugar en que se celebren, pero las partes involucradas en ellos, residentes fuera del Estado, quedan en libertad para sujetarse a las formas prescritas por este c�digo cuando el acto vaya a tener ejecuci�n dentro del territorio del mismo; Los bienes inmuebles ubicados en el Estado de Jalisco y los bienes muebles que en �l se encuentren, se regir�n por las disposiciones de este c�digo; Las disposiciones de este c�digo en todo lo relativo a los derechos sobre alimentos; derechos de familia o derecho sucesorio, se aplicar�n fuera del Estado cuando esas relaciones jur�dicas se hubieren originado dentro del mismo; y El Derecho extranjero ser� aplicable en el Estado en casos de reciprocidad, siempre y cuando, con su aplicaci�n, no se infrinjan normas prohibitivas o de inter�s p�blico vigentes en Jalisco. Art�culo 16. Los habitantes del Estado de Jalisco, quienes en �l se encuentren de manera accidental, y las personas jur�dicas, tienen obligaci�n de ejercer sus actividades y de usar y disponer de sus bienes en forma que no perjudique a la colectividad, bajo las sanciones establecidas en este c�digo y en las leyes relativas. Art�culo 17. Los servidores p�blicos, teniendo en cuenta la falta de instrucci�n de algunas personas, su conformaci�n cultural, su pertenencia a un pueblo ind�gena, su acceso a los medios de comunicaci�n o su extrema pobreza, podr�n eximirlos de las sanciones en que hubieren incurrido por la falta de cumplimiento de la ley que ignoraron o, de ser posible, concederles un plazo para que la cumplan, siempre que no se trate de leyes que afecten directamente el inter�s p�blico, ni se lesionen derechos de tercero. Trat�ndose de personas pertenecientes a los pueblos o comunidades ind�genas, en todos los juicios y procedimientos en que sean parte, individual o colectivamente, se deber�n tomar en cuenta sus costumbres y especificidades culturales respetando los preceptos establecidos en la Constituci�n del Estado. LIBRO SEGUNDO De las Personas y de las Instituciones de Familia T�TULO PRIMERO De las Personas F�sicas CAP�TULO I Disposiciones Generales Art�culo 18. Persona f�sica es todo ser humano. Art�culo 19. La personalidad jur�dica es uno de los atributos de la persona f�sica, se adquiere por el nacimiento viable y se extingue por la muerte, pero desde el momento en que el ser humano es concebido, entra bajo la protecci�n de la ley y se le tiene por nacido para los efectos legales que se�ala este C�digo. Art�culo 20. S�lo a la ley le corresponde regular la capacidad e incapacidad de las personas, tanto de goce, como de ejercicio: Hay capacidad de goce cuando se tiene la aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones; y Hay capacidad de ejercicio cuando se tiene aptitud para ejercitar derechos y cumplir obligaciones. Art�culo 21. La capacidad jur�dica es la regla, y la incapacidad puede ser natural o legal, en los t�rminos que dicte ley. Art�culo 22. La minor�a de edad y el estado de interdicci�n, son restricciones a la capacidad de ejercicio. Art�culo 23. Derogado. CAP�TULO II De los Derechos de Personalidad Art�culo 24. Los derechos de personalidad, tutelan y protegen el disfrute que tiene el ser humano, como integrante de un contexto social, en sus distintos atributos, esencia y cualidades, con motivo de sus interrelaciones con otras personas y frente al Estado. Por lo que se refiere a las personas jur�dicas les ser�n aplicables las disposiciones de este cap�tulo en lo conducente. Art�culo 25. Los derechos de personalidad, por su origen, naturaleza y fin, no tienen m�s limitaci�n que los derechos de terceros, la moral y las buenas costumbres. Como consecuencia, deben ser respetados por las autoridades y particulares. Art�culo 26. Los derechos de personalidad son: Esenciales, en cuanto que garantizan el desarrollo individual y social, as� como la existencia digna y reconocida del ser humano; Personal�simos, en cuanto que por ellos alcanza su plena individualidad la persona humana; Originarios, ya que se dan por el s�lo nacimiento de la persona, sin importar el estatuto jur�dico que despu�s pueda corresponder a la misma; Innatos, ya que su existencia no requiere de reconocimiento jur�dico alguno; Sin contenido patrimonial, en cuanto no son sujetos de valorizaci�n pecuniaria; Absolutos, porque no es admisible bajo ning�n concepto su disminuci�n ni su confrontaci�n y valen frente a todas las personas; Inalienables, porque no pueden ser objetos de enajenaci�n; Intransmisibles, porque son exclusivos de su titular y se extinguen con la muerte; Imprescriptibles, porque no se pierden por el transcurso del tiempo; e Irrenunciables, porque ni siquiera la voluntad de su titular basta para privar su eficacia. Art�culo 27. El Estado y la sociedad, respetar�n las costumbres, monumentos, procedimientos y tradiciones culturales de las sociedades y grupos, as� como de las personas, familias y comunidades de los pueblos ind�genas que las integran. Se considera a la democracia no s�lo como una estructura jur�dica y un r�gimen pol�tico sino como un sistema de vida fundado en la capacidad de decisi�n responsable de las personas que permita su desarrollo y el constante mejoramiento econ�mico, social, cultural y familiar. Art�culo 28. Toda persona tiene derecho a que se respete: Su vida; Su integridad f�sica y ps�quica; Sus afectos, sentimientos y creencias; Su honor o reputaci�n, y en su caso, el t�tulo profesional, arte, oficio u ocupaci�n que haya alcanzado. No ser� objeto de demostraci�n o manifestaci�n que cause deshonra, desprecio y ofensa que le conlleve descr�dito; Su nombre y, en su caso, seud�nimo; Su presencia f�sica; El secreto epistolar, telef�nico, profesional, de comunicaci�n teleimpresa y el secreto testamentario; y Su vida privada y familiar. Art�culo 29. Las cartas particulares no pueden ser publicadas sin consentimiento de ambos corresponsales o de sus herederos; a excepci�n del caso en que la publicaci�n sea necesaria para la prueba o defensa de alg�n derecho o cuando lo exijan el inter�s p�blico o el adelanto de las ciencias. Art�culo 30. Sin consentimiento de una persona, no pueden revelarse los secretos de �sta, a menos que la revelaci�n haya de realizarse por un inter�s leg�timo de quien la haga o en cumplimiento de un deber legal. La ley determinar� qui�nes tienen el deber de revelar un secreto. Art�culo 31. La exhibici�n o reproducci�n por cualquier medio de la imagen; de la voz o de ambas de una persona, sin consentimiento de �sta y sin un fin l�cito, conforme a lo dispuesto por los Art�culos 6� y 7� de la Constituci�n Pol�tica de los Estado Unidos Mexicanos, es violatoria de los derechos de personalidad. Art�culo 32. No se consideran comprendidos dentro (sic) la prohibici�n que se se�ala en el art�culo anterior, la imagen o la voz de la persona, cuando sean estos servidores p�blicos, en ejercicio o con motivo de su encargo. Art�culo 33. El honor, el respeto al secreto, a la voz e imagen de los difuntos, quedar� protegido por la ley. Art�culo 34. La violaci�n de los derechos de personalidad bien sea porque produzcan da�o moral, da�o econ�mico, o ambos, es fuente de obligaciones en los t�rminos de este c�digo. Art�culo 35. La responsabilidad civil a que se refiere el art�culo anterior, no exime al autor o responsable, de cualquier otra sanci�n que le imponga la ley. Art�culo 36. Toda persona capaz, tiene derecho a disponer parcialmente de su cuerpo, en beneficio terap�utico de otra, siempre que tal disposici�n no ponga en peligro la vida del disponente. Art�culo 37. Puede igualmente disponer de su cuerpo total o parcialmente, para despu�s de su muerte, con fines terap�uticos, de ense�anza o investigaci�n. Art�culo 38. La disposici�n de cuerpos, �rganos y tejidos de seres humanos con fines terap�uticos y de investigaci�n, ser� siempre a t�tulo gratuito. Art�culo 39. En caso de disposici�n de cuerpos, total o parcialmente para despu�s de la muerte o en el caso de muerte cerebral, el consentimiento para ello se regir� por cualesquiera de las siguientes formas: I. Deber� hacerse constar mediante testamento p�blico abierto o en documento p�blico en que se haga constar la tutela voluntaria; II. Expresarse por escrito ratificando su firma ante notario p�blico, depositando tal documento ante sus parientes m�s pr�ximos, con quienes conviva; en caso de no convivir con parientes, el dep�sito ser� con persona de su confianza; y III. Surtir� efectos la declaraci�n que se haga en forma expresa ante las autoridades competentes de vialidad o tr�nsito, con motivo de la expedici�n de los documentos en los que conste la autorizaci�n para conducir automotores. La autoridad respectiva deber� percatarse que se cumplieron los requisitos antes indicados y entregar� el cuerpo u �rgano al beneficiario, recabando previamente la opini�n de un m�dico legista. Art�culo 40. La disposici�n de �rganos con fines terap�uticos, puede consentirse tambi�n por quienes sean sus familiares o convivieron con la persona fallecida durante los dos a�os que precedieron a su fallecimiento, en el siguiente orden: El c�nyuge, o el concubinario o concubinaria en su caso; Los descendientes o adoptados capaces; Los ascendientes o adoptantes; Los dem�s colaterales dentro del cuarto grado; En caso de concurrencia entre dos o m�s sujetos de los considerados en las fracciones anteriores y de existir conflicto para otorgar el consentimiento decidir� quien tenga prelaci�n en su derecho, conforme al libro sexto del C�digo Civil. Si se trata de sujetos con el mismo derecho, se suspender� el tr�mite de la donaci�n de �rganos, levant�ndose constancia para todos los fines legales correspondientes; y Se deroga. CAP�TULO III De la Informaci�n Privada Derogado Art�culo 40 Bis 1.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 2.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 3.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 4.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 5.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 6.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 7.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 8.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 9.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 10.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 11.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 12.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 13.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 14.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 15.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 16.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 17.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 18.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 19.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 20.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 21.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 22.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 23.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 24.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 25.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 26.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 27 Se deroga. Art�culo 40 Bis 28.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 29.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 30.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 31.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 32.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 33.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 34.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 35.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 36.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 37.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 38.- Se deroga. Art�culo 40 Bis 39.- Se deroga. CAP�TULO IV Del Patrimonio Art�culo 41. El ser humano es titular patrimonial en los aspectos econ�mico, moral y social. Art�culo 42. El patrimonio econ�mico se forma por los derechos y obligaciones valorables en dinero y que constituyen una universalidad. Art�culo 43. El patrimonio moral se constituye por los derechos y deberes no valorables en dinero y que se integran por los derechos de personalidad. Art�culo 44. El patrimonio social compete a todos los seres humanos y pertenece a la presente y futuras generaciones. Art�culo 45. El patrimonio social est� compuesto por los ecosistemas, ya que de su equilibrio dependen la vida y el sano desarrollo productivo. Todo ser humano tiene derecho a desarrollarse en un medio ambiente sano. Se considera de orden p�blico e inter�s social la preservaci�n y restauraci�n del equilibrio ecol�gico. CAP�TULO V De la Mayor�a de Edad Art�culo 46. La mayor�a de edad comienza a los dieciocho a�os. Art�culo 47. El mayor de edad dispone libremente de su persona y de sus bienes, salvo los casos de excepci�n establecidos en las leyes. CAP�TULO VI De la Limitaci�n a la Capacidad de Ejercicio Art�culo 48. La capacidad de ejercicio se reconoce por la ley a los mayores de edad, as� como a las personas menores de edad emancipadas, en los casos que determine la ley. Art�culo 49. La interdicci�n y dem�s incapacidades que establezca la ley, son limitaciones a la capacidad de ejercicio. Trat�ndose de ni�as, ni�os y adolescentes se estar� a lo dispuesto en la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes y este C�digo. CAP�TULO VII Del Estado de Interdicci�n Art�culo 50. La limitaci�n a la capacidad de ejercicio impuesta por la interdicci�n ser� la que se se�ale en los t�rminos que dicte la sentencia respectiva, en la que deber� establecerse en qu� tipo de actos el incapaz goza de plena autonom�a en el ejercicio de su capacidad jur�dica y en qu� otros deber� intervenir un tutor para otorgarle asistencia. Art�culo 51. Son nulos todos los actos de administraci�n ejecutados y los contratos celebrados por los incapaces, sin la asistencia del tutor, cuando se requiera la misma. Art�culo 52. La nulidad a que se refieren los dos art�culos anteriores, s�lo puede ser alegada, sea como acci�n, sea como excepci�n, por los incapaces o por sus leg�timos representantes; pero no por las personas con quienes contrat�, ni por los fiadores que se hayan dado al constituirse la obligaci�n, ni por los mancomunados en ella. Art�culo 53. La acci�n para pedir la nulidad, prescribe en los t�rminos en que prescriben las acciones personales o reales, seg�n la naturaleza del acto cuya nulidad se pretende. Art�culo 54. Las personas menores de edad no pueden alegar la nulidad a que se refiere este cap�tulo, en las obligaciones que hubieren contra�do sobre las materias propias de la profesi�n o arte en que sean peritos. Art�culo 55. Tampoco pueden alegarla las personas menores de edad, si han presentado certificados falsos del Registro Civil para hacerse pasar como mayores o han manifestado dolosamente que lo eran. CAP�TULO VIII De la Emancipaci�n Art�culo 56. Derogado. Art�culo 57. Los mayores de diecis�is a�os que est�n sujetos a patria potestad o tutela, tienen derecho que se les emancipe si demuestran su buena conducta y su aptitud para el manejo de sus intereses. Los padres o tutores pueden emancipar a sus hijos y pupilos que se encuentren en las condiciones mencionadas en el p�rrafo anterior, siempre que �stos consientan su emancipaci�n. Art�culo 58. El emancipado tiene capacidad de ejercicio para la libre administraci�n de su patrimonio, pero necesita autorizaci�n judicial para la enajenaci�n, transmisi�n por cualquier t�tulo y constituci�n de derechos reales sobre sus bienes inmuebles y de un tutor dativo, especialmente nombrado para estos casos. Art�culo 59. Cuando los bienes propiedad del menor, los haya adquirido con el producto de su trabajo se le considerar� como emancipado para realizar actos de administraci�n respecto de dichos bienes. CAP�TULO IX De la Individualizaci�n de las Personas F�sicas Art�culo 60. El nombre de las personas f�sicas se forma con el nombre propio y sus apellidos. Art�culo 61. El nombre propio ser� impuesto por quien declare el nacimiento de una persona, respetando la voluntad de los progenitores, pudiendo ser simple o compuesto y los apellidos ser�n el del padre y el de la madre, o en su caso s�lo los de aqu�l o los de �sta en el supuesto de reconocimiento por separado. Art�culo 62. Si al hacerse el registro no se sabe quienes son los padres, el nombre propio y los apellidos ser�n puestos por el Oficial del Registro Civil. Art�culo 63. No estar� permitido el cambio de nombre a persona alguna, pero si alguien hubiere sido conocido con nombre diferente al que aparece en su acta de nacimiento, o tuviere un seud�nimo; declarado este hecho por sentencia ejecutoriada, se anotar� la referida acta en tal sentido, subsistiendo el nombre de la persona que primeramente se haya asentado en los libros del Registro Civil. Art�culo 64. Se except�a de lo dispuesto en el Art�culo que antecede: Cuando el nombre propio puesto a una persona le cause afrenta; En los casos de desconocimiento, o reconocimiento de la paternidad o maternidad y de la adopci�n; y En el caso de homonimia que le cause un perjuicio, podr� pedirse al juez competente del lugar donde est� asentada el acta de nacimiento, se autorice transformar el primero de los apellidos de simple a compuesto o de compuesto a simple. Art�culo 65. La mujer casada podr� agregar a su nombre de soltera y anteponiendo la preposici�n "de" uno o dos apellidos de su marido; tambi�n podr� suprimir los apellidos propios, agregando con la misma preposici�n los que correspondan a su c�nyuge. Art�culo 66. El uso del apellido conyugal subsistir� por todo el tiempo que se conserve el v�nculo matrimonial o cuando ocurra la viudez. No se podr� utilizar dicho apellido en los casos de divorcio o de ilegitimidad del matrimonio. Art�culo 67. El seud�nimo es el nombre con que es conocido (sic) p�blicamente una persona con motivo de su profesi�n u ocupaci�n por sus actividades deportivas, art�sticas, culturales o religiosas. Art�culo 68. Firma es la expresi�n gr�fica que estampa una persona para dejar constancia de su voluntad en el documento que con su persona est� referido. Esta expresi�n gr�fica es libre y solamente se tendr� como aut�ntica, para efectos de cotejo y comprobaci�n, aqu�lla que se estampe en presencia de servidores p�blicos o con motivo de funciones oficiales. Art�culo 69. La manuscripci�n y el estampar dos huellas digitales constituye conjunta o separadamente otras formas de identificar a sus autores por medio de los m�todos cient�ficos. Art�culo 70. En todos los actos jur�dicos en que intervenga una persona y que tenga el car�cter de solemne y en los que la ley as� lo exija, deber�n ser firmados, manuscrito el nombre y estampar dos huellas digitales de sus suscriptores y otorgantes. Art�culo 71. La persona que no sepa o no pueda firmar ni escribir, estampar� cuando menos como medio de identificaci�n sus huellas digitales, debiendo hacerlo ante dos testigos o ante servidor p�blico. CAP�TULO X Del Domicilio Art�culo 72. El domicilio de una persona f�sica es el lugar donde reside con el prop�sito de establecerse en �l; a falta de �ste, el lugar en que tiene el principal asiento de sus negocios; y a falta de uno y otro, el lugar en que se halle. Art�culo 73. Se presume el prop�sito de establecerse en un lugar, cuando se resida por m�s de seis meses en �l. Transcurrido el mencionado tiempo, el que no quiera que nazca dicha presunci�n de referencia declarar� dentro del t�rmino de quince d�as, tanto a la autoridad municipal de su anterior domicilio, como a la de su nueva residencia, que no desea perder su antiguo domicilio y adquirir uno nuevo. La declaraci�n no producir� efectos si se hace en perjuicio de tercero. Art�culo 74. El domicilio legal de una persona es el lugar donde la ley fija su residencia para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones. Art�culo 75. Se reputa domicilio legal: De la persona menor de edad no emancipada, el de la persona a cuya patria potestad est� sujeto; De la persona menor de edad que no est� bajo la patria potestad y de los incapaces, en de su tutor; De los militares en servicio activo, el lugar en que est�n destinados; De los servidores p�blicos, el lugar donde desempe�en sus funciones por m�s de seis meses. Los que por tiempo menor desempe�en alguna comisi�n, no adquirir�n domicilio por ese solo hecho en el lugar donde la cumplen; y Los privados de su libertad corporal por m�s de seis meses en la poblaci�n en que la cumplan. Art�culo 76. No obstante lo se�alado en el art�culo anterior, podr� designarse un domicilio convencional para el ejercicio y cumplimiento de derechos y obligaciones, as� como la renuncia en el aspecto judicial a la jurisdicci�n de su domicilio. CAP�TULO XI Del Estado Civil Art�culo 77. El estado civil es la situaci�n jur�dica que guarda la persona en relaci�n con la familia en cuanto al nombre, al trato y a la fama. Art�culo 78. Posesi�n de estado civil es la conducta reiterada que en forma p�blica hace una persona, de un estado civil. Art�culo 79. Es objeto de especial protecci�n el estado civil y la posesi�n de estado civil. Art�culo 80. El estado civil de las personas es de orden p�blico y no puede ser objeto ni de transacci�n, convalidaci�n, disminuci�n o desconocimiento. Art�culo 81. El estado civil de las personas s�lo se comprueba por las constancias relativas del Registro Civil. Ning�n otro documento ni medio de prueba es admisible para comprobar el estado civil, salvo en los casos expresamente se�alados en la ley. Art�culo 82. Cuando no hayan existido registros, se hubieren perdido, estuvieren ilegibles o faltaren las hojas o formas en que se pueda suponer se encontraba el acta, se podr� recibir prueba del acto por instrumentos o testigos. Art�culo 83. Para establecer el estado civil adquirido por los mexicanos fuera de la pa�s, ser�n bastantes las constancias que los interesados presenten de los actos relativos, siempre que se hayan inscrito en la oficina respectiva del Registro Civil en el estado de Jalisco o de cualquiera otra entidad federal. Art�culo 84. Las relaciones de filiaci�n pueden establecerse tambi�n mediante escritura otorgada ante notario p�blico, por testamento o por confesi�n judicial directa y expresa. Una vez efectuada, no podr� revocarse, salvo error o violencia. Art�culo 85. Cuando el reconocimiento de hijo se haga en un testamento, surtir� efectos de inmediato. Art�culo 86. Para acreditar la posesi�n de estado civil se deber� atender, el trato y comportamiento en el seno de la familia respectiva, la fama que sobre el particular tenga la persona en sus relaciones sociales y de familia as� mismo se deber� tomar en consideraci�n el nombre propio que utilice quien posea un estado civil. T�TULO SEGUNDO De los Ausentes y desaparecidos e Ignorados CAP�TULO I Disposiciones Generales Art�culo 87. El que se hubiere ausentado del lugar de su residencia ordinaria y tuviere apoderado constituido antes o despu�s de su partida, se tendr� como presente para todos los efectos civiles y sus negocios se podr�n tratar con el apoderado hasta donde alcance el poder. Art�culo 88. El representante y los poseedores provisionales y definitivos, en sus respectivos casos, tienen la leg�tima procuraci�n del ausente en juicio y fuera de �l. Art�culo 89. Por causa de ausencia no se suspenden los t�rminos que fija la ley para la usucapi�n y prescripci�n. Art�culo 90. El Agente de la Procuradur�a Social velar� por los intereses del ausente ser� o�do en todos los juicios que tengan relaci�n con �l y en las declaraciones de ausencia y presunci�n de muerte. CAP�TULO II De las Medidas Provisionales en caso de Ausencia Art�culo 91. Cuando una persona haya desaparecido y se ignore quien la represente, el juez, a petici�n de parte o de oficio, nombrar� un representante y depositario de sus bienes, la citar� por edicto publicado por una vez en un peri�dico de amplia circulaci�n en el estado de su �ltimo domicilio, se�al�ndole para que se presente en un t�rmino no menor de treinta d�as ni mayor de sesenta d�as; adem�s dispondr� su b�squeda por medio de la polic�a en aquellos lugares en donde se presuma se encuentre y dictar� las providencias necesarias para asegurar los bienes. Art�culo 92. Al publicarse los edictos, remitir� copia a los c�nsules mexicanos de aquellos lugares del extranjero en que se puede presumir que se encuentre el ausente o que se tengan noticias de �l. Art�culo 93. Si el ausente tiene hijos menores que est�n bajo su patria potestad, y no hay ascendientes que deban ejercerla conforme a la ley, ni tutor testamentario ni leg�timo se les nombrar� tutor en los t�rminos previstos para la designaci�n del tutor dativo. Art�culo 94. Las obligaciones y facultades del depositario ser�n las que la ley asigna a los depositarios judiciales. Art�culo 95. Se nombrar� representante y depositario, en orden de preferencia: Al c�nyuge presente mayor de edad, no separado legalmente o de hecho antes de la desaparici�n; A uno de los hijos mayores de edad que resida en el lugar. Si hubiere varios, el juez elegir� discrecionalmente a cualesquiera de ellos, prefiriendo a quien hubiere convivido con el ausente antes de su separaci�n; Al ascendiente m�s pr�ximo en grado de menos edad de una u otra l�nea; y A falta de los anteriores o cuando sea inconveniente que �stos, por su notoria mala conducta o por su ineptitud, sean nombrados representantes provisionales y depositarios, el juez nombrar� al heredero presuntivo y si hubiere varios, se preferir� al que tenga m�s inter�s en la preservaci�n de los bienes. Art�culo 96. Si cumplido el t�rmino del llamamiento, el citado no compareciere por s�, ni por apoderado leg�timo, ni por medio del tutor o de pariente que pueda representarlo, se proceder� al nombramiento de representante. Art�culo 97. Lo mismo se har� cuando en iguales circunstancias, caduque el poder conferido por el ausente, o sea insuficiente para el caso. Art�culo 98. Tiene acci�n para pedir el nombramiento de representante y depositario, quien pueda pedir la declaratoria de ausencia. Art�culo 99. Se deroga. Art�culo 100. Si el c�nyuge ausente fuere casado en segundas o ulteriores nupcias y hubiere hijos del matrimonio o matrimonios anteriores, el juez dispondr� que el c�nyuge presente y los hijos del matrimonio o matrimonios anteriores, o sus leg�timos representantes en su caso, nombren de com�n acuerdo al depositario representante; si no estuvieren conformes, el juez lo nombrar� libremente. Art�culo 101. El representante del ausente es el leg�timo administrador de los bienes de �ste y tiene, respecto de ellos, las mismas obligaciones, facultades y restricciones que los tutores. No entrar� a la administraci�n de los bienes sin que previamente forme inventario y aval�o de ellos; y si dentro del t�rmino de un mes, no presenta la cauci�n que fije el juez, se nombrar� otro representante. Las personas a que se refieren las fracciones I, II y III del Art�culo 95 de este c�digo quedan relevadas del otorgamiento de garant�a. Art�culo 102. El representante del ausente tendr� la misma retribuci�n que a los tutores corresponda, seg�n las reglas se�aladas para ello. Art�culo 103. No pueden ser representantes de un ausente, los que est�n impedidos para ser tutores. Art�culo 104. Deben excusarse, los que puedan hacerlo de la tutela. Art�culo 105. Ser� removido del cargo de representante, el que deba serlo de tutor. Art�culo 106. El cargo de representante termina: Con el regreso del ausente; Con la presentaci�n del apoderado leg�timo; Con la muerte del ausente; y Con la posesi�n provisional. Art�culo 107. Se deroga Art�culo 108. Se deroga Art�culo 109. Se deroga CAP�TULO III De la Declaraci�n de Ausencia Art�culo 110. Pasando tres meses desde el d�a en que haya sido nombrado el representante, habr� acci�n para pedir la declaraci�n de ausencia. Art�culo 111. En caso de que el ausente haya dejado o nombrado apoderado general para la administraci�n de sus bienes, no podr� pedirse la declaraci�n de ausencia sino pasados seis meses, que se contar�n desde la desaparici�n del ausente, si en este per�odo no se tuvieren ningunas noticias suyas, o desde la fecha en que se hayan tenido las �ltimas. Art�culo 112. Lo dispuesto en el art�culo anterior se observar� aun cuando el poder se haya conferido por m�s de tres a�os. Art�culo 113. Pasado dos meses desde que hubiere desaparecido el ausente, el Agente de la Procuradur�a Social y quien tenga facultades para pedir la declaraci�n de ausencia, puede solicitar que el apoderado garantice su gesti�n de la misma manera que deba hacerlo el representante. Art�culo 114. Si el apoderado dentro del t�rmino que se le fije, no quiere o no puede dar la garant�a, se tendr� por terminado el poder y se proceder� al nombramiento de representante. Art�culo 115. Pueden pedir la declaraci�n de ausencia: Los presuntos leg�timos herederos del ausente; Los herederos instituidos en testamento p�blico abierto; y El Agente de la Procuradur�a Social. Art�culo 116. Si el juez encuentra fundada la demanda, dispondr� que se publique un extracto de la misma una vez, en el Peri�dico Oficial que corresponda y en uno de los Principales del �ltimo domicilio del ausente; y en su caso de considerarlo pertinente la remitir� a los consulados. Art�culo 117. Pasados quince d�as desde la fecha de la publicaci�n a que se refiere el art�culo anterior, si no hubiere noticias del ausente ni oposici�n de alg�n interesado, el juez declarar� en forma la ausencia. Art�culo 118. Si hubiere alguna noticia u oposici�n, el juez no declarar� la ausencia sin que previamente se publique el edicto por una vez m�s y se haga la averiguaci�n por los medios que el oponente proponga y por los que el mismo juez crea oportunos. Art�culo 119. La declaraci�n de ausencia se publicar� dos veces en los peri�dicos mencionados, con intervalos de siete d�as, remiti�ndose en su caso a los c�nsules como est� se�alado respecto de los edictos. Art�culo 120. La resoluci�n que se pronuncie sobre declaraci�n de ausencia, podr� ser impugnada mediante los recursos que el C�digo de Procedimientos Civiles se�ale para los juicios ordinarios. CAP�TULO IV De los Efectos de la Declaraci�n de Ausencia Art�culo 121. Declarada la ausencia, si hubiere testamento p�blico u ol�grafo, la persona en cuyo poder se encuentre, lo presentar� al juez dentro de quince d�as contados desde la �ltima publicaci�n en que se cite al ausente para presentarse ante el juez. Art�culo 122. El juez, de oficio o a instancia de cualquiera que se crea interesado en el testamento p�blico cerrado u ol�grafo, abrir� �ste en presencia del representante del ausente, con citaci�n de los que promovieron la declaraci�n de ausencia y con las dem�s solemnidades prescritas para la apertura de esta clase de testamento. Art�culo 123. Los presuntos herederos testamentarios, y en su defecto los que fueren leg�timos al tiempo de la desaparici�n de un ausente o al momento en que se hayan recibido las �ltimas noticias, si tienen capacidad legal para administrar, ser�n puestos en la posesi�n provisional de los bienes, otorgando garant�a que asegure las resultas de la administraci�n. Si estuvieren bajo la patria potestad o tutela, se proceder� conforme a derecho. Art�culo 124. Si son varios presuntos herederos y los bienes admiten c�moda divisi�n, cada uno administrar� la parte que le corresponda. Art�culo 125. Si los bienes no admiten c�moda divisi�n, los herederos elegir�n de entre ellos mismos un administrador general; y si no se pusieren de acuerdo, el juez lo nombrar�, escogi�ndolo de entre los mismos presuntos herederos. Art�culo 126. Si una parte de los bienes fuere c�modamente divisible y otra no, respecto de �sta se nombrar� al administrador general. Art�culo 127. Los presuntos herederos que no administren, podr�n nombrar un interventor, que tendr� las facultades y obligaciones se�aladas a los curadores. Su honorario ser� el que le fijen los que le nombraron y se pagar� por �stos. Art�culo 128. El que entre en la posesi�n provisional, tendr�, respecto de los bienes, las mismas obligaciones, facultades y restricciones que los tutores. Art�culo 129. Cuando los bienes admitan c�moda divisi�n o sean divisibles sin menoscabo de su valor, cada heredero dar� la garant�a que corresponda a la parte de bienes que administre. Art�culo 130. En el caso de que no admitan c�moda divisi�n los bienes, el administrador general ser� el que d� la garant�a legal. Art�culo 131. Los presuntos legatarios y donatarios as� como todos los que tengan sobre los bienes del ausente derechos que dependan de la muerte o presencia de �ste, podr�n ejercitarlos, dando la garant�a en la misma forma y t�rminos que corresponda si se tratare de la que est�n obligados a otorgar los tutores. Art�culo 132. Los que tengan, con relaci�n al ausente, obligaciones que deban cesar a la muerte de �ste, podr�n tambi�n suspender su cumplimiento bajo la misma garant�a. Art�culo 133. Si no pudiere darse la garant�a exigida en los cinco art�culos anteriores, el juez, seg�n las circunstancias de la persona y de los bienes y concediendo el plazo de quince d�as, podr� disminuir el importe de aqu�lla, de tal manera que no sea menor a la tercera parte de los valores de la garant�a que deben otorgar los tutores para el desempe�o del cargo. Art�culo 134. Mientras no se d� la expresada garant�a, no cesar� la administraci�n del representante. Art�culo 135. No est�n obligados a dar garant�a: El c�nyuge, los descendientes y los ascendientes que como herederos entren en la posesi�n de los bienes del ausente, por la parte que de ellos les corresponda; y El ascendiente que, en ejercicio de la patria potestad, administre bienes que correspondan a sus descendientes, como herederos del ausente. Si hubiere presuntos legatarios, el c�nyuge, los descendientes y ascendientes dar�n la garant�a legal por la parte de bienes que correspondan a los legatarios, si no hubiere divisi�n ni administrador general. Art�culo 136. Los que entren en la posesi�n provisional tienen derecho de pedir cuentas al representante del ausente, �ste entregar� los bienes y dar� las cuentas en los t�rminos aqu� prevenidos para los tutores y curadores. El plazo para rendir cuentas ser� de treinta d�as y se contar� desde el d�a en que el heredero haya sido declarado con derecho a la referida posesi�n. Art�culo 137. Si hecha la declaraci�n de ausencia no se presentaren herederos del ausente, el Agente de la Procuradur�a Social pedir� la continuaci�n del representante o la elecci�n de otro que, en nombre de la beneficencia p�blica, entre en la posesi�n provisional conforme a los art�culos que anteceden. Art�culo 138. Muerto el que haya obtenido la posesi�n provisional, le suceder�n sus herederos en la parte que le haya correspondido, bajo las mismas condiciones y con derecho a la referida posesi�n. Art�culo 139. Si el ausente se presenta o se prueba su existencia antes de que sea declarada la presunci�n de muerte, recobrar� sus bienes. Los que han tenido la posesi�n provisional, hacen suyos todos los frutos industriales que hayan hecho producir a esos bienes y la mitad de los frutos naturales y civiles. CAP�TULO V De la Administraci�n de los Bienes del Ausente Casado Art�culo 140. La declaraci�n de ausencia interrumpe la sociedad patrimonial surgida del matrimonio si �ste se hubiere celebrado bajo sociedad legal o sociedad conyugal, a menos de que en las capitulaciones matrimoniales se haya estipulado que contin�e. Art�culo 141. Declarada la ausencia se proceder�, con citaci�n de los herederos presuntivos, al inventario de los bienes y a la separaci�n de los que deben corresponder al c�nyuge ausente. Art�culo 142. El c�nyuge presente recibir� desde luego, los bienes que le correspondan hasta el d�a en que la declaraci�n de ausencia haya causado ejecutoria. De esos bienes podr� disponer libremente. Art�culo 143. Los bienes del ausente se entregar�n a sus herederos, en los t�rminos se�alados en el cap�tulo anterior. Art�culo 144. En el caso en que el c�nyuge presente entre como heredero en la posesi�n provisional, har� suyos todos los frutos y las rentas de los bienes que haya administrado. Art�culo 145. Si el c�nyuge ausente regresa o se probare su existencia, quedar� restaurada la sociedad legal o la sociedad conyugal bajo la que se hubiere celebrado su matrimonio. CAP�TULO VI De la Presunci�n de Muerte del Ausente Art�culo 146. Cuando hayan transcurrido seis meses desde la declaraci�n de ausencia, el juez, a instancia de parte interesada, declarar� la presunci�n de muerte. Cuando la desaparici�n sea consecuencia de incendio, explosi�n, inundaci�n, terremoto o cat�strofe a�rea, ferroviaria o de automotores u otro siniestro semejante y exista fundada presunci�n de que el desaparecido se encontraba en el lugar del siniestro o cat�strofe, o a bordo de las naves y veh�culos accidentados, bastar� el transcurso de tres meses contados a partir del acontecimiento para que el juez declare la presunci�n de muerte. En estos casos la autoridad judicial acordar� la publicaci�n de la solicitud de declaraci�n de presunci�n de muerte en un peri�dico de amplia circulaci�n en el Estado, por dos veces con un intervalo de siete d�as. Tambi�n ser�n aplicables cuando la ausencia sea consecuencia de un hecho relacionado con la privaci�n ilegal de la libertad, secuestro o desaparici�n forzada de personas, en esos casos el t�rmino para decretar la presunci�n de muerte ser� de tres meses a partir de que se haya denunciado ante la autoridad competente el acto il�cito correspondiente y no exista ning�n indicio de que pudiera segur con vida. El Ministerio P�blico informar� de inmediato al juez que conozca el asunto de cualquier dato o hecho que pudiera considerarse indicio de que la persona privada ilegalmente de su libertad continua con vida, lo cual interrumpir� el plazo especial se�alado. Art�culo 147. Declarada la presunci�n de muerte, si lo hubiere se abrir� el testamento del ausente, en el caso de que no estuviere ya publicado; los poseedores provisionales dar�n cuenta de su administraci�n, y los herederos y dem�s interesados entrar�n en la posesi�n definitiva de los bienes, sin garant�a alguna. La que seg�n la ley se hubiere dado, quedar� cancelada. De igual forma los herederos y beneficiarios tendr�n todas las acciones para declarar los beneficios a que tengan derecho. Art�culo 148. Si se llega a probar la muerte del ausente, la herencia se defiere a los que debieran heredar al tiempo de ella, pero el poseedor o poseedores de los bienes hereditarios, al restituirlos, se reservar�n los frutos correspondientes a la �poca de la posesi�n provisional, desde que obtuvieron la posesi�n definitiva. Art�culo 149. Si el ausente se presentare o se probare su existencia despu�s de otorgada la posesi�n definitiva, recobrar� de inmediato sus bienes en el estado en que se hallen, as� como el precio de los enajenados, o los que se hubieren adquirido con el mismo precio; pero no podr� reclamar frutos ni rentas. Art�culo 150. Cuando hecha la declaraci�n de ausencia o la presunci�n de muerte de una persona, se hubieren aplicado sus bienes a los que por testamento o sin �l, se tuvieren por herederos y despu�s se presentaren otros, pretendiendo que ellos deben ser preferidos en la herencia y as� se declare por sentencia que cause ejecutoria, la entrega de los bienes se har� en los mismos t�rminos en que debiera hacerse al ausente si se presentara. Art�culo 151. Los poseedores definitivos dar�n cuenta al ausente y a sus herederos. El plazo legal correr� desde el d�a en que el primero se presente por s� o por apoderado leg�timo o desde aqu�l en que por sentencia que cause ejecutoria, se haya deferido la herencia. Art�culo 152. La posesi�n definitiva termina: Con el regreso del ausente; Con la noticia cierta de su existencia; Con la certidumbre de su muerte; y Con la sentencia que cause ejecutoria en el caso de que se probare la muerte del ausente. Art�culo 153. En el caso de lo dispuesto en la fracci�n II del art�culo anterior, los poseedores definitivos ser�n considerados como provisionales, desde el d�a en que se tenga noticia cierta de la existencia del ausente. Art�culo 154. La sentencia que declare la presunci�n de muerte de un ausente casado, pone t�rmino a la comunidad de bienes. Art�culo 155. En el caso en que el c�nyuge del ausente no resultare heredero, tendr� derecho a los alimentos en los t�rminos de lo establecido en el Libro Sexto de este c�digo en el t�tulo relativo a las cargas alimentarias. CAP�TULO VII De los Efectos de la Ausencia respecto de los Derechos Eventuales del Ausente Art�culo 156. Quien reclame un derecho referente a una persona cuya existencia no est� reconocida, deber� probar que esta persona viv�a en el tiempo en que era necesaria su existencia para adquirir aqu�l derecho. Art�culo 157. Si se defiere una herencia a la que sea llamado un individuo declarado ausente o respecto del cual se haya hecho la declaraci�n de presunci�n de muerte, entrar�n s�lo en ella los que deb�an ser coherederos de aqu�l o suceder por su falta; pero deber�n hacer inventario en forma de los bienes que reciban. Art�culo 158. En este caso, los coherederos o sucesores se considerar�n como poseedores provisionales o definitivos de los bienes que por la herencia deb�an corresponder al ausente, seg�n la �poca en que la herencia se defiera. Art�culo 159. Lo dispuesto en los dos Art�culos anteriores, debe entenderse sin perjuicio de las acciones de petici�n de herencia y de otros derechos que podr�n ejercitar el ausente, sus representantes, acreedores o legatarios y que no se extinguir�n sino por el transcurso del tiempo fijado para la prescripci�n. Art�culo 160. Los que hayan entrado en la herencia, har�n suyos los frutos percibidos de buena fe; mientras el ausente no comparezca, sus acciones no sean ejercidas por sus representantes o por los que por contrato o cualquiera otra causa, tengan con �l relaciones jur�dicas. T�TULO TERCERO De las Personas Jur�dicas CAP�TULO I Disposiciones Generales Art�culo 161. Son personas jur�dicas: El Gobierno Federal, las partes integrantes de la Federaci�n y los municipios; Las corporaciones de car�cter p�blico reconocidas por la ley; Los organismos descentralizados; Los partidos pol�ticos reconocidos conforme a la legislaci�n electoral; Los sindicatos laborales y patronales; Las sociedades cooperativas y mutualistas; Los ejidos, las comunidades ind�genas, las uniones de ejidos y dem�s entidades reguladas por las leyes agrarias; Las sociedades civiles o mercantiles; Las asociaciones civiles; Las fundaciones; Las asociaciones y �rdenes religiosas; Los condominios; Las personas jur�dicas extranjeras, con autorizaci�n expresa para operar dentro del territorio del Estado; y Las dem�s instituciones u organismos constituidos y reconocidos como personas jur�dicas conforme a las leyes. Art�culo 162. Las personas jur�dicas pueden ejercitar todos los derechos que no sean incompatibles con el objeto de su instituci�n y en general todos aquellos que no les est�n prohibidos por la ley. Art�culo 163. Las personas jur�dicas se regir�n por las leyes correspondientes, por su escritura constitutiva, por sus estatutos y se obligan por medio de los �rganos que las representen leg�timamente. Art�culo 164. La denominaci�n de las personas jur�dicas se determina: Por la ley que las haya creado o reconocido o que las rija directamente; Por acuerdo de quienes expresamente las constituyan; y Por los usos y tradiciones que les resulten. Art�culo 165. La protecci�n que la ley da al nombre de las personas f�sicas, se extiende a la denominaci�n que corresponda a las personas jur�dicas. Art�culo 166. El domicilio de las personas jur�dicas se determina: Por la ley que las haya creado o reconocido, o las rija directamente; Por su escritura constitutiva o sus estatutos sociales; y Cuando no haya se�alamiento expreso del domicilio, se tendr� por tal, el lugar en que ejerzan sus funciones principales o en el que se haya establecido su representaci�n legal. Art�culo 167. Las personas jur�dicas por su origen y formaci�n, se clasifican en p�blicas y privadas. Art�culo 168. Son personas jur�dicas p�blicas, aqu�llas que son creadas por una disposici�n legislativa o por un acto administrativo de gobierno. Art�culo 169. Son personas jur�dicas privadas, aqu�llas que tienen como origen un acto de car�cter particular. Las personas jur�dicas privadas podr�n realizar actos de asistencia social privada una vez que cumplan los requisitos y los procedimientos que prevean las leyes y c�digos para su constituci�n y funcionamiento. En lo dispuesto por este p�rrafo, ser� aplicable lo previsto en el Libro Tercero del C�digo de Asistencia social del Estado de Jalisco. Art�culo 170. Las personas jur�dicas privadas que tengan su domicilio fuera del Estado, que realizan regularmente actos o hechos jur�dicos dentro del territorio de Jalisco, se tendr�n como domiciliadas en el lugar donde �stos hubieren sido ejecutados, para todo lo relativo a los derechos y obligaciones que les competan. Art�culo 171. Las personas jur�dicas pueden pactar el establecimiento de domicilios convencionales, dentro y fuera del Estado, para el ejercicio de sus derechos y cumplimiento de obligaciones, as� como la renuncia en el aspecto judicial a la jurisdicci�n de su domicilio. CAP�TULO II De las Asociaciones Art�culo 172. Cuando varias personas convienen en reunirse, de manera que no sea enteramente transitoria, para realizar un fin com�n que no est� prohibido por la ley y que no tenga car�cter preponderantemente econ�mico, constituyen una asociaci�n. Art�culo 173. El acto jur�dico por el que se constituya una asociaci�n, debe constar en escritura p�blica otorgada ante notario, que tenga su adscripci�n en el domicilio de la asociaci�n. Trat�ndose de asociaciones que tengan como objeto aspectos relacionado (sic) con la asistencia social, deber� contar con la anuencia por escrito del Instituto Jalisciense de Asistencia Social, misma que tendr� que presentarse ante el notario previo a su constituci�n. Art�culo 174. El testimonio que expida el notario, deber� ser inscrito en el Registro P�blico de la Propiedad que corresponda al domicilio de la asociaci�n y desde ese momento tiene personalidad jur�dica propia. Art�culo 175. Si la asociaci�n no consta en escritura p�blica, o no se ha inscrito en el Registro P�blico de la Propiedad y se adquieren por los integrantes de los �rganos de administraci�n o representaci�n obligaciones frente a terceros, la asociaci�n ser� considerada como irregular, quedando obligados en forma solidaria quienes a nombre de la misma hubieren contratado. Art�culo 176. La falta de registro, da derecho a cualesquiera de los integrantes de la asociaci�n a reclamar, bien sea su disoluci�n o su regularizaci�n, por medio de la inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 177. Las asociaciones ser�n representadas por un director general o por un consejo de directores o las denominaciones que se�alen los estatutos quienes tendr�n las facultades que se les confieran en los mismos. Art�culo 178. Cuando se nombre consejo de directores u �rgano equivalente, el n�mero de los mismos deber� ser impar. En todo caso, el presidente del consejo tendr� voto de calidad para la toma de decisiones. Art�culo 179. Cuando por cualquier causa no haya director nombrado, o habi�ndolo se hubiere ausentado del domicilio de la asociaci�n, quien tenga inter�s en que se haga la designaci�n, podr� solicitar al juez que tenga jurisdicci�n en el domicilio de la asociaci�n, que convoque a asamblea para realizar el nombramiento respectivo; en caso de suma urgencia, el juez podr� hacerla subsistiendo la designaci�n hasta en tanto no sea hecha por los asociados. Art�culo 180. La asamblea general se reunir� en la �poca fijada en los estatutos o cuando sea convocada por la direcci�n. Esta deber� citar a asamblea cuando para ello fuere requerida por lo menos por el cinco por ciento de los asociados, o si no lo hiciere, en su lugar lo har� el juez de lo civil a petici�n de dichos asociados. Art�culo 181. La asamblea general resolver�: Sobre la admisi�n y exclusi�n de asociados; Sobre la disoluci�n anticipada de la asociaci�n o sobre su pr�rroga por m�s tiempo del fijado en los estatutos; Sobre el nombramiento de director o directores cuando no hayan sido nombrados en la escritura constitutiva; Sobre la revocaci�n de los nombramientos hechos; y Sobre los dem�s asuntos que le encomienden los estatutos. Art�culo 182. Los acuerdos tomados en las asambleas generales son obligatorios para todos los asociados, aun cuando se hubiere votado en contra de los mismos. El asociado que reclame la irregularidad en la citaci�n o notificaci�n para concurrir a la asamblea, o que �sta se hubiere ocupado de asuntos no contenidos en la convocatoria, podr� reclamar ante el juez del domicilio de la asociaci�n, la inaplicabilidad a su persona de los acuerdos tomados en la misma. La resoluci�n que en �ste caso se dicte s�lo afectar� a quien lo promovi�; pero cuando se hubiere convenido sobre la constituci�n de gravamen o enajenaci�n de los activos fijos de la asociaci�n, de su disoluci�n anticipada, de su fusi�n con otras asociaciones o de su escisi�n, podr� demandarse la nulidad de dichos acuerdos. Quien reclame la nulidad de los acuerdos de una asamblea, podr� pedir al juez que de manera provisional ordene la suspensi�n de los mismos, siempre que se otorgue por el demandante garant�a suficiente para responder por los da�os y perjuicios que se causen por tal medida, si es que no tiene la resoluci�n favorable a sus pretensiones. La garant�a se�alada podr� aumentarse o disminuirse si var�an las condiciones que se tomaron en consideraci�n para fijarla. Art�culo 183. Cada asociado gozar� de un voto en las asambleas generales. Art�culo 184. Los miembros de la asociaci�n tendr�n derecho de separarse de ella, previo aviso dado con dos meses de anticipaci�n. Art�culo 185. Los asociados s�lo podr�n ser excluidos de la asociaci�n, por las causas que se�alen los estatutos, seg�n acuerdo de la asamblea general en la que deber�n ser o�dos. Art�culo 186. Los asociados tienen derecho de vigilar que las cuotas se dediquen al fin que se propone la asociaci�n y con ese objeto, pueden examinar los libros de contabilidad y dem�s papeles de �sta. Art�culo 187. La calidad de asociado es intransferible. Art�culo 188. Las asociaciones, adem�s de las causas previstas en los estatutos, se extinguen: Por consentimiento de la asamblea general; Por haber concluido el t�rmino fijado para su duraci�n o por haber conseguido totalmente el objeto de su constituci�n; Por haberse vuelto incapaces de realizar el fin para que fueron constituidas; y Por resoluci�n dictada por autoridad competente. Art�culo 189. En caso de disoluci�n, los bienes de la asociaci�n se aplicar�n conforme a lo que determinen los estatutos y a falta de disposici�n de estos, seg�n lo que determine la asamblea general. CAP�TULO III De las Fundaciones Art�culo 190. La fundaci�n tiene por objeto afectar determinados bienes de propiedad particular, al fomento de actividades cient�ficas, culturales, asistenciales o deportivas; sin que por ning�n motivo puedan considerarse esos fines, ni directa ni indirectamente, objeto de especulaci�n. Art�culo 191. Las fundaciones pueden constituirse por acto entre vivos, o por disposici�n testamentaria. Art�culo 192. Las fundaciones que se constituyan por acto entre vivos, pueden hacerse por voluntad de una o de varias personas, formaliz�ndose la misma mediante escritura p�blica y cuando tengan como objeto aspectos relacionados con la asistencia social, deber�n contar con la anuencia por escrito del Instituto Jalisciense de Asistencia Social, misma que tendr� que presentarse ante el notario p�blico previo a su constituci�n. Art�culo 193. Cuando se haga por disposici�n testamentaria, se tendr� como tal el contenido del propio testamento, copia del acta de defunci�n de quien sea su fundador y de la resoluci�n que haya declarado la validez de la disposici�n testamentaria. Dicha disposici�n debe protocolizarse ante notario p�blico. Art�culo 194. En el caso de los dos art�culos que preceden, la fundaci�n tendr� eficacia jur�dica desde el momento en que se inscriba en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 195. La inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad, de las fundaciones, es t�tulo suficiente para que los directores o encargados de la misma oficina, anoten como propiedad de la fundaci�n, los bienes destinados a ella. Art�culo 196. Para que proceda la inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad de una fundaci�n, se requiere que la Secretar�a General de Gobierno, emita dictamen sobre la viabilidad de la misma. Art�culo 197. La emisi�n del dictamen a que se refiere el art�culo anterior, obliga y faculta a su emisor a la vigilancia sobre el funcionamiento de dichas fundaciones. En las fundaciones constituidas mortis causa, o por acto entre vivos cuando el o los fundadores hubieren dejado de existir, la facultad de vigilancia a que se refiere este Art�culo tendr�, inclusive, el alcance de designar de una manera provisional a los integrantes del patronato. Art�culo 198. Quienes constituyan una fundaci�n podr�n emitir las bases constitutivas de la misma y en caso de omisi�n o de defecto se deber�n anotar las bases que regulen el funcionamiento de las asociaciones civiles. Art�culo 199. El patronato de las fundaciones ser� el �rgano de gobierno de las mismas y sus decisiones se tomar�n por mayor�a de votos de sus integrantes, y en caso de empate el presidente del patronato tendr� voto de calidad. Art�culo 200. El presidente del patronato es el encargado de cumplir los acuerdos que se adopten por el patronato y ser�, a su vez, el representante legal de la misma, con todas las facultades, derechos y prerrogativas que correspondan, salvo las de gravar y enajenar o trasmitir por cualquier t�tulo los bienes que constituyan el patrimonio de la fundaci�n. Cuando se considere necesario gravar, enajenar o trasmitir bienes inmuebles que sean parte del patrimonio de la fundaci�n, se requerir� acuerdo de los integrantes del patronato tomado por mayor�a de votos y con la aprobaci�n de la autoridad que emiti� el dictamen de viabilidad. Art�culo 201. Los integrantes del patronato, sus c�nyuges, ascendientes, descendientes o sociedades en las que tengan una participaci�n preponderante, no podr�n tener ninguna relaci�n de tipo econ�mico con la fundaci�n, excepto en manifiesto beneficio de la misma. Art�culo 202. Cuando la fundaci�n tenga como origen un acto entre vivos, su fundador est� facultado para nombrar y remover a los miembros del patronato. Art�culo 203. Cuando la fundaci�n tenga como origen una disposici�n testamentaria, su fundador tiene derecho de designar al presidente del patronato. Art�culo 204. En los casos de los art�culos que preceden, el fundador tiene derecho a se�alar las bases para la integraci�n del patronato, as� como de que un descendiente del mismo sea siempre integrante de dicho patronato. Art�culo 205. El patronato tiene las siguientes facultades: Cumplir y hacer que se cumpla la voluntad del fundador; Conservar y mejorar los bienes de la fundaci�n; Ejercitar, por conducto de su presidente, las acciones y defensas que correspondan a la fundaci�n; Acatar la voluntad del fundador en lo relativo al nombramiento de empleados y funcionarios de la fundaci�n; Exigir garant�a a los funcionarios y empleados de la fundaci�n que manejen fondos, quienes no podr�n entrar al ejercicio de sus cargos, si previamente no otorgan aqu�lla; Enajenar o gravar los bienes de la fundaci�n cuando �sto sea de evidente utilidad o absoluta necesidad; Arrendar los inmuebles de la instituci�n previa autorizaci�n del �rgano administrativo estatal correspondiente cuando el arrendamiento exceda de cinco a�os o cuando se trate de recibir rentas anticipadas por m�s de dos; Elaborar y aprobar en el mes de diciembre de cada a�o, los planes de trabajo as� como los presupuestos de ingresos y egresos de la fundaci�n para el a�o siguiente; Rendir en el mes de febrero de cada a�o, un informe sobre las actividades realizadas en el a�o inmediato anterior, as� como el de la situaci�n patrimonial que tenga la fundaci�n; y Las dem�s que se le asignen en el documento constitutivo o en la ley. Art�culo 206. La fundaci�n se extingue: Por expirar el plazo fijado para su funcionamiento; Por el cumplimiento o realizaci�n de sus fines; y Por la imposibilidad financiera de seguir operando. Art�culo 207. Cuando sea imposible el funcionamiento de las fundaciones, a instancias del fundador, o en su defecto de quien competa su vigilancia o del Agente de la Procuradur�a Social en su caso, se tramitar� su disoluci�n, debiendo pasar sus bienes en los t�rminos que dispongan sus bases constitutivas o, en su defecto, al patrimonio de fundaciones que tengan objeto similar al suyo, y cuando no existan �stas, a la beneficencia p�blica. CAP�TULO IV De las Sociedades Art�culo 208. En las sociedades, los socios se obligan mutuamente a combinar sus recursos o sus esfuerzos para la realizaci�n de un fin com�n, de car�cter preponderantemente econ�mico, pero que no constituya una especulaci�n comercial. Art�culo 209. La aportaci�n de los socios puede consistir en una cantidad de dinero u otros bienes, o en su industria. La aportaci�n de bienes implica la transmisi�n de su dominio a la sociedad, salvo que expresamente se pacte otra cosa. Art�culo 210. El acto jur�dico por el que se constituya una sociedad, debe constar en escritura p�blica otorgada ante notario que tenga su adscripci�n en el domicilio de la sociedad. Art�culo 211. El testimonio que expida el notario deber� ser inscrito en el Registro P�blico de la Propiedad que corresponda al domicilio de la sociedad y desde ese momento tiene personalidad jur�dica propia. Art�culo 212. Si la sociedad no consta en escritura p�blica, o no se ha inscrito en el Registro P�blico de la Propiedad y se adquieren por los integrantes de los �rganos de administraci�n o representaci�n, obligaciones frente a terceros; la sociedad ser� considerada como irregular, quedando obligados en forma solidaria quienes a nombre de la misma hubieren contratado. Art�culo 213. La falta de registro da derecho a cualesquiera de los integrantes de la sociedad a reclamar, bien sea su disoluci�n o su regularizaci�n, por medio de la inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 214. La falta de forma prescrita para la sociedad, s�lo produce el efecto de que los socios puedan pedir, en cualquier tiempo, que se haga la liquidaci�n de la misma conforme a lo convenido, y a falta de convenio, conforme al Cap�tulo V de esta Secci�n; pero mientras que esa liquidaci�n no se pida, el contrato produce todos sus efectos entre los socios y �stos no pueden oponer a terceros que hayan contratado con la sociedad, la falta de forma. Art�culo 215. No se permitir� la formaci�n de sociedades para un objeto il�cito; si no obstante se violare esta prohibici�n, a solicitud de cualquiera de los socios, de un tercero interesado o del Agente de la Procuradur�a Social, se declarar� la nulidad de la sociedad, la cual se pondr� en liquidaci�n. Art�culo 216. El instrumento mediante el cual se constituye la sociedad deber� expresar: El nombre, apellido, domicilio y capacidad de los otorgantes; La raz�n social; El objeto de la sociedad; La duraci�n de la sociedad; El importe del capital social y la aportaci�n con que cada socio debe contribuir; y Las facultades de los socios administradores y la forma de designarlos. Art�culo 217. Ser� nula la sociedad en que se estipule que los provechos pertenezcan exclusivamente a alguno o algunos de los socios y todas las p�rdidas a otro u otros. Art�culo 218. No puede estipularse que a los socios capitalistas se les restituya su aporte con una cantidad adicional, haya o no ganancias. Art�culo 219. Los estatutos sociales no pueden modificarse sino por consentimiento de las dos terceras partes de los socios. CAP�TULO V De los Socios Art�culo 220. Cada socio estar� obligado al saneamiento, para el caso de evicci�n, de los bienes que aporte a la sociedad como corresponde a toda enajenaci�n; y a indemnizar por los defectos de esos bienes, como lo est� el vendedor respecto del comprador. Mas si lo que prometi� fue el aprovechamiento de bienes determinados, responder� por ellos seg�n los principios que rigen las obligaciones entre el arrendador y el arrendatario. Art�culo 221. A menos que se haya pactado en los estatutos sociales, no puede obligarse a los socios a hacer una nueva aportaci�n para incrementar los negocios sociales. Cuando el aumento del capital social sea acordado por la mayor�a, los socios que no est�n conformes pueden separarse de la sociedad. Art�culo 222. Los socios no pueden ceder sus derechos sin el consentimiento previo y un�nime de los dem�s coasociados; y sin �l, tampoco pueden admitirse otros nuevos socios, salvo pacto en contrario en uno y en otro caso. Art�culo 223. Los socios gozar�n del derecho del tanto. Si varios socios quieren hacer uso del tanto, les competer� �ste en la proporci�n que representen. El t�rmino para hacer uso del derecho del tanto, ser� de ocho d�as, contados desde que reciban aviso del que pretende enajenar. Art�culo 224. Ning�n socio puede ser excluido de la sociedad sino por el acuerdo de las dos terceras partes de los dem�s socios y por causa grave prevista en los estatutos. Art�culo 225. El socio excluido es responsable de la parte de p�rdidas que le corresponda y los otros socios pueden retener la parte del capital y utilidades de aqu�l, hasta concluir las operaciones pendientes al tiempo de la declaraci�n, debiendo hacerse hasta entonces la liquidaci�n correspondiente. CAP�TULO VI De la Administraci�n de la Sociedad Art�culo 226. La administraci�n de la sociedad puede conferirse a uno o m�s socios. Habiendo socios especialmente encargados de la administraci�n, los dem�s no podr�n contrariar ni entorpecer las gestiones de aqu�llos, ni impedir sus efectos. Art�culo 227. Cuando la sociedad est� administrada en forma colegiada, el n�mero de los integrantes del consejo de administraci�n deber� ser impar. En todo caso el presidente del consejo tendr� voto de calidad para la toma de decisiones. Art�culo 228. El nombramiento de los socios administradores, no priva a los dem�s socios del derecho de examinar el estado de los negocios sociales y de exigir a este fin, la presentaci�n de libros, documentos y papeles, con el objeto de que puedan hacerse las reclamaciones que estimen convenientes. No es v�lida la renuncia del derecho consignado en este Art�culo. Art�culo 229. El nombramiento de los socios administradores, hecho en la escritura de sociedad, no podr� revocarse sin el consentimiento de todos los socios, a no ser judicialmente, por dolo, culpa o inhabilidad. El nombramiento de administradores, hecho despu�s de constituida la sociedad, es revocable por mayor�a de votos. Toda revocaci�n o nombramiento deber� anotarse en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 230. Los socios administradores ejercer�n las facultades que fueren necesarias al giro y desarrollo de los negocios que formen el objeto de la sociedad; pero, salvo convenio en contrario, necesitan autorizaci�n expresa de los otros socios: Para enajenar los bienes de la sociedad, si �sta no se ha constituido con ese objeto; Para pignorarlos, hipotecarlos o gravarlos con cualquier otro derecho real; y Para tomar capitales prestados. Art�culo 231. Las facultades que no se hayan concedido a los administradores, ser�n ejercitadas por todos los socios, resolvi�ndose los asuntos por mayor�a de votos. La mayor�a se computar� por cantidades, pero cuando una sola persona represente el mayor inter�s y se trate de sociedades de m�s de tres socios, se necesita por lo menos el voto que cubra la tercera parte de los socios. Art�culo 232. Siendo varios los socios encargados indistintamente de la administraci�n, sin declaraci�n de que deber�n proceder de acuerdo, podr� cada uno de ellos practicar separadamente los actos administrativos que crea oportunos. Art�culo 233. Los compromisos contra�dos por los socios administradores, en nombre de la sociedad, excedi�ndose de sus facultades, si no son ratificados por �sta, s�lo obligan a la sociedad en raz�n del beneficio recibido. Art�culo 234. Las obligaciones que se contraigan por la mayor�a de los socios encargados de la administraci�n, sin conocimiento de la minor�a o contra su voluntad expresa, ser�n v�lidas; pero los que las hayan contra�do ser�n personalmente responsables a la sociedad de los perjuicios que por ellas se causen. Art�culo 235. El socio o socios administradores est�n obligados a rendir cuentas, siempre que lo pida la mayor�a de los socios, aun cuando no sea la �poca fijada en el contrato de sociedad. Art�culo 236. Cuando la administraci�n no se hubiere limitado a alguno de los socios, todos tendr�n derecho a concurrir a la direcci�n y manejo de los negocios comunes. Las decisiones ser�n tomadas por mayor�a. Siempre que haya varios administradores, los terceros podr�n emplazar a cualesquiera de ellos para exigir el cumplimiento de las obligaciones sociales. Art�culo 237. El administrador, mientras no tome posici�n (sic) quien lo suceda en el cargo, se considera como �rgano de la sociedad y no podr�, por tanto, separarse de la representaci�n de la misma ni de las obligaciones inherentes a este car�cter. CAP�TULO VII De la Disoluci�n de las Sociedades Art�culo 238. La sociedad se disuelve: Por consentimiento de las dos terceras partes de los socios; Por haberse cumplido el t�rmino prefijado en el contrato de sociedad; Por la realizaci�n completa del fin social, o por haberse vuelto imposible la consecuci�n del objeto de la sociedad; Por la muerte o incapacidad que le impida obligarse de uno de los socios que tengan responsabilidad ilimitada por los compromisos sociales, salvo que en la escritura constitutiva se ha haya pactado que la sociedad contin�e con los sobrevivientes o con los herederos de aqu�l; Por la muerte del socio industrial, siempre que su industria haya dado nacimiento a la sociedad; Por la renuncia de uno de los socios, cuando se trate de sociedades de duraci�n indeterminada y los otros socios no deseen continuar asociados, siempre que esa renuncia no sea maliciosa ni extempor�nea; y Por resoluci�n judicial. Para que la disoluci�n de la sociedad surta efecto contra tercero, es necesario que se haga constar en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 239. Cuando, pasado el t�rmino por el cual fue constituida la sociedad, �sta contin�e funcionando, se entender� prorrogada su duraci�n por tiempo indeterminado, sin necesidad de nueva escritura social, y su existencia puede demostrarse por todos los medios de prueba. Art�culo 240. En el caso de que a la muerte de un socio, la sociedad hubiere de continuar con los supervivientes, se proceder� a la liquidaci�n de la parte que corresponda al socio difunto, para entregarla a su sucesi�n. Los herederos del que muri� tendr�n derecho al capital y utilidades que al finado correspondan en el momento en que muri� y, en lo sucesivo, s�lo tendr�n parte en lo que dependa necesariamente de los derechos adquiridos o de las obligaciones contra�das por el socio que muri�. Art�culo 241. La renuncia se considerar� maliciosa cuando el socio que la hace se propone aprovecharse exclusivamente de los beneficios o evitarse p�rdidas que los socios deber�an de recibir o reportar en com�n, con arreglo al convenio. Art�culo 242. Se dice extempor�nea la renuncia, si al hacerla, las cosas no se hallan en su estado �ntegro y la sociedad puede ser perjudicada con la disoluci�n que originar�a la renuncia. Art�culo 243. La disoluci�n de la sociedad no modifica los compromisos contra�dos con terceros. CAP�TULO VIII De la Liquidaci�n de la Sociedad Art�culo 244. Disuelta la sociedad, se pondr� inmediatamente en liquidaci�n, la cual se practicar� dentro del plazo de seis meses, salvo pacto en contrario. Art�culo 245. Cuando la sociedad se ponga en liquidaci�n, deben agregarse a su nombre las palabras: "en liquidaci�n". Art�culo 246. La liquidaci�n debe hacerse por todos los socios, salvo que convengan en nombrar liquidadores o que ya estuvieren nombrados en la escritura social. Art�culo 247. Si cubiertos los compromisos sociales y devueltos los aportes de los socios, quedaren algunos bienes, se considerar�n utilidades, y se repartir�n entre los socios en la forma convenida. Si no hubo convenio, se repartir�n proporcionalmente a sus aportes. Art�culo 248. Ni el capital social ni las utilidades pueden repartirse, sino despu�s de la disoluci�n de la sociedad y previa la liquidaci�n respectiva, salvo pacto en contrario. Art�culo 249. Si al liquidarse la sociedad no quedaren bienes suficientes para cubrir los compromisos sociales y devolver sus aportes a los socios, el d�ficit se considerar� p�rdida y se repartir� entre los asociados en la forma establecida en el art�culo anterior. Art�culo 250. Si s�lo se hubiere pactado lo que hubiere de corresponder a los socios por utilidades, en la misma proporci�n responder�n de las p�rdidas. Art�culo 251. Si alguno de los socios contribuye s�lo con su industria, sin que �sta se hubiere estimado, ni se hubiere designado cuota que por ella debiera recibir, se observar�n las reglas siguientes: Si el trabajo del industrial pudiera hacerse por otro, su cuota ser� la que corresponda por raz�n de sueldos u honorarios y esto mismo se observar� si son varios los socios industriales; Si el trabajo no pudiere ser hecho por otro, su cuota ser� igual a la del socio capitalista que tenga m�s; Si s�lo hubiere un socio industrial y otro capitalista, se dividir�n entre s� por partes iguales las ganancias; y Si son varios los socios industriales y est�n en el caso de la fracci�n II, llevar�n entre todos la mitad de las ganancias y las dividir�n entre s� por convenio y, a falta de �ste, por decisi�n arbitral. Art�culo 252. Si el socio industrial hubiere contribuido tambi�n con cierto capital, se considerar�n �ste y la industria separadamente. Art�culo 253. Si al terminar la sociedad en que hubiere socios capitalistas e industriales, resultare que no hubo ganancias, todo el capital se distribuir� entre los socios capitalistas. Art�culo 254. Salvo pacto en contrario, los socios industriales no responder�n de las p�rdidas. CAP�TULO IX De las Sociedades Extranjeras Art�culo 255. Para que las sociedades extranjeras de car�cter civil, puedan ejercer sus actividades en el Estado, deber�n ante todo, estar autorizadas por la Secretar�a de Relaciones Exteriores. Art�culo 256. A m�s de la autorizaci�n de que habla el art�culo anterior, deber�n comprobar: Que est�n constituidas con arreglo a las leyes de su pa�s y que sus estatutos nada contienen que sea contrario a las leyes de orden p�blico en el Estado; y Que tienen representante domiciliado en el lugar donde van a operar, suficientemente autorizado para responder de las obligaciones que contraigan las mencionadas personas jur�dicas. Art�culo 257. Concedida la autorizaci�n por la Secretar�a de Relaciones Exteriores y satisfechos los requisitos que establece el art�culo anterior, se inscribir�n en el Registro P�blico de la Propiedad, los estatutos de las asociaciones y sociedades extranjeras. T�TULO CUARTO Del Matrimonio CAP�TULO I Disposiciones Generales (El 26 de enero de 2016, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de Naci�n, en el resolutivo segundo de la sentencia dictada al resolver la acci�n de inconstitucionalidad 28/2015, declar� por v�a de consecuencia la invalidez de la porci�n normativa de este art�culo subrayada, fue publicada en el peri�dico oficial El Estado de Jalisco el 23 de abril de 2016 sec. IV.) Art�culo 258. El matrimonio es una instituci�n de car�cter p�blico e inter�s social, por medio de la cual un hombre y una mujer deciden compartir un estado de vida para la b�squeda de su realizaci�n personal y la fundaci�n de una familia. Art�culo 259. En la relaci�n matrimonial, se deben considerar los siguientes fines: Es libremente electo, tanto por lo que corresponde a su celebraci�n, como a la persona con quien se contrae; Los c�nyuges conservar�n en todo tiempo, la libertad para determinar la totalidad de los aspectos concernientes a su relaci�n matrimonial, dado que los v�nculos que derivan de tal uni�n, son exclusivos de la pareja; Con el matrimonio se funda legalmente la familia, que es la comunidad establecida naturalmente para la diaria convivencia; IV. La estabilidad de la familia, base de las instituciones sociales, contribuye a la armon�a social, por ello se inculcar�n en su seno principios, valores y la cultura de la igualdad y equidad de g�nero; V. En las relaciones conyugales tiene manifestaci�n la complementariedad de los seres humanos en los aspectos afectivo y biol�gico, ning�n c�nyuge es superior al otro y con la uni�n se hace posible el desarrollo de la potencialidad humana; VI. El hijo debe ser la expresi�n del amor de sus padres; VII. La familia constituye el medio natural para el desarrollo de las interrelaciones de responsabilidad y solidaridad humana; VIII. En la familia debe buscarse el afecto y la fidelidad, as� como darse apoyo rec�proco; y IX. El afecto familiar es reconocido como una dignidad, no como un sometimiento de un ser a otro, sino como un perfecto entendimiento sobre los valores de existencia humana. Los esposos tienen el derecho natural e inalienable de fundar una familia y decidir responsablemente sobre el intervalo entre los nacimientos y el n�mero de hijos a procrear. CAP�TULO II De los Requisitos para Contraer Matrimonio (El 26 de enero de 2016, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de Naci�n, en el resolutivo segundo de la sentencia dictada al resolver la acci�n de inconstitucionalidad 28/2015, declar� por v�a de consecuencia la invalidez de la porci�n normativa de este art�culo subrayada, fue publicada en el peri�dico oficial El Estado de Jalisco el 23 de abril de 2016 sec. IV.) Art�culo 260. Para contraer matrimonio, el hombre y la mujer necesitan contar con cuando menos dieciocho a�os de edad de conformidad a lo dispuesto por el art�culo 45 de la Ley General de las Ni�os N��os y Adolescentes. Art�culo 261. Derogado. Art�culo 262. Derogado. Art�culo 263. Derogado. Art�culo 264. Derogado. Art�culo 265. Derogado. Art�culo 266. Derogado. Art�culo 267. Derogado. (El 26 de enero de 2016, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de Naci�n, en el resolutivo segundo de la sentencia dictada al resolver la acci�n de inconstitucionalidad 28/2015, declar� por v�a de consecuencia la invalidez de la porci�n normativa de este art�culo subrayada, fue publicada en el peri�dico oficial El Estado de Jalisco el 23 de abril de 2016 sec. IV.) Art�culo 267-Bis. El hombre y la mujer acreditar�n ante el Oficial del Registro Civil haber recibido el curso prematrimonial que no ser� menor de dos horas, cuyo contenido versar� sobre los derechos y obligaciones que se contraen con el v�nculo del matrimonio de acuerdo a los cap�tulos correspondientes de este c�digo, el cual deber� contener un apartado sobre la igualdad y la equidad de g�nero, as� como de prevenci�n, detecci�n, atenci�n, sanci�n y erradicaci�n de violencia intrafamiliar. Dicho curso ser� dise�ado e impartido por el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia. Art�culo 268.- Son impedimentos para celebrar el matrimonio: I. Ser menor de 18 a�os de edad; II. El parentesco de consanguinidad, leg�timo o natural, sin limitaci�n de grado en la l�nea recta ascendente o descendente. En la l�nea colateral igual, el impedimento se extiende a los hermanos, medios hermanos y primos. En la colateral desigual, el impedimento se extiende solamente a los t�os y sobrinos. El parentesco de afinidad en l�nea recta, sin limitaci�n alguna; III. El parentesco de consanguinidad en l�nea colateral en el tercero y cuarto grados; IV. El matrimonio subsistente; V. Derogada VI. El atentado contra la vida de alguno de los casados para contraer matrimonio con el que quede libre; VII. Las enfermedades cr�nicas e incurables que sean, adem�s, contagiosas y que pongan en peligro la vida o hereditarias; y cualesquiera otra enfermedad o conformaci�n especial que sean contrarias a los fines del matrimonio, bien porque impidan las funciones relativas, o bien porque cient�ficamente hagan prever alg�n perjuicio grave o degeneraci�n para los descendientes; la impotencia incurable para la c�pula salvo cuando exista por causa de la edad o cuando por otra diversa causa sea conocida por ambos contrayentes; VIII. El estado de interdicci�n que se lo impida; IX. La fuerza o miedo graves; X. No acreditar ante el Oficial del Registro Civil, que los interesados recibieron el curso prematrimonial, a que se hace referencia en el art�culo anterior. De estos impedimentos s�lo es dispensable el enunciado en la fracci�n III. Art�culo 269. El adoptante no puede contraer matrimonio con el adoptado o sus descendientes. Art�culo 270. Se deroga Art�culo 271. El tutor no puede contraer matrimonio con la persona que ha estado o est� bajo su guarda, a no ser que obtenga dispensa, la que no se le conceder� sino cuando hayan sido aprobadas las cuentas de la tutela. Esta prohibici�n comprende tambi�n al curador y a los descendientes de �ste y del tutor. Art�culo 272. Si el matrimonio se celebrare en contravenci�n de lo dispuesto en el art�culo anterior, el juez nombrar� inmediatamente un tutor interino que reciba los bienes y los administre mientras revisa las cuentas de la tutela y el convenio matrimonial. CAP�TULO III De los Deberes y Derechos que Nacen del Matrimonio Art�culo 273. Los c�nyuges deben contribuir, cada uno por su parte, a los fines del matrimonio. Art�culo 274.- Los c�nyuges vivir�n juntos en el domicilio conyugal que de com�n acuerdo establezcan, y en el cual ambos disfrutar�n de autoridad propia y consideraciones iguales. El Sistema DIF estatal o municipal con conocimiento de causa, podr� recomendar se exima de esta obligaci�n a alguno de ellos, cuando el otro se establezca en lugar insalubre, indecoroso, peligroso, o traslade el domicilio a pa�s extranjero, a no ser que lo haga en servicio p�blico. Tambi�n cesar� la obligaci�n que tienen los c�nyuges de vivir juntos cuando uno de ellos padezca temporalmente enfermedad del orden ps�quico o infeccioso. Art�culo 275.- Los c�nyuges contribuir�n al funcionamiento del hogar y aportar�n econ�micamente a su sostenimiento, a su alimentaci�n y a la de sus hijos, as� como a la educaci�n de �stos en los t�rminos que la ley establece, sin perjuicio de distribuirse la carga en la forma y proporci�n que acuerden para este efecto, seg�n sus posibilidades. A lo anterior no est� obligado el que se encuentre imposibilitado para trabajar y careciere de bienes propios, en cuyo caso el otro atender� �ntegramente a estos gastos. Los deberes y derechos que nacen del matrimonio ser�n iguales para los c�nyuges e independientes de su aportaci�n econ�mica al sostenimiento del hogar. Art�culo 276. Cada uno de los c�nyuges tiene un derecho preferente sobre los bienes propios del otro, y sobre los productos e ingresos que correspondan a los gastos de alimentaci�n para el c�nyuge y sus hijos, pudiendo pedir el aseguramiento de bienes, para hacer efectivo este derecho. Art�culo 277. Los c�nyuges decidir�n de com�n acuerdo todo lo concerniente al manejo del hogar, a la formaci�n, educaci�n y desarrollo ps�quico de los hijos. En caso de desacuerdo, el Sistema DIF estatal o municipal podr� emitir recomendaci�n al respecto; procurando en todo caso avenir a los c�nyuges en ese aspecto. Art�culo 278. Es deber de cada c�nyuge el cultivar y promover el conocimiento, comprensi�n y concientizaci�n de lo que significa el estado social del matrimonio, lo mismo que los procesos de mutaci�n humano biol�gicos para que le permitan un mejor acoplamiento y complementariedad en esta relaci�n. Art�culo 279. Es deber y obligaci�n de los c�nyuges, la fidelidad sexual y afectiva, procurar, respecto del otro su superaci�n personal, guardarle y hacer que se guarden las debidas consideraciones a su persona y proporcionarle en las mejores condiciones, satisfactores de salud y bienestar. CAP�TULO IV De las Relaciones Econ�mico Patrimoniales entre los C�nyuges Art�culo 280. Los c�nyuges mayores de edad, tienen capacidad para administrar, disponer de sus bienes propios y ejercitar las acciones u oponer las excepciones que a ellos correspondan, sin que para tal objeto necesite el esposo del consentimiento de la esposa, ni �sta de la autorizaci�n de aqu�l; salvo lo que se estipule en las capitulaciones matrimoniales sobre administraci�n de los bienes. Art�culo 281.- Se deroga Art�culo 282. El matrimonio puede celebrarse por lo que respecta a su relaci�n patrimonial, bajo el r�gimen de sociedad legal; sociedad conyugal o voluntaria y separaci�n de bienes. El r�gimen de sociedad legal ser� presunto en los matrimonios que se celebren. En la sociedad conyugal o voluntaria, y en el r�gimen de separaci�n de bienes, se requiere expresamente de capitulaciones matrimoniales para su establecimiento. Al celebrarse el matrimonio los c�nyuges deber�n indicar cu�l de los dos tendr� la administraci�n. Art�culo 283. Las capitulaciones matrimoniales son los pactos que se celebran para constituir la sociedad conyugal o la separaci�n de bienes y reglamentar la administraci�n de estos en uno y en otro caso. Art�culo 284. Las capitulaciones matrimoniales pueden otorgarse antes de la celebraci�n del matrimonio o durante �l, y pueden comprender no solamente los bienes de que sean due�os los esposos en el momento de hacer el pacto, sino tambi�n los que adquieran despu�s. Art�culo 285. Las capitulaciones matrimoniales en que se pacte la separaci�n de bienes, constar�n en escritura p�blica; pero ser�n v�lidas las celebradas antes o en el acto mismo del matrimonio, aun cuando consten en documento privado, siempre que fueren ratificadas ante el Oficial del Registro Civil. Art�culo 286. Se deroga CAP�TULO V De la Sociedad Legal Art�culo 287. El r�gimen de la sociedad legal consiste en la formaci�n de un patrimonio com�n diferente de los patrimonios propios de los consortes y cuya administraci�n y dominio corresponde a ambos c�nyuges indistintamente, con las limitaciones que se establecen en la ley. Art�culo 288. Forman el patrimonio de la sociedad legal: Todos los bienes adquiridos por cualquiera de los c�nyuges en el ejercicio de su profesi�n u oficio; Los bienes que provengan de herencia, legado o donaci�n hechos a ambos c�nyuges sin designaci�n de parte. Si hubiere designaci�n de partes y �stas fueren desiguales, s�lo ser�n comunes los frutos de la herencia, legado o donaci�n; El numerario extra�do de la masa com�n para adquirir bienes por resoluci�n de contrato u otro t�tulo que pertenezca por derecho propio a alguno de los c�nyuges, anterior al matrimonio; El precio de las refacciones de cr�dito, y el de cualesquiera mejora y reparaciones hechas en fincas o cr�ditos propios de cada uno de los c�nyuges; El exceso o diferencia de precio dado por uno de los c�nyuges en venta o permuta de bienes propios para adquirir otros en lugar de los vendidos o permutados; Los bienes adquiridos por t�tulo oneroso durante la sociedad, bien se haga la adquisici�n para la comunidad, bien para uno solo de los consortes; y Los frutos, accesiones, rentas o intereses percibidos o devengados durante la sociedad, procedentes de los bienes comunes o de los peculiares de cada uno de los consortes. CAP�TULO VI De la Sociedad Conyugal o Voluntaria Art�culo 289. La sociedad conyugal se regir� por las capitulaciones matrimoniales que la constituyan, y en lo que no estuviere expresamente estipulado, por las disposiciones relativas a la sociedad legal, o en defecto de �stas, por las que rigen el contrato de sociedad en general. Art�culo 290. Las capitulaciones matrimoniales en que se constituya la sociedad conyugal, constar�n en escritura p�blica cuando los esposos pacten hacerse copart�cipes o transferirse la propiedad de bienes que ameriten tal requisito para que la traslaci�n sea v�lida. Art�culo 291. En este caso, la alteraci�n que se haga a las capitulaciones deber� tambi�n otorgarse en escritura p�blica, haciendo la anotaci�n en la oficina del Registro Civil donde se celebr� el matrimonio y en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 292. Las capitulaciones matrimoniales en que se establezca la sociedad conyugal, deben contener: La lista detallada de los bienes muebles o inmuebles que cada parte lleve a la sociedad, con expresi�n de su valor y de los grav�menes que reporten; Relaci�n pormenorizada de las deudas que tenga cada esposo al celebrar el matrimonio; La declaraci�n expresa de si la sociedad conyugal ha de comprender todos los bienes de cada consorte o s�lo parte de ellos, precisando en este �ltimo caso cu�les son los bienes que hayan de entrar a la sociedad; La declaraci�n expl�cita de si la sociedad conyugal ha de comprender todos los bienes de los consortes o solamente sus productos. En uno y otro caso, se determinar� con toda claridad la parte que de los bienes o de sus productos corresponda a cada c�nyuge; La declaraci�n de si el producto del trabajo de cada consorte corresponde exclusivamente al que lo ejecut�, o si debe dar participaci�n de ese producto al otro consorte y en qu� proporci�n; La declaraci�n acerca de si los bienes futuros que adquieran los c�nyuges durante el matrimonio, pertenecen exclusivamente al adquirente, o si deben repartirse entre ellos y en que proporci�n; y Las bases para liquidar la sociedad. Art�culo 293. La capitulaci�n por la que uno de los consortes haya de percibir todas las utilidades, as� como la que establezca que alguno de ellos sea responsable por las p�rdidas y deudas comunes en una parte que exceda a lo que proporcionalmente corresponda a su capital o utilidades, se tendr� por no puesta. Art�culo 294. Cuando se establezca que uno de los consortes s�lo debe recibir una cantidad determinada, el otro consorte o sus herederos deben pagar la suma convenida, haya o no utilidad en la sociedad. Art�culo 295. Todo pacto que importe cesi�n de una parte de los bienes propios de cada c�nyuge ser� considerado como donaci�n. CAP�TULO VII Disposiciones Comunes a las Sociedades Legal y Conyugal Secci�n Primera De la Administraci�n de la Sociedad Art�culo 296. Al celebrarse el matrimonio los c�nyuges deben indicar cu�l de los dos tendr� la administraci�n de los bienes comunes. Pueden tambi�n pactar durante la vigencia del matrimonio el cambio de administrador, para lo cual deber�n as� hacerlo saber ante el Oficial del Registro Civil, donde se celebr� el matrimonio para que marginalmente y previa solicitud ratificada ante su presencia, se haga la anotaci�n correspondiente. Art�culo 297. El dominio y posesi�n de los bienes comunes reside en ambos c�nyuges, mientras subsista la sociedad; y las acciones en contra de �sta o sobre los bienes sociales ser�n dirigidas contra ambos c�nyuges. Art�culo 298. El marido o la mujer pueden enajenar y obligar a t�tulo oneroso los bienes muebles comunes de los cuales sean titulares. Art�culo 299. Los bienes inmuebles y los derechos reales pertenecientes al fondo social, no pueden ser obligados ni enajenados de modo alguno por un c�nyuge sin consentimiento del otro; pero el juez puede suplir ese consentimiento previa audiencia del opositor. Art�culo 300. Ninguna enajenaci�n que de los bienes gananciales haga un consorte, en contravenci�n de la ley o en fraude del otro c�nyuge, perjudicar� a �ste ni a sus herederos. Art�culo 301. Pueden los c�nyuges pagar con los gananciales los gastos ordinarios de la familia, seg�n sus circunstancias, sin perjuicio de la obligaci�n com�n de ambos c�nyuges y con la parte que le corresponda en el fondo social. Secci�n Segunda De los Bienes Propios y de los Comunes Art�culo 302. Ninguno de los c�nyuges puede considerarse como tercero respecto de la sociedad por lo que ve a obligaciones a cargo de �sta que afecten los bienes sociales. Art�culo 303. Son propios de cada c�nyuge los bienes de que era due�o al tiempo de celebrarse el matrimonio y los que pose�a antes de �ste, aunque no fuera due�o de ellos, si los adquiere por usucapi�n durante la sociedad. Art�culo 304. Lo son tambi�n, los que durante la sociedad adquiere cada c�nyuge por donaci�n de cualquier especie, por herencia o por legado constituido a favor de uno solo de ellos. Art�culo 305. Si los legados o las donaciones fueren onerosos, las cargas de aqu�llos, se deducir�n de los bienes propios del consorte en cuyo favor se hubieren otorgado. Si fueren cubiertos o soportados por la sociedad, �sta representar� en el legado o donaci�n la parte proporcional con que hubiere contribuido. Art�culo 306. Son propios de cada consorte los bienes adquiridos por resoluci�n de contrato u otro t�tulo propio, que sea anterior al matrimonio, aunque la prestaci�n se haya hecho despu�s de la celebraci�n de �l. Art�culo 307. Los gastos que se hubieren causado para hacer efectivo el t�tulo, ser�n a cargo del due�o de �ste. Art�culo 308. Igualmente corresponden a cada c�nyuge los bienes adquiridos por compra o permuta de los ra�ces que le pertenezcan, para adquirir otros tambi�n ra�ces que se sustituyan por venta o permuta. Art�culo 309. Cuando se vendan los bienes inmuebles propios de uno de los c�nyuges y su precio no se invierta en comprar otros inmuebles, el precio adquirido se considerar� como propio del c�nyuge due�o de bienes vendidos, si estos entraron a la sociedad conyugal sin ser estimados; pero si se estimaron al celebrarse el matrimonio o al otorgarse las capitulaciones matrimoniales, ser� de propiedad del due�o el precio en que fueron estimados, reput�ndose como ganancias o p�rdidas de la sociedad, el aumento o disminuci�n que hayan tenido al ser enajenados. Art�culo 310. Es propio de cada c�nyuge lo que adquiere por la consolidaci�n de la propiedad y el usufructo, as� como son de su cargo los gastos que se hubieren hecho. Art�culo 311. Si alguno de los c�nyuges tuviere derecho a una prestaci�n exigible en plazos que no tenga el car�cter de usufructo, las cantidades cobradas por los plazos vencidos durante el matrimonio, no ser�n gananciales, sino propias de cada c�nyuge. Art�culo 312. Lo adquirido por raz�n de usufructo, con cargo a bienes comunes pertenece al fondo social. Art�culo 313. No pueden renunciarse los gananciales durante el matrimonio; pero disuelto �ste o decretada la separaci�n de bienes, pueden renunciarse los adquiridos a condici�n de que se formalice en escritura p�blica. Art�culo 314. Todos los bienes que existen en poder de cualesquiera de los c�nyuges al hacer la separaci�n de ellos, se presumen gananciales, mientras no se pruebe lo contrario. Art�culo 315. Ni la declaraci�n de uno de los c�nyuges que afirma ser suya una cosa, ni la confesi�n del otro, ni ambas juntas, se estimar�n pruebas suficientes, aunque sean judiciales. Art�culo 316. El c�nyuge que legalmente fuere fiador o aval responder� con los bienes que tuviere propios; s�lo con la parte que le corresponda en el fondo social. Art�culo 317. Las deudas contra�das durante el matrimonio por ambos c�nyuges, por el administrador o por el otro socio con autorizaci�n de aqu�l o en su ausencia o por su impedimento, son carga de la sociedad sin perjuicio de la responsabilidad del c�nyuge directamente obligado, que puede hacerse efectiva sobre sus bienes propios. Al liquidarse la sociedad el c�nyuge que hubiere pagado con bienes propios deudas a cargo de la sociedad, ser� acreedor de �sta por el importe de aqu�llas. Art�culo 318. Se except�an de lo dispuesto en el art�culo anterior: Las deudas que provengan de delito de alguno de los c�nyuges o de alg�n hecho moralmente reprobado, aunque no sea punible por la ley; y Las deudas que graven los bienes propios de los c�nyuges, no siendo por pensiones cuyo importe haya entrado al fondo social. Art�culo 319. El importe de deudas de uno de los c�nyuges, anteriores al matrimonio y pagadas por la sociedad, se cargar�n al c�nyuge deudor al liquidarse �sta, salvo el caso de que el otro c�nyuge estuviere tambi�n personalmente obligado a que las deudas de que se trata hubieren sido aprovechadas en com�n. Se comprenden entre las deudas a que se refiere el presente art�culo, las que provengan de cualquier hecho de los consortes anterior al matrimonio, aun cuando la obligaci�n se haga efectiva durante la sociedad. Art�culo 320. Los d�bitos anteriores al matrimonio en el caso de que el c�nyuge obligado no tenga con qu� satisfacerlos, solo podr�n ser pagados con los gananciales que le correspondan, despu�s de disuelta la sociedad. Art�culo 321. Son carga de la sociedad, los atrasos de las pensiones o r�ditos devengados durante el matrimonio, de las obligaciones a que estuvieren afectos, tanto los bienes propios de los c�nyuges como los que forman el fondo social. Art�culo 322. Tambi�n son carga de la sociedad, los gastos que se hagan en las reposiciones indispensables para la conservaci�n de los bienes propios de cada c�nyuge. Los que no fueren de esta clase, se imputar�n al haber del due�o. Art�culo 323. Todos los gastos que se hicieren para la conservaci�n de los bienes del fondo social, son carga de la sociedad. Art�culo 324. Lo son igualmente, el mantenimiento de la familia, la educaci�n e instrucci�n de los hijos comunes y la de los hijos propios de uno de los c�nyuges que vivan en el domicilio conyugal y sean menores de edad. Art�culo 325. Tambi�n es carga de la sociedad, el importe de lo dado o prometido por ambos consortes a los hijos para su colocaci�n, cuando no hayan pactado que se satisfaga de los bienes propios de uno de ellos en todo o en parte. Si la donaci�n o la promesa se hubiere hecho por s�lo uno de los consortes, ser� pagada de sus bienes individuales. Art�culo 326. Son igualmente cargas de la sociedad, los gastos de inventarios y dem�s que se causen en la liquidaci�n y en la entrega de los bienes que formaron el fondo social. Secci�n Tercera De la Liquidaci�n de la Sociedad Art�culo 327. La sociedad puede terminar antes de que se disuelva el matrimonio si as� lo convienen los esposos. Art�culo 328. Puede tambi�n terminar la sociedad durante el matrimonio, a petici�n de alguno de los c�nyuges, por los siguientes motivos: Si el socio administrador, por su negligencia o torpe administraci�n patrimonial, hace peligrar a su consocio o disminuir considerablemente los bienes comunes; y Cuando el socio administrador hace cesi�n de bienes a sus acreedores o es declarado en quiebra, o sujeto a concurso de acreedores. Al iniciarse el procedimiento judicial, cesar�n interinamente los efectos de la sociedad, sin perjuicio de los actos y obligaciones anteriores, estableci�ndose un r�gimen de copropiedad respecto a los bienes sociales en los cuales cada c�nyuge representar� la proporci�n que corresponda conforme a las capitulaciones matrimoniales o cada uno la mitad, si �stas nada prev�n al respecto o si el matrimonio se celebr� bajo el r�gimen de sociedad legal. La declaraci�n respectiva se inscribir� en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 329. No pueden renunciarse anticipadamente los gananciales que resulten de la sociedad; pero disuelto el matrimonio o establecida la separaci�n de bienes, pueden los c�nyuges renunciar a los gananciales adquiridos y s�lo ser� v�lida la renuncia si se hace en escritura p�blica. Art�culo 330. La sentencia que declare la ausencia de alguno de los c�nyuges, modifica o suspende la sociedad en los casos se�alados en este c�digo. Art�culo 331. La sociedad se suspende en los casos de divorcio, cuando as� se solicite al inicio del procedimiento respectivo. Art�culo 332. El abandono injustificado por m�s de seis meses del domicilio conyugal por uno de los c�nyuges, hace cesar para �l, desde el d�a del abandono, los efectos de la sociedad en cuanto le favorezcan; estos no podr�n comenzar de nuevo sino por convenio expreso. Art�culo 333. En los casos de ilegitimidad, la sociedad se considera subsistente hasta que se pronuncie sentencia ejecutoria, si los dos c�nyuges procedieron de buena fe. Art�culo 334. Cuando uno solo de los c�nyuges tuvo buena fe, la sociedad subsistir� tambi�n hasta que cause ejecutoria la sentencia, si la continuaci�n es favorable al c�nyuge inocente; en caso contrario se considerar� nula desde un principio. Art�culo 335. Si los dos c�nyuges procedieron con mala fe, los gananciales se aplicar�n a los hijos y si no los hubiere, se repartir�n proporcionalmente entre los consortes. Art�culo 336. Si la disoluci�n de la sociedad procede de ilegitimidad del matrimonio, el consorte que hubiere obrado con mala fe no tendr� parte en los gananciales. Art�culo 337. En los casos de divorcio por mutuo consentimiento o de simple separaci�n de bienes, se observar�n, para la liquidaci�n, los convenios que hayan celebrado los consortes; las capitulaciones matrimoniales y lo dispuesto en este cap�tulo, en sus respectivos casos. Art�culo 338. Ejecutoriada la resoluci�n que disuelva o suspenda la sociedad, los bienes que pertenec�an al fondo social contin�an respondiendo de las cargas sociales y el c�nyuge directamente obligado a favor de terceros, sigue respondiendo tambi�n con sus bienes propios. Los acreedores de la sociedad podr�n ejercitar o continuar sus acciones contra el administrador, aun cuando se afecten bienes gananciales aplicados al otro c�nyuge, mientras no se les notifique el fallo. Hecha la notificaci�n, los acreedores podr�n dirigir sus acciones contra uno solo de los c�nyuges o contra ambos. El c�nyuge que resultare afectado en sus bienes propios o gananciales por ejecuci�n de deudas a cargo de la sociedad, tendr� derecho a repetir contra el otro c�nyuge por la parte que a �ste correspondiere cubrir. Art�culo 339. La suspensi�n de la sociedad cesar� por el vencimiento del plazo, si alguno se fijo, y con la reconciliaci�n de los consortes, en los casos de divorcio intentado. Art�culo 340. Disuelta o suspendida la sociedad se proceder� desde luego a formar inventario. Art�culo 341. En el inventario se incluir�n espec�ficamente no s�lo todos los bienes que formaron la sociedad, sino los que deben traerse a colaci�n. Art�culo 342. Respecto del art�culo anterior, deben traerse a colaci�n: Las cantidades pagadas por el fondo social que sean carga exclusiva de los bienes propios del c�nyuge; y El importe de las donaciones y el de las enajenaciones que deban considerarse fraudulentas conforme al Art�culo 300. Art�culo 343. No se incluir�n en el inventario, los efectos que formaban el lecho y vestidos ordinarios de los consortes, los que se entregar�n desde luego a �stos o a sus herederos. Art�culo 344. Las p�rdidas o deterioro de los bienes muebles no estimados, aunque provengan de caso fortuito, se pagar�n de los gananciales, si los hubiere, en caso contrario el due�o recibir� los muebles en el estado en que se encuentren. Art�culo 345. Los deterioros de los bienes inmuebles no son abonables en ning�n caso al due�o, excepto los que provengan de culpa del c�nyuge administrador. Art�culo 346. Terminado el inventario, se pagar�n los cr�ditos que hubiere contra el fondo social, se devolver� a cada c�nyuge lo que llev� al matrimonio y, el sobrante, si lo hubiere, se dividir� entre los dos consortes en la forma convenida. En caso de que haya p�rdidas, el importe de �stas se deducir� del haber de cada consorte en proporci�n a las utilidades que debiera corresponderles y si uno solo llev� capital, de �ste se deducir� la p�rdida total. Art�culo 347. Muerto uno de los c�nyuges, continuar� el que sobreviva en la posesi�n y administraci�n del fondo social, con intervenci�n del representante de la sucesi�n, mientras no se verifique la partici�n. Art�culo 348. Cuando haya de ejecutarse simult�neamente la liquidaci�n de dos o m�s matrimonios contra�dos por una misma persona, a falta de inventarios, se admitir�n las pruebas ordinarias para fijar el fondo de cada sociedad. Art�culo 349. En caso de duda, se dividir�n los gananciales entre las diferentes sociedades, en proporci�n al tiempo que hayan durado y al valor de los bienes propios de cada socio. CAP�TULO VIII De la Separaci�n de Bienes Art�culo 350. Puede haber separaci�n de bienes en virtud de capitulaciones anteriores al matrimonio, o durante �ste, por convenio de los consortes, o bien por sentencia judicial. La separaci�n puede comprender no s�lo los bienes de que sean due�os los consortes al celebrar el matrimonio, sino tambi�n de los que adquieran despu�s. Art�culo 351. La separaci�n de bienes puede ser absoluta o parcial. En el segundo caso, los bienes que no est�n comprendidos en las capitulaciones de separaci�n, ser�n objeto de la sociedad conyugal que deben constituir los esposos, o en su defecto, de la sociedad legal. Art�culo 352. Durante el matrimonio, la separaci�n de bienes puede terminar para ser sustituida por la sociedad legal o la sociedad conyugal. Art�culo 353. Las capitulaciones que establezcan separaci�n de bienes, contendr�n un inventario de los que pertenezcan a cada consorte al celebrarse el matrimonio y nota especificada de las deudas que al casarse tenga cada uno de los contrayentes. Art�culo 354. En el r�gimen de separaci�n de bienes, los c�nyuges conservar�n la propiedad y administraci�n de los bienes que respectivamente les pertenecen y, por consiguiente, todos los frutos y accesiones de dichos bienes no ser�n comunes, sino del dominio exclusivo del due�o de ellos. Art�culo 355. Ser�n tambi�n propios de cada uno de los consortes los salarios, sueldos, emolumentos y ganancias que obtuvieren por servicios personales, por el desempe�o de un empleo o el ejercicio de una profesi�n, comercio o industria. Art�culo 356. Los bienes que los c�nyuges adquieran en com�n por donaci�n, herencia, legado, por cualquier otro t�tulo gratuito o por don de la fortuna, entre tanto se hace la divisi�n, ser�n administrados por ambos o por uno de ellos con acuerdo del otro; pero en este caso el que administre ser� considerado como mandatario. Art�culo 357. El marido y la mujer que ejerzan la patria potestad se dividir�n entre s�, por partes iguales, la mitad del usufructo que la ley les concede, respecto de los bienes del menor. CAP�TULO IX De las Donaciones Antenupciales Art�culo 358. Se llaman antenupciales las donaciones que antes del matrimonio hace un futuro esposo al otro, cualesquiera que sea el nombre que la costumbre les haya dado. Art�culo 359. Son tambi�n donaciones antenupciales las que un tercero hace a alguno de los futuros esposos o a ambos, en consideraci�n al matrimonio. Art�culo 360. Las donaciones antenupciales entre futuros esposos aunque fueren varias, no podr�n exceder, reunidas, de un quinta parte de los bienes del donante. En el exceso la donaci�n ser� inoficiosa. Art�culo 361. Las donaciones antenupciales hechas por un tercero ser�n inoficiosas en los t�rminos en que lo fueren las dem�s donaciones referidas en este c�digo. Art�culo 362. Para calcular si es inoficiosa una donaci�n antenupcial, tienen, el futuro esposo donatario y sus herederos, la facultad de elegir la �poca en que se hizo la donaci�n o la del fallecimiento del donador. Art�culo 363. Si al hacerse la donaci�n no se form� el inventario de los bienes del donante, no podr� elegirse la �poca en que aqu�lla se otorg�. Art�culo 364. Las donaciones antenupciales no necesitan para su validez de aceptaci�n expresa. Art�culo 365. Las donaciones antenupciales no se revocan por sobrevenir hijos al donante. Art�culo 366. Tampoco se revocar�n por ingratitud, a no ser que el donante fuere un tercero, que la donaci�n haya sido hecha a ambos futuros esposos y que los dos sean ingratos. Art�culo 367. Las donaciones antenupciales son revocables y se entienden revocadas por el adulterio o el abandono injustificado del domicilio conyugal por parte del donatario, cuando el donante fuere el otro c�nyuge. Art�culo 368. No podr�n realizarse donaciones antenupciales cuando el donador o el donatario sea ni�a, ni�o o adolescente. Art�culo 369. Las donaciones antenupciales quedar�n sin efecto si el matrimonio dejare de efectuarse. Art�culo 370. Son aplicables a las donaciones antenupciales, las reglas de las donaciones comunes, en todo lo que no fueren contrarias a este cap�tulo. CAP�TULO X De las Donaciones entre Consortes Art�culo 371. Los consortes pueden hacerse donaciones con tal de que no sean contrarias a las capitulaciones matrimoniales, ni perjudiquen el derecho de los ascendientes o descendientes a recibir alimentos. Art�culo 372. Las donaciones entre consortes pueden ser revocadas por el donante cuando exista causa justificada para ello. Los sucesores del donante podr�n continuar ante los tribunales la acci�n revocatoria. Si el donante no ejercit� la acci�n revocatoria �ste derecho no se transfiere a sus herederos. Art�culo 373. Estas donaciones no se anular�n por la superveniencia de hijos, pero se reducir�n cuando sean inoficiosas, en los mismos t�rminos que las comunes. CAP�TULO XI De la Legitimidad Matrimonial Secci�n Primera Disposiciones Generales Art�culo 374. Toda celebraci�n y relaci�n matrimonial, tiene la presunci�n de ser leg�tima y de buena fe; quien afirme lo contrario deber� acreditarlo. Art�culo 375. El derecho para demandar la ilegitimidad del matrimonio corresponde a quienes la ley se los concede expresamente y no es transmisible por herencia ni de cualquier otra manera; sin embargo los herederos podr�n continuar la demanda de ilegitimidad entablada por aqu�l a quien heredan. Art�culo 376. S�lo se considerar� ileg�timo un matrimonio cuando as� lo declare una sentencia que cause ejecutoria. Art�culo 377. Los c�nyuges no pueden celebrar transacci�n ni compromiso en �rbitros, acerca de la ilegitimidad del matrimonio. Secci�n Segunda De la Ilegitimidad por Ineficacia del Matrimonio Art�culo 378. Existe ineficacia en el matrimonio: Cuando su celebraci�n o permanencia va contra la naturaleza y esencia de la instituci�n; Cuando su celebraci�n o permanencia se da entre parientes consangu�neos, sin limitaci�n de grado en l�nea recta, o hasta el segundo en la colateral, extendido �ste a medios hermanos; Por haberse celebrado entre parientes por afinidad en l�nea recta sin limitaci�n de grado; Por haberse celebrado entre parientes por adopci�n en l�nea recta sin limitaci�n de grado; y La subsistencia de matrimonio anterior de cualesquiera de los otorgantes. Art�culo 379. La acci�n de ilegitimidad, prevista en el art�culo anterior, podr� ejercitarse en todo tiempo, en los casos se�alados en las cuatro primeras fracciones, por los c�nyuges o por sus ascendientes; en el supuesto de la fracci�n V, por el c�nyuge del primer matrimonio, por los hijos de aqu�l y por los c�nyuges que contrajeron el segundo. Art�culo 380. Las acciones de ilegitimidad matrimonial por ineficacia, son imprescriptibles y no podr�n ser legitimadas; y si no son ejercitadas por las personas facultadas, deber� promover su ilegitimidad el Agente de la Procuradur�a Social. Secci�n Tercera De la Ilegitimidad por Invalidez Matrimonial Art�culo 381. Existe invalidez en el matrimonio por: La falta de edad en los consortes, requerida por la ley; El error acerca de la persona con quien se contrae; y Celebrarse concurriendo alguno de los impedimentos se�alados en las fracciones de la V a la IX del art�culo 268. Art�culo 382. Se deroga Art�culo 383. Se deroga Art�culo 384. La acci�n de ilegitimidad por invalidez que nace de error s�lo puede deducirse por el c�nyuge enga�ado, pero si �ste no denuncia el error inmediatamente que lo advierte, se tiene por consentido y por ende queda subsistente el matrimonio. Art�culo 385. Se deroga Art�culo 386. Cesa esta causa de ilegitimidad si han pasado los treinta d�as sin que se haya pedido. Art�culo 387. Se deroga Art�culo 388. La acci�n de ilegitimidad por invalidez proveniente de atentado contra la vida de alguno de los c�nyuges para casarse con el que quede libre, puede ser deducida por los hijos del c�nyuge v�ctima del atentado o por el Agente de la Procuradur�a Social, dentro de seis meses contados desde que se celebr� el nuevo matrimonio. Art�culo 389. El miedo y la violencia ser�n causas de ilegitimidad por invalidez de matrimonio. La acci�n que nace de esta causa de ilegitimidad s�lo puede deducirse por el c�nyuge agraviado, dentro de noventa d�as contados desde la fecha en que ces� la violencia o intimidaci�n. El juez que tenga conocimiento de esta situaci�n dictar� las medidas necesarias para proteger la integridad de la persona afectada. Art�culo 390. El parentesco por consanguinidad no dispensado, ileg�tima el matrimonio y la acci�n que nace de esta causa de ilegitimidad puede deducirse por los ascendientes de los c�nyuges dentro de los siguientes sesenta d�as a la celebraci�n del matrimonio; pero �ste quedar� revalidado y surtir� efectos desde el d�a de su celebraci�n, si antes de causar ejecutoria la sentencia que declare la ilegitimidad, se obtuviere la dispensa. Art�culo 391. La ilegitimidad que se funde en alguna de las causas de la fracci�n VII del Art�culo 268, s�lo puede ser pedida por los c�nyuges, dentro del t�rmino de sesenta d�as contados desde que se celebr� el matrimonio. Art�culo 392. Tienen derecho a pedir la ilegitimidad a que se refiere la fracci�n VIII del art�culo 268, el otro c�nyuge, el tutor del incapaz o �ste cuando pueda realizar el acto, con o sin asistencia del tutor. Secci�n Cuarta De la Ilicitud en el Matrimonio Art�culo 393. Produce ilicitud en el matrimonio: El matrimonio celebrado en contravenci�n a lo dispuesto en los Art�culos relativos a las actas de matrimonio de la Ley del Registro Civil del Estado; El matrimonio celebrado, sin que hayan transcurrido los t�rminos fijados en los Art�culos 270, 271 y 420; y Cuando se contrajo, estando pendiente la decisi�n de un impedimento que sea susceptible de dispensa. Art�culo 394. La ilicitud que se funde en la falta de formalidades esenciales en el matrimonio, puede alegarse por los c�nyuges o por cualquiera que tenga inter�s en probar que no hay matrimonio. Tambi�n podr� declararse esa ilicitud a instancia del Agente de la Procuradur�a Social. Art�culo 395. No se admitir� demanda de ilicitud por falta de solemnidades en el acta, de matrimonio celebrado ante el Oficial del Registro Civil, cuando a la existencia del acta se una la posesi�n de estado matrimonial. Secci�n Quinta De los Efectos de la Declaraci�n de Ilegitimidad del Matrimonio Art�culo 396. Ejecutoriada la sentencia que declare ileg�timo el matrimonio, ya sea por ineficacia o por invalidez, el tribunal de oficio, enviar� copia certificada de ella, por triplicado, al Director del Registro Civil, quien conservar� una en el archivo estatal y las dos restantes, las remitir� respectivamente al Oficial del Registro Civil que autoriz� el matrimonio ileg�timo y a la Direcci�n General del Registro Nacional de Poblaci�n. Art�culo 397. Los servidores del Registro Civil a que se refiere el art�culo anterior, al margen del acta de matrimonio, pondr�n una nota circunstanciada en que consten los puntos resolutivos de la sentencia, su fecha, el tribunal que la pronunci� y el n�mero con que se marque la copia, que ser� depositada en el archivo. Art�culo 398. El matrimonio contra�do de buena fe, aunque sea declarado ileg�timo por invalidez, produce todos sus efectos civiles en favor de los c�nyuges mientras dure; y en todo tiempo, en favor de los hijos nacidos antes de la celebraci�n del matrimonio, durante �l y trescientos d�as despu�s de la declaraci�n de ilegitimidad, si no se hubieren separado los consortes o desde su separaci�n en caso contrario. Art�culo 399. Si ha habido buena fe de parte de uno solo de los c�nyuges, el matrimonio produce efectos civiles �nicamente respecto de �l y de los hijos. Si ha habido mala fe de ambos consortes, el matrimonio produce efectos civiles solamente respecto de los hijos. Art�culo 400. Luego que la sentencia de ilegitimidad cause ejecutoria, se resolver� lo relativo a la situaci�n de los hijos, siendo aplicables las siguientes disposiciones: Los padres podr�n convenir lo que consideren m�s adecuado sobre el cuidado y custodia de ellos, la proporci�n que les corresponda pagar de los alimentos de los hijos y la manera de garantizar su pago; La autoridad judicial aprobar� o no el convenio seg�n estime conveniente para el inter�s de los hijos; En caso de que los padres no llegaren a ning�n acuerdo o la autoridad judicial desapruebe el convenio, �sta dictar� las medidas que estime procedentes, tomando en consideraci�n el orden de preferencia establecido en este libro en el t�tulo s�ptimo; Puede la autoridad judicial ordenar que los hijos queden al cuidado del ascendiente o ascendientes, paternos o maternos, seg�n juzgue m�s conveniente, atendiendo siempre al inter�s de los hijos; y La autoridad judicial en todo tiempo podr� modificar las determinaciones que dicte fundado en este art�culo, seg�n las nuevas circunstancias de los hijos y siempre que el inter�s de �stos requiera esa modificaci�n. Art�culo 401. Declarada la ilegitimidad del matrimonio, se observar�n respecto de las donaciones antenupciales, las reglas siguientes: Las hechas por un tercero a uno de los c�nyuges o a los dos, quedar�n en beneficio de los hijos; Las que hizo el c�nyuge inocente al culpable, quedar�n sin efecto y los bienes que fueron objeto de ellas, se devolver�n al donante con todos sus productos; Subsistir�n las hechas al inocente por el c�nyuge que obr� de mala fe; y Si los dos c�nyuges procedieron de mala fe, las donaciones que se hayan hecho quedar�n en favor de sus hijos; si no los tienen, no podr�n hacer los donantes reclamaci�n alguna con motivo de la liberalidad. Art�culo 402. Si al declararse la ilegitimidad, la mujer est� embarazada, se tomar�n las precauciones que este c�digo se�ala en materia de sucesiones para cuando la viuda quede encinta. CAP�TULO XII Del Divorcio Art�culo 403. El divorcio disuelve el v�nculo matrimonial y deja a los que fueron c�nyuges en aptitud de contraer otro. Art�culo 404. Son causas de divorcio: La infidelidad sexual; II. El hecho de que alguno de los c�nyuges tenga un hijo, durante el matrimonio, concebido antes de celebrarse �ste, con persona diversa a su consorte. Para que proceda la acci�n en el caso de la mujer es necesario que lo anterior sea declarado judicialmente; y trat�ndose del c�nyuge var�n se requiere que este sea condenado en juicio de reconocimiento de paternidad; III. La propuesta de un c�nyuge para prostituir a su consorte, sea que lo haya hecho directamente o consienta en ello por cualquier causa; IV. La incitaci�n o la violencia hecha por un c�nyuge al otro, para cometer alg�n delito; V. Los actos inmorales ejecutados por el marido o la mujer con el fin de corromper a los hijos, tanto los de matrimonio como los de uno solo de los c�nyuges, as� como la tolerancia en su corrupci�n. La tolerancia debe ser de actos positivos y no por omisi�n; VI. Padecer alguna enfermedad cr�nica o incurable que sea adem�s contagiosa o hereditaria, que ponga en peligro la vida del otro c�nyuge y que se prolongue por m�s de dos a�os; VII. Padecer enajenaci�n ps�quica incurable declarada judicialmente; VIII. La separaci�n del hogar conyugal por m�s de seis meses, sin causa justificada; IX. La separaci�n del hogar conyugal por m�s de un a�o sin el consentimiento del otro consorte. El plazo se�alado en esta fracci�n empezar� a contar a partir de la interpelaci�n judicial o extrajudicial ante notario, que se haga al c�nyuge separado para su reintegraci�n al hogar conyugal; X. La declaraci�n de ausencia legalmente hecha o la de presunci�n de muerte, en los casos de excepci�n en que no se necesita para que se haga �sta que proceda la declaraci�n de ausencia; XI. La violencia intrafamiliar, entendida �sta como el maltrato f�sico o psicol�gico que infiera un c�nyuge a otro o contra sus descendientes, con la intenci�n de da�ar, humillar o despreciar al ofendido; XII. La incompatibilidad de caracteres que haga imposible la vida conyugal, que s�lo podr� invocarse despu�s de pasado un a�o de celebrado el matrimonio; XIII. La negativa injustificada a dar alimentos al otro c�nyuge y a los hijos, sin necesidad de que exista requerimiento ni sentencia judicial relativa a la reclamaci�n de los mismos; XIV. La acusaci�n calumniosa hecha por un c�nyuge contra el otro, por delito que merezca pena mayor de dos a�os de prisi�n; XV. Haber cometido uno de los c�nyuges un delito que no sea pol�tico y que sea infamante, por el cual tenga que sufrir una pena de prisi�n mayor de dos a�os; XVI. Los h�bitos de juego o de embriaguez o el uso indebido y persistente de drogas enervantes, con fines no terap�uticos, cuando amenacen causar la ruina de la familia o constituyan un continuo motivo de desavenencia conyugal; XVII. Cometer un c�nyuge contra la otra persona o los bienes del otro, un delito declarado por sentencia ejecutoria, o bien, un acto que ser�a punible si se tratara de persona extra�a, siempre que tal acto tenga se�alada en la Ley una pena que exceda de un a�o de prisi�n; XVIII. El mutuo consentimiento; y XIX. La separaci�n ininterrumpida de los c�nyuges por m�s de dos a�os, sin causa justificada, cuyo lapso empieza a correr al momento mismo de la separaci�n. Esta causal podr� ser invocada por cualquiera de los c�nyuges, si transcurridos dos a�os de separados, quien teniendo el derecho de acci�n para invocar el divorcio por las causales previstas en las fracciones VIII y IX de este mismo art�culo no lo ha hecho. Art�culo 405. Cuando un c�nyuge demande el divorcio o la ilegitimidad del matrimonio por causas que no justifique o que hayan resultado insuficientes, el demandado tiene a su vez el derecho de pedir el divorcio, pero no podr� hacerlo sino pasados tres meses de la notificaci�n de la sentencia que cause estado o de la resoluci�n que decrete la caducidad de la instancia. Durante esos tres meses, los c�nyuges no est�n obligados a vivir juntos. Art�culo 405 Bis.- El divorcio administrativo procede cuando: I. Ambos c�nyuges convengan en divorciarse; II. Se trate de mayores de edad; III. Los c�nyuges no tengan hijos vivos o concebidos dentro de matrimonio, o teni�ndolos, sean mayores de edad, capaces y no requieran alimentos; IV. Hubieren liquidado la sociedad conyugal o legal; y V. Tengan m�s de un a�o de casados. Se presentar�n personalmente al Oficial del Registro Civil del lugar de su domicilio, comprobar�n con las copias certificadas respectivas que son casados, mayores de edad, que han liquidado su sociedad legal o conyugal si fuera el caso, la ingravidez de la c�nyuge y manifestar�n bajo protesta de decir verdad que los hechos declarados son ciertos y de manera terminante y expl�cita, su voluntad de divorciarse. El Oficial del Registro Civil, previa identificaci�n de los c�nyuges, levantar� un acta en la que har� constar la solicitud de divorcio y citar� a los c�nyuges transcurridos treinta d�as naturales para que la ratifiquen personalmente. Durante ese lapso, los solicitantes deber�n acudir al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, estatal o municipal, con personal de trabajo social con capacitaci�n en terapia de pareja o a cualquier otra instituci�n acreditada, quienes procurar�n avenirlos y se les extender� una constancia que deber� entregar al Oficial del Registro Civil en la audiencia de ratificaci�n. Ratificada la solicitud, el Oficial del Registro Civil los declarar� divorciados, levantar� el acta de divorcio y har� las anotaciones correspondientes. Las personas as� divorciadas podr�n volver a contraer matrimonio civil transcurrido un a�o de que se haya levantado el acta de divorcio. Si se comprueba que los c�nyuges no cumplen con los supuestos exigidos, el divorcio as� obtenido no surtir� efectos legales, independientemente de las sanciones previstas en las leyes. Art�culo 405-Ter.- El tr�mite previsto en el art�culo anterior se podr� llevar a cabo mediante m�todo alterno, conforme a la Ley de Justicia Alternativa del Estado de Jalisco. Art�culo 406. Cuando ambos c�nyuges convengan en divorciarse y tengan m�s de un a�o de casados, presentar�n al juzgado certificado expedido por la Secretar�a de Salud en el que se d� cuenta sobre la gravidez o ingravidez de la c�nyuge con un tiempo de expedici�n no mayor a 30 d�as naturales a la fecha de presentaci�n de la solicitud y un convenio en donde fijen los siguientes puntos: Designaci�n del c�nyuge a quien sea confiada la guarda y custodia temporal de los hijos de matrimonio, durante el procedimiento y proponer la guardia y custodia definitiva despu�s de ejecutoriado el divorcio; El modo de subvenir a las necesidades de los hijos y, en su caso, las del alumbramiento, tanto durante el procedimiento como despu�s de ejecutoriado el divorcio, as� como la forma de asegurar su pago y los incrementos respectivos por concepto de alimentaci�n; III. Los t�rminos en que los c�nyuges propondr�n al Juez, el r�gimen de visitas y convivencia con sus hijos; IV. La casa que servir� de habitaci�n a los c�nyuges durante el procedimiento; V. La cantidad que a t�tulo de alimentos, un c�nyuge debe pagar a otro durante el procedimiento o despu�s de ejecutoriada la sentencia; la forma de hacer el pago y la garant�a que debe darse para asegurarlo, o bien la manifestaci�n expresa de que ambos c�nyuges quedar�n exentos de toda obligaci�n a este respecto, en caso de que as� se convenga; VI. La manera de administrar los bienes de la sociedad conyugal o legal durante el procedimiento y la de liquidar dicha sociedad despu�s de ejecutoriado el divorcio, as� como la designaci�n de liquidadores. A ese efecto, se acompa�ar� un inventario y el proyecto de partici�n de todos los bienes de la sociedad; y VII. En el caso de que los c�nyuges hayan celebrado el matrimonio bajo el r�gimen de separaci�n de bienes deber� se�alarse la compensaci�n a que tendr� derecho el c�nyuge que, durante el matrimonio, se haya dedicado preponderantemente al desempe�o del trabajo del hogar y, en su caso, al cuidado de los hijos, la cual no podr� ser superior al cuarenta por ciento del valor de los bienes que hubieren adquirido durante el matrimonio, considerando las reglas establecidas en este c�digo respecto de los bienes propios y los comunes. El Juez resolver� atendiendo a las circunstancias especiales de cada caso. Art�culo 407. Mientras que se decreta el divorcio, el juez autorizar� la separaci�n de los c�nyuges de una manera provisional y dictar� las medidas necesarias para asegurar la subsistencia de los hijos a quienes haya obligaci�n de dar alimentos. En los casos en que exista violencia o peligro para los integrantes de la familia, el juez dictar� las medidas adicionales necesarias que garanticen su seguridad integral. Art�culo 408. Los c�nyuges que hayan solicitado el divorcio por mutuo consentimiento, podr�n reunirse de com�n acuerdo en cualquier tiempo, con tal de que el divorcio no hubiese sido decretado. No podr�n volver a solicitar el divorcio por mutuo consentimiento sino pasados tres meses a partir del �ltimo ocurso presentado al juzgado que conoci� de la solicitud del divorcio. Art�culo 409. El c�nyuge que no quiera pedir el divorcio fundado en las causas enumeradas en las fracciones VI y VII del art�culo 404, podr�, sin embargo, solicitar que se suspenda su obligaci�n de cohabitar con su consorte; y el juez, con conocimiento de causa, podr� decretar esa suspensi�n, quedando subsistentes las dem�s obligaciones creadas por el matrimonio. Art�culo 410. El divorcio s�lo puede ser demandado por el c�nyuge que no haya dado causa a �l y dentro de los seis meses siguientes al d�a en que hayan llegado a su conocimiento los hechos en que se funde la demanda, salvo que se funde en causales de tracto sucesivo. Trat�ndose de las causales previstas en las fracciones VII, XII y XIX del art�culo 404, el divorcio podr� ser demandado por cualquiera de los c�nyuges. Art�culo 411. Ninguna de las causas enumeradas en el art�culo 404 puede alegarse para pedir el divorcio cuando haya mediado perd�n expreso o t�cito. Art�culo 412. La reconciliaci�n de los c�nyuges pone t�rmino al juicio de divorcio en cualquier estado en que se encuentre, si a�n no hubiere sentencia ejecutoria. En este caso, los interesados deber�n informar su reconciliaci�n al juez, sin que su omisi�n destruya los efectos producidos por la reconciliaci�n. Art�culo 413. El c�nyuge que no haya dado causa al divorcio puede, antes de que se pronuncie la sentencia que ponga fin al litigio, desistirse de la acci�n de divorcio y exhortar al otro a reunirse con �l; en este caso, no puede pedir de nuevo el divorcio por los mismos hechos que motivaron el juicio anterior, pero s� por otros nuevos, aunque sean de la misma especie. Art�culo 414. La demanda de divorcio o ilegitimidad matrimonial produce los siguientes efectos: I. Cesar la presunci�n de convivencia conyugal; II. Revocar los poderes que cualesquiera de los c�nyuges hubiese otorgado al otro, sin que �sta disposici�n afecte derechos de terceros. Dentro de esta revocaci�n, se entiende cualquier autorizaci�n para disponer de bienes pertenecientes a los c�nyuges o a los de su sociedad matrimonial; y III. Separar a los c�nyuges del domicilio conyugal. El Juez resolver� qui�n habitar� el domicilio conyugal y asimismo, previo inventario, los bienes que continuar�n en �ste y los que se ha de llevar el otro c�nyuge Art�culo 414 bis. Mientras se decreta el divorcio, el Juez de la causa dictar� las medidas necesarias que garanticen los derechos y obligaciones rec�procas entre los c�nyuges y las derivadas de la paternidad y la filiaci�n, para tal efecto el Juez: I. Dictar� en su caso, las medidas precautorias que correspondan, cuando la mujer quede encinta; II. Asegurar� el cumplimiento de la obligaci�n de dar alimentos en funci�n a la posibilidad econ�mica de ambos padres; III. Confiar� la guarda y custodia temporal de los hijos durante el procedimiento de divorcio; y IV. Decretar� el r�gimen de visitas y convivencia durante el procedimiento de divorcio. En caso de que se hubiere acreditado la comisi�n de delitos o conductas nocivas en contra de los hijos, el Juez dictar� las medidas necesarias para proteger la integridad de la persona afectada mediante la restricci�n o suspensi�n a las visitas y convivencia. Art�culo 415. La sentencia de divorcio fijar� la situaci�n de los hijos, conforme a las reglas siguientes: Respecto a la patria potestad, se estar� a lo establecido en el cap�tulo relativo de este c�digo; Respecto de la guarda y custodia definitiva: Por regla general ser� compartida, salvo que los c�nyuges convengan qui�n la tendr� de manera exclusiva; A falta de convenio, cuando los padres no puedan ejercer la guarda y custodia se resolver� en los t�rminos previstos por el art�culo 572 de este c�digo; Se deroga. III. Respecto al r�gimen de visitas y convivencia definitiva: a) Regular� el r�gimen de visitas y convivencia de los hijos con ambos padres salvaguardando que se efect�e en condiciones donde no se pierdan los v�nculos afectivos que nacen de toda relaci�n paterno filial y dictar� las medidas necesarias para la protecci�n y acceso pleno a este derecho; y b) Cuando se hubiere acreditado la comisi�n de delitos o conductas nocivas en contra de los hijos se dictar�n las medidas necesarias para proteger la integridad de la persona afectada mediante la restricci�n o suspensi�n a las visitas y convivencia; IV. Respecto de los alimentos: a) Los determinados conforme a las reglas se�aladas en este c�digo; b) Establecer� la forma de asegurar su pago y los incrementos respectivos; c) Se�alar� el o los deudores alimentarios. En todo caso, el Juez atender� el inter�s superior de la ni�ez y tomar� en cuenta la opini�n de los hijos en funci�n de su edad y madurez. Art�culo 416. Antes de que se provea definitivamente sobre la patria potestad o tutela de los hijos, el Juez podr� resolver, a petici�n de los abuelos, t�os o hermanos mayores, cualquier providencia que se considere ben�fica a las personas menores de edad, y atender� a lo previsto por este c�digo. Art�culo 417. El c�nyuge que diere causa al divorcio, perder� todo lo que se le hubiese dado o prometido por su consorte o por otra persona en consideraci�n a �ste, recuperando el donante los bienes donados; el c�nyuge inocente conservar� lo recibido y podr� reclamar lo pactado en su provecho. Art�culo 417 Bis.-Si el matrimonio hubiese estado bajo el r�gimen de separaci�n de bienes y uno de los c�nyuges se hubiere dedicado preponderantemente a las labores no remuneradas del hogar y, en su caso, al cuidado de los hijos, durante el tiempo que haya durado el matrimonio, o que la mayor parte de sus ingresos los hubiese invertido en el mantenimiento del hogar y la familia y por esto no adquiri� bienes, tendr� derecho a una compensaci�n por parte de su c�nyuge, que no podr� ser superior al cuarenta por ciento del valor de los bienes que ambos c�nyuges juntos o por separado, hubieren adquirido durante el matrimonio, considerando las reglas establecidas en este c�digo respecto de los bienes propios y los comunes. En este caso, el Juez determinar� el monto que corresponda en base a la relaci�n de bienes declarada por cada c�nyuge y al aval�o pericial de los mismos. Para el c�lculo de la compensaci�n el Juez deber� considerar la situaci�n socioecon�mica que el matrimonio hubiere tenido y su evoluci�n, as� como de manera gen�rica la clase y cantidad de trabajo del hogar realizado. En el caso del p�rrafo anterior y una vez llevada a cabo la liquidaci�n, los c�nyuges no tendr�n derecho a exigirse alimentos. En el caso de existir deudores alimentarios, ambos c�nyuges contribuir�n equitativamente al pago de alimentos. Art�culo 418. Ejecutoriado el divorcio se proceder� desde luego a la divisi�n de los bienes comunes y se tomar�n las precauciones necesarias para asegurar el cumplimiento de las obligaciones que queden pendientes entre los c�nyuges o con relaci�n a los hijos. Los consortes divorciados tendr�n obligaci�n de contribuir, en proporci�n a sus bienes, a la subsistencia y educaci�n de los hijos hasta que lleguen a la mayor edad o contraigan matrimonio. Art�culo 419. En los casos de divorcio, el c�nyuge inocente tendr� derecho a alimentos mientras no contraiga nuevas nupcias y viva honestamente; sin embargo, para su fijaci�n, se deber�n tomar siempre en cuenta las circunstancias del caso, as� como la proporci�n en la posibilidad del que debe darlos y la necesidad del que debe recibirlos. Adem�s, cuando por el divorcio se originen da�os o perjuicios a los intereses del c�nyuge inocente, el culpable responder� de ellos como autor de un hecho il�cito. En el divorcio por mutuo consentimiento, salvo pacto en contrario, los c�nyuges no tienen derecho a pensi�n alimenticia ni a la indemnizaci�n que concede este Art�culo. Art�culo 420. En virtud del divorcio, los c�nyuges recobrar�n su entera capacidad para contraer nuevo matrimonio. El c�nyuge que haya dado causa al divorcio no podr� volver a casarse, sino despu�s de dos a�os, a contar desde que se decret� el divorcio. Para que los c�nyuges que se divorcien voluntariamente puedan volver a contraer matrimonio, es indispensable que haya transcurrido un a�o desde que obtuvieron el divorcio. Art�culo 421. La muerte de uno de los c�nyuges pone fin al juicio de divorcio y los herederos del muerto tienen los mismos derechos y obligaciones que tendr�an si no hubiera existido dicho juicio. Art�culo 422. Ejecutoriada una sentencia de divorcio, el Juez de Primera Instancia remitir� copia de ella a la Direcci�n del Registro Civil y al Oficial del Registro Civil ante quien se celebr� el matrimonio, para que levante el acta correspondiente y, adem�s, para que publique la parte resolutiva de la sentencia durante quince d�as en los estrados destinados al efecto. T�TULO QUINTO Del Parentesco y de los Alimentos CAP�TULO I Del Parentesco Art�culo 423. La ley no reconoce m�s parentesco que los de consanguinidad, afinidad y el civil. Art�culo 424. El parentesco de consanguinidad es el que existe entre personas que descienden unas de otras de un mismo progenitor o tronco com�n. Art�culo 425. El parentesco de afinidad es el que se contrae por el matrimonio entre el var�n y los parientes de la mujer y entre la mujer y los parientes del var�n. Art�culo 426. El parentesco civil es el que nace de la adopci�n y s�lo existe entre el adoptante y el adoptado, en los casos de adopci�n simple, y cuando se hubiese optado por la adopci�n plena, las relaciones de parentesco se establecen adem�s entre el adoptado y la familia o familias del adoptante o adoptantes. Art�culo 427. Cada generaci�n forma un grado, y la serie de grados constituye la l�nea de parentesco. Art�culo 428. La l�nea de parentesco es recta o transversal; la recta se compone de la serie de grados entre personas que descienden unas de otras; la transversal se compone de la serie de grados entre personas que, sin descender unas de otras, proceden de un progenitor o tronco com�n. Art�culo 429. La l�nea recta es ascendente o descendente: ascendente, es la que liga a una persona con su progenitor o tronco del que procede; descendente es la que liga al progenitor con los que de �l proceden. Art�culo 430. En la l�nea recta, los grados se cuentan por el n�mero de generaciones o por el de las personas, excluyendo al progenitor. Art�culo 431. En la l�nea transversal, los grados se cuentan por el n�mero de generaciones, subiendo por una de las l�neas y descendiendo por la otra; o por el n�mero de personas que hay de uno a otro de los extremos que se consideran, excluyendo la del progenitor o tronco com�n. CAP�TULO II De los Alimentos Art�culo 432. El deber y la obligaci�n de proporcionar los alimentos son rec�procos; el que los da, tiene a su vez el derecho de recibirlos. Este deber y esta obligaci�n alimentaria son personales e intransmisibles. Art�culo 433. Los c�nyuges deben darse alimentos. Art�culo 434. Los padres est�n obligados a dar alimentos a sus hijos, hasta que alcancen la mayor�a de edad o llegando a ella sean incapaces, la cual se extiende hasta una edad m�xima de veinticinco a�os, cuando se encuentren estudiando en planteles del sistema educativo nacional. A falta o por imposibilidad de los padres, la obligaci�n recae en los dem�s ascendientes por ambas l�neas, que estuvieren m�s pr�ximos en grado. Art�culo 435. Los hijos est�n obligados a dar alimentos a los padres cuando estos han alcanzado una edad senil o por imposibilidad de trabajo o ingreso. A falta o por imposibilidad de los ascendientes o descendientes, la obligaci�n recae en los hermanos. Art�culo 436. Cuando no exista otro apoyo, los hermanos mayores tienen la obligaci�n de dar alimentos a los menores, o a los mayores incapaces. Art�culo 437. El adoptante y el adoptado tienen obligaci�n de darse alimentos, en los casos en que la tienen el padre y los hijos. Art�culo 438. Toda persona que hubiere recibido alimentos de una instituci�n ya sea p�blica, descentralizada o privada, como pueden ser centros de asistencia social, tambi�n conocidos como albergues, hospicios, orfelinatos, casas de cuna y otras afines, tienen la obligaci�n a su vez de proporcionar alimentos a otro interno de esas instituciones y, en caso de que ya hubieren desaparecido, a otra similar. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, podr� ejercitar tal reclamaci�n. Art�culo 439. Los alimentos comprenden el recibir los elementos de subsistencia material y educativa, como son: comida, vestido, habitaci�n, la asistencia en casos de enfermedad y, en su caso, los gastos de embarazo y parto. Respecto de los menores, los alimentos comprenden, adem�s, los gastos para la educaci�n de preescolar, primaria, secundaria y media superior del acreedor alimentario y para proporcionarle alg�n oficio, arte o profesi�n honestos y adecuados a sus capacidades, potencialidades y circunstancias personales. Tambi�n comprenden las atenciones a las necesidades ps�quica, afectiva y de sano esparcimiento y en su caso, los gastos de funerales. Definida la paternidad conforme lo establece este C�digo, toda mujer tiene derecho a exigir al padre del menor los gastos de embarazo y del parto. Art�culo 440. El obligado a dar alimentos cumple la obligaci�n asignando una pensi�n adecuada al acreedor alimentario o incorpor�ndolo a la familia. Si el acreedor se opone a ser incorporado, compete al juez, seg�n las circunstancias, fijar la manera de ministrar los alimentos. Art�culo 441. El deudor alimentista no podr� pedir que se incorpore a su familia el que debe recibir los alimentos, cuando se trate de un divorciado que reciba alimentos del otro y cuando haya inconveniente legal para hacer esa incorporaci�n. Art�culo 442. Los alimentos han de ser proporcionales a la posibilidad del que debe darlos y a la necesidad del que debe recibirlos. Art�culo 443. Si fueren varios los que deben dar los alimentos y todos tuvieren posibilidad para hacerlo, el juez repartir� el importe entre ellos, en proporci�n a sus haberes. Art�culo 444. Si s�lo algunos tuvieren posibilidad, entre ellos se repartir� el importe de los alimentos; y si uno s�lo la tuviere, �l cumplir� �nicamente la obligaci�n. Art�culo 445. La obligaci�n de dar alimentos no comprende la de proveer de capital a los acreedores alimentarios para ejercer el oficio, arte o profesi�n a que se hubieren dedicado. Art�culo 446. Tienen acci�n para pedir el aseguramiento de los alimentos: I. El acreedor alimentario; II. El ascendiente que lo tenga bajo su patria potestad; III. El tutor; IV. El Agente de la Procuradur�a Social; y V. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Art�culo 447. Si las personas a las que se refieren las fracciones II, III y IV del art�culo anterior, no pueden representar al acreedor alimentario en el juicio en que se pida el aseguramiento de los alimentos, se nombrar� por el juez, un tutor interino. Art�culo 448. En los juicios sobre alimentos la sentencia condenar� al pago de los alimentos presentes y aseguramiento de los futuros, dicho aseguramiento podr� consistir en hipoteca, prenda, fianza, dep�sito o cualquier otro medio legal de cantidad bastante para cubrir los mismos. Art�culo 449. El tutor interino otorgar� garant�as por el importe anual de los alimentos. Si administrare alg�n fondo destinado a ese objeto, deber� garantizarlo. Art�culo 450. En los casos en que los que ejerzan la patria potestad gocen de la mitad del usufructo de los bienes del hijo, el importe de los alimentos se deducir� de dicha mitad, y si �sta no alcanza a cubrirlos, el exceso ser� a cuenta de los que ejerzan la patria potestad. Art�culo 451. Cesa la obligaci�n de dar alimentos: Cuando el que la tiene carece de medios para cumplirla; Cuando el acreedor alimentario deja de necesitar los alimentos; En casos de injuria, falta o da�os graves inferidos por el alimentario contra el que debe prestarlos; Cuando la necesidad de los alimentos depende de la conducta viciosa o de la falta de aplicaci�n al trabajo del alimentario, mientras subsistan estas causas; y Si el acreedor alimentario, sin consentimiento del que debe dar los alimentos, abandona la casa de �ste por causas injustificables. Art�culo 452. El derecho de recibir alimentos es de orden p�blico y no puede ser objeto de transacci�n; es irrenunciable e intransmisible; pero s� pueden ser objeto de las operaciones indicadas, las pensiones ca�das. Art�culo 453. Cuando el deudor alimentista no estuviere presente o est�ndolo, rehusare entregar lo necesario para los alimentos de los miembros de su familia con derecho a recibirlos, ser� responsable de las deudas que estos contraigan para cubrir esa exigencia, pero solo en la cuant�a estrictamente necesaria para ese objeto y siempre que no se trate de gastos de lujo. Art�culo 454. Cuando un c�nyuge se vea obligado sin culpa suya, a vivir separado del otro; podr� pedir al juez de Primera Instancia del lugar de su residencia, que obligue a su c�nyuge a darle alimentos durante la separaci�n y que le ministre todos lo que haya dejado de darle desde que lo abandon�. El juez, seg�n las circunstancias del caso, fijar� la suma que deber� ministrar mensualmente, dictando las medidas necesarias para que dicha cantidad sea debidamente asegurada y para que el c�nyuge obligado pague los gastos que el c�nyuge abandonado haya tenido que erogar con tal motivo. Art�culo 455. Se deroga. T�TULO SEXTO De la Paternidad y Filiaci�n CAP�TULO I De los Hijos de Matrimonio Art�culo 456. Se presumen hijos de matrimonio: Los hijos nacidos despu�s de ciento ochenta d�as contados desde la celebraci�n de �ste; y Los hijos nacidos dentro de los trescientos d�as siguientes a la disoluci�n del matrimonio, por cualquier causa que se origine; este t�rmino se contar� desde que de hecho quedaron separados los c�nyuges por orden judicial y siempre que no se hubiere practicado el examen de gravidez en la mujer, ya que de resultar negativo no se imputar� al exc�nyuge la paternidad. Art�culo 457. Contra esta presunci�n no se admite otra prueba que la de haber sido f�sicamente imposible al marido tener acceso carnal con su mujer, en los primeros ciento veinte d�as de los trescientos que han precedido al nacimiento o en el caso de fecundaci�n asistida con semen del marido. Art�culo 458. El marido no podr� desconocer a los hijos alegando adulterio de la madre, aunque esta declare que no son hijos de su esposo, a no ser que el nacimiento se le haya ocultado o que demuestre que durante los primeros ciento veinte d�as de los trescientos que precedieron al nacimiento no tuvo acceso carnal con su esposa, salvo lo dispuesto al final del art�culo anterior. Art�culo 459. El marido podr� desconocer al hijo nacido despu�s de los trescientos d�as contados desde que judicialmente, y de hecho, tuvo lugar la separaci�n provisional prescrita para los casos de divorcio o ilegitimidad; pero la mujer, el hijo, o el tutor de �ste, pueden sostener en tales casos que el marido es el padre. Art�culo 460. El marido no podr� desconocer que es padre del hijo nacido dentro de los ciento ochenta d�as siguientes a la celebraci�n del matrimonio: Si se probare que supo antes de casarse el embarazo de su futura consorte; para esto se requiere un principio de prueba por escrito; Si concurri� al levantamiento del acta de nacimiento y �sta fue firmada por �l o contiene su declaraci�n de no saber firmar; Si ha reconocido expresamente por suyo al hijo de su mujer; y Si el hijo no naci� viable. Art�culo 461. Las cuestiones relativas a la paternidad del hijo nacido despu�s de trescientos d�as de la disoluci�n del matrimonio, podr�n promoverse en cualquier tiempo por la persona a quien perjudique la filiaci�n. Art�culo 462. En todos los casos en que el marido tenga derecho de contradecir que el nacido es hijo de su matrimonio, deber� deducir su acci�n dentro de noventa d�as contados desde el nacimiento, si est� presente; desde el d�a en que lleg� al lugar, si estuviere ausente; o, desde el d�a en que descubri� el fraude, si se le ocult� el nacimiento. Art�culo 463. Si el marido est� bajo tutela por haber sido declarado en estado de interdicci�n, este derecho puede ser ejercitado por su tutor. Si �ste no lo ejercitare, podr� hacerlo el marido despu�s de haber salido de la tutela, pero siempre en el plazo antes designado, que se contar� a partir del d�a en que legalmente se declare haber cesado el impedimento. Art�culo 464. Cuando el marido, teniendo o no tutor, ha muerto sin recobrar la raz�n, los herederos pueden contradecir la paternidad, en los casos en que podr�a hacerlo el padre. Art�culo 465. Los herederos del marido, excepto en el caso del art�culo anterior, no podr�n contradecir la paternidad de un hijo nacido dentro de los ciento ochenta d�as de la celebraci�n del matrimonio, cuando el esposo no haya comenzado esta demanda. En los dem�s casos, si el esposo ha muerto sin hacer la reclamaci�n dentro del t�rmino h�bil, los herederos tendr�n, para proponer la demanda, noventa d�as contados desde aqu�l en que el hijo haya sido puesto en posesi�n de los bienes del padre, o desde que los herederos se vean turbados por el hijo en la posesi�n de la herencia. Art�culo 466. Si la viuda, la divorciada o aqu�lla cuyo matrimonio fuere declarado ileg�timo, contrajere nuevas nupcias dentro del per�odo prohibido por el Art�culo 270, la filiaci�n del hijo que naciere despu�s de celebrado el nuevo matrimonio, se establecer� conforme a las reglas siguientes: Se presume que el hijo es del primer matrimonio, si nace dentro de los trescientos d�as siguientes a la fecha en que judicialmente y de hecho haya tenido lugar la separaci�n de los c�nyuges del primer matrimonio, y antes de ciento ochenta d�as de la celebraci�n del segundo matrimonio; Se presume que el hijo es del segundo marido si nace despu�s de ciento ochenta d�as de la celebraci�n del segundo matrimonio, aunque el nacimiento tenga lugar dentro de los trescientos d�as posteriores a la disoluci�n del primer matrimonio. El que negare las presunciones establecidas en las dos fracciones que preceden, deber� probar plenamente la imposibilidad f�sica de que el hijo sea del marido a quien se atribuye; y El hijo se presume nacido fuera de matrimonio si nace antes de ciento ochenta d�as de la celebraci�n del segundo matrimonio y despu�s de trescientos d�as de la disoluci�n del primero. Art�culo 467. El desconocimiento de un hijo, de parte del marido o de sus herederos, se har� por demanda en forma ante el juez competente. Todo desconocimiento practicado de otra manera, es nulo. Art�culo 468. En el juicio de contradicci�n de la paternidad, ser�n o�dos la madre y el hijo a quien, si fuere menor, se proveer� de un tutor interino. En todo caso el juez atender� el inter�s superior de los menores. Art�culo 469. Para los efectos legales, s�lo se reputa viable la persona nacida viva una vez comprobado el hecho, al haber sido expulsada o extra�da de forma completa del cuerpo de su madre, independientemente de la duraci�n del embarazo, que despu�s de dicha separaci�n respire o d� cualquier otra se�al de vida, conforme a lo establecido en la Ley General de Salud, y que consta en certificado de nacimiento expedido por profesional de la medicina o persona autorizada para ello por la autoridad sanitaria competente; o es presentada viva al Ministerio P�blico, Registro Civil o la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Faltando alguna de estas circunstancias, nunca nadie podr� entablar demanda sobre la paternidad. Art�culo 470. Sobre la filiaci�n no puede haber, ni transacci�n ni compromiso en �rbitros. Art�culo 471. Puede haber transacci�n o arbitramento sobre los derechos pecuniarios que de la filiaci�n legalmente adquirida pudieran deducirse, sin que las concesiones que se hagan al que se dice hijo, importen la adquisici�n de estado de hijo de matrimonio. CAP�TULO II De las Pruebas de la Filiaci�n de los Hijos Nacidos de Matrimonio Art�culo 472. La filiaci�n de los hijos nacidos de matrimonio, se prueba con la partida de su nacimiento y con el acta de matrimonio de sus padres. Art�culo 473. A falta de actas o si �stas fueran defectuosas, incompletas o falsas, se probar� con la posesi�n constante de estado de hijo nacido de matrimonio. En defecto de esta posesi�n, son admisibles para demostrar la filiaci�n, todos los medios de prueba que la ley autoriza, pero la testimonial no es admisible si no hubiere un principio de prueba por escrito o indicios o presunciones resultantes de hechos ciertos que se consideren bastante graves para determinar su admisi�n. Si uno s�lo de los registros faltare o estuviere inutilizado y existe el duplicado, de �ste deber� tomarse la prueba, sin admitirla de otra clase. Art�culo 474. Si hubiere hijos nacidos de dos personas que han vivido p�blicamente como marido y mujer, y ambos hubieren fallecido o por ausencia o enfermedad les fuere imposible manifestar el lugar en que se casaron, no puede disputarse a los hijos su legitimidad por s�lo la falta de presentaci�n del acta de matrimonio, siempre que se pruebe esta legitimidad por la posesi�n de estado de hijos leg�timos a la cual no contradiga el acta de nacimiento. Art�culo 475. Quien ha sido reconocido constantemente como hijo de matrimonio, por la familia del marido y en la sociedad, quedar� probada la posesi�n de estado de hijo de matrimonio, si adem�s concurre alguna de las circunstancias siguientes: Que el hijo haya usado constantemente el apellido del que pretende que es su padre, con anuencia de �ste; Que el padre lo haya tratado como hijo nacido de su matrimonio, proveyendo a su subsistencia, educaci�n y establecimiento; y Que el presunto padre tenga la edad exigida para contraer matrimonio, m�s la edad del hijo que va a ser reconocido. Art�culo 476. Declarado ileg�timo un matrimonio, haya habido buena o mala fe en los c�nyuges al celebrarlo, los hijos tenidos durante �l se considerar�n como hijos de matrimonio. Art�culo 477. No basta el dicho de la madre para excluir de la paternidad al marido. Mientras que �ste viva, �nicamente �l podr� reclamar contra la filiaci�n del hijo concebido durante el matrimonio. Art�culo 478. Las acciones civiles que se intenten contra el hijo por los bienes que ha adquirido durante su estado de hijo nacido de matrimonio, aunque despu�s resulte no serlo, se sujetar�n a las reglas comunes para la usucapi�n. Art�culo 479. La acci�n que compete al hijo para reclamar su estado, es imprescriptible para �l y sus descendientes. Art�culo 480. Los dem�s herederos del hijo podr�n intentar la acci�n de que trata el art�culo anterior: Si el hijo ha muerto antes de cumplir veinticinco a�os; y Si el hijo cay� en demencia antes de cumplir los veinticinco a�os y muri� despu�s en el mismo estado. Art�culo 481. Los herederos podr�n continuar la acci�n intentada por el hijo, a no ser que �ste se hubiere desistido formalmente de ella o nada hubiere promovido judicialmente durante un a�o contado desde la �ltima diligencia. Tambi�n podr�n contestar toda demanda que tenga por objeto disputarle la condici�n de hijo nacido de matrimonio. Siempre que la presunci�n de hijo de matrimonio fuere impugnada en juicio, durante su menor edad, el juez nombrar� un tutor interino que lo defienda. En dicho juicio ser� o�da la madre. Art�culo 482. Los acreedores, legatarios y donatarios tendr�n los mismos derechos que a los herederos conceden los dos Art�culos anteriores, si el hijo no dej� bienes suficientes para pagarles. Art�culo 483. Las acciones de que hablan los tres art�culos que preceden, prescriben a los cuatro a�os contados desde el fallecimiento del hijo. Art�culo 484. La posesi�n de estado de hijo nacido de matrimonio, no puede perderse sino por sentencia ejecutoriada, la cual admitir� los recursos que establezcan las leyes en los juicios de mayor inter�s. Art�culo 485. Si el que est� en posesi�n de los derechos de padre o hijo fuere despojado de ellos o perturbado en su ejercicio, sin que preceda sentencia por la cual deba perderlos, podr� usar de las acciones que establecen las leyes para que se le ampare o restituya en la posesi�n. CAP�TULO III De la Filiaci�n Art�culo 486. El matrimonio subsecuente de los padres hace que se tenga como nacidos de matrimonio a los hijos habidos antes de su celebraci�n. Art�culo 487. Para que el hijo goce del derecho que le concede el Art�culo que precede, los padres deben reconocerlo expresamente antes de la celebraci�n del matrimonio, en el acto mismo de la celebraci�n o durante �l, haciendo en todo caso el reconocimiento ambos padres, junta o separadamente. Art�culo 488. Aunque el reconocimiento sea posterior, los hijos adquieren todos sus derechos desde la �poca de su procreaci�n. Art�culo 489. Adquieren el derecho que les concede el Art�culo 486 y los derechos que de ello se deriven, los descendientes de los hijos que hayan fallecido al celebrarse el matrimonio de sus padres. Art�culo 490. Adquieren tambi�n ese derecho los hijos no nacidos, si el padre al casarse declara que reconoce al hijo de quien la mujer est� encinta, o que lo reconoce si aqu�lla estuviere embarazada. Art�culo 491. La filiaci�n de los hijos procreados fuera de matrimonio, s�lo se establece por el reconocimiento voluntario hecho por los progenitores o por una sentencia que as� lo declare. Si dentro del procedimiento correspondiente se oferta una prueba cient�fica a fin de acreditar la afiliaci�n y el presunto progenitor se niega a proporcionar la muestra necesaria, se presumir�, salvo prueba en contrario, que es la madre o el padre. Art�culo 492. Pueden reconocer a sus hijos, quienes tengan dieciocho a�os, edad exigida para contraer matrimonio. Art�culo 493. La persona menor de edad podr� reconocer a sus hijos: I. Con el consentimiento de quien o quienes ejerzan sobre ella la patria potestad o tutela; o II. Sin el consentimiento de sus padres o tutores, pero tal reconocimiento producir� efectos al ser ratificado por la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, misma que podr� realizar las valoraciones y acciones que estime pertinentes para tal efecto, quien deber� emitir su dictamen dentro de los treinta d�as naturales siguientes, independientemente de continuar brindando el seguimiento correspondiente. Si transcurrido el plazo anterior, la Procuradur�a no ratifica, el oficial de registro civil la exhortar� para que lo haga en un plazo no mayor a 15 d�as naturales, si no lo ratifica, tal reconocimiento surtir� sus efectos de pleno derecho y se sancionar� la omisi�n de conformidad a lo previsto en la Ley de Responsabilidades para los Servidores P�blicos del Estado de Jalisco. Art�culo 494. No obstante, el reconocimiento hecho por un menor es revocable si prueba que sufri� enga�o al hacerlo, pudiendo intentar la revocaci�n hasta cuatro a�os despu�s de la mayor edad. Art�culo 495. Puede reconocerse al hijo que no ha nacido y al que ha muerto, si ha dejado descendencia. Art�culo 496. Los padres pueden reconocer a su hijo, conjunta o separadamente. Art�culo 497. El reconocimiento puede ser contradicho por un tercero interesado. Art�culo 498. El reconocimiento no es revocable por el que lo hizo; y si se ha hecho en testamento, cuando �ste se revoque, no se tiene por revocado el reconocimiento. Art�culo 499. El heredero que resulte perjudicado, puede contradecir el reconocimiento dentro del a�o siguiente a la muerte del que lo hizo. Art�culo 500. El reconocimiento de un hijo nacido fuera de matrimonio, deber� de hacerse de alguno de los modos siguientes: En la partida de nacimiento, ante el Oficial del Registro Civil; En acta especial ante el mismo oficial; En escritura P�blica; En testamento; y Por confesi�n judicial directa y expresa. Art�culo 501. Cuando el padre o la madre reconozcan separadamente a un hijo, no podr�n revelar en el acto del reconocimiento el nombre de la persona con quien fue habido, ni exponer ninguna circunstancia por donde aqu�lla pueda ser identificada. Las palabras que contengan la revelaci�n se testar�n de oficio, de modo que queden absolutamente ilegibles. Art�culo 502. El Oficial del Registro Civil, el juez de Primera Instancia en su caso y el Notario que consientan en la violaci�n del Art�culo que precede, ser�n castigados con la pena de destituci�n del empleo e inhabilitaci�n para desempe�ar otro cargo igual, por un t�rmino que no sea menor de dos ni exceda de cinco a�os. Art�culo 503. El c�nyuge podr� reconocer al hijo habido antes de su matrimonio sin el consentimiento del otro c�nyuge; pero no tendr� derecho a llevarlo a vivir a la habitaci�n conyugal si no es con la anuencia expresa de �ste. Art�culo 504. El hijo de una mujer casada no podr� ser reconocido como tal, por otro hombre distinto del marido, sino cuando �ste lo haya desconocido y por sentencia ejecutoria se haya declarado que no es hijo suyo. Art�culo 505. El reconocimiento de un hijo mayor de edad puede ser reconocido con su consentimiento, el del menor con el de su tutor si lo tiene o el del tutor que el juez le nombrar� especialmente para el caso. Art�culo 506. Si el hijo reconocido es menor, puede reclamar contra el reconocimiento, cuando llegue a la mayor edad. Art�culo 507. El t�rmino para deducir esta acci�n ser� de dos a�os, que comenzar�n a correr desde que el hijo sea mayor de edad, si antes de serlo tuvo noticia del reconocimiento; y si no la ten�a, desde la fecha en que la adquiri�. Art�culo 508. La mujer que cuida o ha cuidado de la lactancia de un ni�o, a quien le ha dado su nombre o permitido que lo lleve; que p�blicamente lo ha presentado como suyo y ha prove�do a su educaci�n y subsistencia, podr� contradecir el reconocimiento que un hombre haya hecho o pretenda hacer de ese ni�o. En este caso, no se le podr� separar de su lado a menos que consienta en entregarlo o que fuere obligada a hacer la entrega por sentencia ejecutoriada. El t�rmino para contradecir el reconocimiento ser� de un a�o, contado desde que tuvo conocimiento de �l. Art�culo 509. Cuando la madre contradiga el reconocimiento hecho sin su consentimiento, quedar� aquel sin efecto y la cuesti�n relativa a la paternidad se resolver� en el juicio contradictorio correspondiente. Art�culo 510. Cuando el padre y la madre que no vivan juntos, reconozcan a una ni�a, ni�o o adolescente en el mismo acto, podr�n convenir los t�rminos de la guarda y custodia compartida y, en su caso, el r�gimen de visitas y convivencia; y en caso de que no lo hicieren, el Juez de Primera Instancia del lugar, oyendo a los padres, la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, resolver� lo que creyere m�s conveniente al inter�s superior de la ni�ez. Art�culo 511. En caso de que el reconocimiento se efect�e sucesivamente por los padres que no viven juntos, ejercer� la patria potestad el que primero hubiere reconocido; cuando hubiera reconocido el otro de los padres, ejercer�n ambos la patria potestad y podr�n convenir los t�rminos de la guarda y custodia compartida, siempre que el Juez de Primera Instancia del lugar no creyere necesario modificar el convenio por causa grave, con audiencia de los interesados y la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Art�culo 512. La investigaci�n de la paternidad de los hijos procreados fuera de matrimonio, s�lo est� permitida: En los casos de rapto, estupro o violaci�n, cuando la �poca del delito coincida con la de la concepci�n; Cuando el hijo se encuentre en posesi�n de estado de hijo del presunto padre; Cuando el hijo haya sido concebido durante el tiempo en que la madre habitaba bajo el mismo techo con el pretendido padre, viviendo maritalmente; Cuando el hijo tenga a su favor un principio de prueba escrita, contra el pretendido padre; y Cuando el hijo tenga a su favor un principio de prueba escrita o cient�fica contra el pretendido padre, siempre que �sta se encuentre adminiculada con otros medios de prueba. Art�culo 513. Se presumen hijos del concubinario y de la concubina: Los nacidos despu�s de ciento ochenta d�as contados desde que comenz� el concubinato; y Los nacidos dentro de trescientos d�as siguientes al d�a en que ces� la vida en com�n entre el concubinario y la concubina. Art�culo 514. La posesi�n de estado, para los efectos de la fracci�n II del Art�culo 512, se justificar� demostrando, por los medios ordinarios de prueba, que el hijo ha sido tratado por el presunto padre o por su familia, como hijo del primero, y que �ste ha prove�do a su subsistencia, educaci�n y establecimiento. Art�culo 515. Est� permitido al hijo nacido fuera de matrimonio y a sus descendientes, investigar la maternidad, la cual puede probarse por cualesquiera de los medios ordinarios; pero la indagaci�n no ser� permitida cuando tenga por objeto atribuir el hijo a una mujer casada. Art�culo 516. No obstante lo dispuesto en la parte final del art�culo anterior, el hijo podr� investigar la maternidad si �sta se deduce de una sentencia civil o penal, para demandar su reconocimiento. Art�culo 517. El hecho de dar alimentos no constituye por s� s�lo prueba, pero s� presunci�n de paternidad o maternidad. Art�culo 518. Las acciones de investigaci�n de paternidad o maternidad, s�lo pueden intentarse en vida de los padres. Si los padres hubieren fallecido durante la menor edad de los hijos, tienen �stos derecho de intentar la acci�n, hasta cuatro a�os despu�s de cumplida su mayor edad. Art�culo 519. El hijo reconocido por el padre, por la madre, o por ambos, tiene derecho a: Llevar el apellido del que lo reconoce; Ser alimentado por �ste; y Percibir la porci�n hereditaria y los alimentos que fije la ley. CAP�TULO IV De la Adopci�n Disposiciones generales Art�culo. 520.- La adopci�n es el estado jur�dico mediante el cual se confiere al adoptado la situaci�n de hijo del o de los adoptantes y a �stos, los deberes y derechos inherentes a la relaci�n paterno filial. Podr�n ser adoptados: I. Los menores: a) Hu�rfanos de padre y madre; b) Hijos de filiaci�n desconocidos; c) Los declarados judicialmente abandonados; d) Aquellos a cuyos padres o abuelos se les hayan sentenciado a la p�rdida de la patria potestad; y e) Aquellos cuyos padres o tutor o quienes ejerzan la patria potestad otorguen su consentimiento; II. Los mayores de edad cuando sean incapaces; y III. Los mayores de edad, si antes de serlo hubieran estado bajo el cuidado personal de los presuntos adoptantes y existieran entre ellos lazos afectivos de car�cter filial. Art�culo 521.- En toda adopci�n se deber� asegurar: I. Que las personas y organismos, cuyo consentimiento se requiera para la adopci�n, han sido convenientemente asesoradas y debidamente informadas por la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, de las consecuencias legales que la adopci�n implica y del consentimiento otorgado en particular de la ruptura de los v�nculos jur�dicos entre la ni�a, ni�o o adolescente y su origen, en su caso; II. Que el consentimiento ha sido otorgado libremente, ante la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, previa asesor�a y por escrito ratificado ante el Juez que conozca del procedimiento de adopci�n; III. Que para otorgarse el consentimiento no ha mediado pago o compensaci�n alguna; IV. Cuando sea el caso, que el consentimiento de la madre, sea otorgado cuando menos veinte d�as despu�s del alumbramiento; V. Que el adoptante o los adoptantes, seg�n el caso, han recibido por parte (sic) la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, el certificado de idoneidad a que se refiere la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes; VI. Que en el caso de las madres menores de edad, el consentimiento otorgado por la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, y se deber� escuchar a la representaci�n social; y VII. Que las autoridades procuren que la persona en proceso de adopci�n tenga la posibilidad de desarrollarse en un ambiente sano familiar. Queda prohibido realizar cualquier cobro por concepto de tramitaci�n de adopciones, acogimiento pre-adoptivo y familias de acogida en los casos de ni�as, ni�os y adolescentes que se encuentren en albergues o en centros de asistencia social. Los profesionistas particulares, estar�n sujetos a lo establecido en el arancel. En todos los casos los adoptantes deben tener al momento del inicio de los tr�mites de adopci�n, la salud f�sica y ps�quica necesarios para cumplir con el desempe�o que la paternidad legal trae consigo con la adopci�n y dicha acreditaci�n deber� ser expedida por instituci�n oficial. Art�culo 522. En todos los casos de adopci�n, se tendr�n como preferentes los intereses del adoptado sobre los de los adoptantes. Art�culo 523. El consentimiento, trat�ndose de ni�as, ni�os y adolescentes cuyos padres han fallecido, o han perdido la patria potestad; lo deben dar las personas a quienes por ley les corresponda el ejercicio de la patria potestad o la tutela leg�tima; y trat�ndose de ni�os de filiaci�n desconocida, exp�sitos o abandonados, actuar� la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes con la representaci�n en suplencia, o en su caso, su delegado institucional. Para las adopciones a las que se refiere la fracci�n III del Art�culo 520, el consentimiento lo debe dar la persona que pretende ser adoptada. Art�culo 524. El tr�mite para la adopci�n deber� efectuarse ante el Juez de Primera Instancia del lugar en que resida la persona que se pretende adoptar en los t�rminos del C�digo de Procedimientos Civiles. Art�culo 525. En los casos de adopciones internacionales se estar� en lo que se�alan los tratados correspondientes en el procedimiento respectivo. En toda adopci�n tendr�n preferencia en igualdad de circunstancias los adoptantes nacionales sobre los extranjeros. Art�culo 526. La adopci�n se consumar� en el momento que cause ejecutoria la resoluci�n que se dicte en el procedimiento respectivo. Art�culo 527. El juez que apruebe la adopci�n, remitir� copia de las diligencias respectivas al Oficial del Registro Civil del lugar, para que levante las actas correspondientes. Art�culo 528. El que adopta tendr� respecto de la persona y bienes del adoptado, los mismos derechos y obligaciones que tienen los padres respecto de las personas y bienes de los hijos. Art�culo 529. El adoptante dar� sus apellidos al adoptado y podr� cambiarle el nombre propio, haci�ndose las anotaciones en las actas correspondientes. La adopci�n tiene el car�cter de confidencial. Se deber� garantizar la discreci�n de quien consiente en la adopci�n y de quien o quienes adoptan. No obstante, cuando fuere necesario, se comunicar� a quien legalmente corresponda todo tipo de antecedentes del menor y sus progenitores si se conocieren, sin mencionar sus nombres ni otros datos que permitan su identificaci�n. Art�culo 530. El adoptado tendr� para con la persona o personas que lo adopten, los mismos derechos y obligaciones que tiene un hijo. Art�culo 531. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes deber� darle seguimiento a todos los casos de adopci�n por un per�odo m�nimo de 2 a�os, a partir de que fue otorgada para procurar se cumplan los fines en beneficio de la ni�a, ni�o o adolescente, dictando en caso necesario las providencias para ello, inclusive, para el caso de que la ni�a, ni�o o adolescente resida fuera del Estado. Art�culo 532. Una vez iniciado el procedimiento de adopci�n, el interesado podr� solicitar el acogimiento pre-adoptivo, en los t�rminos previstos en la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes remitir�n copia de las actuaciones al Juez de la causa. Art�culo 533. El juez puede autorizar a favor de un solo adoptante, la adopci�n de dos o m�s personas simult�neamente cuando por las circunstancias especiales sea lo m�s conveniente. Art�culo 534. El tutor no puede adoptar al pupilo sino hasta despu�s de que hayan sido definitivamente aprobadas las cuentas de la tutela. Art�culo 535. Para que la adopci�n pueda tener lugar, deber�n consentir en ella, en sus respectivos casos: I. El o los que ejercen la patria potestad sobre la ni�a, ni�o o adolescente que se trate de adoptar; II. El tutor del que se va a adoptar; III. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes; o IV. El Agente de la Procuradur�a Social. El juez deber� garantizar el derecho de audiencia y defensa de los parientes que tengan bajo su custodia a ni�as, ni�os y adolescentes. Art�culo 536. Si el menor que se va a adoptar tiene m�s de doce a�os, tambi�n se necesita su consentimiento para la adopci�n. Art�culo 537. Cuando el tutor o la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes no consientan en la adopci�n; o el Agente Social se oponga a la misma, deber�n expresar la causa en que se funde, la que el juez calificar� tomando en cuenta los intereses de la ni�a, ni�o o adolescente. Art�culo 538. Salvo que la adopci�n se haga por pareja unidas por v�nculo matrimonial, no puede una persona ser adoptada simult�neamente por varios adoptantes; pero s�, sucesivamente cuando el adoptante o adoptantes anteriores hayan muerto o hubiera sido revocada la adopci�n. Secci�n Primera Adopci�n Plena Art�culo 539.- La adopci�n plena confiere al adoptado todos los efectos jur�dicos, derechos y obligaciones que corresponden a la relaci�n paterno filial consangu�nea. La adopci�n plena requiere: Los adoptantes sean un hombre y una mujer casados entre s� y que vivan juntos; Que por lo menos el c�nyuge menor adoptante tenga 15 a�os m�s que la persona menor o menores de edad que se pretende adoptar, excepto cuando se trate de la adopci�n de personas mayores de edad incapaces; Los adoptantes tengan cinco o m�s a�os de casados al momento del inicio del tr�mite; Los adoptantes tengan medios suficientes para proveer debidamente a la subsistencia y educaci�n de la persona menor o menores de edad; La adopci�n se funde sobre justos motivos y en beneficio para la persona menor o menores de edad; y Los adoptantes sean personas de buenas costumbres. Art�culo 540.- La adopci�n plena confiere al adoptado, al adoptante y a los parientes de �ste, los mismos derechos y obligaciones que el parentesco por consanguinidad y afinidad. Art�culo 541. La adopci�n plena entra�a autom�ticamente la extinci�n de los v�nculos jur�dicos con la familia de origen, excepto en lo relativo a los impedimentos de matrimonio y los de sucesi�n leg�tima en su beneficio. Art�culo 542.- La adopci�n plena es irrevocable, cuando cause ejecutoria la sentencia que la pronuncie, salvo en los efectos de la patria potestad, la cual se podr� perder por las causas que para tal efecto se establecen en este C�digo. Cuando el adoptado alcance la mayor�a de edad podr� conocer sus antecedentes familiares; las autoridades le garantizar�n el acceso a dicha informaci�n. Secci�n Segunda De la Adopci�n Simple Art�culo 543. En la adopci�n simple se transfiere la patria potestad as� como la custodia personal, y s�lo origina v�nculos jur�dicos entre el adoptante y el adoptado. La adopci�n simple podr�n realizarla las personas mayores de veinticinco a�os de edad, que acrediten: Que tienen por lo menos quince a�os m�s de edad que la persona que se pretende adoptar; excepto cuando se trate de personas mayores incapaces; Que tienen medios bastantes para proveer debidamente a la subsistencia y educaci�n del menor; Que la adopci�n es ben�fica a �ste; y Que el adoptante es persona de buenas costumbres. Art�culo 544. El adoptado podr� solicitar la revocaci�n de la adopci�n simple, dentro del a�o siguiente a su mayor�a de edad o a la fecha que ha desaparecido la incapacidad. Art�culo 545. Los derechos y obligaciones que resulten del parentesco natural no se extinguen por la adopci�n simple, excepto la patria potestad, que ser� transferida al adoptante; pero si �ste est� casado o se casare con alguno de los progenitores del adoptado, la patria potestad se ejercer� por ambos c�nyuges. Art�culo 546. El que adopte por adopci�n simple podr� solicitar ante el juez la conversi�n a adopci�n plena siempre y cuando cumpla con los requisitos que para la adopci�n plena contempla �ste mismo C�digo, y la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Para este caso, el juez escuchar�, cuando sea posible, a quien otorg� inicialmente el consentimiento para la adopci�n, se cerciorar� de que los adoptantes cumplan los requisitos de Ley, dar� vista al Agente Social y la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes y si no hay oposici�n, el Juez proceder� de conformidad con el Art�culo 1031 del C�digo de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco. Art�culo 547. Se deroga Art�culo 548. En el caso de la fracci�n I del art�culo anterior, el juez decretar� la revocaci�n de la adopci�n si estima que es conveniente para los intereses morales y materiales del adoptado. Art�culo 549. Para los efectos de la fracci�n II del Art�culo 547, se considera ingrato al adoptado: Si comete alg�n delito doloso contra la persona, la honra, bienes del adoptante, de su c�nyuge, de sus ascendientes o descendientes; Si el adoptado formula denuncia o querella contra el adoptante o los adoptantes, por alg�n delito, a no ser que hubiere sido cometido contra el mismo adoptado, su c�nyuge o la persona que viva con �l, como si lo fuere, de sus ascendientes o sus descendientes o de un incapaz de que sea tutor el adoptado, aun cuando no haya parentesco entre ellos; y Si el adoptado rehusa dar alimentos al adoptante, cuando los necesite. Art�culo 550. La resoluci�n judicial que apruebe la revocaci�n, deja sin efecto la adopci�n simple, restituyendo las cosas al estado que ten�an antes de que �sta se efectuara, en todo lo que no est� irreparablemente consumado y se comunicar� al Oficial del Registro Civil que autoriz� el acta de adopci�n para que la cancele. Secci�n Tercera De las Adopciones Internacionales Art�culo 551. La adopci�n internacional es la promovida por ciudadanos de otro pa�s con residencia habitual fuera del territorio nacional, la cual se regir� por los tratados internacionales suscritos y ratificados por el Estado mexicano y, en lo conducente, por las disposiciones de este C�digo. Art�culo 552. La adopci�n por extranjeros es la promovida por ciudadanos de otro pa�s, con residencia permanente en el territorio nacional, y se regir� por lo dispuesto en la secci�n primera de este Cap�tulo en este C�digo. Art�culo 553.- Las adopciones internacionales tendr�n los efectos de plena. Art�culo 554. Cuando las adopciones se realicen de conformidad a los tratados internacionales que sobre la materia se celebren por el Poder Ejecutivo Federal, se proceder� en la forma siguiente: Corresponde al Sistema de Desarrollo Integral de la Familia Jalisco, a trav�s de su �rgano desconcentrado Consejo Estatal de Familia, desempe�ar la funci�n de Entidad Central del Estado, tanto para consentir la adopci�n por personas residentes en el extranjero; como vigilar la adecuada relaci�n familiar cuando los adoptantes sean residentes en el Estado y el adoptado sea extranjero; Al consentirse la adopci�n deber� se�alarse la forma y t�rminos como se le dar� seguimiento en el extranjero; y III. Las adopciones internacionales deber�n de regirse en base a los requisitos de forma y fondo se�alados en los tratados internacionales, sin que sean aplicables los requerimientos establecidos en este C�digo para las adopciones que no tienen el car�cter de internacionales. T�TULO SEXTO BIS De la Guarda y Custodia CAP�TULO I Disposiciones Generales Art�culo 555. En virtud de la guarda y custodia, una persona o un centro de asistencia social o albergue asume el cuidado y atenci�n de un ser humano as� como de sus objetos de uso personal. La guarda y custodia siempre es en beneficio directo de su destinatario, con reconocimiento pleno de sus derechos de personalidad y con respeto a su integridad y dignidad humana. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, deber� intervenir, consentir y dar seguimiento en todo tiempo y circunstancia en los casos de guarda y custodia, de conformidad con las normas legales aplicables. La guarda y custodia confiere a quien la ejerce la facultad de determinar l�mites y normas de conducta. Art�culo 556. La guarda y custodia en funci�n de la temporalidad con que se ejerce ser�: I. Provisional cuando se efect�e en los t�rminos previstos por el art�culo 225 del C�digo de Procedimientos Civiles; II. Temporal cuando el custodiado es sujeto a ella en per�odos continuos, sucesivos y por un tiempo predeterminado; y III. Definitiva cuando �sta es por un per�odo continuo e indeterminado. En los casos de guarda y custodia temporal, sea esta adem�s personal o institucional y cuando sea posible, el Juez dictar� las medidas necesarias para alcanzar la reincorporaci�n de la persona menor de edad a su ambiente familiar a la brevedad de tiempo posible, siempre y cuando no haya perjuicio al inter�s superior de la ni�ez. Art�culo 557. La guarda y custodia en funci�n de quien o quienes la ejerzan, de conformidad a la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, y dem�s aplicable, ser�: I. Personal, por una familia distinta a la de origen y de la extensa, que cuente con la certificaci�n de la autoridad competente, y podr� ser por: a) Familia de Acogida: Aqu�lla que brinde cuidado, protecci�n, crianza positiva y la promoci�n del bienestar social de ni�as, ni�os y adolescentes por un tiempo limitado hasta que se pueda asegurar una opci�n permanente con la familia de origen, extensa o adoptiva; b) Acogimiento pre-adoptivo: Aquella que acoge provisionalmente en su seno ni�as, ni�os y adolescentes con fines de adopci�n, y que asume todas las obligaciones en cuanto a su cuidado y protecci�n, de conformidad con el principio de inter�s superior de la ni�ez; Este tipo de custodia origina para el custodiado, las obligaciones de respeto y consideraci�n que se le deben de tener a quien la ejerce, como si fuera hijo de familia y adem�s, en su caso, produce la obligaci�n alimentaria; y II. Institucional, cuando la custodia que se ejerce por un centro de asistencia social o albergue, sea �ste de gobierno, descentralizado o privado y que tenga como fin el cuidado alternativo de acogimiento residencial y atenci�n de personas. Quienes ejerzan la guarda y custodia personal o institucional s�lo podr�n admitir el n�mero de custodiados a quienes garanticen el cuidado y atenci�n necesarios para su desarrollo integral. Art�culo 558. La guarda y custodia podr� ser adem�s: I. Voluntaria, la que libremente se conviene entre las partes involucradas en ella, y II. Forzosa la que se realiza en cumplimiento de una determinaci�n de autoridad judicial, a�n contra el consentimiento del destinatario y de los que en su caso sobre �l ejercen la patria potestad. Art�culo 559. En todo caso la guarda y custodia ser� gratuita. No se considerar� que ejercen guarda y custodia los directores de guarder�as, colegios, talleres y otros similares quienes de manera temporal tengan a su cargo el cuidado y vigilancia de personas. CAP�TULO II De la Guarda y Custodia de Ni�os, Ni�as y Adolescentes Art�culo 560. La guarda y custodia de los hijos ser� compartida por sus padres salvo que convengan qui�n la tendr� de manera exclusiva. El acuerdo al que lleguen los padres ser� revisado por el Juez y en su caso aprobado cuando el mismo salvaguarde el inter�s superior de la ni�ez. El arreglo a que lleguen los padres sobre la guarda y custodia de sus hijos constituye un derecho y una obligaci�n diversa al r�gimen de visitas y convivencia. Por ning�n motivo la guarda y custodia se condicionar� al pago de contribuciones econ�micas o al cumplimiento de obligaciones alimentarias. Art�culo 561. A falta de convenio sobre la guarda y custodia de los hijos, el Juez resolver� lo conducente atendiendo al inter�s superior de la ni�ez de conformidad a lo dispuesto por el art�culo 406. Para tal efecto el Juez podr� decretar las medidas que considere necesarias para proteger la integridad de los hijos. Art�culo 562. Cuando no sea posible que alguno de los sujetos se�alados en el art�culo 572 fracciones I, II, IV y V ejerza la guarda y custodia sobre la ni�a, ni�o o adolescente, se decretar� su guarda y custodia institucional. Decretada la guarda y custodia institucional, la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes deber� promover se resuelva la situaci�n jur�dica de la ni�a, ni�o o adolescente, con el fin de reincorporarla en un ambiente familiar, sea en su familia de origen, familia extensa o adoptiva, atendiendo el inter�s superior de la ni�ez; dicho proceso se realizar� dentro de un plazo de dos a�os. Cuando exista guarda y custodia institucional, para efectos del sostenimiento econ�mico, podr� establecerse que los sujetos de custodia reciban la ayuda econ�mica y afecto personal de ciertas y determinadas personas que, con fines altruistas, se hagan cargo de cada uno de los custodiados en lo individual, pudi�ndoles permitir convivir con ellos en �pocas y circunstancias precisas, sin que esto implique el traslado de las ni�as, ni�os o adolescentes fuera de las instituciones ni ejercer guarda y custodia personal ni cuidado y vigilancia sobre ellos. Los responsables de la guarda y custodia supervisar�n esa convivencia y resguardar�n la integridad de los sujetos sobre quienes la ejerzan. Las personas que con fines altruistas, aporten recursos econ�micos o materiales para el sustento de los custodiados, se acreditar�n ante la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, en los t�rminos de la legislaci�n en materia de asistencia social. En ning�n supuesto se podr� retener a la ni�a, ni�o o adolescente, o condicionar o limitar su derecho a las visitas y convivencia con sus padres, por la falta de pago de obligaciones alimentarias. Art�culo 563. En todos los casos de guarda y custodia de personas menores de edad de conformidad con el principio de unidad familiar se mantendr� juntos a los hermanos. El Juez solo podr� decretar la separaci�n de hermanos menores de edad cuando exista impedimento grave para su convivencia, a tal grado que de forzarla ser�a en detrimento de los leg�timos intereses de alguno de ellos. Art�culo 564. Es obligaci�n de toda persona sea f�sica o jur�dica que reciba en cuidado y vigilancia a ni�as, ni�os y adolescentes, cumplir con los requisitos que la legislaci�n establece para el desempe�o de su actividad, y en su caso, contar con las licencias, certificaciones y autorizaciones correspondientes. En todos los casos las partes deber�n suscribir contrato por escrito y ser� responsabilidad de quien reciba en cuidado y vigilancia conservar copia de dicho contrato. Cuando en la entrega temporal de la ni�a, ni�o o adolescente no medie orden judicial ni contrato por escrito, se presume que quien lo recibe asume la obligaci�n de prestarle cuidado y vigilancia. Art�culo 565. Podr� decretarse la guarda y custodia de personas menores de edad y mayores incapaces: I. En caso de divorcio de sus padres; II. En caso de que los padres no convivan entre s�; III. Por orden judicial de separaci�n de personas; IV. En el tr�mite de adopci�n, en la persona o personas que lo solicitan; V. En caso de p�rdida o suspensi�n de la patria potestad; VI. Por el incumplimiento reiterado de las obligaciones de crianza; VII. De las personas menores de edad o incapaces que queden en el abandono por la muerte, ausencia o incapacidad f�sica de la persona a cuyo cargo estuvieren. Art�culo 566. La p�rdida de la guarda y custodia proceder� cuando: I. Se acredite que la persona menor de edad recibe de quien la detenta, ejemplos perniciosos o nocivos para su desarrollo; II. Se acredite que el padre o la madre custodio o la persona que ejerce la custodia personal o institucional incumpla con sus obligaciones respecto a sus hijos; III. Se acredite que el padre o la madre custodio de manera reiterada promueva en sus hijos el olvido, rechazo, rencor, odio, desprecio o temor hacia la persona con quienes tengan derecho de visitas y convivencia y le hayan sido suspendidos o restringidos sus derechos por la misma causa; IV. Se acredite que no obstante existe mandato judicial de abstenerse de hacerlo, el padre o la madre custodio o la persona que ejerce la custodia personal o institucional, impida u obstaculice de manera reiterada y sin causa justificada el derecho de visitas y convivencia con quien la persona menor de edad tenga derecho; o V. El padre o la madre o la persona que ejerce la custodia personal o institucional sustraiga al menor de edad. T�TULO SEPTIMO De Ni�as, Ni�os y Adolescentes CAP�TULO I Disposiciones Generales Art�culo 567. Ni�as, ni�os y adolescentes deben ser objeto de especial atenci�n, cuidado y reconocimiento. Son ni�as y ni�os las personas menores de doce a�os, y adolescentes las personas de entre doce a�os cumplidos y menos de dieciocho a�os de edad. Art�culo Ni�as, ni�os y adolescentes gozar�n de los derechos reconocidos por la Constituci�n Pol�tica de los Estados Unidos Mexicanos, los Tratados Internacionales de los que M�xico sea parte, la Constituci�n Pol�tica del Estado, la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, este c�digo y todas aquellas disposiciones que atiendan el inter�s superior de la ni�ez Art�culo 569. Ninguna de las disposiciones enunciadas en este c�digo, debe ser interpretada en forma restrictiva respecto de los derechos y de los intereses superiores de la ni�ez, sino que las normas aplicables a ni�os, ni�as y adolescentes, se entender�n dirigidas a procurarles, primordialmente, los cuidados y la asistencia que requieren para lograr un crecimiento y desarrollo plenos dentro de un ambiente de bienestar familiar y social. En todos los casos la autoridad judicial y administrativa atender� al inter�s superior de la ni�ez. Art�culo 570. Se entender� por inter�s superior de la ni�ez al conjunto de acciones y procesos tendientes a garantizar a ni�os, ni�as y adolescentes, los alimentos y una vida digna para alcanzar el m�ximo bienestar posible. Cuando se vaya a tomar una determinaci�n relacionada con el inter�s superior de una persona menor de edad, deber� o�rsele y consider�rsele su opini�n, la cual deber� ser valorada en funci�n de su edad y madurez. Art�culo 571. Las actuaciones administrativas y judiciales atender�n al inter�s superior de la ni�ez, para tal efecto se observar� que: I. Los derechos de la ni�ez sean preferentes sobre cualquier otro derecho; II. El derecho de los adultos no condicione el ejercicio de los derechos de la ni�ez; III. Los v�nculos afectivos y la convivencia existentes entre padres e hijos permanezcan, salvo que existan razones determinantes para restringirla o suspenderla; IV. Se reincorpore en la medida de lo posible a los ni�os, ni�as y adolescentes a su ambiente familiar; V. Las medidas que promuevan la recuperaci�n f�sica y psicol�gica, as� como la reincorporaci�n a un ambiente familiar y social garanticen el respeto de su personalidad individual; VI. La identidad de las personas menores de edad se resguarde de cualquiera que no sea parte; VII. En el desarrollo de las actuaciones se garantice que la persona menor de edad pueda gozar de privacidad que facilite su comunicaci�n libre y espont�nea y de asistencia profesional especializada; y VIII. La persona menor de edad sea escuchada en privado, siempre con respeto a sus derechos, sin la presencia o intervenci�n de quienes personifiquen o representen intereses contrarios a los suyos. Para efecto de lo dispuesto por la fracci�n VII, podr�n autorizarse entrevistas previas a la audiencia de escucha, quedando el padre o madre custodio o quien ejerza la guarda y custodia personal o institucional obligado a dar cumplimiento a los requerimientos del asistente designado por el Juez. Art�culo 572. Cuando los padres no convengan la guarda y custodia de sus hijos, el Juez de la causa considerar� qu� es lo m�s conveniente para la ni�a, ni�o o adolescente y deber� atender al siguiente orden de preferencias: I. Con sus padres; II. Cuando no convivan ambos padres, cualquiera de los dos ejercer� sobre �l la guarda y custodia, siempre y cuando tengan la disposici�n y la posibilidad efectiva de su guarda y custodia, adem�s de no tener una conducta nociva a la salud f�sica o ps�quica de la ni�a, ni�o o adolescente; III. Se deroga IV. Cuando ninguno de los dos padres tenga la guarda y custodia de la ni�a, ni�o o adolescente, �sta podr� ser confiada, por el Juez, a los ascendientes, parientes dentro del cuarto grado o personas con las que est�n ligados en virtud de amistad profunda o el afecto nacido y sancionado por los actos religiosos o respetados por la costumbre, siempre y cuando cumplan con los requisitos de disposici�n y disponibilidad afectiva de custodia, as� como de buenas costumbres; V. En convivencia dentro de familias de acogida, a trav�s de la custodia personal autorizada por la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes; siempre y cuando cumplan con los requisitos de disposici�n y disponibilidad afectiva de custodia, as� como de buenas costumbres; y VI. En centros de asistencia social o albergues a trav�s de custodia institucional; deber� el Juez cerciorarse que el medio es id�neo para la ni�a, ni�o o adolescente. En todos los casos la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, deber� cerciorarse de que las personas que vayan a ejercer la custodia de la ni�a, ni�o o adolescente sean id�neas y que cumplan con los requisitos de la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Las ni�as, ni�os y adolescentes privados de la asistencia de sus padres o tutores deben gozar de una protecci�n especial por parte del Estado. CAP�TULO II Del R�gimen de Visitas y Convivencia Art�culo 573. El r�gimen de visitas y convivencia constituye un derecho de las personas menores de edad que tiene por objeto regular y organizar el contacto, estancias y comunicaciones entre ellos y sus progenitores o adoptantes, familiares o parientes cuando los padres no convivan entre s� o cuando su convivencia haya cesado, caracterizado por una distribuci�n igualitaria y racional del tiempo acordado voluntariamente entre ellos o en su defecto por decisi�n judicial. Las personas menores de edad tienen el derecho de visitas y convivencia por tratarse de un derecho aut�nomo al de la guarda y custodia as� como de patria potestad y superior a la voluntad de la persona a cuyo cargo se encuentre la guarda y custodia. Los padres tienen el deber de visitar y convivir con sus hijos para que no se pierdan los v�nculos afectivos que nacen de toda relaci�n paterno filial. Cuando los menores de edad se encuentren sujetos a la tutela o guarda y custodia de alguna instituci�n, �stas deber�n vigilar dicha convivencia. El r�gimen de visitas y convivencia s�lo podr� restringirse o suspenderse mediante declaraci�n judicial cuando de conformidad con la ley se determine que ello es contrario al inter�s superior de la ni�ez. Los padres y las personas que ejerzan la guarda y custodia personal o institucional deber�n abstenerse de realizar cualquier acto que promueva en las personas menores de edad o mayores incapaces el olvido, rechazo, rencor, odio, desprecio o temor hacia la persona con quien tienen derecho de visitas y convivencia. Art�culo 574. Proceder� la restricci�n o suspensi�n del derecho de visitas y convivencia cuando: I. Se cometan actos de violencia intrafamiliar; II. Se cometan delitos en contra de la persona menor de edad; III. Se cometan conductas nocivas a la salud f�sica o ps�quica de la persona menor de edad; IV. Se cometan actos reiterados que sin causa justificada impidan o nieguen el ejercicio del derecho de visitas y convivencia; V. Se promueva en los menores de edad el olvido, rechazo, rencor, odio, desprecio o temor hacia la persona con quien tienen derecho de visitas y convivencia; VI. La convivencia de la persona menor de edad con determinadas personas vaya en detrimento de los preceptos establecidos por este c�digo; VII. El ascendiente no asista sin causa justificada, en un periodo mayor a seis meses a las visitas decretadas; VIII. Los padres recurran continuamente a los tribunales para ejercer acciones legales notoriamente fr�volas e improcedentes as� declaradas por la autoridad, contra el padre no conviviente; IX. Presenten falsas denuncias penales en contra del otro progenitor imput�ndolo abusos f�sicos o sexuales en contra de los hijos; y X. El padre o la madre incumpla de manera reiterada y sin causa justa las obligaciones que le impone este c�digo con excepci�n a lo dispuesto por el �ltimo p�rrafo de este art�culo. No podr� restringirse el derecho de las visitas y convivencia de los hijos por el incumplimiento de obligaciones alimentarias. Art�culo 575. El Juez podr� decretar en todo momento las medidas necesarias para salvaguardar los derechos de convivencia de las personas menores de edad, para tal efecto establecer� las condiciones que permitan, de ser posible, la subsistencia de los v�nculos afectivos de la relaci�n paterno filial, para lo cual podr� decretar las siguientes medidas de protecci�n: I. Someter al padre o la madre a tratamiento profesional; II. Conceder al padre o la madre visitas y convivencia asistida o supervisada por instituci�n p�blica; III. Prohibir al padre o la madre salir sin autorizaci�n del pa�s, de la localidad en la cual reside o del �mbito territorial que fije el Juez; IV. Restringir las visitas y convivencia y autorizar otras formas de comunicaci�n que permitan preservar los lazos familiares; V. Suspender temporalmente los derechos de visita y convivencia; y VI. Las dem�s medidas de apremio y medidas de protecci�n que establezca la legislaci�n civil. Art�culo 576. La negativa reiterada y sin causa justificada del padre o madre custodio o de la persona que ejerza la custodia personal o institucional a permitir las visitas y convivencia con quien la persona menor de edad tenga derecho, dar� lugar a la modificaci�n de las condiciones de la guarda y custodia. De igual forma la modificaci�n de la guarda y custodia tendr� lugar cuando el padre o madre custodio cambie de residencia y no informe al padre o madre no custodio ni al Juez sobre el nuevo domicilio en el que se desenvolver� el r�gimen de visitas y convivencia. Art�culo 577. Cando la convivencia de ni�as, ni�os y adolescentes con determinadas personas vaya en detrimento de los preceptos establecidos en este cap�tulo, incluy�ndose a quienes ejercen la patria potestad, el Juez podr� decretar la cesaci�n de esa convivencia a petici�n de cualesquiera de los padres y en ausencia de �stos, a petici�n de los ascendientes o de la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. TITULO OCTAVO De la patria potestad CAPITULO I Disposiciones generales Art�culo 578. Se entiende por patria potestad la relaci�n de derechos y obligaciones que rec�procamente tienen, por una parte el padre y la madre, y por otra, los hijos menores de edad no emancipados o mayores incapaces, cuyo objeto es garantizar el ejercicio de los derechos de los ni�os, ni�as y adolescentes, su guarda y custodia y representaci�n legal. Se entender� que existe patria potestad prorrogada cuando los hijos a�n siendo mayores de edad tienen desde la minor�a de edad, incapacidad que les impida valerse por s� mismos y la misma se deduzca de su historial cl�nico o constituya un hecho notorio. Cuando se declare tendr� los efectos que se�ala el p�rrafo anterior de este art�culo. Art�culo 579. Los hijos y sus ascendientes se deben respeto y consideraci�n rec�proca. Art�culo 580. La Patria potestad tiene las siguientes caracter�sticas: Constituye ante todo, un deber y una obligaci�n que bajo ninguna circunstancia se puede renunciar a realizar personalmente. S�lo la custodia en los casos en que lo autorice especialmente la ley, podr� bajo atenci�n de quien ejerce la patria potestad, encomendarse a terceros; Tiene el car�cter de intransmisible, salvo en los casos de adopci�n; Representa un deber positivo de trato continuo, que exige y requiere un despliegue eficaz y constante que cumpla su cometido; y IV. Confiere el derecho, el deber y la responsabilidad de cuidar, criar y aplicar la correcci�n disciplinaria de manera prudente y moderada a sus hijos, as� como la obligaci�n de observar una conducta que sirva a �stos de buen ejemplo, garantiz�ndoles su bienestar f�sico y emocional, as� como la promoci�n del ordenado desarrollo de su personalidad, con el fin de educar de forma arm�nica y positiva. Art�culo 581. La patria potestad se ejerce por ambos progenitores o, en su caso, por el sup�rstite. Art�culo 582. Cuando ocurra el fallecimiento de ambos progenitores, el ejercicio de la patria potestad corresponde a quienes tengan parentesco ascendente hasta segundo grado por ambas ramas. Cuando sean dos o m�s por ambas l�neas, ejercer�n la patria potestad los ascendientes que tengan para ello la disposici�n y posibilidad; en caso de conflicto, la autoridad judicial resolver� a quien corresponde su ejercicio, debi�ndose de o�r para ello la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes y a la ni�a, ni�o o adolescente, cuando sea adolescente, teniendo para ello en cuenta el inter�s superior de la ni�ez, y adem�s, las siguientes consideraciones en orden de preferencia: I. Buscar la mayor afinidad e identificaci�n; II. La menor edad y plenitud ps�quica; III. La mayor instrucci�n; y IV. La estabilidad econ�mica necesaria para satisfacer los requerimientos de ni�as, ni�os y adolescentes. Cuando existan varias ni�as, ni�os o adolescentes integrantes de una misma familia que convivan juntos, se procurar� que contin�e la convivencia, si ello fuere posible. Art�culo 583. Si el hijo es adoptivo, se atender�n las siguientes disposiciones: Cuando la adopci�n se hizo por un matrimonio, ambos c�nyuges ejercer�n la patria potestad; y II. Si el hijo fuese adoptado por una persona, s�lo a �sta le corresponde el ejercicio de la patria potestad. Art�culo 584. Cuando por causa de investigaci�n de la maternidad o de la paternidad, alguien haya sido declarado como hijo, el juez decidir� a qui�n corresponde la patria potestad y custodia. Art�culo 585. Cuando quienes ejerzan la patria potestad vivan juntos y se separen, se convendr� por ambos qui�n ejercer� la custodia del hijo o los hijos que hubiere y si no se ponen de acuerdo, deber� seguirse el orden de preferencia establecido en el Art�culo 572. Art�culo 586. El La persona menor de edad sujeto a patria potestad debe vivir con el ascendiente que la ejerza, sin que pueda dejar el domicilio familiar sin permiso, que en todo caso se debe otorgar por quien la tenga salvo que exista mandato judicial sobre la guarda y custodia o r�gimen de visitas y convivencia. Art�culo 587. El menor debe obediencia y consideraci�n hacia los ascendientes que sobre �l ejercen la patria potestad, y debe contribuir equitativamente y de conformidad con su desarrollo personal, a las tareas de ordenamiento y conservaci�n de la casa habitaci�n. CAP�TULO II De los Efectos de la Patria Potestad respecto de los Bienes del Hijo Art�culo 588. Quienes ejercen la patria potestad son los leg�timos representantes de los que est�n sujetos a ella, y tienen la administraci�n legal de los bienes que les pertenezcan, conforme las prescripciones de este c�digo. No se aplicar� lo dispuesto en el p�rrafo precedente: Respecto a los derechos de personalidad del menor; Cuando exista un conflicto de intereses entre quienes ejercen la patria potestad y el menor; y Respecto de los bienes que el menor adquiera con su trabajo. Art�culo 589. Cuando el ejercicio de la patria potestad sea conjunto por los progenitores, por los abuelos o por los adoptantes, deber�n siempre ambos ponerse de acuerdo sobre qui�n ser� el administrador. Una sola de las personas que ejercen la patria potestad podr� representar a sus descendientes en juicio, requiri�ndose el concurso de ambos para convenir sobre la transacci�n de los derechos que le competan al menor, as� como para la disposici�n de bienes inmuebles o derechos reales sobre los mismos. Art�culo 590. Cuando por disposici�n de la ley o por voluntad de los titulares de la patria potestad, el menor tenga la administraci�n de los bienes, se le considerar� respecto de �sta como emancipado, con las restricciones legales para enajenar y gravar bienes ra�ces. Art�culo 591. Respecto de los bienes que administren quienes ejercen la patria potestad, se considera que la propiedad y la mitad del usufructo pertenecen al menor, la administraci�n y la otra mitad del usufructo corresponde a las personas que ejercen la patria potestad. Sin embargo, si los hijos adquieren bienes por herencia, legado o donaci�n y el testador o donante ha dispuesto que el usufructo pertenezca al menor o que se destine a un fin determinado, se estar� a lo se�alado. Art�culo 592. Los que ejerzan la patria potestad, no pueden enajenar ni gravar de ning�n modo los bienes inmuebles ni los muebles preciosos que correspondan al menor, ni contraer deudas que obliguen a �ste, sino por causa de absoluta necesidad o de evidente beneficio y previa la autorizaci�n de juez competente. Tampoco podr�n celebrar contratos de arrendamiento por m�s de cinco a�os, ni recibir la renta anticipada por m�s de dos a�os; vender valores comerciales, industriales, t�tulos de rentas, acciones, frutos y ganados, por menor valor del que se cotice en la plaza el d�a de la venta; hacer donaci�n de los bienes de los menores o remisi�n voluntaria de los derechos de �stos, ni dar fianza en representaci�n de los menores. Art�culo 593. Siempre que el juez conceda licencia a los que ejercen la patria potestad, para enajenar un bien inmueble o mueble precioso perteneciente al menor, tomar� las medidas necesarias para hacer que el producto de la venta se dedique al objeto que se se�al� y para que el resto se invierta en la adquisici�n de un inmueble o se imponga con segura hipoteca en favor del menor. Al efecto, el precio de la venta se depositar� en una instituci�n de cr�dito y la persona que ejerce la patria potestad no podr� disponer de �l sin orden judicial. Art�culo 594. Las personas que ejercen la patria potestad tienen obligaci�n de dar cuenta al t�rmino de la misma, a sus hijos y nietos en su caso sobre la administraci�n de los bienes que les correspondan. Art�culo 595. En todos los casos en que las personas que ejercen la patria potestad tengan un inter�s opuesto al de las ni�as, ni�os y adolescentes, o por una representaci�n deficiente o dolosa, ser�n estos representados en suplencia, en juicio y fuera de �l, por la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Art�culo 596.- Los jueces tienen la facultad en la resoluci�n que dicten, de tomar las medidas necesarias para impedir que, por la mala administraci�n de quienes ejercen la patria potestad, los bienes de ni�as, ni�os o adolescentes se derrochen o se disminuyan. Estas medidas se seguir�n a instancia de las personas interesadas o por la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. CAP�TULO III De los Modos de Acabarse y suspenderse la Patria Potestad Art�culo 597. La patria potestad se acaba: Con la muerte del que la ejerce, si no hay otra persona en quien recaiga; Con la emancipaci�n del menor; Por la mayor�a de edad de �ste; y Por la revocaci�n de la adopci�n simple. Art�culo 598. La patria potestad se pierde: Cuando quien la ejerce comete alg�n delito intencional que afecte a la persona menor de edad o a su patrimonio; o consienta que terceras personas lo cometan; Cuando el que la ejerce es condenado expresamente a su p�rdida; Cuando quien la ejerce, tenga conductas nocivas para la salud f�sico o ps�quica de la persona menor de edad aunque tales no sean penalmente punibles, o consienta que terceras personas las realicen. IV. Cuando quien la ejerce genere violencia intrafamiliar en contra de la persona menor de edad, entendida esta como maltrato f�sico o psicol�gico, o bien, cuando consienta que terceras personas ejerzan dicha violencia. Se entiende por maltrato f�sico al conjunto de lesiones que presenta una persona, que no resultan de accidentes o golpes fortuitos y que por su periodicidad, atenci�n m�dica inexistente, huellas de abuso sexual, la naturaleza o causa de las mismas, la existencia de cicatrices antiguas y actuales, aunque no pongan en peligro la vida, evidencian un caso de maltrato. Se entiende por maltrato psicol�gico al recurrente empleo de palabras, acciones y actitudes que afecten al menor de edad o al incapaz en su autoestima y autoconfianza, no permiti�ndole un sano desarrollo; V. Cuando quien la ejerce: a) Exponga a su descendiente; b) Le abandone por m�s de seis meses si �ste qued� a cargo de alguna instituci�n especializada o persona y adem�s el abandono sea intencional; No se considerar� que comete abandono intencional quien sea privado de la libertad por mandato judicial; c) Abandone por m�s de un d�a a su descendiente, si �ste no hubiere quedado al cuidado y vigilancia de alguna persona y adem�s �ste abandono sea intencional; d) Cometa actos de violencia intrafamiliar, o delitos en contra de sus descendientes o adoptados menores de edad. VI. En los casos de divorcio, cuando as� se establezca; VII. Cuando quien la ejerce, abandone sus deberes frente a sus descendientes; y VIII. Por impedir de manera reiterada sin causa justa las visitas o convivencia decretadas por autoridad competente o en convenio aprobado por la autoridad judicial y ya hubiere sido decretada con anterioridad la p�rdida de la guarda y custodia. Art�culo 599. La p�rdida de la patria potestad se decretar�: I. En el caso de la fracci�n I del art�culo que precede: en la sentencia definitiva que se dicte por quien haya conocido del proceso penal; II. En los casos de las fracciones de la II a la VIII, en la sentencia del juicio civil que expresamente se siga; y III. Se deroga. Art�culo 600. La p�rdida de la patria potestad no extingue los deberes y obligaciones que la misma impone. Art�culo 601. La patria potestad se suspende: Por incapacidad declarada judicialmente; Por la ausencia declarada en forma; y III. Por acuerdo judicial que la imponga. Art�culo 602. Los abuelos pueden excusarse de ejercer la patria potestad: Cuando tengan sesenta a�os cumplidos; y Cuando por el mal estado habitual de su salud, no pueden atender debidamente su desempe�o. T�TULO NOVENO De la Tutela y la Representaci�n CAP�TULO I Disposiciones Generales Art�culo 603. La tutela es la instituci�n de orden p�blico e inter�s social, que respecto de los incapaces, tiene por objeto la guarda de la persona y los bienes, o solamente los bienes. Ni�as, ni�os y adolescentes ser�n representados originariamente por quienes ejercen la patria potestad o tutela, de conformidad con lo dispuesto en la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes desempe�ar� la representaci�n coadyuvante y en suplencia: I. Representaci�n coadyuvante: Es aquella que de manera oficiosa realiza de acompa�amiento a ni�as, ni�os y adolescentes en los procedimientos jurisdiccionales y administrativos, sin perjuicio de la intervenci�n que corresponda a la representaci�n social; y II. Representaci�n en suplencia: A falta de quienes ejerzan la representaci�n originaria de ni�as, ni�os y adolescentes, o cuando por otra causa as� lo determine el �rgano jurisdiccional o autoridad administrativa competente, con base en el inter�s superior de la ni�ez. Art�culo 604. La tutela o representaci�n se ejercer� en los casos siguientes: I. Habr� tutela sobre quienes no estando sujetos a patria potestad, tienen incapacidad natural o legal, o solamente la segunda, en cuyo caso deber� atenderse al grado de limitaci�n impuesto a la capacidad de ejercicio; y II. Habr� representaci�n sobre quienes estando sujetos a patria potestad: a) Reciban bienes, ya sea por legado o por herencia y el testador nombre un tutor con facultades exclusivas de administraci�n, en beneficio del incapaz respecto de los bienes que comprenda la herencia o legado; b) Tengan intereses opuestos a quien ejerce sobre ellos la patria potestad; y c) En el caso de oposici�n de intereses entre dos o m�s ni�as, ni�os o adolescentes sujetos a una misma patria potestad. Art�culo 605. Tienen incapacidad natural y legal las personas que no puedan gobernarse y obligarse por s� mismos o manifestar su voluntad por alg�n medio. Art�culo 606. Se deroga. Art�culo 607.- La tutela y la representaci�n son un cargo de inter�s p�blico del que nadie puede eximirse, sino por causa leg�tima. Art�culo 608. El que se rehusare sin causa legal a desempe�ar el cargo de tutor o de representante, es responsable de los da�os y perjuicios que de su negativa resulten al incapaz. Art�culo 609. La tutela se desempe�ar� por el tutor, con la intervenci�n del curador; sin perjuicio de la representaci�n coadyuvante o en suplencia, por la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes Art�culo 610. Ning�n incapaz puede tener a un mismo tiempo m�s de un tutor y de un curador definitivos. Art�culo 611. El tutor y el curador pueden desempe�ar respectivamente la tutela o la curatela hasta de tres incapaces. Si estos son hermanos o son coherederos y legatarios de la misma persona, puede nombrarse un solo tutor y un curador a todos ellos, aunque sean m�s de tres, sin perjuicio del representante. Art�culo 612. Los cargos de tutor y de curador de un incapaz no pueden ser desempe�ados al mismo tiempo por una sola persona. Art�culo 613. Cuando fallezca una persona que ejerza la patria potestad sobre un incapaz a quien deba nombrarse representante, su ejecutor testamentario y en caso de intestado los parientes y personas con quienes hayan vivido, est�n obligados a dar parte del fallecimiento al Juez, dentro de ocho d�as, a fin de que provea lo conducente, bajo la pena equivalente a una multa de veinticinco a cien veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n. Art�culo 614. La tutela es testamentaria, leg�tima o dativa. Art�culo 615.- Ninguna tutela puede conferirse sin que previamente se declare, en los t�rminos que disponga el C�digo de Procedimientos Civiles, la incapacidad y las limitaciones a la capacidad de ejercicio de la persona que va a quedar sujeta a ella. Art�culo 616. Los tutores y curadores no pueden ser removidos de su cargo sin que previamente hayan sido o�dos y vencidos en juicio. Art�culo 617.- La ni�a, ni�o o adolescente que no pueda gobernarse y obligarse por s� misma o con asistencia de un representante o manifestar su voluntad por alg�n medio estar� sujeta a tutela o representaci�n, seg�n corresponda, mientras no llegue a la mayor�a de edad. Si al cumplirse �sta continuare el impedimento, el incapaz se sujetar� a nueva tutela, previo juicio de interdicci�n en el que ser�n o�dos, el incapaz, el tutor y curador anteriores y se determinar� el grado de incapacidad y las limitaciones a la capacidad de ejercicio. Art�culo 618.- Las ni�as, ni�os o adolescentes hijos de un incapaz que no pueda darles la debida atenci�n y cuidado, quedar�n bajo la patria potestad que corresponda conforme al art�culo 572 de este C�digo, y no habi�ndolo, se les proveer� de tutor. Art�culo 619. El cargo de tutor, de la persona mayor de edad incapaz durar� el tiempo que subsista la interdicci�n, cuando sea ejercido por los parientes consangu�neos en l�nea recta sin limitaci�n de grados, los colaterales dentro del cuarto grado y los afines dentro del segundo. El c�nyuge s�lo tendr� obligaci�n de desempe�ar ese cargo mientras tenga dicho car�cter. Los extra�os que desempe�en la tutela de que se trata, tienen derecho de que se les releve de ella a los diez a�os de ejercicio. Art�culo 620. El estado de interdicci�n no cesar� sino por la muerte del incapaz o por sentencia definitiva, que se pronunciar� conforme a las mismas reglas establecidas para declarar la interdicci�n. Al presentarse alg�n cambio en la diversidad funcional del incapaz deber� ajustarse el grado de interdicci�n a trav�s de sentencia definitiva. Las sentencias a que se refiere este art�culo se pronunciar�n conforme a las mismas reglas establecidas para declarar la interdicci�n. Art�culo 621.- El Juez de Primera Instancia del domicilio del incapaz y, si no lo hubiere, el Juez Menor o el de Paz, con intervenci�n del Agente de la Procuradur�a Social, cuidar� provisionalmente de la persona y los bienes del incapaz hasta que se nombre tutor, salvo que exista un documento p�blico, en donde se haya efectuado la auto designaci�n de tutor, en cuyo caso se estar� a lo ah� establecido. Art�culo 622. El juez que no cumpla las prescripciones relativas a la tutela y a la representaci�n, adem�s de las penas en que incurra conforme a las leyes, ser� responsable de los da�os y perjuicios que sufran los incapaces y ni�as, ni�os y adolescentes. CAP�TULO II De la Tutela Testamentaria Art�culo 623. El ascendiente que sobreviva, de los dos que en cada grado deben ejercer la patria potestad conforme a lo dispuesto en el art�culo 572, tiene derecho, aunque fuere menor, de nombrar tutor en su testamento a aqu�llos sobre quienes la ejerza, con inclusi�n del hijo p�stumo. Art�culo 624. El nombramiento de tutor testamentario hecho en los t�rminos del art�culo anterior, excluye del ejercicio de la patria potestad a los ascendientes de ulteriores grados. Art�culo 625. Si los ascendientes excluidos estuvieren ausentes o fueren declarados incapaces, la tutela cesar� cuando cese el impedimento o se presenten los ascendientes, a no ser que el testador haya dispuesto expresamente que contin�e la tutela. Art�culo 626. El que en su testamento, aunque sea adolescente emancipado, deje bienes ya sea por legado o por herencia, a un incapaz que no est� bajo su patria potestad, puede nombrarle tutor solamente para la administraci�n de los bienes que le deja. Aun cuando en la disposici�n testamentaria correspondiente se prevenga que el beneficiario no reciba los productos del capital dejado en herencia o legado, no subsistir� dicha disposici�n en lo estrictamente indispensable para satisfacer las necesidades alimentarias de ni�as, ni�os y adolescentes. Art�culo 627. Si fueren varias las personas menores de edad, podr� nombr�rseles un tutor com�n o conferirse a persona diferente la tutela de cada uno de ellos, sobre todo, cuando los intereses de alguno o algunos fueren opuestos. Art�culo 628. El padre que ejerza la tutela de un hijo sujeto a interdicci�n, puede nombrarle tutor testamentario, si la madre ha fallecido o no puede legalmente ejercer la tutela. La madre, en su caso, podr� hacer el nombramiento de que trata ese Art�culo. Art�culo 629. En ning�n otro caso hay lugar a la tutela testamentaria del incapaz. Art�culo 630. Siempre que se nombren varios tutores, desempe�ar� la tutela el primer nombrado, a quien sustituir�n los dem�s por el orden de su nombramiento, en los casos de muerte, incapacidad, excusa o remoci�n. Art�culo 631. Lo dispuesto en el art�culo anterior, no regir� cuando el testador haya establecido el orden en que los tutores deben sucederse en el desempe�o de la tutela. Art�culo 632. Deben observarse todas las reglas, limitaciones y condiciones puestas por el testador para la administraci�n de la tutela, que no sean contrarias a las leyes; a no ser que el juez, oyendo al tutor y al curador, las estime da�osas a ni�as, ni�os y adolescentes, en cuyo caso, podr� dispensarlas o modificarlas. Art�culo 633. Si por un nombramiento condicional de tutor o por alg�n otro motivo, faltare temporalmente el tutor testamentario, el juez proveer� de tutor interino a la ni�a, ni�o o adolescente, conforme a las reglas generales sobre nombramiento de tutores. Art�culo 634. El adoptante que ejerza la patria potestad tiene derecho de nombrar tutor testamentario a su hijo adoptivo; aplic�ndose a esta tutela lo dispuesto en los Art�culos anteriores. CAP�TULO III De la Tutela Leg�tima de Ni�as, Ni�os y Adolescentes Art�culo 635. Hay lugar a tutela leg�tima o representaci�n originaria cuando no hay quien ejerza la patria potestad, ni tutor testamentario. Art�culo 636. La tutela leg�tima corresponde a los hermanos, prefiri�ndose a los que lo sean por ambas l�neas. Art�culo 637. Si hubiere varios parientes del mismo grado, el juez elegir� entre ellos al que le parezca m�s apto para el cargo; pero si el pupilo o representado fuere adolescente, �ste har� la elecci�n. Art�culo 638. La falta temporal de tutor leg�timo, se suplir� en los t�rminos establecidos en los dos art�culos anteriores. Art�culo 639. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes en forma directa o a trav�s de sus delegados institucionales, desempe�ar�n la tutela sin necesidad de discernimiento del cargo: I. De los exp�sitos; II. De ni�as, ni�os y adolescentes abandonados sean estos hu�rfanos, expuestos por el titular de su patria potestad o tutela o maltratados reiteradamente por sus parientes; y III. De ni�as, ni�os y adolescentes que se encuentren en acogimiento residencial en centros de asistencia social o albergues, instituciones educativas ya sean estas p�blicas o privadas, o cuando quienes la ejerzan sean ilocalizables. En todos los casos se estar� a lo previsto en la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, y la legislaci�n para la operaci�n de albergues CAP�TULO IV De la Tutela Leg�tima del Mayor Incapacitado Art�culo 640. El c�nyuge es tutor leg�timo y forzoso del otro, en caso de incapacidad de �ste. Art�culo 641. Son tutores de su padre y de su madre libres de matrimonio que est�n incapacitados sus hijos mayores de edad. Art�culo 642. Cuando haya dos o m�s hijos, ser� preferido el que viva en compa��a del padre o de la madre; y siendo varios los que est�n en el mismo caso, el juez elegir� al que le parezca m�s apto. Art�culo 643. Los padres son de derecho tutores de sus hijos, solteros o viudos, cuando �stos no tengan hijos que puedan desempe�ar la tutela, debi�ndose poner de acuerdo respecto a qui�n de los dos ejercer� el cargo. Art�culo 644. A falta de tutor testamentario y de persona que con arreglo a los art�culos anteriores deba desempe�ar la tutela, ser�n llamadas a ella sucesivamente los abuelos, observ�ndose lo establecido en el art�culo 582, los hermanos del incapaz y los dem�s colaterales a que se refiere la fracci�n II del art�culo 636 tom�ndose en consideraci�n en su caso lo que dispone el art�culo 637. Para el caso de quienes se encuentren internados en albergues o centros de asistencia social, o cuando quienes la ejerzan sean ilocalizables, el Juez dar� aviso al Sistema DIF estatal o municipal, para que desempe�e la tutela correspondiente. Art�culo 645. El tutor del incapaz que tenga hijos menores bajo su patria potestad, ser� tambi�n tutor de ellos, si no hay otro ascendiente a quien la ley llame al ejercicio de aquel derecho. Art�culo 646. El tutor de las personas incapaces estar� obligado a presentar ante la Procuradur�a Social en los meses de julio y enero de cada a�o una certificaci�n m�dica que declaren acerca de la salud de la persona sujeta a interdicci�n, a quien para este efecto reconocer�n en presencia del curador. Sin perjuicio de lo anterior, el Juez, de oficio o a petici�n de parte, en cualquier momento podr� solicitar los estudios que considere necesarios, para ajustar el grado de interdicci�n del incapaz. La personas incapaz podr� manifestar su opini�n al agente de la Procuradur�a Social, �ste se cerciorar� del estado que guardan el incapaz y sus bienes y tomar� todas las medidas que estime convenientes para mejorar su condici�n. En caso de que existieren elementos que pongan en detrimento la salud del incapaz, la Procuradur�a solicitar� al Juez decrete la adopci�n de medidas para mejorar su condici�n. Art�culo 647. Los recursos y patrimonio del incapaz que no pueda gobernarse ni obligarse por s� mismo o manifestar su voluntad por alg�n medio, se destinar�n en forma preferente a su seguridad, alivio y mejor�a en la calidad de vida; quien desempe�e la tutor�a adoptar� las medidas que juzgue oportunas, proponi�ndolas para tal efecto a la Procuradur�a Social para su aprobaci�n. Las medidas que fueren urgentes podr�n ser ejecutadas de inmediato, qued�ndose obligado a dar cuenta a la Procuradur�a Social para su conocimiento y consideraci�n. Para el caso de que el incapaz pueda gobernarse y obligarse por s� mismo o manifestar su voluntad por cualquier medio, el tutor deber� asistirlo en la toma de decisiones respecto de sus recursos y patrimonio, respetando y acatando en todo momento la decisi�n tomada por la persona en estado de interdicci�n. CAP�TULO V De la Tutela Dativa Art�culo 648.- La tutela dativa tiene lugar: I. Cuando en un documento p�blico expreso una persona mayor de edad hubiere ejercido su facultad de designarse tutor, se estar� frente al supuesto de tutela voluntaria; y II. En los dem�s casos establecidos por la ley. Art�culo 649. Se deroga Art�culo 650. Se deroga. Art�culo 651. Se deroga. Art�culo 652. Para asuntos judiciales del adolescente emancipado se llamar� a la representaci�n coadyuvante. Art�culo 653. Se deroga Art�culo 653 Bis.- La persona que cuente con capacidad de ejercicio podr� designar tutor para que cuide de su persona y de sus bienes cuando quede en estado de interdicci�n. Igualmente tendr� la facultad de nombrar curador. Art�culo 653 Ter.- La designaci�n de tutor podr� otorgarse mediante: Escritura especial otorgada ante notario, en donde se observar�n las mismas solemnidades del testamento p�blico abierto; o Acta de tutela realizada ante el Oficial del Registro Civil de conformidad con la Ley del Registro Civil; o Declaraci�n judicial interpuesta mediante jurisdicci�n voluntaria que reconozca la solicitud de declaraci�n de tutor y curador voluntario. Art�culo 653 Qu�ter.- Se pueden designar tutores en forma sucesiva. Art�culo 653 Quinquies.- En el documento p�blico se podr�n dictar instrucciones sobre tratamientos terap�uticos, los cuales ser�n determinados por un m�dico, donaci�n de �rganos y ceremonial de funerales. Art�culo 653 Sexies.- El tutor dativo a que se refiere la fracci�n III del art�culo 648, tendr� la obligaci�n de desempe�ar la autotutela en los t�rminos del documento p�blico respectivo y recibir�, en su caso, los emolumentos ah� establecidos, previa declaraci�n judicial que as� lo establezca. En caso de no constar las obligaciones ni la forma de llevar la tutela en el documento p�blico, se estar� a lo que establece el presente t�tulo. En el procedimiento de declaraci�n del estado de incapacidad, el Juez deber� nombrar como tutor y curador interino al designado en el documento p�blico. CAP�TULO VI De las Personas Inh�biles para el Desempe�o de la Tutela y de las que deben ser separadas de ella Art�culo 654. No pueden ser tutores, aunque est�n anuentes en recibir el cargo: Los menores de edad; Los mayores de edad que se encuentren bajo tutela; Los que hayan sido removidos de otra tutela por haberse conducido mal, ya respecto de la persona, ya respecto de la administraci�n de los bienes del incapaz; Los que por sentencia que cause ejecutoria, hayan sido condenados a la privaci�n de este cargo o a la inhabilitaci�n para obtenerlo; El que haya sido condenado por delitos contra la propiedad o por delitos infamantes por conductas referentes a la violencia intrafamiliar o delitos sexuales; Los que no tengan oficio o modo de vivir conocido y sean notoriamente de mala conducta; Los que al deferirse la tutela, tengan pleito pendiente con el incapaz; Los deudores del incapacitado, en cantidad considerable a juicio del juez, a no ser que el que nombre tutor testamentario, lo haya hecho con conocimiento de la deuda, declar�ndolo as� expresamente al hacer el nombramiento; Los funcionarios o empleados de la administraci�n p�blica sea federal, estatal o municipal, trat�ndose de tutela dativa. Tampoco el c�nyuge, los ascendientes o descendientes de empleados o funcionarios del poder judicial; El que no est� domiciliado en el lugar en que deba ejercer la tutela; Del demente, los que hayan sido su causa o los que la hayan fomentado directa o indirectamente; El que padezca enfermedad cr�nica contagiosa; y Los dem�s a quien lo proh�ba la ley. Art�culo 655. Ser�n separados de la tutela: Los comprendidos en el art�culo anterior desde que sobrevenga o se advierta su inhabilidad; Los que sin haber caucionado su manejo conforme a la ley, ejerzan la administraci�n de la tutela; Los que se conduzcan mal en el desempe�o de la tutela, ya sea respecto de la persona, ya respecto de la administraci�n de los bienes del incapacitado; Los tutores que no rindan sus cuentas dentro del t�rmino fijado al respecto por este c�digo; El tutor que se encuentre en el caso previsto en el Art�culo 271; y El tutor que permanezca ausente por m�s de tres meses, del lugar en que se debe desempe�ar la tutela. Art�culo 656. Se deroga. Art�culo 657. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, y para el caso de incapaces el Agente de la Procuradur�a Social, y los parientes del pupilo, tienen derecho de promover la separaci�n de los tutores que se encuentren en alguno de los casos previstos en el art�culo 654. Art�culo 658. El tutor que fuere procesado por cualquier delito, quedar� suspenso en el ejercicio de su encargo, desde que se provea el auto motivado de prisi�n o de sujeci�n a proceso, hasta que se pronuncie sentencia irrevocable. Art�culo 659. En el caso de que trata el art�culo anterior, se proveer� a la tutela conforme a la ley. Art�culo 660. Absuelto el tutor, volver� al ejercicio de su encargo. Si es condenado a una pena que no lleve consigo la inhabilitaci�n para desempe�ar la tutela, volver� a �sta al extinguir su condena, siempre que la pena impuesta no exceda de un a�o de prisi�n. CAP�TULO VII De las Excusas para el Desempe�o de la Tutela Art�culo 661. Pueden excusarse de ser tutores: Los empleados y servidores p�blicos, salvo que exista parentesco por consanguinidad hasta el cuarto grado; Los militares en servicio activo; Los que tengan bajo su patria potestad tres o m�s descendientes; Los que fueren tan pobres, que no puedan atender a la tutela sin menoscabo de su subsistencia; Los que por el mal estado habitual de su salud, o por su rudeza o ignorancia, no puedan atender debidamente a la tutela; Los que tengan sesenta y cinco a�os cumplidos; Los que tengan a su cargo otra tutela o curadur�a; y Los que por su falta de ilustraci�n, por su inexperiencia en lo negocios, por su timidez o por otra causa igualmente grave a juicio del juez, no est�n en aptitud de desempe�ar convenientemente la tutela. Art�culo 662. El que teniendo excusa leg�tima para ser tutor, acepta el cargo, renuncia por el mismo hecho a la excusa que le concede la ley. Art�culo 663. El tutor debe proponer sus impedimentos y excusas dentro de los cinco d�as despu�s de sabido el nombramiento, disfrutando de un d�a m�s por cada cuarenta kil�metros que medien entre su domicilio y el lugar de residencia del juez competente. Si la causa de excusa sobreviene durante el ejercicio de la tutela, el t�rmino expresado comenzar� a contarse desde que el tutor tenga conocimiento de dicha causa. Art�culo 664. Si el tutor tuviere dos o m�s excusas, las propondr� simult�neamente, dentro del plazo respectivo; y si propone una sola, se entender�n renunciadas las dem�s. Art�culo 665. Mientras que se califica el impedimento o la excusa, el juez nombrar� un tutor interino. Art�culo 666. El tutor testamentario que se excuse de ejercer la tutela, perder� todo derecho a lo que le hubiere dejado el testador por este concepto. Art�culo 667. El tutor que sin excusa o desechada la que hubiere propuesto, no desempe�e la tutela, pierde el derecho que tenga para heredar al incapaz que muera intestado, y es responsable de los da�os y perjuicios que por su renuncia hayan sobrevenido al mismo incapaz. En igual pena incurre la persona a quien corresponda la tutela leg�tima, si habiendo sido legalmente citada, no se presenta al Juez manifestando su parentesco con el incapaz. Art�culo 668. Muerto el tutor que est� desempe�ando la tutela, sus herederos o ejecutores testamentarios est�n obligados a dar aviso al Juez, quien proveer� inmediatamente al incapaz del tutor que corresponda, seg�n la ley. CAP�TULO VIII De la Garant�a que deben prestar los Tutores para asegurar su manejo Art�culo 669. El tutor, antes de que se le discierna el cargo, prestar� cauci�n para asegurar su manejo; esta cauci�n consistir� en: Dep�sito de dinero en efectivo; Hipoteca o prenda; o Fianza. La garant�a prendaria que preste el tutor, se constituir� depositando las cosas dadas en prenda en una instituci�n de cr�dito autorizada para recibir dep�sitos; a falta de ella, se depositar�n en poder de persona de notoria solvencia y honorabilidad. Art�culo 670. Est�n exceptuados de la obligaci�n de dar garant�a: I. Los tutores testamentarios, cuando expresamente los haya relevado de esta obligaci�n el testador; II. El tutor que no administre bienes; III. Cuando la tutela del incapaz recaiga en el c�nyuge o en parientes consangu�neos hasta el cuarto grado, no se dar� garant�a, salvo el caso de que el Juez, con audiencia del curador, el Agente de la Procuradur�a Social, lo crea conveniente; IV. Los que custodien a un exp�sito, por m�s de diez a�os, a no ser que hayan recibido pensi�n para cuidar de �l; y V. Las instituciones p�blicas. Art�culo 671. Los comprendidos en la fracci�n I del art�culo anterior, s�lo estar�n obligados a dar garant�a cuando con posterioridad a su nombramiento haya sobrevenido causa ignorada por el testador que, a juicio del juez y previa audiencia del curador, haga necesaria aqu�lla. Art�culo 672. En el caso de la fracci�n II del art�culo 670, luego que se realicen algunos cr�ditos o derechos o se recobren los bienes, aun cuando sea en parte, estar� obligado el tutor a dar la garant�a correspondiente. El curador vigilar�, bajo su m�s estrecha responsabilidad, el cumplimiento de este art�culo. Art�culo 673. La garant�a que presten los tutores no impedir� que el Juez, a moci�n del Agente de la Procuradur�a Social, del curador, de los parientes pr�ximos del incapaz, o de �ste si ha cumplido diecis�is a�os, dicte las providencias que se estimen �tiles para la conservaci�n de los bienes del pupilo. Art�culo 674. Siempre que el tutor sea tambi�n coheredero del incapaz y �ste no tenga m�s bienes que los hereditarios, no se podr� exigir al tutor otra garant�a que la de su misma porci�n hereditaria, a no ser que �sta porci�n no iguale a la mitad de la porci�n del incapaz, ya que en tal caso se integrar� la garant�a con bienes propios del tutor o con fianza. Art�culo 675. Siendo varios los incapaces cuyo haber consista en bienes procedentes de una herencia indivisa, si son varios los tutores, s�lo se exigir� a cada uno de ellos, garant�a por la parte que corresponda a su representado. Art�culo 676. Cuando los bienes que tenga el tutor no alcancen a cubrir la cantidad que ha de asegurar conforme al art�culo siguiente, la garant�a podr� consistir: parte en hipoteca o prenda, parte en fianza o solamente en fianza a juicio del juez, y previa audiencia del curador y del Agente de la Procuradur�a Social. Art�culo 677. La hipoteca o prenda y en su caso la fianza, se dar�n: Por el importe de las rentas de los bienes en los dos �ltimos a�os y por los r�ditos de los capitales impuestos durante ese mismo tiempo; Por el valor de los bienes muebles; Por el de los enseres y semovientes, as� como por el de los productos de las fincas r�sticas en dos a�os, calculados por peritos; y En las negociaciones mercantiles o industriales, por el veinte por ciento del importe de las mercanc�as y dem�s efectos muebles, calculados por los libros si est�n llevados en debida forma, o a juicio de peritos. Art�culo 678. Si los bienes del incapaz enumerados en el art�culo que precede, aumentan o disminuyen durante la tutela, podr� aumentarse o disminuirse proporcionalmente la hipoteca, prenda o fianza, a pedimento del tutor, del curador o del agente de la Procuradur�a Social. Art�culo 679. El juez responde subsidiariamente con el tutor, de los da�os y perjuicios que sufra el incapacitado por no haber exigido que se caucione el manejo de la tutela. Art�culo 680. Si el tutor, dentro de tres meses de aceptado su nombramiento, no pudiere dar la garant�a por las cantidades que fija el art�culo 677, se proceder� al nombramiento de nuevo tutor. Art�culo 681. Durante los tres meses se�alados en el art�culo precedente, desempe�ar� la administraci�n de los bienes un tutor interino, quien los recibir� por inventario riguroso y no podr� ejecutar otros actos que los indispensables para la conservaci�n de los bienes y percepci�n de los productos. Para cualquier otro acto de administraci�n, requerir� la autorizaci�n judicial, la que se conceder�, si procede oyendo al curador. Art�culo 682. Al presentar el tutor su cuenta anual, el curador debe promover informaci�n de supervivencia e idoneidad de los fiadores dados por aqu�l. Esta informaci�n tambi�n podr�n promoverla en cualquier tiempo que lo estimen conveniente. El Agente de la Procuradur�a Social tiene igual facultad y hasta el Juez puede exigir esa informaci�n de oficio. Art�culo 683. Es tambi�n obligaci�n del curador vigilar el estado de las fincas hipotecadas por el tutor o de los bienes entregados en prenda, dando aviso al juez de los deterioros y menoscabo que en ellos hubiere, para que si es notable la disminuci�n del precio, se exija al tutor que asegure con otros bienes los intereses que administra. CAP�TULO IX Del Desempe�o de la Tutela Art�culo 684. Cuando el tutor tenga que administrar bienes, no podr� entrar a la administraci�n sin que antes se nombre curador, excepto cuando la tutela la desempe�e instituci�n p�blica. Art�culo 685. El tutor que entre a la administraci�n de los bienes sin que se haya nombrado curador, ser� responsable de los da�os y perjuicios que cause al incapaz y, adem�s, separado de la tutela; mas ning�n extra�o puede rehusarse a tratar con �l judicial o extrajudicialmente, alegando la falta del curador. Art�culo 686. El tutor est� obligado: I. A la custodia del incapaz; II. A destinar los recursos del incapaz que no pueda gobernarse ni obligarse por s� mismo o manifestar su voluntad por alg�n medio, para procurar su buen estado de salud f�sica y ps�quica, as� como a la prevenci�n de enfermedades y en su caso a la recuperaci�n de niveles de salud universalmente aceptados; III. A realizar formal inventario debidamente circunstanciado de cuanto constituye el patrimonio del incapaz, dentro del t�rmino que el Juez designe, con intervenci�n del curador y del mismo incapaz si goza de discernimiento y ha cumplido diecis�is a�os de edad, el t�rmino para formar el inventario no podr� ser mayor de tres meses; IV. A administrar el caudal del incapaz que no pueda gobernarse ni obligarse por s� mismo o manifestar su voluntad por alg�n medio; El pupilo ser� consultado para los actos importantes de la administraci�n, cuando es capaz de discernimiento y mayor de diecis�is a�os; pero la falta de consulta no surte efectos contra tercero. La administraci�n de los bienes que el pupilo menor ha adquirido con su trabajo, le corresponde a �l y no al tutor; V. A representar al incapaz que no pueda gobernarse ni obligarse por s� mismo o manifestar su voluntad por alg�n medio, en juicio y fuera de �l, en todos los actos civiles con excepci�n del matrimonio, del reconocimiento de hijos, del testamento, de otros estrictamente personales y los que se hubieran determinado en la sentencia respectiva; VI. Asistir al incapacitado cuyo grado de discernimiento le permita gobernarse u obligarse por s� mismo o manifestar su voluntad por alg�n medio, seg�n el grado de limitaci�n a la capacidad de ejercicio impuesto en el estado de interdicci�n; y VII. A solicitar oportunamente la autorizaci�n judicial para todo lo que legalmente no puede hacer sin ella. CAP�TULO X De la Tutela del Menor Art�culo 687. Los gastos de alimentaci�n y educaci�n del menor deben regularse de manera que nada necesario le falte, seg�n sus condiciones y posibilidades econ�micas. Art�culo 688. Cuando el tutor entre en el ejercicio de su cargo, el juez fijar�, con audiencia de aqu�l, la cantidad que haya de invertirse en los alimentos y educaci�n del menor; sin perjuicio de alterarla, seg�n el aumento o disminuci�n del patrimonio y otras circunstancias. Por las mismas razones, podr� el juez alterar la cantidad que el que nombr� tutor hubiere se�alado para dicho objeto. Art�culo 689. El tutor observar� el cumplimiento de la educaci�n obligatoria de su pupilo, y le destinar� la profesi�n u oficio que �ste elija, seg�n sus circunstancias. Si el tutor infringe esta disposici�n, la ni�a, ni�o o adolescente puede, por conducto del curador, la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes o por s� misma, ponerlo en conocimiento del juez, para que dicte las medidas convenientes. Art�culo 690. Si el que ten�a la patria potestad sobre la ni�a, ni�o o adolescente le hubiera dedicado alguna carrera, el tutor no variar� �sta sin la aprobaci�n del juez, quien decidir� este punto, prudentemente y oyendo en todo caso al mismo al pupilo, al curador y la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Art�culo 691. Si las rentas del menor no alcanzan a cubrir los gastos de su alimentaci�n y educaci�n, el juez decidir� si ha de pon�rsele a aprender un oficio o adoptarse otro medio para evitar la enajenaci�n de los bienes y, si fuere posible, sujetar� a las rentas de �stos, los gastos de alimentaci�n. Art�culo 692.- Si los pupilos fuesen indigentes o careciesen de suficientes medios para los gastos que demande su alimentaci�n y educaci�n, el tutor exigir� judicialmente la prestaci�n de esos gastos a los parientes que tienen obligaci�n legal de alimentar a los incapaces. Las expensas que esto origine, ser�n cubiertas por el deudor alimentario. Cuando el mismo tutor sea obligado a dar alimentos por raz�n de su parentesco con el pupilo, el curador ejercitar� la acci�n a que este art�culo se refiere. Igual acci�n podr� ejercer la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes o la Procuradur�a Social. Art�culo 693.- Si los pupilos no han alcanzado la mayor�a de edad y no tienen personas que est�n obligadas a alimentarlos o si teni�ndolas, no pudieren hacerlo, el tutor, pondr� a la ni�a, ni�o o adolescente a cargo de la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. El tutor observar� en todo momento el inter�s superior de la ni�ez y lo previsto en la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Art�culo 693 Bis. El tutor administrar� los bienes del incapaz, cuando �ste tenga limitaci�n en la capacidad de ejercicio, en los t�rminos de la sentencia respectiva, a falta de disposici�n expresa en la sentencia, se estar� a lo dispuesto en este cap�tulo y dem�s art�culos aplicables. CAP�TULO XI Reglas sobre la administraci�n de bienes Art�culo 694. La obligaci�n de hacer inventarios no puede ser dispensada ni a�n por los que tienen derecho de nombrar tutor testamentario. Art�culo 695. Mientras que el inventario no estuviere formado, la tutela debe limitarse a los actos de mera protecci�n a la persona y conservaci�n de los bienes del incapaz. Art�culo 696. El tutor est� obligado a se�alar en el inventario, el cr�dito que tenga contra el incapaz; si no lo hace, pierde el derecho de cobrarlo. Art�culo 697. Los bienes que el incapaz adquiera despu�s de la formaci�n del inventario, se incluir�n inmediatamente en �l, con las mismas formalidades prescritas en la fracci�n III del art�culo 686. Art�culo 698. Hecho el inventario, no se admitir� al tutor rendir prueba contra �l, en perjuicio del incapaz, ni antes ni despu�s de la mayor edad de �ste, ya sea que litigue en nombre propio o con la representaci�n del incapaz. Se except�an de lo dispuesto en el p�rrafo anterior, los casos en que el error del inventario sea evidente o cuando se trate de un derecho claramente establecido. Art�culo 699. La omisi�n de bienes en el inventario, no puede perjudicar los intereses del incapaz. Art�culo 700.- El tutor, dentro del primer mes de ejercer su cargo, fijar� con aprobaci�n del Juez, el n�mero y sueldo de los dependientes necesarios. El n�mero y el sueldo de los empleados podr�n aumentarse o disminuirse con aprobaci�n del Juez, cuando ello fuere necesario. Se escuchar� en todos los casos la opini�n de la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Art�culo 701. Lo dispuesto en el art�culo anterior no libera al tutor de justificar, al rendir sus cuentas, que efectivamente han sido gastadas dichas sumas en sus respectivos objetos. Art�culo 702. Cuando entre los bienes del incapaz se encuentren establecimientos agr�colas, comerciales, industriales o ganaderos que normalmente requieren una atenci�n directa y permanente, y no puedan ser atendidos por el tutor, �ste lo pondr� en conocimiento del Juez para tomar la determinaci�n que sea m�s favorable a los intereses del incapaz. Art�culo 703. El dinero que resulte sobrante despu�s de cubiertas las cargas y atenciones de la tutela; el que proceda de las redenciones de capital y el que se adquiera de cualquier otro modo, ser� invertido por el tutor procurando la mayor rentabilidad y seguridad. Art�culo 704. Mientras que se hacen las imposiciones del capital, el tutor con intervenci�n del Juez, depositar� las cantidades que se perciban en una instituci�n bancaria procurando obtener el mayor rendimiento posible considerando tambi�n la pronta liquidez. Art�culo 705. Los bienes inmuebles, los derechos anexos a ellos y los muebles valiosos, no pueden ser enajenados ni gravados por el tutor, sino por causa de absoluta necesidad o evidente utilidad del incapaz, debidamente justificada, y previa la autorizaci�n judicial que se dictar� con audiencia del curador. Art�culo 706. Cuando la enajenaci�n se haya permitido para cubrir con su producto alg�n objeto determinado, el juez en su resoluci�n fijar� un plazo dentro del cual el tutor deber� acreditar que el producto de la enajenaci�n se ha invertido en su objeto. Art�culo 707. En la enajenaci�n de alhajas y muebles valiosos, el Juez decidir� la forma y condici�n para proceder a ello, buscando el mayor beneficio al incapaz. Los tutores no podr�n vender valores comerciales, industriales, t�tulos de rentas, acciones, frutos y ganados pertenecientes al incapaz, por menor valor del que se cotice en la plaza el d�a de la venta; ni otorgar garant�a o fianza a nombre de su pupilo u obligarlo solidariamente. Art�culo 708. Cuando se trata de enajenar, gravar o hipotecar a t�tulo oneroso, bienes que pertenezcan al incapaz como copropietario, se comenzar� por mandar justipreciar dichos bienes, para fijar con toda precisi�n su valor y la parte que en ellos represente el incapaz, a fin de que el Juez resuelva si conviene o no que se dividan materialmente dichos bienes para que aqu�l reciba en plena propiedad su porci�n; o si, por el contrario, es conveniente la enajenaci�n, gravamen o hipoteca, fijando en este caso las condiciones y seguridades con que debe hacerse. Art�culo 709. Para todos los gastos extraordinarios que no sean de conservaci�n ni de reparaci�n, necesita el tutor ser autorizado por el Juez. Art�culo 710. Se requiere licencia judicial para que el tutor pueda transigir o comprometer en �rbitros, los negocios del incapaz. Art�culo 711. El nombramiento de �rbitros hecho por el tutor deber� sujetarse a la aprobaci�n del Juez. Art�culo 712. Para que el tutor transija, cuando el objeto de la reclamaci�n consista en bienes inmuebles, muebles valiosos o bien en valores mercantiles o industriales, necesita de la aprobaci�n del Juez, otorgada con audiencia de la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, y del curador. Art�culo 713. El tutor no puede comprar o arrendar los bienes del incapaz, ni hacer contrato alguno respecto de ellos, alcanzando dicha prohibici�n a sus ascendientes, c�nyuge, hijos o hermanos por consanguinidad o afinidad. Si lo hiciere, adem�s de la nulidad del contrato, el acto ser� suficiente para que se le remueva. Art�culo 714. Cesa la prohibici�n del art�culo anterior, respecto de la venta de bienes, en el caso de que el tutor o sus parientes all� mencionados sean coherederos, part�cipes o socios del incapaz. Art�culo 715. El tutor no podr� hacerse pago de sus cr�ditos contra el incapaz sin la conformidad del curador y autorizaci�n judicial. Art�culo 716. El tutor no puede aceptar para s�, a t�tulo gratuito u oneroso, la cesi�n de alg�n derecho o cr�dito contra el incapaz. Art�culo 717. El tutor no puede dar en arrendamiento los bienes del incapaz, por m�s de cinco a�os, sino en caso de necesidad o utilidad, previos el consentimiento del curador y autorizaci�n judicial, observ�ndose en su caso lo dispuesto en el art�culo 713. | Art�culo 718. El arrendamiento hecho de conformidad con el art�culo anterior, subsistir� por el tiempo convenido, aun cuando se acabe la tutela, pero ser� nula toda anticipaci�n de renta o alquileres por m�s de dos a�os. Art�culo 719. Sin autorizaci�n judicial, no puede el tutor, contraer deudas en nombre del incapaz, ya sea que se constituya o no garant�a de cualquiera especie en el contrato. Art�culo 720. El tutor no puede hacer donaciones a nombre del incapaz. Art�culo 721. El tutor tiene, respecto de la persona menor de edad, los mismos deberes en todo lo relativo a la custodia, educaci�n y formaci�n que corresponden a quien ejerza la patria potestad. Art�culo 722. Durante la tutela, no corre la prescripci�n ni la usucapi�n entre el tutor y el incapaz. Art�culo 723. El tutor tiene obligaci�n de admitir las donaciones simples, legados y herencias que se dejen al incapaz. Art�culo 724. La expropiaci�n por causa de utilidad p�blica, de bienes de incapaces, no se sujetar� a las reglas antes establecidas, sino a lo que dispongan las leyes de la materia. Art�culo 725. Cuando la tutela del incapaz recayere en su c�nyuge, continuar� �ste ejerciendo los derechos conyugales, con las siguientes modificaciones: I. En los casos en que conforme a derecho fuera necesario el consentimiento del c�nyuge incapaz, se suplir� �ste por el agente de la Procuradur�a Social, con audiencia del curador; y II. En los casos en que el c�nyuge incapaz requiera querellarse del otro o demandarlo para asegurar sus derechos violados o amenazados, ser� representado por un tutor interino que el Juez le nombrar�. Es obligaci�n del curador promover este nombramiento y si no la cumple, ser� responsable de los perjuicios que se causen al incapaz. Tambi�n podr� promover este nombramiento la Procuradur�a Social o los parientes del incapaz. Art�culo 726. Cuando la tutela del incapaz recaiga en el c�nyuge, �ste s�lo podr� gravar o enajenar los bienes mencionados en el Art�culo 707, previa audiencia del curador y autorizaci�n judicial, que se conceder� de acuerdo con lo dispuesto en el Art�culo 705. Art�culo 727. Cuando la tutela recaiga en cualquiera otra persona, se ejercer� conforme a las reglas establecidas para la tutela de los menores. Art�culo 728. En caso de maltrato, de negligencia en los cuidados debidos al incapaz o de mala administraci�n de sus bienes, podr� el tutor ser removido de la tutela a petici�n del curador, de los parientes del incapaz, del Agente de la Procuradur�a Social o la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, seg�n corresponda. Art�culo 729. El tutor tiene derecho a una retribuci�n sobre los rendimientos que produzcan los bienes del incapaz, que podr� fijar el ascendiente o extra�o que conforme a derecho lo nombre en su testamento y, para los tutores leg�timos y dativos, el Juez. Art�culo 730. La retribuci�n as� fijada por el Juez, no podr� mayor al cinco por ciento de los rendimientos l�quidos de dichos bienes Art�culo 731. Se deroga. Art�culo 732. Se deroga. Art�culo 733. El tutor no tendr� derecho a remuneraci�n alguna y restituir� lo que por este t�tulo hubiese recibido, si contraviniese lo dispuesto en el Art�culo 271. CAP�TULO XII De las cuentas de la tutela Art�culo 734. El tutor est� obligado a rendir al Juez, cuenta detallada de su administraci�n, en el mes de enero de cada a�o, sea cual fuere la fecha en que se le hubiere discernido el cargo. La falta de presentaci�n de la cuenta en los tres meses siguientes al de enero, motivar� la remoci�n del tutor. Art�culo 735. Tambi�n tiene obligaci�n de rendir cuentas cuando por causas graves, que calificar� el Juez, las exijan el curador, el Agente de la Procuradur�a Social, la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes o el adolescente, y en el supuesto de este art�culo, la cuenta deber� rendirse dentro de los quince d�as a partir de la fecha en que se le ordene hacerlo. Art�culo 736. La cuenta de administraci�n comprender�, no s�lo las cantidades en numerario que hubiere recibido el tutor por productos de los bienes y la aplicaci�n que les haya dado, sino en general, todas las operaciones que se hubieren practicado, e ir� acompa�ada de los documentos justificativos y de un balance del estado de los bienes. Art�culo 737. El tutor es responsable del valor de los cr�ditos activos, si dentro de sesenta d�as, contados desde el vencimiento de su plazo, no ha obtenido su pago o garant�a que asegure �ste, o no ha pedido judicialmente el uno o la otra. Art�culo 738. Si el incapaz no est� en posesi�n de algunos bienes a que tiene derecho, ser� responsable el tutor de la p�rdida de ellos, si dentro de dos meses, contados desde que tuvo noticia del derecho del incapaz, no entabla a nombre de �ste, judicialmente, las acciones conducentes para recobrarlos. Art�culo 739. Lo dispuesto en el art�culo anterior se entiende sin perjuicio de la responsabilidad que, despu�s de intentadas las acciones, puede resultar al tutor por culpa o negligencia en el desempe�o de su encargo. Art�culo 740. Las cuentas deben rendirse en el lugar en que se desempe�e la tutela. Art�culo 741. Deben abonarse al tutor todos los gastos hechos debida y legalmente, aunque los haya anticipado de su propio caudal y aunque de ellos no haya resultado utilidad al incapaz, si esto ha sido sin culpa del primero. Art�culo 742. Ninguna anticipaci�n ni cr�dito contra el incapaz se abonar� al tutor, a menos que al efecto haya sido autorizado por el Juez con audiencia del curador y del agente de la Procuradur�a Social. Art�culo 743. El tutor ser� igualmente indemnizado, seg�n el prudente arbitrio del Juez, del da�o que haya sufrido por causa de la tutela y en desempe�o necesario de ella, cuando no haya existido de su parte culpa o negligencia. Art�culo 744. La obligaci�n de dar cuentas no puede ser dispensada en contrato o testamento, ni a�n por el mismo incapaz; y si esa dispensa se pusiere como condici�n en cualquier acto, se tendr� por no puesta. Art�culo 745. El tutor que sea reemplazado por otro, estar� obligado, y lo mismo sus herederos, a rendir cuenta general de la tutela al que le reemplaza. El nuevo tutor responder� al incapaz por los da�os y perjuicios si no pudiere y tomare las cuentas de su antecesor. . Art�culo 746. El tutor o en su falta, quien lo represente, rendir� las cuentas generales de la tutela en el t�rmino de tres meses contados desde el d�a en que fenezca la tutela. El Juez podr� prorrogar este plazo hasta por tres meses m�s, si circunstancias extraordinarias as� lo exigieren. Art�culo 747. La obligaci�n de dar cuenta pasa a los herederos del tutor; y si alguno de ellos sigue administrando los bienes de la tutela, su responsabilidad ser� la misma que la de aqu�l. Art�culo 748. La garant�a dada por el tutor no se cancelar� sino cuando las cuentas hayan sido aprobadas. Art�culo 749. El convenio celebrado entre el tutor y el del pupilo que estuvo bajo su guarda, antes de que transcurra un mes contado desde la rendici�n y aprobaci�n de las cuentas, no tendr� eficacia jur�dica. CAP�TULO XIII De la extinci�n de la tutela Art�culo 750. La tutela que verse sobre la persona y bienes del incapaz se extingue, adem�s de los supuestos previstos en el art�culo 620, cuando el incapaz entre a la patria potestad por cualquier causa. CAP�TULO XIV De la entrega de los bienes Art�culo 751. El tutor, concluida la tutela, est� obligado a entregar todos los bienes del incapaz y todos los documentos que le pertenezcan, conforme al inventario y a las cuentas aprobadas. Art�culo 752. La obligaci�n de entregar los bienes no se suspende por estar pendiente la rendici�n de cuentas. La entrega debe ser hecha durante el mes siguiente a la terminaci�n de la tutela. Cuando los bienes sean muy cuantiosos o estuvieren ubicados en diversos lugares, el juez puede fijar un t�rmino prudente para su conclusi�n, pero en todo caso deber� comenzarse en el plazo antes se�alado. Art�culo 753. El tutor que entre al cargo sucediendo a otro, est� obligado a exigir la entrega de bienes y cuentas al que le ha precedido; si no la exige, es responsable de todos los da�os y perjuicios que por su omisi�n se siguieren al incapaz. Art�culo 754. La entrega de los bienes y la cuenta de la tutela, se efectuar�n a expensas del incapaz. Si para realizarse no hubiere fondos disponibles, el Juez podr� autorizar al tutor a fin de que se proporcionen los necesarios para la primera y �ste adelantar� los relativos a la segunda, los cuales le ser�n reembolsados con los primeros fondos de que se pueda disponer. Art�culo 755. Cuando exista dolo o culpa de parte del tutor, ser�n de su cuenta todos los gastos. Art�culo 756. El saldo que resulte a favor o a cargo del tutor, producir� inter�s legal. En el primer caso correr� desde que, previa entrega de los bienes, se haga el requerimiento legal para el pago; y en el segundo, desde la rendici�n de cuentas, si hubiesen sido dadas dentro del t�rmino designado por la ley; y si no, desde que expire el mismo t�rmino. Art�culo 757. Cuando en la cuenta resulte con saldo a cargo del tutor, aunque por un arreglo con el menor o sus representantes se otorguen plazos al responsable o a sus herederos para satisfacerlo, quedar�n vigentes las hipotecas u otras garant�as dadas para la administraci�n, hasta que se verifique el pago; a menos que se haya pactado expresamente lo contrario en el arreglo. Art�culo 758. Si la cauci�n fuere de fianza, el convenio que conceda nuevos plazos al tutor, se har� saber al fiador; si �ste consiente, permanecer� obligado hasta la soluci�n; si no est� conforme no habr� espera y se podr� exigir el pago inmediato o la sustituci�n del fiador por otro igualmente id�neo que acepte el convenio. Art�culo 759. Todas las acciones por hechos relativos a la administraci�n de la tutela, que el incapaz pueda ejercitar contra su tutor o contra los fiadores y garantes de �ste, prescribir�n en cuatro a�os, contados desde el d�a en que se cumpla la mayor edad, o desde el momento en que se hayan recibido los bienes y la cuenta de la tutela o desde que haya cesado la incapacidad o �ste pueda comparecer personalmente a juicio en los dem�s casos previstos por la ley. Art�culo 760. Si la tutela hubiere fenecido durante la minoridad, la persona menor de edad podr� ejercitar las acciones correspondientes contra el primer tutor y los que le hubieren sucedido en el cargo, comput�ndose entonces los t�rminos desde el d�a en que llegue a la mayor edad. Trat�ndose de los dem�s incapaces, los t�rminos se computar�n desde que cese la incapacidad. CAP�TULO XV Del curador Art�culo 761. Todas las personas sujetas a tutela testamentaria, leg�tima, dativa o voluntaria, adem�s del tutor tendr�n un curador. Se except�a de lo previsto en el p�rrafo anterior en los casos en que la tutela sea desempe�ada por una instituci�n de beneficencia p�blica, descentralizada o particular; cuando el incapaz no tenga bienes o cuando se desempe�e, subsistiendo la patria potestad. Art�culo 762. En todo caso en que se nombre al menor un tutor interino, se le nombrar� curador con el mismo car�cter, si no lo tuviere definitivo o si teni�ndolo, se halla impedido. Art�culo 763. Tambi�n se nombrar� un curador interino en el caso de oposici�n de intereses entre los incapaces sujetos a la misma tutela. Art�culo 764. Igualmente se nombrar� curador interino en los casos de impedimento, separaci�n o excusa del nombrado, mientras se determine lo pertinente luego que se decida, se nombrar� nuevo curador conforme a derecho. Art�culo 765. Lo dispuesto sobre impedimentos o excusas de los tutores, regir� igualmente respecto de los curadores. Art�culo 766. Los que tienen derecho a nombrar tutor, lo tienen tambi�n de nombrar curador. Art�culo 767. Designar�n por s� mismos al curador con aprobaci�n judicial: Los comprendidos en el Art�culo 649, observ�ndose lo que en �l se dispone respecto de esos nombramientos; y Los menores de edad emancipados, trat�ndose de negocios judiciales. Art�culo 768. El curador en todos los dem�s casos ser� nombrado por el juez. Art�culo 769. El curador est� obligado a: I. Defender los derechos del incapaz en juicio o fuera de �l, exclusivamente en el caso de que est�n en oposici�n con los del tutor; II. Vigilar la conducta del tutor y a poner en conocimiento del Juez todo aquello que considere que pueda ser perjudicial para el incapaz; III. Dar aviso al juez para que se haga el nombramiento del tutor, cuando �ste faltare o abandonare la tutela; y IV. Cumplir las dem�s obligaciones que la ley le se�ale. Art�culo 770. El curador que no cumpla los deberes prescritos en el art�culo precedente, ser� responsable de los da�os y perjuicios que resultaren al incapaz. Art�culo 771. Las funciones del curador cesar�n cuando el incapaz salga de la tutela; pero si s�lo variaren las personas de los tutores, el curador continuar� en la curadur�a. Art�culo 772. El curador tiene derecho a ser relevado de la curadur�a, pasados diez a�os desde que se encarg� de ella. Art�culo 773. En los casos en que conforme a este c�digo tenga que intervenir el curador, cobrar� el honorario equivalente a la mitad que le corresponda al tutor, sin que por ning�n otro motivo pueda pretender mayor retribuci�n. Si hiciere algunos gastos en su desempe�o le ser�n cubiertos con cargo al patrimonio del incapaz. T�TULO DECIMO De la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes CAP�TULO UNICO Disposiciones generales Art�culo 774. La protecci�n y restituci�n integral de los derechos a las ni�as, ni�os y adolescentes estar� a cargo de la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, de conformidad a la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, misma que se aplicar� de manera supletoria a lo previsto en este C�digo. Para el cumplimiento de sus atribuciones en asuntos jurisdiccionales y administrativos la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes actuar� de manera directa por conducto de agentes, o a trav�s de delegados institucionales, de conformidad a la legislaci�n de la materia. Art�culo 775. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, desempe�ar� las siguientes atribuciones: I. Ejercer la representaci�n en suplencia de una ni�a, ni�o o adolescente, y prestar asesor�a jur�dica a ni�as, ni�os y adolescentes involucrados en procedimientos judiciales o administrativos, sin perjuicio de las atribuciones que le correspondan al Ministerio P�blico y a la representaci�n social; II. Intervenir oficiosamente, con representaci�n coadyuvante, en todos los procedimientos jurisdiccionales y administrativos en que participen ni�as, ni�os y adolescentes; III. Fungir como conciliador y mediador en casos de conflicto familiar, cuando los derechos de ni�as, ni�os y adolescentes hayan sido restringidos o vulnerados, conforme a las disposiciones aplicables. La conciliaci�n no proceder� en casos de violencia; IV. Registrar, capacitar, evaluar y certificar a las familias que resulten id�neas, considerando los requisitos se�alados para el acogimiento pre-adoptivo, y de igual forma para las familias de acogida; V. Supervisar la ejecuci�n de las medidas especiales de protecci�n de ni�as, ni�os y adolescentes que hayan sido separados de su familia de origen por resoluci�n judicial o administrativa; VI. Solicitar medidas para la suspensi�n de la difusi�n de informaci�n publicada en internet o por cualquier otro medio de comunicaci�n que afecte los derechos humanos o ponga en riesgo objetivamente el sano desarrollo de ni�as, ni�os y adolescentes; VII. Substanciar de manera oficiosa o a petici�n de parte el procedimiento para la protecci�n y restituci�n integral de los derechos de ni�as, ni�os y adolescentes, conforme a lo previsto en la legislaci�n de la materia; VIII. Emitir bajo el principio del inter�s superior de la ni�ez, un diagn�stico sobre la situaci�n de vulneraci�n y un plan de restituci�n de derechos, que incluya las propuestas de medidas para su protecci�n; IX. Coordinar la ejecuci�n y dar seguimiento a las medidas de seguridad y protecci�n que se dicten para la restituci�n integral de los derechos de ni�as, ni�os y adolescentes, a fin de que las instituciones competentes act�en de manera oportuna y articulada; y X. Las dem�s previstas en la legislaci�n general y estatal de los Derechos de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Art�culo 776. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes solicitar� al Ministerio P�blico competente la imposici�n de medidas urgentes de protecci�n especial id�neas, cuando exista un riesgo inminente contra la vida, integridad o libertad de ni�as, ni�os y adolescentes, e informar� al �rgano jurisdiccional competente, para que �ste, dentro de las 24 horas siguientes a la imposici�n de la medida urgente de protecci�n, se pronuncie sobre la cancelaci�n, ratificaci�n o modificaci�n de la medida que se encuentre vigente. Asimismo, solicitar� la imposici�n de las medidas de apremio, previstas en la legislaci�n civil, en caso de incumplimiento de las medidas urgentes de protecci�n. T�TULO DECIMOPRIMERO El patrimonio de familia CAP�TULO UNICO Art�culo 777. Ser�n objeto del patrimonio de familia: La casa que �sta habita, incluyendo el mobiliario y equipo de la vivienda; Un veh�culo automotor; El equipo y herramienta de la micro o peque�a industria que sirva de sustento econ�mico a la familia; La parcela cultivable de dominio pleno; La peque�a propiedad, en los t�rminos de la Ley Agraria; y El lote destinado a la construcci�n de casa-habitaci�n para la familia. Art�culo 778. El patrimonio de familia puede ser constituido por cualesquiera de los miembros de �sta, entendi�ndose por familia para los efectos de este cap�tulo a todo grupo de personas que habitan una misma casa, se encuentren unidos por v�nculo de matrimonio o concubinato o lazos de parentesco consangu�neo y que por la ley o voluntariamente, tengan unidad en la administraci�n del hogar. Para los efectos de este art�culo, se entiende por concubinato el estado por el cual un hombre y una mujer solteros viven como si fueran c�nyuges, durante cinco a�os o m�s. Se considera tambi�n concubinato cuando transcurridos tres a�os de iniciada esa uni�n, hubieren procreado entre s� alg�n hijo. Se considerar� que existe el concubinato, siempre y cuando la pareja se haya establecido en un mismo domicilio, a partir de ese momento no se den separaciones f�sicas por un tiempo mayor de seis meses y hayan transcurrido los plazos del p�rrafo anterior. Art�culo 779. La constituci�n del patrimonio de familia no transmite la propiedad de los bienes que lo constituyen a sus beneficiarios. Estos s�lo tienen derecho de disfrutar de esos bienes para el fin a que fueron afectos. Art�culo 780. Los derechos establecidos en favor de los beneficiarios se consideran en atenci�n a su persona, por ello son ingravables, intransferibles por cualquier acto e inembargables. Art�culo 781. Si los bienes que constituyen el patrimonio de familia pertenecen a la sociedad legal o conyugal, se tendr� por constituyentes del patrimonio a ambos c�nyuges y por administrador del patrimonio, quien haya sido designado administrador de los bienes matrimoniales. Art�culo 782. Los beneficiarios de los bienes afectos al patrimonio de familia ser�n representados en sus relaciones con terceros, en todo lo que al patrimonio se refiere, por quien lo constituy� y en su defecto por el que nombre la mayor�a o el juez; si requeridos los interesados no hacen la designaci�n, el representante tendr� tambi�n la administraci�n de dichos bienes. Art�culo 783. S�lo se tendr� derecho a constituir por cada familia un patrimonio, en su modalidad de habitaci�n y de instrumentos de trabajo o en una sola de ellas si as� se conviniere. Cuando se constituya un patrimonio subsistiendo el anterior, dicho acto carecer� de eficacia jur�dica. Art�culo 784. Quien pretenda constituir el patrimonio de familia lo solicitar� as� por escrito al Juez de Primera Instancia de su domicilio, precisando los bienes que quedar�n afectados y adem�s deber� comprobar lo siguiente: I. Que es mayor de edad o que est� emancipado; II. Que est� domiciliado en el lugar donde se quiere constituir el patrimonio; III. La existencia de la familia a cuyo favor se va a constituir el patrimonio y el n�mero de personas que la componen; IV. Que son de su propiedad o de su c�nyuge, con el consentimiento de �ste, los bienes destinados a su patrimonio, y que trat�ndose de inmuebles no reportan grav�menes fuera de las servidumbres legales; V. Que el valor de los bienes que van a constituir el patrimonio no excedan del equivalente de 40,000 veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n vigente en la �poca en que dicho patrimonio se constituya. La cantidad que resulte incluir� el valor de los bienes muebles e inmuebles a que se refiere el art�culo 777. Trat�ndose de bienes inmuebles, se podr� acreditar la cuant�a de los mismos tomando como base el valor catastral, lo cual se acreditar� con el recibo de pago de impuesto predial del a�o correspondiente, o mediante aval�o de perito autorizado; y VI. Trat�ndose de instrumentos de trabajo, que ellos son esenciales para la manutenci�n de los integrantes de la familia. El Juez dar� tr�mite a la solicitud de constituci�n de patrimonio familiar y deber� emitir la resoluci�n que lo declare constituido dentro de los quince d�as siguientes al d�a en que el interesado acredite los requisitos establecidos en este art�culo. Art�culo 785. Satisfechos los requisitos anteriormente enunciados, el juez dictar� resoluci�n aprobando la constituci�n del patrimonio de familia y su inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad y en las oficinas de recaudaci�n fiscal, y trat�ndose de automotores, en la dependencia correspondiente. Art�culo 786. No ser� necesaria la declaraci�n judicial, cuando, en el momento de la adquisici�n de los bienes y sean enajenados por instituciones p�blicas o descentralizadas, o encargadas de regularizaci�n territorial, encargadas de programas de vivienda masiva o que para su adquisici�n se cuente con financiamiento preferencial; �sta incorporaci�n al patrimonio de familia le deviene por el s�lo hecho de su adquisici�n cuando as� se pacte en el contrato. En estos casos, podr�n constituirse garant�as reales sobre los inmuebles cuando exista un saldo pendiente de su pago, debiendo constar la garant�a en el mismo instrumento de adquisici�n y constituirse siempre en favor del vendedor o de la instituci�n que otorg� el financiamiento preferencial. Art�culo 787. En el acto de la Constituci�n del patrimonio de familia, deber� indicarse el nombre de los sucesores en la propiedad de los bienes, para el caso de que ocurra el fallecimiento del constituyente durante la vigencia del R�gimen de patrimonio de familia; bastando para que opere la transmisi�n con la exhibici�n de la copia certificada del acta de defunci�n o presunci�n de muerte del constituyente. Art�culo 788. Cuando se constituya el patrimonio de familia; por personas unidas por v�nculo matrimonial y se disuelva �ste por el divorcio, no se entender� extinguido el patrimonio de familia, pero el c�nyuge culpable perder� el derecho de habitar el inmueble sujeto a dicho patrimonio. Art�culo 789. En caso de que el patrimonio de familia est� constituido por bienes que sirvan para obtener la manutenci�n de los beneficiarios y a su desgaste, podr�n ser sustituidos por otros de similares caracter�sticas, debi�ndose autorizar la sustituci�n por el juez que decret� la constituci�n del patrimonio de familia y cuando se trate de automotores, se dar� aviso a las autoridades correspondientes para los efectos legales. Art�culo 790. Cuando haya peligro de que quien tiene la obligaci�n de dar alimentos, pierda sus bienes por mala administraci�n o porque los est� dilapidando, los acreedores alimentistas, y si estos son incapaces, sus tutores, sus representantes o el Agente de la Procuradur�a Social, tienen derecho de exigir judicialmente que se constituya el patrimonio de familia. Art�culo 791. El patrimonio de familia se extingue cuando: Todos los beneficiarios cesen del derecho de percibir alimentos o se desintegre la familia y as� lo solicite quien lo haya constituido; Sin causa justificada, trat�ndose de inmuebles, la familia deje de habitar por un a�o la casa que le sirve de morada o de depender para su manutenci�n de los bienes afectos al patrimonio; Se demuestre que hay una gran necesidad o notoria utilidad para la familia de que el patrimonio quede extinguido o disminuido; y Se sufra la evicci�n, se expropien o perezcan los bienes que le formen. Art�culo 792. Se requiere de declaraci�n judicial para la extinci�n del patrimonio, la que se comunicar� al Registro P�blico de la Propiedad y a la oficina de Recaudaci�n Fiscal y trat�ndose de automotores a las autoridades correspondientes para que hagan las cancelaciones respectivas. Art�culo 793. El monto de la indemnizaci�n proveniente de expropiaci�n o del pago de seguro a consecuencia del siniestro sufrido por los bienes afectos al patrimonio de familia, se depositar� en una instituci�n de cr�dito para que genere el m�ximo de intereses, a fin de destinarse a la adquisici�n de bienes para la constituci�n del nuevo patrimonio de familia. Durante un a�o son inembargables el precio depositado y el importe del seguro. Si el due�o de los bienes vendidos no lo constituye dentro del plazo de seis meses, los miembros de la familia a que se refiere el Art�culo 778 tienen derecho de exigir judicialmente la constituci�n del patrimonio de familia. Transcurrido un a�o despu�s que se hizo el dep�sito, sin que se hubiere promovido la constituci�n del patrimonio, la cantidad depositada se entregar� al due�o de los bienes. En los casos de suma necesidad o de evidente utilidad, puede el juez autorizar al due�o del dep�sito, para disponer de �l antes de que transcurra el a�o. Art�culo 794. El Agente de la Procuradur�a Social ser� o�do en la extinci�n y en la reducci�n del patrimonio de la familia. Art�culo 795. Extinguido el patrimonio de la familia, los bienes que lo formaban vuelven al pleno dominio del que lo constituy� y en su caso a sus beneficiarios, y si no existieren �stos, a los herederos de su titular. LIBRO TERCERO De los bienes, su propiedad y sus diferentes manifestaciones T�TULO PRIMERO Disposiciones preliminares Art�culo 796. Son bienes todas las cosas que pueden ser objeto de derechos. Art�culo 797. Pueden ser objeto de apropiaci�n todas las cosas que no est�n excluidas del comercio. Art�culo 798. Est�n fuera del comercio por su naturaleza, las cosas que no puedan ser objeto de apropiaci�n por una o varias personas exclusivamente; y por disposici�n de la ley, cuando �sta las declara irreductibles a propiedad particular. T�TULO SEGUNDO Clasificaci�n de los bienes integrantes del patrimonio econ�mico CAP�TULO I De los bienes inmuebles Art�culo 799. Son bienes inmuebles por su naturaleza, aquellos que no pueden trasladarse de un lugar a otro, ya por s� mismos o por efecto de una fuerza exterior sin que se alteren en su substancia y en su forma. Siempre se considerar�n como tales: El suelo y las construcciones adheridas a �l; Las plantas y �rboles, mientras estuvieren unidas a la tierra, y los frutos pendientes de los mismos mientras no sean separadas de ellos por cosechas o cortes regulares; Todo lo que est� unido a un inmueble de manera fija, de modo que no pueda ser separado sin deterioro de �l o del objeto a �l adherido; Las estatuas, relieves, pinturas y otros objetos de ornamentaci�n colocados en predios y edificios, de tal forma que revele el prop�sito de unirlos de un modo permanente por el due�o; Los invernaderos, palomares, colmenas, estanques de peces o criaderos an�logos, cuando el propietario los conserve con el prop�sito de mantenerlos unidos a la finca y formando parte de ella de un modo permanente; Las m�quinas, vasos, instrumentos o utensilios que se encuentren en una finca destinados por el propietario directa y exclusivamente a la explotaci�n industrial o agropecuaria; Los abonos destinados al cultivo de un predio, que est�n en las tierras donde hayan de utilizarse y las semillas necesarias para el cultivo; Los aparatos o mecanismos operados con cualquier tipo de energ�a, con sistemas de c�mputo o sin �l, o de aprovechamiento de corriente de aire y sus accesorios adheridos al suelo o a los edificios; Los manantiales, estanques, aljibes y corrientes de agua, as� como los acueductos y los ductos de cualquier especie que sirvan para conducir los l�quidos, gases y energ�a; Los animales de trabajo as� como los que forman el pie de cr�a en los predios pecuarios; Los diques y construcciones que, aun cuando sean flotantes, est�n destinados por su objeto y condiciones a permanecer en un punto fijo de un r�o, lago o costa; Los derechos reales sobre inmuebles; El material rodante de los ferrocarriles, las l�neas telef�nicas, telegr�ficas y de transmisi�n y distribuci�n el�ctrica y las estaciones radiotelef�nicas y radiotelegr�ficas fijas; as� como las antenas receptoras o emisoras, su instrumentaci�n y equipamiento; y Las plantas, instalaciones o establecimientos para el uso y aprovechamiento de las concesiones a que se refiere el Art�culo 27 de la Constituci�n Pol�tica de los Estados Unidos Mexicanos, que tengan por objeto el aprovechamiento de medios o energ�as y aqu�llas cuyo fin requiera el establecimiento de plantas o instalaciones adheridas al suelo. Art�culo 800. Los bienes muebles por su naturaleza que se hayan considerado como inmuebles en el art�culo anterior, recobrar�n su calidad de muebles cuando el mismo due�o los separe del predio o edificio; salvo el caso de que en el valor de �ste se haya computado el de aqu�llos para constituir alg�n derecho real a favor de un tercero. CAP�TULO II De los bienes muebles Art�culo 801. Son bienes muebles por su naturaleza, los cuerpos que puedan trasladarse de un lugar a otro, ya por s� mismos, ya por efecto de una fuerza exterior, sin que se altere su substancia y forma. Art�culo 802. Son bienes muebles por determinaci�n de la ley, los documentos que contengan obligaciones, los derechos y acciones que tienen por objeto cosas muebles o cantidades exigibles en virtud de acci�n personal, as� como los derechos derivados de las concesiones o asignaciones autorizadas por el Estado o Municipio. Art�culo 803. Por igual raz�n se consideran muebles los documentos relativos a las acciones, participaciones u obligaciones que cada socio tiene en o de las asociaciones o sociedades, aun cuando a estas pertenezcan algunos bienes inmuebles o su objeto principal o �nico se refiera a esa clase de bienes. Art�culo 804. Las embarcaciones ya sean mar�timas, a�reas o terrestres se consideran como bienes muebles. Art�culo 805. Los materiales procedentes de la demolici�n de un edificio y los que se hubieren utilizado para repararlo o construir uno nuevo, ser�n muebles mientras no se hayan empleado en la construcci�n. Art�culo 806. Los derechos de cr�dito y de autor se equiparan a bienes muebles. Art�culo 807. En general, son bienes muebles todos los dem�s no considerados por la ley como inmuebles. Art�culo 808. Cuando en una disposici�n de la ley o en los actos y contratos se use de las palabras "bienes muebles", se comprender�n bajo esa denominaci�n los enumerados en los Art�culos anteriores. Art�culo 809. Cuando se use de las palabras "muebles" o "bienes muebles" de una casa, se comprender�n los que formen el ajuar y utensilios de �sta y que sirvan exclusiva y propiamente para el uso y trato ordinario de una familia, seg�n las circunstancias de las personas que la integren. Art�culo 810. Cuando por la redacci�n de un convenio, se descubra que las partes contratantes han dado a las palabras "muebles" o "bienes muebles" una significaci�n diversa a la fijada en los Art�culos anteriores, se estar� a lo dispuesto en el convenio. Art�culo 811. Los bienes muebles son fungibles o no fungibles. Pertenecen a la primera clase los que en el pago pueden ser reemplazados por otros de la misma especie, calidad y cantidad. Los no fungibles son los que en el pago no pueden ser sustituidos por otros de la misma especie, calidad y cantidad. CAP�TULO III De los bienes considerados seg�n las personas a quienes pertenecen Art�culo 812. Los bienes son de dominio p�blico o de propiedad de los particulares. Art�culo 813. Son bienes de dominio p�blico los que pertenecen a la Federaci�n, a las entidades federativas o a los municipios. Art�culo 814. Los bienes del dominio p�blico pertenecientes al Estado o a los municipios en Jalisco, se regir�n por las disposiciones de este c�digo en cuanto no est� determinado por leyes especiales. Art�culo 815. Los bienes del dominio p�blico se dividen en bienes de uso com�n, bienes destinados a un servicio p�blico y bienes propios. Art�culo 816. Los bienes de uso com�n son inalienables e imprescriptibles. Pueden aprovecharse de ellos todos los habitantes, con las restricciones establecidas por la ley; pero para aprovechamientos especiales se necesita concesi�n otorgada con los requisitos que prevengan las leyes respectivas. Art�culo 817. Los que estorben el aprovechamiento de los bienes de uso com�n, quedan sujetos a las penas correspondientes; a pagar los da�os y perjuicios causados y a la p�rdida de las obras que hubieren ejecutado. Art�culo 818. Los bienes destinados a un servicio p�blico y los bienes propios, pertenecen en pleno dominio a la Federaci�n, a las Estados integrantes de �sta o a los Municipios; pero los primeros son inalienables e imprescriptibles, mientras no se les desafecte del servicio p�blico a que se hallen destinados y los segundos tienen solamente el car�cter de imprescriptibles pero no de inalienables. Art�culo 819. Cuando conforme a la ley pueda enajenarse y se enajene una v�a p�blica, los propietarios de los predios colindantes gozar�n del derecho del tanto en la parte que les corresponda, a cuyo efecto se les dar� aviso de la enajenaci�n. El derecho que este Art�culo concede deber� ejercitarse precisamente dentro de los ocho d�as siguientes al aviso. Cuando �ste no se haya dado, los colindantes podr�n demandar la nulidad de la enajenaci�n dentro de los seis meses contados desde su celebraci�n. Art�culo 820. Son bienes de propiedad de los particulares todas las cosas cuyo dominio les pertenece legalmente, y de las que no puede aprovecharse ninguno sin consentimiento del due�o o autorizaci�n de la ley. Art�culo 821. Los extranjeros y las personas jur�dicas para adquirir la propiedad de bienes inmuebles observar� lo dispuesto en el Art�culo 27 de la Constituci�n Pol�tica de los Estados Unidos Mexicanos y sus leyes reglamentarias. CAP�TULO IV De los bienes mostrencos Art�culo 822. Son bienes mostrencos los muebles abandonados en la v�a p�blica y los perdidos cuyo due�o se ignore. Art�culo 823. Tambi�n se consideran bienes mostrencos los animales dom�sticos que no tengan poseedor cierto. Art�culo 824. El que hallare una cosa perdida o abandonada, deber� entregarla dentro de tres d�as a la autoridad municipal del lugar del hallazgo. Art�culo 825. La autoridad la recibir� en dep�sito extendiendo formal y circunstanciado recibo. Art�culo 826. Cualquiera que sea el valor del bien, se fijar�n avisos durante un mes, de diez en diez d�as, en los sitios p�blicos del lugar en que haya sido encontrada y en la cabecera del municipio, anunci�ndose que al vencimiento del plazo se rematar� el bien si no se presentare reclamante. Art�culo 827. Si el bien hallado fuere de los que no pueden conservarse, la autoridad dispondr� desde luego su venta y mandar� depositar el precio. Lo mismo se har� cuando la conservaci�n del bien pueda ocasionar gastos que no est�n en relaci�n con su valor. Art�culo 828. Si durante el plazo establecido se presentare la reclamaci�n del bien, la autoridad municipal: Con intervenci�n del Agente de la Procuradur�a Social, proceder� a entregar el bien en los t�rminos del art�culo siguiente, si el reclamante, mediante los documentos que exhiba, acredita plenamente que es el due�o; o Remitir� todos los datos del caso al Juez competente, seg�n el valor del bien, ante quien el reclamante probar� su acci�n, interviniendo como parte demandada el Agente de la Procuradur�a Social. Art�culo 829. Si el reclamante es declarado due�o, se le entregar� el bien o su precio, en caso de que hubiere sido vendido, deduci�ndose en todo caso los gastos que hubieren sido erogados en su conservaci�n. Art�culo 830. Si el reclamante no es declarado due�o o si pasado el plazo de un mes, contado desde la �ltima publicaci�n de los avisos, nadie reclama la propiedad del bien, �ste se vender�, d�ndose un cuarta parte del precio al que lo hall� y destin�ndose las otras tres cuartas partes a la asistencia p�blica. Los gastos se repartir�n entre los adjudicatarios en proporci�n a la parte que reciban. Art�culo 831. Cuando por alguna circunstancia especial, a juicio de la autoridad fuere necesaria la conservaci�n del bien, el que hall� �ste recibir� la cuarta parte del precio. Art�culo 832. La venta se har� siempre en almoneda p�blica, previa estimaci�n de peritos. CAP�TULO V De los bienes vacantes Art�culo 833. Son bienes vacantes los inmuebles que no tienen due�o cierto y conocido y se encuentren abandonados. Art�culo 834. El que tuviera noticia de la existencia de bienes vacantes en el estado y quisiere adquirir la participaci�n que la ley da al descubridor, har� la denuncia de ellos ante el Agente de la Procuradur�a Social del lugar de la ubicaci�n de los bienes. Art�culo 835. El Agente de la Procuradur�a Social, si estima que procede, ocurrir� al Juez de Primera Instancia del lugar, quien desde luego mandar� fijar avisos en los bienes de que se trate y har� publicarlos por tres veces en el Peri�dico Oficial El Estado de Jalisco y en otro de los de mayor circulaci�n, de diez en diez d�as, convocando a quienes se crean con derecho a los bienes de que se trate; se recabar�n los informes y pasado un mes de la �ltima publicaci�n no se presenta persona alguna, el Juez declarar� los bienes vacantes y los adjudicar� al organismo titular de la asistencia social en el Estado. En este procedimiento se tendr� al que hizo la denuncia como coadyuvante del Ministerio P�blico. Art�culo 836. El denunciante recibir� la cuarta parte del valor de los bienes, reduci�ndosele en forma proporcional los gastos que se hubieren hecho. Art�culo 837. El que se apodere de un bien vacante sin cumplir lo previsto en este cap�tulo, ser� responsable de los da�os y perjuicios que su conducta origine sin perjuicio de lo que disponga el C�digo Penal por la comisi�n de alg�n il�cito. CAP�TULO VI De los bienes tangibles e intangibles Art�culo 838. Son bienes tangibles aquellos que pueden apreciarse por los sentidos. Art�culo 839. Son bienes intangibles los que carecen de los atributos a que se refiere el art�culo anterior. T�TULO TERCERO De la posesi�n CAP�TULO UNICO Art�culo 840. Es poseedor de un bien quien ejerce sobre �l un poder de hecho. Posee un derecho el que usa o goza de el. La posesi�n se adquiere y se ejerce por su titular en forma directa o por otro a su favor. Art�culo 841. Cuando en virtud de un acto jur�dico el propietario entrega a otro un bien, concedi�ndole el derecho de retenerlo temporalmente en su poder en calidad de usufructuario, arrendatario, acreedor pignoraticio, depositario o con otro t�tulo an�logo, los dos son poseedores del bien. El que lo posee a t�tulo de propietario tiene una posesi�n originaria; el otro, una posesi�n derivada. Art�culo 842. En caso de despojo, el poseedor originario tiene el derecho de pedir que sea restituido quien ten�a la posesi�n derivada; y si �ste no puede o no quiere recobrarla, el primero puede pedir que se le d� la posesi�n a �l mismo. El poseedor derivado tendr� expeditas por s� todas las acciones que sean relativas al derecho que le concierne, a fin de conservarla y hacerla efectiva. Art�culo 843. Cuando se demuestre que una persona tiene en su poder un bien en virtud de la situaci�n de dependencia en que se encuentra respecto del propietario, o de otro poseedor del mismo y que la retiene en provecho de �ste, en cumplimiento de las �rdenes e instrucciones que de �l ha recibido, no se le considerar� poseedor. Art�culo 844. S�lo pueden ser objeto de posesi�n las cosas y derechos que sean susceptibles de apropiaci�n. Art�culo 845. Puede adquirirse la posesi�n por la misma persona que va a disfrutarla, por su representante legal, por su mandatario y por un tercero sin mandato alguno; pero en este �ltimo caso no se entender� adquirida la posesi�n hasta que la persona a cuyo nombre se haya verificado el acto posesorio lo ratifique. Art�culo 846. Cuando varias personas posean una cosa indivisa, podr� cada una de ellas ejercer actos posesorios sobre el bien com�n, con tal que no excluya los actos posesorios de los otros coposeedores. Art�culo 847. Se entiende que cada uno de los part�cipes de una cosa que se posee en com�n, ha pose�do la parte que al dividirse le tocare, exclusivamente por todo el tiempo que dure la indivisi�n. Art�culo 848. La posesi�n otorga a quien la tiene la presunci�n de propietario para todos los efectos legales. El que posee en virtud de un derecho personal o de un derecho real distinto de la propiedad, no se presume propietario; pero si es poseedor de buena fe, tiene a su favor la presunci�n de haber obtenido la posesi�n del due�o del bien o derecho pose�do. Art�culo 849. Todo propietario de un bien mueble perdido o robado, no podr� recuperarlo de un tercero de buena fe que lo haya adquirido en almoneda o de quien en establecimiento comercial se dedique a la venta de objetos de la misma especie, sin reembolsar al poseedor el precio que hubiere pagado por el bien. El recuperante tiene el derecho de repetir contra el vendedor. Art�culo 850. La moneda y los t�tulos al portador no pueden ser reivindicados del adquirente de buena fe, aunque el poseedor haya sido despose�do de ellos contra su voluntad. Art�culo 851. El poseedor actual que pruebe haber pose�do en tiempo anterior, tiene a su favor la presunci�n de haber pose�do en el intermedio. Art�culo 852. La posesi�n de un inmueble hace presumir la de los bienes muebles que se hallen en �l. Art�culo 853. Todo poseedor debe ser mantenido o restituido en la posesi�n contra aquellos que no tengan mejor derecho para poseer. Es mejor la posesi�n que se funda en t�tulo y, cuando se trate de inmuebles, la que est� inscrita en el Registro P�blico de la Propiedad. A falta de t�tulo o siendo iguales los t�tulos, la m�s antigua. Si las posesiones fueren dudosas, se pondr� en dep�sito de un tercero el bien hasta que se resuelva a qui�n corresponde la posesi�n. Art�culo 854. La acci�n interdictal de recuperar la posesi�n dura un a�o a partir del momento en que se verific� el despojo. Art�culo 855. Se considera como nunca perturbado o despojado, el que judicialmente fue mantenido o restituido en la posesi�n. Art�culo 856. Es poseedor de buena fe quien tiene t�tulo suficiente para usar y disfrutar del bien o derecho; como tambi�n lo es quien ignora los vicios de su t�tulo. Es poseedor de mala fe quien sin t�tulo alguno usa y disfruta de un bien o derecho, lo mismo que quien conoce los vicios de su t�tulo que le impiden poseer con derecho. Se considerar�n de mala fe para todos los efectos legales, los casos en que la posesi�n verse sobre bienes del dominio p�blico. Para los efectos de este art�culo, se entiende por t�tulo la causa generadora del derecho a la posesi�n. Art�culo 857. La buena fe se presume siempre; al que afirma la mala fe del poseedor le corresponde probarla. Art�culo 858. La posesi�n adquirida de buena fe no pierde ese car�cter sino en el caso que se acredite que el poseedor no ignora los vicios de su t�tulo. Art�culo 859. Las relaciones de quien posee en forma derivada, se regir�n por las disposiciones que normen los actos jur�dicos en virtud de los cuales son poseedores, en todo lo relativo a frutos, pago de gastos y responsabilidad por p�rdida o menoscabo del bien pose�do. Art�culo 860. El poseedor de buena fe que haya adquirido la posesi�n por t�tulo traslativo de dominio, tiene los derechos siguientes: Hacer suyos los frutos percibidos, mientras su buena fe no es interrumpida; Exigir se le abonen todos los gastos necesarios, lo mismo que los �tiles, teniendo adem�s el derecho a retener el bien pose�do hasta cuando se haga el pago; Retirar las mejoras voluntarias, si no se causa da�o en el bien mejorado, o reparando el que se cause al retirarlas; y Requerir se le abonen los gastos hechos por �l, para la producci�n de los frutos naturales e industriales que no hace suyos por estar pendientes al tiempo de interrumpirse la posesi�n, teniendo derecho al inter�s legal sobre el importe de esos gastos desde el d�a que los realiz�. Art�culo 861. El poseedor de buena fe a que se refiere el art�culo anterior, no responde del deterioro o p�rdida del bien pose�do, aunque haya ocurrido por hechos propios, pero s� responde de la utilidad que el mismo haya obtenido de la p�rdida o deterioro. Art�culo 862. El que posee por menos de un a�o, a t�tulo traslativo de dominio y de mala fe, siempre que no haya obtenido la posesi�n por un medio delictuoso, esta obligado a: Restituir los frutos percibidos; y Responder de la p�rdida o deterioro del bien, sobrevenidos por su culpa o por caso fortuito o fuerza mayor; a no ser que pruebe que �stos se habr�an causado aunque el bien hubiere estado pose�do por su due�o. No responde de la p�rdida sobrevenida natural e inevitablemente por el solo transcurso del tiempo. Tiene derecho a que se le reembolsen los gastos necesarios. Art�culo 863. El que posee en concepto de due�o por m�s de un a�o, pac�fica, continua y p�blicamente, aunque su posesi�n sea de mala fe, con tal que no sea delictuosa, tiene derecho a: Las dos terceras partes de los frutos industriales que haga producir al bien pose�do, perteneciendo la otra tercera parte al propietario, si reivindica el bien antes de que se prescriba; y Que se le abonen los gastos necesarios y a retirar las mejoras �tiles, si es dable separarlas sin detrimento del bien mejorado. No tiene derecho a los frutos naturales y civiles que produzca el bien que posee y responde de la p�rdida o deterioro del bien sobrevenidos por su culpa. Art�culo 864. La persona que haya adquirido la posesi�n por alg�n hecho delictuoso, est� obligada a restituir todos los frutos que haya producido el bien y los que haya dejado de producir por omisi�n culpable. Tiene tambi�n la obligaci�n de responder de la p�rdida o deterioro del bien sobrevenidos por su culpa, o en caso fortuito o fuerza mayor; a no ser que se pruebe que �stos se habr�an causado aunque el bien hubiere estado pose�do por su due�o. No responder� de la p�rdida que sea sobrevenida natural e inevitablemente por el transcurso del tiempo. Art�culo 865. Las mejoras voluntarias no son abonables a poseedor alguno; pero el que act�e de buena fe puede retirarlas si no se causa da�o en el bien mejorado, o se repara el que se cause por el retiro. Art�culo 866. Se entienden percibidos los frutos naturales o industriales desde que se alzan o se separan. Los frutos civiles se producen d�a por d�a y pertenecen al poseedor en esta proporci�n, luego que son debidos, aunque no los haya recibido. Art�culo 867. Son gastos necesarios los que est�n prescritos por la ley y aquellos sin los cuales el bien se pierde o desmejora. Art�culo 868. Son gastos �tiles aquellos que, sin ser necesarios, aumentan el precio o producto del bien. Art�culo 869. Son gastos voluntarios los que sirven s�lo al ornato del bien, o al placer o comodidad del poseedor. Art�culo 870. El poseedor debe justificar el importe de los gastos a que tenga derecho; en caso de duda se tasar�n por peritos. Art�culo 871. Cuando el poseedor debe ser indemnizado por gastos y haya percibido algunos frutos a que no ten�a derecho, habr� lugar a la compensaci�n. Art�culo 872. Las mejoras provenientes de la naturaleza o del tiempo, ceden siempre en beneficio del que haya vencido en la posesi�n. Art�culo 873. Posesi�n pac�fica es la que se adquiere sin violencia. Art�culo 874. Posesi�n continua es la que no ha sufrido interrupci�n alguna. Art�culo 875. Posesi�n p�blica es la que se disfruta de manera que pueda ser conocida de todos. Tambi�n lo es la que ha sido inscrita en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 876. Se presume que la posesi�n se sigue disfrutando en el mismo concepto en que se adquiri�, a menos que se pruebe que ha cambiado la causa de la posesi�n. Art�culo 877. La posesi�n se pierde por: Abandono; Cesi�n a t�tulo oneroso o gratuito; La destrucci�n o p�rdida del bien o por quedar este fuera del comercio; Resoluci�n judicial; Despojo, si la posesi�n del despojante dura m�s de un a�o; Reivindicaci�n del propietario; Expropiaci�n por causa de utilidad p�blica; y Renuncia expresa. Art�culo 878. Se pierde la posesi�n de los derechos cuando es imposible ejercitarlos o cuando no se ejercen por el tiempo que baste para que operen la usucapi�n. T�TULO CUARTO De la usucapi�n CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 879. Usucapi�n es el medio para adquirir la propiedad y los dem�s derechos reales sobre bienes, mediante la posesi�n con el �nimo de due�o, por el tiempo y con los requisitos se�alados en �ste c�digo. Art�culo 880. S�lo la posesi�n que se adquiere y disfruta en concepto de due�o del bien pose�do, puede producir la usucapi�n. El poseedor derivado puede cambiar la causa de la posesi�n, que no ejerc�a a t�tulo de due�o. Comienza a poseer con ese car�cter en virtud de un justo t�tulo, pero el plazo de la usucapi�n corre desde el d�a en que haya cambiado la causa de la posesi�n. Es justo t�tulo el que es o fundadamente se cree bastante para transferir el dominio o los derechos distintos de la propiedad. Art�culo 881. Toda persona capaz de adquirir bienes por cualquier t�tulo es sujeto activo del derecho de usucapi�n. Art�culo 882. El incapaz puede adquirir por usucapi�n por conducto de su representante legal. Art�culo 883. Quien tiene capacidad para enajenar puede renunciar a la usucapi�n ganada, incluyendo a la consumada; pero no al derecho para usucapir en lo sucesivo. Art�culo 884. La renuncia de la usucapi�n es expresa o t�cita, siendo �sta �ltima la que resulta de un hecho que importa el abandono del derecho adquirido. Art�culo 885. Los acreedores y todos los que tuvieren leg�timo inter�s en que la usucapi�n subsista, pueden hacerla valer aunque su titular haya renunciado a los derechos adquiridos por ese medio. Art�culo 886. Si varias personas poseen en com�n alg�n bien, no puede ninguna de ellas usucapir contra sus copropietarios o coposeedores, pero si contra un extra�o y en este caso aprovecha a todos los part�cipes. Art�culo 887. El Estado en su caso, as� como los municipios y las otras personas jur�dicas, se considerar�n como particulares para la usucapi�n de sus bienes, derechos y acciones que sean susceptibles de propiedad privada. Art�culo 888. Quien hace valer la usucapi�n puede completar el t�rmino necesario para ello reuniendo al tiempo que haya pose�do, el que posey� la persona que le transmiti� el bien, con tal de que ambas posesiones re�nan los requisitos legales. Art�culo 889. La posesi�n necesaria para usucapir debe ser: En concepto de propietario; Pac�fica; Continua; y P�blica. Art�culo 890. Se consuma la usucapi�n de inmuebles: En cinco a�os, cuando se poseen en concepto de propietario, de buena fe en el momento de la adquisici�n, pac�fica, continua y p�blicamente; En cinco a�os, cuando los inmuebles hayan sido objeto de una inscripci�n de posesi�n; En diez a�os, cuando se poseen con mala fe, si la posesi�n es en concepto de propietario, pac�fica, continua y p�blicamente; y Se aumentar� en una tercera parte el tiempo se�alado en las fracciones I y III, si se demuestra por quien tenga inter�s jur�dico en ello, que el poseedor de un inmueble r�stico no lo ha cultivado durante la mayor parte del tiempo que lo ha pose�do, o por no haber hecho el poseedor de la finca urbana las reparaciones necesarias, �sta haya permanecido deshabitada la mayor parte del tiempo que ha estado en poder de aqu�l. Art�culo 891. Los bienes muebles son susceptibles de usucapi�n cuando son pose�dos con buena fe, p�blica, pac�fica y continuamente en tres a�os. Faltando la buena fe, se usucapir�n en cinco a�os. Art�culo 892. Cuando la posesi�n se adquiere por medio de violencia, aunque �sta cese y la posesi�n contin�e pac�ficamente, el plazo para la usucapi�n ser� de diez a�os para los inmuebles y de cinco para los muebles, contados desde que cese la violencia. Art�culo 893. La posesi�n adquirida por medio de un delito, se tendr� en cuenta para la usucapi�n, a partir de la fecha en que haya quedado extinguida la pena o prescrita la acci�n penal, consider�ndose la posesi�n como de mala fe. Art�culo 894. La usucapi�n puede comenzar y correr contra cualquier persona, excepto en los casos siguientes: En contra de los incapaces, cuando no se haya discernido su tutela conforme a las leyes. Los incapaces tendr�n derecho de exigir responsabilidad a sus tutores cuando por culpa de �stos no se hubiere interrumpido la usucapi�n; Entre ascendientes y descendientes, durante la patria potestad respecto de los bienes a que los segundos tengan derecho conforme a la ley; Entre hermanos; Entre consortes; Entre los incapaces y sus tutores o curadores, mientras dure la tutela; Art�culo 895. La usucapi�n se interrumpe: Si el poseedor es privado de la posesi�n del bien o del goce del derecho por m�s de un a�o; Por la presentaci�n de la demanda u otro cualquier g�nero de interpelaci�n judicial. Se considerar� la usucapi�n como no interrumpida por la interpelaci�n judicial, si el actor desistiese de ella, o fuese desestimada su demanda; y Porque la persona a cuyo favor corre la usucapi�n reconozca expresamente, de palabra o por escrito, o t�citamente por hechos indudables, el derecho de la persona contra quien usucapie. Art�culo 896. El efecto de la interrupci�n es inutilizar todo el tiempo corrido antes de ella. Art�culo 897. El tiempo para la usucapi�n se cuenta por a�os y no de momento a momento. El d�a en que comienza la usucapi�n se cuenta siempre entero, aunque no lo sea; pero aqu�l en que termina, debe ser completo. Cuando el �ltimo d�a sea feriado, no se tendr� por completa la usucapi�n, sino cumplido el primero d�a h�bil siguiente. CAP�TULO II De la titulaci�n por usucapi�n Art�culo 898. Quien hubiere pose�do bienes inmuebles por el tiempo y con las condiciones exigidas por este c�digo para adquirirlos por usucapi�n, puede promover juicio contra el que aparezca como propietario de los mismos en el Registro P�blico de la Propiedad, para demandar se declare que la usucapi�n se ha consumado y ha adquirido por ende la propiedad. Art�culo 899. La sentencia ejecutoria que declare procedente la acci�n de usucapi�n, se inscribir� en el Registro P�blico de la Propiedad y servir� de t�tulo de dominio al poseedor propietario. T�TULO QUINTO De la propiedad CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 900. La propiedad es el derecho real de usar, disfrutar, conservar y disponer de un bien con las limitaciones y modalidades que fijen las leyes. La propiedad presume para su titular la posesi�n del bien. Art�culo 901. La propiedad no puede ser ocupada contra la voluntad de su due�o, sino por causa de utilidad p�blica y mediante indemnizaci�n. Art�culo 902. La autoridad puede mediante indemnizaci�n y una vez agotado el procedimiento de expropiaci�n ocupar la propiedad particular, deteriorarla y a�n destruirla, si esto es indispensable para evitar o remediar una calamidad p�blica, prevenir un riesgo inminente o para ejecutar obras de evidente beneficio colectivo. Art�culo 903. No es l�cito ejercitar el derecho de propiedad de manera que su ejercicio no d� otro resultado que causar perjuicios a un tercero. Art�culo 904. Todo propietario tiene derecho a deslindar su propiedad y hacer o exigir el amojonamiento de la misma. Art�culo 905. Tambi�n tiene derecho y en su caso obligaci�n de cerrar o cercar su propiedad, en todo o en parte, del modo que lo estime conveniente o lo dispongan las leyes o reglamentos, sin perjuicio de las servidumbres que reporte la propiedad. CAP�TULO II De los tesoros Art�culo 906. Para los efectos de los art�culos que siguen, se entiende por tesoro el dep�sito oculto de dinero, alhajas u otros objetos valiosos cuya leg�tima procedencia se ignore. Un tesoro nunca se considera como fruto de una finca. Art�culo 907. El tesoro pertenece a quien lo descubre en predio de su propiedad. Art�culo 908. Si el predio fuere de dominio p�blico o perteneciere a alguna persona particular que no sea el mismo descubridor, se aplicar� a �ste una mitad del tesoro y la otra mitad al propietario del lugar. Art�culo 909. Cuando los objetos descubiertos fueren de inter�s para las ciencias o para las artes, se entregar�n a la federaci�n, estado o municipios, quien pagar� por ellos el precio que les corresponda, el cual se repartir� conforme a lo dispuesto por los art�culos que preceden. Art�culo 910. Quien descubra un tesoro en predio ajeno tendr� el derecho ya declarado, si el descubrimiento es casual. Art�culo 911. Nadie debe, en propiedad ajena, hacer excavaci�n u obra alguna para buscar un tesoro. Art�culo 912. El tesoro descubierto en predio ajeno, por obras practicadas sin consentimiento de su due�o, pertenece �ntegramente a �ste. Art�culo 913. El que sin consentimiento del due�o hiciere en predio ajeno obras para descubrir un tesoro, estar� obligado a pagar los da�os y perjuicios que causare, a reponer a su costa al bien en su estado anterior y perder� los derechos que tuviere como inquilino, comodatario, depositario, acreedor prendario o por cualquier otro t�tulo, aunque no haya concluido el plazo a que se someti� el derecho por virtud del cual ten�a la posesi�n. Art�culo 914. Si el tesoro se encontrare con consentimiento del due�o del fundo, se observar�n las estipulaciones que se hubieren hecho para la distribuci�n; y si no las hubiere, los gastos y lo descubierto se repartir�n por partes iguales. Art�culo 915. Cuando uno tuviera la propiedad y otro el usufructo de una finca en que se haya encontrado el tesoro, si el que lo encontr� fue el mismo usufructuario, la parte que le corresponde, se determinar� seg�n las reglas que quedan establecidas para el descubridor extra�o. Si el descubridor no es el due�o ni el usufructuario, el tesoro se repartir� entre el due�o y el descubridor, con exclusi�n del usufructuario, observ�ndose en este caso lo dispuesto en los tres art�culos que preceden. Art�culo 916. Si el nudo propietario encuentra el tesoro en la finca o terreno cuyo usufructo pertenece a otra persona, �sta no tendr� parte alguna en el tesoro, pero s� derecho de exigir del propietario una indemnizaci�n por los da�os y perjuicios que origine la interrupci�n del usufructo, en la parte ocupada o demolida para buscar el tesoro; la indemnizaci�n se pagar� aun cuando no se encuentre el tesoro. CAP�TULO III Del derecho de accesi�n Art�culo 917. La propiedad de los bienes da derecho a todo lo que ellos producen o se les une o incorpora natural o artificialmente. Este derecho se llama de accesi�n. Art�culo 918. En virtud del derecho de accesi�n pertenecen al propietario: Los frutos naturales; Los frutos industriales; y III. Los frutos civiles. Art�culo 919. Son frutos naturales las producciones espont�neas de la tierra, las cr�as y dem�s producciones de los animales. Art�culo 920. Las cr�as de los animales pertenecen al due�o de la madre y no al del padre, salvo convenio en contrario. Art�culo 921. Son frutos industriales los que producen los inmuebles mediante el cultivo o trabajo realizados en ellos. Art�culo 922. No se reputan frutos industriales o sino desde que est�n manifiestos. Art�culo 923. Para que los animales se consideren frutos, basta que est�n en el vientre de la madre, aunque no hayan nacido. Art�culo 924. Son frutos civiles los alquileres de los bienes muebles, las rentas de los inmuebles, los r�ditos de los capitales y todos aquellos que, no siendo producidos por la misma cosa directamente, vienen de ella por contrato, por testamento o por la ley. Art�culo 925. El que perciba frutos tiene la obligaci�n de abonar los gastos hechos por un tercero para su producci�n, recolecci�n y conservaci�n. Art�culo 926. Todo lo que se une o se incorpora a una cosa, lo edificado, plantado y sembrado, as� como lo reparado o mejorado en terreno o finca de propiedad ajena, pertenece al due�o del terreno o finca con sujeci�n a lo que se dispone en los Art�culos siguientes. Art�culo 927. Todas las obras, siembras y plantaciones, as� como las mejoras y reparaciones ejecutadas en un terreno, se presumen hechas por el propietario y a su costa, mientras no se pruebe lo contrario. Art�culo 928. El que siembre, plante o edifique en predio propio, con semillas, plantas o materiales ajenos, adquiere la propiedad de unas y otros, pero con la obligaci�n de pagarlos en todo caso y de resarcir los da�os y perjuicios si ha procedido de mala fe. Art�culo 929. El due�o de las semillas, plantas o materiales, no tendr� derecho de pedir que se le devuelvan destruy�ndose la obra o plantaci�n, a no ser que las plantas no hayan echado ra�ces y puedan sacarse sin sufrir detrimento. Art�culo 930. Cuando las semillas o materiales no est�n aun aplicados a su objeto ni confundidos con otros, pueden reivindicarse por el due�o. Art�culo 931. El due�o del terreno en que se edifique, siembre o plante de buena fe, tendr� derecho de hacer suya la obra, siembra o plantaci�n, previo pago del precio de las semillas, plantas o materiales empleados, o de obligar al que edific� a pagar el precio del terreno ocupado por la construcci�n, y al que lo sembr� o plant�, solamente la renta. Si el due�o del terreno ha procedido de mala fe, s�lo tendr� derecho de que se le pague el valor de la renta o el precio del terreno, en sus respectivos casos. Art�culo 932. El que edifica, planta o siembra de mala fe en terreno ajeno, pierde lo edificado, plantado o sembrado, sin que tenga derecho de reclamar indemnizaci�n alguna del due�o del suelo, ni de retener el bien. Art�culo 933. El due�o del terreno en que se haya edificado de mala fe, podr� pedir la demolici�n de la obra y la reposici�n de las cosas a su estado primitivo; a costa del edificador. Art�culo 934. Cuando haya mala fe, no s�lo por parte del que edificare sino por parte del due�o, se entender� compensada esta circunstancia y se arreglar�n los derechos de uno y otro, conforme a lo resuelto para el caso de haberse procedido de buena fe. Art�culo 935. Se entiende que hay mala fe de parte del edificador, plantador o sembrador, cuando hace la edificaci�n, plantaci�n o siembra, o permite, sin reclamar, que con material suyo las haga otro, en terreno que sabe es ajeno, no pidiendo previamente al due�o su consentimiento por escrito. Art�culo 936. Se entiende haber mala fe por parte del due�o, siempre que a su vista ciencia y paciencia se hiciere el edificio, la siembra o la plantaci�n. Art�culo 937. Si los materiales, plantas o semillas pertenecen a un tercero que no ha procedido de mala fe, el due�o del terreno es responsable subsidiariamente del valor de aquellos objetos, siempre que concurran las dos circunstancias siguientes: Que el que de mala fe emple� materiales, plantas o semillas, no tenga bienes con que responder de su valor; y Que lo edificado, plantado o sembrado aproveche al due�o. Art�culo 938. No tendr� lugar lo dispuesto en el art�culo anterior si el propietario reclama la demolici�n de la obra y la reposici�n de las cosas a su estado anterior a costa del edificador, plantador o sembrador. Art�culo 939. Los due�os de los inmuebles colindantes con las lagunas o estanques, no adquieren el terreno descubierto por la disminuci�n natural de las aguas, ni pierden el que �stas inunden con las crecidas extraordinarias. Art�culo 940. Cuando la fuerza del r�o arranca una porci�n considerable y reconocible de un campo ribere�o y la lleva a otro inferior o a la ribera opuesta, el propietario de la porci�n arrancada puede reclamar su propiedad, haci�ndolo dentro de dos a�os contados desde el acaecimiento; pasado este plazo perder� su derecho de propiedad, a menos que el propietario del campo a que se uni� la porci�n arrancada no haya a�n tomado posesi�n de ella. Art�culo 941. Los cauces abandonados por corrientes de agua que no sean de la Federaci�n, pertenecen a los due�os de los terrenos por donde corren esas aguas. Si la corriente era lim�trofe de varios predios, el cauce abandonado pertenece a los propietarios de ambas riberas proporcionalmente a la extensi�n del frente de cada predio, a lo largo de la corriente, tirando una l�nea divisoria por en medio del �lveo. Art�culo 942. Se estar� a lo dispuesto por la ley de la materia, para determinar qui�n es el titular de los derechos de uso y aprovechamiento de agua, as� como la forma y t�rminos en que se puede hacer uso de ese derecho. Tambi�n se estar� a lo dispuesto por la mencionada ley para determinar a quien pertenecen los cauces abandonados de los r�os federales que var�en de curso. Art�culo 943. Los �rboles arrancados y transportados por la corriente de las aguas pertenecen al propietario del terreno a donde vayan a parar, si no los reclaman dentro de dos meses los antiguos due�os. Si �stos los reclaman, deber�n abonar los gastos ocasionados en recogerlos o ponerlos en lugar seguro. Art�culo 944. Cuando la corriente del r�o se divide en dos brazos o ramales, dejando aislado un predio o parte de �l, el due�o no pierde su propiedad sino en la parte ocupada por las aguas, salvo lo que sobre el particular disponga la ley. Art�culo 945. Cuando dos bienes muebles que pertenecen a dos due�os distintos, se unen de tal manera que vienen a formar uno solo, sin que exista mala fe, el propietario de la parte principal adquiere la accesoria, pagando su valor. Si la incorporaci�n se hace por cualesquiera de los due�os con conocimiento del otro, sin que �ste se oponga, adem�s se observar� lo dispuesto en los tres Art�culos siguientes. Art�culo 946. Se considera principal, entre dos bienes incorporados, el de mayor valor. Art�culo 947. Si no pudiere hacerse la calificaci�n conforme a la regla establecida en el Art�culo que precede, se reputar� principal el objeto cuyo uso, perfecci�n o adorno se haya conseguido por la uni�n del otro. Art�culo 948. Cuando los bienes unidos puedan separarse sin detrimento y subsistir independientemente, los due�os respectivos pueden exigir la separaci�n. Art�culo 949. En el caso en que los bienes unidos no pueden separarse sin que el que se considera accesorio sufra deterioro, el due�o del principal tendr� tambi�n derecho de pedir la separaci�n, pero quedar� obligado a indemnizar al due�o del accesorio, siempre que �ste haya procedido de buena fe. Art�culo 950. Cuando el due�o del bien accesorio es el que ha hecho la incorporaci�n, la pierde si ha obrado de mala fe; y est� adem�s, obligado a indemnizar al propietario de los perjuicios que se le hayan ocasionado a causa de la incorporaci�n. Art�culo 951. Si el due�o del bien principal es el que ha procedido de mala fe, el que lo sea del accesorio tendr� derecho a que aqu�l le pague su valor y le indemnice de los da�os y perjuicios; o que el bien de su pertenencia se separe, siempre que para ello no haya de destruirse el principal. Art�culo 952. Si la incorporaci�n se hace por uno de los due�os con conocimiento y sin oposici�n del otro, los derechos respectivos se arreglar�n conforme a lo dispuesto en los Art�culos 947 y 948. Art�culo 953. Siempre que el due�o de la materia empleada sin su consentimiento, tenga derecho a indemnizaci�n, podr� exigir que �sta consista en la entrega de un bien igual en especie, en valor y en todas sus circunstancias, a la empleada; o bien en el precio del mismo fijado por peritos. Art�culo 954. Si se mezclan dos bienes de igual o diferente especie por voluntad de sus due�os o por casualidad, y en este �ltimo caso, los bienes no son separables sin detrimento, cada propietario adquirir� un derecho proporcional a la parte que le corresponda, conforme al valor de los bienes mezclados o confundidos. Art�culo 955. Si por voluntad de uno solo, pero de buena fe, se mezclan o confunden dos bienes de igual o diferente especie, los derechos de los propietarios se arreglar�n por lo dispuesto en el art�culo anterior; a no ser que el due�o del bien mezclado sin su consentimiento, prefiera la indemnizaci�n de da�os y perjuicios. Art�culo 956. Quien de mala fe hace la mezcla o confusi�n, pierde el bien mezclado o confundido que fuere de su propiedad, y queda adem�s, obligado a la indemnizaci�n de los perjuicios causados al due�o del bien o bienes con que se hizo la mezcla. Art�culo 957. En la pintura, escultura y bordado; en los escritos, impresos, grabados, litograf�as, fotograbados, oleograf�as, cromolitograf�as y, en las dem�s obras obtenidas por otros procedimientos an�logos a los anteriores, se estima accesorio la tabla, el metal, la piedra, el lienzo, el papel o el pergamino. Art�culo 958. El que de buena fe emple� materia ajena en todo o en parte, para formar una cosa de nueva especie, har� suya la obra, siempre que el m�rito de �sta exceda en precio a la materia cuyo valor indemnizar� al due�o. Art�culo 959. Cuando el m�rito de la obra sea inferior en precio a la materia, el due�o de �sta har� suya la nueva especie y tendr� derecho adem�s, para reclamar indemnizaci�n de da�os y perjuicios; descont�ndose del monto de �stos el valor de la obra, a tasaci�n de peritos. Art�culo 960. Si la nueva especie se hizo de mala fe, el due�o de la materia empleada tiene derecho de quedarse con la obra sin pagar nada al que la hizo, o exigir de �ste que le pague el valor de la materia y le indemnice de los perjuicios que se le hayan seguido. CAP�TULO IV De la copropiedad Art�culo 961. Hay copropiedad cuando un bien o un derecho pertenecen pro indiviso a varias personas. Art�culo 962. Los que por cualquier t�tulo tienen el dominio com�n de un bien, no pueden ser obligados a conservarlo indiviso. Art�culo 963. Si el dominio no es divisible, o el bien no admite c�moda divisi�n y los part�cipes no se convienen en que sea vendido o adjudicado a uno de ellos, se proceder� a su venta y a la repartici�n de su precio entre los interesados. Art�culo 964. A falta de contrato o disposici�n especial, se regir� la copropiedad por las disposiciones siguientes y, en �ltimo t�rmino, por las que rigen toda sociedad de hecho. Art�culo 965. Mientras varias personas permanezcan en la indivisi�n de una propiedad, cualquiera de ellas podr� exigir a las dem�s que se haga la designaci�n de un administrador, el que ser� nombrado por mayor�a de votos calculada conjuntamente por personas y por intereses. Si no hubiere mayor�a, el juez har� la designaci�n de entre los copropietarios. Art�culo 966. El concurso de los part�cipes, tanto en los beneficios como en las cargas, ser� proporcional a sus respectivas porciones. Se presumir�n iguales, mientras no se pruebe lo contrario, las porciones correspondientes a los part�cipes en la comunidad. Art�culo 967. Cada part�cipe podr� servirse de los bienes comunes, siempre que disponga de ellos conforme a su uso y de manera que no perjudique el inter�s de la comunidad, ni impida a los copropietarios aprovecharlos seg�n su derecho. Art�culo 968. Todo copropietario tiene derecho para obligar a los part�cipes a contribuir a los gastos de conservaci�n del bien o derecho com�n. S�lo puede eximirse de esta obligaci�n quien renuncie a la parte que le pertenece en el dominio. Art�culo 969. Ninguno de los condue�os podr�, sin el consentimiento de los dem�s, hacer alteraciones en el bien com�n, aunque de ello pudieran resultar ventajas para todos. Art�culo 970. Para la administraci�n del bien com�n, ser�n obligatorios todos los acuerdos de la mayor�a de los copropietarios; calculada �sta conjuntamente por personas e intereses. Art�culo 971. Si no hubiere mayor�a, el juez oyendo a los interesados, resolver� lo que debe hacerse dentro de lo propuesto por los mismos. Art�culo 972. Cuando parte del bien perteneciere exclusivamente a un copropietario o algunos de ellos, y otra fuere com�n, s�lo a �sta ser� aplicable la disposici�n anterior. Art�culo 973. Todo condue�o tiene la plena propiedad de la parte al�cuota que le corresponda y la de sus frutos y utilidades, pudiendo en consecuencia enajenarla, cederla o hipotecarla y aun ser sustituido por otro en su aprovechamiento, salvo si se tratare de derecho intransmisible. Pero el efecto de la enajenaci�n o de la hipoteca en relaci�n a los condue�os estar� limitado a la porci�n que se le adjudique en la divisi�n al cesar la comunidad. Los condue�os gozan del derecho del tanto. Art�culo 974. Los copropietarios del bien indiviso no pueden enajenar a extra�os su parte al�cuota respectiva, si el copart�cipe quiere hacer uso del derecho del tanto. A este efecto, el copropietario notificar� a los dem�s por medio de notario o judicialmente la enajenaci�n que tuviere convenida, para que dentro de los ocho d�as siguientes hagan uso del derecho del tanto. Por el solo transcurso del t�rmino se pierde el derecho. Cuando la venta est� simplemente propalada y el copropietario ejercita el derecho del tanto, implica una venta directa del copropietario enajenante en favor del que ejercita el tanto; cuando la venta ha sido consumada los copropietarios preteridos pueden ejercitar el derecho de retracto por medio del cual el copart�cipe actor se subroga en todos los derechos y obligaciones del comprador. Mientras no se haya hecho la notificaci�n o se haya consumado el plazo, la enajenaci�n no producir� efecto legal alguno. Art�culo 975. Si varios propietarios de bien indiviso hicieren uso del derecho del tanto, ser� preferido el que represente mayor parte o si fuesen iguales, entonces el m�s antiguo. Ante toda igualdad, el designado por la suerte; salvo pacto en contrario. Art�culo 976. Cuando haya constancia que demuestre quien coste� la pared que divide los predios, el que la hizo es due�o exclusivo de ella; pero si consta que se fabric� por los colindantes o no consta quien la edifico, es de propiedad com�n. Art�culo 977. Se presume la copropiedad mientras no haya signo exterior que demuestre lo contrario en: Las paredes divisorias de los edificios contiguos, hasta el punto com�n de elevaci�n; Las paredes divisorias de los jardines o corrales, situadas en poblado o en el campo; y Las cercas, vallados y setos vivos que dividan los predios r�sticos. Si las construcciones no tienen una misma altura, s�lo hay presunci�n de copropiedad hasta la altura de la construcci�n menos elevada. Art�culo 978. Hay signo contrario a la copropiedad cuando: Hay ventanas o huecos abiertos en la pared divisoria de los edificios; Conocidamente toda la pared, vallado, cerca o seto est�n construidos sobre el terreno de una de las fincas y no por mitad entre una y otra de las dos contiguas; La pared soporte las cargas y carreras, pesos y armaduras de una de las posesiones y no de la contigua; La pared divisoria entre patios, jardines y otros predios, est� construida de modo que la albardilla caiga hacia una sola de las propiedades; La pared divisoria construida de mamposter�a presente piedras llamadas pasaderas, que de distancia en distancia, quedan fuera de la superficie s�lo por un lado de la pared y no por el otro; La pared fuere divisoria entre un edificio, del cual forma parte, y un jard�n, campo, corral o sitio sin edificios; Un predio se halle cerrado o defendido por vallados, cercas o setos vivos y las contiguas no lo est�n; La cerca que encierra completamente un predio, es de distinta especie de la que tiene la vecina en sus lados contiguos a la primera; y Los materiales empleados en una estructura de edificaci�n sean uniformes. Art�culo 979. En general, en los casos se�alados en el art�culo anterior, se presume que la propiedad de las paredes, cercas, vallados o setos, pertenece exclusivamente al due�o de la finca o predio que tiene a su favor estos signos exteriores. Art�culo 980. Las zanjas o acequias abiertas entre las heredades, se presumen tambi�n de copropiedad si no hay t�tulo o signo que demuestren lo contrario. Art�culo 981. Hay signo contrario a la copropiedad, cuando la tierra o broza sacada de la zanja o acequia para abrirla o limpiarla, se halla s�lo de un lado; en este caso, se presume que la propiedad de la zanja o acequia es exclusivamente del due�o del predio sobre el cual se ha echado la tierra o broza. Art�culo 982. La presunci�n que establece el art�culo anterior cesa, cuando la inclinaci�n del terreno obliga a echar la tierra de un solo lado. Art�culo 983. Los due�os de los predios est�n obligados a cuidar de que no se deteriore la pared, zanja o seto de propiedad com�n; y si por el hecho de alguno de sus dependientes, animales, substancias almacenadas o producidas que sean corrosivas o inflamables, por maquinaria ah� emplazada, o por cualquiera otra causa que dependa de ellos, se deterioraren, deben reponerlos, pagando los da�os y perjuicios que se hubieren causado. Art�culo 984. La reparaci�n y reconstrucci�n de las paredes de propiedad com�n y el mantenimiento de los vallados, setos vivos, zanjas o acequias, tambi�n comunes, se costear�n proporcionalmente por todos los due�os que tengan a su favor la copropiedad. Art�culo 985. El copropietario que quiera librarse de las obligaciones que impone el art�culo anterior, puede hacerlo renunciando a la copropiedad, salvo el caso en que la pared com�n sostenga un edificio suyo. Art�culo 986. El propietario de un edificio que se apoye en una pared com�n, puede, al derribarlo, renunciar o no a la copropiedad. En el primer caso ser�n de su cuenta todos los gastos necesarios para evitar o reparar los da�os que cause la demolici�n. En el segundo, adem�s de �sta obligaci�n, queda sujeto a las que le imponen los Art�culos 983 y 984. Art�culo 987. El propietario de una finca contigua a una pared divisoria que no sea com�n, s�lo puede darle este car�cter en todo o en parte, por contrato con el due�o de ella. Art�culo 988. Todo propietario puede alzar la pared de propiedad com�n, haci�ndolo a sus expensas e indemnizando de los perjuicios que se ocasionen por la obra, aunque sean temporales. Art�culo 989. Ser�n igualmente de su cuenta todas las obras de conservaci�n de la pared en la parte en donde esta haya aumentado su altura o espesor, as� como las que en la parte com�n sean necesarias, siempre que el deterioro provenga de la mayor altura o espesor que se haya dado a la pared. Art�culo 990. Si la pared de propiedad com�n no puede resistir a la elevaci�n, el propietario que quiera levantarla tendr� la obligaci�n de reconstruirla a su costa, y si fuere necesario darle mayor espesor, deber� darlo de su suelo. Art�culo 991. En los casos de aumento de la altura o del espesor de la barda, la pared contin�a siendo de propiedad com�n hasta la altura que lo era antiguamente, aun cuando haya sido edificada de nuevo a expensas de uno solo; y desde el punto donde comenz� la mayor altura o mayor espesor, es propiedad de quien la edific�. Art�culo 992. Los dem�s propietarios que no hayan contribuido a dar m�s elevaci�n o espesor a la pared, podr�n, sin embargo, adquirir en la parte nuevamente elevada los derechos de copropiedad, pagando proporcionalmente el valor de la obra y la mitad del valor del terreno sobre que se hubiere dado mayor espesor. Art�culo 993. Cada copropietario de una pared com�n podr� usar de ella en proporci�n al derecho que tenga en la comunidad; podr� por tanto edificar, apoyando su obra en la pared com�n o introduciendo vigas hasta la mitad de su espesor, pero sin impedir el uso com�n y respectivo de los dem�s copropietarios. En caso de resistencia se arreglar�n por medio de peritos las condiciones necesarias para que la nueva obra no perjudique los derechos de aquellos. Art�culo 994. Los �rboles existentes en cerca de copropiedad o que se�alen lindero, son tambi�n de copropiedad; estos no pueden ser cortados ni sustituidos con otros sin el consentimiento de ambos copropietarios o por decisi�n judicial pronunciada en juicio contradictorio, en caso de desacuerdo de los copropietarios. Art�culo 995. Los frutos del �rbol o del arbusto com�n y los gastos de su cultivo, ser�n repartidos por partes iguales entre los copropietarios. Art�culo 996. Ning�n copropietario puede, sin consentimiento del otro, abrir ventanas ni hueco alguno en pared com�n. Art�culo 997. La copropiedad cesa: por la divisi�n del bien com�n; por la destrucci�n o p�rdida de �l; por su enajenaci�n y por la consolidaci�n o reuni�n de todas las partes al�cuotas en un solo titular. Art�culo 998. La divisi�n de una cosa com�n no perjudica a tercero. Art�culo 999. La divisi�n de bienes inmuebles es nula si no se hace con las mismas formalidades que la ley exige para su venta. Art�culo 1000. Son aplicables a la divisi�n entre copart�cipes las reglas concernientes a la partici�n hereditaria. T�TULO SEXTO Del condominio CAP�TULO I Prevenciones generales Art�culo 1001. Condominio es el r�gimen jur�dico que integra las modalidades y limitaciones al dominio de un predio o edificaci�n y la reglamentaci�n de su uso y destino, para su aprovechamiento conjunto y simult�neo. Los titulares de la propiedad en condominio reciben la denominaci�n de cond�minos. La titularidad puede referirse a un espacio o a un uso y bienes determinados en forma exclusiva, cuyo aprovechamiento y disposici�n es libre, que se denominan �reas o bienes privativos; adem�s la titularidad exclusiva est� referida porcentualmente a las �reas y bienes de uso com�n, los que no podr�n ser objeto de acci�n divisoria y son inseparables de la propiedad individual. El conjunto de �reas y bienes privativos, con las �reas, instalaciones y bienes de uso com�n, que hacen posible su aprovechamiento por un grupo de titulares, se denomina unidad condominal. El conjunto de bienes cuyo aprovechamiento y libre disposici�n corresponden a un cond�mino, se denomina unidad privativa. Art�culo 1002. En atenci�n al funcionamiento y aprovechamiento de los elementos comunes, por una o varias unidades condominales, se clasifican en condominio simple o condominio compuesto. El condominio es simple, cuando las �reas comunes y sus obras de infraestructura y equipamiento, corresponden a una sola unidad condominal. El condominio es compuesto, cuando una parte de sus �reas comunes y obras de infraestructura y equipamiento, son aprovechadas por los titulares de dos o m�s unidades condominales, que coexisten en un mismo predio. Art�culo 1003. En atenci�n a la distribuci�n de las �reas comunes y privativas, respecto al predio y las edificaciones, el condominio se clasifica en horizontal, vertical y mixto. El condominio es horizontal, cuando a cada cond�mino le corresponde como �rea privativa una fracci�n o lote del predio, con su edificaci�n e instalaciones. El condominio es vertical, cuando la totalidad del predio es bien com�n y una misma estructura arquitect�nica, se divide en �reas privativas. El condominio es mixto, cuando concurren las condiciones a que se refieren los p�rrafos anteriores, para los condominios horizontal y vertical. Art�culo 1004. En atenci�n a su uso, al condominio le corresponder� la categor�a que determinen las normas urban�sticas de zonificaci�n, como son: habitacional; alojamiento temporal; comercios y servicios; oficinas administrativas; abastos, almacenamientos y talleres especiales; manufacturas y usos industriales. El condominio de servicios municipales, es aquel que est� destinado a complementar el equipamiento urbano de una comunidad. Art�culo 1005. Todo condominio habitacional, simple o compuesto, tendr� una extensi�n m�xima de diez hect�reas o una poblaci�n que no exceda de dos mil quinientos habitantes. Estos l�mites de extensi�n territorial y de poblaci�n podr�n incrementarse hasta veinte por ciento, cuando por las caracter�sticas del lugar o de las funciones a desarrollar, de conformidad con las normas de urbanizaci�n aplicables, se demuestre la necesidad de zonas de mayor dimensi�n o poblaci�n. Los condominios para usos o destinos distintos del habitacional tendr�n la extensi�n m�xima que determinen las normas municipales de zonificaci�n. Art�culo 1006. Para constituir el r�gimen de condominio respecto de un predio o edificaci�n, se requiere que quien tenga su libre disposici�n, solicite y obtenga autorizaci�n del municipio donde se localice el inmueble y lo formalice en escritura p�blica, en la que se har� constar de manera clara, lo siguiente: Los antecedentes de propiedad y en su caso el t�tulo que origine la libre disposici�n; La ubicaci�n, medidas y linderos del predio; y en su caso, las concesiones para el aprovechamiento de aguas, playas, esteros e islas del dominio p�blico de la naci�n. Adem�s cuando sea parte de un condominio compuesto, la noticia de ello, as� como el porcentaje que en �reas comunes, derechos y obligaciones le corresponden; Una descripci�n general de las construcciones y obras de infraestructura, as� como del equipamiento urbano que exista; y la calidad de los materiales que se empleen en su edificaci�n; Una descripci�n individual de cada unidad privativa que se genere, indic�ndose su n�mero ordinal, su situaci�n, medidas, linderos, clase de material utilizado, servicios a que se tenga derecho, as� como el porcentaje que le corresponda sobre los elementos comunes. Adem�s si existen �reas de servicios separadas f�sicamente de la unidad privativa, se indicar� con toda precisi�n cu�les son �stas; Cuando el �rea de servicios correspondiente a la unidad privativa est� separada f�sicamente de los otros bienes de uso exclusivo, se referir� con la nomenclatura que sirva de identificaci�n y se har� tambi�n una descripci�n general de la misma, con sus medidas y linderos. Estas �reas de servicios, se consideran en forma accesoria y por ello, pueden transmitirse el uso o propiedad entre los cond�minos, fij�ndose en estos casos la proporci�n porcentual sobre los elementos comunes; Una descripci�n de las �reas comunes, se�al�ndose su situaci�n, medidas, linderos, partes de que se componga, obras de infraestructura, equipamiento y mobiliario afectos a ellas, su uso y cuando fuere posible, su marca comercial e inventarios. Exclusivamente y para prestaci�n de servicios comunes, se podr�n considerar en el acto de constituci�n del r�gimen de propiedad en condominio, o con posterioridad a este acto, cuando se convenga en su incorporaci�n por su evidente utilidad, �reas separadas f�sicamente de la unidad condominal, haci�ndose la descripci�n correspondiente; La clasificaci�n del condominio, de acuerdo a sus aspectos de funcionamiento y aprovechamiento de elementos comunes; la distribuci�n de las �reas comunes y privativas; su uso y destino; La referencia de haberse obtenido la autorizaci�n para constituir el r�gimen de condominio, indicando su extensi�n o poblaci�n, as� como los dict�menes, autorizaciones o licencias que correspondan, en materia de urbanizaci�n; La informaci�n relativa a las licencias y permisos de construcci�n. Cuando sea parte de un condominio compuesto del que exista consejo de administraci�n, su aprobaci�n aceptando que el proyecto de la unidad condominal cumple con los objetivos y acata los criterios de dise�o y las restricciones generales de condominio. Cuando est� ya concluida la edificaci�n, el certificado de habitabilidad. En su caso, cuando la edificaci�n sea entregada a los cond�minos en obra negra, para que cada uno de ellos haga las adaptaciones correspondientes, as� se har� constar en las certificaciones que se expidan por las autoridades; La referencia a las garant�as que constituye el afectante al r�gimen de condominio, ante la autoridad municipal de la ubicaci�n del inmueble, para responder tanto por la terminaci�n de las obras, como por la calidad de las mismas; El reglamento interior del condominio de manera particular regular�: Los derechos y obligaciones de los cond�minos, que ser�n proporcionales al porcentaje que les correspondan sobre los elementos comunes; Las facultades de los �rganos de administraci�n y de gobierno; La formaci�n de los fondos de reserva y en su caso, el establecimiento de comit�s para asuntos particulares que coadyuven con el consejo de administraci�n, los que pueden tener autonom�a financiera; El establecimiento de las bases para el pago de las cuotas de mantenimiento, conservaci�n y creaci�n de fondos de reserva que se incurra; El establecimiento de criterios para la restricci�n de giros en cuanto a la cantidad y de actividades afines, mismos que deber� respetar el ayuntamiento al autorizar las licencias respectivas; La instancia y el procedimiento para resolver conflictos entre los cond�minos; Los casos y condiciones en que pueda ser modificado el propio reglamento; y La transformaci�n y extinci�n del condominio; La forma en que los cond�minos responder�n del pago de las cuotas establecidas en el Art�culo 1026; y Se agregar�n los planos de zonificaci�n del condominio, los planos generales de la edificaci�n y los de las unidades privativas. La escritura constitutiva del r�gimen de condominio deber� inscribirse en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 1007. Son bienes comunes, atendiendo a su clasificaci�n, como a su edificaci�n, siempre que sean de uso general: Las obras de cimentaci�n; Las obras de infraestructura y equipamiento urbano; Los p�rticos, puertas, corredores, escaleras, pasillos y patios; Los espacios de recreaci�n y jardines; Los estacionamientos al p�blico, las r�as y andadores; Los locales de administraci�n, almacenes de mobiliario destinado al condominio, como las bodegas, los locales destinados al alojamiento de porteros, vigilantes, jardineros, y servidumbre; Los ductos y poster�a para servicios de suministro como gas, y energ�a el�ctrica; Los cableados para servicios telef�nicos, de televisi�n por cable y conexiones a antenas para captar se�ales de radio y televisi�n; Los fosos, pozos, tinacos, cisternas, ductos de aguas pluviales y drenaje; Las plantas de tratamiento de aguas residuales; Los pozos de absorci�n de aguas pluviales; Los ductos de desag�e y de calefacci�n; Los ascensores, escaleras el�ctricas y montacargas; Los muros de carga y las azoteas; y Los dem�s que por su naturaleza y destino tengan ese fin. El administrador llevar� un inventario completo y actualizado de todos los bienes muebles e inmuebles, de uso general pertenecientes al condominio. Art�culo 1008. Cada cond�mino podr� servirse de los bienes comunes y gozar de los servicios e instalaciones generales, conforme a su naturaleza y destino ordinario, sin restringir o hacer m�s oneroso el derecho de los dem�s. Los derechos de cada cond�mino en los bienes comunes son esenciales a sus derechos de propiedad individual, por ello cualquier afectaci�n o disposici�n de la misma, se entiende referida a los bienes comunes. El cond�mino que no haga uso de su propiedad o de algunos bienes comunes, no quedar� exento de las obligaciones que le competan como tal. Para conservar la armon�a del condominio, cada vecino procurar� hacer uso de su unidad privativa sin afectar la tranquilidad de los dem�s cond�minos, ni destinarla a usos contrarios a los se�alados en la escritura constitutiva. Art�culo 1009. Para la realizaci�n de obras en bienes e instalaciones generales, se observar�n las siguientes reglas: Las obras de conservaci�n se efectuar�n por determinaci�n del administrador, siguiendo instrucciones permanentes o precisas del Consejo de Administraci�n y sin necesidad de acuerdo de los cond�minos, con cargo al fondo de gastos de mantenimiento y administraci�n; El administrador, deber� hacer efectivas las garant�as que en su caso otorguen el constituyente del condominio, o los contratistas que realizaron las obras; Las obras de mejoramiento se har�n previo acuerdo de cond�minos tomado en asamblea extraordinaria. Dichas obras ser�n dirigidas en su ejecuci�n por el administrador, con la vigilancia del consejo de administraci�n o cuando se nombre una comisi�n espec�fica para ello, bajo responsabilidad de la misma. No se realizar�n obras que atenten a la estabilidad e infraestructura del edificio, o que menoscaben la seguridad o comodidad del condominio, as� como que impidan permanentemente el uso de una parte o un servicio com�n aunque s�lo sea a un cond�mino; a no ser que �ste consienta y sea indemnizado proporcionalmente por los dem�s; y Las reparaciones urgentes a bienes o instalaciones comunes cuyo desperfecto ponga en peligro la seguridad de los cond�minos, la integridad del inmueble o que impidan el buen funcionamiento de los servicios comunes, deber�n ser efectuadas por el administrador en tiempo prudente, de no hacerlo o a falta de administrador, se mandar�n realizar por cualquier cond�mino, sin necesidad de autorizaci�n previa, a quien le ser�n reembolsados los gatos de las mismas, repartiendo el costo entre los cond�minos, debi�ndose someter finalmente dicho pago a justificaci�n y comprobaci�n en la pr�xima asamblea de cond�minos. Art�culo 1010. Cada cond�mino podr� realizar las obras y adaptaciones que correspondan a su unidad privativa, pero no podr� realizarse ninguna innovaci�n o modificaci�n que afecte la estructura, la cimentaci�n, las paredes maestras, las azoteas, las redes de descargas de agua residuales, ni aquellas que puedan perjudicar la est�tica, la seguridad, la durabilidad o la comodidad del edificio. Todos los proyectos de adaptaci�n deber�n aprobarse previamente por el consejo de administraci�n del condominio. Art�culo 1010 bis.- Los cond�minos y en general los ocupantes del condominio no podr�n, sino con el consentimiento de la asamblea y con arreglo a las leyes aplicables: Realizar acto alguno que afecte la tranquilidad y comodidad de los dem�s cond�minos y ocupantes, o que comprometa la estabilidad, seguridad o salubridad del condominio, ni incurrir en omisiones que produzcan los mismos resultados; Efectuar actos en el exterior o en el interior de su unidad privativa, que impida o haga ineficaz la operaci�n de los servicios comunes e instalaciones generales, limite o dificulte el uso de las �reas comunes o ponga en riesgo la seguridad o tranquilidad de los cond�minos u ocupantes; Realizar obras o reparaciones en horarios nocturnos, salvo por causa de fuerza mayor; Derribar o trasplantar �rboles y cambiar el uso o naturaleza de las �reas verdes; Modificar, alterar ni destruir las �reas de uso com�n; y Poseer animales que por su n�mero, tama�o o naturaleza afecten las condiciones de seguridad, comodidad o salubridad de los cond�minos. El infractor de estas disposiciones, independiente de las sanciones que establece este t�tulo, ser� responsable por el pago de los da�os y perjuicios. CAP�TULO II De la administraci�n Art�culo 1011. Los bienes afectos al r�gimen de condominio ser�n administrados por quien se designe en la asamblea de cond�minos, pudiendo recaer este cargo a una persona f�sica o jur�dica. Si el cargo de administrador recae en cond�mino deber� acreditar previamente tener cubiertas sus cuotas. La designaci�n del primer administrador, cuyo encargo no podr� exceder del t�rmino de un a�o, compete a quien constituye el r�gimen de condominio. En los condominios compuestos, la designaci�n del administrador en caso de requerirlo, ser� hecha por mayor�a porcentual que representen los diversos desarrollos condominales, los que expresar�n su voluntad por conducto de sus administradores particulares. En los condominios de servicios municipales, cuando no se haga la designaci�n por los cond�minos o el designado no se presentare a desempe�ar su cargo, o lo abandonare, a petici�n de cond�minos que representen el veinte por ciento de derechos, podr� la autoridad municipal hacer la designaci�n que corresponda y estar� en funciones todo el tiempo que sea necesario para ello a discreci�n del s�ndico del ayuntamiento. En los condominios de servicios municipales destinados a cementerios, la designaci�n siempre ser� hecha por el ayuntamiento del lugar de ubicaci�n del condominio. Cuando la asamblea de cond�minos decida contratar servicios profesionales para su administraci�n, el comit� de vigilancia deber� celebrar contrato correspondiente conforme a las disposiciones aplicables, el cual no podr� exceder de un a�o, pudiendo ser renovado en tanto la asamblea de cond�minos no determine lo contrario. Art�culo 1012. El administrador del condominio tiene las facultades y obligaciones siguientes: Ser el ejecutor de los acuerdos de las asambleas de cond�minos y del consejo de administraci�n, as� como el representante legal frente a terceros del condominio, con las facultades de un apoderado general judicial y para actos de administraci�n, sin que las facultades de mandatario puedan ser sustituidas o delegadas salvo que as� lo autorice expresamente el consejo de administraci�n. Cuando el condominio forme parte de un condominio compuesto, acatar las resoluciones que d� el administrador general de �ste; en caso de conflicto por instrucciones encontradas entre el administrador del condominio compuesto y el consejo de administraci�n, se deber�n someter obligatoriamente las diferencias a arbitraje de la Procuradur�a de Desarrollo Urbano, quien a la brevedad resolver� lo conducente y sin que quepa alg�n recurso contra tal determinaci�n; Verificar y atender la operatividad, mantenimiento de instalaciones, servicios generales y conservaci�n de la edificaci�n; Efectuar los gastos de mantenimiento y administraci�n; Cobrar las cuotas y extender los recibos que amparen los pagos a cargo de los cond�minos; Llevar los libros y documentaci�n que soporten los gastos efectuados, los que deber�n tener una actualizaci�n no mayor de quince d�as h�biles; Llevar los libros del condominio, que cuando menos deber�n ser tres: El primer libro, que ser� para asentar las actas de asambleas de cond�minos; El segundo libro, para asentar las actas de asamblea del consejo de administraci�n; El tercer libro, para registrar los ingresos y egresos del condominio; y Cuando as� lo estime necesario la asamblea de cond�minos podr�n llevarse los libros de registros auxiliares que se requieran; tambi�n podr�n utilizarse para llevar los registros auxiliares sistemas de c�mputo. Los libros antes indicados deber�n ser autorizados en la primera hoja �til por el secretario del ayuntamiento de correspondiente a la ubicaci�n del condominio. Al realizarse los asientos en los libros se�alados se deber�n conservar como ap�ndice de dichas actas los documentos relativos a las mismas. Cuando por cualquier circunstancia no fuere posible asentar el acta en el libro que corresponda, para su validez, deber� ser protocolizada por notario, con residencia o jurisdicci�n en el municipio en que est� asentado el condominio; Entregar en la primera quincena de los meses de abril, julio, octubre y enero de cada a�o, al cond�mino que lo solicite o tenerlo a disposici�n de los mismos en las oficinas de la administraci�n, un estado de cuentas que se�ale: Un informe anal�tico de los gastos del trimestre; Un informe consolidado que demuestre y refleje los ingresos y las cuotas vencidas pendientes de pago; Un listado general de los deudores explicando el origen de su adeudo; Una relaci�n de los acreedores explicando el origen de sus cr�ditos; y Los saldos en efectivo que existan; VIII. Convocar a asamblea de cond�minos; IX. Auxiliar y en su caso hacer que se auxilie a los comit�s espec�ficos que llegaren a formarse para la realizaci�n de una obra concreta o para el logro de un fin determinado; y Las dem�s que le confiera este c�digo o cualquier otro ordenamiento que le sea aplicable, la escritura constitutiva y el reglamento que se expida. Art�culo 1013. El acta que se levante con motivo de la designaci�n del administrador y en su caso el otorgamiento de la fianza que se constituya para el desempe�o de su cargo, ser�n protocolizadas y se tomar� nota de ellas en la inscripci�n que al efecto se lleve en el Registro P�blico de la Propiedad, relativa a la constituci�n del r�gimen de propiedad en condominio. Cuando la designaci�n sea hecha por el ayuntamiento, bastar� para su inscripci�n una copia certificada que expida el secretario del mismo, para proceder en los t�rminos antes se�alados. Art�culo 1013 bis.- Cuando la asamblea de cond�minos designe una nueva administraci�n, la saliente deber� entrega en un t�rmino que no exceda de quince d�as naturales al d�a de la designaci�n, todos los documentos incluyendo los estados de cuenta, valores, muebles, inmuebles, y dem�s bienes que tuviera bajo su resguardo y responsabilidad, sin que dicho plazo pueda ampliarse sino por causa justificada que acrediten tal demora. CAP�TULO III Del consejo de administraci�n Art�culo 1014. El consejo de administraci�n se integrar� con el n�mero de miembros que se se�alen en el reglamento. Art�culo 1015. Para ser consejero se requiere ser cond�mino u ocupante de alguna propiedad del condominio con el consentimiento del cond�mino y estar al corriente en el pago de cuotas al condominio. Art�culo 1016. El cargo de consejero es indelegable y honorario; sin embargo la asamblea general de cond�minos, cuando as� lo estime necesario podr� determinar el pago de alguna remuneraci�n a sus integrantes, o a parte de ellos. Art�culo 1017. El consejo de administraci�n tendr� las siguientes facultades y obligaciones: Tener la representaci�n permanente de los cond�minos, para asuntos de inter�s com�n, con las facultades de un apoderado general judicial y para actos de administraci�n; Vigilar que el administrador cumpla con las obligaciones que se le imponen y pedir a �ste informes y cuentas de sus gestiones, cuando lo estime necesario; Reunirse cuando menos una vez al mes para recibir noticia del administrador, que podr� expresarse en forma oral u escrita respecto de la marcha y negocios del condominio verificando los estados contables y sus asientos en los libros; Comprobar las inversiones de los fondos de mantenimiento, administraci�n y de reserva; Coadyuvar con la administraci�n en la observancia por los cond�minos del cumplimiento de sus obligaciones; Rendir a la asamblea de cond�minos, anualmente durante el primer trimestre, un informe de labores as� como del estado general que guardan los asuntos del condominio y su posici�n financiera; Cuando se trate de condominios habitacionales y comerciales, autorizar la celebraci�n de cualquier contrato que implique la ocupaci�n y uso de los bienes y servicios comunes, por terceros extra�os a los cond�minos; en este caso, los contratos que se celebren en contravenci�n a los reglamentos y a lo aqu� estipulado, ser�n nulos de pleno derecho; Autorizar al administrador para otorgar o conferir directamente poder general con facultades judiciales de administraci�n en favor de quienes estime pertinente para defensa y representaci�n de los intereses espec�ficos del condominio. Tambi�n podr� otorgar poderes especiales; y Los poderes que se confieran comprenden las facultades de articular y absolver posiciones, formular denuncias penales y coadyuvar con el ministerio p�blico; adquirir bienes en remate o fuera de �l haciendo las posturas y pujas que procedan celebrar los convenios de transacci�n, intentar y desistirse de juicios constitucionales de garant�as. En los poderes bastar� y ser� necesario que se relacionen los siguientes puntos: El instrumento mediante el cual constituy� el r�gimen de condominio respecto de la edificaci�n, destac�ndose el lugar y fecha, el notario autorizante, el n�mero del instrumento, los bienes gen�ricos que se afectaron, su ubicaci�n y los datos de su inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad; Las facultades que seg�n el reglamento de condominio tengan los consejeros, independientemente de las establecidas en la ley; Las reformas que en su caso se hubieren efectuado; El acta mediante la cual se hizo la designaci�n de los consejeros; Los datos de la inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad, en el cual se hubieren inscrito los instrumentos a que se refieren los puntos que anteceden; y El acta de consejo en la que se acord� el otorgamiento del poder; �sta deber� ser transcrita en lo conducente. Art�culo 1018. El acta que se levante con motivo de la designaci�n de los consejeros y sus anexos, deber� ser protocolizada por notario con residencia o jurisdicci�n en el municipio en que est� asentado el condominio y contener cuando menos: El instrumento en el donde conste el acto mediante el cual se afect� la edificaci�n al r�gimen de condominio, mencion�ndose el lugar y fecha, el notario autorizante, el n�mero del instrumento, los bienes gen�ricos que se afectaron, su ubicaci�n y los datos de su inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad; Las facultades que seg�n el reglamento del condominio tengan los consejeros, independientemente de las establecidas en la ley; Las reformas que en su caso se hubieren efectuado; y Se transcribir� en lo conducente el acta levantada. De la escritura que contenga la protocolizaci�n, se tomar� nota en la inscripci�n del condominio que se lleve en el Registro P�blico de la Propiedad. El acta que se levante tambi�n deber� asentarse en el libro de actas del propio condominio. CAP�TULO IV De las asambleas Art�culo 1019. La asamblea de cond�minos es el �rgano supremo de la administraci�n. Las asambleas para los condominios compuestos y simples ser�n ordinarias y extraordinarias. Art�culo 1020. La asamblea ordinaria se reunir� cuando menos una vez al a�o, dentro del primer trimestre y en ella se tratar�n los asuntos siguientes: El informe general sobre el condominio, tanto en bienes y servicios como su posici�n financiera; La elecci�n de los integrantes del consejo de administraci�n y en su caso, de las comisiones especiales; La designaci�n del administrador; y La aprobaci�n del presupuesto de ingresos y de egresos para el siguiente a�o. Art�culo 1021. La asamblea extraordinaria se reunir� en cualquier tiempo, cuando se requiera su decisi�n en alguno de los casos siguientes; Modificar el reglamento del condominio; Realizar obras voluntarias o de mejoramiento; Transformar y disponer de los bienes comunes; Acordar sobre la extinci�n del r�gimen de propiedad en condominio; Incorporar nuevas �reas al r�gimen de propiedad en condominio o separar �reas afectas al mismo; Pedir al juez se obligue a un cond�mino a la venta de sus derechos; Acordar la reconstrucci�n del inmueble afecto al r�gimen de condominio; y Las dem�s decisiones que correspondan a los cond�minos reunidos en asamblea. Art�culo 1022. Las asambleas ser�n convocadas por: El administrador; El consejo de administraci�n; El juez de primera instancia del ramo civil con jurisdicci�n en el municipio de ubicaci�n del condominio, a requerimiento de un grupo de cond�minos que representen por lo menos una quinta parte de derechos; o a petici�n de cualquier cond�mino, cuando se dejen de celebrar por mas de un a�o; y En los casos de condominios de servicios municipales, por el presidente del municipio de ubicaci�n del condominio. Art�culo 1023. Para que se declare legalmente instalada la asamblea ordinaria en primera convocatoria, ser� necesario que concurran a ella cond�minos que representen cuando menos el cincuenta y uno por ciento sobre los derechos del condominio. Si no se reuniere el porcentaje antes se�alado, se convocar� por segunda vez a los cond�minos para que celebren asamblea en un plazo no menor de siete, ni mayor de quince d�as y esta se efectuar� con los que asistan. Las resoluciones que se tomen en las asambleas ordinarias ser�n v�lidas cuando se decida el negocio por cond�minos que tengan la mayor�a porcentual de los derechos sobre el condominio, que est�n representados por los asistentes a la misma. Por lo que se refiere a la asamblea extraordinaria, podr� celebrarse con el n�mero de cond�minos que asistan, pero s�lo ser�n v�lidos los acuerdos que en ella se tomen, si son aprobados por cond�minos que representen cuando menos el setenta y cinco por ciento de los derechos sobre el condominio. Esta aprobaci�n se tendr�, ya sea mediante asamblea en la que concurran cond�minos cuyos votos representen tal porcentaje, o se complementen en los siguientes treinta d�as naturales a su celebraci�n, con cond�minos ausentes a la asamblea, quienes en forma aut�ntica se manifiesten sabedores de los acuerdos tomados y los aprueben. Los acuerdos tomados en asamblea legalmente constituida, obligan a los ausentes, disidentes y en su caso, a los ocupantes por cualquier t�tulo. Quien no haya asistido a la celebraci�n de la asamblea alegando no haber sido convocado en forma legal, podr� demandar la inoponibilidad de los acuerdos tomados en la misma, dentro de los siguientes treinta d�as naturales a la fecha de su celebraci�n, siempre y cuando no hayan ejecutado actos que impliquen la aprobaci�n de los acuerdos a que se oponen, o su realizaci�n fuera hecha con la advertencia de que no implica conformidad con la misma. La resoluci�n judicial que se dicte s�lo tendr� efectos respecto de quien la promovi�. Art�culo 1024. Las reglas anteriormente se�aladas rigen para los condominios compuestos y para los condominios simples. Las asambleas ser�n presididas por quien designen los cond�minos asistentes a ellas, tom�ndose la votaci�n por mayor�a de personas asistentes a la misma, independientemente del porcentaje que representen en el condominio. El administrador podr� ser designado presidente de la asamblea. Art�culo 1025. Las convocatorias para la celebraci�n de la asamblea ser�n suscritas por quien las haga. Las asambleas deber�n verificarse invariablemente en el municipio de la ubicaci�n del condominio, buscando siempre la mayor comodidad y f�cil acceso a los cond�minos; preferentemente se deber�n desarrollar en la unidad condominal. La convocatoria para asamblea ordinaria deber� hacerse cuando menos con quince d�as naturales de anticipaci�n a la fecha en que deba celebrarse. La convocatoria para asamblea extraordinaria deber� hacerse cuando menos con veinte d�as naturales de anticipaci�n a la fecha en que deba celebrarse. En ambos casos, la convocatoria se fijar� en los lugares visibles de la edificaci�n del condominio en la fecha en que se expida. Adem�s, deber� citarse por medio del servicio postal con acuse de recibo, a los cond�minos que lo requieran en el domicilio que para estos casos tengan registrado en la administraci�n. El dep�sito de la correspondencia en el correo, deber� hacerse con la misma anticipaci�n que se se�ala para su fijaci�n, debi�ndose conservar los acuses de recibo para acreditar lo anterior. Cuando la convocatoria se formule por la autoridad judicial o la municipal, bastar� que se publique con la misma anticipaci�n en uno de los peri�dicos de amplia circulaci�n en el Estado, as� como en el Peri�dico Oficial "El Estado de Jalisco" y sin perjuicio de que se coloque un ejemplar de la convocatoria en los lugares visibles del condominio. La convocatoria deber� se�alar el d�a y la hora para la cual se cita a la asamblea, la clase de asamblea a verificar, el lugar de la reuni�n y los puntos a considerarse. Cualquier asunto tratado en la asamblea y que no �ste comprendido en el orden del d�a, no tendr� fuerza legal alguna, salvo el caso de que hayan estado representados el cien por ciento de personas e intereses. CAP�TULO V De las cuotas Art�culo 1026. Los cond�minos deber�n contribuir para sufragar los gastos de mantenimiento y operaci�n de las instalaciones y servicios del condominio, como tambi�n para constituir y conservar fondos de reserva, en base al porcentaje que sobre el condominio represente cada unidad privativa; pero cuando un condominio conste de diferentes elementos y comprenda varias escaleras, patios, jardines, obras e instalaciones como ascensores, montacargas, antenas y otros elementos o aparatos, de uso exclusivo de uno o varios cond�minos, los gastos que por ello se originen ser�n a cargo de quienes directa y exclusivamente se sirvan. Cuando se decrete la realizaci�n de una obra de mejoramiento o voluntaria, en el mismo acuerdo deber�n fijarse las bases para cubrir su costo. Trat�ndose de condominios de servicios municipales y cuando no hubiere acuerdo entre los cond�minos, la fijaci�n de las cuotas condominales deber� hacerse por el tesorero del municipio de la ubicaci�n del condominio. Art�culo 1027. Cuando se trate de condominios compuestos se seguir�n las mismas reglas para el pago de las cuotas, tanto ordinarias como extraordinarias en que se incurran. Art�culo 1028. Las cuotas a cargo de los cond�minos deber�n pagarse por adelantado, precisamente en la fecha establecida y, en caso de no hacerse, se pagar� como perjuicio hasta la cantidad que resulte de considerar el tipo de inter�s moratorio promedio que se fije por las dos mayores instituciones de cr�dito en el pa�s, en pr�stamos ordinarios quirografarios a treinta d�as, seg�n se determine en el reglamento. Art�culo 1029. Es t�tulo ejecutivo el estado de cuenta que se emita despu�s de haber transcurrido noventa d�as de haberse vencido el plazo para el pago y que sea suscrito por el administrador con la aprobaci�n del presidente del consejo de administraci�n. El estado de cuenta aqu� indicado deber� precisar con toda claridad el importe y origen del adeudo, ya que �stos pueden provenir tanto por falta de pago de cuotas, como por alguna otra responsabilidad que se derive a cargo del cond�mino, asimismo el pago de los perjuicios que causen. Cuando se trate de condominios de servicios municipales el cobro de los adeudos podr� hacerse por conducto de la Tesorer�a Municipal del lugar de ubicaci�n del condominio, consider�ndose para todos los efectos legales como cr�ditos municipales. Los ocupantes o usuarios del condominio por cualquier t�tulo, son solidariamente responsables con los cond�minos del pago de las cuotas ordinarias y extraordinarias que se establezcan, as� como de cualquier responsabilidad que les resulte a sus acciones. Art�culo 1029 bis.- Todo cond�mino tendr� derecho a que se le expida el estado de cuenta que guarde en el condominio. Cuando se celebre un contrato traslativo de dominio en relaci�n a una unidad privativa, el notario p�blico que elabore la escritura, deber� exigir a la parte vendedora la entrega de la constancia de no adeudo expedida por el administrador del condominio. Art�culo 1030. Las obligaciones a cargo del condominio, se ejecutar�n sobre los fondos del patrimonio com�n; en caso de no ajustar con el mismo, el excedente deber� ser pagado proporcionalmente, al inter�s que cada cond�mino represente. CAP�TULO VI De las controversias Art�culo 1031. Cuando surjan controversias entre los cond�minos por los derechos que les competan en el uso de sus unidades privativas y bienes comunes, se resolver�n conforme a las reglas siguientes: Las controversias entre cond�minos deber�n sujetarse necesariamente al arbitraje del consejo de administraci�n; Cuando estas controversias se susciten en condominios de servicios municipales, se deber�n someter al arbitraje del secretario del ayuntamiento del lugar de ubicaci�n del condominio; El C�digo de Procedimientos Civiles del Estado ser� supletorio en estos negocios; y Las dem�s controversias que surjan, ser�n ventiladas ante el juez de primera instancia del domicilio de ubicaci�n del condominio. Art�culo 1032. El cond�mino que reiteradamente deje de cumplir sus obligaciones o injustificadamente cause conflictos a los dem�s cond�minos ser� demandado por el administrador ante el Juez de Primera Instancia de la ubicaci�n del condominio, para que en subasta p�blica se vendan al mejor postor sus derechos condominales, en los t�rminos que para los remates se�ala el C�digo de Procedimientos Civiles del Estado. A la demanda se acompa�ar�n como documentos fundatorios de la misma, copia de la escritura de constituci�n del r�gimen de condominio, las reformas que hubiere sufrido la misma, certificado de grav�menes expedido por el Registro P�blico de la Propiedad y del testimonio de la escritura que contenga la protocolizaci�n del Acta de Asamblea Extraordinaria que acuerde la medida, misma que para ser v�lida deber� ser tomada por mas de la mitad del total de los cond�minos. En los casos de los condominios compuestos, bastar� con que lo acuerden el mas de la mitad de los titulares de la unidad condominal a la que pertenezca el cond�mino cuya exclusi�n se promueve. El juez dar� entrada a la demanda y dar� vista al cond�mino afectado, previni�ndole para que en el t�rmino de ley haga la designaci�n del perito valuador que le corresponde apercibi�ndole que de no hacerlo lo har� el juzgado en su rebeld�a. Rendido el peritaje se se�alar� d�a y hora para que tenga verificativo la almoneda. Art�culo 1033. Si quien no cumple con sus obligaciones fuese ocupante no propietario, ser� demandado por la desocupaci�n del departamento, vivienda, casa o local, por el administrador, previo consentimiento del condominio. Si �ste se opusiere, se proceder� contra ambos, en t�rminos del art�culo anterior. CAP�TULO VII De la destrucci�n y extinci�n Art�culo 1034. Si la edificaci�n afecta al r�gimen de condominio se destruyere en su totalidad o en una proporci�n que represente por lo menos las tres cuartas partes de su valor, cualesquiera de los cond�minos podr� pedir la divisi�n de los bienes comunes con arreglo a las disposiciones generales sobre la copropiedad. Si la destrucci�n no alcanza la gravedad que se indica, mediante asamblea extraordinaria se resolver� sobre su reconstrucci�n. Los cond�minos que queden en minor�a est�n obligados a contribuir a la reconstrucci�n en la proporci�n que les corresponda, o a vender sus derechos a los mayoritarios, seg�n valuaci�n pericial. Las reglas anteriores se observar�n tambi�n en caso de ruina o de inoperabilidad de la edificaci�n. CAP�TULO VIII De los condominios habitacionales duplex Art�culo 1035. Esta modalidad de condominios es aplicable exclusivamente, para aprovechar la superficie e infraestructura urbana de un predio sobre el que se edifican dos viviendas. Art�culo 1036. Cada una de las viviendas representar� la mitad de la totalidad de los derechos comunes del inmueble. Art�culo 1037. Ser�n aplicables para el funcionamiento de este tipo de condominios las siguientes bases: Deber�n constituirse mediante escritura p�blica, en la que se insertar� la descripci�n general del condominio; descripci�n particular de cada una de las viviendas, los permisos para su edificaci�n o habitabilidad que otorguen las autoridades de urbanizaci�n; el pago de los impuestos y derechos que se generen; los planos a escala del inmueble y de cada vivienda; y en su caso, el reglamento particular del condominio; Las decisiones que se tomen para el mantenimiento y conservaci�n del condominio, as� como cualquier variaci�n al mismo, deber�n siempre de tomarse por com�n acuerdo entre los cond�minos; Los gastos que se originen por la conservaci�n del condominio ser�n siempre por partes iguales; Los cond�minos deber�n usar en igualdad de circunstancias los bienes de uso com�n, pudi�ndose delimitar para uso reservado de cada una de las unidades habitacionales los espacios correspondientes a las azoteas y lugares de estacionamiento; En caso de destrucci�n, ruina o inoperabilidad de la edificaci�n, los cond�minos deber�n decidir conjuntamente sobre la reconstrucci�n, demolici�n o enajenaci�n del inmueble; En caso de que los cond�minos no se pongan de acuerdo sobre los cuatro puntos anteriores, cualquiera de ellos podr� ocurrir ante la Procuradur�a del Desarrollo Urbano en procedimiento arbitral forzoso, para que con audiencia del otro cond�mino y siguiendo las formalidades que para el tr�mite de los incidentes regula el C�digo de Procedimientos Civiles del Estado, dicte la resoluci�n que corresponda, la cual ser� obligatoria para las partes involucradas. Cuando existan acreedores hipotecarios o quirografarios, tambi�n deber� d�rseles intervenci�n para salvaguarda de sus intereses; y Cada una de las unidades habitacionales podr� ser enajenada libremente por sus titulares, sin que el otro cond�mino tenga para ello derecho al tanto. Art�culo 1038. Cuando surja alguna circunstancia no prevista en el reglamento particular que se emita para el condominio o en �ste cap�tulo, se aplicar�n de manera supletoria las bases que para la copropiedad se refiere en este c�digo. T�TULO SEPTIMO Del usufructo CAP�TULO I Del usufructo en general Art�culo 1039. El usufructo es el derecho real y temporal de disfrutar de los bienes ajenos sin alterar su substancia ni su forma, salvo pacto en contrario. Art�culo 1040. El usufructo puede constituirse por disposici�n legal, contrato, testamento o usucapi�n. Art�culo 1041. Puede constituirse el usufructo a favor de una o varias personas, simult�nea o sucesivamente. Art�culo 1042. Si se constituye a favor de varias personas simult�neamente, sea por herencia, sea por contrato, cesando el derecho de una de las personas, pasar� al propietario, salvo que al constituirse el usufructo se hubiere dispuesto que acrezca a los otros usufructuarios. Art�culo 1043. Si se constituye sucesivamente, el usufructo no tendr� lugar sino en favor de las personas que existan al tiempo de comenzar el derecho del primer usufructuario. Art�culo 1044. El usufructo puede constituirse desde o hasta cierto d�a, puramente y bajo condici�n. Art�culo 1045. Es vitalicio el usufructo si en el t�tulo constitutivo no se expresa lo contrario. Art�culo 1046. Los derechos y obligaciones del usufructuario y del propietario se arreglan, en todo caso, por el t�tulo constitutivo del usufructo. Art�culo 1047. Las corporaciones que no pueden adquirir, poseer o administrar bienes ra�ces, tampoco pueden tener usufructo constituido sobre bienes de esta clase. Art�culo 1048. Las personas o sociedades que necesiten llenar alg�n requisito para adquirir bienes ra�ces, deber�n satisfacerlo igualmente para tener el usufructo sobre ellos. Art�culo 1049. El propietario y el usufructuario, en su caso, tendr�n rec�procamente el derecho del tanto. CAP�TULO II De los derechos del usufructuario Art�culo 1050. El usufructuario tiene derecho de ejercitar todas las acciones y excepciones reales, personales o posesorias, as� como de ser considerado como parte en todo litigio, aunque sea seguido por el propietario, siempre que en �l se interese el usufructo. Art�culo 1051. El usufructuario tiene derecho de percibir todos los frutos, sean naturales, industriales o civiles. Art�culo 1052. Los frutos naturales o industriales pendientes al tiempo de comenzar el usufructo, pertenecer�n al usufructuario. Los pendientes al tiempo de extinguirse el usufructo, pertenecen al propietario. Ni �ste ni el usufructuario tienen que hacerse abono alguno por raz�n de labores, semillas u otros gastos semejantes. Lo dispuesto en este Art�culo no perjudica a los aparceros o arrendatarios que tengan derecho de percibir alguna porci�n de frutos, al tiempo de comenzar o extinguirse el usufructo. Art�culo 1053. Los frutos civiles pertenecen al usufructuario en proporci�n del tiempo que dure el usufructo, aun cuando no est�n cobrados. Art�culo 1054. Si el usufructo comprendiere cosas que se deterioren por el uso, el usufructuario tendr� derecho a servirse de ellas, emple�ndolas seg�n su destino; no estar� obligado a restituirlas al concluir el usufructo, sino en el estado en que se encuentren; pero tiene obligaci�n de indemnizar al propietario del deterioro que hubiere sufrido por dolo o negligencia. Art�culo 1055. Si el usufructo se constituye sobre capitales impuestos a r�ditos, el usufructuario s�lo hace suyos �stos y no aqu�llos, pero para que el capital se redima anticipadamente, para que se haga novaci�n de la obligaci�n primitiva, para que se sustituya la persona del deudor, si no se trata de derechos garantizados con gravamen real, as� como para que el capital redimido vuelva a imponerse, se necesita el consentimiento del usufructuario. Art�culo 1056. El usufructuario de un monte disfruta de todos los productos que provengan de �ste, seg�n su naturaleza. Art�culo 1057. Si el monte fuere talar o de maderas de construcci�n, podr� el usufructuario hacer en �l las talas o cortes ordinarios que har�a el due�o, acomod�ndose en el modo, porci�n o �poca a las leyes especiales o a las costumbres del lugar, sin que en ning�n caso y por alg�n concepto le sea permitido que por estas actividades se rompa el equilibrio ecol�gico. Art�culo 1058. En los dem�s casos, el usufructuario no podr� cortar �rboles por el pie, como no sea para reponer o reparar algunas de las cosas usufructuadas; y en este caso acreditar� previamente al propietario la necesidad de la obra. Art�culo 1059. El usufructuario podr� utilizar los viveros, sin perjuicio de su conservaci�n y seg�n las costumbres del lugar y lo dispuesto en las leyes respectivas. Art�culo 1060. Corresponde al usufructuario el fruto de los aumentos que reciban las cosas por accesi�n y el goce de las servidumbres que tengan a su favor. Art�culo 1061. No corresponden al usufructuario los productos de las minas que se exploten en el terreno dado en usufructo, a no ser que expresamente se le concedan en el t�tulo constitutivo del usufructo o que �ste sea universal; pero debe indemnizarse al usufructuario de los da�os y perjuicios que se le originen por la interrupci�n del usufructo a consecuencia de las obras que se practiquen para el trabajo de las minas. Art�culo 1062. El derecho de usufructo, concedido gratuitamente, no puede ser enajenado, arrendado, ni gravado sin autorizaci�n expresa y por escrito del due�o del bien sobre el cual se ejerce, quedando en todo caso la cesi�n, el arrendamiento o el gravamen, sujetos a los t�rminos y condiciones del derecho mismo. Art�culo 1063. El usufructuario puede hacer mejoras �tiles y puramente voluntarias; pero no tiene derecho de reclamar su pago, aunque s� puede retirarlas, siempre que sea posible hacerlo sin detrimento del bien en que est� constituido el usufructo. Art�culo 1064. El propietario de bienes en que otro tenga el usufructo, puede enajenarlos con la condici�n de que se conserve el usufructo. CAP�TULO III De las obligaciones del usufructuario Art�culo 1065. El usufructuario, antes de entrar en el goce de los bienes, est� obligado a: Formar a sus expensas, con citaci�n del due�o, un inventario de todos ellos, haciendo tasar los muebles y constar el estado en que se hallen los inmuebles; y Dar la correspondiente garant�a de que disfrutar� de las cosas con moderaci�n y las restituir� al propietario con sus accesiones al extinguirse el usufructo, no empeoradas ni deterioradas por su negligencia, salvo que el usufructuario hubiere enajenado el bien. Art�culo 1066. El donador que se reserva el usufructo de los bienes donados, est� dispensado de dar la garant�a referida, si no se ha obligado expresamente a ello. Art�culo 1067. El que se reserva la propiedad, puede dispensar al usufructuario de la obligaci�n de garantizar. Art�culo 1068. Si el usufructo fuere constituido por contrato, el que contrat� quedare de propietario y no exigiere en el contrato la fianza, no estar� obligado el usufructuario a darla; pero si quedare de propietario un tercero, podr� pedirla aunque no se haya estipulado en el contrato. Art�culo 1069. Si el usufructo se constituye por t�tulo oneroso y el usufructuario no presta la correspondiente garant�a, el propietario tiene el derecho de intervenir la administraci�n de los bienes para procurar su conservaci�n, sujet�ndose a las condiciones prescritas en el Art�culo 1105 y percibiendo la retribuci�n que en �l se concede. Cuando el usufructo es a t�tulo gratuito y el usufructuario no otorga la garant�a, se extingue este derecho. Art�culo 1070. El usufructuario, dada la garant�a, tendr� derecho a todos los frutos del bien desde el d�a en que, conforme al t�tulo constitutivo del usufructo, debi� comenzar a percibirlos. Art�culo 1071. En los casos de que sea causado da�o al bien materia del usufructo en virtud de arrendamiento, el usufructuario es responsable del menoscabo que tengan los bienes por culpa o negligencia de la persona que le sustituya. Art�culo 1072. Si el usufructo se constituye sobre ganados, el usufructuario est� obligado a reemplazar con las cr�as, las cabezas que falten por cualquier causa. Art�culo 1073. Si el ganado en que se constituy� el usufructo perece, sin culpa del usufructuario, por efecto de una epizootia o de alg�n otro acontecimiento no com�n, el usufructuario cumple con entregar al due�o los despojos que se hayan salvado de esa calamidad. Art�culo 1074. Si el reba�o perece en parte y sin culpa del usufructuario, continuar� el usufructo la parte que queda. Art�culo 1075. El usufructuario de �rboles frutales est� obligado a la replantaci�n de los pies muertos naturalmente. Art�culo 1076. Si el usufructo se ha constituido a t�tulo gratuito, el usufructuario est� obligado a hacer las reparaciones indispensables para mantener el bien en el estado en que se encontraba cuando lo recibi�. Art�culo 1077. El usufructuario no est� obligado a hacer dichas reparaciones, si la necesidad de �stas proviene de la vejez, vicio intr�nseco o deterioro grave del bien anterior a la constituci�n del usufructo. Art�culo 1078. Si el usufructuario quiere hacer las reparaciones referidas, debe obtener antes el consentimiento del due�o; y en ning�n caso tiene derecho de exigir indemnizaci�n de ninguna especie. Art�culo 1079. El propietario, en los supuestos de vejez, vicio intr�nseco o deterioro grave del bien anterior al usufructo, no est� obligado a hacer las reparaciones, y si las hace no tiene derecho a exigir indemnizaci�n. Art�culo 1080. Si el usufructo se ha constituido a t�tulo oneroso, el propietario tiene obligaci�n de hacer todas las reparaciones convenientes para que el bien, durante el tiempo estipulado en el convenio, pueda producir los frutos que ordinariamente se obten�an de �l al tiempo de la entrega. Art�culo 1081. Si el usufructuario quiere hacer en este caso las reparaciones, deber� dar aviso al propietario y, previo este requisito, tendr� derecho para cobrar su importe al fin del usufructo. Art�culo 1082. La omisi�n del aviso al propietario, hace responsable al usufructuario de la destrucci�n, p�rdida o menoscabo del bien por falta de las reparaciones y le priva del derecho de pedir indemnizaci�n si �l las hace. Art�culo 1083. Toda disminuci�n de los frutos que provenga de imposici�n de contribuciones o cargas ordinarias sobre la finca o cosa usufructuada, es por cuenta del usufructuario. Art�culo 1084. La disminuci�n que por las propias causas se verifique no en los frutos, sino en la misma finca o cosa usufructuada, ser� por cuenta del propietario; y si �ste, para conservar �ntegro el bien hace el pago, tiene derecho de que se le abonen los intereses de la suma pagada, por todo el tiempo que el usufructuario contin�e gozando del bien. Art�culo 1085. Si el usufructuario hace el pago de la cantidad, no tiene derecho de cobrar intereses, quedando compensados �stos con los frutos que reciba. Art�culo 1086. El que por sucesi�n adquiere el usufructo universal, est� obligado a pagar por entero el legado de renta vitalicia o pensi�n de alimentos. Art�culo 1087. El que por el mismo t�tulo adquiera una parte del usufructo universal, pagar� el legado o la pensi�n en proporci�n a su cuota. Art�culo 1088. El usufructuario particular de una finca hipotecada no est� obligado a pagar las deudas para cuya seguridad se constituy� la hipoteca. Art�culo 1089. Si la finca se embarga o se vende por la autoridad para el pago de la deuda, el propietario responde al usufructuario de lo que pierda por este motivo, si no se ha dispuesto otra cosa al constituir el usufructo. Art�culo 1090. Si el usufructo es de todos los bienes de una herencia o de una parte de ellos, el usufructuario podr� anticipar las sumas que para el pago de las deudas hereditarias correspondan a los bienes usufructuados; y tendr� derecho de exigir del propietario su restituci�n, sin intereses, al extinguirse el usufructo. Art�culo 1091. Si el usufructuario se negare a hacer la anticipaci�n de que habla el Art�culo que precede, el propietario podr� hacer que se venda la parte de bienes que baste para el pago de la cantidad que aqu�l deb�a satisfacer, seg�n la regla establecida en dicho Art�culo. Art�culo 1092. Si el propietario hiciere la anticipaci�n por su cuenta, el usufructuario pagar� el inter�s del dinero, por todo el tiempo que contin�e gozando el bien. Art�culo 1093. Si los derechos del propietario son perturbados por un tercero, sea del modo o por el motivo que fuere, el usufructuario est� obligado a ponerlo en conocimiento de aqu�l; y si no lo hace, es responsable de los da�os que resulten, como si hubiesen sido ocasionados por su culpa. Art�culo 1094. Los gastos, costas y condenas de los pleitos sostenidos sobre el usufructo, son por cuenta del propietario, si el usufructo se ha constituido por t�tulo oneroso, y del usufructuario, si se ha constituido por t�tulo gratuito. Art�culo 1095. Si el pleito interesa al mismo tiempo al due�o y al usufructuario, contribuir�n a los gastos en proporci�n de sus derechos respectivos, si el usufructo se constituy� a t�tulo gratuito; pero el usufructuario en ning�n caso estar� obligado a responder por m�s de lo que produce el usufructo. Art�culo 1096. Si el usufructuario, sin citaci�n del propietario, o �ste sin la de aqu�l, ha seguido un pleito, la sentencia favorable aprovecha al no citado y la adversa, no le perjudica. CAP�TULO IV De los modos de extinguirse el usufructo Art�culo 1097. El usufructo se extingue: Por muerte del usufructuario; Por vencimiento del plazo por el cual se constituy�; Por cumplirse la condici�n impuesta en el t�tulo constitutivo para la cesaci�n de este derecho; Por la reuni�n del usufructo y de la propiedad en una misma persona; mas si la reuni�n se verifica en un solo bien o parte de lo usufructuado, en lo dem�s subsistir� el usufructo; Por usucapi�n, conforme a lo prevenido respecto de los derechos reales; Por la renuncia expresa del usufructuario, salvo lo dispuesto respecto de las renuncias hechas en fraude de los acreedores; Por la p�rdida total del bien que era objeto del usufructo. Si la destrucci�n no es total, el derecho contin�a sobre lo que del bien haya quedado; Por la cesaci�n del derecho del que constituy� el usufructo, cuando teniendo un dominio revocable llega el caso de la revocaci�n; y Por no dar garant�a el usufructuario por t�tulo gratuito, si el due�o no le ha eximido de esa obligaci�n. Art�culo 1098. La muerte del usufructuario no extingue el usufructo cuando �ste se ha constituido a favor de varias personas sucesivamente, en tal caso entra al goce del mismo la persona que corresponda. Art�culo 1099. El usufructo constituido a favor de personas jur�dicas, que puedan adquirir y administrar bienes ra�ces, s�lo durar� veinte a�os; cesando antes, en el caso de que dichas personas dejen de existir. Art�culo 1100. El usufructo concedido por el tiempo que tarde un tercero en llegar a cierta edad, dura el numero de a�os prefijados,aunque el tercero muera antes. Art�culo 1101. Si el usufructo est� constituido sobre un edificio y �ste se arruina en un incendio, por vetustez, o por alg�n otro accidente, el usufructuario no tiene derecho a gozar del solar, ni de los materiales; m�s si estuviere constituido sobre una hacienda, quinta o rancho de que s�lo forme parte el edificio arruinado, el usufructuario podr� continuar usufructuando el solar y los materiales. Art�culo 1102. Si el bien usufructuado fuere expropiado por causa de utilidad p�blica, el propietario est� obligado, bien a sustituirlo con otro de igual valor y an�logas condiciones, o bien a abonar al usufructuario el inter�s legal del importe de la indemnizaci�n por todo el tiempo que deb�a durar el usufructo. Si el propietario optare por lo �ltimo, deber� garantizar el pago de los r�ditos. Art�culo 1103. El impedimento temporal por caso fortuito o fuerza mayor, no extingue el usufructo ni da derecho a exigir indemnizaci�n del propietario. Art�culo 1104. El tiempo del impedimento se tendr� por corrido para el usufructuario, de quien ser�n los frutos que durante �l pueda producir el bien. Art�culo 1105. El usufructo no se extingue por el mal uso que haga el usufructuario del bien usufructuado; pero si el abuso es grave, el propietario puede pedir que se le ponga en posesi�n de los bienes, oblig�ndose, mediante garant�a, a pagar anualmente al usufructuario el producto l�quido de los mismos, por el tiempo que dure el usufructo, deducido el premio de administraci�n que el juez le acuerde. Art�culo 1106. Terminado el usufructo, los contratos que respecto de �l haya celebrado el usufructuario, no obligan al propietario; �ste entrar� en posesi�n del bien sin que contra �l tengan derecho los que contrataron con el usufructuario para pedirle indemnizaci�n por la disoluci�n de los contratos ni por las estipulaciones de estos derechos, que s�lo, pueden hacer valer contra el usufructuario y sus herederos, salvo lo dispuesto en el Art�culo 1062. T�TULO OCTAVO Del uso y de la habitaci�n CAP�TULO UNICO Art�culo 1107. El uso da derecho para percibir, de los frutos de una cosa ajena, los que basten a las necesidades del usuario y su familia, aunque �sta aumente. Art�culo 1108. La habitaci�n da, a quien tiene este derecho, la facultad de ocupar gratuitamente, en casa ajena, las piezas necesarias para s� y para las personas de su familia. Art�culo 1109. El usuario y el que tiene derecho de habitaci�n en un edificio, no pueden enajenar, gravar, ni arrendar en todo ni en parte su derecho a otro, ni estos derechos pueden ser embargados por sus acreedores. Los derechos de uso de habitaci�n se extinguen con la muerte de su titular, y siempre se entienden concedidos en atenci�n a la calidad de la persona. Art�culo 1110. Los derechos y obligaciones del usuario y del que tiene el goce de habitaci�n, se arreglar�n por los t�tulos respectivos y, en su defecto, por las disposiciones siguientes. Art�culo 1111. Las disposiciones establecidas para el usufructo son aplicables a los derechos de uso y de habitaci�n, en cuanto no se opongan a lo ordenado en el presente cap�tulo. Art�culo 1112. El que tiene derecho de uso sobre un ganado, puede aprovecharse de las cr�as, leche y lana en cuanto baste para su consumo y el de su familia. Art�culo 1113. Si el usuario consume todos los frutos de los bienes, o el que tiene derecho de habitaci�n ocupa todas las piezas de la casa, quedan obligados a todos los gastos de cultivo, reparaciones y pago de contribuciones, lo mismo que el usufructuario; pero si el primero s�lo consume parte de los frutos, o el segundo s�lo ocupa parte de la casa, no deben contribuir en nada, siempre que al propietario le quede una parte de frutos o aprovechamientos bastantes para cubrir los gastos y cargas. Art�culo 1114. Si los frutos que quedan al propietario no alcanzan a cubrir los gastos y cargas, la parte que falte ser� cubierta por el usuario o por el que tiene derecho a la habitaci�n. T�TULO NOVENO Derecho de uso en tiempo compartido CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 1115. El derecho de uso en tiempo compartido es el r�gimen jur�dico a que se afecta una edificaci�n y el mobiliario �til para ello, con la finalidad de que sea aprovechado para fines tur�sticos en forma conjunta, separada y sucesivamente por los adquirentes a quienes se denominar� compartidarios y compartidor a los afectantes. Se considera como operador para los fines de este art�culo a quien tiene el cuidado y mantenimiento del desarrollo. Art�culo 1116. Los derechos y obligaciones de las partes, se rigen por la ley en lo general; por el reglamento que expida quien afecta el bien a la modalidad de tiempo compartido; y en lo particular, por los contratos y convenios que en cada caso se celebren. Los derechos de los compartidarios no tienen la categor�a de reales y no son renunciables. Art�culo 1117. La afectaci�n a la modalidad de uso en tiempo compartido, en los t�rminos de este cap�tulo, puede comprender propiedades individuales o integrantes de un r�gimen de condominio, e igualmente puede coexistir con otros servicios tur�sticos. Art�culo 1118. Para poder celebrar v�lidamente cualquier clase de actos jur�dicos en forma directa o indirecta de desarrollos sujetos a la modalidad de tiempo compartido, ubicados en el Estado de Jalisco as� como para realizar cualquier clase de campa�a publicitaria, se requiere previamente afectar el inmueble en cuesti�n al r�gimen de uso en tiempo compartido, e inscribirle en el Registro P�blico de la Propiedad. Cuando est� en proceso de edificaci�n el desarrollo tur�stico, para su promoci�n y publicidad deber� contarse con la autorizaci�n del ayuntamiento, misma que se otorgar� en forma discrecional y una vez que se hubiere constituido ante ella las garant�as para responder, tanto por la terminaci�n de las obras como por la calidad de las mismas. Si los bienes sujetos a esta modalidad est�n ubicados fuera del Estado de Jalisco, los promotores deber�n insertar de manera clara en todos los contratos, folletos promocionales y dem�s propaganda, que las relaciones con los adquirentes se sujetar�n a las disposiciones vigentes en el lugar de ubicaci�n. En los lugares de promoci�n, existir� la obligaci�n de advertir que el producto en venta no tiene la protecci�n de las leyes del Estado de Jalisco. Art�culo 1119. Una vez inscrita en el Registro P�blico de la Propiedad la escritura de afectaci�n, no podr� modificarse sino en los casos siguientes: Cuando se hagan mejoras al bien inmueble sujeto a este derecho que tengan como consecuencia el aumento a las �reas recreativas, o sin disminuir �stas, la incorporaci�n de nuevas propiedades o superficie a la edificaci�n; y Cuando se ampl�e el t�rmino de duraci�n de la sujeci�n a esta modalidad. En ning�n caso se podr� modificar en perjuicio de los compartidarios el destino del inmueble, la superficie de las unidades privativas, ni las destinadas a �reas verdes recreativas, deportivas y de estacionamiento. Art�culo 1120. La afectaci�n se har� en escritura p�blica por quien tenga la libre disposici�n del bien y en ella se har� constar lo siguiente: Los antecedentes de propiedad y en su caso el t�tulo que origine la libre disposici�n; La ubicaci�n, medidas y linderos de su per�metro territorial, adem�s, cuando sea parte de un condominio, los derechos y obligaciones a que est�n sujetos los usuarios de �ste; Una descripci�n general de las construcciones y obras de infraestructura, as� como del mobiliario y dem�s equipamiento que corresponda; El plazo de afectaci�n a esta modalidad de uso; Un certificado de grav�menes que reporte el bien; cuando ya exista alg�n gravamen anterior, constancia de quien resulte acreedor, respecto de la modalidad y cuant�a del mismo; En su caso, las condiciones y facultades para constituir otros grav�menes o limitaciones de dominio; Un plano arquitect�nico general a escala, del inmueble y en su caso, los planos de cada una de las unidades vacacionales; La descripci�n general del inmueble y cuando se ubique en un condominio, las �reas comunes a que se tiene derecho a usar; La descripci�n general de instalaciones que puedan ser disfrutadas por los compartidarios, tales como albercas, �reas de estacionamiento y canchas deportivas; La descripci�n de los materiales de construcci�n y de los bienes muebles implementados para su aprovechamiento; El reglamento interior, el que invariablemente deber� de se�alar: La forma, condiciones y horario de prestar los servicios tur�sticos; Los casos, condiciones y requisitos para que opere la cesi�n de derechos de los compartidarios; Los casos, condiciones y requisitos en que opera el intercambio de los derechos de los compartidarios con otros desarrollos; y El m�ximo n�mero de ocupantes por cada unidad vacacional; Las autorizaciones que para la edificaci�n y afectaci�n del inmueble tengan que expedir las autoridades municipales, de urbanizaci�n, salubridad y turismo; y Los permisos de habitabilidad u ocupaci�n cuando ya est� concluida la edificaci�n, o en su caso cuando la edificaci�n est� en proceso, las garant�as que constituye el afectante ante la autoridad municipal de la ubicaci�n del inmueble, para responder tanto por la terminaci�n de las obras, como por la calidad de las mismas. Art�culo 1121. Para acreditar la titularidad del compartidario bastar� que se consigne en forma documental privada. El afectante del inmueble o compartidor, deber� llevar un libro de registro de todos los compartidarios, como de los plazos, t�rminos y condiciones que har�n uso de ese derecho. CAP�TULO II Derechos y obligaciones Art�culo 1122. Son responsables solidariamente en favor de los compartidarios: Por lo que corresponde a la entrega puntual, oportuna y en buen estado del bien materia de la afectaci�n a uso en tiempo compartido, el afectante o constituyente, el promotor, el desarrollador y el vendedor o las personas f�sicas o de derecho que con �l hayan contratado; Respecto a la calidad y vicios ocultos en los bienes materia de la afectaci�n; el constituyente o afectante, el operador, el constructor y los proveedores; y Por lo que se refiere al ejercicio de los derechos de los titulares de esta modalidad o compartidarios; el constituyente o afectante, y el operador. Art�culo 1123. Son obligaciones de los compartidarios: Pagar el precio en la forma y t�rminos convenidos; Pagar la cuotas de conservaci�n y mantenimiento, dentro de las cuales estar�n comprendidos los gastos de operaci�n, reparaci�n y reposici�n de mobiliario. Esta obligaci�n es independiente de que se haga o no uso de las instalaciones y servicios; Respetar tanto el compartidario, como sus familiares e invitados, el reglamento de tiempo compartido, as� como usar el mobiliario y dem�s instalaciones en forma moderada procurando su conservaci�n. En caso de que por cualquier evento sea destruido o afectado en su funcionamiento cualesquiera de los bienes destinados al servicio, el responsable y solidariamente el compartidario, deber�n pagar en su totalidad el importe de la reparaci�n o reposici�n de los bienes da�ados; y Sujetarse estrictamente al tiempo que le ha sido asignado para el uso en materia de la modalidad de esta propiedad. En caso de que no se haga la desocupaci�n el d�a y la hora se�alados, el operador del bien, solicitar� por escrito ante la corporaci�n de la polic�a del municipio, se le auxilie para proceder a la inmediata desocupaci�n de la unidad, debi�ndose para ello en este caso levantar acta pormenorizada y quedando el equipaje a disposici�n del operador como garant�a de pago de cualquier responsabilidad en que hubiere incurrido el usuario. Art�culo 1124. Son derechos de los compartidarios, usar y gozar, por el tiempo asignado, la unidad vacacional, as� como los bienes muebles destinados y afectos a ese servicio, ceder parcial o totalmente sus derechos; cuando se haga en forma parcial, deber� notificarse con la debida antelaci�n al operador mediante comunicaci�n por escrito. Cuando sea en forma total, la comunicaci�n deber� ser aut�ntica y por escrito a efecto de que se hagan las anotaciones que correspondan en el libro de registro de compartidarios. Art�culo 1125. Cuando por cualquier causa imputable al operador, no pueda el compartidario ocupar la unidad, se deber� alojar a �ste, en un establecimiento del mismo lugar y de calidad similar o mejor a la que tenga derecho, y en caso de que esto no fuera posible, se le pagar�n al usuario los da�os y perjuicios que se causen, comprendi�ndose entre otros; los gastos de transportaci�n por el mismo medio y calidad en que se efect�o el viaje, y adem�s cubrir� a �ste como pena por no haber prestado el servicio en la manera convenida con otro periodo vacacional similar dentro del plazo que ambas partes convengan, lo anterior siempre y cuando no se haga la reclamaci�n por concepto de da�os y perjuicios, ya que en tal caso se estar� a lo resuelto por la autoridad judicial en ese sentido. Art�culo 1126. En los contratos y documentos que se celebren con los compartidarios se deber� hacer menci�n de los siguientes puntos: El nombre, domicilio, lugar y fecha de nacimiento del compartidario; cuando fuere casado, el r�gimen econ�mico bajo el que se celebr� el matrimonio, y si fuere, el de sociedad legal o conyugal los mismos datos anteriores del c�nyuge; Los beneficiarios para el caso de fallecimiento del titular; Las caracter�sticas en cuanto a superficie y descripci�n de la unidad sobre la que se constituye el derecho, cuando dentro de un conjunto vacacional existan diversos tipos de ellas, el que corresponde a su titular; y Las temporadas de uso y la forma de determinarlas. Art�culo 1127. La cesi�n de derechos podr� notificarse al operador del inmueble, quien por este concepto de traspaso podr� cobrar como m�ximo, una suma igual al costo de un a�o de mantenimiento, cuyas cantidades se distribuir�n por mitad entre el operador y los dem�s compartidarios, deposit�ndose esta porci�n en la caja de gastos de mantenimiento. Art�culo 1128. La afectaci�n a esta modalidad de uso, podr� tambi�n sujetarse en forma indefinida y a perpetuidad, la que permanecer� durante toda la vida �til de la edificaci�n. En este supuesto, el afectante pierde toda acci�n sobre el inmueble, pero tampoco tendr� alguna responsabilidad de las se�aladas en este t�tulo. Art�culo 1129. En el caso del art�culo anterior, se deber�n regir las relaciones entre los compartidarios por las reglas de la copropiedad en lo que le sean aplicables, sin perjuicio de lo que disponga el reglamento, y en este supuesto, s� se podr�n considerar cuotas para la mejor�a de los bienes sujetos a esta modalidad de uso, debi�ndose fijar el monto de las operaciones por el operador que las someter� a la consideraci�n y aprobaci�n final de las autoridades de Turismo, ya sean estas federales, estatales o municipales, y que tengan su residencia en el lugar de ubicaci�n de la propiedad. Art�culo 1130. Cada unidad podr� ser distribuida para su utilizaci�n por los compartidarios en per�odos diarios, semanales, mensuales o anuales. Art�culo 1131. Los derechos y obligaciones de los compartidarios no se extinguen por su muerte. Cuando el derecho pertenezca a la sociedad legal o conyugal, en caso de fallecimiento de uno de los integrantes, los derechos y obligaciones sobre el mismo se trasmiten al c�nyuge sup�rstite sin necesidad de declaraci�n judicial o juicio sucesorio; a menos que haya disposici�n testamentaria expresa. Cuando el derecho pertenezca en exclusividad al compartidario, podr� se�alar beneficiario. CAP�TULO III Cuotas de mantenimiento Art�culo 1132. El monto de las cuotas de mantenimiento de los servicios, ser� fijado por las partes al otorgar el contrato, debiendo ser iguales para todos los compartidarios en igualdad de condiciones. Los incrementos anuales no podr�n exceder del que registren los precios al consumidor, seg�n publicaciones que emita anualmente la Secretar�a de Hacienda y Cr�dito P�blico, pudiendo adicion�rsele a las mismas en forma extraordinaria hasta un quince por ciento sobre tales resultados. Cuando exista inconformidad sobre el monto, las partes se someter�n al arbitraje inapelable de la autoridad municipal donde se ubique el inmueble, la cual podr� solicitar antes de resolver un conflicto, la opini�n t�cnica de la Secretar�a de Turismo. Art�culo 1133. Queda estrictamente prohibido solicitar y gravar a los compartidarios con cuotas destinadas a la mejor�a del bien sujeto a la modalidad de tiempo compartido. CAP�TULO IV P�rdida de derechos Art�culo 1134. Cuando la falta de pago de las cuotas de mantenimiento se prolongue por m�s de tres a�os, se extinguir�n los derechos del compartidario, pudi�ndose proceder a su posterior trasmisi�n en favor de terceros. Para que opere esta extinci�n el constituyente o afectante y el operador, en forma conjunta deber�n notificar al compartidario esta circunstancia, mediante comunicaci�n que en tal sentido le dirijan al domicilio que ante ellos tenga registrado. Esta comunicaci�n deber� hacerse por conducto del servicio postal, levant�ndose acta notarial en la que se haga constar en forma circunstanciada, el dep�sito de la comunicaci�n en el sobre y su entrega al servicio postal, solicitando que se haga mediante el sistema de acuse de recibo; el notario deber� agregar a su libro de documentos un ejemplar del contenido de la comunicaci�n. El compartidario podr� acreditar dentro del t�rmino improrrogable de 50 d�as naturales, ante el Juez de Primera Instancia de ubicaci�n del inmueble materia del tiempo compartido, que se encuentra al corriente en sus pagos, debi�ndose substanciar el negocio en forma incidental. Si el titular no acredita el pago, se tendr�n por perdidos en definitiva sus derechos. Art�culo 1135. En caso de p�rdida de derechos, se pondr� en venta el mismo, debi�ndose destinar el importe al pago de los siguientes conceptos: Los gastos que se hubieren originado por las diligencias de notificaci�n se�aladas; El pago de cuotas de mantenimiento atrasadas y las que se originen hasta su venta; y El resto se dividir� por tres partes iguales, entreg�ndose una de ellas a la Asistencia P�blica, otra al constituyente y al operador, quienes entre s� la dividir�n y la restante se depositar� en la tesorer�a para cubrir los gastos de mantenimiento y conservaci�n del edificio. Art�culo 1136. Cuando el constituyente y el operador del inmueble sujeto a la modalidad de uso en tiempo compartido abandonen la administraci�n y mantenimiento del mismo, a petici�n de los compartidarios que constituyan por lo menos un diez por ciento el n�mero de ellos, podr�n pedir al Juez de Primera Instancia de ubicaci�n del inmueble afecto a la modalidad de tiempo compartido, y en la V�a Civil Ordinaria, que se declare la extinci�n del citado r�gimen; la p�rdida de los derechos sobre la propiedad afectada, para que se proceda al remate del bien, debi�ndose repartir el mismo entre los titulares de esta modalidad en forma proporcional al inter�s que representen una vez cubiertos los adeudos que se tengan y los gastos que ello origine. Art�culo 1137. Los derechos a que se refiere este cap�tulo, no comprenden los del tanto, entre titulares de esta modalidad de uso, ni respecto del constituyente. Art�culo 1138. Cuando los compartidarios sean personas jur�dicas, el tiempo de duraci�n ser� el que se pacte expresamente en el contrato. CAP�TULO V Sanciones Art�culo 1139. La autoridad municipal de la ubicaci�n del desarrollo, aplicar� sanciones al compartidor o prestador que incurra en cualesquiera de las prohibiciones que les impone este t�tulo, independientemente de la responsabilidad civil, penal, administrativa, o de cualquier �ndole que corresponda. La sanci�n de que habla el p�rrafo anterior ser� de quinientas a dos mil quinientas veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n. T�TULO DECIMO De las servidumbres CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 1140. La servidumbre es un gravamen real impuesto sobre un inmueble para beneficio directo de una persona determinada o, por consideraci�n a otro bien al cual se comunica as� mayor utilidad, para el de cualquiera que sea due�o de �l. El beneficiado con una servidumbre debe ser siempre persona distinta del due�o del bien sirviente. Art�culo 1141. Para que una servidumbre surta efectos contra terceros ser� requisito indispensable la inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 1142. La servidumbre consiste en no hacer o en tolerar; sin embargo, podr� implicar una servidumbre alguna actividad que no sea del beneficiario, cuando tal trabajo o tal actividad sea visiblemente accesoria, no sea inherente a una persona determinada de manera que pueda prestarlo cualquier propietario del bien o sus empleados o dependientes, y a la vez no sea especial y �nicamente desarrollada para hacer efectiva aquella servidumbre; o bien cuando el obligado, por su mayor comodidad o conveniencia, acepte desplegar alguna acci�n sustituyendo al beneficiario y a costa de �ste. Para que al due�o del bien sirviente pueda exigirse la ejecuci�n de un hecho cualquiera, es necesario que est� expresamente determinado por la ley o por voluntad de las partes. Art�culo 1143. Cuando en virtud de convenio u otro t�tulo leg�timo, a quien deba disfrutar para s� o para alg�n bien de su propiedad, determinada cantidad de corriente el�ctrica, de gas combustible, de agua o de cualquier otro servicio semejante, s�lo tendr� la relaci�n creada el car�cter de servidumbre, si se pact� expresamente o si en el t�tulo constitutivo se han establecido todos y cada uno de los elementos esenciales de la servidumbre. En caso contrario se entender� que existe s�lo una obligaci�n personal. Art�culo 1144. Las servidumbres son inseparables del inmueble o de la persona a que activa o pasivamente pertenecen. Art�culo 1145. Si los inmuebles mudan de due�o, la servidumbre contin�a, ya activa, ya pasivamente, en el predio u objeto con relaci�n al cual estaba constituida, hasta que legalmente se extinga. Art�culo 1146. Las servidumbres son indivisibles. Si el predio sirviente se divide entre varios due�os, la servidumbre no se modifica y cada uno de ellos tiene que tolerarla en la parte que le corresponda. Si es el predio dominante el que se divide entre varios, cada porcionero puede usar por entero de la servidumbre, no variando el lugar de su uso ni agrav�ndola de otra manera; mas si la servidumbre se hubiera establecido en favor de una sola de las partes del predio dominante, s�lo el due�o de �sta podr� continuar disfrut�ndola. Art�culo 1147. Las servidumbres tienen su origen en la voluntad del ser humano o de la ley; las primeras se llaman voluntarias y las segundas legales. CAP�TULO II De las servidumbres legales Art�culo 1148. Servidumbre legal es la establecida por la ley, teniendo en cuenta la situaci�n de los predios y en vista de la utilidad p�blica y privada conjuntamente. Art�culo 1149. Es aplicable a las servidumbres legales el cap�tulo relativo a los derechos y obligaciones de los propietarios de los predios entre los que est� constituida alguna servidumbre voluntaria. Art�culo 1150. Todo lo concerniente a las servidumbres establecidas para la utilidad p�blica o comunal, se regir� por las leyes y reglamentos especiales y, en su defecto, por las disposiciones de este t�tulo. CAP�TULO III De la servidumbre legal de desag�e Art�culo 1151. Los predios inferiores est�n sujetos a recibir las aguas que naturalmente, o como consecuencia de las mejoras agr�colas o industriales que se hagan, caigan de los superiores, as� como la piedra o tierra que arrastren en su curso. Art�culo 1152. Cuando los predios inferiores reciban las aguas de los superiores a consecuencia de las mejoras agr�colas o industriales hechas a �stos, los due�os de los predios sirvientes tienen derecho a ser indemnizados. Art�culo 1153. Cuando un predio r�stico o urbano se encuentre enclavado entre otros, estar�n obligados los due�os de los predios circunvecinos a permitir el desag�e del central. Las dimensiones y direcci�n del conducto de desag�e, si no se ponen de acuerdo los interesados, se fijar�n por el juez, previo informe de peritos y audiencia de los interesados, observ�ndose, en cuanto fuere posible, las reglas dadas para la servidumbre de paso. Art�culo 1154. El due�o de un predio en que existan obras defensivas para contener el agua, o en que por la variaci�n del curso de �sta sea necesario construir nuevas, est� obligado, a su elecci�n, a hacer las reparaciones o construcciones o a tolerar que, sin perjuicio suyo, las hagan los due�os de los predios que experimenten o est�n inminentemente expuestos a experimentar el da�o, a menos que la ley imponga la obligaci�n de hacer las obras. Art�culo 1155. Lo dispuesto en el art�culo anterior es aplicable al caso en que sea necesario desembarazar alg�n predio de las materias cuya acumulaci�n o ca�da impida el curso del agua con da�o o peligro de tercero. Art�culo 1156. Todos los propietarios que participen del beneficio proveniente de las obras de que tratan los Art�culos anteriores, est�n obligados a contribuir al gasto de su ejecuci�n en proporci�n a su inter�s, a juicio de peritos. Los que por su culpa hubieren ocasionado el da�o, ser�n responsables de los gastos. Art�culo 1157. Si las aguas que pasan al predio sirviente se han vuelto insalubres por los usos dom�sticos o industriales que de ellas se haya hecho, deber�n volverse inofensivas antes de pasar al predio sirviente y a costa del due�o del predio dominante. CAP�TULO IV De la servidumbre legal de acueductos Art�culo 1158. El que quiera usar agua de que pueda disponer, tiene derecho a hacerla pasar por los fundos intermedios, con obligaci�n de indemnizar a sus due�os, as� como a los de los predios inferiores sobre los que se filtren o caigan las aguas. Art�culo 1159. Se except�an de la servidumbre que establece el art�culo anterior, los edificios, sus patios, jardines y dem�s dependencias. Art�culo 1160. El que ejercite el derecho de hacer pasar las aguas por un predio intermedio al suyo, est� obligado a construir el canal necesario en los predios intermedios aunque haya en ellos canales para el uso de otras aguas. Art�culo 1161. El que tiene en su predio un canal para el curso de aguas que le pertenecen, puede impedir la apertura de otro nuevo, ofreciendo dar paso por aqu�l, con tal de que no cause perjuicio al due�o del predio dominante. Art�culo 1162. Tambi�n se deber� conceder el paso de las aguas a trav�s de los canales y acueductos del modo m�s conveniente, con tal de que el curso de las aguas que se conducen por estos y su volumen, no sufran alteraci�n, ni las aguas de los diversos acueductos se mezclen. Art�culo 1163. El que sin previo permiso pasare el agua o la derramare sobre el camino, quedar� obligado a reponer las cosas a su estado antiguo y a indemnizar el da�o que a cualquiera se cause, sin perjuicio de las penas impuestas por los reglamentos correspondientes. Art�culo 1164. El que pretenda usar el derecho consignado en el Art�culo 1158, debe previamente: Justificar que puede disponer del agua que pretende conducir; Acreditar que el paso que solicita es el m�s conveniente para el uso a que destina el agua; Acreditar que dicho paso es el menos oneroso para los predios por donde debe pasar el agua; Pagar el valor del terreno que ha de ocupar el canal, seg�n estimaci�n de peritos, y un diez por ciento m�s; y Resarcir los da�os inmediatos, con inclusi�n del que resulte por dividirse en dos o m�s partes el predio sirviente, y de cualquier otro deterioro. Art�culo 1165. En el caso a que se refiere el Art�culo 1161, el que pretenda el paso de aguas deber� pagar, en proporci�n a la cantidad de �stas, el valor del terreno ocupado por el canal en que se introducen y los gastos necesarios para su conservaci�n; sin perjuicio de la indemnizaci�n debida por el terreno que sea necesario ocupar de nuevo, y por los otros gastos que ocasione el paso que se le concede. Art�culo 1166. La cantidad de agua que pueda hacerse pasar por un acueducto establecido en predio ajeno, no tendr� otra limitaci�n que la que resulte de la capacidad que por las dimensiones convenidas se haya fijado al mismo acueducto. Art�culo 1167. Si el que disfruta del acueducto necesitare ampliarlo, deber� costear las obras necesarias y pagar el terreno que nuevamente ocupe y los da�os que cause, conforme a lo dispuesto en las fracciones IV y V del Art�culo 1164. Art�culo 1168. La servidumbre de acueductos por fundos intermedios, trae consigo el derecho de tr�nsito para las personas y animales y el de conducci�n de los materiales necesarios para el uso y reparaci�n del acueducto, as� como para el cuidado del agua que por �l se conduce; observ�ndose lo dispuesto en los Art�culos del 1178 al 1183 inclusive. Art�culo 1169. Las disposiciones concernientes al paso de las aguas, son aplicables al caso en que el poseedor de un terreno pantanoso quiera desecarlo o dar salida por medio de cauces a las aguas estancadas. Art�culo 1170. Todo el que se aproveche de un acueducto, ya pase por terreno propio, ya por ajeno, debe construir y conservar los puentes, canales, acueductos subterr�neos y dem�s obras necesarias para que no se perjudique el derecho de otro. Art�culo 1171. Si los que se aprovecharen fueren varios, la obligaci�n recaer� sobre todos en proporci�n de su aprovechamiento, si no hubiere acuerdo o convenio en contrario. Art�culo 1172. Lo dispuesto en los dos Art�culos anteriores comprende la limpia, construcciones y reparaciones para que el curso del agua no se interrumpa. Art�culo 1173. La servidumbre de acueducto no obsta para que el due�o del predio sirviente pueda cerrarlo y cercarlo, as� como edificar sobre el mismo acueducto de manera que �ste no experimente perjuicio ni se imposibiliten las reparaciones y limpias necesarias. Art�culo 1174. Cuando para el mejor aprovechamiento del agua de que se tiene derecho de disponer, fuere necesario construir una presa y el que haya de hacerlo no sea el due�o del terreno en que se necesite apoyarla, puede pedir que se establezca la servidumbre de un estribo de presa, previa la indemnizaci�n correspondiente. CAP�TULO V De la servidumbre legal de paso Art�culo 1175. Las disposiciones de este cap�tulo tendr�n aplicaci�n exclusivamente para predios r�sticos. Trat�ndose de predios urbanos deber� estarse a lo que dispone la Ley de Desarrollo Urbano. Art�culo 1176. El propietario de un predio enclavado entre otros ajenos, sin salida a la v�a p�blica, tiene derecho de exigir paso, para el aprovechamiento de aqu�lla, por los predios vecinos; sin que sus respectivos due�os puedan reclamarle otra cosa que una indemnizaci�n equivalente al perjuicio que les ocasione este gravamen. Art�culo 1177. La acci�n para reclamar esta indemnizaci�n es prescriptible; pero aunque prescriba, no cesa por este motivo el paso obtenido. Art�culo 1178. El due�o del predio sirviente tiene derecho de se�alar el lugar donde haya de construirse la servidumbre de paso. Art�culo 1179. Si el juez califica el lugar se�alado, de impracticable o de muy gravoso al predio dominante, el due�o del sirviente debe se�alar otro. Art�culo 1180. Si este lugar es calificado de la misma manera que el primero, el juez se�alar� el que crea m�s conveniente, procurando conciliar los intereses de los dos predios. Art�culo 1181. Si hubiere varios predios por donde pueda darse el paso a la v�a p�blica, el obligado a la servidumbre ser� aqu�l por donde fuere mas corta la distancia, siempre que no resulte m�s inc�modo y costoso el paso por ese lugar. Si la distancia fuere igual, el juez designar� cu�l de los dos predios ha de dar el paso. Art�culo 1182. En la servidumbre de paso, el ancho de �ste ser� el que baste a las necesidades del predio dominante, a juicio del juez. Art�culo 1183. En caso de que hubiere habido antes comunicaci�n entre el predio y alguna v�a p�blica, el paso s�lo se podr� exigir por donde �ltimamente la hubo; salvo el caso en que la construcci�n de una mejor, por otro lugar, deje pr�cticamente fuera de uso la v�a p�blica a que antes se ten�a acceso. Art�culo 1184. El due�o de un predio tiene derecho, mediante la indemnizaci�n correspondiente, de exigir que se le permita el paso de sus ganados por los predios vecinos, para conducirlos a un abrevadero de que pueda disponer. Art�culo 1185. El propietario de �rbol o arbusto contiguo al predio de otro, tiene derecho de exigir de �ste que le permita hacer la recolecci�n de los frutos que no se pueden recoger de su lado, siempre que no se haya usado o no se use del derecho que tiene de hacer derribar al �rbol a las ramas que pasen a su propiedad; pero el due�o del �rbol o arbusto es responsable de cualquier da�o que cause con motivo de la recolecci�n. Art�culo 1186. Si fuere indispensable para construir o reparar alg�n edificio, pasar materiales por predio ajeno o colocar en �l andamios u otros objetos para la obra, el due�o estar� obligado a consentirlo, recibiendo la indemnizaci�n correspondiente al perjuicio que se le irrogue. Art�culo 1187. Cuando para establecer comunicaciones telef�nicas particulares entre dos o m�s fincas o para conducir energ�a el�ctrica a una finca, sea necesario colocar postes y tender alambres en terrenos de una finca ajena, el due�o de �sta tiene obligaci�n de permitirlo mediante la indemnizaci�n correspondiente. Esta servidumbre trae consigo el derecho de tr�nsito de las personas y el de conducci�n de los materiales necesarios para la construcci�n y vigilancia de la l�nea. CAP�TULO VI De las servidumbres voluntarias Art�culo 1188. El propietario de un predio o heredad puede establecer en ella, cuantas servidumbres tenga por conveniente, y en el modo y forma que mejor le parezca; siempre que no contravenga las leyes ni perjudique derechos de tercero. Art�culo 1189. S�lo pueden constituir servidumbres las personas que tienen derecho de enajenar; los que no pueden enajenar inmuebles sino con ciertas solemnidades o condiciones, no pueden, sin ellas, imponer servidumbres sobre los mismos. Art�culo 1190. Si fueren varios los propietarios de un predio, no se podr�n imponer servidumbres sino con consentimiento de todos. Art�culo 1191. Si siendo varios los propietarios, uno s�lo de ellos adquiere una servidumbre sobre otro predio, a favor del com�n, de ella podr�n aprovecharse todos los propietarios, quedando obligados a los grav�menes naturales que traiga consigo y a los pactos con que se haya adquirido. CAP�TULO VII De c�mo se adquieren las servidumbres voluntarias Art�culo 1192. Las servidumbres continuas y aparentes se adquieren por cualquier t�tulo legal, incluso la usucapi�n. Art�culo 1193. Las servidumbres continuas no aparentes y las discontinuas, sean o no aparentes, no podr�n adquirirse por usucapi�n. Art�culo 1194. Al que pretenda tener derecho a una servidumbre, toca probar, aunque est� en posesi�n de ella, el t�tulo en virtud del cual la goza. Art�culo 1195. La existencia de un signo aparente de servidumbre entre dos fincas, establecido o conservado por el propietario de ambas, se considera, si se enajenaren, como t�tulo para que la servidumbre contin�e; a no ser que, al tiempo de dividirse la propiedad de las dos fincas se exprese lo contrario en el t�tulo de enajenaci�n de cualquiera de ellas. Art�culo 1196. Al constituirse una servidumbre se entienden concedidos todos los medios necesarios para su uso; y extinguida aqu�lla, cesan tambi�n estos derechos accesorios. CAP�TULO VIII Derechos y obligaciones de los propietarios de los predios entre los que est� constituida alguna servidumbre voluntaria Art�culo 1197. El uso y la extensi�n de las servidumbres establecidas por la voluntad del propietario, se arreglar�n por los t�rminos del t�tulo en que tengan su origen y, en su defecto, por las disposiciones siguientes. Art�culo 1198. Corresponde al due�o del predio dominante hacer a su costa todas las obras necesarias para el uso y conservaci�n de la servidumbre. Art�culo 1199. El mismo tiene la obligaci�n de hacer a su costa las obras que fueren necesarias para que al due�o del predio sirviente no se le causen, por la servidumbre, m�s grav�menes que los que sean consecuencia natural e inevitable de ella; y si por su descuido u omisi�n se causare otro da�o, estar� obligado a la indemnizaci�n. Art�culo 1200. Si el due�o del predio sirviente se hubiere obligado en el t�tulo constitutivo de la servidumbre a hacer alguna cosa o a costear alguna obra, se librar� de esta obligaci�n cediendo su predio al due�o del dominante. Art�culo 1201. El due�o del predio sirviente no podr� menoscabar de modo alguno la servidumbre constituida sobre �ste. Art�culo 1202. El due�o del predio sirviente, si el lugar primitivamente designado para el uso de la servidumbre llegase a presentarle graves e inconvenientes, podr� ofrecer otro que sea c�modo al due�o del predio dominante, quien no podr� rehusarlo si no se perjudica. Art�culo 1203. El due�o del predio sirviente puede ejecutar las obras que hagan menos gravosa la servidumbre, si de ellas no resulta perjuicio alguno al predio dominante. Pero si el due�o del predio dominante se opone a dichas obras, ser� la autoridad judicial, quien decidir� el punto. Art�culo 1204. Si de la conservaci�n de dichas obras se siguiere alg�n perjuicio al predio dominante, el due�o del sirviente esta obligado a restablecer las cosas a su antiguo estado y a indemnizar de los da�os y perjuicios. Art�culo 1205. Cualquier duda sobre el uso y extensi�n de la servidumbre, se decidir� en el sentido menos gravoso para el predio sirviente, sin imposibilitar o hacer dif�cil el uso de la servidumbre. CAP�TULO IX De la extinci�n de las servidumbres Art�culo 1206. Las servidumbres voluntarias se extinguen: Por reunirse en una misma persona la propiedad de ambos predios; dominante y sirviente; Por el no uso: Cuando la servidumbre fuere continua y aparente, por el no uso de tres a�os contados desde el d�a en que dej� de existir el signo aparente de la servidumbre. Cuando fuere discontinua o no aparente, por el no uso de cinco a�os contados desde el d�a en que dej� de usarse; por haber ejecutado el due�o del fundo sirviente, acto contrario a la servidumbre, o por haber prohibido que se usare de ella. Si no hubo acto contrario o prohibici�n, aunque no se haya usado de la servidumbre o si hubo tales actos, pero contin�a el uso, no corre el tiempo de la usucapi�n; Cuando los predios llegaren, sin culpa del due�o del predio sirviente, a tal estado que no pueda usarse la servidumbre. Si en lo sucesivo los predios se restablecen de manera que pueda usarse de la servidumbre, revivir� �sta, a no ser que desde el d�a en que pudo volverse a usar, haya transcurrido el tiempo suficiente para la usucapi�n; Por la remisi�n hecha por el due�o del predio dominante; y Cuando constituida en virtud de un derecho revocable, se vence el plazo, se cumple la condici�n o sobreviene la circunstancia que debe poner t�rmino a aqu�l. Art�culo 1207. Si los predios entre los que est� constituida una servidumbre legal, pasan a poder de un mismo due�o, deja de existir la servidumbre, pero separadas nuevamente las propiedades, revive aquella aun cuando no se haya conservado ning�n signo aparente. Art�culo 1208. Las servidumbres legales establecidas como de utilidad p�blica o comunal, se pierden por el no uso de cinco a�os si se prueba que durante ese tiempo se ha adquirido, por el que disfrutaba aqu�llas, otra servidumbre de la misma naturaleza, por distinto lugar. Art�culo 1209. El due�o de un predio sujeto a una servidumbre legal, puede, por medio de convenio, librarse de ella, con las restricciones siguientes: Si la servidumbre est� constituida a favor de un municipio o poblaci�n, no surtir� el convenio efecto alguno respecto de toda la comunidad, si no se ha celebrado interviniendo el Ayuntamiento en representaci�n de ella; pero s� producir� acci�n contra cada uno de los particulares que hayan renunciado a dicha servidumbre; Si la servidumbre es de uso p�blico, el convenio es nulo en todo caso; Si la servidumbre es de paso o desag�e, el convenio se entender� celebrado con la condici�n de que lo aprueben los due�os de los predios circunvecinos, o por lo menos, el due�o del predio por donde nuevamente se constituya la servidumbre; y La renuncia de la servidumbre legal de desag�e s�lo ser� v�lida cuando no se oponga a los reglamentos respectivos. Art�culo 1210. Si el predio dominante pertenece a varios due�os pro indiviso, el uso que haga uno de ellos aprovecha a los dem�s para impedir la usucapi�n. Art�culo 1211. Si entre los propietarios hubiere alguno contra quien por leyes especiales no pueda correr la usucapi�n, �sta no correr� contra los dem�s. Art�culo 1212. El modo de usar la servidumbre puede prescribirse en el tiempo y de la manera que la servidumbre misma. T�TULO DECIMOPRIMERO Del derecho de superficie CAP�TULO UNICO Art�culo 1213. El derecho real de superficie faculta a su titular a sembrar, plantar o edificar sobre parte o la totalidad del terreno ajeno o construir por debajo de �ste, sin que en ning�n caso y mientras subsista tal derecho puedan confundirse ambas propiedades, ya que el terreno seguir� perteneciendo al due�o de �ste, y la de lo sembrado, plantado o edificado ser� del superficiario. Art�culo 1214. La constituci�n del derecho de superficie deber� constar en escritura p�blica, y para surtir efectos contra terceros, en todos los casos deber� inscribirse en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 1215. El propietario de un edificio o una plantaci�n existentes en terreno suyo, puede enajenarlos separadamente de la propiedad del suelo, convirti�ndose as� el adquirente de dicho edificio o plantaci�n en el titular del derecho real de superficie. Art�culo 1216. El derecho de superficie puede ser a t�tulo oneroso o gratuito, y tomar su origen en un contrato o en una disposici�n testamentaria. Es enajenable, y transmisible por herencia. Puede constituirse a plazo fijo o a plazo indeterminado, s�lo que en este �ltimo caso no regir�n las reglas para dar por concluido aqu�l mediante la interpelaci�n, sino que la conclusi�n requerir� el consentimiento del due�o y del superficiario, y si dicho acuerdo no se logra decidir� el Juez, qui�n deber� fijar un plazo para la conclusi�n de referencia, procurando que sea suficiente para que se cumpla el fin que se persigui� al constituirlo. Art�culo 1217. En el caso de la parte final del art�culo anterior, como en el evento de que la constituci�n del derecho de superficie se haya hecho por tiempo determinado, al vencimiento de �ste se extingue aqu�l y el propietario del suelo se convierte en propietario del edificio o de la plantaci�n, situaci�n que no puede darse en el caso de la siembra por no poderse extinguir al respecto el derecho de superficie, si antes no concluye el per�odo c�clico correspondiente que permita el levantamiento de la cosecha. Art�culo 1218. La consolidaci�n de la propiedad a que se alude en el art�culo precedente, se har� mediante las indemnizaciones, compensaciones y prestaciones pactadas en el t�tulo constitutivo, o en las que acuerden los interesados en el momento de la extinci�n del derecho en cuesti�n. Art�culo 1219. Los derechos reales o personales que el superficiario haya constituido en favor de terceros respecto de su derecho de superficie concluyen al extinguirse �ste. Art�culo 1220. El derecho de superficie no se extingue por la destrucci�n de lo construido, plantado o sembrado, salvo pacto en contrario. Art�culo 1221. El derecho de plantar o edificar sobre terreno ajeno o construir por debajo de �ste, se extingue por no plantar o construir dentro del plazo de dos a�os, o de un a�o si dentro de �ste no se siembra. Art�culo 1222. El superficiario gozar� del derecho del tanto si el propietario pretende enajenar el terreno. Igual derecho tendr� el superficiante si el superficiario pretende enajenar su derecho de superficie. Art�culo 1223. Las partes pueden pactar, en caso de ser factible, que el superficiario al t�rmino de su derecho retire su construcci�n. T�TULO DECIMOSEGUNDO De las limitaciones de dominio CAP�TULO UNICO Art�culo 1224. Las limitaciones de dominio son las restricciones que al derecho de propiedad se hacen en beneficio de un n�mero indeterminado de predios circunvecinos. Art�culo 1225. Las limitaciones de dominio pueden imponerse por disposici�n de los transmitentes, denomin�ndose voluntarias. Pueden imponerse por determinaci�n de la autoridad y entonces se denominar�n forzosas. Art�culo 1226. Las limitaciones de dominio voluntarias deben inscribirse para su validez en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 1227. Las limitaciones de dominio forzosas son obligatorias por el solo hecho de su expedici�n por la autoridad competente. T�TULO DECIMOTERCERO De los derechos y obligaciones de la vecindad CAP�TULO UNICO Art�culo 1228. Todo propietario o poseedor, debe respetar el derecho que tienen los vecinos para usar y disfrutar de los predios y construcciones que ocupe. Art�culo 1229. En zonas habitacionales y en edificios de vivienda m�ltiple deber� respetarse �ntegramente el derecho de los vecinos a la paz y a la tranquilidad. Por ello no podr�n tenerse en esas zonas animales que aun con el car�cter de dom�sticos causen molestias y temor a los vecinos, ni tampoco operar aparatos de sonido o receptores de im�genes a vol�menes altos y que sean captados fuera del recinto en que se encuentren. Art�culo 1230. El propietario, el usufructuario y el inquilino de un predio tienen derecho de ejercer las acciones que procedan para impedir que por el mal uso, o el abandono de la propiedad del vecino, se perjudiquen la seguridad, el sosiego o la salud de los que habiten el predio. Art�culo 1231. En un predio, no pueden hacerse excavaciones o construcciones que hagan perder el sost�n necesario al suelo de la propiedad vecina; a menos que se hagan las obras de consolidaci�n indispensables para evitar todo da�o a �stas. Art�culo 1232. Tampoco es permitido arrojar basura o depositarla en �reas comunes, banquetas o jardines ni aun en los propios. Art�culo 1233. Los recipientes donde se guarden las basuras y dem�s desechos deber�n estar debidamente cerrados para evitar los efectos contaminantes del aire. Art�culo 1234. A fin de conservar la armon�a arquitect�nica, queda prohibido en edificios de vivienda comunal o destinados a actividades comerciales o profesionales: Cuando sean visibles, pintar el interior de los mismos e implementar cortinas que desentonen con el conjunto; Tender ropa en los ventanales y terrazas o miradores; Obstruir los pasillos y �reas de circulaci�n interior, aun con motivos est�ticos; Ocupar espacios comunes destinados al servicio de todos los vecinos como pueden ser patios, escaleras, estacionamientos, u otros similares; y Agregar cualesquiera elementos que rompan la uniformidad arquitect�nica. Art�culo 1235. Todo propietario o poseedor deber� tener en perfecto funcionamiento sus ductos hidr�ulicos y de desalojo de aguas negras y pluviales. Art�culo 1236. Todo propietario o poseedor deber� cuidar el perfecto y equilibrado funcionamiento de los sistemas de conducci�n de energ�a el�ctrica; asimismo deber� contar con los sistemas de aislamiento y corte para evitar da�os a las instalaciones de los vecinos. Art�culo 1237. Es obligaci�n de los propietarios y poseedores tener en buenas condiciones las instalaciones para el consumo de gas, debiendo estar los tanques en lugar f�cilmente accesible y ventilado. Art�culo 1238. No es l�cito permitir la crianza ni la propagaci�n de fauna cuando �sta represente un peligro para la salud humana o provoque molestias. Art�culo 1239. Es obligaci�n del propietario o poseedor de un predio, no permitir el paso hacia propiedades de vecinos a personas extra�as a ellas, y en su caso cuando adviertan su presencia en el vecindario reportarlas a las autoridades polic�acas. Art�culo 1240. Nadie puede plantar �rboles cerca de un predio ajeno, sino a la distancia de dos metros de la l�nea divisoria, si la plantaci�n se hace de �rboles grandes; y de un metro, si la plantaci�n se hace de arbustos o �rboles peque�os. Art�culo 1241. El propietario o poseedor puede pedir que se arranquen los �rboles plantados a menor distancia de su predio de la se�alada en el Art�culo que precede; y aun cuando sea mayor, si es evidente el da�o que los �rboles causen. Art�culo 1242. Si las ramas de los �rboles se extienden sobre predios, jardines o patios vecinos, el due�o de �stos tendr� derecho de que se corten en cuanto se extiendan sobre su propiedad, y si fueren las ra�ces de los �rboles las que se extendieren en el suelo del otro, �ste podr� hacerlas cortar por s� mismo dentro de su heredad, pero con previo aviso al vecino. Art�culo 1243. El due�o de una pared que no sea de copropiedad, contigua a finca ajena, puede abrir en ella ventanas o huecos para recibir luces, cumpliendo las disposiciones que sobre urbanizaci�n se dieren. Art�culo 1244. Sin embargo, de lo dispuesto en el art�culo anterior, el due�o de la finca o propiedad contigua a la pared en que estuvieren abiertas las ventanas o huecos, podr� construir pared contigua a ella, o si adquiere la copropiedad, apoyarse en la misma pared, aunque de uno u otro modo cubra los huecos o ventanas. Art�culo 1245. No se pueden tener ventanas para asomarse ni balcones u otros voladizos semejantes, sobre la propiedad del vecino, prolong�ndose m�s all� del l�mite que separa las heredades. Tampoco pueden tenerse vistas de costado u oblicuas sobre la misma propiedad, si no hay un metro de distancia. Art�culo 1246. La distancia de que habla el art�culo anterior se mide desde la l�nea de separaci�n de las dos propiedades. Art�culo 1247. No se podr�n construir edificios que por su altura considerable traigan como consecuencia privar a los predios colindantes ya edificados, del aprovechamiento de los rayos solares. Art�culo 1248. El propietario de un edificio est� obligado a construir sus tejados y azoteas de tal manera que las aguas pluviales no caigan sobre el suelo o edificio vecino. Art�culo 1249. Nadie puede construir cerca de una pared ajena o de copropiedad, fosos, cloacas, acueductos, hornos, fraguas, chimeneas, establos; ni instalar dep�sitos de materias corrosivas, m�quinas de vapor o f�bricas destinadas a usos que puedan ser peligrosos o nocivos, sin guardar las distancias prescritas por los reglamentos o sin construir las obras de resguardo necesarias con sujeci�n a lo que prevengan los mismos reglamentos, o a falta de ellos, a lo que se determine por peritos. Art�culo 1250. Es obligaci�n de los propietarios de predios sin construir dentro de las �reas urbanas, mantener aseados y bardar los mismos, para evitar se conviertan en dep�sitos de desechos y que se propicie la crianza de fauna nociva a la salud humana. Art�culo 1251. Es obligaci�n de los propietarios u ocupantes de fincas en �reas urbanas, asearlas y darles el mantenimiento adecuado, aun en el caso en que est�n desocupadas. T�TULO DECIMOCUARTO Del Registro P�blico de la Propiedad CAP�TULO UNICO Art�culo 1252. Mediante el Registro P�blico de la Propiedad se da publicidad a los actos jur�dicos que conforme a la ley precisan de ese requisito para surtir efectos contra terceros. Art�culo 1253. Los actos que siendo registrables no se registren, s�lo producir�n efectos entre quienes lo celebren, pero no podr�n producir perjuicios a terceros, quienes los podr�n aprovechar en todo tiempo. Art�culo 1254. Las inscripciones hechas en el Registro P�blico de la Propiedad tienen efectos declarativos y no constitutivos, de tal manera que los derechos provienen del acto jur�dico declarado, pero no de su inscripci�n, cuya finalidad es dar publicidad y no constituir el derecho. Art�culo 1255. No obstante lo dispuesto en el art�culo anterior, los actos o contratos que se otorguen o celebren por personas que en el Registro P�blico de la Propiedad aparezcan con derechos para ello, no se invalidar�n en cuanto a tercero de buena fe, una vez registrados, aunque despu�s se anulen o se resuelva el derecho del otorgante en virtud del t�tulo anterior no inscrito o de causas que no resulten claramente del mismo registro. Lo dispuesto en este Art�culo no se aplicar� a los contratos gratuitos, ni a actos o contratos que se ejecuten u otorguen violando una ley prohibitiva o de inter�s p�blico. Art�culo 1256. No podr� ejercitarse acci�n alguna contradictoria del dominio de inmuebles o de derechos reales registrados a nombre de persona o entidad determinada, sin que previamente, o a la vez, se entable demanda de nulidad o cancelaci�n del registro en que conste dicho dominio o derecho. Art�culo 1257. No pueden aparecer los bienes ra�ces o derechos reales impuestos sobre los mismos, inscritos a la vez en favor de dos o m�s personas distintas, a menos que �stas sean copart�cipes. Art�culo 1258. La preferencia entre derechos que sean registrables sobre un mismo bien, se determina en la siguiente forma: Trat�ndose de derechos reales, por la prioridad en su registro independientemente de cu�ndo se hubieren adquirido siempre que la controversia se de entre adquirentes de la misma calidad. La afectaci�n de bienes en fideicomiso se equipara a una trasmisi�n de derechos reales; Trat�ndose de controversias sobre derechos reales, entre un adquirente a t�tulo oneroso y un adquirente a t�tulo gratuito, prevalecer� el derecho de quien lo hizo a t�tulo oneroso, independientemente de la fecha de su registro siempre que su adquisici�n se hiciere con anterioridad; Trat�ndose de controversias entre adquirentes de derechos reales a t�tulo oneroso y el adquirente de derechos personales, prevalecer� el del titular del derecho real, independientemente de la �poca de su inscripci�n en el Registro, con la condici�n de que su adquisici�n sea anterior a la inscripci�n del derecho personal; Si la controversia fuere entre el adquirente del derecho real a t�tulo gratuito frente a un adquirente de derecho personal, prevalecer� la de �ste �ltimo siempre que fuere inscrito con anterioridad a la que motiva el derecho real; y Cuando la controversia sea entre adquirentes de derechos personales, la preferencia se determinar� por la prioridad en su registro, independientemente de la �poca de su adquisici�n. LIBRO CUARTO De las obligaciones PRIMERA PARTE De las obligaciones en general T�TULO PRIMERO Fuentes de las obligaciones CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 1259. Las obligaciones no se presumen: quien afirme su existencia deber� referirse al t�tulo que las origine. Art�culo 1260. Las obligaciones civiles nacen de la voluntad de las partes, de disposiciones expresas de la ley o como consecuencia de delitos, de faltas, o de hechos u omisiones ejecutadas con perjuicio ajeno, que ameriten una indemnizaci�n. Art�culo 1261. La voluntad, como fuente de obligaciones, puede ser expresa o t�cita; debiendo presumirse cuando una persona ejecuta actos o acepta beneficios que no se pueden explicar, dentro de la equidad y la justicia, sin el reconocimiento de las obligaciones correlativas, para ello se estar� a lo siguiente: I. Ser� expresa cuando se manifiesta verbalmente, por escrito, por medios electr�nicos, �pticos o de cualquier otra tecnolog�a o por signos inequ�vocos; y II. Ser� t�cita cuando resulte de hechos o de actos que la presupongan o que autoricen a presumirlo, excepto en los casos en que por ley o por convenio deba manifestarse expresamente. Art�culo 1262. Las obligaciones que emanan de la ley s�lo son exigibles en los casos expresamente establecidos y de acuerdo con los preceptos que las establecen; pero, en lo que �stos sean omisos, deber�n regirse por las reglas generales sobre obligaciones y contratos, en cuanto les sean aplicables. Art�culo 1263. Las obligaciones por concepto de reparaci�n o responsabilidad civil, s�lo existen en los casos y en la medida expresamente determinados por este c�digo o por leyes especiales. CAP�TULO II De los contratos Secci�n Primera De su validez Art�culo 1264. Para la validez de un contrato se requiere: Consentimiento; y Objeto que pueda ser materia de contrato. Art�culo 1265. El contrato puede ser invalidado: Por incapacidad; Por vicios de consentimiento; Porque su objeto o su causa sean il�citos; y Por defectos en la forma establecida por la ley. Art�culo 1266. Desde el momento en que se celebra un contrato con los requisitos necesarios para su existencia, obliga no s�lo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino tambi�n a las consecuencias que, seg�n su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso, costumbre o a la ley. La validez y el cumplimiento de los contratos no pueden dejarse al arbitrio de uno de los contratantes. Secci�n Segunda De la capacidad Art�culo 1267. Son h�biles para contratar todas las personas no exceptuadas por la ley. Art�culo 1268. La incapacidad de una de las partes no puede ser invocada por la otra en provecho propio, salvo que sea indivisible el objeto del derecho o de la obligaci�n com�n; o cuando, no habi�ndose cumplido o ratificado v�lidamente la obligaci�n del incapaz, la otra parte demostrare no haber tenido conocimiento de la incapacidad o haber sido enga�ado a ese respecto al tiempo de celebrarse el contrato. Secci�n Tercera De la representaci�n Art�culo 1269. El que es h�bil para contratar, puede hacerlo por s� o por medio de otra persona debidamente autorizada. Art�culo 1270. Ninguno puede contratar a nombre de otro sin estar autorizado por �l o por la ley, quedando obligado, si lo hiciere, al pago de da�os y perjuicios. Secci�n Cuarta Del consentimiento Art�culo 1271. El consentimiento existe cuando las partes convienen en un mismo objeto y unas mismas condiciones; y adem�s en la conducta de ellas existe un principio de ejecuci�n del negocio, as� como en los casos a que se refieren los Art�culos del 1272 al 1274 del 1330 al 1337 al recibir la aceptaci�n el proponente, cumplirse la condici�n o desempe�arse el servicio requerido. Art�culo 1272. Toda persona que propone a otra la celebraci�n de un contrato, fij�ndole un plazo para aceptar, queda ligada por su oferta hasta la expiraci�n del plazo. Art�culo 1273. Si la oferta se hace a una persona presente, sin fijaci�n de plazo para aceptarla, el autor de la oferta queda desligado si la aceptaci�n no se hace inmediatamente. La misma regla se aplicar� a la oferta hecha por cualquier medio de telecomunicaci�n simult�nea. Art�culo 1274. Cuando la oferta se proponga a persona que no est� presente, ser� el mismo proponente quien fijar� el t�rmino que est� ligado a la misma, as� como los medios admitidos para confirmar la aceptaci�n. Art�culo 1275. Cuando la oferta se haga sin fijaci�n de plazo a una persona no presente, el autor de la oferta quedar� ligado durante tres d�as, adem�s del tiempo necesario para la ida y vuelta regular del correo p�blico o del que se juzgue bastante, no habiendo correo p�blico seg�n las distancias y la facilidad o la dificultad de las comunicaciones. Art�culo 1276. La oferta se considerar� como no hecha si la retira su autor y el destinatario recibe la retractaci�n antes que la oferta. La misma regla se aplica al caso en que se retire la aceptaci�n. Art�culo 1277. Si al tiempo de la aceptaci�n hubiere fallecido el proponente, sin que el aceptante fuere sabedor de su muerte, quedar�n los herederos de aqu�l obligados a sostener el contrato. Art�culo 1278. El proponente quedar� libre de su oferta cuando la respuesta que reciba no sea una aceptaci�n lisa y llana, sino que importe modificaci�n de la primera. En este caso, la respuesta se considerar� como nueva proposici�n que se regir� por lo dispuesto en los Art�culos anteriores. Art�culo 1279. Cuando exista una oferta al p�blico o en los contratos de ejecuci�n no instant�nea, en los de suministro, y en los de prestaciones peri�dicas, es v�lida y leg�tima la telecomunicaci�n impresa para considerarse manifestada la voluntad para contratar, siempre que: Exista un acuerdo previo entre las partes involucradas para confirmar la voluntad por ese medio o la oferta se haga por medios masivos de comunicaci�n; Los documentos transmitidos a trav�s de esos medios, tengan las claves de identificaci�n de las partes; y Se firmen por las partes los originales de los documentos donde conste el negocio y trat�ndose de inmuebles, que la firma sea autenticada por fedatario p�blico. Secci�n Quinta De los vicios del consentimiento Art�culo 1280. El consentimiento no es v�lido si ha sido dado por error, arrancado por violencia, captado de mala fe o con lesi�n. Art�culo 1281. La responsabilidad procedente de cualquier vicio de la voluntad es exigible en todas las obligaciones. La renuncia de hacerla efectiva se tendr� por no puesta. Art�culo 1282. El error de derecho o de hecho invalida el contrato cuando recae sobre la causa determinante de la voluntad, si en el acto de la celebraci�n se declara ese motivo o si del mismo contrato se desprende que se celebr� �ste en el falso supuesto que lo motiv� y no por otra causa. Art�culo 1283. El error sobre las calidades del sujeto que han sido la causa determinante de la voluntad para la celebraci�n del contrato y como tales se hayan expresado en �l, anula �ste. Art�culo 1284. El error sobre la identidad del objeto espec�ficamente determinado, sobre su substancia o cualidades esenciales o sobre su cantidad, extensi�n, peso o medida, si en este concepto se ha contratado, anula el contrato. Art�culo 1285. El error sobre cualidades accidentales, s�lo da derecho a indemnizaci�n. Art�culo 1286. El error de cuenta o c�lculo s�lo da lugar a que se rectifique. Art�culo 1287. Hay dolo en los contratos cuando se emplea cualquier sugesti�n o artificio para inducir a error; hay mala fe por la disimulaci�n o mantenimiento del error de uno de los contratantes, una vez conocido. Art�culo 1288. El dolo o mala fe de una de las partes y el dolo que proviene de un tercero, sabi�ndolo aqu�lla, anulan el contrato si ha sido la causa determinante de este acto jur�dico. Art�culo 1289. Hay reticencia cuando uno de los contratantes no hace saber al otro un hecho o hechos conocidos por aqu�l e ignorados por �ste y que de haberlos sabido, no hubiere celebrado en sus t�rminos el acto jur�dico. La reticencia producir� la anulabilidad si indujere a error. Art�culo 1290. Si ambas partes proceden con dolo o mala fe, ninguna de ellas podr� alegar la nulidad del acto, reticencia o reclamar indemnizaci�n. Art�culo 1291. Es nulo el contrato celebrado por violencia, ya provenga �sta de alguno de los contratantes, ya de un tercero. Art�culo 1292. Hay violencia cuando se emplee fuerza f�sica cualquiera o moral, que causen en la v�ctima el temor de perder o sufrir menoscabo en alguno de sus bienes jur�dicamente protegidos o de un tercero con quien le unan lazos de parentesco o afectivos. Art�culo 1293. El temor reverencial, esto es, la posibilidad de desagradar a las personas a quienes se tiene sumisi�n y respeto, no basta para viciar el consentimiento. Art�culo 1294. Las consideraciones generales que los contratantes expusieren sobre los provechos y perjuicios que naturalmente pueden resultar de la celebraci�n o no celebraci�n del contrato, y que no importen enga�o o amenaza alguna de las partes, no ser�n tomadas en cuenta al calificar el dolo o la violencia. Art�culo 1295. No es l�cito renunciar para lo futuro la nulidad que resulte de los vicios de la voluntad. Art�culo 1296. Si habiendo cesado la violencia o siendo conocida la reticencia o el error por quien lo sufri�, se ratifica el contrato, no puede en lo sucesivo reclamarse por semejantes vicios. Art�culo 1297. Hay lesi�n, cuando en un contrato sinalagm�tico, conmutativo y oneroso uno o varios de los contratantes abusando de la ignorancia o inexperiencia o miseria o necesidad de la otra parte obtenga un lucro desproporcionado a la contraprestaci�n a que se obliga. El perjudicado puede reclamar la nulidad del contrato o la reducci�n equitativa de su obligaci�n, independientemente de los da�os y perjuicios que se causaren. El derecho para reclamar la lesi�n prescribe en el t�rmino de un a�o contado a partir de la fecha en que se formaliz� el contrato. Secci�n Sexta Del objeto y causa de los contratos Art�culo 1298. Son objeto de los contratos: El bien que el obligado debe dar; y El hecho que el obligado debe hacer o no hacer. Art�culo 1299. El bien objeto del contrato debe: Existir en la naturaleza; Ser determinado o determinable en cuanto a su especie; y Estar en el comercio. Art�culo 1300. Los bienes futuros pueden ser objeto de un contrato. Sin embargo, no pueden serlo la herencia de una persona viva, aun cuando �sta preste su consentimiento. Art�culo 1301. El hecho o la abstenci�n objeto del contrato, debe ser: Posible; y L�cito. Art�culo 1302. Es imposible el hecho que no pueda existir porque es incompatible con una ley de la naturaleza o con una norma jur�dica que debe regirlo necesariamente y que constituye un obst�culo insuperable para su realizaci�n. Art�culo 1303. No se considerar� imposible el hecho que no puede ejecutarse por el obligado, pero si por otra persona en lugar de �l. Art�culo 1304. Se considerar� il�cito, como materia de obligaciones, todo aquello que afecte la personalidad de los contratantes, sus derechos esenciales e inalienables, su estado civil y cuanto sea contrario a las leyes de orden p�blico o a las buenas costumbres. Art�culo 1305. La ilicitud de la causa, produce la nulidad de los contratos. Secci�n S�ptima De la forma Art�culo 1306. En los contratos civiles cada uno se obliga en la manera y t�rminos en que aparezca que quiso obligarse, sin que para la validez del contrato se requieran formalidades determinadas, fuera de los casos expresamente se�alados por la ley. Art�culo 1307. Cuando la ley exija determinada forma de un contrato, mientras que �ste no revista la misma forma, no ser� v�lido, salvo disposici�n en contrario; pero si la voluntad de las partes para celebrarlo consta de una manera fehaciente, y alguna de ellas lo hubiere cumplido de modo voluntario aunque sea parcialmente con la aceptaci�n de la otra, cualesquiera puede exigir que se d� al contrato la forma legal. Art�culo 1308. Cuando se exija la forma escrita para el contrato, los documentos relativos deben ser firmados por todas las personas que en el acto deban intervenir, salvo lo que previene este c�digo para las personas que no saben o no pueden firmar. Lo previsto por el p�rrafo que antecede se tendr� por cumplido mediante la utilizaci�n de medios electr�nicos, �pticos, firma electr�nica o de cualquier otra tecnolog�a en los t�rminos de la Ley estatal aplicable, siempre y cuando la informaci�n generada o comunicada en forma �ntegra, a trav�s de dichos medios, sea atribuible a las personas obligadas, pueda existir permanentemente y sea accesible para su ulterior consulta. En los casos en que la Ley establezca como requisito que un acto jur�dico deba otorgarse en instrumento ante fedatario p�blico, �ste y las partes obligadas podr�n generar, enviar, recibir, archivar o comunicar la informaci�n que contenga los t�rminos exactos en que las partes han decidido obligarse, mediante la utilizaci�n de firma electr�nica en los t�rminos de la Ley estatal aplicable, en cuyo caso el fedatario p�blico, deber� hacer constar en el propio instrumento los elementos a trav�s de los cuales se atribuye dicha informaci�n a las partes y conservar bajo su resguardo una versi�n �ntegra de la misma para su ulterior consulta, otorgando dicho instrumento de conformidad con la legislaci�n aplicable que lo rige. Secci�n Octava De las cl�usulas Art�culo 1309. Los contratantes pueden pactar las cl�usulas que crean convenientes; pero las que se refieran a requisitos esenciales del contrato, o sean consecuencia de su naturaleza ordinaria, se tendr�n por puestas aunque no se expresen. Las cl�usulas que sean accidentales a la naturaleza del contrato, son renunciables, pero la renuncia deber� constar expresa y claramente. Art�culo 1310. Pueden los contratantes estipular cierta prestaci�n como pena para el caso de que la obligaci�n no se cumpla o no se cumpla de manera convenida. Si tal estipulaci�n se hace, no podr�n reclamarse, adem�s, da�os y perjuicios. Art�culo 1311. La nulidad del contrato importa la de la cl�usula penal; pero la nulidad de �sta no acarrea la de aqu�l. Sin embargo, cuando se promete por otra persona, imponi�ndose una pena para el caso de no cumplirse por �sta lo prometido, la cl�usula penal surtir� efectos aunque el contrato no se lleve a efecto por falta del consentimiento de dicha persona. Lo mismo suceder� cuando se estipule con otro, a favor de un tercero y el estipulante se sujete a una pena para el caso de no cumplir lo prometido. Art�culo 1312. Al pedir la pena, el acreedor no est� obligado a probar que ha sufrido perjuicios. Ni el deudor podr� eximirse de dicho pago probando que el acreedor no ha sufrido da�o o perjuicio alguno. Art�culo 1313. La cl�usula penal no puede exceder ni en valor ni en cuant�a a la obligaci�n principal. Art�culo 1314. Si la obligaci�n fuere cumplida en parte, la pena se modificar� en la misma proporci�n. Art�culo 1315. Si la modificaci�n no pudiere ser exactamente proporcional, el juez reducir� la pena de una manera equitativa, teniendo en cuenta la naturaleza y dem�s circunstancias de la obligaci�n. Art�culo 1316. El acreedor puede exigir el cumplimiento de la obligaci�n o el pago de la pena, pero no ambos; a menos que aparezca haber estipulado la pena por el simple retardo en el cumplimiento de la obligaci�n o porque �sta no se preste de la manera convenida. Art�culo 1317. No podr� hacerse efectiva la pena cuando el obligado a ella no haya podido cumplir el contrato por hecho imputable al acreedor, caso fortuito o fuerza insuperable. Art�culo 1318. En las obligaciones mancomunadas con cl�usula penal, bastar� la contravenci�n de uno de los herederos del deudor para que se incurra en la pena. Art�culo 1319. En el caso del art�culo anterior, cada uno de los herederos responder� de la parte de la pena que le corresponda, en proporci�n a su cuota hereditaria. Art�culo 1320. Trat�ndose de obligaciones indivisibles, se observar� lo dispuesto en el Art�culo 1514. Secci�n Novena De la interpretaci�n Art�culo 1321. Si los t�rminos de un contrato son claros y no dejan duda sobre la intenci�n de los contratantes, se estar� al sentido literal de sus cl�usulas. Si las palabras parecieren contrarias a la intenci�n evidente de los contratantes prevalecer� �sta sobre aqu�llas. Art�culo 1322. Cualquiera que sea la generalidad de los t�rminos de un contrato, no deber�n entenderse comprendidos en �l cosas distintas y casos diferentes de aqu�llos sobre los que los interesados se propusieron contratar. Art�culo 1323. Los contratos deben interpretarse de manera global y para que surtan sus efectos legales en forma integral, por ello, si alguna cl�usula admitiere diversos sentidos, deber� entenderse en el m�s adecuado para que produzca efecto. Art�culo 1324. Las cl�usulas de los contratos deben interpretarse las unas por las otras, atribuyendo a las dudosas el sentido que resulte del conjunto de todas. Art�culo 1325. Las palabras que pueden tener distintas acepciones ser�n entendidas en aqu�lla que sea m�s conforme a la naturaleza y objeto del contrato. Art�culo 1326. El uso o la costumbre del lugar donde pas� el acto se tendr�n en cuenta para interpretar las ambig�edades de los contratos. Art�culo 1327. Cuando fuere imposible determinar las dudas por las reglas establecidas en los Art�culos precedentes, si aqu�llas recaen sobre circunstancias accidentales del contrato, y �ste fuere gratuito, se tendr�n en favor de la menor transmisi�n de derechos e intereses; si fuere oneroso se aplicar� la duda buscando la reciprocidad en las contraprestaciones. Cuando la duda recaiga sobre el objeto principal del contrato, de suerte que no pueda conocerse el conocimiento de cu�l fue la intenci�n o la voluntad de los contratantes, el contrato ser� nulo. Secci�n D�cima Disposiciones finales Art�culo 1328. Los contratos que no est�n especialmente reglamentados en este c�digo, se regir�n por las reglas generales de los contratos, por las estipulaciones de las partes y, en lo que fueren omisas, por las disposiciones del contrato con el que tengan m�s analog�a, de los reglamentados en este ordenamiento. Art�culo 1329. Las disposiciones legales sobre contratos ser�n aplicables a todos los convenios y a otros actos jur�dicos, en lo que no se oponga a la naturaleza de �stos o a disposiciones especiales de la ley sobre los mismos. CAP�TULO III De la declaraci�n unilateral de la voluntad Art�culo 1330. El hecho de ofrecer al p�blico objetos en determinado precio, obliga a quien lo hace a sostener su ofrecimiento. Art�culo 1331. El que por anuncios u ofrecimientos hechos al p�blico se compromete a una prestaci�n en favor de quien llene determinada condici�n o desempe�e cierto servicio, contrae la obligaci�n de cumplir lo prometido. Art�culo 1332. El que en los t�rminos del art�culo anterior ejecutare el servicio pedido o llenare la condici�n se�alada, podr� exigir el pago o la recompensa ofrecida. Art�culo 1333. Antes de que est� prestado el servicio o cumplida la condici�n, podr� el promitente revocar su oferta, siempre que la revocaci�n se haga con la misma publicidad que el ofrecimiento. En este caso, el que pruebe que ha hecho erogaciones para prestar el servicio o cumplir la condici�n por la que se hab�a ofrecido recompensa, tiene derecho a que se le reembolse. Art�culo 1334. Si se hubiere se�alado plazo para la ejecuci�n de la obra, no podr� revocar el promitente su ofrecimiento mientras no est� vencido el plazo. Art�culo 1335. Si el acto se�alado por el promitente se ejecutare por m�s de un individuo, se proceder� como sigue: Tendr� derecho a la recompensa el que primero ejecutare la obra o cumpliere la condici�n; y Si la ejecuci�n es simult�nea o varios llenan al mismo tiempo la condici�n, se repartir� la recompensa por partes iguales; pero si la recompensa no fuere divisible se sortear� entre los interesados. Art�culo 1336. En los concursos en que haya promesa de recompensa para los que llenaren ciertas condiciones, es requisito esencial que se fije un plazo. Art�culo 1337. El promitente tiene derecho, al convocar al concurso, a designar la persona o personas que deban decidir a qui�n o a qui�nes de los concursantes se otorga la recompensa. Art�culo 1338. En los contratos se pueden hacer estipulaciones en favor de tercero, de acuerdo con los siguientes Art�culos. Art�culo 1339. La estipulaci�n hecha a favor de tercero hace adquirir a �ste, salvo pacto escrito en contrario, el derecho de exigir al promitente la prestaci�n a que se ha obligado. Tambi�n confiere al estipulante el derecho de exigir del promitente el cumplimiento de dicha obligaci�n. Art�culo 1340. El derecho de tercero nace en el momento de perfeccionarse el contrato, salvo la facultad que los contratantes conserven de imponerle las modalidades que juzguen convenientes, siempre que �stas consten expresamente en el referido contrato. Art�culo 1341. La estipulaci�n pude ser revocada mientras que el tercero no haya manifestado su voluntad de querer aprovecharla. En tal caso, o cuando el tercero rehuse la prestaci�n estipulada a su favor, el derecho se considera como no nacido. Art�culo 1342. El promitente podr�, salvo pacto en contrario, oponer al tercero las excepciones derivadas del contrato. Secci�n Primera De los t�tulos de cr�dito civiles Art�culo 1343. Puede el deudor obligarse otorgando documentos civiles pagaderos a la orden o al portador. Art�culo 1344. Los documentos que contengan deuda civil, son aquellos necesarios para ejercitar el derecho literal que en ellos se consigne. Art�culo 1345. Los documentos a que se refiere el art�culo anterior deben contener los datos esenciales siguientes: Lugar y fecha de otorgamiento; Firma del deudor; Cantidad l�quida; y Nombre del beneficiario o raz�n de extenderse "al portador". Art�culo 1346. Ser�n datos accidentales: Fecha de vencimiento y en caso de no tenerla ser�n "a la vista"; Pacto de intereses; Garant�as espec�ficas; Lugar del pago, de no contenerlo ser� el domicilio del deudor; y Fiadores y deudores solidarios. Art�culo 1347. Cualquier firma puesta en el documento que no tenga menci�n espec�fica se considerar� que su autor es deudor solidario. Art�culo 1348. La propiedad de los documentos de car�cter civil que se extiendan a la orden, se transfiere por simple endoso, que contendr� el lugar y fecha en que se hace, el concepto en que se reciba el valor del documento, el nombre de la persona a cuya orden se otorg� el endoso y la firma del endosante. Art�culo 1349. El endoso puede hacerse en blanco, con la sola firma del endosante, sin ninguna otra indicaci�n; pero no podr�n ejecutarse los derechos derivados del endoso sin llenarlo con todos los requisitos exigidos por el Art�culo que precede. Art�culo 1350. Todos los que endosen un documento quedan obligados solidariamente para con el portador, en garant�a del mismo. Sin embargo, puede hacerse el endoso sin la responsabilidad solidaria del endosante, siempre que as� se haga constar expresamente al extenderse el endoso. Art�culo 1351. La propiedad de los documentos civiles que sean al portador, se transfiere por la simple entrega del t�tulo. Art�culo 1352. El deudor est� obligado a pagar a cualquiera que le presente y entregue el t�tulo al portador, a menos que haya recibido orden judicial para no hacer el pago. Art�culo 1353. La obligaci�n del que emite el t�tulo al portador no desaparece, aunque demuestre que el t�tulo entr� en circulaci�n contra su voluntad. Art�culo 1354. El suscriptor del t�tulo al portador no puede oponer m�s excepciones que las que se refieren a la nulidad del mismo t�tulo, las que se deriven de su texto o las que tenga en contra del portador que lo presente. Art�culo 1355. La persona que ha sido despose�da injustamente de t�tulos al portador, s�lo con orden judicial puede impedir que se paguen al detentador que los presente al cobro. CAP�TULO IV Del enriquecimiento ileg�timo Art�culo 1356. El que sin causa leg�tima se enriquece en detrimento de otro, est� obligado a indemnizar a �ste de su empobrecimiento, en la medida en que �l se ha enriquecido. Art�culo 1357. Cuando se reciba alg�n bien que no se ten�a derecho de exigir y que por error ha sido indebidamente entregado, se tiene la obligaci�n de restituirlo. Si lo indebido consiste en una prestaci�n cumplida, cuando el que la recibe procede de mala fe, debe pagar el precio corriente de esa prestaci�n; si procede de buena fe, s�lo debe pagar lo equivalente al enriquecimiento recibido. Art�culo 1358. El que acepte una entrega indebida, si hubiere procedido de mala fe, deber� abonar el inter�s legal cuando se trate de capitales o los frutos percibidos o dejados de percibir de los bienes que los produjeren. Adem�s, responder� de los menoscabos que el bien haya sufrido por cualquier causa y de los perjuicios que se irrogaren al que lo entreg�, hasta que lo recobre. No responder� del caso fortuito cuando �ste hubiere podido afectar del mismo modo a los bienes, hall�ndose en poder del que los entreg�. Art�culo 1359. Si el que recibi� el bien de mala fe, lo hubiere enajenado a un tercero que tuviere tambi�n mala fe, podr� el due�o reivindicarlo y cobrar solidariamente de uno u otro los da�os y perjuicios. Art�culo 1360. Si el tercero a quien se enajena el bien lo adquiere de buena fe, s�lo podr� reivindicarse si la enajenaci�n se hizo a t�tulo gratuito. Art�culo 1361. El que de buena fe hubiere aceptado una entrega indebida de bien cierto y determinado, s�lo responder� de los menoscabos o p�rdida de �ste y de sus accesiones, en cuanto por ellos se hubiere enriquecido. Si lo hubiere enajenado, restituir� el precio o ceder� la acci�n para hacerlo efectivo. Art�culo 1362. Si el que recibi� de buena fe un bien entregado indebidamente, lo hubiere donado, no subsistir� la donaci�n y se aplicar� al donatario lo dispuesto en el art�culo anterior. Art�culo 1363. El que de buena fe hubiere aceptado una entrega indebida, tiene derecho a que se le abonen los gastos necesarios y a retirar las mejoras �tiles, si con la separaci�n no sufre detrimento el bien entregado indebidamente; si sufre, tiene derecho a que se le pague una cantidad equivalente al aumento de valor que recibi� el bien con la mejora hecha. Art�culo 1364. Queda libre de la obligaci�n de restituir el que, creyendo de buena fe que se hac�a el pago por cuenta de un cr�dito leg�timo y subsistente, hubiere inutilizado el t�tulo, dejando prescribir la acci�n, abandonado las prendas, o cancelado las garant�as de su derecho. En este caso el que entrega indebidamente s�lo podr� dirigirse contra el verdadero deudor o los fiadores, respecto de los cuales la acci�n estuviese viva. Art�culo 1365. La prueba de la entrega incumbe al que pretende haberla hecho. Tambi�n corre a su cargo la del error con que lo realiz�, a menos que el demandado negare haber recibido el bien que se le reclama. En este caso, justificada la entrega por el demandante, queda relevado de toda otra prueba. Esto no limita el derecho del demandado para acreditar que le era debido lo que recibi�. Art�culo 1366. Se presume que hubo error en la entrega, cuando se da un bien que no se deb�a o que ya estaba pagado; pero aqu�l a quien se pide la devoluci�n puede probar que la entrega se hizo a t�tulo de liberalidad o por cualquiera otra causa justa. Art�culo 1367. La acci�n para repetir lo entregado indebidamente prescribe en un a�o, contado desde que se conoci� el error que origin� la entrega. El solo transcurso de cinco a�os, contados desde la entrega indebida, hace perder el derecho para reclamar su devoluci�n. Art�culo 1368. El que ha pagado para cumplir una deuda prescrita o para cumplir un deber moral, no tiene derecho de repetir. Art�culo 1369. Lo que se hubiere entregado para la realizaci�n de un fin que sea il�cito o contrario a las buenas costumbres, no quedar� en poder del que lo recibi�. El cincuenta por cierto se destinar� a la beneficencia p�blica y el otro cincuenta por ciento tiene derecho de recuperarlo el que lo entreg�. CAP�TULO V De la gesti�n de negocios Art�culo 1370. El que sin mandato y sin estar obligado a ello se encarga de un asunto de otro, debe obrar conforme a los intereses del due�o del negocio. Art�culo 1371. El gestor debe desempe�ar su gesti�n con toda la diligencia que emplea en sus negocios propios e indemnizar� los da�os y perjuicios que por su culpa o negligencia se irroguen al due�o de los bienes o negocios que gestione. Art�culo 1372. Si la gesti�n tiene por objeto evitar un da�o inminente al due�o, el gestor no responde m�s que de su dolo o de su falta grave. Art�culo 1373. Si la gesti�n se ejecuta contra la voluntad real o presunta del due�o, el gestor debe reparar los da�os y perjuicios que resulten de aqu�l, aunque no haya incurrido en falta. Art�culo 1374. El gestor responde a�n del caso fortuito si ha hecho operaciones arriesgadas, aunque el due�o del negocio tuviere costumbre de hacerlas; o si hubiere obrado m�s en inter�s propio que en inter�s del due�o del negocio. Art�culo 1375. Si el gestor delegare en otra persona todos o algunos de los deberes de su cargo, responder� de los actos del delegado, sin perjuicio de la obligaci�n directa de �ste para con el propietario del negocio. La responsabilidad de los gestores, cuando fueren dos o m�s, ser� solidaria. Art�culo 1376. El gestor, tan pronto como sea posible, debe dar aviso de su gesti�n al due�o y esperar su decisi�n, a menos que haya peligro en la demora. Si no fuere posible dar ese aviso, el gestor debe continuar su gesti�n hasta que concluya el asunto. Art�culo 1377. El due�o de un asunto que hubiere sido �tilmente gestionado, debe cumplir las obligaciones que el gestor haya contra�do a nombre de �l y pagar los gastos de acuerdo con lo prevenido en los Art�culos siguientes. Art�culo 1378. Deben pagarse al gestor los gastos necesarios que hubiere hecho en el ejercicio de su cargo y los intereses legales correspondientes; pero no tiene derecho de cobrar retribuci�n por el desempe�o de la gesti�n. Art�culo 1379. El gestor que se encargue de un asunto contra la expresa voluntad del due�o, si �ste se aprovecha del beneficio de la gesti�n, tiene obligaci�n de pagar a aqu�l el importe de los gastos hasta donde alcancen los beneficios, a no ser que la gesti�n hubiere tenido por objeto librar al due�o de un deber impuesto en inter�s p�blico, en cuyo caso debe pagar todos los gastos necesarios hechos. Art�culo 1380. La ratificaci�n pura y simple del due�o del negocio, produce todos los efectos de un mandato. La ratificaci�n tiene efecto retroactivo al d�a en que la gesti�n principi�. Art�culo 1381. Cuando el due�o del negocio en un asunto judicial no la ratifique, no producir�n efecto alguno las gestiones y probanzas realizadas por el presunto gestor, debiendo �ste pagar las costas que haya originado las que se har�n efectivas de la fianza depositada. Art�culo 1382. Cuando el due�o del negocio no ratifique la gesti�n, s�lo responder� de los gastos que origin� �sta, hasta la concurrencia de las ventajas que obtuvo del negocio. Art�culo 1383. La ratificaci�n en negocios judiciales deber� hacerse hasta antes de dictarse la sentencia. Si no se obtiene la ratificaci�n en esta etapa procesal las gestiones y probanzas realizadas no producir�n efecto alguno, sin perjuicio de que en la sentencia se impongan las costas al presunto gestor. Art�culo 1384. Trat�ndose de negocios que impliquen una contraprestaci�n y no se obtenga la ratificaci�n de la misma, el presunto gestor se substituir� en los derechos y obligaciones que le hubieren correspondido a la persona por quien realiz� la gesti�n. En el caso a que se refiere este art�culo, le ser�n aplicables en lo conducente al presunto gestor las disposiciones relativas a la cesi�n de posici�n contractual. Art�culo 1385. Cuando sin consentimiento del obligado a prestar alimentos, los diese un extra�o, �ste tendr� derecho a reclamar de aqu�l su importe, al no constar que los dio con �nimo de hacer un acto de beneficencia. Art�culo 1386. Los gastos funerarios proporcionados a la condici�n de la persona y a los usos de la localidad, deber�n ser satisfechos al que los haga, aunque el difunto no hubiese dejado bienes, por aqu�llos que hubieren tenido la obligaci�n de alimentarlo en vida. CAP�TULO VI De las obligaciones que nacen de hechos il�citos Art�culo 1387. El que obrando culpable e il�citamente o contra las buenas costumbres cause da�o a otro, est� obligado a repararlo, a menos que demuestre que el da�o se produjo como consecuencia de culpa o negligencia inexcusable de la v�ctima. Art�culo 1388. El incapaz que cause da�o, debe repararlo; salvo que la responsabilidad recaiga en las personas de �l encargadas, conforme a lo dispuesto en los Art�culos 1397 al 1400. Art�culo 1389. Cuando al ejercitar un derecho se causa da�o a otro, hay obligaci�n de indemnizarlo si se demuestra que el derecho s�lo se ejercit� a fin de causar el da�o, sin utilidad para el titular del derecho. Art�culo 1390. La reparaci�n del da�o consistir� a elecci�n del ofendido en el restablecimiento de la situaci�n anterior cuando sea posible o en el pago de da�os y perjuicios. Cuando el da�o causado a las personas produzca la muerte o cualquier tipo de incapacidad, el grado de reparaci�n del da�o se determinar� atendiendo lo dispuesto por la Ley Federal del Trabajo. Para calcular la indemnizaci�n se estar� a lo siguiente: I. En el caso de cualquier incapacidad f�sica, se tomar� como base cinco tantos del valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n vigente; y II. En el caso de muerte, se estar� a lo previsto en el art�culo 502 de la Ley Federal del Trabajo. En los casos de las dos fracciones que anteceden, ser� la base el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n y se extender� al n�mero de d�as de la incapacidad. En caso de muerte, la indemnizaci�n corresponder� a los herederos de la v�ctima. Los cr�ditos por indemnizaci�n o reparaci�n del da�o son intransferibles y se cubrir�n preferentemente en una sola exhibici�n, salvo el caso de la subrogaci�n de pago. Art�culo 1391. La violaci�n de cualesquiera de los derechos de personalidad produce el da�o moral, que es independiente del da�o material. El responsable del mismo tendr� la obligaci�n de repararlo mediante una indemnizaci�n pecuniaria. No se considerar� da�o moral el causado por el ejercicio de los derechos de opini�n, cr�tica, expresi�n e informaci�n, cuando se realice en los t�rminos y con las limitaciones que establece la Constituci�n Pol�tica de los Estados Unidos Mexicanos. Art�culo 1392. La acci�n de reparaci�n del da�o moral no es transmisible a tercero por acto entre vivos; solamente es transmisible a los herederos de la v�ctima, cuando �sta haya intentado la acci�n en vida. Art�culo 1393. El monto de la indemnizaci�n ser� determinado por el juez tomando en cuenta las siguientes circunstancias: La naturaleza del hecho da�oso; Los derechos lesionados; El grado de responsabilidad; La situaci�n pecuniaria o el nivel de vida del responsable; El grado y repercusi�n de los da�os causados; y Los usos y costumbres del lugar donde se caus� el da�o. Art�culo 1394. Cuando el da�o moral haya afectado a la v�ctima en su decoro, honor, prestigio personal o profesional, el juez independientemente de lo dispuesto en el art�culo anterior ordenar�, y en ejecuci�n de sentencia a petici�n expresa del afectado y con cargo al responsable, la publicaci�n de un extracto de la sentencia, de la que se desprenda con toda claridad las circunstancias y el alcance de la misma, a trav�s de los medios informativos que considere convenientes; pero en los casos en que el da�o se produzca por medio de un acto que haya sido difundido por los medios informativos o de difusi�n masiva, el juez ordenar� que los mismos den publicidad al extracto de la sentencia con la misma importancia y consideraci�n que hubiere tenido la difusi�n original. Art�culo 1394 Bis. Estar�n sujetas a la reparaci�n del da�o moral de acuerdo a lo establecido en el art�culo anterior y, por tanto, se considerar�n como hechos il�citos, las siguientes conductas: I. El que divulgue la imputaci�n que se hace a otra persona f�sica o jur�dica, de un hecho cierto o falso, determinado o indeterminado, que pueda causarle deshonra, descr�dito, perjuicio o exponerlo al desprecio de alguien; II. El que impute a otro un hecho determinado y calificado como delito por la ley, si el hecho es falso o inocente la persona a quien se le imputa; III. El que presente denuncias o querellas calumniosas, entendi�ndose por tales aquellas en que su autor imputa un delito a persona determinada, sabiendo que �sta es inocente o que aqu�l no se ha cometido; y IV. Al que ofenda el honor, ataque la vida privada o la imagen propia de una persona. La reproducci�n fiel de informaci�n no da lugar al da�o moral, aun en los casos en que la informaci�n reproducida no sea correcta y pueda da�ar el honor de alguna persona, pues no constituye una responsabilidad para el que difunde dicha informaci�n, siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo. Art�culo 1394 Ter.- En ning�n caso se considerar�n ofensas al honor las opiniones desfavorables de la cr�tica literaria, art�stica, hist�rica, cient�fica o profesional, ni las que versen sobre acontecimientos privados divulgados p�blicamente por el propio afectado. Art�culo 1395. Las personas que han causado en com�n un da�o son responsables solidariamente hacia la v�ctima por la reparaci�n a que est�n obligadas de acuerdo con las disposiciones de este cap�tulo. Art�culo 1396. Las personas jur�dicas son responsables de los da�os y perjuicios que causen sus representantes legales en el ejercicio de sus funciones. Art�culo 1397. Los que ejerzan la patria potestad tienen obligaci�n de responder de los da�os y perjuicios causados por los actos de los menores que est�n bajo su guarda y custodia y que habiten con ellos. Art�culo 1398. El custodio responder� por los da�os y perjuicios causados por las personas menores de edad cuando estas se encuentran bajo guarda y custodia de instituci�n o persona distinta a quien ejerce la patria potestad. No recaer� responsabilidad por da�os y perjuicios sobre quien ejerce la patria potestad ni la guarda y custodia, cuando la persona menor de edad al momento de producirlos se encuentre bajo cuidado y vigilancia de otras persona en guarder�as, colegios, talleres y cualquier otra instituci�n que impl�citamente se encuentre obligada a ejercer cuidado y vigilancia. Art�culo 1399. Lo dispuesto en los dos art�culos anteriores es aplicable a los tutores, respecto de los incapaces que tienen bajo su cuidado. Art�culo 1400. Ni quien ejerza la patria potestad ni los tutores tienen obligaci�n de responder de los da�os y perjuicios que causen los incapaces sujetos a su cuidado y vigilancia, si probaren que les ha sido imposible evitarlos. Esta imposibilidad no resulta de la mera circunstancia de haber sucedido el hecho fuera de su presencia, si aparece que ellos no han ejercido suficiente vigilancia sobre los incapaces. Art�culo 1401. Los maestros artesanos son responsables de los da�os y perjuicios causados por sus operarios en la ejecuci�n de los trabajos que les encomienden. En este caso se aplica tambi�n lo dispuesto en el art�culo anterior. Art�culo 1402. Los patrones, los due�os, encargados de establecimientos mercantiles y los jefes de familia est�n obligados a responder de los da�os y perjuicios causados por sus obreros, empleados, dependientes o hijos que se encuentren bajo la patria potestad o tutela en el ejercicio de sus funciones. Esta responsabilidad cesa si demuestran que en la comisi�n del da�o no se les puede imputar culpa o negligencia. Art�culo 1403. En los casos previstos por los Art�culos 1397 al 1399, el que sufra el da�o puede exigir la reparaci�n directamente y en forma solidaria del responsable, en los t�rminos de este cap�tulo. Art�culo 1404. El que paga el da�o causado por sus sirvientes, empleados u obreros, puede repetir de ellos lo que hubiere pagado. Art�culo 1405. Derogado. Art�culo 1406. El due�o de un animal pagar� el da�o causado por �ste, si no probare alguna de las circunstancias siguientes: Que lo guardaba y vigilaba con el cuidado necesario; Que el animal fue provocado; Que hubo imprudencia por parte del ofendido; y Que el hecho resulte de caso fortuito o de fuerza mayor. Art�culo 1407. Si el animal que hubiere causado el da�o fuere excitado por un tercero, la responsabilidad es de �ste y no del due�o del animal. Art�culo 1408. El constructor, propietario, poseedor, encargado, o administrador de una edificaci�n son responsables mancomunada y solidariamente de los da�os que resulten de la ruina de todo o parte de �l, si �sta sobreviene por falta de reparaciones necesarias o por vicios de construcci�n. Art�culo 1409. Las obligaciones a que se refiere el art�culo anterior pasar�n a sus sucesores o causahabientes y no cesar�n respecto de los deudores originarios por su transmisi�n. Art�culo 1410. Los jefes de familia que habiten una casa o parte de ella, son responsables de los da�os causados por las cosas que se arrojen o cayeren de la misma. Art�culo 1411. La acci�n para exigir la reparaci�n de los da�os causados en los t�rminos del presente cap�tulo, prescribe en dos a�os contados a partir del d�a en que se haya causado el da�o. Art�culo 1412. El que estuviere obligado a prestar un hecho y dejare de prestarlo o no lo prestare conforme a lo convenido, ser� responsable de los da�os y perjuicios en los t�rminos siguientes: Si la obligaci�n fuere a plazo, comenzar� la responsabilidad desde el vencimiento de �ste; y Si la obligaci�n no dependiere de plazo cierto, se observar� lo dispuesto en la parte final del Art�culo 1595. El que contraviene una obligaci�n de no hacer, pagar� da�os y perjuicios por el s�lo hecho de la contravenci�n. Art�culo 1413. En las obligaciones de dar que tengan plazo fijo, se observar� lo dispuesto en la fracci�n I del art�culo anterior. Si no tuvieren plazo cierto, se aplicar� lo prevenido en el Art�culo 1595, parte primera. Art�culo 1414. La responsabilidad de que se trata en este t�tulo, adem�s de importar la devoluci�n del bien o su precio, o la de ambos, en su caso, importar� la reparaci�n de los da�os y la indemnizaci�n de los perjuicios. Art�culo 1415. Se entiende por da�o la p�rdida o menoscabo sufrido en el patrimonio por la falta de cumplimiento de una obligaci�n. Art�culo 1416. Se reputa perjuicio la privaci�n de cualquiera ganancia l�cita, que debiera haberse obtenido con el cumplimiento de la obligaci�n. Art�culo 1417. Los da�os y perjuicios deben ser consecuencia inmediata y directa de la falta de cumplimiento de la obligaci�n, ya sea que se hayan causado o que necesariamente deban causarse. Art�culo 1418. Nadie est� obligado al caso fortuito sino cuando ha dado causa o contribuido a �l, cuando ha aceptado expresamente esa responsabilidad, o cuando la ley se la impone. Art�culo 1419. Si el bien se ha perdido, o ha sufrido un detrimento tan grave que a juicio de peritos, no pueda emplearse en el uso a que naturalmente est� destinado, el due�o debe ser indemnizado de todo el valor leg�timo de �l. Art�culo 1420. Si el deterioro es menos grave, s�lo el importe de �ste se abonar� al due�o al restituirse el bien. Art�culo 1421. El precio del bien, ser� el que tendr�a al tiempo de ser devuelto al due�o, excepto en los casos en que la ley o el pacto se�ale otro momento. Art�culo 1422. Al estimar el deterioro de un bien se atender� no solamente a la disminuci�n que se caus� en el precio del bien, sino a los gastos que necesariamente exija la reparaci�n. Art�culo 1423. Al fijar el valor y el deterioro de un bien, no se atender� al precio estimativo o de afecci�n, a no ser que se pruebe que el responsable lo destruy� o deterior� con el objeto de lastimar la afecci�n del due�o. Art�culo 1424. La responsabilidad civil puede ser regulada por convenio de las partes, salvo aquellos casos en que la ley disponga expresamente otra cosa. Art�culo 1425. Si la prestaci�n consistiere en el pago de cierta cantidad de dinero, los da�os y perjuicios que resulten de la falta de cumplimiento, no podr�n exceder del inter�s legal, salvo convenio en contrario. Art�culo 1426. El pago de los gastos judiciales ser� a cargo del que faltare al cumplimiento de la obligaci�n. CAP�TULO VII De la responsabilidad civil objetiva Art�culo 1427. Cuando una persona hace uso de mecanismos, instrumentos, aparatos o sustancias peligrosos por s� mismos, por la velocidad que desarrollen, por su naturaleza explosiva o inflamable, por la energ�a de la corriente el�ctrica que conduzcan o por otras causas an�logas, est� obligada a responder del da�o que cause, aunque no obre il�citamente, a no ser que demuestre que ese da�o se produjo por culpa o negligencia inexcusable de la v�ctima, por caso fortuito o fuerza mayor. Art�culo 1428. Igualmente responder�n de los da�os causados: Por la explosi�n de m�quinas o por la inflamaci�n de sustancias f�cilmente combustibles o explosivas; Por el humo, o gases, olores, radiaciones y vibraciones que sean nocivos a las personas o a las propiedades; Por la ca�da de sus �rboles, cuando no sea ocasionada por fuerza mayor; Por las emanaciones de cloacas o dep�sitos de materias infectantes; Por los dep�sitos de agua que humedezcan la pared del vecino o derrame sobre la propiedad de �ste; Por los derrames de combustibles y lubricantes que da�en propiedades contiguas o las redes de drenaje municipal; Por el peso o movimiento de las m�quinas, por las aglomeraciones de materias o animales nocivos a la salud; y Por cualquier causa, que sin derecho origine alg�n da�o. Art�culo 1429. Cuando sin el empleo de mecanismos, instrumentos, y otros agentes similares a que se refieren los dos Art�culos anteriores y sin culpa o negligencia de ninguna de las partes, se producen da�os, cada una de ellas los soportar� sin derecho a indemnizaci�n. Art�culo 1430. Son aplicables en lo conducente a este cap�tulo las disposiciones relativas al de los hechos il�citos. Art�culo 1431. Derogado. CAP�TULO VIII De las ventas por autoridad Art�culo 1432. Las autoridades sean del Poder Ejecutivo o del Judicial, con motivo del ejercicio de sus funciones, pueden hacer rematar en subasta p�blica bienes pertenecientes a particulares. Art�culo 1433. Para los efectos de este cap�tulo, se entiende que la autoridad sustituye a la voluntad del particular ejecutado y como acto de imperio, trasmite en su nombre al adquirente la propiedad de los bienes. Art�culo 1434. La venta queda perfeccionada cuando causa estado la resoluci�n que dicte la autoridad, aprobando el procedimiento del remate. Art�culo 1435. No pueden adquirir en remate, los jueces, secretarios y dem�s servidores p�blicos de los juzgados; los magistrados del tribunal que administrativa y judicialmente sean superiores de los jueces; la autoridad administrativa que decrete y realice el remate, los superiores de �sta y los empleados de ambos; el ejecutado, sus procuradores, abogados y fiadores; los albaceas y tutores, si se trata de bienes pertenecientes a una sucesi�n o a los incapaces, respectivamente, ni los peritos que hayan valuado los bienes objeto del remate. Art�culo 1436. El producto de la venta seg�n sea el caso se aplicar� en primer t�rmino, al pago de los gastos que se originen con la almoneda y el remanente a cubrir pasivos a cargo del ejecutado; o como ingreso del erario p�blico, cuando los bienes rematados fueren confiscados, y finalmente cuando se trata de venta de bienes por causa de divisi�n de copropiedad, reparto para el pago del haber hereditario, o de disposici�n de bienes de personas menores de edad, se entregar� el remanente a quien sea el titular de los bienes rematados seg�n el inter�s que representen. Art�culo 1437. Cuando el remate tenga como consecuencia el pago de pasivos a cargo del ejecutado, no se est� en el caso de obligaci�n por causa de la evicci�n que sufriere el bien vendido, sino a restituir el ejecutante y el ejecutado de lo que hubieren recibido mas los intereses legales del precio que haya producido la venta. Art�culo 1438. En el caso a que se refiere el art�culo anterior, no tiene el enajenante obligaci�n de responder de los vicios ocultos. Art�culo 1439. Les ser�n aplicables de manera supletoria a las disposiciones de este cap�tulo, las relativas a la compra venta, consider�ndose �stas de manera an�loga. Art�culo 1440. Cuando las ventas tengan como origen el pago de pasivos a cargo del ejecutado y se trate de inmuebles, pasar� el bien al comprador libre de todo gravamen, salvo estipulaci�n expresa de la autoridad ejecutante en contrario, a cuyo efecto la autoridad mandar� hacer la cancelaci�n que corresponda. Art�culo 1441. Se tendr� como postor preferente en el siguiente orden: Al que ofrezca la mayor cantidad de pago de contado, siempre que se cubra el importe de la postura legal; Cuando el pago de contado no lo sea en su totalidad, al que ofrezca el pago en el plazo m�s breve; y Cuando ambos plazos sean iguales, al que ofrezca mayor tasa de inter�s por el saldo. Art�culo 1442. En el caso de que el postor no cubra de contado el importe del bien adquirido, deber� pagar intereses por el saldo, los cuales se computar�n cuando menos al tipo legal, salvo que en la postura se hubiere ofrecido inter�s superior al legal. Invariablemente deber� constituirse reserva de dominio para garantizar el pago del saldo, estableci�ndose que la falta de pago de intereses o de abono al adeudo y que se prolongue por m�s de un mes, ser�n causa suficiente para rescindir la operaci�n o exigir su cumplimiento. Art�culo 1443. El precio ofrecido deber� pagarse siempre ante la autoridad ejecutora, en el plazo que al efecto se se�ale en el C�digo de Procedimientos Civiles del Estado, que ser� aplicado de manera supletoria. Art�culo 1444. El precio ofrecido por el adjudicatario ser� considerado como obligaci�n de pago a su cargo, y para el cumplimiento de dicha obligaci�n responde con la totalidad de su patrimonio. Art�culo 1445. No obstante lo dispuesto en el art�culo anterior, cuando el precio no sea pagado en tiempo, el adjudicatario perder� el derecho sobre el bien adquirido y el importe de la garant�a a su postura legal ser� aplicado en beneficio del ejecutado, pero se aplicar� al ejecutante si �ste lo solicita en abono a su cr�dito. Art�culo 1446. El ejecutante podr� a su elecci�n pedir el cumplimiento de la obligaci�n o la resoluci�n de �sta; pero hecha la elecci�n se tendr� por irrevocable. T�TULO SEGUNDO Modalidades de las obligaciones CAP�TULO I De las obligaciones condicionales Art�culo 1447. La obligaci�n es condicional cuando su nacimiento o su resoluci�n dependen de un acontecimiento futuro e incierto. Art�culo 1448. La condici�n es suspensiva cuando de su cumplimiento depende la eficacia de la obligaci�n. Art�culo 1449. La condici�n es resolutoria cuando cumplida resuelve la obligaci�n, volviendo las cosas al estado que ten�an, como si esa obligaci�n no hubiere existido. Art�culo 1450. Cumplida la condici�n, la obligaci�n se retrotrae al tiempo en que �sta fue contra�da, a menos que los efectos de la obligaci�n o su resoluci�n, por la voluntad de las partes o por la naturaleza del acto, deban ser referidas a fecha diferente. Art�culo 1451. En tanto no se cumpla la condici�n, el deudor debe abstenerse de realizar todo acto que impida su cumplimiento oportuno. El acreedor puede, antes de que la condici�n se cumpla, ejercitar todos los actos conservatorios de su derecho. Art�culo 1452. Las condiciones imposibles, las prohibidas por la ley o que sean contrarias a las buenas costumbres, anulan la obligaci�n que de ellas dependa. Art�culo 1453. Cuando el cumplimiento de la condici�n dependa de la exclusiva voluntad del deudor, la obligaci�n condicional ser� nula. Art�culo 1454. Se tendr� por cumplida la condici�n cuando el obligado impidiese voluntariamente su cumplimiento. Art�culo 1455. La obligaci�n contra�da bajo la condici�n de que un acontecimiento suceda en un tiempo fijo, caduca si pasa el t�rmino sin realizarse, o desde que sea indudable que la condici�n no puede cumplirse. Art�culo 1456. La obligaci�n contra�da bajo la condici�n de que un acontecimiento no se verifique en un tiempo fijo, ser� exigible si pasa el tiempo sin verificarse. Si no hubiere tiempo fijado, la condici�n deber� reputarse cumplida transcurrido el que verosimilmente se hubiere querido se�alar, atenta la naturaleza de la obligaci�n. Art�culo 1457. Cuando las obligaciones se hayan contra�do bajo condici�n suspensiva, y pendiente �sta, el bien que fue objeto del contrato se perdiere, deteriorare o mejorare, se observar�n las disposiciones siguientes: Si el bien se pierde sin culpa del deudor, quedar� extinguida la obligaci�n; Si el bien se pierde por culpa del deudor, �ste queda obligado al resarcimiento de da�os y perjuicios. Enti�ndase que el bien se pierde cuando se encuentra en alguno de los casos mencionados en el Art�culo 1529; Cuando el bien se deteriorare sin culpa del deudor, �ste cumple su obligaci�n entreg�ndolo al acreedor en el estado en que se encuentre al cumplirse la condici�n; Deterior�ndose por culpa del deudor, el acreedor podr� optar entre la resoluci�n de la obligaci�n o su cumplimiento, con la indemnizaci�n de da�os y perjuicios en ambos casos; Si el bien se mejora por su naturaleza o por el tiempo, las mejoras ceden en favor del acreedor; y Si se mejora a expensas del deudor, no tendr� �ste otro derecho que el concedido al usufructuario. CAP�TULO II De las obligaciones a plazo Art�culo 1458. Es obligaci�n a plazo aqu�lla para cuyo cumplimiento o resoluci�n se ha se�alado un d�a cierto. Art�culo 1459. Enti�ndase por d�a cierto aqu�l que necesariamente ha de llegar. Art�culo 1460. Si la incertidumbre consistiere en si ha de llegar o no el d�a, la obligaci�n ser� condicional y se regir� por las reglas que contiene el cap�tulo que precede. Art�culo 1461. El plazo en las obligaciones se contar� de la manera prevenida en los Art�culos del 1749 al 1753. Art�culo 1462. Lo que se hubiere pagado anticipadamente no puede repetirse. Si el que paga ignoraba, cuando lo hizo, la existencia del plazo, tendr� derecho a reclamar del acreedor los intereses o los frutos que �ste hubiere percibido del bien. Art�culo 1463. El plazo se presume establecido en favor de ambos contratantes, a menos que resulte, de la estipulaci�n o de las circunstancias, que ha sido establecido en favor de uno de ellos exclusivamente. Art�culo 1464. Perder� el deudor todo derecho a utilizar el plazo: Cuando despu�s de contra�da la obligaci�n, resultare insolvente, salvo que garantice la deuda; Cuando no otorgue al acreedor las garant�as a que estuviese comprometido; o III. Cuando por actos propios hubiese disminuido aquellas garant�as, despu�s de establecidas, y cuando por caso fortuito desaparecieren, a menos que sean inmediatamente sustituidas por otras igualmente seguras. Art�culo 1465. Si fueren varios los deudores solidarios, lo dispuesto en el art�culo anterior s�lo comprender� al que se hallare en alguno de los casos que en el se designan. CAP�TULO III De las obligaciones conjuntivas y alternativas Art�culo 1466. El que se ha obligado con diversos bienes o hechos, conjuntamente, debe dar todos los primeros y prestar todos los segundos. Art�culo 1467. Si el deudor se ha obligado a uno de dos hechos, o a uno de dos bienes o a un hecho o a un bien, cumple prestando cualquiera de esos hechos o bienes; mas no puede, contra la voluntad del acreedor, prestar parte de un bien y parte de otro, o ejecutar en parte un hecho. Art�culo 1468. En las obligaciones alternativas la elecci�n corresponde al deudor, salvo pacto diverso. Art�culo 1469. La elecci�n no producir� efecto sino desde que fuere notificada. Art�culo 1470. El deudor perder� el derecho de elecci�n cuando, de las prestaciones a que alternativamente estuviere obligado, s�lo una fuere realizable. Art�culo 1471. Si la elecci�n compete al deudor y alguno de los bienes se pierde por culpa suya o caso fortuito, el acreedor est� obligado a recibir el que quede. Art�culo 1472. Si los dos bienes se han perdido, y uno lo ha sido por culpa del deudor, �ste debe pagar el precio del �ltimo que se perdi�. Lo mismo se observar� si los dos bienes se han perdido por culpa del deudor; pero �ste pagar� los da�os y perjuicios correspondientes. Art�culo 1473. Si los dos bienes se han perdido por caso fortuito, el deudor queda libre de la obligaci�n. Art�culo 1474. Si la elecci�n compete al acreedor y uno de los dos bienes se pierde por culpa del deudor, puede el primero elegir el bien que ha quedado o el valor del perdido, con pago de da�os y perjuicios. Art�culo 1475. Si el bien se pierde sin culpa del deudor, estar� obligado el acreedor a recibir el que haya quedado. Art�culo 1476. Si ambos bienes se perdieren por culpa del deudor, podr� el acreedor exigir el valor de cualesquiera de ellos, con los da�os y perjuicios, o la rescisi�n del contrato. Art�culo 1477. Si ambos bienes se perdieren sin culpa del deudor, se har� la distinci�n siguiente: Si se hubiere hecho ya la elecci�n o designaci�n del bien, la p�rdida ser� por cuenta del acreedor; y Si la elecci�n no se hubiere hecho, quedar� el contrato sin efecto. Art�culo 1478. Si la elecci�n es del deudor y uno de los bienes se pierde por culpa del acreedor, podr� el primero pedir que se le de por libre de la obligaci�n o que se rescinda el contrato, con indemnizaci�n de los da�os y perjuicios. Art�culo 1479. En el caso del art�culo anterior, si la elecci�n es del acreedor, con el bien perdido quedar� satisfecha la obligaci�n. Art�culo 1480. Si los dos bienes se pierden por culpa del acreedor y es de �ste la elecci�n, quedar� a su arbitrio entregar el precio de cualquiera de ellos. Art�culo 1481. En el caso del art�culo anterior, si la elecci�n es del deudor �ste designar� el bien cuyo precio debe pagar, y este precio se probar� conforme a derecho en caso de desacuerdo. Art�culo 1482. En los casos de los dos art�culos que preceden, el acreedor est� obligado al pago de los da�os y perjuicios. Art�culo 1483. Si el obligado a prestar un bien o ejecutar un hecho se rehusare a hacer lo segundo y la elecci�n es del acreedor, �ste podr� exigir el bien o la ejecuci�n del hecho por un tercero, en los t�rminos del Art�culo 1535. Si la elecci�n es del deudor, �ste cumple entregando el bien. Art�culo 1484. Si el bien se pierde por culpa del deudor y la elecci�n es del acreedor, �ste podr� exigir su precio, la prestaci�n del hecho o la rescisi�n del contrato. Art�culo 1485. En el caso del art�culo anterior si el bien se pierde sin culpa del deudor, el acreedor est� obligado a recibir la prestaci�n del hecho. Art�culo 1486. Haya habido o no culpa en la p�rdida del bien por parte del deudor, si la elecci�n es suya, el acreedor est� obligado a recibir la prestaci�n del hecho. Art�culo 1487. Si el bien se pierde o el hecho deja de prestarse por culpa del acreedor, se tiene por cumplida la obligaci�n. Art�culo 1488. La falta de prestaci�n del hecho se regir� por lo dispuesto en los Art�culos 1535 y 1536. CAP�TULO IV De las obligaciones mancomunadas Art�culo 1489. Cuando hay pluralidad de deudores o de acreedores, trat�ndose de una misma obligaci�n, existe mancomunidad. Art�culo 1490. La simple mancomunidad de deudores o de acreedores no hace que cada uno de los primeros deba cumplir �ntegramente la obligaci�n, ni da derecho a cada uno de los segundos para exigir el total cumplimiento de la misma. En este caso el cr�dito o la deuda se consideran divididos en tantas partes como deudores o acreedores haya y cada parte constituye una deuda o un cr�dito distintos unos de otros. Art�culo 1491. Las partes se presumen iguales a no ser que se pacte otra cosa o que la ley disponga lo contrario. Art�culo 1492. Adem�s de la mancomunidad, habr� solidaridad activa, cuando dos o m�s acreedores tienen derecho para exigir cada uno de por s�, el cumplimiento total de la obligaci�n; y solidaridad pasiva cuando dos o m�s deudores reportan la obligaci�n de prestar, cada uno por s�, en su totalidad, la prestaci�n debida. Art�culo 1493. La solidaridad no se presume; resulta de la ley o de la voluntad de las partes. Art�culo 1494. Cada uno de los acreedores o todos juntos pueden exigir de todos los deudores solidarios o de cualesquiera de ellos, el pago total o parcial de la deuda. Si reclaman todo de uno de los deudores y resultare insolvente, pueden reclamarlo de los dem�s o de cualesquiera de ellos. Si hubiesen reclamado s�lo parte, o de otro modo hubiesen consentido en la divisi�n de la deuda, respecto de alguno o algunos de los deudores, podr�n reclamar el todo de los dem�s obligados, con deducci�n de la parte del deudor o deudores liberados de la solidaridad. Art�culo 1495. El pago hecho a uno de los acreedores solidarios extingue totalmente la deuda. Art�culo 1496. La novaci�n, compensaci�n, confusi�n o remisi�n hecha por cualesquiera de los acreedores solidarios, con cualesquiera de los deudores de la misma clase extingue la obligaci�n. Art�culo 1497. El acreedor que hubiese recibido todo o parte de la deuda, o que hubiese hecho quita o remisi�n de ella, queda responsable a los otros acreedores de la parte que a �stos corresponda, dividido el cr�dito entre ellos. Art�culo 1498. Si falleciere alguno de los acreedores solidarios dejando m�s de un heredero, cada uno de los coherederos s�lo tendr� derecho de exigir o recibir la parte del cr�dito que le corresponda en proporci�n a su haber hereditario, salvo que la obligaci�n sea indivisible. Art�culo 1499. El deudor de varios acreedores solidarios se libra pagando a cualesquiera de �stos, a no ser que haya sido requerido judicialmente por alguno de ellos, en cuyo caso deber� hacer el pago al demandante. Art�culo 1500. El deudor solidario s�lo podr� utilizar contra las reclamaciones del acreedor, las excepciones que se deriven de la naturaleza de la obligaci�n y las que le sean personales. Art�culo 1501. El deudor solidario es responsable para con sus coobligados si no hace valer las excepciones que son comunes a todos. Art�culo 1502. Si el bien hubiere perecido, o la prestaci�n se hubiere hecho imposible sin culpa de los deudores solidarios, la obligaci�n quedar� extinguida. Si hubiere mediado culpa de parte de cualesquiera de ellos, todos responder�n del precio y la indemnizaci�n de da�os y perjuicios, teniendo derecho los no culpables de dirigir su acci�n contra el culpable o negligente. Art�culo 1503. Si muere uno de los deudores solidarios dejando varios herederos, cada uno de �stos est� obligado a pagar la cuota que les corresponda en proporci�n a su haber hereditario, salvo que la obligaci�n sea indivisible; pero todos los coherederos ser�n considerados como un solo deudor solidario, con relaci�n a los otros deudores. Art�culo 1504. El deudor solidario que paga por entero la deuda, tiene derecho de exigir de los otros codeudores, la parte que en ella les corresponda. Art�culo 1505. Salvo convenio en contrario, los deudores solidarios est�n obligados entre s� por partes iguales. Art�culo 1506. Si la parte que incumbe a un deudor solidario no puede obtenerse de �l, el d�ficit debe ser repartido entre los dem�s deudores solidarios, aun entre aqu�llos a quienes el acreedor hubiere liberado de la solidaridad. Art�culo 1507. En la medida que un deudor solidario satisface la deuda, se subroga en los derechos del acreedor. Art�culo 1508. Si el negocio por el cual la deuda se contrajo solidariamente, no interesa m�s que a uno de los deudores solidarios, �ste ser� responsable de toda ella para con los otros codeudores. Art�culo 1509. Cualquier acto que interrumpa la prescripci�n en favor de uno de los acreedores o en contra de uno de los deudores, aprovecha o perjudica a los dem�s. Art�culo 1510. Cuando por el no cumplimiento de la obligaci�n se demanden da�os y perjuicios, cada uno de los deudores solidarios responder� �ntegramente de ellos. Art�culo 1511. Las obligaciones son divisibles cuando tienen por objeto prestaciones susceptibles de cumplirse parcialmente. Son indivisibles si las prestaciones no pudiesen ser cumplidas sino por entero. Art�culo 1512. La solidaridad estipulada no da a la obligaci�n el car�cter de indivisible; ni la indivisibilidad de la obligaci�n la hace solidaria. Art�culo 1513. Las obligaciones divisibles en que haya m�s de un deudor o acreedor se regir�n por las reglas comunes de las obligaciones; las indivisibles en que haya m�s de un deudor o acreedor se sujetar�n a las siguientes disposiciones. Art�culo 1514. Cada uno de los que han contra�do conjuntamente una deuda indivisible, est� obligado por el todo, aunque no se haya estipulado solidaridad. Lo mismo tiene lugar respecto de los herederos de aqu�l que haya contra�do una obligaci�n indivisible. Art�culo 1515. Cada uno de los herederos del acreedor puede exigir la completa ejecuci�n indivisible, oblig�ndose a dar suficiente garant�a para la indemnizaci�n de los dem�s coherederos, pero no puede por s� solo perdonar el d�bito total, ni recibir el valor en lugar del bien. Si uno solo de los herederos ha perdonado la deuda o recibido el valor del bien, el coheredero no puede pedir el bien indivisible sino devolviendo la porci�n del heredero que haya perdonado o que haya recibido el valor. Art�culo 1516. S�lo por el consentimiento de todos los acreedores puede remitirse la obligaci�n indivisible o hacerse una quita de ella. Art�culo 1517. El heredero del deudor, apremiado por la totalidad de la obligaci�n, puede pedir un t�rmino para hacer concurrir a sus coherederos, siempre que la deuda no sea de tal naturaleza que s�lo pueda satisfacerse por el heredero demandado, el cual entonces puede ser condenado, dejando a salvo sus derechos de indemnizaci�n contra sus coherederos. Art�culo 1518. Pierde la calidad de indivisible, la obligaci�n que se resuelve en el pago de da�os y perjuicios y entonces se observar�n las reglas siguientes: Si para que se produzca esa conversi�n hubo culpa de parte de todos los deudores, todos responder�n de los da�os y perjuicios proporcionalmente al inter�s que representen en la obligaci�n; y Si s�lo algunos fueren culpables, �nicamente ellos responder�n de los da�os y perjuicios. CAP�TULO V De las obligaciones de dar Art�culo 1519. La prestaci�n de bienes puede consistir: En la traslaci�n de dominio de bien cierto; En la enajenaci�n temporal de uso o goce de bien cierto; y En la restituci�n de bien ajeno o pago de bien debido. Art�culo 1520. El acreedor de bien cierto no puede ser obligado a recibir otro aun cuando sea de mayor valor. Art�culo 1521. La obligaci�n de dar un bien cierto comprende tambi�n la de entregar sus accesorios; salvo que lo contrario resulte del t�tulo de la obligaci�n o de las circunstancias del caso. Art�culo 1522. En las enajenaciones de bienes ciertos y determinados, la traslaci�n de la propiedad se verifica entre los contratantes, por mero efecto del contrato, sin dependencia de tradici�n, ya sea natural, ya sea simb�lica; debiendo tenerse en cuenta las disposiciones relativas del Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 1523. En las enajenaciones de alguna especie indeterminada, la propiedad no se transferir� sino hasta el momento en que el bien se hace cierto y determinado con conocimiento del acreedor, o se realice la entrega del mismo. Art�culo 1524. En el caso del Art�culo que precede, si no se designa la calidad del bien, el deudor cumple entregando uno de mediana calidad. Art�culo 1525. En los casos en que la obligaci�n de dar bien cierto importe la traslaci�n de la propiedad del mismo y se pierde o deteriora en poder del deudor, se observar�n las reglas siguientes: Si la p�rdida fue por culpa del deudor, �ste responder� al acreedor por el valor del bien y por los da�os y perjuicios; Si el bien se deteriorase por culpa del deudor, el acreedor puede optar por la rescisi�n del contrato y el pago de da�os y perjuicios, o recibir el bien en el estado en que se encuentre y exigir la reducci�n de precio y el pago de da�os y perjuicios; Si el bien se perdiere por culpa del acreedor, el deudor queda libre de la obligaci�n; Si se deteriorare por culpa del acreedor, �ste tiene obligaci�n de recibir el bien en el estado en que se halle; y Si el bien se pierde por caso fortuito o fuerza mayor, el due�o sufre la p�rdida, a menos que otra cosa se haya convenido. Art�culo 1526. La p�rdida del bien en poder del deudor, se presume por culpa suya mientras no se pruebe lo contrario. Art�culo 1527. Cuando la deuda de un bien cierto y determinado procediere de delito o falta, no se eximir� el deudor del pago de su precio, a no ser que la p�rdida haya ocurrido por hechos directos del acreedor o que, habiendo ofrecido el bien al que debi� recibirlo, se haya �ste constituido en mora. Art�culo 1528. El acreedor de un bien perdido o deteriorado sin culpa del deudor, se considerar� due�o de cuantos derechos y acciones tuviere para reclamar la indemnizaci�n a quien fuere responsable. Art�culo 1529. La p�rdida del bien puede verificarse: Pereciendo el bien; Quedando fuera del comercio; y Desapareciendo de modo que no se tenga noticias de �l o que aunque se tenga alguna, no se pueda recobrar. Art�culo 1530. Cuando la obligaci�n de dar tenga por objeto un bien designado s�lo por su g�nero y cantidad, luego que �ste se individualice por la elecci�n del deudor o del acreedor, se aplicar�n, en caso de p�rdida o deterioro, las reglas establecidas en el Art�culo 1525. Art�culo 1531. En los casos de enajenaci�n con reserva de la posesi�n, uso o goce del bien hasta cierto tiempo, se observar�n las reglas siguientes: Si hay convenio expreso se estar� a lo estipulado; Si la p�rdida fuere por culpa de alguno de los contratantes, el importe ser� de la responsabilidad de �ste; A falta de convenio o de culpa, cada interesado sufrir� la p�rdida que le corresponda; en todo caso si el bien perece totalmente, o en parte, si la p�rdida fuere solamente parcial; y En el caso de la fracci�n que precede, si la p�rdida fuere parcial y las partes no se convinieren en la disminuci�n de sus respectivos derechos, se nombrar�n peritos que la determinen. Art�culo 1532. En los contratos en que la prestaci�n del bien no importe la traslaci�n de la propiedad, cada quien sufrir� el menoscabo que corresponda al bien o derecho que le pertenezca, sin perjuicio de los derechos que expresamente le concedan las leyes para rescindir el contrato, pedir reducci�n proporcional en sus obligaciones, y salvo que la p�rdida o el deterioro haya ocurrido por culpa o negligencia de alguno de los interesados. Art�culo 1533. Hay culpa o negligencia cuando el obligado ejecuta actos contrarios a la conservaci�n del bien o deja de ejecutar los que le son necesarios. Art�culo 1534. Si fueren varios los obligados a prestar el mismo bien, cada uno de ellos responder�, proporcionalmente, exceptu�ndose en los casos siguientes: Cuando cada uno de ellos se hubiere obligado solidariamente; Cuando la prestaci�n consistiere en bien cierto y determinado que se encuentre en poder de uno de ellos, o cuando dependa de hecho que s�lo uno de los obligados pueda prestar; Cuando la obligaci�n sea indivisible; y Cuando por el contrato se ha determinado otra cosa. CAP�TULO VI De las obligaciones de hacer o de no hacer Art�culo 1535. Si el obligado a prestar un hecho, no lo hiciere, el acreedor tiene derecho de pedir que a costa de aqu�l se ejecute por otro, cuando la sustituci�n fuere posible; o el pago de da�os y perjuicios, en caso contrario. Esto mismo se observar� si no lo hiciere de la manera convenida. En este caso, el acreedor podr� pedir que se deshaga lo mal hecho. Art�culo 1536. El que estuviere obligado a no hacer, quedar� sujeto al pago de da�os y perjuicios en caso de contravenci�n. Si hubiere obra material, podr� exigir el acreedor que sea destruida a costa del obligado. T�TULO TERCERO De la transmisi�n de las obligaciones CAP�TULO I De la cesi�n de derechos Art�culo 1537. El acreedor puede ceder su derecho a un tercero sin el consentimiento del deudor, a menos que la cesi�n est� prohibida por la ley o por disposici�n judicial, se haya convenido no hacerla o no lo permita la naturaleza del derecho. El deudor no puede alegar contra el tercero que el derecho no pod�a cederse porque as� se hab�a convenido, cuando ese convenio no conste en el t�tulo constitutivo del derecho. Art�culo 1538. En la cesi�n de cr�dito se observar�n las disposiciones relativas al acto jur�dico que le d� origen, en lo que no estuvieren modificadas en este cap�tulo. Art�culo 1539. La cesi�n de un cr�dito comprende la de todos los derechos accesorios, como la fianza, hipoteca, prenda o privilegio, salvo aqu�llos que son inseparables de la persona del cedente. Los intereses vencidos se presume que fueron cedidos con el cr�dito principal. Art�culo 1540. La cesi�n de cr�ditos a la orden, se regir� por lo dispuesto en los Art�culos 1348 a 1350; la de los documentos al portador, por lo que se dispone en el Art�culo 1351. Art�culo 1541. La cesi�n de cr�ditos que no sean a la orden o al portador, debe constar en escrito privado. Puede pactarse que el cedente administre el cr�dito obrando frente a terceros como si el negocio fuera propio. Art�culo 1542. La cesi�n de cr�ditos que no sean a la orden o al portador, no produce efectos contra tercero, sino desde que su fecha debe tenerse por cierta, conforme a las reglas siguientes: Si tiene por objeto un cr�dito que deba inscribirse, desde la fecha de su inscripci�n en el Registro P�blico de la propiedad; Si se hace en escritura p�blica, desde la fecha de su autorizaci�n; y Si se trata de un documento privado, desde el d�a en que se haya incorporado o inscrito en el Registro P�blico; desde que haya muerto o se haya imposibilitado para suscribirlo; cualesquiera de las personas que aparezcan firm�ndolo; desde que haya sido entregado a un funcionario p�blico, por raz�n de su oficio; o desde aquella fecha en que, por medios an�logos y que no sean simples declaraciones de testigos, se demuestre que se hab�a ya otorgado el documento en cuesti�n. Art�culo 1543. Cuando no se trate de t�tulos a la orden o al portador, el deudor puede oponer al cesionario las excepciones que podr�a oponer al cedente en el momento en que se hace la cesi�n, teniendo presente lo dispuesto en los Art�culos 1707 al 1709. Art�culo 1544. En los casos en que se refiere el Art�culo 1542, para que el cesionario pueda ejercitar sus derechos contra el deudor, deber� hacer a �ste la notificaci�n de la cesi�n, ya sea judicialmente mediante la demanda, o en diligencias especiales, ya en lo extrajudicial, ante dos testigos o ante notario. Art�culo 1545. S�lo tiene derecho para pedir o hacer la notificaci�n, el acreedor que presente el t�tulo justificativo del cr�dito, o el de la cesi�n, cuando aqu�l no sea necesario. Art�culo 1546. Si el deudor est� presente a la cesi�n y no se opone a ella, o si estando ausente la ha aceptado, y esto se prueba, se tendr� por hecha la notificaci�n. Art�culo 1547. Si el mismo cr�dito se ha cedido a varios, tiene preferencia el que primero ha notificado la cesi�n al deudor, salvo lo dispuesto para t�tulos que deban registrarse. Art�culo 1548. Mientras no se haya hecho notificaci�n al deudor, �ste se libera pagando al acreedor primitivo. Art�culo 1549. Hecha la notificaci�n, no se libera el deudor sino pagando al cesionario. Art�culo 1550. El cedente est� obligado a garantizar la existencia y legitimidad del cr�dito al tiempo de hacerse la cesi�n, a no ser que aqu�l se haya cedido con el car�cter de dudoso. Art�culo 1551. Con excepci�n de los t�tulos a la orden, el cedente no est� obligado a garantizar la solvencia del deudor, a no ser que se haya estipulado expresamente o que la insolvencia sea p�blica y anterior a la cesi�n. Art�culo 1552. Si el cedente se hubiere hecho responsable de la solvencia del deudor, y no se fijare el tiempo que esta responsabilidad deba durar, se limitar� a un a�o, contado desde la fecha en que la deuda fuere exigible, si estuviere vencida; si no lo estuviere, se contar� desde la fecha de vencimiento. Art�culo 1553. Si el cr�dito cedido consiste en una renta perpetua, la responsabilidad por la solvencia del deudor se extingue a los cinco a�os, contados desde la fecha de la cesi�n. Art�culo 1554. El que cede alzada o en globalmente la totalidad de ciertos derechos, cumple con responder de la legitimidad del todo en general; pero no est� obligado al saneamiento de cada una de las partes, salvo en el caso de evicci�n del todo o de la mayor parte. Art�culo 1555. El que cede su derecho a una herencia, sin enumerar los bienes de que �sta se compone, s�lo est� obligado a responder de su calidad de heredero. Art�culo 1556. Si el cedente se hubiere aprovechado de algunos frutos o percibido alg�n bien de la herencia que cediere, deber� abonarla al cesionario, si no se hubiere pactado lo contrario. Art�culo 1557. El cesionario debe, por su parte, satisfacer al cedente todo lo que haya pagado por las deudas o cargas de la herencia y sus propios cr�ditos contra ella, salvo si hubiere pactado lo contrario. Art�culo 1558. Si la cesi�n fuere gratuita, el cedente no ser� responsable para con el cesionario, ni por la existencia del cr�dito, ni por la solvencia del deudor. Art�culo 1559. En los contratos de cumplimiento diferido o en los de tracto sucesivo puede convenirse en el momento de su celebraci�n, o con posterioridad, que una de las partes pueda ser sustituida. Art�culo 1560. La cesi�n de posici�n contractual queda perfeccionada cuando la otra parte acepta la cesi�n, o es notificada fehacientemente de que ha operado esta cesi�n, en virtud de haberse cumplido con los requisitos que se fijaron en el contrato originario para que tenga verificativo la misma. Art�culo 1561. Por regla general el cedente queda liberado de las obligaciones que le compet�an en el contrato originario, salvo que se estipule otra cosa y entonces se le equipara a un fiador. Art�culo 1562. El contratante podr� oponer al cesionario todas las excepciones derivadas del contrato, pero no las que tengan su origen en otras relaciones con el cedente. Art�culo 1563. El cedente queda obligado a garantizar la validez y legitimidad del contrato, pero no su cumplimiento, salvo lo que se derive de su obligaci�n al ser equiparado a un fiador. CAP�TULO II De la sustituci�n de deudor Art�culo 1564. Para que haya sustituci�n de deudor es necesario que el acreedor consienta expresa o t�citamente. Art�culo 1565. Se presume que el acreedor consiente en la sustituci�n del deudor, cuando permite que el sustituto ejecute actos que deb�a ejecutar el deudor, como pago de r�ditos, pagos parciales o peri�dicos, siempre que lo haga en nombre propio y no por cuenta del deudor primitivo. Art�culo 1566. El acreedor que exonera al antiguo deudor, aceptando otro en su lugar, no puede repetir contra el primero si el nuevo se encuentra insolvente, salvo convenio en contrario. Art�culo 1567. Cuando el deudor y el que pretende sustituirlo fijen un plazo al acreedor para que manifieste su conformidad con la sustituci�n, pasado ese plazo sin que el acreedor haya hecho conocer su determinaci�n, se presume que rehusa. Art�culo 1568. El deudor sustituto queda obligado en los t�rminos en que lo estaba el deudor primitivo; pero cuando un tercero ha constituido fianza, prenda o hipoteca para garantizar la deuda, estas garant�as cesan con la sustituci�n del deudor, a menos que el tercero consienta en que contin�e. Art�culo 1569. El deudor sustituto puede oponer al acreedor las excepciones que se originen de la naturaleza de la deuda y las que le sean personales; pero no puede oponer las que sean personales del deudor primitivo. Art�culo 1570. Cuando se declara nula la sustituci�n de deudor, la antigua deuda renace con todos sus accesorios; pero con la reserva de derechos que pertenecen a terceros de buena fe. CAP�TULO III De la subrogaci�n Art�culo 1571. Por virtud de la subrogaci�n quien otorga una prestaci�n o cumple una obligaci�n a cargo de un tercero, se sustituye en los derechos patrimoniales del acreedor incluy�ndose las garant�as por ese concepto. Art�culo 1572. La subrogaci�n legal se verifica sin necesidad de declaraci�n alguna de los interesados: Cuando el que es acreedor paga a otro acreedor preferente; Cuando el que paga tiene inter�s jur�dico en el cumplimiento de la obligaci�n; Cuando un heredero paga con sus bienes propios alguna deuda de la herencia; Cuando el que adquiere un inmueble paga a un acreedor que tiene sobre �l un cr�dito hipotecario o de embargo anterior a la adquisici�n; Cuando la obligaci�n proveniente de un il�cito o de responsabilidad objetiva, sea cubierto por instituciones de asistencia social, seguridad social y de beneficencia privada, o de organismos descentralizados o paraestatales; y Cuando la obligaci�n proveniente de un il�cito o de responsabilidad objetiva, sea cubierta por un tercero en virtud de obligaciones derivadas de relaciones obrero patronales. Art�culo 1573. La subrogaci�n es convencional cuando se pacta expresamente ya sea con el acreedor o con el deudor. Art�culo 1574. Cuando la deuda fuere pagada por el deudor con dinero que un tercero le prestare con ese objeto, el prestamista quedar� subrogado por ministerio de ley en los derechos del acreedor, si el pr�stamo constare en documento aut�ntico en que se declare que el dinero fue prestado para el pago de la misma deuda. Por falta de esta circunstancia, el que prest� s�lo tendr� los derechos que exprese su respectivo contrato. En caso de cr�ditos hipotecarios, las garant�as vigentes al momento de la subrogaci�n, garantizar�n las obligaciones derivadas del nuevo pr�stamo en los montos, plazos y dem�s t�rminos acordados entre el prestamista y el deudor, sin que por ello se entienda novada la garant�a ni prorrogada la obligaci�n garantizada para los efectos de este C�digo. En consecuencia las garant�as subrogadas, que sean susceptibles de inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad, conservar�n su grado de prelaci�n. Cuando hubiere obligado solidario o diverso titular del bien objeto de la garant�a, deber� hacerse constar su consentimiento a favor de la subrogaci�n de garant�a. Art�culo 1575. No habr� subrogaci�n parcial en deudas de soluci�n indivisible. Art�culo 1576. El pago de los subrogados en diversas porciones del mismo cr�dito, cuando no basten los bienes del deudor para cubrirlos todos, se har� a prorrata. T�TULO CUARTO Efectos de las obligaciones CAP�TULO I Efectos de las obligaciones entre las partes Secci�n Primera Del pago Art�culo 1577. Pago o cumplimiento es la entrega del bien o cantidad debida, o la prestaci�n de hacer o no hacer que se hubiere prometido. Art�culo 1578. El deudor puede ceder sus bienes en pago de sus deudas. Esta cesi�n, salvo acuerdo en contrario, s�lo libera a aqu�l de responsabilidad por el importe l�quido de los bienes cedidos. Quedando sujeta la cesi�n a lo dispuesto en el t�tulo de la concurrencia y prelaci�n de cr�ditos. Art�culo 1579. La obligaci�n de prestar alg�n servicio se puede cumplir por un tercero, salvo el caso en que se hubiere establecido, por pacto expreso, que la cumpla personalmente el mismo obligado, o cuando se hubieren elegido sus conocimientos especiales o sus cualidades personales. Art�culo 1580. El pago puede ser hecho por el mismo deudor, por sus representantes o por cualesquiera otra persona que tenga inter�s jur�dico en el cumplimiento de la obligaci�n. Art�culo 1581. Puede tambi�n hacerse por un tercero no interesado en el cumplimiento de la obligaci�n, que obre con consentimiento expreso o presunto del deudor. Art�culo 1582. Puede hacerse igualmente por un tercero ignor�ndolo el deudor. Art�culo 1583. Puede, por �ltimo, hacerse contra la voluntad del deudor. Art�culo 1584. En el caso del Art�culo 1581 se observar�n las disposiciones relativas al mandato. Art�culo 1585. En el caso del Art�culo 1582, el que hizo el pago s�lo tendr� derecho de reclamar al deudor la cantidad que hubiere pagado al acreedor, si �ste consinti� en recibir menor suma que la debida. Art�culo 1586. En el caso del Art�culo 1583, el que hizo el pago solamente tendr� derecho a cobrar del deudor aquello en que le hubiere sido �til el pago. Art�culo 1587. El acreedor est� obligado a aceptar el pago hecho por un tercero; pero no est� obligado a subrogarle sus derechos, fuera de los casos previstos en los Art�culos 1572 y 1574. Art�culo 1588. El pago debe hacerse al mismo acreedor o a su representante con facultades bastantes. Art�culo 1589. El pago hecho a un tercero extinguir� la obligaci�n, si as� se hubiere estipulado o consentido por el acreedor, y en los casos en que la ley lo determine expresamente. Art�culo 1590. El pago hecho a una persona incapacitada para administrar sus bienes, ser� v�lido en cuanto se hubiere convertido en su utilidad. Tambi�n ser� v�lido el pago hecho a un tercero en cuanto se hubiere convertido en utilidad del acreedor. Art�culo 1591. El pago hecho de buena fe al que estuviese en posesi�n del cr�dito, liberar� al deudor. Art�culo 1592. No ser� v�lido el pago hecho al acreedor por el deudor despu�s de hab�rsele ordenado judicialmente la retenci�n de la deuda. Art�culo 1593. El pago deber� hacerse del modo que se hubiere pactado; y nunca podr� hacerse parcialmente sino en virtud de convenio expreso o por disposici�n de ley. Sin embargo, cuando la deuda tuviese una parte l�quida y la otra il�quida, podr� exigir el acreedor y hacer el deudor el pago de la primera sin esperar a que se liquide la segunda. Art�culo 1594. El pago se har� en el tiempo designado en el contrato, exceptuando aquellos casos en que la ley permita o prevenga expresamente otra cosa. Art�culo 1595. Si no se ha fijado el tiempo en que deba hacerse el pago y se trata de obligaciones de dar, no podr� el acreedor exigirlo sino despu�s de los treinta d�as siguientes a la interpelaci�n que se haga, ya judicialmente, ya en lo extrajudicial, ante un Notario o ante dos testigos. Trat�ndose de obligaciones de hacer, el pago debe efectuarse cuando lo exija el acreedor, siempre que haya transcurrido el tiempo necesario para el cumplimiento de la obligaci�n. Art�culo 1596. Si el deudor quisiere hacer pagos anticipados y el acreedor recibirlos, no podr� �ste ser obligado a hacer descuentos. Art�culo 1597. Por regla general, el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, salvo que las partes convinieren otra cosa, o que lo contrario se desprenda de la circunstancia, de la naturaleza de la obligaci�n o de la ley. Si se han designado varios lugares para hacer el pago, el acreedor puede elegir cualquiera de ellos. Art�culo 1598. Si el pago consiste en la traslaci�n de un inmueble o en prestaciones relativas al inmueble, deber� hacerse en el lugar donde �ste se encuentre. Art�culo 1599. Si el pago consistiere en una suma de dinero como precio de alg�n bien enajenado por el acreedor, deber� ser hecho en el lugar en que se entreg� el bien, salvo que se designe otro lugar. Art�culo 1600. El deudor que despu�s de celebrado el contrato mudare voluntariamente de domicilio, deber� indemnizar al acreedor de los mayores gastos que haga por esta causa, para obtener el pago. De la misma manera, el acreedor debe indemnizar al deudor cuando debiendo hacerse el pago en el domicilio de aqu�l, lo cambie voluntariamente. Art�culo 1601. Los gastos de entrega ser�n de cuenta del deudor, si no se hubiere estipulado otra cosa. Art�culo 1602. No es v�lido el pago hecho con bien ajeno; pero si el pago se hubiere hecho con una cantidad de dinero u otro bien fungible ajeno, no habr� repetici�n contra el acreedor que la haya consumido de buena fe. Art�culo 1603. El deudor que paga tiene derecho de exigir el documento que acredite el pago y puede detener �ste mientras que no le sea entregado aqu�l. Art�culo 1604. Cuando la deuda es de pensiones que deben satisfacerse en per�odo determinado, y se acredita por escrito el pago de la �ltima, se presumen pagadas las anteriores, salvo prueba en contrario. Art�culo 1605. Cuando se paga el capital sin hacerse reserva de r�ditos, se presume que �stos est�n pagados. Art�culo 1606. La entrega de t�tulo hecha al deudor hace presumir el pago de la deuda que constare en aqu�l. Art�culo 1607. El que tuviere contra s� varias deudas en favor de un solo acreedor, podr� declarar, al tiempo de hacer el pago, a cu�l de ellas quiere que �ste se aplique. Art�culo 1608. Si el deudor no hiciere la referida declaraci�n, se entender� hecho el pago por cuenta de la deuda que le fuere m�s onerosa entre las vencidas. En igualdad de circunstancias, se aplicar� a la m�s antigua; y siendo todas de la misma fecha, se distribuir� entre todas ellas a prorrata. Art�culo 1609. Las cantidades pagadas a cuenta de deudas con intereses, no se imputar�n al capital mientras hubiere intereses vencidos y no pagados, salvo convenio en contrario. Art�culo 1610. La obligaci�n queda extinguida cuando el acreedor recibe en pago un bien o prestaci�n distinta en lugar del debido. Art�culo 1611. Si el acreedor sufre la evicci�n del bien que recibe en pago, renacer� la obligaci�n primitiva, quedando sin efecto la daci�n en pago. Secci�n Segunda Del ofrecimiento del pago y de la consignaci�n Art�culo 1612. El ofrecimiento seguido de la consignaci�n hace veces de pago, si re�ne todos los requisitos que para �ste exige la ley. Art�culo 1613. Si el acreedor rehusare sin justa causa recibir la prestaci�n debida, o dar el documento justificativo de pago, o si fuere persona incierta o incapaz de recibir, podr� el deudor librarse de la obligaci�n haciendo consignaci�n del bien. Art�culo 1614. Si el acreedor fuere conocido pero dudosos sus derechos, podr� el deudor depositar el bien debido, con citaci�n del interesado, a fin de que justifique sus derechos por los medios legales. Art�culo 1615. La consignaci�n se har� sigui�ndose el procedimiento que establezca el c�digo de la materia. Art�culo 1616. Si el juez declara fundada la oposici�n del acreedor para recibir el pago, el ofrecimiento y la consignaci�n se tienen como no hechos. Art�culo 1617. Aprobada la consignaci�n por el juez, la obligaci�n queda extinguida con todos sus efectos. Art�culo 1618. Si el ofrecimiento y la consignaci�n se han hecho legalmente, todos los gastos se har�n de cuenta del acreedor. Secci�n Tercera Del derecho de retenci�n Art�culo 1619. El derecho de retenci�n es la facultad concedida por la ley a una de las partes en un contrato conmutativo, para retener una suma de dinero o un bien debido o perteneciente a la otra parte, para asegurar el exacto cumplimiento de sus obligaciones. Art�culo 1620. El derecho de retenci�n existe: Cuando un acreedor retiene un bien propiedad de su deudor en garant�a del cumplimiento de su obligaci�n, a�n en el caso en que este bien no le haya sido entregado espec�ficamente como garant�a; y Cuando el adquirente de un bien con pago de precio diferido, est� en peligro de perderlo por una causa generada e imputable a su vendedor, antes de perfeccionarse la venta. Art�culo 1621. Si la rescisi�n del contrato dependiere de un tercero y �ste fuere dolosamente inducido a rescindirlo, se tendr� por no rescindido. Secci�n Cuarta De la evicci�n y saneamiento Art�culo 1622. Habr� evicci�n cuando el que adquiri� alg�n bien fuere privado del todo o parte de �l por sentencia que cause ejecutoria, en raz�n de alg�n derecho anterior a la adquisici�n y en los casos que expresamente se�ale la ley. Art�culo 1623. Todo el que enajena est� obligado a responder de la evicci�n, aunque nada se haya expresado en el contrato, salvo lo que se disponga en el t�tulo relativo a la donaci�n. Art�culo 1624. Los contratantes pueden aumentar o disminuir convencionalmente los efectos de la evicci�n, y a�n convenir en que �sta no se preste en ning�n caso. Art�culo 1625. Es nulo todo pacto que exima al que enajena de responder por la evicci�n, siempre que hubiere mala fe de parte suya. Art�culo 1626. Cuando el adquirente ha renunciado el derecho al saneamiento para el caso de evicci�n, llegado que sea �ste, debe el que enajena entregar �nicamente el precio del bien, conforme a lo dispuesto en los Art�culos 1629, fracci�n I y 1630, fracci�n I; pero a�n de esta obligaci�n quedar� libre, si el que adquiri�, lo hizo con conocimiento de los riesgos de evicci�n y someti�ndose a sus consecuencias. Art�culo 1627. El adquirente, luego que sea emplazado, debe denunciar el pleito de evicci�n al que le enajen�. Art�culo 1628. El fallo judicial impone al que enajena, la obligaci�n de indemnizar en los t�rminos de los Art�culos siguientes. Art�culo 1629. Si el que enajen� hubiera procedido de buena fe, estar� obligado a entregar al que sufri� la evicci�n: El precio �ntegro que recibi� por el bien; Los gastos causados por el contrato, si fueren satisfechos por el adquirente; Los causados en el pleito de evicci�n y en el de saneamiento; y El valor de las mejoras �tiles y necesarias. Art�culo 1630. Si el que enajen� hubiere procedido de mala fe, tendr� las obligaciones que expresa el art�culo anterior, con las agravantes siguientes: Devolver�, a elecci�n del adquirente, el precio que el bien ten�a al tiempo de la adquisici�n o el que tenga al tiempo en que sufra la evicci�n; Satisfar� al adquirente el importe de las mejoras voluntarias y de mero placer que haya hecho en el bien; y Pagar� los da�os y perjuicios. Art�culo 1631. Si el que enajena no comparece al pleito de evicci�n oponiendo excepciones y defensas, en tiempo h�bil, o si no rinde prueba alguna, queda obligado al saneamiento en los t�rminos del art�culo anterior. Art�culo 1632. Si el que enajena y el que adquiere proceden de mala fe, no tendr� el segundo, en ning�n caso, derecho a saneamiento ni a indemnizaci�n de ninguna especie. Art�culo 1633. Si el adquirente fuere condenado a restituir los frutos del bien, podr� exigir del que enajen� la indemnizaci�n de ellos o el inter�s legal del precio que haya dado. Art�culo 1634. Si el que adquiri� no fuere condenado a dicha restituci�n, quedar�n compensados los intereses del precio con los frutos recibidos. Art�culo 1635. Si el que enajena, al ser emplazado, manifiesta que no tiene medios de defensa, y consigna el precio por no quererlo recibir el adquirente, queda libre de cualquier responsabilidad posterior a la fecha de consignaci�n. Art�culo 1636. Las mejoras que el que enajen� hubiese hecho antes de la enajenaci�n, se le tomar�n a cuenta de lo que debe pagar al adquirente, siempre que fueren abonadas por el vendedor. Art�culo 1637. Cuando el adquirente s�lo fuere privado por la evicci�n, de una parte del bien adquirido, se observar�n respecto de �sta las reglas establecidas en esta secci�n, a no ser que el adquirente prefiera la rescisi�n del contrato. Art�culo 1638. Tambi�n se observar� lo dispuesto en el Art�culo que precede cuando en un solo contrato se hayan enajenado dos o m�s bienes sin fijar el precio de cada uno de ellos, y uno solo sufriera la evicci�n. Art�culo 1639. En el caso de los dos Art�culos anteriores, si el que adquiere elige la rescisi�n del contrato, est� obligado a devolver el bien, libre de los grav�menes que le haya impuesto. Art�culo 1640. Si al denunciarse el pleito o durante �l, reconoce el que enajen� el derecho del que reclama, y se obliga a pagar conforme a las prescripciones de esta secci�n, s�lo ser� responsable de los gastos que se causen hasta que haga el reconocimiento, y sea cual fuere el resultado del juicio. Art�culo 1641. Si la finca que se enajen� se halla gravada, sin haberse hecho menci�n de ello en la escritura, con alguna carga o servidumbre voluntaria no aparente, el que adquiri� puede pedir la indemnizaci�n correspondiente al gravamen o la rescisi�n del contrato. Art�culo 1642. Las acciones rescisorias y de indemnizaci�n a que se refiere el Art�culo que precede, prescriben en un a�o, que se contar� para la primera, desde el d�a en que se perfeccion� el contrato y para la segunda, desde el d�a en que el adquirente tenga noticia de la carga o servidumbre. Art�culo 1643. El que enajena no responde por la evicci�n: Si as� se hubiere convenido; En el caso del Art�culo 1626; Si conociendo el que adquiere el derecho del que entabla la evicci�n, lo hubiere ocultado dolosamente al que enajena; Si la evicci�n procede de una causa posterior al acto de la enajenaci�n, no imputable al que enajena, o de hecho del que adquiere, ya sea anterior o posterior al mismo acto; Si el adquirente no cumple lo prevenido en el Art�culo 1639 por su culpa o negligencia; Si el adquirente y el que reclama transigen o comprometen el negocio en �rbitros sin consentimiento del que enajen�; y Si la evicci�n tuvo lugar por culpa del adquirente. Art�culo 1644. Si el adquirente que sufre la evicci�n no hubiere denunciado el pleito oportunamente por causas ajenas a su voluntad, podr� reclamar sus derechos a la persona de quien recibi� el bien; pero �sta podr� hacer valer las pruebas y defensas que habr�a podido presentar en el juicio de evicci�n. Art�culo 1645. En las ventas por autoridad, el vendedor no est� obligado por causa de la evicci�n que sufriere el bien vendido, sino a restituir el precio que haya producido la venta. Art�culo 1646. En los contratos conmutativos, el enajenante est� obligado al saneamiento por los defectos ocultos del bien enajenado que lo hagan impropio para los usos a que se le destine, o que disminuyan de tal modo este uso, que de haberlo conocido el adquirente, no hubiere hecho la adquisici�n o habr�a dado un precio menor por el bien. Art�culo 1647. El enajenante no es responsable de los defectos manifiestos o que est�n a la vista, ni tampoco de los que no lo est�n, si el adquirente es un perito que por raz�n de su oficio o profesi�n debe f�cilmente conocerlos. Art�culo 1648. En los casos del Art�culo 1646, puede el adquirente exigir la rescisi�n del contrato y el pago de los gastos que por �l hubiere hecho, o que se le rebaje una cantidad proporcional del precio, a juicio de peritos. Art�culo 1649. Si se probare que el enajenante conoc�a los defectos ocultos del bien y no los manifest� al adquirente, tendr� �ste la misma facultad que le concede el art�culo anterior, debiendo, adem�s, ser indemnizado de los da�os y perjuicios si prefiere la rescisi�n. Art�culo 1650. En los casos en que el adquirente pueda elegir la indemnizaci�n o la rescisi�n del contrato, una vez hecha por �l la elecci�n del derecho que va a ejercitar, no puede usar del otro sin el consentimiento del enajenante. Art�culo 1651. Si el bien enajenado pereciere o mudare de naturaleza a consecuencia de los vicios que ten�a, y eran conocidos del enajenante, �ste sufrir� la p�rdida y deber� restituir el precio y abonar los gastos del contrato, con los da�os y perjuicios. Art�culo 1652. Si el enajenante no conoci� los vicios, solamente deber� restituir el precio y abonar los gastos del contrato, en el caso de que el adquirente los haya pagado. Art�culo 1653. Las acciones que nacen de lo dispuesto en los art�culos del 1646 al 1652, se extinguen, a los doce meses trat�ndose de bienes inmuebles, y a los seis meses trat�ndose de bienes muebles, contados a partir de la entrega del bien enajenado, sin perjuicio de lo dispuesto en el caso especial a que se refieren los art�culos 1641 y 1642. Art�culo 1654. Enajen�ndose dos o m�s animales juntamente, sea en un precio alzado o sea se�al�ndolo a cada uno de ellos, el vicio de uno da s�lo lugar a la acci�n redhibitoria, respecto de �l y no respecto a los dem�s; a no ser que aparezca que el adquirente no habr�a adquirido el sano o sanos sin el viciado, o que la enajenaci�n fuese de un reba�o y el vicio fuere contagioso. Art�culo 1655. Se presume que el adquirente no ten�a voluntad de adquirir uno solo de los animales, cuando se adquiere un tiro, yunta o pareja, aunque se haya se�alado un precio separado a cada uno de los animales que los componen. Art�culo 1656. Cuando el animal muere dentro de los tres d�as siguientes a su adquisici�n, es responsable el enajenante, si por juicio de peritos se prueba que la enfermedad exist�a antes de la enajenaci�n. Art�culo 1657. Lo dispuesto en el art�culo 1654 es aplicable a la enajenaci�n de cualquier otro bien. Art�culo 1658. Si la enajenaci�n se declara nula o se rescinde, debe devolverse el bien enajenado en el mismo estado en que se entreg�, siendo responsable el adquirente de cualquier deterioro que no proceda del vicio o defecto ocultados. Art�culo 1659. En caso de enajenaci�n de animales, ya sea que se enajenen individualmente, por troncos o yuntas, o como ganados, la acci�n redhibitoria por causa de tachas o vicios ocultos, prescribe a los veinte d�as, contados desde la fecha del contrato. Art�culo 1660. La calificaci�n de los vicios del bien enajenado se har� por peritos nombrados por las partes, y por un tercero que elegir� el juez en caso de discordia. Art�culo 1661. Los peritos declarar�n terminantemente si los vicios eran anteriores a la enajenaci�n y si por causa de ellos no puede destinarse el bien a los usos para que fue adquirido. Art�culo 1662. Las partes pueden restringir, renunciar o ampliar su responsabilidad por los vicios redhibitorios, siempre que no haya mala fe. Art�culo 1663. Incumbe al adquirente probar que el vicio exist�a al tiempo de la adquisici�n, y no prob�ndolo, se juzga que el vicio sobrevino despu�s. Art�culo 1664. Si el bien enajenado con vicios redhibitorios se pierde por caso fortuito o por culpa del adquirente, le queda a �ste, sin embargo, el derecho de pedir el menor valor del bien por el vicio redhibitorio. Art�culo 1665. El adquirente del bien remitido de otro lugar, que alegare que tiene vicios redhibitorios, si se trata de bienes que r�pidamente se descomponen, tiene obligaci�n de avisar inmediatamente al enajenante, que no recibe el bien; si no lo hace, ser� responsable de los da�os y perjuicios que su omisi�n ocasione. CAP�TULO II Efectos de las obligaciones con relaci�n a tercero Secci�n Primera De los actos celebrados en fraude de los acreedores Art�culo 1666. Puede demandarse la inoponibilidad de los actos celebrados por un deudor a petici�n del acreedor siempre que de los mismos resulte la insolvencia del deudor, y el cr�dito en virtud del cual se intenta la acci�n, es anterior a ellos. La inoponibilidad s�lo se decretar� en beneficio de quien la promueve, o estuviere debidamente representado en la reclamaci�n. Art�culo 1667. Si el acto fuere oneroso, la inoponibilidad s�lo podr� tener lugar en el caso y t�rminos que expresa el art�culo anterior, cuando haya mala fe tanto por parte del deudor como del tercero que contrat� con �l. Art�culo 1668. Si el acto fuere gratuito, tendr� lugar la inoponibilidad a�n cuando haya habido buena fe por parte de ambos contratantes. Art�culo 1669. Hay insolvencia cuando la suma de los bienes y cr�ditos del deudor, estimados en su justo precio, no iguala al importe de sus deudas de tal manera que hagan imposible su pago en los plazos pactados. La mala fe, en este caso, consiste en el conocimiento de ese d�ficit. Art�culo 1670. La acci�n concedida al acreedor, en los Art�culos anteriores, contra el primer adquirente, no procede contra tercer poseedor sino cuando �ste ha adquirido de mala fe o a t�tulo gratuito. Art�culo 1671. Declarado inoponible el acto fraudulento del deudor, si hubiere habido enajenaci�n de propiedades, �stas se devolver�n por el que las adquiri� de mala fe, con todos sus frutos. Art�culo 1672. El que hubiese adquirido de mala fe los bienes enajenados en fraude de los acreedores, deber� indemnizar a �stos de los da�os y perjuicios, cuando el bien hubiere pasado a un adquirente de buena fe, o cuando se hubiere perdido. Art�culo 1673. La inoponibilidad puede tener lugar, tanto en los actos en que el deudor enajena los bienes que efectivamente posee, como en aquellos en que renuncia derechos constituidos a su favor y cuyo goce no fuere exclusivamente personal. Art�culo 1674. Si el deudor no hubiere renunciado derechos irrevocablemente adquiridos, sino facultades por cuyo ejercicio pudiere mejorar el estado de su fortuna, los acreedores pueden demandar la inoponibilidad de esa renuncia y usar de las facultades renunciadas. Art�culo 1675. Podr� ser reclamada la inoponibilidad del pago hecho por el deudor insolvente, antes del vencimiento del plazo. Art�culo 1676. Igualmente podr� ser reclamada la inoponibilidad de todo acto o contrato celebrado en los treinta d�as anteriores a la declaraci�n judicial de la quiebra o del concurso, y que tuviere por objeto dar a un cr�dito ya existente una preferencia que no tiene. Art�culo 1677. La acci�n de inoponibilidad mencionada en el Art�culo 1668 cesar� luego que el deudor satisfaga su deuda o adquiera bienes con qu� poder cubrirla. Art�culo 1678. El acreedor podr� ejercitar las acciones que competen a su deudor cuando requerido �ste para deducirlas descuide o rehuse hacerlo. El tercero demandado puede paralizar la acci�n pagando al demandante el monto de su cr�dito. Las acciones derivadas de los derechos de personalidad y los personales del deudor no podr�n ser ejercitados por el acreedor. Los acreedores que acepten la herencia que corresponde a su deudor, ejercitar�n las acciones pertenecientes a �ste en los t�rminos de ley. Art�culo 1679. La inoponibilidad de los actos del deudor s�lo ser� pronunciada en inter�s de los acreedores que la hubiesen pedido, y hasta el importe de sus cr�ditos. Art�culo 1680. La inoponibilidad deber� demandarse en tanto los cr�ditos sean exigibles. Art�culo 1681. El tercero a quien hubiesen pasado los bienes del deudor, puede hacer cesar la acci�n de los acreedores cubriendo el cr�dito de los que se hubiesen presentado, o dando garant�a suficiente sobre el pago �ntegro de sus cr�ditos, si los bienes del deudor no alcanzaren a satisfacerlos. Art�culo 1682. El fraude que consiste �nicamente en la preferencia indebida a favor de un acreedor, no importa la p�rdida del derecho, sino la de la preferencia. Art�culo 1683. Si el acreedor que pide la inoponibilidad para acreditar la insolvencia del deudor prueba que el monto de las deudas de �ste excede al de sus bienes conocidos, le impone al deudor la obligaci�n de acreditar que tiene bienes suficientes para cubrir esas deudas. Art�culo 1684. Se presumen fraudulentas las enajenaciones a t�tulo oneroso hechas por aquellas personas contra quienes se hubiese notificado una demanda o expedido mandamiento de embargo de bienes, cuando dichas enajenaciones perjudiquen los derechos de sus acreedores. Secci�n Segunda De la simulaci�n de los actos jur�dicos Art�culo 1685. Es simulado el acto en que las partes declaran o confiesan falsamente lo que en realidad no ha pasado o no se ha convenido entre ellas. Art�culo 1686. La simulaci�n es absoluta cuando el acto simulado nada tiene de real; es relativa cuando a un acto jur�dico se le da una falsa apariencia que oculta su verdadero car�cter. Art�culo 1687. La simulaci�n absoluta no produce efectos jur�dicos. Descubierto el acto real que oculta la simulaci�n relativa, ese acto no ser� nulo si no hay ley que as� lo declare. Art�culo 1688. Tienen acci�n para reclamar la nulidad de los actos simulados: I. Los terceros o a sus representantes a quienes perjudique la simulaci�n; II. El Agente de la Procuradur�a Social; III. El procurador fiscal del Estado cuando se afecte a la hacienda p�blica estatal; y IV. El s�ndico de los ayuntamientos cuando resulte perjudicada la hacienda municipal. Art�culo 1689. Luego que se anule un acto simulado, se restituir� el bien o derecho a quien pertenezca, con sus frutos e intereses, si los hubiere; pero si el bien o derecho ha pasado a t�tulo oneroso a un tercero de buena fe, no habr� lugar a la restituci�n. Art�culo 1690. Tambi�n subsistir�n los grav�menes impuestos a favor de terceros de buena fe. T�TULO QUINTO Extinci�n de las obligaciones CAP�TULO I De la compensaci�n Art�culo 1691. Tiene lugar la compensaci�n cuando dos personas re�nen la calidad de deudores y acreedores rec�procamente y por su propio derecho. Art�culo 1692. El efecto de la compensaci�n es extinguir por ministerio de la ley las dos deudas, hasta la cantidad que importe la menor. Art�culo 1693. La compensaci�n no procede sino cuando ambas deudas consisten en una cantidad de dinero, o cuando siendo fungibles los bienes debidos, son de la misma especie y calidad. Art�culo 1694. Para que haya lugar a la compensaci�n se requiere que las deudas sean igualmente l�quidas y exigibles. Las que no lo fueren, s�lo podr�n compensarse por consentimiento expreso de los interesados. Art�culo 1695. Se llama deuda l�quida aqu�lla cuya cuant�a se haya determinado o puede determinarse dentro del plazo de nueve d�as. Art�culo 1696. Se llama exigible aquella deuda cuyo pago no puede rehusarse conforme a derecho. Art�culo 1697. Si las deudas no fueren de igual cantidad, hecha la compensaci�n, conforme al Art�culo 1692, queda expedita la acci�n por el resto de la deuda. Art�culo 1698. La compensaci�n no tendr� lugar: A favor del que la hubiere renunciado; Si una de las deudas toma su origen de fallo condenatorio por causa de despojo, ya que entonces el que obtuvo aqu�l a su favor deber� ser pagado, aunque el despojante le oponga la compensaci�n; Si una de las deudas fuere por alimentos; Si una de las deudas toma su origen de una renta vitalicia; Si una de las deudas procede de salario m�nimo; Si la deuda fuere de bien que no puede ser compensado, ya sea por disposici�n de la ley o por el t�tulo de que procede, a no ser que ambas deudas fueren igualmente privilegiadas; y Si la deuda fuere de bien puesto en dep�sito. Art�culo 1699. Trat�ndose de t�tulos pagaderos a la orden, no podr� el deudor compensar con el endosatario lo que le debieren los endosantes precedentes. Art�culo 1700. La compensaci�n, desde el momento en que es hecha legalmente, produce sus efectos de pleno derecho y extingue todas las obligaciones correlativas. Art�culo 1701. El que paga una deuda compensable, no puede, cuando exija su cr�dito que pod�a ser compensado, aprovecharse, en perjuicio de tercero, de los privilegios e hipotecas que tenga a su favor al tiempo de hacer el pago; a no ser que pruebe que ignoraba la existencia del cr�dito que extingu�a la deuda. Art�culo 1702. Si fueren varias las deudas sujetas a compensaci�n, se seguir�, a falta de declaraci�n, el orden establecido en el Art�culo 1608. Art�culo 1703. El derecho de compensaci�n puede renunciarse, ya expresamente, ya por hechos que manifiesten de un modo claro la voluntad de hacer la renuncia. Este derecho ser� irrenunciable cuando se trate de cr�ditos con garant�a hipotecaria. Art�culo 1704. El fiador, antes de ser demandado por el acreedor, no puede oponer a �ste la compensaci�n del cr�dito que contra �l tenga, o con la deuda del deudor principal. Art�culo 1705. El fiador puede utilizar la compensaci�n de lo que el acreedor deba al deudor principal, pero �ste no puede oponer la compensaci�n de lo que el acreedor deba al fiador. Art�culo 1706. El deudor solidario no puede exigir compensaci�n con la deuda del acreedor a sus codeudores. Art�culo 1707. El deudor que hubiere consentido la cesi�n hecha por el acreedor en favor de un tercero, no podr� oponer al cesionario la compensaci�n que podr�a oponer al cedente. Art�culo 1708. Si el acreedor dio conocimiento de la cesi�n al deudor, y �ste no consinti� en ella podr� oponer al cesionario la compensaci�n de los cr�ditos que tuviere contra el cedente y que fueren anteriores a la cesi�n. Art�culo 1709. Si la cesi�n se realizare sin consentimiento del deudor, podr� �ste oponer la compensaci�n de los cr�ditos anteriores a ella, y la de los posteriores hasta la fecha en que hubiere obtenido conocimiento de la cesi�n. Art�culo 1710. Las deudas pagaderas en diferente lugar, pueden compensarse mediante la indemnizaci�n que deber� hacer la parte que la solicite, por los da�os y perjuicios que sufra la otra parte por no obtener o no efectuar la prestaci�n en el lugar fijado. Art�culo 1711. La compensaci�n no puede tener lugar en perjuicio de los derechos de tercero leg�timamente adquiridos. Art�culo 1712. La prescripci�n no excluye la compensaci�n cuando el cr�dito actualmente prescrito no lo estaba en el momento en que debi� operarse la compensaci�n. CAP�TULO II De la confusi�n de derechos Art�culo 1713. La obligaci�n se extingue por confusi�n cuando las calidades de acreedor y deudor se re�nen en una misma persona. La obligaci�n renace si la confusi�n cesa. Art�culo 1714. La confusi�n que se verifica en la persona del acreedor o deudor solidario, s�lo produce sus efectos en la parte proporcional de su cr�dito o deuda. Art�culo 1715. Mientras se hace la partici�n de una herencia, no hay confusi�n cuando el deudor hereda al acreedor o �ste a aqu�l. CAP�TULO III De la remisi�n de la deuda Art�culo 1716. Cualquiera puede renunciar su derecho y remitir, en todo o en parte, las prestaciones que le son debidas, excepto en aquellos casos en que la ley lo prohibe. Art�culo 1717. La condonaci�n de la deuda principal extingue las obligaciones accesorias; pero la de �stas deja subsistente la primera. Art�culo 1718. Habiendo varios deudores solidarios, el perd�n que fuere concedido solamente a alguno de ellos, en la parte relativa a su responsabilidad no aprovecha a los otros. Art�culo 1719. La devoluci�n de la prenda es presunci�n de la remisi�n del derecho a la misma prenda, si el acreedor no prueba lo contrario. CAP�TULO IV De la novaci�n Art�culo 1720. Hay novaci�n de contrato cuando las partes en �l interesadas la alteran substancialmente, sustituyendo una obligaci�n nueva por la antigua. Art�culo 1721. La novaci�n es un contrato, y como tal, est� sujeto a las disposiciones respectivas, salvo lo que prevengan las disposiciones de este cap�tulo. Art�culo 1722. La novaci�n nunca se presume, debe constar expresamente. Art�culo 1723. La novaci�n deber� constar en la misma forma con que se celebr� el contrato original, salvo que la ley o los contratantes exijan mayor formalidad. Art�culo 1724. A�n cuando la obligaci�n anterior est� subordinada a una condici�n suspensiva, solamente quedar� la novaci�n dependiente del cumplimiento de aqu�lla, si as� se hubiere estipulado. Art�culo 1725. Si la primera obligaci�n se hubiere extinguido al tiempo en que se contrajere la segunda, quedar� la novaci�n sin efecto. Art�culo 1726. La novaci�n es nula si lo fuere tambi�n la obligaci�n primitiva, salvo que la causa de nulidad solamente pueda ser invocada por el deudor, o que la ratificaci�n convalide los actos nulos en su origen. Art�culo 1727. Si la novaci�n fuere nula, subsistir� la antigua obligaci�n. Art�culo 1728. La novaci�n extingue la obligaci�n principal y las obligaciones accesorias. El acreedor puede, por una reserva expresa, impedir la extinci�n de las obligaciones accesorias, de la obligaci�n original, que entonces pasan a la nueva obligaci�n pactada contractualmente por las partes. Art�culo 1729. El acreedor no puede reservarse el derecho de prenda o hipoteca de la obligaci�n extinguida, si los bienes hipotecados o empe�ados pertenecieren a terceros que no hubieren tenido parte en la novaci�n. Tampoco puede reservarse la fianza sin consentimiento del fiador. Art�culo 1730. Cuando la novaci�n se efect�e entre el acreedor y un deudor solidario, los privilegios e hipotecas del antiguo cr�dito s�lo pueden quedar reservados con relaci�n a los bienes del deudor que contrae la nueva obligaci�n. Art�culo 1731. Por la novaci�n hecha entre el acreedor y alguno de los deudores solidarios, quedan exonerados todos los dem�s codeudores, sin perjuicio de lo dispuesto en el Art�culo 1509. CAP�TULO V Prescripci�n Secci�n Primera Prescripci�n Art�culo 1732. Prescripci�n es un medio de librarse de obligaciones mediante el transcurso de cierto tiempo, por no exigirse su cumplimiento. Art�culo 1733. La prescripci�n aprovecha a todos, a�n a los que por s� mismos no pueden obligarse, debe ser reclamada ya que no opera oficiosamente. Art�culo 1734. Las personas con capacidad para enajenar pueden renunciar a la prescripci�n ganada, pero no el derecho de prescribir para lo sucesivo. Art�culo 1735. La renuncia de la prescripci�n es expresa o t�cita, siendo esta �ltima la que resulta de un hecho que importa el reconocimiento de la subsistencia de la obligaci�n. Art�culo 1736. La prescripci�n adquirida por el deudor principal aprovecha a los deudores solidarios y a los fiadores. Art�culo 1737. La excepci�n que por prescripci�n adquiera un codeudor solidario, no aprovechar� a los dem�s sino cuando el tiempo exigido haya debido correr del mismo modo para todos ellos. Art�culo 1738. En el caso previsto por el Art�culo que precede, el acreedor s�lo podr� exigir a los deudores que no prescribieren, el valor de la obligaci�n deducida la parte que corresponde al deudor que prescribi�. Art�culo 1739. El Estado, los municipios y las dem�s personas jur�dicas de orden p�blico se considerar�n como particulares para la prescripci�n de las acciones y los derechos de orden privado que tengan a su favor o en su contra. Art�culo 1740. Fuera de los casos expresamente exceptuados por la ley, se necesita el lapso de cinco a�os, contando desde que una obligaci�n pudo exigirse, para que prescriba el derecho de pedir su cumplimiento. Art�culo 1741. La obligaci�n de dar alimentos es imprescriptible. Art�culo 1742. Prescriben en dos a�os: Los honorarios profesionales u otras retribuciones por la prestaci�n de cualquier servicio. La prescripci�n comienza a correr desde la fecha en que dejaron de prestarse los servicios; La acci�n de los hoteleros para cobrar el importe del hospedaje, y la de �stos y la de los fonderos para cobrar el precio de los alimentos que ministren. La prescripci�n corre desde el d�a en que debi� ser pagado el hospedaje, o desde aqu�l en que se ministraron los alimentos; y La responsabilidad civil proveniente de hechos il�citos que no constituyan delitos. La prescripci�n corre desde el d�a en que se verificaron los mismos. Art�culo 1743. Las pensiones, rentas, alquileres, pago de intereses y cualesquiera otras prestaciones peri�dicas no cobradas a su vencimiento, quedar�n prescritas en dos a�os contados, escalonadamente, desde el vencimiento de cada una de ellas, ya se haga el cobro en virtud de acci�n real o de acci�n personal. Art�culo 1744. Prescribe en dos a�os la obligaci�n de rendir cuentas. En igual t�rmino prescriben las obligaciones l�quidas que resulten de la rendici�n de cuentas. En el primer caso, la prescripci�n comienza a correr desde el d�a en que el obligado termina su administraci�n; en el segundo caso, desde el d�a en que la liquidaci�n es aprobada por los interesados. Art�culo 1745. La prescripci�n se suspende y, por tanto, no puede comenzar ni correr: Entre ascendientes y descendientes, durante la patria potestad; Entre los incapaces y sus tutores mientras dura la tutela; Entre consortes mientras subsista legalmente su uni�n matrimonial; Entre personas que no estando casados y sin que haya impedimento no dispensable para contraer matrimonio entre ellas, viven como si lo estuvieren, mientras dure el estado aparente matrimonial; Entre copropietarios o coposeedores, respecto del bien com�n; Entre los coherederos por los derechos que entre s� y con relaci�n a la herencia tengan que reclamarse, mientras no se haga la partici�n definitiva; Entre las personas cuyos bienes est�n sometidos por la ley o por providencia del juez a la administraci�n de otros y �stos, respecto de los actos y responsabilidades inherentes a la administraci�n, mientras no se haya presentado y aprobado definitivamente la cuenta; Entre las personas jur�dicas y sus administradores mientras �stos est�n en el cargo, por las acciones de responsabilidad contra ellos; Entre el deudor que ha ocultado dolosamente la existencia de la deuda y el acreedor, mientras el dolo no haya sido descubierto; Para incapaces mientras no tengan representante legar en forma individualizada, y por seis meses m�s siguientes al nombramiento del mismo, o a la cesaci�n de la incapacidad; Para quienes se encuentran en servicio p�blico fuera del territorio del Estado; y Para los militares en servicio activo y civiles al servicio de las fuerzas armadas, en tiempo de guerra, tanto fuera como dentro del Estado. Art�culo 1746. La prescripci�n se interrumpe: Por la presentaci�n de la demanda aunque la misma no hubiere sido notificada o por cualquier g�nero de requerimiento o de interpelaci�n hecha al deudor. Se considerar� la prescripci�n como no interrumpida si el actor desistiese el requerimiento, de la interpelaci�n o de la demanda, o fuese �sta desestimada, u operare la caducidad de la instancia; y Porque la persona a cuyo favor transcurre la prescripci�n reconozca expresamente, de palabra o por escrito, o t�citamente por hechos indudables, el derecho de la persona contra quien prescribe. Empezar� a contarse el nuevo t�rmino de la prescripci�n, en caso de reconocimiento de las obligaciones, desde el d�a en que se haga; si se renueva el documento, desde la fecha del nuevo t�tulo, y si se hubiere prorrogado el plazo del cumplimiento de la obligaci�n, desde el vencimiento del nuevo plazo o pr�rroga. Art�culo 1747. La interrupci�n de la prescripci�n a favor de alguno de los acreedores solidarios aprovecha a todos, y las causas que interrumpen la prescripci�n respecto de uno de los deudores solidarios, la interrumpen tambi�n respecto de los otros. Sin embargo, si el acreedor, consintiendo en la divisi�n de la deuda respecto de uno de los deudores solidarios s�lo exigiere de �l la parte que le corresponda, no se tendr� por interrumpida la prescripci�n respecto de los dem�s. Art�culo 1748. La interrupci�n de la prescripci�n contra el deudor principal produce los mismos efectos contra su fiador. Secci�n Segunda De la manera de contar el tiempo para la prescripci�n Art�culo 1749. Desde el momento en que el cr�dito es exigible, empieza a correr el tiempo para la prescripci�n que se cuenta por a�os y no de momento a momento, excepto en los casos en que as� lo determine la ley expresamente. Art�culo 1750. Los meses se regular�n con el n�mero de d�as que les corresponda. Art�culo 1751. Cuando la prescripci�n se cuente por d�as, se entender�n �stos de veinticuatro horas naturales, contadas de las veinticuatro a las veinticuatro. Art�culo 1752. El d�a en que comienza la prescripci�n se cuenta siempre entero, aunque no lo sea; pero aqu�l en que la prescripci�n termina, debe ser completo. Art�culo 1753. Cuando el �ltimo d�a sea feriado, no se tendr� por completa la prescripci�n, sino cumplido el primer d�a �til que le siga. CAP�TULO VI La caducidad Art�culo 1754. En virtud de la caducidad, por el simple transcurso del tiempo, o la no realizaci�n de ciertos y deliberados actos, los derechos y sus acciones dejan de existir, o no se constituyen. La caducidad contrariamente a la prescripci�n: Extinguir� derechos sin necesidad de declaraci�n judicial; Deber� ser tomada en cuenta de oficio por el juez, ya que la no caducidad ser� condici�n necesaria e imprescindible para el ejercicio de la acci�n; y No admitir� la interrupci�n ni tampoco la suspensi�n, a menos que con relaci�n a esta �ltima haya disposici�n legal expresa en contrario. Art�culo 1755. La caducidad es legal o convencional y se da en contra de todos los involucrados en una relaci�n jur�dica. Art�culo 1756. La caducidad legal debe tenerse por cumplida aunque no se invoque por parte leg�tima. La caducidad convencional debe ser siempre reclamada por parte leg�tima. Art�culo 1757. La caducidad no est� sujeta a suspensi�n ni interrupci�n. Sin embargo, si se trata de un derecho sujeto a una condici�n suspensiva o al reconocimiento por parte del deudor; el t�rmino para la caducidad comenzar� a correr desde que se realiza la condici�n suspensiva o el deudor reconoce la obligaci�n o deuda. Art�culo 1758. En los derechos de orden p�blico y social, podr� establecerse por las partes un t�rmino para la caducidad diferente del legal, siempre que beneficie o sea menos gravoso para el deudor. En caso de que en esta clase de derechos, el t�rmino para la caducidad convencional no beneficie al deudor, dicha cl�usula se tendr� por no puesta, y se atender� al t�rmino para la caducidad legal. T�TULO SEXTO CAP�TULO I De la nulidad y de otras formas de ineficacia Art�culo 1759. La nulidad hace ineficaces los actos jur�dicos, y puede ser absoluta o relativa. Art�culo 1760. Se considera que el acto jur�dico es afectado con nulidad absoluta por falta de consentimiento, de objeto que pueda ser materia de �l, o de las solemnidades prescritas por la ley. Art�culo 1761. La ilicitud en el objeto, en la causa o en la condici�n del acto produce su nulidad, ya sea absoluta, ya relativa. Art�culo 1762. La incapacidad de goce produce la nulidad absoluta del acto. Art�culo 1763. El acto jur�dico afectado por nulidad absoluta produce efectos provisionales, los que ser�n destruidos retroactivamente cuando se decrete por autoridad judicial, y por ser de orden p�blico, no es susceptible de revalidarse por confirmaci�n ni por prescripci�n, pudiendo invocarse por todo afectado. Art�culo 1764. La nulidad es relativa cuando no re�ne todos los caracteres se�alados en el art�culo anterior; siempre permite que el acto produzca provisionalmente sus efectos los cuales ser�n definitivos si el acto se confirma. Art�culo 1765. La falta de forma establecida por la ley, as� como el error, el dolo, la violencia, la lesi�n, la reticencia, y la incapacidad de ejercicio de cualesquiera de los autores del acto produce la nulidad relativa del mismo. Art�culo 1766. La acci�n y la excepci�n de la nulidad por falta de forma compete a todos los interesados. Art�culo 1767. La nulidad por causa de error, dolo, violencia, lesi�n, reticencia o incapacidad de ejercicio s�lo puede invocarse por el que ha sufrido esos vicios de consentimiento, se ha perjudicado por la lesi�n o representa al incapaz. Art�culo 1768. La nulidad de un acto jur�dico por defecto en la forma establecida por la ley, se extingue por la confirmaci�n de ese acto hecho en la forma omitida. Art�culo 1769. Cuando la falta de forma produzca la nulidad del acto, si la voluntad de las partes ha quedado constante de una manera indubitable, y no se trata de un acto revocable, cualesquiera de los interesados puede exigir que el acto se otorgue en la forma prescrita por la ley, siempre que adem�s se satisfagan las condiciones establecidas por el Art�culo 1307 de este mismo c�digo. Art�culo 1770. Cuando el contrato es nulo por incapacidad, violencia o error, puede ser confirmado cuando cese el vicio o motivo de nulidad, siempre que no concurra otra causa que invalide la confirmaci�n. Art�culo 1771. El cumplimiento voluntario por medio del pago, novaci�n o por cualquier otro modo, se tiene por ratificaci�n t�cita y extingue la acci�n de nulidad. Art�culo 1772. La confirmaci�n se retrotrae al d�a en que se verific� el acto nulo; pero ese efecto retroactivo no perjudicar� a los derechos de tercero. Art�culo 1773. La acci�n de nulidad fundada en incapacidad o en error, puede intentarse en los plazos establecidos en el Art�culo 53. Si el error se conoce antes de que transcurran esos plazos, la acci�n de nulidad prescribe a los sesenta d�as, contados desde que el error fue conocido. Art�culo 1774. La acci�n para pedir la nulidad de un contrato hecho por violencia, prescribe a los seis meses contados desde que cese ese vicio del consentimiento. Art�culo 1775. El acto jur�dico viciado de nulidad en parte, no es totalmente nulo, si las partes que lo forman pueden legalmente subsistir separadas, al menos que se demuestre que al celebrarse el acto se quiso que s�lo �ntegramente subsistiera. Art�culo 1776. La anulaci�n del acto obliga a los interesados a restituirse mutuamente lo que han recibido o percibido en virtud o por consecuencia del acto anulado, siempre que sea posible conforme a la naturaleza del acto. Art�culo 1777. Si el acto fuere bilateral y las obligaciones correlativas consisten ambas en sumas de dinero o en bienes productivos de frutos, no se har� la restituci�n respectiva de intereses o de frutos sino desde el d�a de la demanda de la nulidad. Los intereses y los frutos percibidos hasta esa �poca se compensan entre s�. Art�culo 1778. Mientras que uno de los contratantes no cumpla con la devoluci�n de aquello que en virtud de la declaraci�n de nulidad del contrato est� obligado, no puede ser compelido el otro a que cumpla por su parte. Art�culo 1779. Todos los derechos reales o personales transmitidos a tercero sobre un inmueble, por una persona que ha llegado a ser propietario de �l en virtud del acto anulado, quedan sin ning�n valor y pueden ser reclamados directamente del poseedor actual mientras que no se cumpla la usucapi�n, observ�ndose lo dispuesto para los terceros adquirentes de buena fe. CAP�TULO II De la revocaci�n Art�culo 1780. Se da la revocaci�n de un acto jur�dico perfecto, leg�timo y v�lido cuando quien otorga su consentimiento para darle existencia al mismo, dispone privarlo de eficacia jur�dica hacia el futuro; la revocaci�n en consecuencia no tiene efectos retroactivos. Art�culo 1781. La revocaci�n debe consignarse en la misma formalidad con la que se celebr� el acto jur�dico revocado. Art�culo 1782. Cuando se pretende la revocaci�n de un contrato sinalagm�tico, debe convenirse por todas las partes involucradas. Ser� nulo el pacto por el que se faculte a una sola de las partes a revocarlo, salvo en los casos expresamente previstos por este C�digo. CAP�TULO III De la resoluci�n o rescisi�n Art�culo 1783. Hay resoluci�n en un contrato sinalagm�tico, cuando una de las partes que ha cumplido en su totalidad las obligaciones que derivan a su cargo, da por concluida la relaci�n contractual en virtud del manifiesto incumplimiento del otro contratante. En virtud de la resoluci�n queda privado el acto de toda eficacia y concluidas las relaciones jur�dicas existentes entre las partes. Art�culo 1784. La facultad de resolver las obligaciones se entiende impl�cita en las rec�procas, para el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que le incumbe. El perjudicado podr� optar entre el cumplimiento forzoso o la resoluci�n de la obligaci�n, con el resarcimiento de da�os y perjuicios en ambos casos. Tambi�n podr� pedir la resoluci�n a�n despu�s de haber pedido su cumplimiento, cuando �ste fuere imposible. Esta facultad opera de pleno derecho y se tendr� por resuelta la obligaci�n, siempre y cuando: Sea consignado ante la autoridad judicial lo recibido como contraprestaci�n hecha la deducci�n de los da�os y perjuicios o en su caso la pena convencional; Se haga saber tal determinaci�n judicialmente a la otra parte; y Que transcurran treinta d�as naturales contados a partir del siguiente al que se hizo saber la determinaci�n a que alude la fracci�n anterior, sin que el notificado demande ante el mismo juzgado que le notific� y acredite haber cumplido las obligaciones que le competen. Cuando la autoridad judicial declare improcedente la oposici�n, la resoluci�n surtir� efectos a partir de la fecha de la notificaci�n. Art�culo 1785. La resoluci�n del contrato fundada en falta de pago por parte del adquirente de la propiedad de bienes inmuebles u otro derecho real sobre los mismos, no surtir� efecto contra tercero de buena fe, si no se ha estipulado expresamente y ha sido inscrita en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 1786. Respecto de bienes muebles no tendr� lugar la rescisi�n, salvo lo previsto para las ventas en las que se faculta al comprador a pagar el precio en abonos. Art�culo 1787. El consentimiento se entiende otorgado en las condiciones y circunstancias en que se celebra el contrato; por tanto, salvo aquellos que aparezcan celebrados con car�cter aleatorio, cuando en los negocios de ejecuci�n a largo plazo o de tracto sucesivo, surjan en el intervalo acontecimientos extraordinarios que rompan con la reciprocidad, la equidad o la buena fe de las partes, podr� intentarse la acci�n tendiente a la recuperaci�n de este equilibrio y cuando el demandado no estuviere de acuerdo con ello, podr� optar por su resoluci�n. Art�culo 1788. En todo caso de aplicaci�n del art�culo anterior, la parte que haya obtenido la cesaci�n de los efectos de un contrato deber� indemnizar a la otra, por mitad, de los perjuicios que le ocasione la carencia repentina de las prestaciones materia de dicho contrato, incluyendo gastos y dem�s erogaciones que tuvieren que hacerse para lograr las mismas prestaciones en los t�rminos que sean usuales o justos en ese momento. S�lo podr� librarse de este compromiso la parte que ofreciere a la otra llevar adelante las prestaciones aludidas, en t�rminos h�biles, a�n cuando esta �ltima rehusare la proposici�n. Art�culo 1789. En los casos a que se refiere el Art�culo 1322 si por virtud de la resoluci�n quedare sin compensar alg�n lucro o beneficio obtenidos por una parte a costa de la otra, se estar� a lo dispuesto en el cap�tulo tercero del t�tulo primero de este libro. Art�culo 1790. Para que tengan aplicaci�n los art�culos que preceden, se supone que el cumplimiento parcial o total del contrato se halla pendiente por causa leg�tima y no por culpa o mora del obligado. Art�culo 1791. Por virtud de la rescisi�n, la autoridad judicial ante el incumplimiento de una de las partes en una convenci�n, la libera de su obligaci�n y ordena la restituci�n rec�proca en cuanto ello fuere posible de las prestaciones que entre s� se otorgaron las partes como si el acto jur�dico no hubiere existido. Art�culo 1792. Trat�ndose de contratos de arrendamiento de inmuebles, en donde se invoque como �nica causal para pedir la rescisi�n la falta de pago de las rentas, si el demandado exhibe recibo o el importe de las pensiones de rentas reclamadas y en su caso, las costas y dem�s accesorios demandados, la autoridad judicial deber� sobreseer todo procedimiento, si es que a�n no se dicta sentencia. Lo dispuesto en este Art�culo es de orden p�blico y por ende irrenunciable. CAP�TULO IV De la inoponibilidad Art�culo 1793. Existe la inoponibilidad de un acto jur�dico, cuando su celebraci�n no fue debidamente notificada o publicitada a terceros en esa relaci�n y que evidentemente tienen un inter�s en el mismo. El acto jur�dico vale entre quienes lo celebraron o consintieron su celebraci�n, pero no frente a quien no fue enterado. CAP�TULO V De la inoficiocidad Art�culo 1794. La inoficiocidad se da en los actos jur�dicos esencialmente gratuitos por virtud de los cuales su autor, omitiendo cumplir con disposiciones de orden p�blico, o sobreviniendo �stas con posterioridad a su otorgamiento se constituyen derechos en favor de terceros. El acto jur�dico en s� es v�lido, pero su ejecuci�n queda sujeta al cumplimiento de las obligaciones preteridas. CAP�TULO VI De la reducibilidad Art�culo 1795. Se da la reducibilidad en un contrato sinalagm�tico cuando en el momento de otorgarse se pacten prestaciones superiores a las establecidas en la ley, es decir, la reducibilidad no anula el contrato sino que restablece la equidad contractual cuando sobrevienen hechos o causas que no exist�an al momento de otorgarse el acto jur�dico y que de haber existido reducir�an o anular�an las prestaciones otorgadas. SEGUNDA PARTE T�TULO PRIMERO De la concurrencia y graduaci�n de cr�ditos y de la insolvencia de los deudores CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 1796. El deudor responde del cumplimiento de sus obligaciones con todo su patrimonio econ�mico con excepci�n de los bienes que, conforme a la ley, son inalienables o no embargables. Art�culo 1797. Procede la declaraci�n de concurso trat�ndose de deudores civiles que, teniendo dos o m�s acreedores: Suspendan de hecho el pago de sus deudas l�quidas y exigibles; No presenten bienes suficientes cuando fueren ejecutados; Siempre que su pasivo exceda a su activo en un treinta y tres por ciento; y Hicieren, a favor de los acreedores, abandono de sus bienes por medio de la cesi�n respectiva. Art�culo 1798. Para que los acreedores puedan considerarse como tales y promover la declaraci�n del concurso, no ser� preciso que haya cosa juzgada sobre su car�cter, bastando que sus cr�ditos consten en t�tulo ejecutivo; sin perjuicio, de que oportunamente se pueda discutir la admisi�n de cada cr�dito por el deudor o por el representante del concurso. Art�culo 1799. El concurso tiene por objeto resolver en un s�lo procedimiento todas las cuestiones referentes a la liquidaci�n de los bienes del deudor, para pagar los cr�ditos en los t�rminos de este t�tulo. Art�culo 1800. La declaraci�n de concurso incapacita al deudor para seguir administrando sus bienes, as� como para cualesquiera otra administraci�n que por la ley le corresponda, y hace que se venza el plazo de todas sus deudas. Esa declaraci�n produce tambi�n el efecto de que dejan de causar intereses las deudas del concursado, salvo los cr�ditos hipotecario y pignoraticios, que los seguir�n devengando, hasta donde alcance el valor de los bienes que los garanticen. Art�culo 1801. Los capitales debidos ser�n pagados en el orden establecido en este t�tulo; y si despu�s de satisfechos quedaren fondos pertenecientes al concurso, se pagar�n los r�ditos correspondientes, en el mismo orden en que se pagaron los capitales, pero reducidos los intereses al tipo legal, a no ser que se hubiere pactado un tipo menor. S�lo que hubieren bienes suficientes para que todos los acreedores queden pagados, se cubrir�n los r�ditos al tipo convenido que sea superior al legal. Art�culo 1802. El deudor declarado en estado de concurso puede celebrar con sus acreedores los convenios que estime oportunos, pero estos convenios se har�n precisamente en junta de acreedores debidamente constituida y s�lo obligar�n cuando se adopten por la conformidad de la mayor�a, con la aprobaci�n del juez que conozca del concurso. Aquellos convenios que se celebren entre el deudor y cualquiera de sus acreedores y que no se ajusten a los lineamientos previstos en el supuesto anterior, ser�n nulos sin el requerimiento de la declaratoria judicial. Art�culo 1803. Derogado. Art�culo 1804. La proposici�n de convenio se discutir� y pondr� a votaci�n, formando resoluci�n el voto de un n�mero de acreedores que compongan la mitad y uno m�s de los concurrentes, siempre que su inter�s en el concurso cubra las tres quintas partes del pasivo, deducido el importe de los cr�ditos de los acreedores hipotecarios y pignoraticios que hubieren optado por no ir al concurso. Art�culo 1805. Dentro de los ocho d�as siguientes a la celebraci�n de la junta en que se hubiere aprobado el convenio, los acreedores disidentes y los que no hubieren concurrido a la junta podr�n oponerse a la aprobaci�n del mismo. Art�culo 1806. Las �nicas causas en que podr� fundarse la oposici�n al convenio ser�n: Defectos en las formas prescritas para la convocaci�n, celebraci�n y deliberaci�n de la junta; Falta de personalidad o representaci�n en alguno de los votantes, siempre que su voto decida la mayor�a en n�mero o en cantidad; Acuerdos fraudulentos entre el deudor y uno o m�s acreedores, o de los acreedores entre s�, para votar a favor del convenio; Exageraci�n fraudulenta de cr�ditos para procurar la mayor�a de cantidad; y La inexactitud fraudulenta en el inventario de los bienes del deudor o en los informes de los s�ndicos, para facilitar la admisi�n de las proposiciones del deudor. Art�culo 1807. Aprobado el convenio por el juez, ser� obligatorio para el fallido y para todos los acreedores cuyos cr�ditos daten de �poca anterior a la declaraci�n, si hubiesen sido citados en forma legal, o si habi�ndoles notificado la aprobaci�n del convenio no hubieren reclamado contra �ste en los t�rminos prevenidos en el C�digo de Procedimientos Civiles, aunque esos acreedores no est�n comprendidos en la lista correspondiente, ni hayan sido parte en el procedimiento. Art�culo 1808. Los acreedores hipotecarios y los pignoraticios, podr�n abstenerse de tomar parte en la junta de acreedores en la que haga proposiciones el deudor, y en tal caso, las resoluciones de la junta no perjudicar�n sus respectivos derechos. Si por el contrario, prefieren tener voz y voto en la mencionada junta, ser�n comprendidos en las esperas o quitas que la junta acuerde, sin perjuicio del lugar y grado que corresponda al t�tulo de su cr�dito. Art�culo 1809. Si el deudor cumpliere el convenio, quedar�n extinguidas sus obligaciones en los t�rminos estipulados en el mismo; pero si dejare de cumplirlo en todo o en parte, renacer� el derecho de los acreedores por las cantidades que no hubiesen percibido de su cr�dito primitivo, y podr� cualesquiera de ellos pedir la declaraci�n o continuaci�n del concurso. Art�culo 1810. No mediando pacto expreso en contrario entre el deudor y acreedores, conservar�n �stos su derecho, terminado el concurso, para cobrar de los bienes que el deudor adquiera posteriormente, la parte de cr�dito que no les hubiere sido satisfecha. Art�culo 1811. Los cr�ditos se graduar�n en el orden que se clasifican en los cap�tulos siguientes, con la prelaci�n que para cada clase se establezca en ellos. Art�culo 1812. Concurriendo diversos acreedores de la misma clase y n�mero, ser�n pagados seg�n la fecha de sus t�tulos, si aqu�lla constare de una manera indubitable. En cualquier otro caso, ser�n pagados a prorrata. Art�culo 1813. Los gastos judiciales hechos por un acreedor, en lo particular, ser�n pagados en el lugar en que deba serlo el cr�dito que los haya causado. Art�culo 1814. El cr�dito cuya preferencia provenga de convenio fraudulento entre el acreedor y el deudor, pierde toda preferencia, a no ser que el dolo provenga del deudor, quien en este caso ser� responsable de los da�os y perjuicios que se sigan a los dem�s acreedores, adem�s de las penas que merezca por el fraude. CAP�TULO II De los cr�ditos privilegiados, hipotecarios y pignoraticios Art�culo 1815. Son acreedores privilegiados los que a continuaci�n se listan, y cuya prelaci�n se determina por el orden de enumeraci�n: Los acreedores por gastos de funeral del deudor, de su esposa, de sus descendientes sujetos a patria potestad o a tutela y de sus ascendientes cuando �stos no tengan bienes suficientes para cubrirlos, ni alg�n otro descendiente que pueda sufragarlos. Los costos de funeral deben de ser proporcionados al modo y condici�n de vida del deudor; Los gastos de la �ltima enfermedad de las personas mencionadas en la fracci�n anterior, hechos en los �ltimos seis meses que precedieron al fallecimiento; y El cr�dito por alimentos fiados al deudor para su subsistencia y la de su familia, en los seis meses anteriores a la formaci�n del concurso y el aseguramiento de las obligaciones alimentarias a cargo del deudor por el t�rmino de un a�o. Art�culo 1816. Los acreedores hipotecarios y los pignoraticios no necesitan entrar en concurso para hacer el cobro de sus cr�ditos. Pueden deducir las acciones que les competan en virtud de la hipoteca o de la prenda, en los juicios respectivos, a fin de ser pagados con el valor de los bienes que garanticen sus cr�ditos. Art�culo 1817. Si hubiere varios acreedores hipotecarios garantizados con los mismos bienes, pueden formar un concurso especial con ellos, y ser�n pagados por el orden de fechas en que se otorgaron las hipotecas, si �stas se registraron antes del inicio del tr�mite del concurso. Art�culo 1818. Cuando el valor de los bienes hipotecados o dados en prenda no alcanzare a cubrir los cr�ditos que garantizan, por el saldo deudor entrar�n al concurso los acreedores de que se trata, y ser�n pagados como acreedores de tercera clase. Art�culo 1819. Para que el acreedor pignoraticio goce del derecho que le concede el Art�culo 1816, es necesario que cuando la prenda le hubiere sido entregada en la primera de las formas establecidas en el Art�culo 2476, la conserve en su poder o que sin culpa suya haya perdido su posesi�n; y que cuando le hubiere sido entregada en la segunda de las formas previstas en el Art�culo citado, no haya consentido que el deudor depositario o el tercero que la conserva en su poder, la entreguen a otra persona. Art�culo 1820. Del precio de los bienes hipotecados o dados en prenda, se pagar�n en el orden siguiente: Los gastos del juicio respectivo y los que causen las ventas de esos bienes; Los gastos de conservaci�n y administraci�n de los mencionados bienes; La deuda de seguros de los propios bienes; y Los cr�ditos hipotecarios de acuerdo con lo dispuesto en el Art�culo 1817, comprendi�ndose en el pago de los r�ditos de los �ltimos tres a�os, o los cr�ditos pignoraticios, seg�n su fecha, as� como sus r�ditos, durante los �ltimos seis meses. Art�culo 1821. Para que se paguen con la preferencia se�alada los cr�ditos comprendidos en las fracciones II y III del art�culo anterior, son requisitos indispensables que los primeros hayan sido necesarios, y que los segundos consten aut�nticamente. Art�culo 1822. Si el concurso llega al per�odo en que deba pronunciarse sentencia de graduaci�n, sin que los acreedores privilegiados, hipotecarios o pignoraticios hagan uso de los derechos que les concede los Art�culos 1815 y 1816, el concurso har� vender los bienes y depositar� el importe del cr�dito y de los r�ditos correspondientes, observ�ndose, en su caso, las disposiciones relativas a los ausentes. Art�culo 1823. El concurso tiene derecho para redimir los grav�menes hipotecarios y pignoraticios que pesen sobre los bienes del deudor, o de pagar las deudas de que especialmente responden algunos de �stos, y entonces, esos bienes entrar�n a formar parte del fondo del concurso. Art�culo 1824. Los trabajadores al servicio del deudor no necesitan entrar al concurso para que se les paguen los cr�ditos que tengan por salarios o sueldos devengados en el �ltimo a�o y por indemnizaciones. Deducir�n su reclamaci�n ante la autoridad que corresponda y en cumplimiento de la resoluci�n que se dicte, se enajenar�n los bienes que sean necesarios para que los cr�ditos de que se trata se paguen preferentemente a cualesquiera otros. Art�culo 1825. Si entre los bienes del deudor se hallaren comprendidos bienes muebles o ra�ces adquiridos por sucesi�n y obligados por el autor de la herencia a ciertos acreedores, podr�n �stos pedir que aqu�llos sean separados y formar concurso especial con exclusi�n de los dem�s acreedores propios del deudor. Art�culo 1826. El derecho reconocido en el art�culo anterior no tendr� lugar: Si la separaci�n de los bienes no fuere pedida dentro de tres meses, contados desde que se inici� el concurso o desde la aceptaci�n de la herencia; y Si los acreedores hubieren hecho novaci�n de la deuda o de cualquier otro modo hubieren aceptado la responsabilidad personal del heredero. Art�culo 1827. Los acreedores que obtuvieren la separaci�n de bienes, no podr�n entrar al concurso del heredero, aunque aqu�llos no alcancen a cubrir sus cr�ditos. CAP�TULO III De los acreedores preferentes sobre determinados bienes Art�culo 1828. Con el valor de los bienes que se mencionan, ser�n pagados preferentemente: La deuda por gastos de salvamento, con el valor del bien salvado; La deuda contraida antes del concurso, expresamente para ejecutar obras de rigurosa conservaci�n de algunos bienes, con el valor de �stos; siempre que se pruebe que la cantidad prestada se emple� en esas obras; Los cr�ditos a que se refiere el Art�culo 2302, con el precio de la obra construida; Los cr�ditos por semillas, gastos de cultivo y recolecci�n, con el precio de la cosecha para que sirvieron y que no se halle en poder del deudor; El cr�dito por fletes, con el precio de los efectos transportados, si se encuentran en poder del acreedor; El cr�dito por hospedaje, con el precio de los muebles del deudor que se encuentren en la casa o establecimiento donde est� hospedado; El cr�dito del arrendador, con el precio de los bienes muebles embargables que se hallen dentro de la finca arrendada o con el precio de los frutos de la cosecha respectiva, si el predio fuere r�stico; El cr�dito que provenga del precio de los bienes vendidos y no pagados, con el valor de ellos, si el acreedor hace su reclamaci�n dentro de los noventa d�as siguientes a la venta, si se hizo al contado, o del vencimiento, si la venta fue a plazo, sin que sea aplicable al caso la venta pactada con reserva de dominio. Trat�ndose de bienes muebles, cesar� la preferencia si hubieren sido inmovilizados; y Los cr�ditos anotados en el Registro P�blico de la Propiedad, en virtud de mandamiento judicial, por embargo, secuestro o ejecuci�n de sentencias, sobre los bienes anotados y solamente en cuanto a cr�ditos posteriores. CAP�TULO IV Acreedores de primera clase Art�culo 1829. Pagados los acreedores mencionados en los dos cap�tulos anteriores y con el valor de todos los bienes que queden, se pagar�n: Los gastos judiciales comunes, en los t�rminos que establezca el C�digo de Procedimientos Civiles; Los gastos de rigurosa conservaci�n y administraci�n de los bienes concursados; y La responsabilidad civil, en la parte que comprende el pago de los gastos de curaci�n o de los funerales del ofendido y las pensiones que por concepto de alimentos se deban a sus familiares. En lo que se refiere a la obligaci�n de restituir, por tratarse de devoluciones de bien ajeno, no entra en concurso, y por lo que toca a las otras indemnizaciones que se deban por el delito, se pagar�n como si se tratara de acreedores comunes de cuarta clase. CAP�TULO V Acreedores de segunda clase Art�culo 1830. Pagados los cr�ditos antes mencionados, se pagar�n: Los cr�ditos a cargo de administradores de bienes de menores, de tutores y de legatarios que tengan acci�n para ejercer la constituci�n de la hipoteca necesaria; Los cr�ditos del erario y los que resulten a cargo de administradores de bienes propiedad del Estado, de los municipios y de los organismos descentralizados as� como de los recaudadores de renta y de caudales p�blicos que tengan que otorgar hipoteca necesaria; y Los cr�ditos de los establecimientos de beneficencia p�blica o privada. CAP�TULO VI Acreedores de tercera clase Art�culo 1831. Satisfechos los cr�ditos de que se ha hablado anteriormente, se pagar�n los cr�ditos que consten en escritura p�blica o en cualquier otro documento aut�ntico. CAP�TULO VII Acreedores de cuarta clase Art�culo 1832. Pagados los cr�ditos enumerados en los cap�tulos que preceden, se pagar�n los cr�ditos que consten en documentos privados. Art�culo 1833. Con los bienes restantes ser�n pagados los dem�s cr�ditos que no est�n comprendidos en las disposiciones anteriores. El pago se har� a prorrata y sin atender a las fechas ni al origen de los cr�ditos. LIBRO QUINTO De las diversas especies de contratos T�TULO PRIMERO De los contratos preliminares CAP�TULO I De la promesa para contratar Art�culo 1834. Puede asumirse contractualmente la obligaci�n de celebrar un contrato futuro. Art�culo 1835. La promesa de contratar puede ser unilateral o bilateral. Art�culo 1836. La promesa de contrato s�lo da origen a obligaciones de hacer, consistentes en celebrar el contrato respectivo de acuerdo con lo ofrecido. Art�culo 1837. Para que la promesa de contratar sea v�lida debe constar por escrito, contener los elementos caracter�sticos del contrato definitivo y limitarse a cierto tiempo. Art�culo 1838. Si el promitente rehusa firmar los documentos necesarios para dar forma legal al contrato concertado, en su rebeld�a los firmar� el juez; salvo el caso de que el bien ofrecido haya pasado por t�tulo oneroso a la propiedad de tercero de buena fe, ya que entonces la promesa quedar� sin efecto, siendo responsable el que la hizo de todos los da�os y perjuicios que se hayan originado a la otra parte. CAP�TULO II De la opci�n Art�culo 1839. Por la opci�n a contratar puede pactarse la celebraci�n del contrato a un tiempo determinado o sobre un acontecimiento futuro e incierto. Art�culo 1840. Caduca el derecho por el simple transcurso del tiempo o la verificaci�n del acontecimiento futuro e incierto sin que se haga uso de la opci�n. Art�culo 1841. La opci�n puede ser onerosa o gratuita, pero cuando sea onerosa si no se hace uso de la misma, el opcionante no estar� obligado a devolver lo recibido por el hecho de otorgarla. Art�culo 1842. La opci�n puede ser unilateral o bilateral. Art�culo 1843. La opci�n puede pactarse como contrato principal o como accesorio. Art�culo 1844. La opci�n debe otorgarse por escrito para su validez, y cuando tenga referencia a inmuebles deber� constar en escritura p�blica para inscribirse en el Registro P�blico de la Propiedad. CAP�TULO III De la carta intenci�n Art�culo 1845. Por virtud de la carta intenci�n se conviene por los interesados en la celebraci�n de un contrato, el cual no puede quedar sujeto a la voluntad de los otorgantes, sino a la obtenci�n de autorizaciones de car�cter administrativo, o de resultados sobre estudios de viabilidad en el negocio proyectado. Art�culo 1846. La carta intenci�n debe contener necesariamente un t�rmino para su cumplimiento, el que una vez transcurrido dar� lugar a la caducidad de la misma. Art�culo 1847. En la carta intenci�n puede estipularce: El pago de alguna contraprestaci�n; o La conservaci�n y aprovechamiento de estudios t�cnicos realizados con vista al negocio propuesto. Art�culo 1848. La carta intenci�n deber� otorgarse por escrito y cuando est�n involucrados inmuebles, constar en escritura p�blica para su inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 1849. Concluidos los negocios a que se refiere la carta intenci�n, sus efectos se retrotraer�n a la �poca en que se otorg� la misma. T�TULO SEGUNDO De la compraventa CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 1850. La compraventa es un contrato por virtud del cual una persona transfiere a otra la propiedad de un bien, a cambio de un precio cierto y en dinero. Art�culo 1851. Por regla general, la venta es perfecta y obligatoria para las partes cuando se han convenido en forma sobre el bien y su precio, aunque la primera no haya sido entregada, ni el segundo satisfecho. Art�culo 1852. Si el precio del bien vendido se ha de pagar parte en dinero y parte con el valor de otro bien, el contrato ser� de venta cuando la parte de numerario sea igual o mayor que la que se pague con el valor de otro bien. Si la parte en numerario fuere inferior, el contrato ser� de permuta. Art�culo 1853. Los contratantes pueden convenir en que el precio sea el que corre en d�a o lugar determinados o el que fije un tercero. Entre tanto no se fije el precio por el tercero, no ser� eficaz la compraventa. Una vez fijado no podr� ser rechazado por los contratantes sino de com�n acuerdo, o porque el tercero al fijarlo sufra un vicio de la voluntad o no haya observado las reglas que sobre el particular se le dieron. Art�culo 1854. El se�alamiento del precio no puede dejarse al arbitrio de uno de los contratantes. Art�culo 1855. El comprador debe de pagar el precio en los t�rminos y plazos convenidos, a falta de convenio lo deber� de pagar de contado. Art�culo 1856. En las ventas de bienes que se acostumbran pesar, contar o medir, y en las que el precio se determina por el peso, cuenta o medida, la venta no ser� perfecta si no hasta que los bienes hayan sido pesados, contados o medidos a la vista y aprobados por el comprador. Art�culo 1857. Las mercanc�as determinadas y conocidas por las partes podr�n venderse sobre muestra y el contrato se perfecciona si se acepta la misma. Art�culo 1858. Si la venta se hizo s�lo ad corpus, a la vista o por acervo, a�n cuando sea de bienes que se suelen contar, pesar o medir, se entender� realizada luego que los contratantes convengan en el precio, y el comprador no podr� pedir la rescisi�n del contrato alegando no haber encontrado en el acervo, la cantidad, peso o medida que �l calculaba. Art�culo 1859. Habr� lugar a la rescisi�n si el vendedor presentare el acervo como de especie homog�nea, y ocultare en �l piezas de inferior clase y calidad de las que est�n a la vista. Las acciones que nacen de este art�culo prescriben al a�o, desde que se realiz� la entrega. Art�culo 1860. Si la venta de uno o m�s inmuebles se hizo ad corpus o por precio alzado y sin estimar especialmente sus partes, linderos o medidas, no habr� lugar a la rescisi�n, aunque en la entrega hubiere falta o exceso. Art�culo 1861. Los contratantes pagar�n por mitad los gastos de escritura y registro, salvo convenio en contrario. Art�culo 1862. Si un mismo bien fuere vendido por el mismo vendedor a diversas personas, se observar� lo siguiente: Si el bien vendido fuere mueble, prevalecer� la venta primera en fecha; si no fuere posible verificar la prioridad de �sta, prevalecer� la hecha al que se halle en posesi�n del bien; y si ninguno de los compradores tiene la posesi�n, ser� v�lida la venta al que primero exija la entrega judicialmente; y Si el bien vendido fuere inmueble, se aplicar�n las disposiciones relativas al Registro P�blico de la Propiedad. CAP�TULO II De la materia de la compraventa Art�culo 1863. Pueden ser objeto del contrato de compraventa todos los bienes que se encuentren en el comercio. Art�culo 1864. Ninguno puede vender sino lo que es de su propiedad. Art�culo 1865. La venta de bien ajeno es nula respecto de terceros de buena fe, pero v�lida entre los contratantes; por ello el vendedor es responsable de los da�os y perjuicios si procede con dolo o mala fe, debiendo tenerse en cuenta las disposiciones sobre Registro P�blico de la Propiedad para los adquirentes de buena fe. Art�culo 1866. El contrato quedar� revalidado, si antes de que tenga lugar la evicci�n, adquiere el vendedor, por cualquier t�tulo leg�timo, la propiedad del bien vendido. Art�culo 1867. La venta de bienes o derechos litigiosos no est� prohibida; pero el vendedor que no declare la circunstancia de hallarse el bien en litigio, es responsable de los da�os y perjuicios si el comprador sufre la evicci�n, sin perjuicio de la responsabilidad penal en que incurra. CAP�TULO III De las partes en la compraventa Art�culo 1868. Pueden comprar y vender las personas que puedan contratar, salvo las excepciones establecidas por la ley. Art�culo 1869. Tienen restricci�n para celebrar el contrato de compraventa: Los consortes no pueden celebrar entre s� el contrato de compraventa, salvo que el bien pertenezca en exclusiva a uno de ellos, y el importe del precio sea pagado con dinero exclusivo del otro; Los magistrados, jueces, �rbitros, agentes del Ministerio P�blico, agentes de la Procuradur�a Social y defensores oficiales no podr�n comprar bienes que sean objeto de juicio que se tramite dentro de su jurisdicci�n; ni los abogados, procuradores y peritos, de aquellos que lo fueren de juicios en que intervengan. Tampoco podr�n, unos ni otros, ser cesionarios de los derechos que tengan sobre los citados bienes. Con excepci�n de la venta o cesi�n de acciones hereditarias cuando sean coherederos o derechos a que est�n afectos bienes de su propiedad; Los hijos sujetos a patria potestad solamente pueden vender a sus padres los bienes que hayan adquirido por su trabajo; Los copropietarios de un bien indiviso cuando no se hubiere pactado la renuncia del derecho del tanto, en los t�rminos previstos en este c�digo relativos a la copropiedad; No pueden comprar los bienes de cuya venta o administraci�n est�n encargados: Los tutores y curadores; Los mandatarios; Los albaceas o ejecutores testamentarios y los que fueren nombrados en caso de intestado; Los interventores nombrados por el testador o por los herederos; Los representantes, administradores e interventores en caso de ausencia; Los servidores p�blicos; y Las dem�s personas que administren bienes ajenos por cualquier causa, salvo que por mandato tengan la facultad para ello; y Los peritos, los notarios y sus asociados sobre los bienes en cuya venta han intervenido. Adem�s su c�nyuge, sus ascendientes, sus descendientes y sus dem�s parientes dentro del cuarto grado. Art�culo 1870. Las compras hechas en contravenci�n a lo dispuesto en el cap�tulo VIII del t�tulo primero del libro cuarto de este c�digo, ser�n nulas, ya se hayan hecho directamente o por interp�sita persona. CAP�TULO IV De las obligaciones del vendedor Art�culo 1871. El vendedor est� obligado a: Entregar al comprador el bien vendido; Garantizar las calidades del bien vendido; Prestar el saneamiento para el caso de evicci�n; Garantizar una posesi�n �til al comprador; Custodiar el bien en calidad de depositario, desde que celebre el contrato de compraventa hasta la entrega del bien vendido; y Garantizar una posesi�n pac�fica del comprador contra perturbaciones jur�dicas de terceros. Art�culo 1872. La entrega del bien puede ser: Material; Jur�dica; y Virtual o simb�lica. Art�culo 1873. Hay entrega material cuando se otorga f�sicamente el bien vendido, o el t�tulo que lo represente, en trat�ndose de derechos o bienes intangibles. Art�culo 1874. Hay entrega jur�dica cuando, a�n sin estar entregado materialmente el bien, la ley lo considera recibido por el comprador. Art�culo 1875. Hay entrega virtual o simb�lica desde el momento en que el comprador acepte que el bien vendido queda a su disposici�n, y el vendedor que lo conserve en su poder s�lo tendr� los derechos y obligaciones de un depositario. Art�culo 1876. Los gastos de la entrega del bien vendido son de cuenta del vendedor, y los de su transporte o traslaci�n, de cargo del comprador, salvo convenio en contrario. Art�culo 1877. El vendedor no est� obligado a entregar el bien vendido, si el comprador no ha pagado el precio, salvo que en el contrato se haya se�alado un plazo para el pago. Art�culo 1878. Tampoco est� obligado a la entrega, aunque haya concedido un t�rmino para el pago, si despu�s de la venta se descubre que el comprador se halla en estado de insolvencia de suerte que el vendedor corra inminente riesgo de perder el precio, a no ser que el comprador le d� garant�a de pagar al plazo convenido. Art�culo 1879. El vendedor debe entregar el bien vendido en el estado en que se hallaba al perfeccionarse el contrato. Art�culo 1880. Debe tambi�n el vendedor entregar todos los frutos producidos desde que se perfeccione la venta y los rendimientos, acciones y dem�s documentaci�n relativa al bien. Art�culo 1881. Si en la venta de un inmueble se han designado los linderos, el vendedor estar� obligado a entregar todo lo que dentro de ellos se comprenda, aunque haya exceso en las medidas expresadas en el contrato, a no ser que el precio se hubiese fijado en raz�n de la superficie, en cuyo caso el exceso o defecto se reflejar� en el monto del mismo. Art�culo 1882. La entrega del bien vendido debe hacerse en el lugar convenido, y si no hubiere lugar designado en el contrato, en el lugar en que se encontraba el bien en la �poca en que se vendi�. CAP�TULO V De las obligaciones del comprador Art�culo 1883. El comprador debe cumplir todo aquello a que se haya obligado, y especialmente pagar el precio del bien en el tiempo, lugar y forma convenidos. Art�culo 1884. Si no se han fijado tiempo y lugar, el pago se har� en el tiempo y lugar en que se entregue el bien. Art�culo 1885. Si ocurre duda sobre cu�l de los contratantes deber� hacer primero la entrega, �sta se har� simult�neamente ante un fedatario p�blico o la autoridad judicial competente del lugar. Art�culo 1886. El comprador debe pagar intereses por el tiempo que medie entre la entrega del bien y el pago del precio, en los tres casos siguientes: Si as� se hubiere convenido; Si el bien vendido o entregado produce fruto o renta; y Si se hubiere constituido en mora de conformidad a lo que este c�digo se�ala para el incumplimiento de las obligaciones. Art�culo 1887. En las ventas a plazo, no debe el comprador pagar intereses por dicho plazo, salvo pacto en contrario. Lo anterior es aplicable, a�n cuando perciba frutos del bien, antes de liquidar totalmente el precio del mismo. Art�culo 1888. Si la concesi�n del plazo fue posterior al contrato, el comprador estar� obligado a pagar los intereses, salvo convenio en contrario. Art�culo 1889. Cuando el comprador a plazo o con espera del precio, fuere perturbado en su posesi�n o derecho, o tuviere justo temor de serlo, podr� suspender el pago si a�n no lo ha hecho, mientras el vendedor le asegure la posesi�n o le d� garant�a, salvo si hay convenio en contrario. Art�culo 1890. La falta de pago del precio da derecho para pedir la rescisi�n del contrato, pero si el bien ha sido enajenado a un tercero de buena fe, el vendedor s�lo tendr� derecho para demandar al primer comprador por el pago del precio total del bien vendido, m�s los da�os y perjuicios que la omisi�n del pago le haya ocasionado y que nunca ser� menor del veinte por ciento del precio del bien. Lo anterior ser� aplicable aun cuando la compraventa se haya celebrado con pago a plazos. Art�culo 1891. Si el comprador se constituy� en mora de recibir, abonar� al vendedor los gastos causados por el almacenamiento, y el vendedor quedar� descargado del cuidado ordinario de conservar el bien, y solamente ser� responsable del dolo o de la culpa grave. CAP�TULO VI De algunas modalidades del contrato de compraventa Art�culo 1892. Puede pactarse que el bien comprado no se venda a determinada persona; pero es nula la cl�usula en que se estipule que no puede venderse a persona alguna. Art�culo 1893. Derogado. Art�culo 1894. Derogado. Art�culo 1895. Queda prohibida la venta con pacto de retroventa, as� como la promesa de venta de un bien ra�z que haya sido objeto de una compraventa entre los mismos contratantes. Art�culo 1896. Puede estipularse que el vendedor goce del derecho de preferencia por el tanto, para el caso de que el comprador quisiere vender el bien que fue objeto del contrato de compraventa. El vendedor est� obligado a ejercer su derecho de preferencia, dentro de ocho d�as si el bien fuere mueble, despu�s de que el comprador le hubiese hecho saber la oferta que tenga por �l, bajo pena de perder su derecho si en ese tiempo no lo ejerciere. Si el bien fuere inmueble, tendr� el t�rmino de quince d�as para ejercer el derecho, bajo la misma pena. En ambos casos est� obligado a pagar el precio que el comprador ofreciere, y si no lo pudiere satisfacer, quedar� sin efecto el pacto de preferencia. Art�culo 1897. Debe hacerse saber de una manera fehaciente, al que goza del derecho de preferencia, el precio y condiciones que ofrezcan por el bien, y si �ste se vendiere sin dar ese aviso, la venta es v�lida; pero el vendedor responder� de los da�os y perjuicios causados. Art�culo 1898. Si se ha concedido un plazo para pagar el precio, el que tiene el derecho de preferencia no puede prevalerse de este t�rmino si no da las seguridades necesarias de que pagar� el precio al expirar el plazo. Art�culo 1899. Cuando el objeto sobre el que se tiene derecho de preferencia se venda en subasta p�blica, debe hacerse saber al que goza de ese derecho, el d�a, la hora y el lugar en que se verificar� el remate. Art�culo 1900. El derecho adquirido por el pacto de preferencia es intransferible. Art�culo 1901. Si se venden bienes futuros, tomando el comprador el riesgo de que no llegasen a existir, el contrato es aleatorio y se rige por lo dispuesto en el cap�tulo relativo a la compra de esperanza. Art�culo 1902. La venta que se haga facultando al comprador para que pague el precio en abonos, se sujetar� a las reglas siguientes: Si la venta es de bienes inmuebles, puede pactarse que la falta de pago de uno o de varios abonos ocasionar� la rescisi�n del contrato. La rescisi�n producir� efectos contra tercero que hubiere adquirido los bienes de que se trata, siempre que la cl�usula rescisoria se haya inscrito en el Registro P�blico; Si se trata de bienes muebles tales como autom�viles, motores, pianos, m�quinas de coser u otros que sean susceptibles de identificarse de manera indubitable, podr� tambi�n pactarse la cl�usula rescisoria de que habla la fracci�n anterior, y esa cl�usula producir� efectos contra tercero que haya adquirido los bienes, si se inscribi� en el Registro P�blico; y Si se trata de bienes muebles que no sean susceptibles de identificarse indubitablemente, y que, por lo mismo, su venta no pueda registrarse, los contratantes podr�n pactar la rescisi�n de la venta por falta de pago del precio; pero esa cl�usula no producir� efectos contra tercero de buena fe, que hubiere adquirido los bienes a que esta fracci�n se refiere. Art�culo 1903. Si se rescinde la venta, el vendedor y el comprador deben restituirse las prestaciones que se hubieren hecho; pero el vendedor que hubiere entregado el bien vendido, puede exigir del comprador, por el uso de �l, el pago de un alquiler o renta que fijar�n peritos, y una indemnizaci�n, tambi�n fijada por peritos, por el deterioro que haya sufrido el bien. El comprador que haya pagado parte del precio, tiene derecho a los intereses legales de la cantidad que entreg�. Las convenciones que impongan al comprador obligaciones m�s onerosas que las expresadas, ser�n nulas. Art�culo 1904. Puede pactarse v�lidamente que el vendedor se reserve la propiedad del bien vendido hasta que su precio haya sido pagado. Cuando los bienes vendidos son de los mencionados en las fracciones I y II del Art�culo 1902, el pacto de que se trata produce efectos contra tercero, si se inscribe en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 1905. El vendedor a que se refiere el art�culo anterior, mientras no se venza el plazo para pagar el precio, no puede enajenar el bien vendido con la reserva de dominio. Art�culo 1906. En la compraventa con reserva de dominio, mientras que no pasa el dominio del bien vendido al comprador, si �ste recibe el bien, ser� considerado como arrendatario del mismo. CAP�TULO VII De la forma del contrato de compraventa Art�culo 1907. El contrato de compraventa no requiere de formalidad alguna especial, sino cuando recae sobre inmueble. Art�culo 1908. Toda compraventa de inmuebles deber� constar en escritura p�blica, salvo aquellas en que se otorguen por o con intervenci�n de organismos p�blicos destinados a la promoci�n de vivienda popular, o de regularizaci�n territorial, y as� se prevea en las leyes org�nicas de los mismos. T�TULO TERCERO De la permuta Art�culo 1909. La permuta es un contrato por el cual cada uno de los contratantes trasmite un bien por otro. Art�culo 1910. Si uno de los contratantes ha recibido el bien que se le da en permuta, y acredita que no era propio del que lo dio, no puede ser obligado a entregar lo que �l ofreci� en cambio, y cumple con devolver el que recibi�. Art�culo 1911. El permutante que sufra evicci�n del bien que recibi� en cambio, podr� reivindicar el que dio, si se halla a�n en poder del otro permutante, o exigir su valor o el valor del bien que se le hubiere dado en cambio, con el pago de da�os y perjuicios. Art�culo 1912. Lo dispuesto en el art�culo anterior no perjudica los derechos que a t�tulo oneroso haya adquirido un tercero de buena fe sobre el bien que reclame el que sufri� la evicci�n. Art�culo 1913. Con excepci�n de lo relativo al precio, son aplicables a este contrato las reglas de la compraventa, en cuanto no se opongan a los Art�culos anteriores. T�TULO CUARTO De las donaciones CAP�TULO I De las donaciones en general Art�culo 1914. Donaci�n es un contrato por el cual una persona llamada donante transfiere gratuitamente, una parte o la totalidad de sus bienes presentes a otra persona llamada donatario. Art�culo 1915. La donaci�n no puede comprender los bienes futuros. Art�culo 1916. La donaci�n puede ser pura, condicional, onerosa o remuneratoria. Art�culo 1917. Es pura la donaci�n que se otorga en t�rminos absolutos. Art�culo 1918. Es condicional la donaci�n que depende de alg�n acontecimiento futuro de realizaci�n incierta. Art�culo 1919. Es onerosa la donaci�n en la cual el donante impone algunos grav�menes al donatario. Art�culo 1920. Es remuneratoria la donaci�n que se hace al donatario en atenci�n a servicios recibidos por el donante y que �ste no tenga obligaci�n de pagar. Art�culo 1921. Cuando la donaci�n sea onerosa, s�lo se considera donado el exceso que hubiere en el precio del bien, deducidas de �l las cargas. Art�culo 1922. Las donaciones s�lo deben tener lugar entre vivos y no pueden revocarse sino en los casos declarados en la ley. Art�culo 1923. Las donaciones que se hagan para despu�s de la muerte del donante, se regir�n por las disposiciones relativas a las sucesiones y, las que se hagan entre consortes, a lo dispuesto en el T�tulo relativo al matrimonio. Art�culo 1924. La donaci�n es perfecta desde que el donatario la acepta y hace saber la aceptaci�n al donante. Art�culo 1925. La donaci�n puede hacerse verbalmente o por escrito. Art�culo 1926. No puede hacerse donaci�n verbal mas que de bienes muebles. Art�culo 1927. La donaci�n verbal s�lo producir� efectos legales cuando el valor de los muebles sea menor a cien veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n. Art�culo 1928. Si el valor de los muebles excede de cien veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n, debe constar por escrito. Art�culo 1929. La donaci�n de bienes ra�ces se har� en la misma forma que para su venta exige la ley. Art�culo 1930. La aceptaci�n de las donaciones se har� en la misma forma en que �stas deban hacerse; pero no surtir� efecto si no se hiciere en vida del donante. Art�culo 1931. Es inoficiosa la donaci�n que comprenda la totalidad de los bienes del donante, si �ste no se reserva en propiedad o en usufructo lo necesario para vivir seg�n sus circunstancias particulares. En los casos en que no se haya reservado bienes, o los que se haya reservado no sean suficientes para vivir seg�n sus circunstancias particulares, la donaci�n se ver� reducida hasta el monto necesario para que lo reservado alcance a cubrirlas. Las circunstancias particulares del donante estar�n delimitadas por el estilo de vida que �ste acostumbre tener. Art�culo 1932. Las donaciones ser�n inoficiosas en cuanto perjudiquen la obligaci�n del donante de ministrar alimentos a aquellas personas a quienes los debe conforme a la ley, a no ser que el donatario tome sobre s� la obligaci�n de ministrar alimentos y la garantice debidamente. Art�culo 1933. Si el que hace donaci�n general de sus bienes, se reserva algunos para testar, sin otra declaraci�n, se entender� reservada la mitad de los bienes donados. Art�culo 1934. La donaci�n hecha a varias personas conjuntamente, no produce a favor de �stas el derecho de acrecer, si no es que el donante lo haya establecido de un modo expreso. Art�culo 1935. El donante s�lo es responsable de la evicci�n del bien donado si expresamente se oblig� a prestarla. Art�culo 1936. No obstante lo dispuesto en el Art�culo que precede, el donatario queda subrogado en todos los derechos del donante si se verifica la evicci�n. Art�culo 1937. Si la donaci�n se hace con la carga de pagar las deudas del donante, s�lo se entender�n comprendidas las que existan con fecha aut�ntica al tiempo de la donaci�n. Art�culo 1938. Si la donaci�n fuere de ciertos y determinados bienes, el donatario no responder� de las deudas del donante, sino cuando sobre los bienes donados estuviere constituida alguna hipoteca o prenda, o en caso de fraude, en perjuicio de los acreedores. Art�culo 1939. Si la donaci�n fuere de todos los bienes, el donatario ser� responsable de todas las deudas del donante anteriormente contra�das; pero s�lo hasta la cantidad concurrente con los bienes donados y siempre que las deudas tengan fecha aut�ntica. Art�culo 1940. Salvo que el donante dispusiere otra cosa, las donaciones que consistan en prestaciones peri�dicas se extinguen con su muerte. CAP�TULO II De las personas que pueden recibir donaciones Art�culo 1941. Los no nacidos pueden adquirir por donaci�n, con tal que hayan estado concebidos al tiempo en que aqu�lla se hizo y sean viables. Art�culo 1942. Las donaciones hechas simulando otro contrato a personas que conforme a la ley no puedan recibirlas, son nulas, ya se hagan de un modo directo, ya por interp�sita persona. CAP�TULO III De la revocaci�n y reducci�n de las donaciones Art�culo 1943. Las donaciones legalmente hechas por una persona, que al tiempo de otorgarlas, no ten�a hijos, pueden ser revocadas por el donante cuando le hayan sobrevenido hijos que han nacido y que hallan sido viables. Si transcurren cinco a�os desde que se hizo la donaci�n y el donante no ha tenido hijos o habi�ndolos tenido no ha revocado la donaci�n, �sta se volver� irrevocable. Lo mismo sucede si el donante muere dentro de ese plazo de cinco a�os sin haber revocado la donaci�n. Si dentro del mencionado plazo naciere un hijo p�stumo del donante, la donaci�n se tendr� por revocada en su totalidad. Art�culo 1944. La donaci�n no podr� ser revocada por superveniencia de hijos: I. Cuando sea menor de cien veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n; II. Cuando sea antenupcial; III. Cuando sea entre consortes; y IV. Cuando sea puramente remuneratoria. Art�culo 1945. Rescindida o revocada la donaci�n se restituir�n al donante los bienes donados, o su valor si han sido enajenados. Art�culo 1946. Cuando los bienes no pueden ser restituidos en especie, el valor ser� el que tuvieron o debi� corresponderles al tiempo en que debiera ser hecha su entrega, teniendo en cuenta el dem�rito natural por el uso cuidadoso y moderado que de ellos pudo hacerse. Art�culo 1947. El donatario hace suyos los frutos de los bienes donados hasta el d�a en que se le notifique la revocaci�n o hasta el d�a del nacimiento del hijo p�stumo en su caso. Art�culo 1948. El donante no puede renunciar anticipadamente el derecho de revocaci�n por superveniencia de hijos. Art�culo 1949. La acci�n de revocaci�n por superveniencia de hijos corresponde exclusivamente al donante y al hijo p�stumo; pero la reducci�n por raz�n de alimentos tienen derecho de pedirla todos los que sean acreedores alimentarios. Art�culo 1950. El donatario responde del cumplimiento de las cargas que se le imponen, �nicamente con el bien donado y no con sus bienes propios. Puede substraerse a la ejecuci�n de las cargas, abandonando el bien donado; y si �ste perece por caso fortuito, queda libre de toda obligaci�n. Art�culo 1951. Cuando se rescinda o revoque la donaci�n, si el donatario hubiere hipotecado los bienes donados, subsistir� la hipoteca; pero tendr� derecho el donante de exigir que aqu�l la redima. Esto mismo tendr� lugar trat�ndose de usufructo o servidumbre impuestos por el donatario. Art�culo 1952. La donaci�n puede ser revocada por ingratitud: Si el donatario comete alg�n delito contra la persona, la honra o los bienes del donante o de los ascendientes, descendientes o c�nyuge de �ste; y Si el donatario rehusa socorrer, seg�n el valor de la donaci�n, al donante que ha venido en pobreza. Art�culo 1953. Son aplicables a la revocaci�n de las donaciones hechas por ingratitud las normas relativas a la revocaci�n por superveniencia de hijos. Art�culo 1954. La acci�n de revocaci�n por causa de ingratitud no puede ser renunciada anticipadamente, y prescribe dentro de un a�o, contado desde que tuvo conocimiento del hecho el donador. Art�culo 1955. Esta acci�n no podr� ejercitarse contra los herederos del donatario, a no ser que en vida de �ste hubiese sido intentada. Art�culo 1956. Tampoco puede esta acci�n ejercitarse por los herederos del donante si �ste, pudiendo, no la hubiese intentado. Art�culo 1957. Las donaciones inoficiosas no ser�n revocadas ni reducidas, cuando muerto el donante, el donatario tome sobre s� la obligaci�n de ministrar los alimentos debidos y la garantice conforme a derecho. Art�culo 1958. La reducci�n de las donaciones comenzar� por la �ltima en fecha, que ser� totalmente suprimida si la reducci�n no bastare a completar los alimentos. Art�culo 1959. Si el importe de la donaci�n menos antigua no alcanzare, se proceder� respecto de la anterior, en los t�rminos establecidos en el Art�culo que precede, sigui�ndose el mismo orden hasta llegar a la m�s antigua. Art�culo 1960. Habiendo diversas donaciones otorgadas en el mismo acto o no se pueda precisar cu�l es la m�s antigua, se har� la reducci�n entre ellas a prorrata. Art�culo 1961. Si la donaci�n consiste en bienes muebles, se tendr� presente para la reducci�n el valor que ten�an al tiempo de ser donados. Art�culo 1962. Cuando la donaci�n consista en bienes ra�ces que fueren c�modamente divisibles, la reducci�n se har� en especie. Art�culo 1963. Cuando el inmueble no pueda ser dividido y el importe de la reducci�n exceda de la mitad del valor de aqu�l, recibir� el donatario el resto en dinero. Art�culo 1964. Cuando la reducci�n no excede de la mitad del valor del inmueble, el donatario pagar� el resto. Art�culo 1965. Revocada o reducida una donaci�n por inoficiosa, el donatario s�lo responder� de los frutos desde que fuere demandado. T�TULO QUINTO Del mutuo CAP�TULO I Del mutuo simple Art�culo 1966. El mutuo es un contrato por el cual el mutuante se obliga a transferir la propiedad de una suma de dinero o de otros bienes fungibles al mutuario, quien se obliga a devolver otro tanto de la misma especie y calidad. El contrato deber� constar siempre por escrito. Art�culo 1967. Si en el contrato no se ha fijado plazo para la devoluci�n de lo mutuado, se observar�n las reglas siguientes: Si el mutuario fuere agricultor y el mutuo consistiere en cereales u otros productos del campo, la restituci�n se har� en la siguiente cosecha de los mismos o semejantes frutos o productos; Lo mismo se observar� respecto de los mutuarios que, no siendo agricultores, hayan de percibir frutos semejantes por otro t�tulo; y En los dem�s casos, deber� hacerse la devoluci�n en los 30 d�as siguientes a la interpelaci�n judicial o extrajudicial que el mutuante haya hecho al mutuario. Lo anterior ser� aplicable a�n cuando en el contrato de mutuo se haya convenido que la restituci�n del bien mutuado se har� cuando el mutuante pueda o tenga medios para hacerla. La interpelaci�n extrajudicial que se haga, deber� realizarse ante notario p�blico o ante dos testigos. Art�culo 1968. La entrega del bien mutuado y la restituci�n del mismo, se har�n en lugar convenido. Art�culo 1969. Cuando no se ha se�alado lugar para la entrega y restituci�n del bien mutuado, se observar�n las reglas siguientes: El bien mutuado se entregar� en el lugar donde se encuentre; y La restituci�n del bien mutuado se har�, si el mutuo consistiere en bienes en especie, en el lugar donde se recibieron. Si consiste en dinero, en el domicilio del deudor. Art�culo 1970. Si no fuere posible al mutuario, restituir en g�nero, satisfar� pagando el valor que el bien mutuado tenga en el lugar y tiempo en que se haga la restituci�n, a juicio de peritos, si no hubiere estipulaci�n en contrario. Art�culo 1971. Consistiendo el mutuo en dinero, pagar� el mutuario devolviendo una cantidad igual a la recibida, conforme a la ley monetaria vigente al tiempo de hacerse el pago, sin que esta prescripci�n sea renunciable. Art�culo 1972. El mutuante es responsable de los perjuicios que sufra el mutuario por la mala calidad o vicios ocultos del bien mutuado, si conoci� los defectos y no dio aviso oportuno al mutuario. Art�culo 1973. No se declarar�n nulas las deudas contra�das por el menor para proporcionarse los alimentos que necesite, cuando su representante leg�timo se encuentre ausente o no provea a dichas necesidades de conformidad con lo establecido por este c�digo. CAP�TULO II Del mutuo con inter�s Art�culo 1974. Es permitido estipular inter�s por el mutuo, ya consista en dinero, ya en g�neros, pero la estipulaci�n ser� nula si no consta por escrito. Art�culo 1975. El inter�s es legal o convencional. Art�culo 1976. El inter�s legal ser� del 9% anual. El inter�s convencional es el que fijen los contratantes, y puede ser mayor o menor que el inter�s legal; pero cuando el inter�s sea tan desproporcionado que haga fundadamente creer que se ha abusado del apuro pecuniario, de la inexperiencia o de la ignorancia del deudor, a petici�n de �ste el juez, teniendo en cuenta las especiales circunstancias del caso, podr� reducir equitativamente el inter�s hasta alcanzar el tipo legal. Art�culo 1977. El inter�s convencional puede ser natural o moratorio: Es inter�s natural aqu�l que se fija durante la vigencia del contrato; y Es inter�s moratorio el que sustituye al natural al incurrir en mora el deudor, y �ste nunca podr� exceder del natural, aumentado en un cincuenta por ciento. Cualquier pacto en contrario se tendr� por no puesto. Art�culo 1978. Si se ha convenido un inter�s superior al doce por ciento anual, el deudor, despu�s de seis meses contados desde que se celebr� el contrato, podr� hacer el reembolso respectivo, cualquiera que sea el plazo fijado para ello, dando aviso al acreedor con dos meses de anticipaci�n y pagando los intereses vencidos. Art�culo 1979. Las partes no pueden, bajo pena de nulidad, convenir de antemano que los intereses se capitalicen y que produzcan intereses. T�TULO SEXTO Del arrendamiento CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 1980. Es arrendamiento aqu�l contrato por virtud del cual, las dos partes contratantes se obligan rec�procamente; una de ellas, denominada arrendador, a permitir el uso o goce temporal de un bien; y la otra, llamada arrendatario, a pagar por ese uso o goce, un precio cierto. Art�culo 1981. La renta o precio del arrendamiento puede consistir en una suma de dinero o en cualquiera otra cosa equivalente, con tal que sea cierta y determinada o determinable al momento del pago. Art�culo 1982. Son susceptibles de arrendamiento todos los bienes que pueden usarse sin consumirse por su primer uso, excepto aqu�llos que la ley prohibe arrendar y los derechos de personalidad. Los bienes consumibles podr�n arrendarse cuando se altere el destino natural del bien y se le d� otra aplicaci�n que no lo consuma por su primer uso. Art�culo 1983. Podr� arrendar el bien quien tenga la: Libre disposici�n del mismo; Facultad de conceder el uso o goce de los bienes ajenos, por autorizaci�n de quien tenga su libre disposici�n; y Facultad para conceder el uso o goce de los bienes ajenos, por autorizaci�n expresa de la ley. Art�culo 1984. En caso de que el arrendamiento se d� por autorizaci�n de quien tenga la libre disposici�n del bien, la constituci�n de dicho arrendamiento se sujetar� a los l�mites fijados en la misma. Art�culo 1985. En caso de que el arrendamiento se otorgue por disposici�n legal, deber� sujetarse a los l�mites que la ley haya fijado a los administradores de bienes ajenos. Art�culo 1986. Tienen incapacidad para arrendar: Todos aqu�llos que no tengan la libre disposici�n de los bienes o facultad para conceder el uso o goce de los bienes ajenos; El copropietario de bien indiviso, sin consentimiento de la mayor�a de intereses en la copropiedad; Los magistrados, jueces y cualesquiera otros servidores p�blicos que tomen en arrendamiento por s� o por interp�sita persona, los bienes que deban arrendarse en los negocios que se tramiten dentro de su jurisdicci�n; Los encargados de los establecimientos p�blicos y los servidores p�blicos, respecto de los bienes que administren; y Las personas que de conformidad con este c�digo, carezcan de capacidad de ejercicio. Art�culo 1987. El arrendamiento debe otorgarse por escrito siempre que se refiera a inmuebles. En trat�ndose de muebles o intangibles, deber� otorgarse por escrito cuando la renta mensual exceda de veinte veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n. Art�culo 1988. El contrato de arrendamiento no se rescinde por la muerte del arrendador ni del arrendatario, salvo convenio en contrario. Art�culo 1989. Si durante la vigencia del contrato de arrendamiento, por cualquier motivo, se verificare alguna modificaci�n respecto de la persona que tiene la facultad de arrendar de conformidad con el art�culo 1983, el arrendamiento subsistir� en los t�rminos del contrato. Art�culo 1990. Respecto al pago de las rentas en el caso del art�culo anterior, el arrendatario tendr� obligaci�n de pagar al nuevo arrendador la renta estipulada en el contrato. Esta obligaci�n surtir� efectos desde la fecha en que se le notifique judicialmente o ante notario o mediante acuse de recibo firmado y fechado por el arrendatario, de haberse transmitido la facultad de otorgar el uso o goce del bien arrendado. Art�culo 1991. Hecha la notificaci�n a que se refiere el art�culo precedente la renta deber� pagarse al nuevo arrendador, a�n cuando se alegue haber pagado al anterior, a no ser que el adelanto de renta aparezca expresamente estipulado en el mismo contrato de arrendamiento. Art�culo 1992. En caso de expropiaci�n del bien arrendado por causa de utilidad p�blica, el contrato concluir�. El arrendador y el arrendatario deber�n ser indemnizados por el expropiador, conforme a lo que establezca la ley respectiva. Art�culo 1993. Los arrendamientos de bienes del Estado, municipales o de establecimientos p�blicos, estar�n sujetos a las disposiciones del derecho administrativo y, en lo que no lo estuvieren, a las disposiciones de este t�tulo. Art�culo 1994. El arrendador no puede rehusar como fiador a una persona que re�na los requisitos exigidos por la ley para ello. CAP�TULO II De los derechos y obligaciones del arrendador Art�culo 1995. El arrendador est� obligado, aunque no haya pacto expreso a: Transmitir el uso o goce temporal del bien, entreg�ndolo al arrendatario, con todas sus pertenencias y en estado de servir para el uso convenido y, si no hubo convenio expreso, para aqu�l a que por su naturaleza estuviese destinado y; sin adeudo alguno por concepto de servicios con que cuente el mismo, salvo pacto en contrario. El bien deber� entregarse en condiciones que ofrezcan al arrendatario la higiene y seguridad del mismo; Conservar el bien arrendado en el mismo estado, durante el arrendamiento, haciendo para ello todas las reparaciones necesarias que no se deban a la negligencia o mal uso del arrendatario; No estorbar ni poner dificultades de manera alguna para el uso del bien arrendado, a no ser por causa de reparaciones urgentes e indispensables y no modificar la forma del mismo; Garantizar el uso o goce pac�fico del bien, por todo el tiempo que dure el contrato; Garantizar una posesi�n �til del bien arrendado, respondiendo de los da�os y perjuicios que sufra el arrendatario por los defectos o vicios ocultos del bien, anteriores al arrendamiento; Responder de los da�os y perjuicios que se causen al arrendatario en el caso de que el arrendador sufra la evicci�n del bien arrendado. En caso de que �sta se d� habiendo mala fe del arrendador, la indemnizaci�n en ning�n caso ser� inferior al importe de tres meses de rentas; Devolver al arrendatario el saldo que hubiese a su favor al terminar el contrato de arrendamiento; y Entregar al arrendatario los documentos que acrediten el pago de la renta. La entrega de los documentos a que se refiere la fracci�n VIII, presume la existencia del contrato de arrendamiento y el pago de la deuda constante en ellos. Art�culo 1996. La entrega del bien se har� en el tiempo convenido; y si no hubiere convenio, se estar� a lo dispuesto en este t�tulo. Art�culo 1997. El arrendatario est� obligado a poner en conocimiento del arrendador, a la brevedad posible, la necesidad de las reparaciones, bajo pena de pagar los da�os y perjuicios que su omisi�n cause. Art�culo 1998. Si el arrendador no cumpliere con hacer las reparaciones necesarias para el uso a que est� destinado el bien, quedar� a elecci�n del arrendatario, rescindir el arrendamiento u ocurrir al juez para que constri�a al arrendador al cumplimiento de su obligaci�n. Art�culo 1999. La obligaci�n del arrendador de garantizar el uso o goce pac�fico del bien arrendado, no comprende las acciones de terceros que por v�as de hecho perturben su uso o goce. En estos casos, el arrendatario s�lo tendr� acci�n contra los autores de los hechos, pero no contra el arrendador. Art�culo 2000. Si el arrendador fuere vencido en juicio sobre una parte del bien arrendado, puede el arrendatario reclamar una disminuci�n en la renta o la rescisi�n del contrato y el pago de los da�os y perjuicios que sufra. Art�culo 2001. El arrendador debe garantizar el uso �til del bien arrendado, a�n cuando los vicios o defectos del bien hubiesen sobrevenido en el curso del arrendamiento, sin culpa del arrendatario. Este puede pedir la disminuci�n de la renta o la rescisi�n del contrato, salvo que se pruebe que tuvo conocimiento antes de celebrar el contrato, de los vicios o defectos del bien arrendado. Art�culo 2002. La obligaci�n del arrendador de devolver el saldo que tenga a favor el arrendatario, al finalizar el contrato, podr� dejarse de cumplir en caso de que tuviera alg�n derecho que ejercitar contra del arrendatario. En este caso, depositar� judicialmente el saldo referido. Art�culo 2003. El arrendador deber� pagar las mejoras hechas por el arrendatario: Si en el contrato o posteriormente, lo autoriz� para hacerlas y se oblig� a pagarlas; Si se trata de mejoras �tiles y por culpa del arrendador, se rescindiera el contrato; y Cuando el contrato se pactare por tiempo indeterminado, si el arrendador autoriz� al arrendatario para que hiciera mejoras y antes de que transcurra el tiempo necesario para que el arrendatario quede compensado por el uso de las mejoras, de los gastos que hizo, da el arrendador por concluido el arrendamiento. Art�culo 2004. A�n cuando en el contrato se hubiese pactado que las mejoras realizadas por cuenta del arrendatario queden en beneficio del bien arrendado, en el caso a que se refieren las fracciones II y III del Art�culo que precede, deber� ser reembolsado de ellas el arrendatario. CAP�TULO III De los derechos y obligaciones del arrendatario Art�culo 2005. El arrendatario est� obligado a: Satisfacer la renta en la forma y tiempo convenidos; Responder de los da�os que el bien arrendado sufra, por su culpa o negligencia, la de sus familiares, sirvientes o subarrendatarios; Utilizar el bien solamente para el uso convenido o conforme a la naturaleza y destino de �l; Poner en conocimiento del arrendador, en el t�rmino m�s breve posible, toda usurpaci�n o novedad da�osa que otro haya hecho o abiertamente prepare en el bien arrendado. En caso de no hacerlo, responder� de los da�os y perjuicios que pueda ocasionar al arrendador con su omisi�n; Recibir del arrendador, los documentos que acrediten el pago de la renta, pudiendo consignarlo, cuando el arrendador se niegue a entregarlos; Desocupar el bien, en caso de arrendamiento de inmuebles, y entregarlo al arrendador una vez cumplido el plazo fijado en el contrato o en la ley; y VII. Pagar las cantidades que resulten con motivo de los servicios con que cuente el bien material del arrendamiento, y al t�rmino de dicho contrato, entregar al arrendador la documentaci�n que acredite que no se dejan adeudos por tales conceptos, si no hubo convenio expreso. Art�culo 2006. El arrendatario no est� obligado a pagar la renta, sino desde el d�a en que reciba el bien arrendado, salvo pacto en contrario. Art�culo 2007. La renta ser� pagada en el lugar convenido o a falta de convenio, en el lugar en que le sea entregado el bien al arrendatario. La renta deber� pagarse en el tiempo convenido, y a falta de �ste por meses vencidos, en trat�ndose de inmuebles y por quincena vencida, en caso de muebles o intangibles. Art�culo 2008. Las partes est�n obligadas, cuando exista alg�n saldo de una en favor de la otra, a devolverlo de manera inmediata. Art�culo 2009. El arrendatario est� obligado a pagar la renta que se venza hasta que entregue el bien en las condiciones en que lo recibi�. Art�culo 2010. Cuando el arrendatario devuelva el bien arrendado, antes del tiempo convenido en el contrato de arrendamiento, se seguir�n las siguientes disposiciones: Si se determin� un s�lo precio por el tiempo total del arrendamiento, deber� pagarlo �ntegramente; Si se pact� por un tiempo indefinido, s�lo estar� obligado a pagar los per�odos en que haya pose�do dichos bienes en calidad de arrendatario, hasta la entrega del bien arrendado, al arrendador; y Si se pact� un tiempo fijo y los per�odos s�lo se determinaron como plazos para hacer el pago parcial de la renta, el arrendatario estar� obligado a pagar la totalidad del precio. Art�culo 2011. Si el precio del arrendamiento debiere pagarse en especie o en frutos, correspondiendo a la totalidad, una parte o una cantidad fija de los frutos o especie obtenidos del bien arrendado y el arrendatario no los entregare en el tiempo debido, est� obligado a pagar en dinero el precio comercial que tuvieren dichas especies o frutos. Dicho precio ser� el de mayor valor que tuvieren los frutos o especie dentro del t�rmino corrido, desde la fecha en que debi� hacerlo hasta el d�a que verifique la entrega. En forma adicional, deber� pagar el veinte por ciento de dicho valor al arrendador por concepto de indemnizaci�n debido a su incumplimiento. En caso de no haber acuerdo en el precio comercial de los frutos o especies, deber� de fijarse �ste por peritos. Art�culo 2012. Si por caso fortuito o fuerza mayor, se impide totalmente al arrendatario el uso o goce del bien arrendado y si �ste dura m�s de un mes, podr� pedir la rescisi�n del contrato de manera anticipada sin responsabilidad para �l. Este derecho no es renunciable. Art�culo 2013. Si por caso fortuito o fuerza mayor, s�lo se impide en parte el uso o goce del bien, podr� el arrendatario pedir la reducci�n proporcional de la renta, a juicio de peritos, a no ser que las partes opten por la rescisi�n del contrato, si el impedimento dura cuando menos un mes. Este derecho no es renunciable. Art�culo 2014. Si la privaci�n del uso proviene de la evicci�n del bien, el arrendatario podr� pedir la rescisi�n del contrato de arrendamiento, adem�s de las indemnizaciones que le correspondan de conformidad con la ley. Art�culo 2015. El arrendatario es responsable del incendio del bien arrendado, a no ser que provenga de caso fortuito, fuerza mayor o vicio oculto del bien, desconocido para �l. Art�culo 2016. El arrendatario no puede, sin consentimiento expreso del arrendador, variar la forma del bien arrendado; y si lo hace debe, cuando lo devuelva, restablecerlo al estado en que lo reciba. Ser�, adem�s, responsable de los da�os y perjuicios que ocasione. Art�culo 2017. Si el arrendatario ha recibido el bien con expresa descripci�n de las partes de que se compone, deber� devolverlo, al concluir el arrendamiento, tal como lo recibi�, salvo que hubiese perecido o menoscabado por el tiempo o causa inevitable. Art�culo 2018. La ley presume que el arrendatario que recibi� el bien arrendado sin la descripci�n a que se refiere el art�culo anterior, lo recibi� en buen estado, salvo prueba en contrario. Art�culo 2019. El arrendatario debe hacer las reparaciones de aqu�llos deterioros de poca cuant�a econ�mica, que exija el uso del bien dado en arrendamiento. Art�culo 2020. El arrendatario que por causa de reparaciones, pierda el uso total o parcial del bien arrendado, tiene derecho a no pagar el precio del arrendamiento, a pedir la reducci�n de ese precio o a la rescisi�n del contrato, si la p�rdida del uso dura m�s de un mes, en sus respectivos casos. Art�culo 2021. Si el mismo bien se ha dado en arrendamiento separadamente a dos o m�s personas para ser usado en la misma �poca, prevalecer� el arrendamiento del que tiene en su poder el bien arrendado. Si el arrendamiento debe ser inscrito en el Registro P�blico de la Propiedad, s�lo vale el inscrito y si hubiese varios inscritos, el que lo hubiese sido primero. En �ste caso, el arrendador ser� responsable de da�os y perjuicios y por este �ltimo concepto no podr�n ser menores a una quinta parte del total de las rentas pactadas. Art�culo 2022. El arrendatario que hubiera perdido el uso o goce del bien arrendado por existir otro arrendamiento con prioridad, tendr� derecho a reclamar al arrendador, las indemnizaciones que le corresponder�an en caso de evicci�n del bien arrendado. CAP�TULO IV Del arrendamiento de bienes inmuebles Secci�n Primera Disposiciones generales Art�culo 2023. Los contratos de arrendamiento de inmuebles deben contener: El nombre del arrendador; El nombre del arrendatario; La descripci�n detallada del inmueble objeto del contrato; Las instalaciones y accesorios con que cuenta para su uso el bien arrendado; El estado que guarda el inmueble; La garant�a que deber� otorgar el arrendatario; El destino del inmueble; El t�rmino del contrato; El se�alamiento de a quien corresponde el pago del servicio de agua potable y alcantarillado y dem�s servicios p�blicos estatales o municipales que est�n relacionados con el objeto del contrato de arrendamiento; y Las obligaciones que el arrendador y el arrendatario contraen adicionalmente a las establecidas en la ley. La falta de alguno de estos requisitos no invalida el contrato. Art�culo 2024. Cuando se ejecuten mejoras en el inmueble arrendado, por parte del arrendador o que el bien sea sujeto de impuestos de plusval�a o pago de cuotas por colaboraci�n municipal, la renta podr� ser aumentada proporcionalmente a la utilidad. Art�culo 2025. En los arrendamientos que hayan durado m�s de tres a�os, el arrendatario tiene derecho a que, en igualdad de condiciones se le prefiera a otro interesado en el nuevo arrendamiento, siempre que satisfaga los siguientes requisitos: Estar al corriente en el pago de la renta; y Si durante el t�rmino del arrendamiento no se retras� en los pagos peri�dicos de la renta por dos meses. Art�culo 2026. Cuando el arrendatario ejecute mejoras de importancia al bien arrendado con autorizaci�n del arrendador, gozar� del derecho de preferencia por el tanto, en caso de que quien tiene la libre disposici�n del inmueble quiera vender dicho bien, aplic�ndose en lo conducente, lo dispuesto por los Art�culos 1896 y 1897. Art�culo 2027. Para ejercitar el derecho de preferencia para el nuevo arrendamiento, el arrendador deber� dar aviso al arrendatario de las nuevas condiciones para el arrendamiento. Dicho aviso deber� hacerse cuando menos diez d�as antes de que venza el contrato, para que el arrendatario, en los cinco d�as siguientes, le d� el aviso de si desea o no seguir arrendando el inmueble con las nuevas condiciones. En caso de que el arrendatario a�n no haya respondido al aviso hecho por el arrendador, acerca de las nuevas condiciones del arrendamiento, podr� �ste modificar dichas condiciones, dando un nuevo aviso al arrendatario, quien tendr� cinco d�as a partir de ese momento para responder al nuevo aviso. La violaci�n de este derecho no invalida la renta. Art�culo 2028. Deber�n de pagarse da�os y perjuicios, los cuales en ning�n caso ser�n inferiores al diez por ciento del importe bruto de la renta calculado sobre una anualidad, al otro contratante, en los siguientes casos: Cuando el arrendador no conceda al arrendatario el derecho de preferencia que le corresponde para un nuevo arrendamiento; Cuando el arrendatario haya dado aviso indubitable de querer ejercitar dicho derecho y no cumpla o se retracte; y En el caso de violaci�n a lo dispuesto por el art�culo anterior. Art�culo 2029. El arrendatario no responder� del incendio del bien arrendado, siempre que �ste se haya comunicado u originado de otra parte, si tom� las precauciones necesarias para evitar que el fuego se propagara. Art�culo 2030. Cuando son varios los arrendatarios y no se sabe d�nde comenz� el incendio, todos son responsables proporcionalmente a la renta que paguen. Si inici� el incendio en el local de uno de los arrendatarios, s�lo �ste ser� responsable. Art�culo 2031. El arrendatario que va a establecer en la finca arrendada, una industria peligrosa, tiene obligaci�n de asegurar dicha finca contra el riesgo probable que origine el ejercicio de esa industria. En caso de omisi�n por parte del arrendatario del cumplimiento de esta obligaci�n, podr� el arrendador contratar �l mismo el seguro, teniendo derecho a repetir por el monto de las primas contra el arrendatario, presentando como t�tulo ejecutivo, el recibo, el contrato de seguro y el contrato de arrendamiento. Art�culo 2032. Si alguno de los arrendatarios prueba que el fuego no pudo comenzar en la parte que ocupa, quedar� libre de responsabilidad. Art�culo 2033. La responsabilidad que resulte de un incendio comprende: El pago de los da�os y perjuicios sufridos por el arrendador; y El pago de los da�os y perjuicios que se hayan causado a otras personas, siempre que provengan directamente del incendio. Art�culo 2034. Todos los arrendamientos, sea de predios r�sticos o urbanos que no se hayan celebrado por tiempo expresamente determinado, se entender�n por tiempo indefinido y las obligaciones de las partes continuar�n hasta que no se d� por terminada la relaci�n contractual. Art�culo 2035. En los casos de contrato por tiempo indefinido, el arrendamiento concluir� a voluntad de cualesquiera de los contratantes, previo aviso dado a la otra parte en forma indubitable. Trat�ndose de un predio urbano, el aviso deber� darse con tres meses de antelaci�n si lo da el arrendador y un mes si lo da el arrendatario; y con nueve meses de anticipaci�n para ambas partes, si el predio es r�stico o destinado a fines agropecuarios. Lo dispuesto en este Art�culo no ser� objeto de renuncia. Art�culo 2036. No podr� darse en arrendamiento una finca urbana que no re�na las condiciones de higiene y salubridad exigidas por la legislaci�n respectiva. Art�culo 2037. Son aplicables al arrendamiento de inmuebles todas las disposiciones de este t�tulo, en lo que no contravengan lo establecido en este cap�tulo. Secci�n Segunda Del arrendamiento de inmuebles destinados a habitaci�n Art�culo 2038. Se considera arrendamiento de inmuebles destinados a habitaci�n, el que se haga de cualquier finca urbana o r�stica, siempre que se celebre con el objeto primordial de servir de habitaci�n a una o m�s personas. Art�culo 2039. El arrendamiento por tiempo determinado de inmuebles destinados a habitaci�n, no podr� exceder de 15 a�os. Cuando este tipo de arrendamiento exceda de cinco a�os, deber� ser inscrito en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 2040. El arrendador que no haga las obras que ordene la autoridad competente, como necesarias para que una localidad sea habitable e higi�nica, es responsable de los da�os y perjuicios que los arrendatarios sufran por esa causa. Este derecho no es renunciable. Art�culo 2041. Cuando el valor comercial del inmueble sea el equivalente hasta diez mil veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n se seguir�n las siguientes reglas: En cuanto al importe de las rentas: No podr� exceder del doce por ciento anual sobre el valor fiscal que reporte el inmueble; Cuando no exista valor fiscal o �ste no se hubiese actualizado durante los �ltimos tres a�os, el importe de la renta no podr� exceder del diez por ciento anual del valor comercial del inmueble; y Cuando para la edificaci�n o reconstrucci�n del inmueble materia del arrendamiento se hubiese obtenido financiamiento preferencial para su empleo en esos fines, el importe de la renta ser� fijado de acuerdo a los programas y criterios del mismo; y En cuanto a su duraci�n: Su plazo m�nimo de vigencia ser� de un a�o; El plazo ser� obligatorio solamente para el arrendador; y El arrendatario podr� dar por concluido el contrato en cualquier tiempo, con la obligaci�n respecto del pago de las rentas de cubrirlas hasta la fecha en que desocupe totalmente el inmueble y lo ponga a disposici�n del arrendador. Art�culo 2042. Las disposiciones contenidas en el art�culo anterior son de orden p�blico. Por lo tanto, son irrenunciables y en consecuencia, cualquiera estipulaci�n en contrario se tendr� por no puesta. Art�culo 2043. En el caso a que se refiere el Art�culo 2041, cuando se celebren convenios que generen obligaciones m�s gravosas para el arrendatario, �stos ser�n nulos de pleno derecho, no importando si se hacen constar bajo la forma de recibos, vales, cartas o cualquier otro documento, sin perjuicio de la responsabilidad penal en que se incurra. Art�culo 2044. Al t�rmino del arrendamiento, el arrendatario que haya cumplido en tiempo con todas las obligaciones que la ley y el contrato le hayan impuesto, tendr� derecho a una pr�rroga del mismo por el t�rmino de un a�o. Secci�n Tercera Del arrendamiento de inmuebles destinados al comercio e industria Art�culo 2045. El arrendamiento por tiempo determinado de bienes inmuebles destinados al comercio, no puede exceder de veinte a�os; el destinado a la industria, no puede exceder de veinticinco a�os. En ambos casos cuando excedan de seis a�os deber� inscribirse en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 2046. El precio del arrendamiento de los inmuebles destinados al comercio o la industria, que deber� pagar peri�dicamente el arrendatario al arrendador, ser� fijado libremente por las partes. Art�culo 2047. El precio del arrendamiento de los inmuebles destinados al comercio o la industria, podr� ser fijado en una cantidad l�quida determinada o sobre un porcentaje del importe de los ingresos brutos del comercio o del valor total de la producci�n que se genere en ese inmueble. Art�culo 2048. Cuando as� se convenga en el contrato, el arrendatario tendr� derecho a traspasar el comercio o industria establecido en el inmueble arrendado, sin que el arrendador tenga derecho alguno a oponerse. Ser� v�lido el convenio en el que el arrendatario traspase su derecho como tal, a cambio de recibir una cantidad determinada de la persona a la cual transfiere, a manera de contraprestaci�n. El nuevo arrendatario deber� destinar el inmueble al objeto para el que se celebr� el contrato de arrendamiento, y la variaci�n de dicho objeto, ser� causa de rescisi�n anticipada del contrato, imputable al nuevo arrendatario, salvo pacto en contrario. Art�culo 2049. En el caso del art�culo anterior, el arrendatario que haya traspasado, ser� obligado solidario del nuevo ocupante al cual se traspas� el inmueble arrendado, por todas las obligaciones que puedan sobrevenir por el arrendamiento, a favor del arrendador. La solidaridad a que se refiere este Art�culo comprende a todos los traspasos subsecuentes. Art�culo 2050. El t�rmino del arrendamiento del nuevo arrendatario, al cual se traspas� el inmueble arrendado, ser� el que se hubiere pactado originalmente en el contrato de arrendamiento. Art�culo 2051. Al t�rmino del arrendamiento, el arrendatario que haya cumplido en tiempo con todas las obligaciones que la ley y el contrato le hayan impuesto, tendr� derecho a una pr�rroga del mismo, por un t�rmino equivalente a una cuarta parte del periodo pactado en el contrato original de arrendamiento. Para computar el t�rmino de pr�rroga a que se refiere este art�culo, se empezar� a contar desde el d�a en que entr� en posesi�n del inmueble como arrendatario, aunque la finca hubiese cambiado de propietario. Art�culo 2052. Es obligaci�n del arrendador y del arrendatario sujetarse a las normas ecol�gicas, de desarrollo urbano, protecci�n civil y dem�s obligaciones que se�alen las leyes. Cuando el acatamiento de dichas disposiciones vuelva su cumplimiento oneroso o imposible, las partes podr�n optar por su rescisi�n o por un cambio en las condiciones del contrato. Art�culo 2053. Son aplicables al arrendamiento de bienes inmuebles con destino comercial o industrial, las disposiciones generales del arrendamiento, as� como del arrendamiento de inmuebles, en lo que no contradigan lo establecido en este cap�tulo. Secci�n Cuarta Del arrendamiento de inmuebles destinados a fines agropecuarios Art�culo 2054. El arrendamiento de inmuebles destinados a la agricultura, no podr� exceder de 25 a�os, ni destinarse a cultivos il�citos. Art�culo 2055. El arrendamiento de inmuebles destinados a la agricultura, deber� otorgarse por escrito y cuando su duraci�n exceda de diez a�os, deber� inscribirse en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 2056. La falta de inscripci�n en el Registro P�blico de Propiedad, de conformidad con el art�culo anterior, ser� imputable al arrendador. Art�culo 2057. La renta deber� pagarse en los plazos convenidos, y a falta de convenio, por semestres vencidos. Art�culo 2058. El contrato de arrendamiento con fines agropecuarios, podr� hacerse s�lo de la tierra o de la unidad de producci�n en forma parcial o integral. Art�culo 2059. Cuando en un contrato de arrendamiento agropecuario se pacte la renta de toda la unidad de producci�n, deber� se�alarse en forma enunciativa lo que incluye dicho arrendamiento, as� como el estado que guardan las partes integrantes de la unidad de producci�n. La entrega podr� hacerse a inventario, para que al momento de la recepci�n, se verifique el estado de todos los bienes integrantes de la unidad de producci�n, tales como cantidad y calidad de tierra, tractores, almacenes, frigor�ficos, habitaciones, y dem�s bienes que lo compongan. Cuando no se formule inventario con caracter�sticas de los bienes, los mismos deber�n entregarse al arrendador, al finalizar el arrendamiento, en un estado tal que permita el funcionamiento del bien para lograr su objeto, salvo que se pruebe que por el uso ordinario del mismo, han dejado de servir. Art�culo 2060. En el arrendamiento de predios r�sticos por plazo determinado, debe el arrendatario, en el �ltimo a�o que permanezca en el fundo, permitir a su sucesor o al due�o, en su caso, el barbecho de las tierras que tenga desocupadas y en las que �l no pueda realizar la nueva siembra, as� como el uso de los edificios, parte de la unidad de producci�n y dem�s medios que fueren necesarios para las labores preparatorias del a�o siguiente. Art�culo 2061. El permiso a que se refiere el art�culo anterior, no ser� obligatorio, sino en el periodo y por el tiempo rigurosamente indispensable, conforme a las costumbres locales, salvo convenio en contrario. Art�culo 2062. Terminado el arrendamiento, tendr� a su vez el arrendatario saliente, derecho para usar de las tierras y edificios o parte de la unidad de producci�n, por el tiempo absolutamente indispensable para la recolecci�n y aprovechamiento de los frutos pendientes al terminar el contrato. Lo dispuesto por �ste y los dos Art�culos anteriores, se aplicar� a�n cuando el bien arrendado sea expropiado o enajenado por venta de autoridad. Art�culo 2063. El arrendatario deber� utilizar el bien arrendado con fines agropecuarios, cumpliendo las disposiciones ecol�gicas que dispongan las leyes. El da�o en la tierra, el ambiente o la unidad de producci�n arrendada, har� al arrendatario responsable de las sanciones que marquen las legislaciones en materia ecol�gica m�s el pago de da�os y perjuicios al arrendador, que nunca ser� mayor al equivalente a dos veces el valor de la producci�n que se haya obtenido en el �ltimo a�o en el predio arrendado. CAP�TULO V Del arrendamiento de bienes muebles Art�culo 2064. En todo contrato de arrendamiento de bienes muebles, deber� se�alarse el plazo de vigencia del mismo, as� como el uso a que el bien ser� destinado. Si en el contrato, no se hubiese fijado plazo ni expresado el uso a que el bien se destina, el arrendatario ser� libre para devolverlo cuando quiera o en los t�rminos previstos para el arrendamiento por tiempo indeterminado. El arrendador no podr� pedir la devoluci�n, sino despu�s de cinco d�as de celebrado el contrato. Art�culo 2065. Si se arrienda un inmueble que contenga muebles dentro de �l, se entender� que el arrendamiento de �stos, es por el mismo tiempo que el del inmueble, a menos que exista convenio en contrario. Esta disposici�n ser� aplicable respecto a los instrumentos de cualquier oficio que se arrienden dentro de un inmueble, como complemento del mismo, a�n cuando s�lo se hayan determinado el n�mero de cada utensilio o instrumento. Art�culo 2066. Cuando los muebles se arrendasen con separaci�n del bien inmueble, su alquiler se regir� por lo dispuesto en este cap�tulo. Art�culo 2067. La p�rdida o deterioro del bien arrendado se presume siempre a cargo del arrendatario, a menos que �l pruebe que sobrevino sin culpa suya, en cuyo caso ser� a cargo del arrendador. El arrendador podr� en este �ltimo caso, repetir contra el culpable de dicha p�rdida o deterioro. Art�culo 2068. A�n cuando la p�rdida o deterioro sobrevengan por caso fortuito, ser�n a cargo del arrendatario si �ste us� el bien de un modo no conforme con el contrato, y sin cuyo uso no habr�a sobrevenido el caso fortuito. Art�culo 2069. El arrendatario est� obligado a dar de comer y beber al animal durante el tiempo en que lo tiene en su poder en calidad de arrendatario, de modo que no se desmejore y a curarle las enfermedades ligeras, sin poder cobrar nada al arrendador. Art�culo 2070. Los frutos del animal arrendado pertenecen al arrendador, salvo convenio o disposici�n legal en contrario. Art�culo 2071. En caso de muerte de alg�n animal arrendado, sus despojos ser�n entregados por el arrendatario al arrendador, si son de alguna utilidad y es posible el transporte. Art�culo 2072. Cuando se arrienden dos o m�s animales que forman un todo, como una yunta o un tiro y uno de ellos se inutiliza, se rescindir� el arrendamiento, a no ser que el arrendador quiera dar otro que forme un todo con el que es a�n utilizable. Art�culo 2073. El que arriende uno o m�s animales especificados individualmente, que antes de ser entregados al arrendatario se inutilizaren sin culpa del arrendador, quedar� enteramente libre de la obligaci�n si ha avisado al arrendatario inmediatamente despu�s de que se inutiliz� el animal; pero si �ste se ha inutilizado por culpa del arrendador o si no se ha dado el aviso, estar� sujeto al pago de da�os y perjuicios o a reemplazar el animal arrendado, a elecci�n del arrendatario. Art�culo 2074. En el caso del art�culo anterior, si en el contrato de arrendamiento no se trat� de animal individualmente determinado, sino de un g�nero y n�mero determinados, el arrendador est� obligado a los da�os y perjuicios, siempre que se falte a la entrega. Art�culo 2075. Si en el arrendamiento de un predio r�stico se incluyere el ganado de labranza o de cr�a existente en �l, el arrendatario tendr�, respecto del ganado, los mismos derechos y obligaciones que el usufructuario, pero no est� obligado a dar fianza. Art�culo 2076. Si el bien arrendado fue recibido por el arrendatario por inventario o de manera detallada de su estado, deber� devolverlo en el mismo estado, salvo que se hubiera menoscabado por su uso ordinario o por el simple paso del tiempo. Art�culo 2077. Si el bien arrendado fue recibido sin que mediara inventario o descripci�n detallada de su estado, deber� ser devuelto al arrendador en estado de ser utilizado por �ste para el objeto al cual est� destinado ordinariamente. Art�culo 2078. En caso de robo o destrucci�n del bien mueble arrendado, el arrendatario ser� responsable de los da�os y perjuicios que se causen al arrendador. Cuando la culpa del robo o destrucci�n se deba a persona determinada, el arrendatario tendr� derecho de repetir en su contra, pudiendo adem�s cobrarle el inter�s legal que proceda entre el tiempo en que �l pag� al arrendador y el d�a en que le sea cubierto nuevamente el monto pagado. Art�culo 2079. Son aplicables al arrendamiento de bienes muebles, las disposiciones de este t�tulo, en lo que no contravengan a este cap�tulo. CAP�TULO VI Del arrendamiento con prestaci�n de servicios y derecho a uso de �reas comunes Art�culo 2080. En un contrato de arrendamiento, ser�n v�lidas las disposiciones que otorguen al arrendatario, junto con el permiso de uso o goce de un bien inmueble, el permiso para hacer uso en forma compartida de �reas comunes de un inmueble o conjunto de inmuebles, as� como donde se determine que el arrendador tendr� la obligaci�n de prestar alg�n servicio al arrendatario. Art�culo 2081. El derecho a hacer uso de �reas comunes, ya sea en forma personal el arrendatario, ya sea sus clientes, pacientes, o dem�s personas a �l relacionadas, se podr� referir a �reas como: Salas de espera; Pasillos; Escaleras y elevadores; Areas deportivas, de descanso o recreativas; Recepci�n; Salones de eventos; Salas de juntas, firmas o entrevista; Estacionamiento; y Todas las dem�s �reas que se se�alen en el contrato, o que por su naturaleza, sirvan para el uso com�n de los usuarios de un inmueble. Art�culo 2082. Las �reas comunes de que pueda hacer uso el arrendatario, deber�n estar se�aladas expresamente en el contrato de arrendamiento. En caso de no mencionarse, se considerar� que el arrendatario no tiene derecho de hacer uso de tales �reas comunes. Art�culo 2083. Se except�a de lo dispuesto en el art�culo anterior, cuando sea necesario el acceso a dichas �reas comunes para que el arrendatario y las personas a �l relacionadas puedan llegar a la parte del inmueble arrendado. Art�culo 2084. El uso de las �reas comunes, en caso de no estar determinado en el contrato de arrendamiento, deber� ser el objeto natural del �rea arrendada. Art�culo 2085. En caso de abuso por parte del arrendatario de las �reas comunes, tendr� la obligaci�n de pagar los da�os y perjuicios que por tal abuso haya ocasionado al arrendador. Art�culo 2086. La prestaci�n de servicios que puede incluir un arrendamiento de bien inmueble podr� tratarse de: Secretarias; Limpieza; Jardiner�a; Estacionamiento vigilado; Vigilancia; Mensajer�a; Uso de tel�fonos, fax, computadoras y dem�s medios de comunicaci�n e inform�tica; Cobradores; Mantenimiento; Porteros; Edecanes; Papeler�a; y Las dem�s que est�n estipuladas en el contrato de arrendamiento y no sean contrarias a la ley. Art�culo 2087. En caso de que el arrendatario incumpla sus obligaciones de pago, tendr� el arrendador derecho a dejar de suministrar los servicios a que se refiere el art�culo anterior, en tanto dure el incumplimiento por parte del arrendatario, siempre que acredite dicha falta de pago de manera fehaciente. Art�culo 2088. Si el arrendador incumple con su obligaci�n de prestar los servicios a que se comprometi� expresamente en el contrato, podr� el arrendatario contratar por su parte dichos servicios, repitiendo en contra del arrendador por el monto que haya erogado por ellos, m�s los da�os y perjuicios que le haya ocasionado, adem�s del inter�s que se pacte, entre el d�a en que pague dichos servicios y el d�a en que el arrendador le reembolse los mismos. Art�culo 2089. En caso de que el arrendador no permita al arrendatario el uso de las �reas comunes que se hayan convenido en el contrato de arrendamiento, podr� el arrendatario demandar ante la autoridad jurisdiccional competente, el pago de los da�os y perjuicios que esto le haya ocasionado, adem�s de exigir la reducci�n del precio del arrendamiento, durante todo el tiempo que dure la falta de uso por su parte de las �reas comunes. En todos los casos, el juez deber� ordenar al arrendador que permita al arrendatario el uso y goce de las �reas comunes en los t�rminos del contrato. Art�culo 2090. Se except�a de lo dispuesto en el art�culo anterior, cuando dichas �reas comunes hayan sido menoscabadas por causa no imputable al arrendador o cuando se est�n realizando mejoras o reparaciones necesarias a dichas �reas comunes y �stas no duren m�s de un mes. Ser� aplicable lo dispuesto en el art�culo anterior, en el t�rmino que exceda de un mes, pero en estos casos, no podr� demandarse el pago de da�os y perjuicios, sino s�lo la reducci�n del precio del arrendamiento. CAP�TULO VII Del arrendamiento de promoci�n y exhibici�n Art�culo 2091. En virtud del contrato de arrendamiento de promoci�n y exhibici�n, el arrendador concede un espacio de un bien al arrendatario por un tiempo determinado y perentorio, para que sea aprovechado con fines de promoci�n y propaganda. Art�culo 2092. Al t�rmino del plazo estipulado en el contrato, queda facultado el arrendador a retirar sin su responsabilidad, en caso de que el arrendatario no lo haya hecho, los bienes y propaganda que ocupen el espacio arrendado. Art�culo 2093. Esta modalidad de arrendamientos puede pactarse por una o varias veces, por distintas �pocas durante una anualidad y por varias �pocas durante varias anualidades. Art�culo 2094. Este contrato se entiende celebrado por el flujo de personas que concurren al punto de promoci�n y propaganda; por ello, el arrendador durante su vigencia debe tomar las providencias necesarias para satisfacer tal expectativa. Art�culo 2095. El precio del arrendamiento ser� libremente fijado por los contratantes, pudi�ndose pactar una cantidad fija o sobre un porcentaje de las ventas brutas que se concerten con motivo del espacio arrendado. Art�culo 2096. El arrendador tendr� derecho a retener en garant�a de las obligaciones a cargo del arrendatario los bienes y propaganda propiedad de �ste que estuvieren instalados en el espacio arrendado. CAP�TULO VIII Del arrendamiento con opci�n a compra Art�culo 2097. Para los efectos de este c�digo, habr� arrendamiento con opci�n a compra, siempre que en un contrato por tiempo determinado y forzoso para ambas partes, el arrendador, se obligue a permitir el uso, goce o disfrute de un bien y el arrendatario, a pagar como contraprestaci�n un precio peri�dico, y quien, al vencimiento del t�rmino tendr� opci�n de comprar el bien arrendado, por el precio de compra que se pact� originalmente. Art�culo 2098. S�lo quien posea la libre disposici�n de un bien, podr� celebrar respecto de �l, contrato de arrendamiento con opci�n a compra en calidad de arrendador. Art�culo 2099. Todo contrato de arrendamiento con opci�n a compra deber� contener: Su t�rmino; Precio de venta del bien. Este precio se aplicar� al vencimiento del contrato, en caso de haber voluntad por parte del arrendatario, de adquirir el bien objeto del arrendamiento; El plazo que tendr� el arrendatario para dar aviso de compra al arrendador; El monto del pago peri�dico que deber� hacer el arrendatario al arrendador, durante la vigencia del contrato; El lugar y plazos donde deber�n hacerse los pagos parciales y el de la opci�n de compra, en caso de darse; El uso o giro que se dar� a los bienes arrendados; y Si tiene o no el arrendatario, derecho a prorrogar el contrato de arrendamiento. En caso de tener derecho a la pr�rroga, deber� determinarse la duraci�n de la misma, pago peri�dico a hacerse y los derechos que tendr� el arrendatario al t�rmino. Art�culo 2100. En caso de no fijarse un t�rmino de tiempo forzoso para ambas partes, se entender� celebrado por un a�o, contado a partir de que el arrendatario adquiera el uso, goce y disfrute del bien, ya sea por entrega material, virtual o jur�dica. Art�culo 2101. Si no se determina el precio de venta ni se dan las bases para su determinaci�n, al t�rmino del contrato de arrendamiento; se considerar� para todos sus efectos como un contrato de arrendamiento simple, con t�rmino forzoso y el arrendatario no tendr� derecho a exigir la enajenaci�n del bien en su favor. Art�culo 2102. El precio de venta del bien materia del contrato de arrendamiento con opci�n a compra puede fijarse en cantidad l�quida o cualquier otra cantidad que sea pecuniariamente determinable al finalizar el t�rmino del mismo. De igual manera, podr� pactarse el monto de los pagos peri�dicos que deba hacer el arrendatario al arrendador. Art�culo 2103. Llegado el momento para ejercer la opci�n de compra, el arrendador deber� notificar al arrendatario, que tiene el t�rmino de 30 d�as para ejercerla y pagarla o en su caso, proceder a la devoluci�n del bien. Art�culo 2104. Los contratos de arrendamiento con opci�n a compra deber�n otorgarse por escrito y, trat�ndose de bienes inmuebles, en escritura p�blica. Art�culo 2105. En el caso de bienes inmuebles, los contratos de arrendamiento con opci�n a compra se inscribir�n en el Registro P�blico de la Propiedad. Una vez inscrito, no tendr� validez cualquier traslaci�n de dominio, gravamen, embargo o derecho real que se inscriba sobre el bien materia del contrato de arrendamiento con opci�n a compra. Dichas traslaciones de dominio, grav�menes, embargos o derechos reales podr�n convalidarse en caso de no ser ejercitado, por parte del arrendatario, el derecho de compra del bien arrendado, en el t�rmino se�alado. Art�culo 2106. De no haber inscripci�n del contrato de arrendamiento con opci�n a compra en el Registro P�blico de la Propiedad, y si durante el t�rmino de �ste, se inscribe cualquier gravamen, embargo, derecho real o traslaci�n de dominio respecto del mismo bien; el arrendatario podr� ejercitar acci�n en contra del arrendador por los da�os y perjuicios sufridos. Art�culo 2107. Salvo pacto en contrario, la obligaci�n de realizar los pagos peri�dicos del arrendamiento con opci�n a compra, inicia a partir de la entrega de los bienes objeto del arrendamiento. Art�culo 2108. En caso de que el arrendatario sufra la evicci�n del bien materia del contrato de arrendamiento con opci�n a compra, el arrendador deber� pagar a aqu�l: Los gastos causados en el contrato; Los gastos originados en el juicio de evicci�n y el de saneamiento; El valor de las mejoras �tiles y necesarias hechas a costa del arrendatario; y El monto de los da�os y perjuicios ocasionados al arrendatario. Art�culo 2109. En el supuesto de despojo, perturbaci�n o cualquier acto de tercero, que afecte el uso o goce de los bienes, la posesi�n de los mismos o bien la propiedad, el arrendador tiene la obligaci�n de realizar las operaciones que correspondan para recuperar los bienes o defender el uso o goce de los mismos. Igualmente, estar� obligado a ejercer las defensas que procedan cuando medie cualquier acto o resoluci�n de autoridad que afecte la posesi�n o la propiedad de los bienes. Art�culo 2110. Cuando ocurra cualesquiera de las eventualidades a que se refiere el art�culo anterior, el arrendatario deber� dar aviso al arrendador, a la brevedad posible. En caso de no hacerlo, ser� responsable de los da�os y perjuicios que se ocasionen. Art�culo 2111. El arrendatario podr� ejercitar directamente dichas acciones y defensas, en el caso de que d� el aviso de compra al arrendador. Art�culo 2112. Si existe incumplimiento por parte del arrendatario en sus obligaciones, el arrendador podr� pedir judicialmente, la rescisi�n del contrato, para recuperar la posesi�n de los bienes objeto de dicho contrato. Art�culo 2113. Una vez que el arrendatario justifique con documento aut�ntico, haber cumplido sus obligaciones, el Registro P�blico de la Propiedad tomar� nota e inscribir� de manera definitiva el inmueble a favor del mismo. CAP�TULO IX Del arrendamiento de veh�culos automotores Art�culo 2114. Ser�n aplicables las disposiciones de este cap�tulo al arrendamiento que de veh�culos automotores haga una persona f�sica o jur�dica. Art�culo 2115. El contrato de arrendamiento de veh�culos automotores, adem�s de los requisitos del arrendamiento ordinario, deber� contener: Lugar de entrega del veh�culo; Costo del arrendamiento y posibilidad de que se incremente el mismo en funci�n del kilometraje recorrido; Epoca del pago; Si existir� o no garant�a adicional al seguro que debe contratar el arrendatario; Objeto o fin para el cual se utilizar� el veh�culo automotor arrendado; Inventario del veh�culo y descripci�n de los implementos especiales o adicionales que contenga, tales como aire acondicionado, herramientas, aparatos de sonido, o cualquier otro aparato que se encuentre en el veh�culo arrendado, para ser revisado al momento de recepci�n y entrega del veh�culo; Area en la cual se permite que circule el veh�culo arrendado; Si lo hay, l�mite de kilometraje diario o total que puede recorrer el veh�culo; Menci�n de los da�os y raspaduras que tenga el veh�culo; Fecha y lugar de recepci�n del veh�culo; y La menci�n del tipo de seguro que contratar� el arrendatario para asegurar el veh�culo materia del contrato. Art�culo 2116. En caso de no determinarse el lugar de entrega del veh�culo, se entender� el mismo lugar de la recepci�n. Art�culo 2117. Al momento de la entrega del veh�culo, se firmar� acta de recepci�n por parte del arrendador, en la que se recibir� la unidad conforme a inventario asent�ndose las circunstancias relevantes. Art�culo 2118. En caso de que el veh�culo se descomponga por causas no imputables al arrendatario, el arrendador deber� sustituir de manera inmediata la unidad por una similar o mejor que la arrendada, sin cargo adicional o, a elecci�n del arrendatario, a que se le paguen los da�os y perjuicios que esto le ocasione y ser� causa de rescisi�n anticipada del contrato de arrendamiento. Art�culo 2119. Cuando no se fije la �poca de pago, se entender� que debe hacerse al momento de la entrega del veh�culo al arrendatario. En caso de que no se haga as�, dicho pago deber� hacerse cuando lo reclame el arrendador. Art�culo 2120. El arrendatario tiene la obligaci�n de contratar un seguro que cubra los da�os que pueda sufrir el veh�culo arrendado. En caso de no hacerse, ser� responsable de los da�os y perjuicios que ocasione al arrendador con motivo del siniestro al veh�culo arrendado y ser� causa de rescisi�n anticipada del contrato. Art�culo 2121. Al ser devuelto el veh�culo arrendado al arrendador, deber� de cancelarse el seguro contratado, as� como toda garant�a que el arrendatario haya ofrecido a aqu�l, con motivo del arrendamiento del veh�culo. Art�culo 2122. En el contrato de arrendamiento de veh�culos automotores, podr� pactarse una cl�usula penal para el caso en que el arrendatario utilice el veh�culo arrendado con un objeto diverso a aqu�l para el cual contrat� o exceda el �rea o kilometraje m�ximo que estaba facultado a utilizar. En caso de no disponerse esta cl�usula penal, se aplicar�n al arrendatario las siguientes sanciones: I. Cuando utilice el veh�culo para un objeto diverso del arrendado, se le sancionar� como m�nimo con lo correspondiente al cincuenta por ciento del costo del arrendamiento, y m�ximo el cien por ciento de dicho costo; II. Cuando se exceda en el kilometraje, se le sancionar� con el equivalente a un tanto del valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n por cada 20 kil�metros de excedencia; III. Cuando no respete el �rea en la cual pod�a utilizar el veh�culo arrendado, se le sancionar� con el equivalente al cien por ciento del costo del arrendamiento; y IV.- Pagar� todos los gastos que se ocasionen con motivo de su incumplimiento. Las sanciones mencionadas se aplicar�n de manera adicional a las dem�s obligaciones que pueda adquirir por da�os o dem�s incumplimientos al contrato de arrendamiento. Art�culo 2123. En caso de raspaduras o da�os adicionales imputables al arrendatario, en el veh�culo arrendado o en los implementos adicionales en �l contenidos, el arrendador tendr� derecho a no cancelar la garant�a que aqu�l haya otorgado, hasta en tanto no sea reparado el veh�culo a su plena satisfacci�n. Se except�a de lo anterior el caso en que el seguro cubra plenamente los da�os ocasionados al veh�culo, o el arrendatario consigne o deposite el equivalente al deducible de dicho seguro. Art�culo 2124. Cuando as� se convenga expresamente, si el arrendatario no entrega el veh�culo en el lugar y tiempo pactados, el arrendador podr� pedir a las autoridades competentes o encargadas de la seguridad p�blica o de la vialidad, con la sola exhibici�n del contrato de arrendamiento o su copia certificada, que dicha autoridad d� orden a sus integrantes para que a la vista del veh�culo, lo recojan y pongan a disposici�n del arrendador. Dicha dependencia deber� poner el veh�culo a disposici�n del arrendador, en un dep�sito de veh�culos del municipio donde se arrend� el mismo o de la instituci�n titular de la asistencia p�blica en el Estado. Art�culo 2125. En el caso del art�culo anterior, la autoridad deber� de realizar el inventario del veh�culo arrendado y de sus componentes o atributos especiales y aparatos adicionales que contenga el mismo, as� como de los da�os o raspaduras que presente. Dicho inventario, podr� anexarlo con fotograf�as del veh�culo al momento de su recepci�n. Art�culo 2126. En caso de accidente o de robo del veh�culo arrendado, a�n cuando est� asegurado, el arrendatario deber� dar aviso al arrendador en las siguientes 24 horas. En caso de omisi�n, ser� responsable de los da�os y perjuicios que ocasione al arrendador, salvo el caso en que justificadamente estuviere impedido de hacerlo. Art�culo 2127. Salvo lo dispuesto por el Art�culo 2118 o pacto en contrario, el arrendador no tendr� responsabilidad alguna con respecto al arrendatario, en caso de accidente o robo del veh�culo. El arrendador tendr� derecho a hacer efectivo el seguro o garant�a adicional que haya prestado el arrendatario, en los t�rminos de los Art�culos anteriores. Art�culo 2128. Ser�n aplicables las disposiciones previstas en este t�tulo para el arrendamiento de veh�culos automotores, en lo que no contradigan las normas de este cap�tulo. CAP�TULO X Del arrendamiento de membres�as de clubes Art�culo 2129. Se considera como arrendamiento de membres�as de clubes, aquel permiso o autorizaci�n que concede un socio o miembro de un club para que otra persona haga uso de su derecho y goce de los privilegios que dicha membres�a otorga. Art�culo 2130. El arrendamiento de membres�as de clubes podr� darse en instituciones de car�cter deportivo, recreativo, cultural, social o de cualquiera otra �ndole, siempre que para ser miembro de estas instituciones sea necesario obtener una membres�a o pagar una cantidad �nica para poder ser parte de la misma, adem�s de las aportaciones o cuotas peri�dicas que deban hacerse para el mantenimiento y dem�s gastos de la instituci�n. Art�culo 2131. El arrendatario de membres�as de clubes deber� de cubrir los requisitos que el reglamento, escritura constitutiva o dem�s normas del club se�alen para todos sus socios o miembros. Art�culo 2132. De todo arrendamiento de membres�as de clubes, deber� el arrendador informar al club, en los cinco d�as siguientes a la celebraci�n del contrato. La falta de este requisito ser� causa suficiente para que el club o instituci�n niegue la entrada a sus instalaciones al arrendatario. Art�culo 2133. La administraci�n del club discrecionalmente podr� oponerse a la designaci�n del arrendatario. Dicha determinaci�n deber� hacerse saber en los diez d�as siguientes; en caso contrario, se tendr� por aceptada. Art�culo 2134. Cuando se d� el arrendamiento de membres�as de clubes, los pagos que deban cubrirse a �stos se podr�n hacer por el arrendatario, pero el arrendador ser� obligado solidario en todas las obligaciones que, con objeto de la membres�a del club, adquiera el arrendatario hacia la instituci�n. Son aplicables al arrendamiento de membres�as de clubes todas las disposiciones relativas al arrendamiento, en lo que no contradigan las disposiciones de este cap�tulo. CAP�TULO XI Del subarriendo Art�culo 2136. Hay subarriendo, cuando el arrendatario arrienda el mismo bien que �l recibi� en arrendamiento. Art�culo 2137. El arrendatario no debe subarrendar el bien arrendado en todo, ni en parte, ni ceder sus derechos sin el consentimiento del arrendador; si lo hiciere, responder� solidariamente con el subarrendatario de todos los da�os y perjuicios ocasionados al arrendador, adem�s de ser causa de rescisi�n anticipada del contrato de arrendamiento. Art�culo 2138. Si el subarriendo se hiciere en virtud de la autorizaci�n general concedida en el contrato, el arrendatario ser� responsable ante el arrendador, como si �l mismo continuara en el uso o goce del bien. Art�culo 2139. Si el arrendador aprueba expresamente el contrato especial de subarriendo, el subarrendatario queda subrogado en todos los derechos y obligaciones del arrendatario, a no ser que por convenio se acuerde otra cosa. CAP�TULO XII Del modo de terminar el arrendamiento Art�culo 2140. El arrendamiento puede terminar: Por haberse cumplido el plazo fijado en el contrato o por la ley o por estar satisfecho el objeto para el que fue arrendado el bien; Por convenio expreso; Por nulidad; Por confusi�n; Por p�rdida o destrucci�n total del bien arrendado, por caso fortuito o fuerza mayor; Por rescisi�n; Por expropiaci�n del bien arrendado hecha por causa de utilidad p�blica; y Por evicci�n del bien dado en arrendamiento. Art�culo 2141. Si el arrendamiento se ha hecho por tiempo determinado, concluye en el d�a prefijado. Si no se ha se�alado tiempo, se atender� a las disposiciones del cap�tulo I de este t�tulo. Art�culo 2142. Cuando a la falta de pago del importe de la renta por dos o m�s meses consecutivos trat�ndose de inmuebles y de dos quincenas para los muebles, se a�ne el abandono del bien, previa certificaci�n de la autoridad judicial, se entregar� el mismo al arrendador, cesando en ese momento la obligaci�n de seguir pagando rentas, d�ndose por concluido el contrato. Art�culo 2143. Si despu�s de terminado el plazo por el que se celebr� el arrendamiento o su pr�rroga, el arrendatario contin�a sin oposici�n en el uso y goce del bien arrendado, continuar� el arrendamiento por tiempo indeterminado, estando obligado el arrendatario a pagar la renta que corresponda por el tiempo que exceda conforme a lo convenido en el contrato, actualiz�ndose el pago de la renta conforme al inter�s legal establecido en el presente c�digo. Cualesquiera de las partes podr� solicitar la terminaci�n del contrato de arrendamiento en los t�rminos del Art�culo 2035 de este c�digo. Las obligaciones contra�das por un tercero con objeto de garantizar el cumplimiento del arrendamiento, cesan al t�rmino del plazo determinado, salvo convenio en contrario. Art�culo 2143 bis.- Si terminado el plazo establecido en el contrato o en la ley para el arrendamiento, y el arrendador solicita el bien, en los t�rminos previstos por aquellos, el arrendatario deber� desocupar y entregar inmediatamente el inmueble. Si no lo hiciere y fuere demandado por los d�as que permanezca en posesi�n del inmueble deber� pagar la renta que corresponda por el tiempo que exceda conforme a lo convenido en el contrato, actualiz�ndose el pago de la renta conforme al inter�s legal establecido en el presente c�digo. Art�culo 2144. El arrendador puede exigir la rescisi�n del contrato de arrendamiento: Por la falta de pago de la renta en los t�rminos contractuales o legales; Por usarse el bien arrendado con un objeto distinto del convenido o de la naturaleza o destino de dicho bien; Por el subarriendo o traspaso de la cosa o bien sin autorizaci�n del arrendador; Por da�os graves al bien arrendado, imputables al arrendatario; Por variar la forma del bien arrendado, sin contar con el consentimiento expreso del arrendador; y Por la falta de pago de servicios p�blicos por m�s de dos meses o el tiempo que acuerden las partes, cuando se haya comprometido a realizarlo el arrendatario. Art�culo 2145. El arrendatario tendr� derecho a exigir la rescisi�n del contrato de arrendamiento: Por no cumplir el arrendador con su obligaci�n de prestar los servicios o de mantener el bien arrendado en el mismo estado durante el arrendamiento, haciendo para ello todas las reparaciones necesarias; Por la p�rdida total o parcial del bien arrendado; Por p�rdida de uso parcial del bien arrendado, siempre que la reparaci�n dure m�s de un mes; Por la existencia de defectos o vicios ocultos del bien, anteriores al arrendamiento y desconocidos por el arrendatario. En este caso, tambi�n podr� optar por la acci�n de reducci�n del precio del arrendamiento; y Por la falta de pago de servicios p�blicos por m�s de dos meses o el tiempo que acuerden las partes, cuando se haya comprometido a realizarlo el arrendador. Art�culo 2146. Si el bien dado en arrendamiento fuere enajenado por venta de autoridad, el contrato de arrendamiento subsistir�, a menos que aparezca que se celebr� dentro de los 60 d�as anteriores al secuestro del bien o despu�s de registrada la hipoteca que da lugar a la subasta, en cuyo caso el arrendamiento podr� darse por concluido. T�TULO SEPTIMO Del comodato Art�culo 2147. Existe el contrato de comodato cuando una persona llamada comodante se obliga a conceder gratuita y temporalmente el uso de un bien no fungible, a otro denominado comodatario quien contrae la obligaci�n de restituirlo individualmente. Art�culo 2148. Cuando el pr�stamo tuviere por objeto bienes consumibles, s�lo ser� comodato si ellos fuesen prestados como no fungibles, es decir, para ser restituidos id�nticamente. Art�culo 2149. Los tutores, curadores y en general todos los administradores de bienes ajenos no podr�n dar en comodato, sin autorizaci�n especial, los bienes confiados a su guarda. Art�culo 2150. Sin permiso del comodante no puede el comodatario conceder a un tercero el uso del bien entregado en comodato. Art�culo 2151. El comodatario adquiere el uso, pero no los frutos y accesiones del bien prestado. Art�culo 2152. El comodatario est� obligado a poner toda diligencia en la conservaci�n del bien, y es responsable de todo deterioro que sufra por su culpa. Art�culo 2153. Si el deterioro es tal, que el bien no sea susceptible de emplearse en su uso ordinario, podr� el comodante exigir el valor anterior de �l, abandonando su propiedad al comodatario. Art�culo 2154. El comodatario responde de la p�rdida del bien si lo emplea en uso diverso o por m�s tiempo del convenido, a�n cuando aqu�l sobrevenga por caso fortuito. Art�culo 2155. Cuando el bien perece por caso fortuito y el comodatario haya podido salvarlo empleando un bien propio, o si no pudiendo conservar m�s que uno de los dos, ha preferido el suyo, responde de la p�rdida del otro. Art�culo 2156. Si el bien ha sido valuado al prestarlo, su p�rdida, a�n cuando sobrevenga por caso fortuito, es de cuenta del comodatario, quien deber� entregar el precio, si no hay convenio expreso en contrario. Art�culo 2157. Si el bien se deteriora por el solo efecto del uso para el que fue prestado, y sin culpa del comodatario, no es �ste responsable del deterioro. Art�culo 2158. El comodatario no tiene derecho para repetir el importe de los gastos ordinarios que se necesiten para el uso y la conservaci�n del bien prestado. Art�culo 2159. Tampoco tiene derecho el comodatario para retener el bien a pretexto de lo que por expensas o por cualquiera otra causa le deba el due�o. Art�culo 2160. Siendo dos o m�s los comodatarios, respecto de un mismo bien o conjunto de bienes, est�n sujetos solidariamente a las mismas obligaciones. Art�culo 2161. Si no se ha determinado el uso o el plazo del pr�stamo, el comodante podr� exigir el bien cuando le pareciere. En este caso, la prueba de haber convenido uso o plazo, incumbe al comodatario. El comodatario deber� devolver el bien concedido en comodato, en el t�rmino de cinco d�as h�biles en trat�ndose de muebles y treinta d�as naturales en trat�ndose de inmuebles. Art�culo 2162. El contrato de comodato no requiere de forma especial. En caso de que el contrato de comodato no se otorgue por escrito, se presumir� que �ste ser� vigente hasta que el comodante requiera judicial o extrajudicialmente su devoluci�n al comodatario o que �ste devuelva voluntariamente el bien. Art�culo 2163. El comodante podr� exigir la devoluci�n del bien antes de que termine el plazo o uso convenidos, sobrevini�ndole necesidad urgente de �l, probando, que hay peligro de que �ste perezca si contin�a en poder del comodatario, o si �ste ha autorizado a un tercero a servirse del bien, sin consentimiento del comodante. Art�culo 2164. Si durante el pr�stamo el comodatario ha tenido que hacer para la conservaci�n del bien, alg�n gasto extraordinario y de tal manera urgente que no haya podido dar aviso de �l al comodante, �ste tendr� obligaci�n de reembolsarlo. Art�culo 2165. Cuando el bien prestado tiene defectos tales que causen perjuicios al que se sirva de �l, el comodante es responsable de �stos, si conoc�a los defectos y no dio aviso oportuno al comodatario. Art�culo 2166. El comodato termina: Por acuerdo de los contratantes; Por muerte del comodatario; Por revocaci�n del comodante en los casos en que proceda; Por requerimiento hecho al comodatario en los casos en que no se haya pactado t�rmino por las partes; Por p�rdida del bien; Por haber cumplido con el objeto para el que fue celebrado; y Por haberse cumplido el t�rmino del comodato. T�TULO OCTAVO Del dep�sito Art�culo 2167. El dep�sito es un contrato por el cual el depositario recibe del depositante un bien, mueble o inmueble, que aqu�l le conf�a y se obliga a guardarlo para restituirlo cuando lo pida el depositante. Art�culo 2168. El dep�sito debe celebrarse por escrito. Al texto del contrato, debe a�adirse un inventario de los bienes entregados en dep�sito y las condiciones en que �stos se encuentren y el trato especial que requieran para su conservaci�n. Art�culo 2169. Salvo pacto en contrario, el depositario tiene derecho a exigir retribuci�n por el dep�sito la cual se arreglar� a los t�rminos del contrato y, en su defecto, a los usos del lugar en que se constituya. Art�culo 2170. Los depositarios de t�tulos, valores, efectos o documentos que devenguen intereses, quedan obligados a realizar el cobro de �stos en las �pocas de su vencimiento, as� como tambi�n a practicar cuantos actos sean necesarios para que los efectos depositados conserven el valor y los derechos que les correspondan con arreglo a las leyes. Art�culo 2171. Podr�n ser depositantes: El due�o o quien tenga la libre disposici�n del bien o de los bienes o su representante o mandatario; En caso de que el depositante sea menor, qui�n tenga sobre �l la patria potestad o el tutor, con autorizaci�n judicial; En caso de que el depositante sea un incapaz, su tutor; y El dep�sito que realicen voluntariamente las partes contendientes en un juicio con autorizaci�n del juez o el dep�sito de bienes embargados o retenidos. Art�culo 2172. La incapacidad de uno de los contratantes no exime al otro de las obligaciones a que est�n sujetos el que deposita y el depositario. Art�culo 2173. Si el depositante fuere incapaz, en cualquier tiempo podr� su representante pedir la devoluci�n de los bienes depositados. Art�culo 2174. El incapaz que acepte el dep�sito, puede, si se le demanda por da�os y perjuicios, oponer como excepci�n la nulidad del contrato, m�s no podr� eximirse de restituir el bien depositado si se conserva a�n en su poder, o el provecho que hubiere recibido de su enajenaci�n. Art�culo 2175. Cuando la incapacidad del depositario no fuere absoluta, podr� �ste ser condenado al pago de da�os y perjuicios, si hubiere procedido con dolo o mala fe. Art�culo 2176. Si el depositario fuere incapaz y el bien hubiere salido de su poder, el depositante podr� hacer uso de las acciones que corresponder�an a dicho incapaz para pedir su devoluci�n, a�n mediante la nulidad de los contratos que hubiere celebrado, o para reclamar el precio o el bien ofrecidos en cambio. Art�culo 2177. El depositario est� obligado a conservar el bien objeto del contrato, seg�n lo reciba, y a devolverlo cuando el depositante se lo pida, aunque al constituirse el dep�sito se hubiere fijado plazo y �ste no hubiere llegado, salvo que por estipulaci�n expresa o por las circunstancias se comprenda que el plazo fue pactado, en beneficio del depositario o de ambos contratantes. En la conservaci�n del dep�sito responder� el depositario de los menoscabos, da�os y perjuicios que los bienes depositados sufrieren por su malicia o negligencia. Art�culo 2178. Si despu�s de constituido el dep�sito, tiene conocimiento el depositario de que el bien es robado y qui�n es el verdadero due�o, debe dar aviso a �ste o a la autoridad competente, con la reserva debida. Art�culo 2179. Si dentro de ocho d�as no se le manda judicialmente retener o entregar el bien, puede devolverlo al que lo deposit�, sin que por ello quede sujeto a responsabilidad alguna. Art�culo 2180. Siendo varios los depositantes, respecto de un solo bien o conjunto de bienes, no podr� el depositario entregarlo sino con previo consentimiento de la mayor�a de los depositantes, computado por cantidades y no por personas, a no ser que al constituirse el dep�sito se haya convenido que la entrega se haga a cualquiera de los depositantes. Art�culo 2181. El depositario entregar� a cada depositante una parte del bien, si al constituirse el dep�sito se se�al� lo que a cada uno correspond�a. Art�culo 2182. Si no hubiere lugar designado para la entrega del dep�sito, la devoluci�n se har� en el lugar donde se halla el bien depositado. Los gastos de entrega ser�n por cuenta del depositante. Art�culo 2183. El depositario no est� obligado a entregar el bien cuando judicialmente se haya mandado retener o embargar. Art�culo 2184. El dep�sito debe ser entregado al depositante, a la persona que �ste designe o al causahabiente de uno u otra, en sus respectivos casos. Art�culo 2185. El depositario puede por causa justificada devolver el bien antes del plazo convenido. Art�culo 2186. Cuando el depositario descubra o pruebe que es suyo el bien depositado, y el depositante insiste en sostener sus derechos, debe ocurrir al juez pidi�ndole orden para retenerlo o para depositarlo judicialmente. Art�culo 2187. Cuando no se ha estipulado tiempo, el depositario puede devolver el dep�sito al depositante cuando quiera, siempre que le avise con una anticipaci�n de cuando menos cinco d�as, si se necesita preparar algo para la guarda del bien, salvo pacto en contrario. Art�culo 2188. El depositante est� obligado a indemnizar al depositario de todos los gastos que haya hecho en la conservaci�n requerida por el bien depositado y de los perjuicios que por �l haya sufrido, salvo que �stos hayan sido ocasionados por culpa o negligencia del depositario o sus dependientes. Art�culo 2189. El depositario no puede retener el bien, a�n cuando al ped�rselo no haya recibido el importe de las expensas a que se refiere el art�culo anterior; pero si podr�, en este caso, si el pago no se le asegura, pedir judicialmente la retenci�n del dep�sito. Art�culo 2190. Tampoco puede retener el bien como prenda que garantice otro cr�dito que tengan contra el depositante. Art�culo 2191. Contra la deuda derivada de un dep�sito, no es admisible la compensaci�n. Art�culo 2192. Los due�os de establecimientos en donde se reciben hu�spedes, son responsables del deterioro, destrucci�n o p�rdida de los efectos introducidos en el establecimiento con su consentimiento o el de sus empleados autorizados, por las personas que ah� se alojen; a menos que prueben que el da�o sufrido es imputable a estas personas, a sus acompa�antes, a sus servidores o a los que los visiten, o que proviene de caso fortuito, fuerza mayor o vicios de los mismos efectos. Art�culo 2193. La responsabilidad de que habla el art�culo anterior, no exceder� del equivalente a un tanto del valor anual de la Unidad de Medida y Actualizaci�n, cuando no se puede imputar culpa al hotelero o a su personal. Art�culo 2194. Para que en los establecimientos donde se reciben hu�spedes sean responsables del dinero, valores u objetos de precio notoriamente elevado que introduzcan en esos establecimientos las personas que all� se alojan, es necesario que sean entregados en dep�sito a ellos o a sus empleados debidamente autorizados. Art�culo 2195. El hotelero no se exime de la responsabilidad que le imponen los dos Art�culos anteriores, por avisos que ponga en su establecimiento para eludirla. Cualquier pacto que celebre, limitando o modificando esa responsabilidad, ser� nulo. Art�culo 2196. Las fondas, caf�s, casas de ba�o y otros establecimientos semejantes, no responden de los efectos que introduzcan los usuarios o clientes, a menos que los pongan bajo el cuidado de los empleados del establecimiento. T�TULO NOVENO Del mandato CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 2197. El mandato es un contrato por el cual una persona llamada mandante otorga a otra denominada mandatario, la facultad de realizar por el otorgante un acto jur�dico. Cuando el mandato tenga efectos patrimoniales, deber� entenderse que su finalidad es, la de conservar ese patrimonio. Art�culo 2198. El contrato de mandato se perfecciona con la aceptaci�n del mandatario. Art�culo 2199. El mandato que implica el ejercicio de una profesi�n se presume aceptado, en t�rminos generales, cuando es conferido a persona que ofrece al p�blico el ejercicio de su profesi�n y el mandatario no lo rehusa dentro de los tres d�as siguientes a su conocimiento. Art�culo 2200. El mandatario, en sus relaciones con el mandante, no estar� obligado a intervenir en actos para los cuales no tenga instrucciones del mandante, ni en aqu�llos en los que se considere impedido. Art�culo 2201. Los terceros no podr�n exigir al mandatario su representaci�n sino cuando haya aceptado especialmente para el acto de que se trate. La aceptaci�n puede ser expresa o t�cita. Habr� aceptaci�n t�cita cuando el mandatario ejecute cualquier acto en el negocio ejercitando el mandato. Art�culo 2202. Pueden ser objeto del mandato todos los actos l�citos para los que la ley no exige la intervenci�n personal del interesado. Art�culo 2203. El mandato es esencialmente oneroso. Solamente ser� gratuito cuando as� se haya convenido expresamente. Art�culo 2204. El mandato debe de formalizarse por escrito, y otorgarse: En escritura p�blica: a) Siempre que sea general; b) Cuando se refiera a inmuebles o a derechos reales; c) Cuando el negocio para el que se confiera, su importe sea superior al equivalente a 300 veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n; y d) Cuando en virtud de �l haya de ejecutar el mandatario alg�n acto que conforme a la ley deba constar en escritura p�blica; En escrito privado, ante dos testigos y ratificadas las firmas del otorgante ante el notario p�blico o servidor p�blico que corresponda conocer del negocio para el que se otorga; y En escrito privado sin ratificaci�n de firmas en los dem�s casos. Art�culo 2205. El mandato puede ser general o especial. Art�culo 2206. Son mandatos generales: Poder Judicial; Poder para administrar bienes; y Poder para ejercer actos de dominio. Art�culo 2207. En los poderes generales judiciales, bastar� decir que se otorgan con ese car�cter, para que el apoderado pueda representar al poderdante en todo negocio de jurisdicci�n voluntaria, mixta y contenciosa, desde su principio hasta su fin; siempre que no se trate de actos que conforme a las leyes requieran poder especial, en tal caso se consignar�n detalladamente las facultades que se confieran con su car�cter de especialidad. Este tipo de poderes s�lo podr� otorgarse a personas que tengan el t�tulo de abogado, licenciado en derecho o a quien no tenga ese car�cter se encuentre asesorado necesariamente por profesionales del derecho, quien deber� suscribir y actuar conjuntamente con el apoderado, en todos los tr�mites judiciales. En los poderes generales para administrar bienes, bastar� decir que se otorgan con ese car�cter, para que el apoderado tenga toda clase de facultades administrativas. En los poderes generales para ejercer actos de dominio, ser� suficiente que se exprese que se confieren con ese car�cter, a efecto de que el apoderado tenga todas las facultades de propietario, en lo relativo a los bienes como en su defensa. Art�culo 2208. Cuando se quieran limitar las facultades del apoderado deber�n consignarse expresa y claramente las limitaciones. Art�culo 2209. Cuando el mandato no se otorgue en la forma prescrita en este t�tulo, el contrato ser� nulo y s�lo quedar�n subsistentes las obligaciones contra�das entre el tercero que haya procedido de buena fe y el mandatario, como si �ste hubiese obrado en negocio propio. Art�culo 2210. En el caso del art�culo anterior, podr� el mandante exigir del mandatario la devoluci�n de las sumas que le haya entregado, y respecto de las cuales ser� considerado el �ltimo como simple depositario. Art�culo 2211. Si el mandante, el mandatario y el que haya tratado con �ste, proceden de mala fe, ninguno de ellos tendr� derecho a hacer valer la falta de forma del mandato. Art�culo 2212. El mandatario no es responsable para con los terceros con quienes contrata, sino cuando se obliga personalmente o traspasa los l�mites del mandato sin dar a aqu�llos conocimiento suficiente de su poder. Art�culo 2213. Cuando el mandatario obra en su propio nombre, el mandante no tiene acci�n contra las personas con quienes el mandatario ha contratado, ni �stas tampoco contra el mandante. En este caso, el mandatario es el obligado directamente en favor de la persona con quien ha contratado, como si el asunto fuere personal suyo. Except�ase el caso en que se trate de cosas propias del mandante. Lo dispuesto en este art�culo se entiende sin perjuicio de las acciones entre mandante y mandatario. Art�culo 2214. Ning�n poder se otorgar� por una duraci�n mayor a cinco a�os, salvo que antes de que se cumpla ese tiempo, el mandante lo revoque. Cuando durante la vigencia del poder, se hubiere iniciado un negocio cuya duraci�n trascienda el t�rmino de su vigencia, se entender�n prorrogadas las facultades, hasta su conclusi�n, quedando comprendida la de intentar el juicio de Amparo. Art�culo 2215. Para hacer factible la sustituci�n del apoderado en el contrato de mandato, deber� de se�alarse en forma expresa dicha facultad. Art�culo 2216. La sustituci�n de mandatario deber� hacerse con la misma formalidad con la cual se otorg� el mandato, se�al�ndose expresamente el nombre del nuevo mandatario. Salvo el caso de que se trate de mandato otorgado en escritura p�blica, la sustituci�n, podr� hacerse constar en el primer testimonio. CAP�TULO II De las obligaciones del mandatario con respecto al mandante Art�culo 2217. El mandatario, en el desempe�o de su encargo, se sujetar� a las instrucciones recibidas del mandante y en ning�n caso podr� proceder contra disposiciones expresas del mismo. Art�culo 2218. En lo no previsto y prescrito expresamente por el mandante, deber� el mandatario consultarle, siempre que lo permita la naturaleza del negocio. Si no fuere posible la consulta o estuviere el mandatario autorizado para obrar a su arbitrio, har� lo que la prudencia dicte, cuidando del negocio como propio. Art�culo 2219. Si una circunstancia imprevista hiciere, a juicio del mandatario, perjudicial la ejecuci�n de las instrucciones recibidas, podr� suspender el cumplimiento del mandato, comunic�ndolo as� al mandante, con la mayor brevedad posible. Art�culo 2220. En las operaciones hechas por el mandatario, con violaci�n o en exceso del encargo recibido, adem�s de la indemnizaci�n a favor del mandante, de da�os y perjuicios, quedar� a opci�n de �ste, ratificarlas o dejarlas a cargo del mandatario. Art�culo 2221. El mandatario est� obligado a dar oportunamente noticia al mandante de todos los hechos o circunstancias que puedan determinarlo a revocar o modificar el encargo. Asimismo, debe d�rsele sin demora de la ejecuci�n de dicho encargo. Art�culo 2222. El mandatario no puede compensar los perjuicios que cause con los provechos que por otro motivo haya procurado al mandante. Art�culo 2223. El mandatario que se exceda en sus facultades, es responsable de los da�os y perjuicios que cause al mandante y al tercero con quien contrat�, si �ste ignoraba que aqu�l traspasaba los l�mites del mandato. Art�culo 2224. El mandatario est� obligado a dar al mandante cuentas exactas de su administraci�n, conforme al convenio, si lo hubiere. No habiendo convenio, cuando el mandante lo pida; y en todo caso al fin del contrato. Art�culo 2225. El mandatario tiene obligaci�n de entregar al mandante todo lo que haya recibido en virtud del poder, a�n cuando lo que recibi� no fuere debido al mandante. Art�culo 2226. El mandatario debe pagar los intereses de las sumas que pertenezcan al mandante y que haya distra�do de su objeto o invertido en provecho propio, desde la fecha de inversi�n; as� como los de las cantidades en que resulte alcanzado, desde la fecha en que se constituy� en mora. CAP�TULO III De las obligaciones del mandante con relaci�n al mandatario Art�culo 2227. El mandante debe anticipar al mandatario, si �ste lo pide, las cantidades necesarias para la ejecuci�n del mandato. Si el mandatario las hubiere anticipado, debe el mandante reembolsarlas, aunque el negocio no haya salido bien, con tal que est� exento de culpa el mandatario. El reembolso comprender� los intereses de la cantidad anticipada, a contar desde el d�a en que se hizo el anticipo. Art�culo 2228. El mandante debe indemnizar al mandatario de todos los da�os y perjuicios que le haya causado el cumplimiento del mandato, sin culpa ni imprudencia del mismo mandatario. Art�culo 2229. El mandatario podr� retener en prenda los bienes que son objeto del mandato, hasta que el mandante haga la indemnizaci�n y reembolso de que tratan los dos Art�culos anteriores. Art�culo 2230. Si varios mandantes hubiesen nombrado a un solo mandatario para hacer alg�n negocio com�n, le quedan obligados solidariamente para todos los efectos del mandato. CAP�TULO IV De las obligaciones y derechos del mandante y del mandatario en relaci�n a tercero Art�culo 2231. El mandante debe cumplir con todas las obligaciones que el mandatario haya contra�do dentro de los l�mites del mandato. Art�culo 2232. El mandatario no tendr� acci�n para exigir el cumplimiento de las obligaciones contra�das a nombre del mandante, a no ser que esta facultad se haya previsto expresamente en el poder. Art�culo 2233. Los actos que el mandatario practique a nombre del mandante, traspasando los l�mites expresos del mandato, ser�n nulos respecto del mandante, si �ste no los ratifica t�cita o expresamente. En este caso, las obligaciones contra�das a favor de tercero deber�n ser cumplidas por el mandatario que actu� en exceso del mandato. Art�culo 2234. El tercero que hubiere contratado con el mandatario que se excedi� en sus facultades no tendr� acci�n contra de �ste, siempre que el mandatario le hubiere dado a conocer cu�les fueron aqu�llas y no se hubiere obligado personalmente para el caso de que el mandante no aceptare lo pactado al margen de dichas facultades. CAP�TULO V Del mandato judicial o en procuraci�n Art�culo 2235. No pueden ser procuradores en juicio: Los incapaces; y Los servidores p�blicos judiciales y aquellos que laboren en las dependencias fiscales, dentro de los l�mites de su circunscripci�n territorial. Art�culo 2236. El mandatario o procurador en un mandato judicial o poder general judicial no requiere poder o cl�usula especial, sino en los casos siguientes: Desistirse; Transigir; Comprometerse en �rbitros; Absolver y articular posiciones; Hacer cesi�n de bienes; Recibir pagos; Adquirir en venta de autoridad, formulando las posturas y pujas que procedan, respecto de los bienes que sean materia del juicio; y Los dem�s actos que expresamente determine la ley. Podr� en un poder general, conferirse algunas de las facultades enumeradas, en los t�rminos de este t�tulo. Art�culo 2237. El procurador o mandatario judicial, una vez aceptado el poder o mandato judicial, est� obligado a: Seguir el juicio por todas sus instancias mientras no haya cesado su encargo por terminaci�n del contrato de mandato; Pagar los gastos que se ocasionen en el desarrollo del juicio, sin perjuicio del derecho que tiene de que el mandante se los reembolse; y Practicar, bajo la responsabilidad que este c�digo impone al mandatario, cuanto sea necesario para la tramitaci�n judicial del negocio del mandante o poderdante, arregl�ndose al efecto a las instrucciones que �ste le hubiere dado, y si no las tuviere, a lo que exija la naturaleza e �ndole del litigio. El procurador o mandatario judicial no puede, con base a las instrucciones recibidas, eximirse de la responsabilidad en que incurra. Art�culo 2238. El mandatario judicial, abogado o procurador que acepte el mandato de una de las partes, no puede admitir el del contrario, en el mismo juicio, aunque renuncie al primero. Si el mandatario judicial hiciere caso omiso a esta disposici�n, ser� responsable de los da�os y perjuicios que ocasione a las partes, independientemente de las dem�s sanciones a las que se haga acreedor. Art�culo 2239. El mandatario judicial, abogado o procurador que revele a la parte contraria los secretos de su poderdante o cliente, o le suministre documentos o datos que lo perjudiquen, ser� responsable de todos los da�os y perjuicios que a su mandante ocasione, quedando, adem�s, sujeto a lo que para estos casos dispone el C�digo Penal. Art�culo 2240. La representaci�n del mandatario judicial, abogado o procurador cesa, adem�s de las causas de terminaci�n del mandato en general por: Separarse el poderdante o mandante de la acci�n u oposici�n que haya formulado; Haber terminado la personalidad del poderdante o mandante; Haber transmitido el mandante a otro sus derechos sobre el bien objeto del litigio, luego que la transmisi�n o cesi�n sea debidamente notificada y se haga constar en autos; y Hacer el due�o del negocio alguna gesti�n en el juicio, manifestando que revoca el mandato. Art�culo 2241. El mandatario judicial, procurador o abogado que ha sustituido su poder puede revocar la sustituci�n, rigiendo tambi�n en este caso, respecto del sustituto, lo dispuesto por el art�culo anterior. Art�culo 2242. La parte o mandante judicial puede ratificar antes de la sentencia que cause ejecutoria, lo que el procurador, abogado o mandatario judicial hubiere hecho excedi�ndose del poder. CAP�TULO VI De los diversos modos de terminar el mandato Art�culo 2243. El mandato termina por: Revocaci�n; Renuncia del mandatario; Muerte del mandante o del mandatario; Interdicci�n de uno u otro; Vencimiento del plazo y por la conclusi�n del negocio para el cual fue concedido; y VI. Interdicci�n del mandatario o del mandante, salvo que en �ste hubiere existido estipulaci�n expresa en el sentido de continuar su vigencia, en cuyo caso el mandatario deber� rendir cuentas al tutor del mandante. Art�culo 2244. El mandato podr� ser revocado en todo tiempo y libremente por el mandante o renunciado en igual forma por el mandatario. Cualquier estipulaci�n en contrario ser� nula de pleno derecho y se tendr� por no puesta. La parte que revoque o renuncie el mandato en tiempo inoportuno, deber� indemnizar a la otra, de los da�os y perjuicios que le cause. Art�culo 2245. El mandante no podr� revocar el mandato, ni el mandatario podr� renunciar a su ejercicio cuando su otorgamiento se hubiera estipulado como condici�n en un contrato bilateral de vigencia determinada como medio para cumplir una obligaci�n contra�da. Art�culo 2246. El mandatario que tuviere justo impedimento para desempe�ar su encargo no podr� abandonarlo sin sustituir el mandato, teniendo facultades para ello. Cuando no tenga facultades para sustituir el mandato, deber� dar aviso al mandante, para que nombre a otra persona. Art�culo 2247. Cuando se ha otorgado un mandato para tratar con determinada persona, el mandante debe notificar a �sta la revocaci�n del mandato so pena de quedar obligado por los actos del mandatario ejecutados despu�s de la revocaci�n, siempre que haya habido buena fe de parte de dicha persona. Art�culo 2248. El mandante puede exigir la devoluci�n del instrumento o escrito en que conste el mandato, y todos los documentos relativos al negocio o negocios que tuvo a su cargo el mandatario. El mandante que descuide exigir los documentos que acrediten los poderes del mandatario, responde de los da�os que puedan resultar por esa causa a terceros de buena fe. Art�culo 2249. Aunque el mandato termine por la muerte del mandante, debe el mandatario continuar en la atenci�n de los negocios en que haya asumido la respresentaci�n de este, entretanto los herederos proveen por s� mismos a los negocios, siempre que de lo contrario pueda resultar alg�n perjuicio. Art�culo 2250. Si el mandato termina por muerte del mandatario, deben sus presuntos herederos dar aviso al mandante y practicar, mientras �ste resuelva, solamente las diligencias que sean indispensables para evitar cualquier perjuicio al mandante. Art�culo 2251. El mandatario que renuncie tiene obligaci�n de seguir el negocio mientras el mandante no provee a la procuraci�n, si de lo contrario se sigue alg�n perjuicio al mandante. Art�culo 2252. En el caso de que el mandato termine por la muerte del mandante o renuncia del mandatario, tiene derecho el mandatario para pedir al juez que se se�ale un t�rmino breve al mandante o a sus herederos, en su caso, a fin de que presenten a encargarse de sus negocios o designen un nuevo mandatario. Art�culo 2253. Lo que el mandatario, sabiendo que ha cesado el mandato, hiciere con un tercero que ignora el t�rmino de la procuraci�n, no obliga al mandante, salvo los casos en que el mandante no haya exigido al mandatario la devoluci�n del t�tulo en que se otorg� el mandato, o cuando el mandato se haya otorgado para tratar con determinada persona y no se haya avisado a �sta de la terminaci�n del mandato. T�TULO DECIMO De los contratos de prestaci�n de servicios CAP�TULO I Del contrato de prestaci�n de servicios t�cnicos y profesionales Secci�n Primera Disposiciones generales Art�culo 2254. El contrato de prestaci�n de servicios t�cnicos o profesionales es aqu�l por medio del cual el prestador se obliga a proporcionar en beneficio del cliente o prestatario determinados servicios que requieren de una preparaci�n t�cnica o profesional. Art�culo 2255. La contraprestaci�n por la prestaci�n de servicios t�cnicos o profesionales se denomina honorario, y puede ser cubierto por el receptor del servicio o por un tercero. Art�culo 2256. Los servicios podr�n prestarse por: Persona o conjunto de personas f�sicas con conocimientos t�cnicos o profesionales, a quienes se denominar� t�cnico y profesionista, respectivamente; Persona jur�dica, que entre sus objetos sociales, se encuentra la de prestar servicios t�cnicos o profesionales; o de la combinaci�n de ambos; y Conjunto de personas jur�dicas con las caracter�sticas se�aladas en la fracci�n anterior. Art�culo 2257. Cuando el prestador no pueda continuar con el contrato deber� avisar oportunamente al cliente, quedando obligado a satisfacer los da�os y perjuicios que se causen, cuando no diere el aviso con oportunidad. Art�culo 2258. Cuando el prestador haya celebrado el contrato oblig�ndose a atender todos o algunos de los negocios del cliente, de manera regular y mediante una retribuci�n peri�dica, denominada iguala, no podr� darse por concluido el contrato, por parte del prestador, sino dando aviso con un mes de anticipaci�n. Art�culo 2259. En el caso del art�culo anterior, el prestador estar� obligado a dar oportunamente todos los informes y explicaciones que sean necesarios a la persona que se le designe como sustituto, para continuar en el desempe�o de los mismos servicios. Esta obligaci�n durar� 180 d�as naturales contados desde la fecha en que se dejaran de prestar los servicios. Art�culo 2260. Cuando el cliente quiera dar por concluido dicho contrato, deber�: Dar aviso al prestador cuando menos con tres meses de anticipaci�n; y Pagar a �ste los honorarios correspondientes a un mes. Si el cliente no diera el aviso con la anticipaci�n debida, estar� obligado a pagar al prestador como indemnizaci�n, los honorarios correspondientes a tres meses. Las disposiciones de este Art�culo no ser�n v�lidas cuando el prestador haya dado causa justificada para dar por terminado el contrato, sin responsabilidad para el cliente. Art�culo 2261. El prestador es responsable igualmente, hacia el cliente, por negligencia, impericia o dolo de su parte o de cualquiera de las personas de �l dependientes. Los directores o administradores de personas jur�dicas son responsables por quienes atiendan el servicio profesional, de la posesi�n del t�tulo o grado acad�mico, de su experiencia, conducta, �tica, desarrollo profesional, de su actualizaci�n y renovaci�n de autorizaci�n para el ejercicio y de la protecci�n a los intereses del consumidor. Art�culo 2262. Los directores o administradores de instituciones prestadoras de servicio profesional, siempre ser� una persona f�sica y deber�n poseer el grado acad�mico que se requiera para los prestadores de servicio profesional. Secci�n Segunda De la investigaci�n Art�culo 2263. Pueden ser objeto del contrato de prestaci�n de servicios t�cnicos y profesionales, la investigaci�n que sobre un tema espec�fico se propongan por el prestatario. Art�culo 2264. Los resultados de la investigaci�n corresponden al prestatario quien podr� usarlos, aprovecharlos o difundirlos. Art�culo 2265. Si transcurridos 10 a�os desde que concluyeran las investigaciones, el prestatario no los ha usado, difundido o aprovechado, puede el prestador usarlo, difundirlo o aprovecharlo sin responsabilidad alguna. Art�culo 2266. El prestador del servicio est� obligado a la reserva o secreto, considerando tanto los datos y resultados como secreto profesional. Art�culo 2267. El prestador del servicio no deber� de utilizar los resultados obtenidos de la investigaci�n en beneficio de persona distinta al prestatario. Secci�n Tercera De los honorarios Art�culo 2268. Los honorarios deber�n de fijarse en el contrato mismo de prestaci�n de servicios t�cnicos o profesionales. En caso de omisi�n a esta disposici�n, las partes los fijar�n de acuerdo a los siguientes lineamientos: La costumbre del lugar; Importancia de los trabajos prestados; Asunto o caso en que se prestaren; Facultades pecuniarias del que recibe el servicio; y Prestigio y reputaci�n del prestador. Si los servicios prestados estuvieren regulados por el arancel, �ste servir� de norma para fijar el importe de los honorarios debidos. Art�culo 2269. Los que presten servicios profesionales sin tener el t�tulo correspondiente que exija la ley, para su ejercicio, adem�s de incurrir en las penas respectivas, no tendr�n derecho de cobrar retribuci�n alguna por los servicios profesionales que hayan prestado. Art�culo 2270. En la prestaci�n de servicios t�cnicos y profesionales pueden incluirse las expensas o gastos que hayan de hacerse en el negocio en que aqu�llos se presten. Art�culo 2271. El pago de los honorarios y de los gastos o expensas, cuando los haya, deber� hacerse en el lugar de la prestaci�n del servicio, inmediatamente que se preste cada servicio o al fin de todos. Tambi�n deber� pagarse cuando el prestador deje de prestar el servicio t�cnico o profesional, sin culpa para �l o cuando haya concluido el negocio o trabajo que se le confi�. Podr� determinarse contractualmente que el pago sea hecho en un lugar diferente. Art�culo 2272. Cuando los clientes son varios y encomendaron uno o varios negocios o trabajos en forma conjunta, ser�n solidariamente responsables de los honorarios, gastos y expensas que haya realizado el prestador del servicio. Art�culo 2273. Cuando varios entes profesionales, en la misma �rea cient�fica o t�cnica, presten sus servicios en un negocio o asunto, podr�n cobrar los servicios que individualmente haya prestado cada uno. Art�culo 2274. Los prestadores tienen derecho de exigir sus honorarios, cualquiera que sea el �xito del negocio o trabajo que se le haya encomendado, salvo pacto en contrario. CAP�TULO II Del contrato de obras a precio alzado Art�culo 2275. Se denomina contrato de obra a precio alzado aqu�l por el cual una persona llamada empresario se obliga a dirigir y realizar una obra con materiales propios, asumiendo el riesgo de su realizaci�n a cambio de una remuneraci�n previamente determinada. Art�culo 2276. El riesgo de la obra correr� a cargo del empresario, hasta el acto de la entrega, a no ser que hubiere morosidad de parte del due�o de la obra en recibirla, o convenio expreso o contrario. Art�culo 2277. Siempre que el empresario se encargue por precio alzado de la obra en bien inmueble, cualquiera que sea su valor, se otorgar� el contrato por escrito, incluy�ndose en �l una descripci�n pormenorizada y en los casos que lo requieran, un plano, maqueta, dise�o y presupuesto de la obra. Art�culo 2278. Si no hay plano, maqueta, dise�o o presupuesto para la ejecuci�n de la obra y surgieren dificultades entre el empresario y el due�o, ser�n resueltas teniendo en cuenta la naturaleza de la obra, el precio de ella, los aranceles profesionales si fueren emitidos y la costumbre del lugar oy�ndose el dictamen de peritos. Cuando la obra se efect�e en virtud de licitaci�n p�blica, se deben tomar tambi�n en consideraci�n las bases emitidas para el concurso y la adjudicaci�n de la obra. Art�culo 2279. El perito que firme el plano, dise�o, maqueta o presupuesto de una obra, y la ejecute, no puede cobrar el plano, dise�o, maqueta o presupuesto fuera del honorario de la obra. Si la obra no se ejecuta por causa del due�o, podr� cobrarlo, a no ser que al encarg�rselo se haya pactado que el due�o no lo paga si no le conviniera aceptarlo. Art�culo 2280. Cuando se haya invitado a varios peritos para hacer planos, dise�os, maquetas o presupuestos, con el objeto de escoger de entre ellos el que parezca mejor, y los peritos han tenido conocimiento de esta circunstancia, ninguno puede cobrar honorarios, salvo convenio expreso. Art�culo 2281. En el caso del art�culo anterior, podr� el autor del plano, dise�o, maqueta o presupuesto aceptado, cobrar honorarios cuando la obra se ejecutare conforme a �l por otra persona. Art�culo 2282. El autor de un plano, dise�o, maqueta o presupuesto que no hubiere sido aceptado, podr� tambi�n cobrar honorarios si la obra se ejecutare conforme a �l por otra persona, aun cuando se hayan hecho modificaciones en los detalles. Art�culo 2283. Cuando al encargarse una obra no se hubieren fijado honorarios, los contratantes no se pusieren de acuerdo despu�s, se tendr�n por tales los designados en el arancel o a falta de ellos los que tasen peritos. Art�culo 2284. El honorario de la obra se pagar� al entregarse �sta, salvo convenio en contrario. Art�culo 2285. El empresario que se encargue de ejecutar alguna obra por precio determinado, no tiene derecho de exigir despu�s ning�n aumento, aunque lo haya tenido el precio de los materiales o el de los jornales. Art�culo 2286. Lo dispuesto en el art�culo anterior, se observar� tambi�n cuando haya habido alg�n cambio o aumento en el plano o dise�o, a no ser que sean autorizados por escrito por el due�o y con expresa designaci�n del precio. Art�culo 2287. Una vez pagado y recibido el precio, no ha lugar a reclamaci�n sobre �l, a menos que al pagar o recibir, las partes se hayan reservado expresamente el derecho de reclamar. Art�culo 2288. El que se obliga a hacer una obra por precio alzado, debe comenzar y concluir en los t�rminos designados en el contrato, y en caso contrario, en los que sean suficientes, a juicios de peritos. Art�culo 2289. El que se obligue a hacer una obra por piezas o por medida, puede exigir que el due�o la reciba en partes y se la pague en proporci�n de las que reciba. Art�culo 2290. La parte pagada se presume aprobada y recibida por el due�o; pero no habr� lugar a esa presunci�n solamente porque el due�o haya hecho adelantos a buena cuenta del precio de la obra, si no se expresa que el pago se aplique a la parte ya entregada. Art�culo 2291. Lo dispuesto en los dos Art�culos anteriores, no se observar� cuando las piezas que se manden construir no puedan ser �tiles, sino formando reunidas un todo. Art�culo 2292. El empresario que se encargue de ejecutar alguna obra, no puede hacerla ejecutar por otro, a menos que se haya pactado lo contrario, o el due�o lo consienta; en estos casos, la obra se har� siempre bajo la responsabilidad del empresario. Art�culo 2293. Recibida y aprobada la obra por el que la encarg�, el empresario es responsable de los defectos que despu�s aparezcan y que procedan de vicios en su construcci�n y hechura, mala calidad de los materiales empleados o vicios del suelo en que se fabric�; a no ser que por disposici�n expresa del due�o se hayan empleado materiales defectuosos, despu�s que el empresario le haya dado a conocer sus defectos, o que se haya edificado en terreno inapropiado indicado por el due�o, a pesar de las observaciones del empresario. Art�culo 2294. El due�o de la obra puede desistir de la empresa comenzada, con tal que indemnice al empresario de todos los gastos y trabajos y de la utilidad que pudiera haber sacado de la obra. Art�culo 2295. Cuando la obra fue ajustada por peso o medida, sin designaci�n del n�mero de piezas o de la medida total, el contrato puede revocarse por una y otra parte, concluidas que sean las partes designadas, pag�ndose la parte concluida. Art�culo 2296. Pagado el empresario de lo que le corresponde, seg�n los dos Art�culos anteriores, el due�o queda en libertad de continuar la obra, empleando a otras personas, aun cuando aqu�lla siga conforme al mismo plano, dise�o, maqueta o presupuesto. Art�culo 2297. Si el empresario muere antes de terminar la obra, podr� rescindirse el contrato; pero el due�o indemnizar� a los herederos de aqu�l del trabajo y gastos hechos. Art�culo 2298. La misma disposici�n tendr� lugar si el empresario no puede concluir la obra por alguna causa independiente de su voluntad. Art�culo 2299. Si muere el due�o de la obra, no se rescindir� el contrato, y sus herederos ser�n responsables del cumplimiento para con el empresario. Art�culo 2300. El empresario es responsable del trabajo ejecutado por las personas que ocupe en la obra. Art�culo 2301. Cuando se conviniere en que la obra deba hacerse a satisfacci�n del propietario o de otra persona, se entiende reservada la aprobaci�n, a juicio de peritos. Art�culo 2302. El constructor de cualquier obra mueble tiene derecho de retenerla mientras no se le pague, y su cr�dito ser� cubierto preferentemente con el precio de dicha obra. Art�culo 2303. Los empresarios constructores son responsables: Por la inobservancia de las disposiciones administrativas; y Solidariamente con el due�o, por todo da�o que causen a los vecinos. CAP�TULO III Del contrato de transporte Art�culo 2304. Se denomina contrato de transporte al acuerdo de voluntades entre una persona llamada porteador que se obliga a transportar, bajo su inmediata direcci�n o la de sus dependientes, por tierra, por agua o por aire, a personas, animales, mercader�as o cualesquiera otros bienes, y otra persona llamada pasajero o cargador que utiliza el transporte para s� mismo o para trasladar bienes, a cambio del pago de una cantidad cierta y en dinero; si no constituye un contrato mercantil, se regir� por las reglas siguientes. Art�culo 2305. El contrato de transporte es esencialmente oneroso, pero podr� ser gratuito, si as� lo pactan el porteador y cargador o pasajero. Art�culo 2306. Los porteadores tienen responsabilidad sobre: El da�o causado a las personas o bienes, por defectos de los conductores y medios de transporte que empleen; y estos defectos se presumen siempre que el mismo porteador no pruebe que el mal aconteci� por fuerza mayor o por caso fortuito que no le puede ser imputado a �l o sus dependientes; De la p�rdida y de las aver�as de los bienes que reciban, a no ser que el porteador pruebe que la p�rdida o las aver�as han provenido de caso fortuito, de fuerza mayor o de vicio de los mismos bienes; De las omisiones o equivocaciones que haya en la remisi�n de los bienes, ya sea que los env�en fuera del tiempo convenido o a un lugar distinto al acordado; y De los da�os por el retardo en la entrega del bien transportado, a menos que prueben que dicho retardo fue ocasionado por caso fortuito o fuerza mayor. Art�culo 2307. Los porteadores no son responsables de los bienes que no se les entreguen a ellos, sino a sus cocheros, marineros, remeros o dependientes, que no est�n autorizados para recibirlos. En este caso, la responsabilidad es exclusiva de la persona a quien se entreg� el bien. Art�culo 2308. La responsabilidad de todas las infracciones que durante el transporte se cometan, de leyes y reglamentos de car�cter administrativo, ser� del conductor y no de los pasajeros, ni de los due�os de los bienes conducidos o cargados, a no ser que la falta haya sido cometida por estas personas. Art�culo 2309. El porteador no ser� responsable de las faltas de que trata el Art�culo que precede, en cuanto a las penas, sino cuando tuviere culpa; pero lo ser� siempre de la indemnizaci�n de los da�os y perjuicios. Art�culo 2310. Las personas transportadas no tienen derecho para exigir aceleraci�n o retardo en el viaje, ni alteraci�n alguna en la ruta, ni en las detenciones o paradas, cuando estos actos est�n se�alados por los reglamentos o por el contrato. Art�culo 2311. El contrato de transporte deber� celebrarse por escrito. La falta de este requisito no invalidar� el contrato, pero ser� imputable al porteador. Art�culo 2312. El porteador de bienes, deber� extender al pasajero una carta de porte de la que �ste podr� pedir una copia. En dicha carta se expresar�n: El nombre, apellido y domicilio del pasajero; El nombre, apellido y domicilio del porteador; El nombre, apellido y domicilio de la persona a quien o a cuya orden van dirigidos los efectos, o si han de entregarse al portador de la misma carta; La designaci�n de los bienes, con expresi�n de su calidad gen�rica, de su peso y de las marcas o signos exteriores de los bultos en que se contengan; El precio del transporte; La fecha en que se hace la expedici�n; El lugar de la entrega al porteador; El lugar y el plazo en que habr� de hacerse la entrega al consignatario; La indemnizaci�n que haya de abonar el porteador en caso de retardo, si sobre este punto mediare alg�n pacto, a manera de cl�usula penal; y El monto del seguro en caso de que el cargador o el porteador as� lo requieran. Art�culo 2313. Las acciones que nacen del contrato de transporte, sean en pro o en contra de los porteadores, prescriben a los seis meses a partir de la fecha en que sea exigible la prestaci�n. Art�culo 2314. Si el bien transportado fuere de naturaleza peligrosa, de mala calidad o no estuviere convenientemente empacado o envasado, y el da�o proviene de alguna de esas circunstancias, la responsabilidad ser� del due�o del bien transportado, si tuvo conocimiento de ellas; en caso contrario, la responsabilidad ser� del pasajero que contrat� con el porteador, tanto por el da�o que se cause en el bien, como por el que reciban el medio de transporte u otras personas o bienes. Art�culo 2315. Se except�a de lo dispuesto en el art�culo anterior, cuando el pasajero o el due�o del bien transportado haya hecho saber al porteador las circunstancias del bien peligroso o de la mala calidad o de deficiencias en el empaque o en el envase, y �ste, contractualmente se oblig� a transportarlos indicando expresamente la responsabilidad que adquirir� sobre dichos bienes. En este caso, la falta de forma en el contrato ser� imputable al pasajero. Art�culo 2316. A falta de convenio expreso, se observar� la costumbre del lugar, ya sobre el importe del precio y de los gastos, ya sobre el tiempo en que haya de hacerse el pago. Art�culo 2317. El cr�dito por fletes que se adeudaren al porteador, ser� pagado preferentemente con el precio de los bienes transportados, si se encuentran en poder del acreedor. Art�culo 2318. El contrato de transporte es rescindible a voluntad del cargador, antes o despu�s de comenzarse el viaje, pagando en el primer caso al porteador la mitad y en el segundo, la totalidad del precio del transporte, y siendo obligaci�n suya recibir los bienes en el tiempo y lugar en que se verifique la rescisi�n. Si no cumpliere con esta obligaci�n, o no pagare el porte al contado, el contrato no quedar� rescindido. Art�culo 2319. El contrato de transporte se rescindir� de hecho antes de emprenderse el viaje, o durante su curso, si sobreviniere alg�n suceso de fuerza mayor que impida verificarlo o continuarlo. Art�culo 2320. En el caso previsto en el art�culo anterior, cada uno de los interesados perder� los gastos que hubiere hecho, si el viaje no se ha verificado; y si est� en curso, el porteador tendr� derecho a que se le pague del precio del transporte, la parte proporcional al camino recorrido. El porteador tendr� la obligaci�n de presentar los bienes, para su dep�sito, a la autoridad judicial m�s cercana al lugar en que ya no le sea posible continuar el transporte, comprobando este hecho y recabando la constancia relativa de hallarse los bienes en el estado consignado en la carta de porte, de cuyo hecho dar� conocimiento oportuno al cargador, a cuya disposici�n han de quedar. CAP�TULO IV Del contrato de hospedaje Art�culo 2321. Es contrato de hospedaje aqu�l por medio del cual una persona llamada hotelero se compromete a brindar alojamiento por un tiempo determinado a otra persona llamada hu�sped. El hu�sped se obliga a pagar un precio cierto por el hospedaje. En el contrato de hospedaje, adem�s del alojamiento, podr�n a�adirse otros servicios que preste el hotelero por un precio adicional o en el mismo precio del alojamiento, seg�n lo pacten las partes. Art�culo 2322. Es expreso el contrato de hospedaje, siempre que las partes hayan estipulado fehacientemente las condiciones del mismo o cuando el hotelero oferte p�blicamente sus servicios como tal, ofreciendo determinados servicios y calidad de hospedaje por una determinada retribuci�n cierta. Art�culo 2323. Es t�cito el contrato de hospedaje cuando: No haya convenio entre las partes donde se estipulen las condiciones del mismo; Exista un comportamiento rec�proco del hu�sped y el hotelero que implique una relaci�n de hospedaje; o Que el inmueble del hotelero donde se aloja el hu�sped se destine cotidianamente a ese objeto, pero no se hayan ofertado p�blicamente las condiciones del hospedaje. Art�culo 2324. Cuando el hu�sped permanezca alojado en el inmueble del hotelero por m�s tiempo del pactado en el contrato, el hotelero podr� dar aviso al hu�sped para que desocupe la parte del inmueble que est� ocupando �ste, en las siguientes veinticuatro horas. En caso de que dado el aviso, no desocupe la parte del inmueble donde est� alojado el hu�sped, el hotelero podr�, auxili�ndose de la fuerza p�blica, obligar al hu�sped para la desocupaci�n total de la parte del inmueble que ocupe. En estos casos, el hu�sped ser� responsable de los da�os y perjuicios que ocasione al hotelero, as� como del pago de la contraprestaci�n que corresponda por todo el tiempo que haya estado alojado y recibiendo servicios del hotelero. Art�culo 2325. Cuando el hu�sped permanezca por m�s tiempo del pactado en el contrato alojado en el inmueble del hotelero, y no se le d� aviso para que desocupe, se entender� que el contrato est� prorrogado indefinidamente en las mismas condiciones del contrato de hospedaje inicial. Esta pr�rroga continuar� hasta que no exista el aviso por parte del hotelero o la desocupaci�n voluntaria por el hu�sped. Art�culo 2326. El contrato de hospedaje expreso deber� realizarse por escrito. La falta de forma en un contrato de hospedaje expreso, ser� imputable al hotelero. Art�culo 2327. El contrato de hospedaje deber� contener: Nombre del hotelero y su representante; Nombre del hu�sped; Domicilio de ambos; Lugar de procedencia del hu�sped; Tiempo de duraci�n del contrato de hospedaje; Precio determinado; Caracter�sticas de la habitaci�n donde se prestar� el hospedaje; Servicios que presta por el precio pactado; Servicios adicionales que puede contratar el hu�sped por un precio adicional; y Firma del hu�sped y del hotelero o su representante. Art�culo 2328. El hotelero deber� proporcionar al hu�sped la estancia donde habr� de alojarse, en condiciones de limpieza e higiene que permitan cumplir con el objeto del contrato de hospedaje. Art�culo 2329. El hotelero debe garantizar al hu�sped un alojamiento pac�fico y �til, as� como la prestaci�n de los servicios establecidos en el contrato en las condiciones pactadas en �ste. Art�culo 2330. En caso de incumplimiento por parte del hotelero de las obligaciones se�aladas en los dos Art�culos anteriores, el hu�sped tendr� derecho a la rescisi�n anticipada del contrato de hospedaje, teniendo derecho a lo siguiente: Si el contrato se celebr� por un d�a o menos, tendr� derecho a la devoluci�n del precio que hubiese pagado; Si el contrato se celebr� por un periodo mayor a un d�a, tendr� derecho a la devoluci�n del precio que haya pagado por el tiempo que no se aloj� en el inmueble destinado al hospedaje, por causa imputable al hotelero, incluyendo el d�a en que el hotelero incurri� en el incumplimiento; y Al pago de da�os y perjuicios ocasionados al hu�sped, en todos los casos donde el incumplimiento sea imputable al hotelero. Art�culo 2331. En caso de incumplimiento por parte del hu�sped, �ste responder� del importe adeudado del hospedaje con su equipaje. El hotelero o su representante tendr� derecho de suspender todos los servicios, incluso el de alojamiento, adem�s de retener el equipaje hasta que no le sea pagado el hospedaje. Art�culo 2332. En caso de que no le sea pagado el hospedaje al hotelero y que no haya retenido, por cualquier causa, equipaje al hu�sped, podr� exigir el pago del hospedaje, ante la autoridad judicial competente. En estos casos, el hu�sped ser� responsable del pago de los da�os y perjuicios que ocasione al hotelero. T�TULO DECIMOPRIMERO De la aparcer�a CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 2333. Es contrato de aparcer�a, aqu�l por virtud del cual, una persona llamada aparcerista concede el derecho de utilizar un inmueble o animales de los cuales tiene la libre disposici�n, a otra persona llamada aparcero, para que �ste practique en el inmueble o con los animales, actividades agr�colas, ap�colas, pisc�colas, av�colas, cun�colas o ganaderas, con la finalidad de repartir entre ambos los frutos o productos que se obtengan. Art�culo 2334. El contrato de aparcer�a se rige por las leyes especiales de la materia y, en su defecto, por las disposiciones de este cap�tulo. Puede celebrarse por personas f�sicas o jur�dicas. Art�culo 2335. Todo contrato de aparcer�a ser� oneroso, recibiendo el aparcero una porci�n convenida de los frutos o productos que se obtengan de la aparcer�a, sin que dicha porci�n pueda ser menor del cuarenta por ciento en la agr�cola y de treinta por ciento en los dem�s casos, siempre que se haya concedido para la realizaci�n de la aparcer�a, el predio con infraestructura y los animales, semillas o plantas para lograr el objeto del contrato. Art�culo 2336. Cuando se pacte expresamente que con motivo de la aparcer�a se experimentan nuevos procesos, ciclos, t�cnicas de producci�n, el porcentaje a que se refiere el art�culo anterior puede variar convencionalmente. Art�culo 2337. Si fueren varios los aparceros, la porci�n de que habla el Art�culo 2335 se dividir� entre ellos en la forma convenida o en proporci�n al trabajo hecho por cada uno. Art�culo 2338. Todo contrato de aparcer�a rural podr� otorgarse por escrito, por duplicado, para que cada una de las partes conserve un ejemplar del mismo. Para que surta efectos contra terceros, deber� documentarse e inscribirse en el Registro P�blico de la Propiedad trat�ndose de aparcer�a agr�cola y en la asociaci�n ganadera local o ante la autoridad pecuaria que promueva la producci�n; trat�ndose de aparcer�a animal. En caso que no lleven registros, u otros elementos de identificaci�n, cuando menos ser�n certificadas las firmas por notario, autoridad judicial o encargado del Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 2339. Si no se pacta en el contrato de aparcer�a rural, la porci�n de los frutos o productos que corresponder� al aparcero, se atender� a las costumbres del lugar, mientras no se contradigan las disposiciones de este cap�tulo. Art�culo 2340. El t�rmino del contrato de aparcer�a rural ser� el que pacten las partes. En caso de que no se pacte t�rmino alguno, ser� el de la cosecha, cr�a o recolecci�n. Art�culo 2341. Si durante el t�rmino del contrato, fallece el aparcerista o los bienes materia del contrato son enajenados, la aparcer�a subsistir�. Art�culo 2342. Si durante el t�rmino del contrato, fallece el aparcero, se tendr� por terminado el contrato de aparcer�a rural. En este caso, el aparcerista tendr� la obligaci�n de pagar a los herederos el importe de los trabajos hechos siempre que se aproveche de ellos la aparcer�a, por s� o por interp�sita persona. Art�culo 2343. Si el aparcero no cumple con lo dispuesto en el contrato de aparcer�a rural y dem�s obligaciones que le son inherentes con motivo del mismo, ser� responsable de los da�os y perjuicios que ocasione por este motivo al aparcerista. Art�culo 2344. Tambi�n es responsable el aparcero de da�os y perjuicios, si como resultado de su inexperiencia o falta de aplicaci�n de t�cnicas adecuadas de producci�n, no se obtienen los resultados esperados conforme a los usos y costumbres del lugar. Cuando el contrato de aparcer�a sea con fines experimentales, puede pactarse que el aparcero no incurra en responsabilidades por la aplicaci�n de esa t�cnica. Art�culo 2345. Si el objeto de la aparcer�a no se logra por alguna causa imputable al aparcerista, o los frutos o productos disminuyen por el incumplimiento de las disposiciones legales y contractuales que contrajo, deber� pagar al aparcero, la porci�n de los frutos o productos que se hubieran logrado, a juicio de peritos, en caso de haberse continuado el contrato de aparcer�a en condiciones �ptimas. Art�culo 2346. El aparcerista no tiene derecho de retener, de propia autoridad, todos o parte de los frutos o productos que correspondan al aparcero, para garantizar lo que �ste le deba por raz�n del contrato de aparcer�a rural. Art�culo 2347. Al concluir el contrato de aparcer�a, el aparcero que hubiere cumplido fielmente sus compromisos, goza del derecho de preferencia, si el aparcerista va a celebrar nuevo contrato de aparcer�a rural respecto de los mismos bienes. CAP�TULO II De la aparcer�a agr�cola Art�culo 2348. Salvo pacto en contrario, el aparcero que tuviere predios en aparcer�a agr�cola, no podr� levantar las mieses o cosechar los frutos en que deba tener parte, sin dar aviso al aparcerista o a su representante, si �ste o aqu�l est�n domiciliados en lugar que para trasladarse al predio materia del contrato se emplee menos de una hora utilizando los medios de transporte comunes en el lugar. Art�culo 2349. Si no ocurre el aparcerista o su representante, el aparcero podr� levantar la cosecha o las mieses, midiendo, contando o pesando los frutos, en presencia de cuando menos dos testigos. Art�culo 2350. Si el aparcero no cumple lo dispuesto en los dos Art�culos anteriores, tendr� obligaci�n de entregar al aparcerista la cantidad de frutos o productos, o su equivalente en dinero, que de acuerdo con el contrato, fijen peritos. Los honorarios de los peritos ser�n cubiertos por el aparcero. Art�culo 2351. El aparcerista no podr� levantar la cosecha o mieses, sino cuando el aparcero por cualquier causa abandone la siembra o fallezca. Art�culo 2352. Si la cosecha se pierde por completo, sin culpa del aparcero, �ste no tiene obligaci�n de pagar las semillas o dem�s gastos que haya hecho el aparcerista. Si la p�rdida de la cosecha es parcial, en proporci�n a esa p�rdida se reducir� su obligaci�n de pago. Art�culo 2353. Podr� el aparcero establecer su habitaci�n en el campo que va a cultivar, durante la vigencia del contrato de aparcer�a. Si en el predio hay agua potable, podr� �ste proveerse de �sta en la cantidad que requiera para su uso y el de sus operarios y familia. El aparcerista determinar� al aparcero el lugar del predio donde podr� establecer su habitaci�n. Contractualmente, el aparcerista podr� otorgar derechos adicionales al aparcero. Art�culo 2354. Si el aparcero habita en el campo que va a cultivar, y el contrato de aparcer�a agr�cola termina, �ste tendr� 10 d�as para desalojar el inmueble objeto del contrato. CAP�TULO III De la aparcer�a animal Art�culo 2355. Tiene lugar la aparcer�a ap�cola, pisc�cola, av�cola, cun�cola o ganadera cuando el aparcerista proporciona al aparcero cierto n�mero de animales, productos gen�ticos, huevos o colmenas, a fin de que los cuide y alimente, con el objeto de repartirse la producci�n en la proporci�n que convenga. Art�culo 2356. La aparcer�a de animales podr� realizarse en inmueble que tenga a disposici�n el aparcero o en la infraestructura que para ese fin facilite el aparcerista. Art�culo 2357. Constituyen el objeto de esta aparcer�a, las cr�as de los animales, sus productos y sus desechos cuando sean aprovechables econ�micamente. Art�culo 2358. El aparcero de animales est� obligado a emplear en la guarda y tratamiento de los mismos, el cuidado que ordinariamente emplee en ellos, seg�n la costumbre y usos del lugar, salvo que contractualmente se establezcan cuidados especiales. En caso de omisi�n, ser� responsable de los da�os y perjuicios que ocasione al aparcerista. Art�culo 2359. El aparcerista est� obligado a garantizar a su aparcero, la posesi�n y el uso de los animales y a sustituir por otros en caso de evicci�n los animales o colmenas perdidas. De lo contrario, es responsable de los da�os y perjuicios a que diere lugar por falta de cumplimiento del contrato. Art�culo 2360. El aparcero s�lo responder� de las p�rdidas de animales que le sean imputables. Cuando la causa de la p�rdida se deba a caso fortuito o fuerza mayor, y haya cr�as, se sustituir�n al aparcerista las p�rdidas con cr�as, y la repartici�n de cr�as, s�lo incluir� a las restantes. Art�culo 2361. El aparcero de animales no podr� disponer de ellos, ni de las cr�as de los productos o de sus desechos aprovechables econ�micamente antes del reparto, sin consentimiento del aparcerista, ni �ste sin el de aqu�l. Art�culo 2362. El aparcero de ganados no podr� hacer el esquileo sin dar aviso al aparcerista, y si omite darlo, deber� entregar a �ste, la cantidad de lana o pelo que de acuerdo con el contrato, fijen peritos. Los honorarios de los peritos ser�n cubiertos por el aparcero. Art�culo 2363. El aparcerista cuyos animales se enajenaron indebidamente por el aparcero, tiene derecho para reivindicarlos, salvo que la venta se haya hecho en p�blica subasta; pero tanto en el primer caso como cuando la subasta se hubiere llevado a cabo sin aviso al aparcerista, �ste conservar� su derecho para cobrar al aparcero los da�os y perjuicios ocasionados con la enajenaci�n. Art�culo 2364. Si los animales fueren embargados en poder del aparcero, �ste deber� dar aviso inmediatamente al aparcerista; siendo responsable de los da�os y perjuicios que se originen por la omisi�n o la demora en dar el aviso. Art�culo 2365. Si el aparcerista no exige su parte dentro de los sesenta d�as despu�s de fenecido el t�rmino del contrato de aparcer�a, se entender� prorrogado �ste en favor del aparcero, por otro periodo igual al t�rmino pactado. Art�culo 2366. En el caso de la venta de animales, antes de que termine el contrato de aparcer�a, disfrutar�n los contratantes del derecho del tanto. T�TULO DECIMOSEGUNDO De los contratos aleatorios CAP�TULO I Del juego y de la apuesta Art�culo 2367. La ley no concede acci�n para reclamar lo que se gana en juego prohibido. Art�culo 2368. Las cantidades que hayan sido pagadas por deuda de juego prohibido y se recojan, pasar�n a la Beneficencia P�blica. Art�culo 2369. Lo dispuesto en los dos Art�culos anteriores se aplicar� a las apuestas que deban tenerse como prohibidas porque tengan analog�a con los juegos prohibidos. Art�culo 2370. El que pierde en un juego o apuesta que no est�n prohibidos queda obligado civilmente, con tal de que la p�rdida no exceda de la vig�sima parte de su fortuna. Prescribe en un a�o el derecho para exigir la deuda de juego a que este art�culo se refiere. Art�culo 2371. La deuda de juego o de apuesta prohibidos no puede compensarse, ni ser convertida por novaci�n en una obligaci�n eficaz. Art�culo 2372. El que hubiere firmado una obligaci�n que en realidad ten�a por causa una deuda de juego o de apuesta prohibidos, conserva, aunque se atribuya a la obligaci�n una causa civilmente eficaz, la excepci�n que nace del art�culo anterior, y se puede probar por todos los medios la causa real de la obligaci�n. Art�culo 2373. Si a una obligaci�n de juego o apuesta prohibidos se le hubiere dado la forma de t�tulo a la orden o al portador, el suscriptor debe pagarla al portador de buena fe; pero podr� la Beneficencia P�blica ejercitar su acci�n para recoger del beneficiario primitivo lo que �ste hubiere percibido. Art�culo 2374. Cuando las personas se sirvieren del medio de la suerte, no como apuesta o juego, sino para dividir cosas comunes o terminar cuestiones, producir�, en el primer caso, los efectos de una partici�n leg�tima, y en el segundo, los de una transacci�n. Art�culo 2375. Las loter�as o rifas, cuando se permitan, ser�n regidas, las primeras, por las leyes especiales que las autoricen, y las segundas, por los reglamentos administrativos. Art�culo 2376. El contrato celebrado entre los compradores de billetes y las loter�as autorizadas en pa�s extranjero, no ser� v�lido en el Estado, a menos que la venta de esos billetes haya sido permitida por la autoridad correspondiente. CAP�TULO II De la renta vitalicia Art�culo 2377.- El contrato aleatorio de renta vitalicia es aquel por virtud del cual el deudor se obliga a pagar peri�dicamente una pensi�n durante la vida de una o m�s personas determinadas que ser�n los rentistas vitalicios o acreedores, mediante la entrega de una cantidad de dinero o el dominio de un bien mueble o inmueble que se le transferir� en el momento de formalizarse el contrato o en el que se pacte. La pensi�n podr� referirse al pago que debe efectuarse a una casa de descanso para la atenci�n del rentista. Art�culo 2378. El contrato de renta vitalicia puede tener como t�rmino, la vida del rentista vitalicio, del deudor o de un tercero. Puede otorgarse a favor de aqu�lla persona sobre cuya vida se otorga, o de otra u otras distintas. Art�culo 2379. La renta vitalicia puede tambi�n constituirse a t�tulo puramente gratuito, sea por donaci�n o por testamento. Art�culo 2380. El contrato de renta vitalicia debe hacerse por escrito, y en escritura p�blica, cuando los bienes cuya propiedad se transfiere deban enajenarse con esa formalidad. Art�culo 2381. Cuando la renta vitalicia se constituya a favor de una persona que no ha transmitido el dominio de bien alguno, debe considerarse como una donaci�n. Sin embargo, s�lo se sujetar� a los preceptos que regulan ese contrato, en lo que no contradigan las disposiciones de este cap�tulo. Art�culo 2382. El contrato de renta vitalicia es nulo si la persona sobre cuya vida se constituye ha muerto antes de su otorgamiento. Art�culo 2383. Tambi�n es nulo el contrato si la persona a cuyo favor se constituye la renta vitalicia fallece dentro de los treinta d�as de su celebraci�n. Las partes podr�n estipular un t�rmino m�s amplio para el mismo efecto. Art�culo 2384. Puede contractualmente imponerse al deudor la obligaci�n de garantir el importe de la renta vitalicia, mediante prenda, hipoteca o reserva de dominio sobre los bienes que constituyen la contraprestaci�n. Art�culo 2385.- El acreedor rentista o su tutor, en el caso de la falta de pago de las pensiones, tiene acci�n para demandar al deudor por su sustituci�n mediante la cesi�n de su posici�n contractual forzosa; lo anterior, independientemente de reclamar da�os y perjuicios. El cesionario sustituto tendr� un plazo m�ximo de seis meses, contados a partir de la fecha en que oper� la sustituci�n, para reembolsar al deudor originario las cantidades pagadas por �ste, caus�ndose intereses al tipo legal sobre el saldo. Art�culo 2386. La pensi�n correspondiente al periodo en que muere el que la disfruta, se pagar� en proporci�n a los d�as que �ste vivi� siempre que los pagos se hagan por plazos vencidos. Cuando los pagos deban hacerse anticipadamente no habr� lugar a reclamar lo pagado. Art�culo 2387. Si la pensi�n deb�a pagarse por plazos anticipados, al morir la persona cuyo fallecimiento pone t�rmino al contrato, deber� quedar cubierto �ntegramente el importe del �ltimo periodo que hubiere empezado a correr en vida del rentista vitalicio. Art�culo 2388. Solamente el que constituye a t�tulo gratuito una renta vitalicia sobre sus bienes, puede disponer, al tiempo de su otorgamiento, que no estar� sujeta a embargo por derecho de un tercero. Art�culo 2389. Si la renta vitalicia se ha constituido onerosamente para alimentos, no podr� ser embargada sino en la parte que a juicio del juez exceda de la cantidad que sea necesaria para cubrir aqu�llos, seg�n las circunstancias de la persona. Art�culo 2390. La renta vitalicia constituida sobre la vida del mismo rentista vitalicio no se extingue sino con la muerte de �ste. Art�culo 2391. Si la renta se constituye sobre la vida de un tercero, no cesar� con la muerte del rentista vitalicio, sino que se transmitir� a sus herederos, y s�lo cesar� con la muerte de la persona sobre cuya vida se constituy�. Art�culo 2392. El rentista vitalicio o sus herederos s�lo pueden demandar las pensiones justificando su supervivencia o la de aqu�lla persona sobre cuya vida se constituy� la renta vitalicia. Art�culo 2393. Si el deudor ha causado la muerte del rentista vitalicio o la de aqu�l sobre cuya vida hab�a sido constituida la renta vitalicia, debe restituir los bienes que recibi� al constituirse el contrato, al que lo constituy� o a sus herederos, adem�s de las sanciones civiles y penales en las que incurra. CAP�TULO III De la compra de esperanza Art�culo 2394. Se llama compra de esperanza al contrato por virtud del cual una persona denominada comprador adquiere por una cantidad determinada, los frutos que un bien produzca en un tiempo determinado o bien, los productos inciertos de un hecho que pueden estimarse en dinero, de una persona llamada vendedor. Art�culo 2395. Es vendedor en una compra de esperanza, la persona que tiene la libre disposici�n del bien o los bienes objeto del contrato, de los cuales se obtendr�n los frutos, durante el tiempo de vigencia del mismo. Art�culo 2396. Cuando no se pacte el t�rmino del contrato, �ste ser� el de la cosecha, temporada, o hecho de que se trate, cuando exista; en caso contrario, se entender� celebrado por un a�o. Art�culo 2397. El contrato de venta de esperanza debe otorgarse por escrito. La falta de este requisito ser� imputable al comprador. Art�culo 2398. El comprador toma para s� el riesgo de que los frutos no lleguen a existir o existan en cantidad o calidad menor a la esperada. Art�culo 2399. El vendedor tiene derecho al precio aunque no lleguen a existir los frutos o productos comprados. Art�culo 2400. Los dem�s derechos y obligaciones de las partes, en la compra de esperanza ser�n los que se determinan en el t�tulo de compraventa. T�TULO DECIMOTERCERO De la fianza CAP�TULO I De la fianza en general Art�culo 2401. La fianza es un contrato por el cual, una persona llamada fiador se compromete con el acreedor de una obligaci�n, a pagar por el deudor, si �ste no lo hace. Art�culo 2402. Para los efectos de este t�tulo, el deudor se denominar� fiado. Art�culo 2403. Todo contrato de fianza deber� otorgarse por escrito. Art�culo 2404. La fianza puede ser legal, judicial, convencional, gratuita o a t�tulo oneroso. Art�culo 2405. Fianza legal es aqu�lla que debe constituirse obligatoriamente por una disposici�n legal. Art�culo 2406. Fianza judicial es aqu�lla que debe constituirse obligatoriamente por una disposici�n de la autoridad jurisdiccional competente. Art�culo 2407. Fianza convencional es aqu�lla que se constituye por voluntad de las partes. Art�culo 2408. Fianza gratuita es aqu�lla que se considera sin que el fiador reciba contraprestaci�n alguna; de lo contrario, se tratar� de una fianza a t�tulo oneroso. Art�culo 2409. La fianza puede otorgarse no s�lo en favor del fiado, sino del fiador. Esto podr� darse cuando ambos consientan en la garant�a, ya sea que la nueva fianza ignore a la anterior, o que la contradiga. Art�culo 2410. La fianza no puede existir sin una obligaci�n v�lida. Podr�, no obstante, recaer sobre una obligaci�n cuya nulidad pueda ser reclamada a virtud de una excepci�n puramente personal del obligado. Art�culo 2411. Puede tambi�n prestarse fianza en garant�a de deudas futuras, cuyo importe no sea a�n conocido; pero no se podr� reclamar contra el fiador hasta que la deuda sea l�quida. Podr� pactarse en este tipo de fianzas, el l�mite hasta el cual responder� el fiador. Art�culo 2412. El fiador puede obligarse a menos y no a m�s que el fiado. Si se hubiere obligado a m�s se reducir� su obligaci�n a los l�mites de la del fiado. En caso de duda sobre si se oblig� por menos o por lo mismo que el fiado, se presumir� esto �ltimo. Art�culo 2413. Puede tambi�n obligarse el fiador a pagar una cantidad en dinero, si el fiado no presta una cosa o un hecho determinado. Art�culo 2414. La responsabilidad de los herederos del fiador ser� la de pagar la cuota que le corresponda en proporci�n a su haber hereditario, salvo que la obligaci�n sea indivisible; en este caso, todos los coherederos ser�n considerados como un solo fiador, con relaci�n al deudor principal. Art�culo 2415. El obligado a dar fiador debe presentar persona que tenga capacidad para obligarse y bienes suficientes para responder de la obligaci�n que garantiza. El fiador se entender� sometido a la jurisdicci�n del juez del lugar donde esta obligaci�n deba cumplirse, salvo pacto en contrario. Si el fiador fuere declarado en estado de insolvencia, puede el acreedor pedir que se nombre otro fiador que re�na las cualidades que exige el p�rrafo anterior. Art�culo 2416. En las obligaciones a plazo o de prestaci�n peri�dica, el acreedor podr� exigir fianza, aun cuando en el contrato no se haya constituido, si despu�s de celebrado, el fiado sufre menoscabo en sus bienes, o pretende ausentarse del lugar en que debe hacer el pago. Art�culo 2417. El que debiendo dar o reemplazar el fiador, no lo presenta dentro del t�rmino que el juez le se�ale, a petici�n de parte leg�tima, queda obligado al pago inmediato de la deuda, aunque no se haya vencido el plazo de �sta. Art�culo 2418. Si la fianza fuere para garantizar la administraci�n de bienes, cesar� �sta si aqu�lla no se da en el t�rmino convenido o se�alado por la ley o por el juez, salvo los casos en que la ley disponga otra cosa. Art�culo 2419. Las cartas de recomendaci�n en que se asegure la probidad y solvencia de alguien, no constituyen fianza. Art�culo 2420. Si las cartas de recomendaci�n fuesen dadas de mala fe, afirmando falsamente la solvencia del recomendado, el que la suscriba ser� responsable del da�o que sobreviniese a las personas a quienes se dirige, por la insolvencia del recomendado. Art�culo 2421. No tendr� lugar la responsabilidad del art�culo anterior, si el que dio la carta probase que no fue su recomendaci�n la que condujo a tratar con su recomendado. Art�culo 2422. Quedan sujetas a las disposiciones de este t�tulo, las fianzas otorgadas por individuos o compa��as accidentalmente en favor de determinadas personas, siempre que no se expidan en forma de p�liza; y que no sean objeto de publicidad especial. CAP�TULO II De los efectos de la fianza entre el fiador y el acreedor Art�culo 2423. El fiador tiene derecho de oponer todas las excepciones que sean inherentes a la obligaci�n principal, mas no las que sean personales del fiado. Art�culo 2424. La renuncia voluntaria que hiciese el fiado de la prescripci�n de la deuda, o de toda otra causa de liberaci�n, o de la nulidad o rescisi�n de la obligaci�n, no impide que el fiador haga valer esas excepciones. Art�culo 2425. El fiador no puede ser compelido a pagar al acreedor, sin que previamente le sea exigido el pago al fiado y se haga la excusi�n de sus bienes. Art�culo 2426. La excusi�n consiste en aplicar todo el valor libre de los bienes del fiado al pago de la obligaci�n, que quedar� extinguida o reducida a la parte que no se ha cubierto. Art�culo 2427. La excusi�n no tendr� lugar: En los casos de concurso o de insolvencia probada del fiado; Cuando el fiado no puede ser judicialmente demandado dentro del territorio de la Rep�blica; Cuando el negocio para el que se prest� la fianza sea propio del fiador; y Cuando se ignore el paradero del fiado, siempre que llamado �ste, por edictos, no comparezca ni tenga bienes embargables en el lugar donde deba cumplirse la obligaci�n. Art�culo 2428. Para que el beneficio de excusi�n aproveche al fiador, son indispensables los requisitos siguientes: Que el fiador alegue el beneficio luego que se le requiera de pago; Que designe bienes del fiado que basten para cubrir el cr�dito y que se hallen dentro del territorio del Estado; y Que anticipe o asegure competentemente los gastos de excusi�n. Art�culo 2429. Si el fiado adquiere bienes despu�s del requerimiento o si se descubren los que hubiese ocultado, el fiador puede pedir la excusi�n, aunque antes no la haya pedido. En el segundo caso, el fiado ser� responsable de los da�os y perjuicios que ocasione por no haber notificado a la autoridad que conoce del juicio, de la existencia de dichos bienes. Art�culo 2430. El acreedor puede obligar al fiador a que haga la excusi�n en los bienes del fiado. Art�culo 2431. Si el fiador, voluntariamente u obligado por el acreedor, hace por s� mismo la excusi�n y pide plazo, el juez puede concederle el que crea conveniente, atendidas las circunstancias de las personas y las calidades de la obligaci�n. Art�culo 2432. El acreedor que hubiere sido negligente en promover la excusi�n, queda responsable de los perjuicios que pueda causar al fiador. En este caso, el fiador quedar� libre de la obligaci�n hasta por la cantidad a que alcancen los bienes que hubiere designado para la excusi�n. Art�culo 2433. Cuando el fiador haya renunciado al beneficio de orden, el acreedor puede perseguir en un mismo juicio al fiado y al fiador; mas �ste conservar� el beneficio de excusi�n a�n cuando se d� sentencia contra los dos. Art�culo 2434. El que f�a al fiador goza del beneficio de excusi�n, tanto contra el fiador como contra el fiado. Art�culo 2435. No f�an a un fiador los testigos que declaren de ciencia cierta en favor de su idoneidad. Los testigos que declaren falsamente, adem�s de las dem�s sanciones civiles y penales en que incurran, ser�n responsables del da�o que sobrevenga al acreedor, por la insolvencia del fiador. Art�culo 2436. La transacci�n entre el acreedor y el fiado, aprovecha al fiador, pero no le perjudica. La celebrada entre el fiador y el acreedor, aprovecha, pero no perjudica al fiado. Art�culo 2437. Si son varios los fiadores de un fiado por una sola deuda, responder� cada uno de ellos por la totalidad de aqu�lla, no habiendo convenio en contrario; pero si s�lo uno de los fiadores es demandado, podr� hacer citar a los dem�s para que se defiendan juntamente, y en la proporci�n debida est�n a las resultas del juicio. CAP�TULO III De los efectos de la fianza entre el fiador y el fiado Art�culo 2438. El fiador que paga, debe ser indemnizado por el fiado, aunque �ste no haya prestado su consentimiento para la constituci�n de la fianza, en cuanto dicho pago le haya beneficiado. Art�culo 2439. El fiador que paga por el fiado, debe ser indemnizado por �ste: De la deuda principal; De los intereses respectivos, desde que se haya notificado al fiado, o �ste haya sido sabedor del pago, a�n cuando no estuviere obligado por raz�n del contrato a pagarlos al acreedor; De los gastos que haya hecho desde que dio noticia al fiado de haber sido requerido de pago; y De los da�os y perjuicios que haya sufrido por causa del fiado. Art�culo 2440. El fiador que paga, se subroga en todos los derechos que el acreedor ten�a contra el fiado. Art�culo 2441. Si el fiador hubiese transigido con el acreedor, no podr� exigir del fiado sino lo que en realidad haya pagado. Art�culo 2442. Si el fiador hace el pago sin ponerlo en conocimiento del fiado, podr� �ste oponerle todas las excepciones que podr�a oponer al acreedor al tiempo de hacer el pago. Art�culo 2443. Si el fiado, ignorando el pago por falta de aviso del fiador, paga de nuevo, no podr� �ste repetir contra aqu�l, sino s�lo contra el acreedor. Art�culo 2444. Si el fiador ha pagado en virtud de resoluci�n judicial, y por motivo fundado no pudo hacer saber el pago al fiado, �ste quedar� obligado a indemnizar a aqu�l y no podr� oponerle m�s excepciones que las que sean inherentes a la obligaci�n y que no hubieren sido opuestas por el fiador, teniendo conocimiento de ellas. Art�culo 2445. Si la deuda fuere a plazo o bajo condici�n, y el fiador la pagare antes de que aqu�l o �sta se cumplan, no podr� cobrarla al fiado sino cuando fuere legalmente exigible. Art�culo 2446. El fiador puede, a�n antes de haber pagado, exigir que el fiado asegure el pago o lo releve de la fianza cuando se d� alguna de las siguientes circunstancias: Haya sido judicialmente demandado por el pago; El fiado sufra menoscabo de sus bienes, de modo que se halle en riesgo de quedar insolvente; El fiado pretenda ausentarse de la Rep�blica; Si el fiado se oblig� a relevar al fiador, de la fianza en tiempo determinado y �ste ha transcurrido; o Cuando la deuda se hace exigible por el vencimiento del plazo. CAP�TULO IV De los efectos de la fianza entre los cofiadores Art�culo 2447. Hay cofiadores siempre que dos o m�s fiadores responden por la misma obligaci�n de un mismo fiado. Art�culo 2448. Cuando uno de los cofiadores paga la obligaci�n, podr� repetir de cada uno de los otros cofiadores por la parte que proporcionalmente o contractualmente le corresponda satisfacer. Art�culo 2449. Si alguno de los cofiadores obligados al pago, resultare insolvente, la parte que correspond�a a �ste recaer� sobre los dem�s cofiadores en la misma proporci�n, salvo pacto en contrario. Art�culo 2450. Lo dispuesto en los dos Art�culos anteriores s�lo se aplicar� cuando el pago se haya hecho en virtud de demanda judicial, o hall�ndose el fiado en estado de concurso. Art�culo 2451. Los cofiadores obligados al pago al cofiador que pag� la obligaci�n, podr�n oponer a �ste, las mismas excepciones que habr�an correspondido al fiado contra el acreedor y que no fueren puramente personales del fiado o del cofiador que hizo el pago. Art�culo 2452. El beneficio de divisi�n no tendr� lugar entre los cofiadores cuando ocurra alguna de las siguientes circunstancias: Se renuncia expresamente; Si cada uno se ha obligado mancomunadamente con el fiado; Cuando alguno o algunos de los cofiadores son concursados o se hallan insolventes, en cuyo caso se proceder� conforme a las disposiciones de este cap�tulo; En el caso de que el negocio para el que prest� la fianza sea propio del cofiador; Cuando alguno o algunos de los cofiadores no puedan ser demandados judicialmente dentro del territorio de la Rep�blica; y Si se ignora el paradero de alguno o algunos de los cofiadores y habiendo sido emplazados por edictos, no hayan comparecido ni tengan bienes embargables en el lugar donde deba cumplirse la obligaci�n. Art�culo 2453. El cofiador que pide el beneficio de divisi�n, s�lo responde por la parte del cofiador o cofiadores insolventes, si la insolvencia es anterior a la petici�n. Art�culo 2454. El cofiador no responder� por la parte del cofiador o cofiadores insolventes si el acreedor voluntariamente hace el cobro a prorrata, sin que el cofiador lo reclame. Art�culo 2455. El que f�a al cofiador, en el caso de insolvencia de �ste, es responsable para con los otros cofiadores en los mismos t�rminos en que lo ser�a el cofiador fiado. CAP�TULO V De la extinci�n de la fianza Art�culo 2456. La obligaci�n del fiador se extingue al mismo tiempo que la del fiado y por las mismas causas que las dem�s obligaciones. Art�culo 2457. Si la obligaci�n del fiado y la del fiador se confunden, porque uno herede al otro, no se extingue la obligaci�n del que fi� al fiador. Art�culo 2458. El perd�n que fuere concedido por el acreedor, solamente a alguno de los cofiadores, en la parte relativa a su responsabilidad, no aprovecha a los otros. Art�culo 2459. Los fiadores quedan libres de su obligaci�n si por culpa o negligencia del acreedor no pueden subrogarse en los derechos, privilegios o hipotecas del mismo acreedor. Art�culo 2460. La pr�rroga o espera concedida al fiado por el acreedor, sin consentimiento del fiador, extingue la fianza. Art�culo 2461. La remisi�n de una parte de la obligaci�n, reduce la fianza en la misma proporci�n que la obligaci�n principal, y la extingue en el caso de que, en virtud de ella, quede sujeta la obligaci�n principal a nuevos grav�menes o condiciones. Art�culo 2462. El fiador queda libre de su obligaci�n cuando: Se oblig� por tiempo determinado, y el acreedor no requiere judicialmente al fiado por el cumplimiento de la obligaci�n principal, dentro de dicho plazo; El acreedor, sin causa justificada, deje de promover por m�s de tres meses, en el juicio entablado contra el fiado; o Se oblig� por tiempo indeterminado y el acreedor no ejercita sus derechos respecto de dicha obligaci�n, en el t�rmino a que se refiere el art�culo siguiente. Art�culo 2463. Cuando la deuda principal se vuelva exigible, el fiador tiene derecho de pedir al acreedor que promueva judicialmente, dentro del plazo de un mes, el cumplimiento de la obligaci�n. CAP�TULO VI De la fianza legal o judicial Art�culo 2464. El fiador legal o judicial debe tener bienes ra�ces inscritos en el Registro P�blico de la Propiedad y de un valor que garantice suficientemente las obligaciones que contraiga, salvo que se trate de una instituci�n debidamente autorizada. Art�culo 2465. Cuando la fianza sea para garantizar el cumplimiento de una obligaci�n cuya cuant�a no exceda de cien veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n, no se exigir� que el fiador tenga bienes ra�ces. Art�culo 2466. La fianza legal o judicial puede sustituirse con prenda, hipoteca o billete de dep�sito. Art�culo 2467. Para otorgar una fianza legal o judicial por un valor que exceda de 100 veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n, se presentar� un certificado expedido por el encargado del Registro P�blico de la Propiedad, a fin de demostrar que el fiador tiene bienes ra�ces suficientes para responder del cumplimiento de la obligaci�n que garantice. Art�culo 2468. El acreedor al cual se otorgue la fianza, deber� dentro del t�rmino de diez d�as, dar aviso del otorgamiento al Registro P�blico de la Propiedad, para que al margen de la inscripci�n de propiedad correspondiente al bien ra�z que se design� para comprobar la solvencia del fiador, se ponga nota relativa al otorgamiento de la fianza. Art�culo 2469. Extinguida la fianza, dentro del t�rmino de diez d�as, se dar� aviso al Registro P�blico de la Propiedad, para que haga la cancelaci�n de la nota marginal a que se refiere el art�culo anterior. Art�culo 2470. La omisi�n de dar los avisos a que se refieren los dos Art�culos anteriores, har� responsable al que debe darlos, de los da�os y perjuicios que su omisi�n origine. Art�culo 2471. En los certificados de gravamen que se expidan en el Registro P�blico de la Propiedad, se har�n figurar las notas de que habla este cap�tulo. Art�culo 2472. El fiador legal o judicial y sus fiadores, no gozan del beneficio de orden y excusi�n. T�TULO DECIMOCUARTO De la prenda CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 2473. La prenda es un contrato de naturaleza accesoria por virtud del cual, quien tiene la libre disponibilidad sobre el bien mueble que se afecta, lo hace para garantizar el cumplimiento de una obligaci�n a su cargo o de un tercero, as� como su preferencia en el pago. Art�culo 2474. Para que se tenga por constituida la prenda, deber� ser entregada al acreedor, real o virtualmente. Art�culo 2475. A la acci�n de gravar un bien con el derecho real de prenda, se le llama empe�ar o pignorar, y al cr�dito garantizado con este tipo de gravamen, se le denomina pignoraticio o prendario. Art�culo 2476. Habr� entrega virtual de la prenda al acreedor, siempre que �ste y el deudor convengan en que la misma quede en poder de un tercero o del mismo deudor. En estos casos, la prenda s�lo producir� sus efectos contra tercero cuando est� inscrita en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 2477. El tercero o deudor que permanezca en la posesi�n del bien sobre el cual se constituy� la prenda tendr�n derecho a utilizarlo de la manera que convengan las partes. En caso de que no haya pacto expreso, tendr� los derechos y obligaciones de un depositario. Art�culo 2478. El contrato de prenda debe constar por escrito. Si se otorga en escrito privado, debe hacerse en duplicado, conservando un ejemplar el acreedor y otro el deudor. Art�culo 2479. El contrato de prenda no surtir� efectos en perjuicio de tercero si no consta la certeza de la fecha por el registro, escritura p�blica o de alguna otra manera fehaciente. Art�culo 2480. Se puede constituir prenda para garantizar una obligaci�n, aun sin consentimiento del deudor. Art�culo 2481. Solamente quien tiene la libre disposici�n de los bienes con los que se constituye la garant�a, puede darlos en prenda. Art�culo 2482. Si se prueba fehacientemente que el due�o prest� un bien a otro, con el objeto de que �ste lo empe�ara, valdr� la prenda como si la hubiere constituido el mismo due�o. Art�culo 2483. Puede darse prenda para garantizar obligaciones futuras, pero en este caso, no puede venderse ni adjudicarse el bien empe�ado, sin que se pruebe que la obligaci�n principal fue legalmente exigible. Art�culo 2484. El acreedor abusa del bien empe�ado, cuando lo usa o utiliza sin estar autorizado por convenio o cuando est�ndolo, lo deteriora o aplica a objeto diverso de aqu�l a que est� destinado. Art�culo 2485. Si el deudor enajenare el bien empe�ado o concediere su uso o posesi�n, el adquirente no podr� exigir su entrega, sino pagando al acreedor el importe de la obligaci�n garantizada, con los intereses y gastos, en sus respectivos casos. Art�culo 2486. Los frutos del bien empe�ado pertenecen al deudor; mas si por convenio, los percibe el acreedor, su importe se imputar� primero a los gastos, despu�s a los intereses y el sobrante, al capital. Art�culo 2487. Respecto de los Montes de Piedad que con autorizaci�n legal, prestan dinero sobre prenda, se observar�n las leyes y reglamentos que les conciernen y supletoriamente, las disposiciones de este t�tulo. CAP�TULO II De la prenda sobre frutos Art�culo 2488. Puede constituirse prenda sobre frutos pendientes de los bienes ra�ces que deben ser recogidos en tiempo determinado. Art�culo 2489. Para que esta prenda surta efectos contra tercero, debe inscribirse en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 2490. El deudor que d� los frutos en prenda, se considerar� como depositario de ellos, salvo convenio en contrario. CAP�TULO III De la prenda sobre cr�ditos o t�tulos de cr�dito Art�culo 2491. Cuando el bien dado en prenda sea un t�tulo de cr�dito que legalmente deba constar en el Registro P�blico de la Propiedad, no surtir� efecto contra tercero el derecho de prenda, sino desde que se inscriba en dicha instituci�n. Art�culo 2492. Si los t�tulos de cr�dito dados en prenda son amortizados por quien los emiti�, deber� el deudor, salvo pacto en contrario, sustituirlos por otros de igual valor y calidad en la garant�a en su caso. Art�culo 2493. A voluntad de las partes, podr� suplirse la entrega del t�tulo al acreedor, con el dep�sito de aqu�l en una Instituci�n de Cr�dito. Art�culo 2494. Salvo pacto en contrario, el acreedor a quien se haya dado en prenda un t�tulo de cr�dito, no tiene derecho para cobrarlo ni para recibir su precio, aun cuando se venza el plazo del cr�dito empe�ado, salvo lo que dispone el siguiente Art�culo. En este caso, podr� exigir que el importe del cr�dito se deposite. Art�culo 2495. Siempre que la prenda fuere un cr�dito, el acreedor que tuviere en su poder el t�tulo, estar� obligado a hacer todo lo que sea necesario para que no se altere o menoscabe el derecho que aqu�l representa. Art�culo 2496. Si la prenda fuese un cr�dito o acciones que no sean al portador o negociables por endoso, para que la prenda quede legalmente constituida, deber� ser notificado el titular del cr�dito o acciones dados en prenda. CAP�TULO IV Derechos y obligaciones del acreedor y deudor pignoraticios Art�culo 2497. El acreedor adquiere por empe�o: El derecho de ser pagado de su deuda con el precio del bien empe�ado, con la misma preferencia de que gozan los cr�ditos hipotecarios; El derecho de recobrar la prenda de cualquier poseedor, sin exceptuar al mismo deudor; El derecho de ser indemnizado de los gastos necesarios y �tiles que hiciere para conservar el bien empe�ado, a no ser que use de �l por convenio; y El de exigir del deudor otra prenda, o el pago de la deuda, a�n antes del plazo convenido, si el bien empe�ado se pierde o se deteriora sin su culpa. Art�culo 2498. Si alguno hubiere prometido dar cierto bien en prenda y no lo hubiere entregado, sea con culpa suya o sin ella, el acreedor puede pedir que se le entregue el bien, que se d� por vencido el plazo de su obligaci�n o que �sta se rescinda. Art�culo 2499. En el caso del art�culo anterior, el acreedor no podr� pedir que se le entregue el bien, si ha pasado a poder de un tercero en virtud de cualquier t�tulo legal. Art�culo 2500. Si perdida la prenda, el deudor ofreciere otra o alguna cauci�n, queda al arbitrio del acreedor aceptarlas o rescindir el contrato. Art�culo 2501. El acreedor est� obligado: A conservar el bien empe�ado como si fuera propio, y a responder de los deterioros y perjuicios que sufra por su culpa o negligencia; y A restituir la prenda, luego que est�n pagados �ntegramente la deuda, sus intereses, y los gastos de conservaci�n del bien pignorado, si se han estipulado los primeros y realizado los segundos. Art�culo 2502. Si el acreedor es turbado en la posesi�n de la prenda, debe avisarlo al due�o para que la defienda; si el deudor no cumpliere con esta obligaci�n, ser� responsable de los da�os y perjuicios que su omisi�n cause al acreedor. Art�culo 2503. Si el acreedor abusa del bien empe�ado, el deudor puede exigir que �ste se deposite o que aqu�l constituya fianza que asegure la restituci�n en el estado en que la recibi�. CAP�TULO V De la extinci�n de la prenda Art�culo 2504. La prenda se extingue: Por consentimiento expreso de las partes; Por cumplimiento de la obligaci�n por parte del deudor, debi�ndosele restituir el bien pignorado; y Por incumplimiento del deudor, debi�ndose rematar el bien empe�ado para pagar con su monto, la obligaci�n a favor del acreedor. Art�culo 2505. Si el deudor no paga en el plazo estipulado o cuando tenga obligaci�n de hacerlo, el acreedor podr� pedir y el juez decretar� la venta en p�blica subasta del bien empe�ado, previa citaci�n del deudor o del que hubiere constituido la prenda. Art�culo 2506. El bien se adjudicar� al acreedor en las dos terceras partes de la postura legal, si no pudiera venderse en los t�rminos que establezca el C�digo de Procedimientos Civiles. Art�culo 2507. El deudor, sin embargo, puede convenir con el acreedor en que �ste se quede con la prenda en el precio que se fije al vencimiento de la deuda, pero no al tiempo de celebrarse el contrato. Este convenio no puede perjudicar los derechos de tercero. Art�culo 2508. Puede por convenio expreso, venderse la prenda extrajudicialmente. Art�culo 2509. En cualquiera de los casos mencionados en los tres Art�culos anteriores, podr� el deudor hacer suspender la enajenaci�n de la prenda, pagando dentro de las 24 horas, contadas desde la suspensi�n. Si el deudor suspende la enajenaci�n, y no paga, su deuda se incrementar� en un diez por ciento adicional, por concepto de da�os y perjuicios ocasionados por su omisi�n, perdiendo adem�s todo derecho a solicitar la suspensi�n de la enajenaci�n. Art�culo 2510. Si el producto de la venta excede a la deuda, se entregar� el exceso al deudor; pero si el precio no cumple todo el cr�dito, tiene derecho el acreedor de demandar al deudor por lo que falte. Art�culo 2511. Es nula toda cl�usula que autoriza al acreedor a apropiarse la prenda, aunque �sta sea de menor valor que la obligaci�n garantizada, o a disponer de ella fuera de la manera establecida en los art�culos que preceden. Art�culo 2512. Es nula la cl�usula que prohiba al acreedor solicitar la venta del bien dado en prenda. Art�culo 2513. El derecho que da la prenda al acreedor se extiende a todos los accesorios del bien y a todos los aumentos del mismo. Art�culo 2514. El acreedor no responde por la evicci�n de la prenda vendida, a no ser que intervenga dolo de su parte o que se hubiere sujetado a aquella responsabilidad expresamente. Art�culo 2515. El derecho y la obligaci�n que resultan de la prenda son indivisibles, salvo el caso en que haya estipulaci�n en contrario; sin embargo, cuando el deudor est� facultado para hacer pagos parciales y se hayan dado en prenda varios bienes, o uno que sea c�modamente divisible, �sta se ir� reduciendo proporcionalmente a los pagos hechos, con tal que los derechos del acreedor siempre queden eficazmente garantizados. Art�culo 2516. Extinguida la obligaci�n principal, queda extinguido el derecho de prenda. T�TULO DECIMOQUINTO De la hipoteca CAP�TULO I De la hipoteca en general Art�culo 2517. Es contrato de hipoteca aqu�l por virtud del cual se constituye un derecho real sobre bienes inmuebles o derechos reales que no se entreguen al acreedor, para garantizar el cumplimiento de una obligaci�n y su grado de preferencia en el pago. Art�culo 2518. La hipoteca s�lo puede ser constituida, adem�s de los casos previstos en el art�culo anterior, sobre un conjunto de bienes muebles e inmuebles que formen una misma unidad industrial, comercial, de servicios, agr�cola o ganadera. Art�culo 2519. La hipoteca deber� constar en escritura p�blica, e insertarse en ella certificado de grav�menes. Art�culo 2520. Se except�a de lo dispuesto en el art�culo anterior, la hipoteca constituida en favor de organismos p�blicos destinados a la promoci�n de vivienda popular, y as� se prevea en las leyes org�nicas de los mismos. Art�culo 2521. La hipoteca comprende, aunque no se exprese: El �rea o superficie sobre la cual est�n construidos los edificios en que se encuentre el bien hipotecado, salvo que est� constituido respecto de dicho inmueble, el derecho de superficie y el propietario del terreno sea un tercero ajeno a la hipoteca; Las accesiones naturales del bien hipotecado; Las mejoras realizadas en los bienes gravados; Los bienes muebles incorporados permanentemente al inmueble y que no pueden separarse sin menoscabo de �sta o deterioro de los objetos; Los nuevos edificios que se construyan sobre el terreno hipotecado y los nuevos pisos que se levanten sobre los inmuebles hipotecados; y Los nuevos edificios que el constituyente de la garant�a levantare, en reconstrucci�n total o parcial de los inmuebles hipotecados. Art�culo 2522. La hipoteca de una construcci�n levantada en terreno ajeno no comprende el �rea. Cuando alguien construyere de buena fe en terreno ajeno, y el propietario no quiere hacer uso del derecho que le concede este c�digo para adquirir la construcci�n, podr� hipotecarse �sta por el constructor. Art�culo 2523. El derecho de superficie puede ser hipotecado, siguiendo el gravamen las limitaciones y modalidades de ese derecho. Art�culo 2524. Si la hipoteca o gravamen se constituye sobre la totalidad del edificio sujeto al r�gimen de propiedad en condominio, o sobre el terreno destinado a su construcci�n, ser� forzoso determinar, por qu� porci�n del cr�dito responde cada local, pudiendo cualquiera de ellos ser redimido del gravamen, pag�ndose la parte del cr�dito que garantiza. Art�culo 2525. Salvo pacto en contrario, no ser�n objeto del contrato de hipoteca: Los frutos industriales de los bienes hipotecados, siempre que �stos se hayan producido antes de que el acreedor exija el pago de su cr�dito; y Las rentas vencidas y no satisfechas al tiempo de exigirse el cumplimiento de la obligaci�n garantizada. Art�culo 2526. No podr�n ser objeto del contrato de hipoteca: Los frutos y rentas pendientes, con separaci�n del predio que los produzca; Los bienes muebles accesorios de un inmueble con separaci�n de �ste, a no ser que se hipotequen juntamente con dichos edificios; Las servidumbres, a no ser que se hipotequen juntamente con el predio dominante; El derecho de percibir los frutos en el usufructo concedido por este c�digo a los ascendientes, sobre los bienes de sus descendientes; El usufructo concedido gratuitamente; El uso y la habitaci�n; y Los bienes litigiosos, salvo que la demanda, origen del juicio, se haya registrado preventivamente, o que se haga constar en el t�tulo constitutivo de la hipoteca, que el acreedor tiene conocimiento del litigio. En ambos casos, la hipoteca quedar� pendiente de la resoluci�n del pleito. Los contratos de hipoteca que se constituyan en contravenci�n a lo dispuesto por este art�culo, ser�n nulos de pleno derecho. Art�culo 2527. Puede hipotecarse la nuda propiedad, en cuyo caso, si el usufructo se consolidare con ella, en la persona del propietario, la hipoteca se extender� al mismo usufructo, si as� se hubiere pactado. Art�culo 2528. Pueden tambi�n ser hipotecados los bienes que ya lo est�n anteriormente, sin perjuicio de los derechos de prelaci�n que establece este c�digo. El pacto entre las partes en que se comprometa a no volver a hipotecar un bien, se tendr� por no puesto. Art�culo 2529. El bien com�n no puede ser hipotecado, sino por consentimiento de todos los copropietarios. El copropietario puede hipotecar su porci�n indivisa, y al dividirse el bien com�n, la hipoteca gravar� la parte que le corresponde en la divisi�n. El acreedor tiene derecho a intervenir en la divisi�n, para impedir que a su deudor se le aplique una parte de la finca con valor inferior al que le corresponda. Art�culo 2530. La hipoteca constituida sobre derechos reales, s�lo durar� mientras �stos subsistan, pero si los derechos en que ella se hubiere constituido, se han extinguido por culpa del que los disfrutaba, �ste tiene obligaci�n de constituir una nueva hipoteca, a satisfacci�n del acreedor y, en caso contrario, a pagarle todos los da�os y perjuicios que le ocasione. Si el derecho hipotecado fuere el de usufructo, y �ste concluyere por voluntad del usufructuario, la hipoteca subsistir� hasta que venza el tiempo en que el usufructo hubiera concluido, al no haber mediado el acto voluntario que le puso fin. Art�culo 2531. La hipoteca puede ser constituida tanto por el deudor, como por otro a su favor. Art�culo 2532. El propietario cuyo derecho sea condicional, o de cualquiera otra manera limitado, deber� declarar en el contrato, la naturaleza de su derecho, si la conoce. Art�culo 2533. S�lo puede hipotecar el que puede enajenar, y solamente pueden ser hipotecados los bienes que pueden ser enajenados. Art�culo 2534. Si con culpa del deudor o sin ella, el inmueble hipotecado se hiciere insuficiente para la seguridad de la deuda, podr� el acreedor exigir que se incremente la hipoteca, hasta que a juicio de peritos, garantice debidamente la obligaci�n principal. Art�culo 2535. Si quedare comprobada la insuficiencia de la finca hipotecada, para la seguridad de la deuda, y el deudor no incrementara la hipoteca en los t�rminos del art�culo anterior, dentro de los ocho d�as siguientes a la declaraci�n judicial correspondiente, proceder� el cobro del cr�dito hipotecario, d�ndose por vencida la hipoteca para todos los efectos legales. Art�culo 2536. Si la finca estuviere asegurada y se destruyere por incendio u otro caso fortuito, subsistir� la hipoteca, en lo que quede, y adem�s, el valor del seguro quedar� afecto al pago. Si el cr�dito no fuere de plazo cumplido, podr� exigir el acreedor, que se constituya hipoteca en otros bienes que garanticen suficientemente, o de no hacerlo as�, se pague su cr�dito, d�ndose por vencido desde luego el plazo. En todo caso podr� el acreedor pedir la retenci�n del seguro mientras se garantiza o se cubre el cr�dito. Lo mismo se observar� en caso de ocupaci�n por causa de utilidad p�blica o de venta de autoridad. Art�culo 2537. La hipoteca subsistir� �ntegra aunque se reduzca la obligaci�n garantizada y gravar� cualquier parte de los bienes hipotecados que se conserven, aunque la restante hubiere desaparecido, pero sin perjuicio de lo que disponen los Art�culos siguientes. Art�culo 2538. Cuando se hipotequen varias fincas, para la seguridad de un cr�dito, es forzoso determinar por qu� porci�n del cr�dito responde cada finca, y puede cada una de ellas ser redimida del gravamen, pag�ndose la parte del cr�dito que garantiza. Art�culo 2539. Cuando una finca hipotecada, susceptible de ser fraccionada convenientemente, se divida, se repartir� equitativamente el gravamen hipotecario entre las fracciones. Al efecto, se pondr�n de acuerdo el propietario de la finca y el acreedor hipotecario, y si no se consiguiere ese acuerdo, la distribuci�n del gravamen se har� por decisi�n judicial. Art�culo 2540. Sin consentimiento del acreedor, el propietario del predio hipotecado no puede darlo en arrendamiento, ni pactar pago anticipado de rentas, por un t�rmino que exceda a la duraci�n de la hipoteca, bajo la pena de que sea declarado ineficaz el contrato en la parte que exceda de la expresada duraci�n. Si la hipoteca no tiene plazo cierto, no podr� estipularse anticipo de rentas, ni arrendamiento, por m�s de un a�o. Art�culo 2541. La hipoteca constituida a favor de un cr�dito que devenga intereses, no garantiza en perjuicio de tercero, adem�s del capital, sino los intereses de tres a�os, salvo pacto expreso en contrario. El pacto que se convenga en contrario, no podr� exceder del t�rmino para la prescripci�n de los intereses. Deber� darse raz�n de esta estipulaci�n en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 2542. El acreedor hipotecario puede adquirir el bien hipotecado, en remate de autoridad, o por adjudicaci�n en los casos en que no se presente otro postor, de acuerdo a lo que establezca el C�digo de Procedimientos Civiles. Puede tambi�n convenir con el deudor en que se le adjudique en el precio que se fije al exigirse la deuda, pero no al constituirse la hipoteca. Este convenio no puede perjudicar los derechos de tercero. Art�culo 2543. Cuando se constituya una hipoteca, debe insertarse en la escritura correspondiente, un certificado de los grav�menes que tenga el bien hipotecado, o de libertad de gravamen, que comprenda un periodo no menor a 10 a�os. Art�culo 2544. El derecho hipotecario prescribe en igual tiempo que la obligaci�n principal. Art�culo 2545. Las concesiones administrativas pueden ser objeto de hipoteca, de acuerdo con lo que establezcan las leyes respectivas. Art�culo 2546. La hipoteca nunca es t�cita, ni general; para producir efectos frente a terceros, necesita siempre de inscripciones en el Registro P�blico de la Propiedad. Inscrito el gravamen, quedan sujetos los bienes al mismo, aunque pasen a poder de terceros. Art�culo 2547. La hipoteca puede constituirse por contrato, testamento o declaraci�n unilateral de voluntad, as� como por mandato legal. En los tres primeros casos, la hipoteca se llama voluntaria y en el �ltimo, necesaria. La hipoteca pensionaria se constituir� por contrato. CAP�TULO II De la hipoteca voluntaria Art�culo 2548. La hipoteca constituida para la seguridad de una obligaci�n futura o sujeta a condiciones suspensivas inscritas, surtir� efectos contra tercero desde su inscripci�n en el Registro P�blico de la Propiedad, si la obligaci�n llega a realizarse o la condici�n a cumplirse. Art�culo 2549. Cuando la obligaci�n asegurada est� sujeta a condici�n resolutoria inscrita, la hipoteca seguir� surtiendo sus efectos respecto a tercero, a�n cuando se haya realizado la condici�n, hasta que se haga constar en el Registro P�blico de la Propiedad, el cumplimiento de la condici�n. Art�culo 2550. Cuando se contraiga la obligaci�n futura o se cumplan las condiciones de que tratan los dos Art�culos anteriores, deber�n los interesados pedir que se haga constar as�, por medio de una nota en la inscripci�n hipotecaria, sin cuyo requisito no podr� aprovechar ni perjudicar a tercero la hipoteca constituida. Art�culo 2551. Para hacer constar en el Registro, el cumplimiento de las condiciones a que se refieren los art�culos que preceden, o la existencia de las obligaciones futuras, presentar� cualquiera de los interesados al registrador, la copia del documento p�blico que as� lo acredite y, en su defecto, una solicitud formulada por ambas partes, pidiendo que se extienda la anotaci�n y expresando claramente los hechos que deben dar lugar a ella. Si alguno de los interesados se niega a firmar dicha solicitud, acudir� el otro a la autoridad judicial para que, previo el procedimiento correspondiente, dicte la resoluci�n que proceda. Art�culo 2552. La hipoteca constituida por declaraci�n unilateral de persona distinta al acreedor y deudor de la obligaci�n principal, ser� irrevocable desde el momento en que se hace saber a aqu�l o a �ste. Art�culo 2553. Quien tenga la libre disposici�n de un inmueble puede, por declaraci�n unilateral de voluntad, constituir una hipoteca en primer lugar, sobre dicho bien, en garant�a de obligaciones que no existan a�n ni est�n sujetas a condici�n suspensiva. Esta hipoteca se regir� por las siguientes reglas: La declaraci�n unilateral de la voluntad que la constituya se har� constar en escritura p�blica, estableciendo expresamente el plazo de la hipoteca y el inter�s que en su caso causar� la suma por la que se constituya; La suma que garantiza la hipoteca, no ser� mayor en ochenta por ciento del valor que tenga el bien hipotecado seg�n aval�o bancario; Una vez hecha la inscripci�n, el propietario podr� transmitir total o parcialmente su derecho real hipotecario a una o m�s personas, en garant�a de las obligaciones que adquiera en favor de �stas; La trasmisi�n de los derechos de hipoteca deber� ser en t�tulos de cr�dito, los cuales tendr�n como signo de identificaci�n, la anotaci�n que se haga por el fedatario que autoriz� la hipoteca en la cual se deber� expresar el t�rmino con que hubiere quedado inscrita en el Registro P�blico de la Propiedad, as� como los datos de la inscripci�n hipotecaria. Los t�tulos de cr�dito deber�n ser numerados y f�cilmente identificables, adem�s para efectos de confrontaci�n el notario se�alado deber� compulsar fotocopia �ntegra de los citados documentos y agregarse al libro de documentos de su protocolo; En los testimonios de las escrituras a que se refiere la fracci�n anterior, se insertar� la escritura constitutiva de la hipoteca y la raz�n de su registro; Si el notario que autorice las transmisiones de la hipoteca, no es el que autoriz� la escritura de constituci�n de la hipoteca, se agregar� al ap�ndice una copia certificada de la misma y aqu�l comunicar� a �ste, dentro de diez d�as las transmisiones, para que las anote marginalmente en la escritura correspondiente; El adquirente o adquirentes de este derecho real hipotecario, tendr�n los derechos establecidos en la escritura constitutiva de la hipoteca; Quienes adquieran total o parcialmente el derecho hipotecario a que se refiere este art�culo, gozar�n de los derechos de garant�a y preferencia, oponibles a todos los acreedores personales del constituyente de la hipoteca y a los que tengan un derecho real constituido con posterioridad a su registro; Si la trasmisi�n es parcial y se hace a varios acreedores, en la misma o en diferentes fechas, todos ellos ocupar�n el mismo grado de preferencia; y La mora en el pago de los intereses respecto a uno de los acreedores produce los mismos efectos respecto a todos. Art�culo 2554. Cuando la hipoteca a que se refiere el art�culo anterior, se otorga respecto de un bien que ten�a grav�menes previos, ser�n aplicables las disposiciones se�aladas en �l, exceptuando lo relativo a la prelaci�n del cr�dito, cuyas caracter�sticas ser�n las mismas, pero en segundo o ulterior grado, despu�s de los grav�menes impuestos con anterioridad. Art�culo 2555. La hipoteca constituida por testamento, puede tener por objeto mejorar un cr�dito a cargo del testador, para convertirlo de simple en hipotecario, o bien garantizar un legado, o un cr�dito que se reconozca por testamento. Art�culo 2556. Todo hecho o convenio entre las partes, que pueda modificar o destruir la eficacia de una obligaci�n hipotecaria anterior, no surtir� efectos contra tercero si no se hace constar en el Registro P�blico de la Propiedad, por medio de una inscripci�n nueva, de una cancelaci�n total o parcial o de una anotaci�n, seg�n los casos. Art�culo 2557. La cesi�n total o parcial de los cr�ditos con garant�a hipotecaria se sujetar� a las siguientes reglas: El acreedor podr� ceder el cr�dito con garant�a hipotecaria, sin necesidad de satisfacer requisito alguno cuando conserve la administraci�n del mismo; Si el cedente deja de llevar la administraci�n de los cr�ditos, debe notificar la cesi�n al deudor por escrito, se�alando quien ser� el nuevo acreedor y, en su caso, el domicilio para recibir el pago dentro del lugar donde se estuviere realizando antes de la cesi�n; Derivado de la cesi�n no podr�n variarse las condiciones para el cumplimiento de las obligaciones del deudor, sin su consentimiento, salvo lo dispuesto en la fracci�n anterior; Ser� competente para conocer de los juicios que se originen con motivo del cr�dito con garant�a hipotecaria, el juez del lugar donde se encuentre el inmueble; Si la hipoteca se ha constituido para garantizar obligaciones a la orden, puede transmitirse por endoso del t�tulo, sin necesidad de notificaci�n al deudor, ni de registro; y La hipoteca constituida para garantizar obligaciones al portador, se transmitir� por la simple entrega del t�tulo sin ning�n otro requisito. Art�culo 2558. La hipoteca generalmente durar� por todo el tiempo que subsista la obligaci�n que garantice y cuando �sta no tuviere t�rmino para su vencimiento, la hipoteca no podr� durar m�s de diez a�os. Los contratantes pueden se�alar a la hipoteca, una duraci�n menor que la de la obligaci�n principal, pero nunca mayor. Art�culo 2559. Cuando se prorrogue el plazo de la obligaci�n garantizada con la hipoteca, �sta se entender� prorrogada por el mismo t�rmino, a no ser que expresamente se asigne menor tiempo a la pr�rroga de la hipoteca. Se deber� tomar raz�n expresa en el Registro P�blico de la Propiedad de la pr�rroga, para que surta efectos frente a terceros. Art�culo 2560. Si antes de que expire el plazo, se prorrogare por primera vez, durante la pr�rroga y el t�rmino se�alado para la prescripci�n, la hipoteca conservar� la prelaci�n que le corresponde desde su origen. Art�culo 2561. La hipoteca prorrogada, por segunda o posterior ocasi�n, s�lo conservar� la preferencia derivada del registro de su constituci�n, por el tiempo a que se refiere el art�culo anterior; por el dem�s tiempo, o sea, el de la segunda o ulterior pr�rroga, s�lo tendr� la prelaci�n que le corresponda por la fecha del �ltimo registro. Lo mismo se observar� en el caso de que el acreedor conceda un nuevo plazo para que se le pague su cr�dito. Art�culo 2562. En caso de pr�rroga, la prescripci�n empieza a contar a partir del d�a siguiente del vencimiento de aqu�lla. CAP�TULO III De la hipoteca necesaria Art�culo 2563. Se denomina hipoteca necesaria aqu�lla que se constituye de manera especial y expresa, y que por disposici�n de la ley, se obligan a constituir ciertas personas para asegurar los cr�ditos de determinados acreedores o la administraci�n de ciertos bienes. Art�culo 2564. La constituci�n de la hipoteca necesaria podr� exigirse en cualquier tiempo, aunque haya cesado la causa que le diere fundamento, siempre que est� pendiente de cumplimiento la obligaci�n que se debiera haber asegurado. Art�culo 2565. Si para la constituci�n de alguna hipoteca necesaria se ofrecieren diferentes bienes y no convinieren los interesados en la parte de la responsabilidad que haya de pesar sobre cada uno de dichos bienes, decidir� la autoridad judicial. Del mismo modo decidir� el juez las cuestiones que se susciten entre los interesados, sobre la calificaci�n de suficiencia de los bienes ofrecidos para la constituci�n de cualquier hipoteca necesaria. Art�culo 2566. La hipoteca necesaria durar� el mismo tiempo que la obligaci�n que con ella se garantiza. Art�culo 2567.- Tienen derecho de pedir la hipoteca necesaria para seguridad de sus cr�ditos: I. El coheredero o part�cipe, sobre los inmuebles repartidos, en cuanto importen los respectivos saneamientos o el exceso de los bienes que hayan recibido; II. Los descendientes de cuyos bienes fueren meros administradores los ascendientes, sobre los bienes de �stos, para garantizar la conservaci�n y devoluci�n de aqu�llos; III. Las personas menores de edad y dem�s incapaces sobre los bienes de sus tutores por los que �stos administren; IV. Los legatarios, por el importe de sus legados, si no hubiere hipoteca especial designada por el mismo testador; V. Los acreedores de la herencia, por el importe de sus cr�ditos, si en la misma existen bienes inmuebles o derechos reales sobre bienes ra�ces; y VI. El Estado, los municipios y los organismos descentralizados, sobre los bienes de sus administradores o recaudadores, para asegurar las responsabilidades de sus respectivos cargos. Art�culo 2568. La constituci�n de la hipoteca, en los casos de las fracciones II y III del art�culo anterior, podr� ser pedida: I. Por los herederos leg�timos de ni�as, ni�os y adolescentes, respecto de bienes de que fueren meros administradores los padres; II. Por los herederos leg�timos, el curador del incapaz, respecto de bienes administrados por los tutores; y III. Por el Agente de la Procuradur�a Social, o la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, si no la piden las personas se�aladas en las dos fracciones anteriores. Art�culo 2569. La constituci�n de hipotecas que se refieran a bienes de menores u otros incapacitados, deber� de sujetarse a lo que disponga este c�digo en materia de patria potestad, tutela y representaci�n del ausente o ignorado. Art�culo 2570. Los que tienen derecho de exigir la constituci�n de hipoteca necesaria, tienen tambi�n el de objetar la suficiencia de la que se ofrezca y el de pedir su ampliaci�n cuando los bienes hipotecados se hagan por cualquier motivo insuficientes para garantizar el cr�dito; en ambos casos resolver� el juez. CAP�TULO III BIS De la Hipoteca Pensionaria Art�culo 2570 Bis. Se denomina hipoteca pensionaria aquella que se constituye sobre un bien inmueble propiedad del pensionista y que garantizar� el pago del capital mediante la amortizaci�n pecuniaria que le otorgar� el pensionario para cubrir o complementar el pago de sus necesidades econ�micas de vida. Art�culo 2570 Bis 1. La hipoteca pensionaria se instituir� mediante contrato en el cual se obliga al pensionario a pagar con una periodicidad m�xima mensual, en el lugar y plazo acordados en el contrato y en forma vitalicia, predeterminada cantidad de dinero al pensionista o su beneficiario en base al valor del inmueble, y se sujetar� a las siguientes reglas: I. El pensionista deber� ser persona f�sica y tener al menos 60 a�os de edad a la fecha de celebraci�n del contrato de hipoteca pensionaria; II. Las personas f�sicas y jur�dicas podr�n ser pensionarios y otorgar hipoteca pensionaria. Quedan excluidos de ser pensionarios los ascendientes o descendientes del pensionista; III. El tutor podr� constituir hipoteca pensionaria para garantizar las necesidades econ�micas a favor de un adulto mayor incapaz con la debida autorizaci�n judicial y en los t�rminos del presente cap�tulo; IV. El beneficiario del pensionista podr� ser su c�nyuge, concubina o concubinario siempre y cuando cuenten con al menos 60 a�os de edad al constituirse la hipoteca; V. El valor del inmueble sujeto a hipoteca deber� valuarse cada tres a�os para mantener la actualizaci�n de la plusval�a del bien, el costo del aval�o ser� a cargo del pensionario; y VI. Se considerar� que cuando se acredite una enfermedad grave o accidente que ponga en riesgo la vida del pensionista o su beneficiario, el pensionario garantice un adelanto al pensionista o a su beneficiario, de al menos el equivalente a cinco tantos de las aportaciones peri�dicas convenidas, para efecto de contribuir a satisfacer las necesidades y gastos extraordinarios que esto le origine al pensionista. La disposici�n prevista en la fracci�n anterior no podr� exceder de un evento cada dos a�os. Art�culo 2570 Bis 2. Para la constituci�n de la hipoteca pensionaria, deber�n adem�s de lo pactado, satisfacerse los siguientes requisitos: I. Que los montos que reciba y disponga el pensionista sean suficientes para que se satisfagan las necesidades b�sicas para su manutenci�n, as� como en su momento la de su beneficiario, y que mediante �stas acceda en un t�rmino razonable al importe objeto de la hipoteca; II. Establecer los nombres y generales de las personas que intervengan, los lineamientos de las amortizaciones, las condiciones de pago total y la terminaci�n anticipada sin penalizaci�n alguna; III. Se deber� prever que en caso de que con el transcurso del tiempo se cubra por el pensionario el monto total del valor del inmueble sujeto a hipoteca, el pensionista continuar� recibiendo la amortizaci�n peri�dica pactada hasta su fallecimiento y podr�, en su caso, continuar habitando el inmueble sujeto a hipoteca, pero en caso de que el inmueble sea arrendado por el pensionista, el monto de la mensualidad por el arrendamiento que reciba el pensionista se restar� de la aportaci�n peri�dica mensual que le corresponda pagar al pensionario; IV. El pensionista preferentemente habitar� de forma vitalicia el inmueble hipotecado, pero puede arrendarlo parcial o totalmente siempre y cuando cuente con autorizaci�n expresa por parte del pensionario, sin afectar la naturaleza de la hipoteca pensionaria constituida sobre el mismo; y V. Se incluir�n las especificaciones del incremento anual que tendr� la amortizaci�n peri�dica que se entrega al pensionario, de acuerdo con las condiciones del mercado y el valor del inmueble, mismo que no deber� ser inferior al porcentaje de incremento del valor de la Unidad de Medida y Actualizaci�n. Art�culo 2570 Bis 3. El c�lculo de intereses que se generen por el capital, ser� �nicamente sobre las cantidades dispuestas por el pensionista, pero no podr� ser superior al inter�s legal. Cualquier heredero del pensionista podr� pagar al pensionario ante fedatario p�blico la totalidad del adeudo existente y vencido, sin compensaci�n por la cancelaci�n del gravamen y pago del adeudo en los casos de fallecimiento del pensionista y de su beneficiario. Transcurridos tres meses despu�s del fallecimiento del pensionista sin efectuar el pago por parte de los herederos, el pensionario cobrar� el adeudo hasta donde alcance el valor del bien hipotecado o, en su caso, se ejecutar� la hipoteca de conformidad con el contrato. Art�culo 2570 Bis 4. El incumplimiento del pensionario de una mensualidad de pago al pensionista, dar� lugar a la rescisi�n o cumplimiento forzoso del contrato, en ambos casos durante la tramitaci�n del juicio correspondiente se dictar�n las medidas cautelares equivalentes a las se�aladas para el juicio de alimentos. El monto a fijar en las medidas cautelares se�aladas en el p�rrafo anterior, ser�n equivalentes al monto de la pensi�n hipotecaria actualizada, sin que sea obligatorio probar la necesidad del acreedor alimenticio ni la capacidad del deudor. En los casos que se demuestre el incumplimiento del pensionario, el Juez dictar� invariablemente en la sentencia la cancelaci�n de la hipoteca en beneficio del pensionista a costa del pensionario. Art�culo 2570 Bis 5. El inmueble sobre el cual se constituya la hipoteca pensionaria no podr� ser transmitido o enajenado sin la autorizaci�n expresa del pensionario, por lo que cualquier acto que afecte al inmueble se declarar� nulo de pleno derecho. CAP�TULO IV Disposiciones comunes a las diversas clases de hipotecas Art�culo 2571. La hipoteca constituida por el propietario aparente ser� v�lida a�n cuando se declare la nulidad del t�tulo de propiedad o la falta del mismo, siempre que el acreedor sea de buena fe, no se desprendan los vicios del t�tulo de dominio del mismo Registro P�blico de la Propiedad y la obligaci�n que garantice tenga su origen en un acto a t�tulo oneroso. En los casos de mala fe del acreedor hipotecario, cuando los vicios resulten del mismo Registro P�blico de la Propiedad o cuando el acto que haya dado origen a la obligaci�n principal sea gratuito, la hipoteca ser� nula. Esta nulidad podr� ser invocada por todo aqu�l que tenga inter�s en ella, ser� imprescriptible y s�lo podr� ser convalidada cuando el constituyente de la misma adquiera la propiedad por un t�tulo leg�timo, antes de que exista evicci�n. Art�culo 2572. Lo dispuesto en el art�culo anterior se aplicar� al caso en que se declare la nulidad del t�tulo del constituyente de la hipoteca. Art�culo 2573. Ser�n hipotecas solidarias las que constituyen dos o m�s personas para garantizar una deuda solidaria existente a cargo de cualesquiera de los constituyentes, de todos ellos o de un tercero. Art�culo 2574. Por virtud de las hipotecas solidarias, el acreedor podr� hacer efectiva la totalidad de su cr�dito sobre cualesquiera de los bienes hipotecados o sobre todos conjuntamente. Si por aval�o que se haga de dichos bienes, se infiere que para cubrir el cr�dito hipotecario, basta con el remate o venta de uno o varios inmuebles, exclusivamente �stas ser�n objeto de remate. Art�culo 2575. Pueden pactarse en las hipotecas solidarias o estipularse as� en su constituci�n por pacto unilateral, que la obligaci�n se har� efectiva sucesivamente en los bienes que se designen conforme al orden indicado. Art�culo 2576. Se llaman hipotecas mancomunadas las constituidas por dos o m�s personas para garantizar obligaciones mancomunadas existentes a cargo de las mismas. Art�culo 2577. Las hipotecas mancomunadas facultan al acreedor para hacer efectiva �nicamente la parte de la deuda garantizada sobre el bien o bienes hipotecados. Art�culo 2578. Si todos los deudores de una obligaci�n mancomunada constituyeren hipotecas sobre diversos bienes, se entender�, salvo pacto en contrario, que cada bien gravado responder� hasta el monto de la parte al�cuota de la deuda que corresponda a cada obligado. Art�culo 2579. Se llaman hipotecas indivisibles las constituidas para garantizar una obligaci�n indivisible. Las mismas facultan al acreedor para hacer efectivo su cr�dito sobre todos los bienes gravados, atendiendo lo dispuesto para el remate en las hipotecas solidarias. CAP�TULO V De la extinci�n de las hipotecas Art�culo 2580. La hipoteca produce todos sus efectos jur�dicos contra tercero mientras no sea cancelada su inscripci�n. Art�culo 2581. La hipoteca se extingue, debiendo declararse judicialmente su cancelaci�n, a petici�n de parte interesada en los siguientes casos: Cuando se extingue el bien hipotecado; Cuando se extinga la obligaci�n a que sirvi� de garant�a; Cuando se expropie por causa de utilidad p�blica el bien hipotecado; debi�ndose en este caso pagarse o consignarse la obligaci�n con el producto de la indemnizaci�n; Cuando se remate por orden de autoridad el bien hipotecado; Por la remisi�n expresa del acreedor; Por la declaraci�n de estar prescrito el derecho hipotecario, o la obligaci�n principal; Cuando por consolidaci�n, el propietario del bien hipotecado adquiera la hipoteca; Cuando por confusi�n, el acreedor adquiera el bien hipotecado; y Cuando se extinga el derecho del constituyente de la hipoteca sobre el bien gravado. Art�culo 2581 Bis.- El pago anticipado, total o parcial de los cr�ditos con garant�a hipotecaria para la adquisici�n de vivienda, obliga al acreedor a recibirlo. Art�culo 2582. La extinci�n del bien hipotecado tendr� lugar en los siguientes casos: Por la destrucci�n del bien; Cuando �ste quede fuera del comercio; y Cuando trat�ndose de muebles inmovilizados se pierda de modo que no puedan localizarse o que, conociendo su paradero, exista una imposibilidad material o legal para recuperarlos. Art�culo 2583. Si entre los bienes de una herencia existe un cr�dito hipotecario, y el bien objeto del gravamen pertenece a uno de los herederos, la hipoteca no se extinguir�. En el caso de que se adjudique a dicho heredero el cr�dito, se extinguir� la hipoteca. Art�culo 2584. Cuando el acreedor hipotecario hereda con los dem�s herederos el bien hipotecado, no se extinguir� la hipoteca, y si en la divisi�n de la herencia se le aplicare �ntegramente el bien, se extinguir� la hipoteca. Art�culo 2585. Cuando el acreedor hipotecario adquiera legado el bien hipotecado, se extinguir� la hipoteca. Art�culo 2586. La hipoteca extinguida por daci�n en pago revivir� si el pago queda sin efecto: Cuando el bien dado en pago se pierda por culpa del deudor estando todav�a en su poder; y Cuando el acreedor pierda el bien dado en pago en virtud de evicci�n. Art�culo 2587. En los casos del art�culo anterior, si el registro hubiere sido ya cancelado, revivir� solamente desde la fecha de la nueva inscripci�n; quedando siempre a salvo del acreedor, el derecho para ser indemnizado por el deudor, de los da�os y perjuicios que se la hayan seguido. Art�culo 2588. La cancelaci�n de las hipotecas constituidas en garant�a de t�tulos transmisibles por endoso, puede hacerse: Presentando la escritura en la que se constituy� la garant�a hipotecaria, con la constancia de recibo de pago del acreedor, con la extinci�n de los t�tulos inutilizados y la declaraci�n suscrita por el deudor de que han quedado inutilizados los t�tulos de cr�dito. Las anteriores constancias deben ser ratificadas ante notario p�blico; A solicitud firmada por dichos interesados, y por el deudor, a la cual se acompa�en inutilizados los referidos t�tulos; y Por ofrecimiento de pago y consignaci�n del importe de los t�tulos y sus accesorios, hecho de acuerdo a las disposiciones relativas. Art�culo 2589. Las inscripciones o registros de hipotecas constituidas con el objeto de garantizar t�tulos al portador se cancelar�n totalmente, si se hiciere constar por acta notarial, estar recibida y en poder del deudor toda la emisi�n de t�tulos debidamente inutilizados. Art�culo 2590. Proceder� tambi�n la cancelaci�n total si se presentaren, por lo menos, las tres cuartas partes de los t�tulos al portador emitidos y se asegurase el pago de los restantes, consign�ndose su importe y sus accesorios. La cancelaci�n, en este caso, deber� decretarse por sentencia, previos los tr�mites fijados en el C�digo de Procedimientos Civiles. Art�culo 2591. Podr�n cancelarse parcialmente las inscripciones o registros hipotecarios de que se trata, presentando acta notarial de estar recibidos y en poder del deudor, debidamente inutilizados, t�tulos por un valor equivalente al importe de la hipoteca parcial que se trata de extinguir, siempre que dichos t�tulos asciendan por lo menos a la d�cima parte del total de la emisi�n. T�TULO DECIMOSEXTO Contrato de compromiso arbitral CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 2592. Habr� contrato de compromiso arbitral siempre que dos o m�s personas, llamadas compromitentes, se obliguen a resolver una controversia presente o futura entre estos, a trav�s de un procedimiento arbitral, para lo cual renuncian a la jurisdicci�n de los tribunales ordinarios. Art�culo 2593. Todo contrato de compromiso arbitral deber� otorgarse por escrito. Cuando el valor del objeto principal de la controversia exceda 100 veces el valor anual de la Unidad de Medida y Actualizaci�n, deber� otorgarse en escritura p�blica. Art�culo 2594. El contrato de compromiso arbitral puede celebrarse antes de que haya juicio o durante �ste, hasta antes de que haya sentencia ejecutoriada. Art�culo 2595. Podr� celebrar contrato de compromiso arbitral cualquier persona capaz, en los t�rminos de ley. Art�culo 2596. El contrato de compromiso arbitral, debe contener: Los nombres de los compromitentes; El objeto materia del contrato; El nombre o caracter�sticas distintivas de los �rbitros, tales como puesto, especialidad, car�cter o condici�n; podr�n incluso nombrarse �rbitros sustitutos en caso de que los primeros no puedan o quieran serlo. El n�mero de los �rbitros siempre deber� ser impar; Las obligaciones y derechos de los �rbitros con respecto a las partes; Honorarios de los �rbitros en caso de haberlo y de qui�n ser� la obligaci�n de pagarlo; Procedimiento al cual se sujetar� la controversia arbitral, pudiendo convenirse en delimitar las pruebas, excluir alguna de las comunes, fijando asimismo el valor de las mismas; T�rminos en la controversia; T�rmino para que se dicte el laudo arbitral; La renuncia a la apelaci�n si se conviene; El lugar donde se debiera llevar a cabo el arbitraje; y Los idiomas a emplear diversos del espa�ol. La omisi�n de lo previsto en la fracci�n II provoca su nulidad de pleno derecho sin necesidad de declaraci�n judicial. Art�culo 2597. No podr� someterse a contrato de compromiso arbitral: Ninguna controversia de un incapaz, por su tutor o quien tenga la patria potestad sobre �l, salvo que haya autorizaci�n judicial expresa en ese sentido, acreditando el beneficio para el incapaz; Ninguna controversia de una sucesi�n, sino hasta que el albacea haya obtenido el consentimiento un�nime de los herederos; salvo que se trate de cumplimentar una cl�usula compromisoria pactada por el autor de la sucesi�n en un contrato; Ninguna controversia en la que participe una persona sujeta a concurso de acreedores, salvo que se obtenga el consentimiento un�nime de estos; Ninguna controversia relativa al estado civil y a la posesi�n de estado, ni sobre ineficacia, ilegitimidad e irregularidad de matrimonio, as� como sobre cualesquiera otra controversia relativa a derechos de personalidad; El derecho a recibir alimentos, salvo que se trate de alimentos ya fijados y debidos; Controversias que versen sobre delito, dolo y culpa futuros; Sobre sucesi�n futura; Sobre una herencia, antes de visto el testamento si �ste existe; Ninguna controversia, por representantes oficiosos; Ninguna controversia de orden p�blico; Ninguna controversia por administradores de bienes ajenos, salvo que hayan obtenido autorizaci�n judicial; y En los dem�s casos en que lo prevenga expresamente la ley. Art�culo 2598. Ser� v�lida la celebraci�n de un contrato de compromiso arbitral acerca de la acci�n civil proveniente de un delito, pero no por eso se extinguir� la acci�n p�blica para la imposici�n de la pena, ni se da por probado el delito. Art�culo 2599. Es v�lido el contrato de compromiso arbitral referente a los derechos pecuniarios que de la declaraci�n del estado civil, pudieran deducirse a favor de una persona; pero el contrato en tal caso, no importar� la adquisici�n del estado. Art�culo 2600. El fiador s�lo queda obligado por el contrato de compromiso arbitral cuando consiente en �l. Art�culo 2601. Con anterioridad a las actuaciones arbitrales o durante su transcurso, el compromitente podr� solicitar al juez, la adopci�n de medidas cautelares y provisionales. El compromitente que solicite al juez la adopci�n de dichas medidas, deber� presentar a �ste el original o copia certificada del contrato de compromiso arbitral y regirse por las normas aplicables en la ejecuci�n de dichas medidas cautelares o provisionales. Art�culo 2602. Ser� nulo el contrato de compromiso arbitral en los siguientes casos: Cuando se haga en raz�n de un t�tulo nulo, a no ser que los compromitentes hayan tratado expresamente la nulidad; Cuando el contrato se haya celebrado, tomando en cuenta documentos que despu�s han resultado falsos, por sentencia judicial; Cuando se hayan descubierto nuevos t�tulos o documentos y haya habido mala fe o dolo a no ser que expresamente se hubiere considerado su existencia; Cuando se trate de un negocio que est� decidido judicialmente por sentencia; Cuando un compromitente pruebe la incapacidad de otro compromitente; Cuando un compromitente pruebe no haber sido debidamente notificado del nombramiento de �rbitro o de cualquier actuaci�n arbitral, o de alguna otra manera, se le haya privado de su derecho a defenderse en el juicio arbitral; Cuando un compromitente pruebe que el arbitraje exced�a los t�rminos del contrato de compromiso arbitral; y El juez o alg�n compromitente compruebe que, seg�n este t�tulo, el objeto de la controversia no era susceptible de juicio arbitral, o que el laudo es contrario al orden p�blico o que se afectan derechos de terceros ajenos al juicio arbitral. Art�culo 2603. La resoluci�n dictada como consecuencia del contrato de compromiso arbitral tiene, respecto de las partes, la misma eficacia y autoridad que la cosa juzgada, cuando no se apele. Art�culo 2604. Se tendr� por t�citamente renunciado el derecho a impugnar una resoluci�n de arbitraje en los siguientes casos: Cuando un compromitente prosigue el arbitraje sabiendo que no se ha cumplido alguna disposici�n de este t�tulo y que constituya una causa para que �l se aparte legalmente del arbitraje; Cuando no se ha cumplido alg�n acuerdo del contrato de compromiso arbitral y no se exprese su objeci�n a tal incumplimiento sin demora justificada; y Cuando se prevea un plazo para objetar un incumplimiento al contrato de compromiso arbitral y el compromitente que pueda hacerlo no lo haga. CAP�TULO II De la designaci�n y aceptaci�n de �rbitros Art�culo 2605. En el caso de que no se haya determinado en el contrato de compromiso arbitral, el nombre o caracter�sticas distintivas de los �rbitros, o no hayan podido o querido hacer la aceptaci�n del cargo de �rbitros, �stos deber�n de ser designados de la siguiente manera: Por las partes, si llegaran a un acuerdo; Por un tercero designado por las partes; y En caso de no haber convenio de las partes, por la autoridad judicial, en los t�rminos de ley. Art�culo 2606. Podr� ser �rbitro cualquier persona jur�dica o f�sica, sea por raz�n a su persona o por el cargo o funci�n que desempe�a u otra caracter�stica distintiva. Art�culo 2607. El cargo de �rbitro podr� ser aceptado o rechazado libremente por la persona designada en el contrato, por voluntad de las partes o por designaci�n judicial. Art�culo 2608. La aceptaci�n del cargo de �rbitro se har� una vez que exista la controversia entre las partes y de alguna de las siguientes maneras: Manifest�ndolo por escrito ante el Tribunal Ordinario del lugar de residencia del �rbitro; o En acta protocolizada ante Notario P�blico del lugar de residencia del �rbitro. Art�culo 2609. En caso de que los �rbitros residan en varias plazas, la aceptaci�n podr� hacerse en cualquiera de ellas, pero deber� ser en forma conjunta por la unanimidad de los �rbitros. Art�culo 2610. El escrito de aceptaci�n del cargo de �rbitro deber� contener: La aceptaci�n y firma del o los �rbitros del cargo conferido; Generales y actividad profesional del o los �rbitros; La cuant�a de los honorarios para el o los �rbitros, debiendo ser pagados de conformidad a lo dispuesto en el contrato de compromiso arbitral. En caso de no estar estipulado, deber� ser pagado equitativamente por los compromitentes; Descripci�n de la controversia que ha de resolverse; Obligaci�n del o los �rbitros de que se lleve el juicio arbitral hasta su t�rmino y con sujeci�n al procedimiento pactado por los compromitentes y permitido por la ley; Copia certificada anexa del contrato de compromiso arbitral, en caso de que �ste exista; y Firma de los compromitentes. Art�culo 2611. En caso de haber designaci�n de �rbitros en el contrato de compromiso arbitral, y que uno de los compromitentes no quiera o pueda firmar el escrito de aceptaci�n del �rbitro, bastar� la anexi�n del contrato de compromiso arbitral para considerar aceptado el nombramiento. Art�culo 2612. En caso de que sea persona jur�dica quien sea designado y acepte el nombramiento como �rbitro, ser� necesario que dentro de las facultades de sus representantes, se encuentre la de fungir como �rbitro y que su �rgano de representaci�n se encuentre integrado por n�mero impar. En caso de haber n�mero par de miembros en el �rgano representativo de la persona jur�dica, podr� uno de ellos abstenerse de conocer, para estar acorde a lo dispuesto en este t�tulo. El procedimiento y el laudo deber�n ser seguidos y emitidos por el �rgano que legalmente represente a la persona jur�dica. Art�culo 2613. Una vez que el o los �rbitros han aceptado el cargo, solamente podr�n excusarse de �l en los siguientes casos: Cuando surjan o existan graves enemistades entre ellos y los compromitentes; Cuando requieran salir del lugar de residencia habitual, por razones imperiosas, a larga distancia o por un largo periodo de tiempo; Por enfermedad grave; Si ha favorecido a alguna de las partes en dicho negocio, antes de ser nombrado �rbitro en el mismo; Si ha conocido del negocio como juez o asesor, resolviendo alg�n punto que afecte a la sustancia de la cuesti�n; y Cuando alguna de las partes o sus representantes, es o ha sido denunciante, querellante o acusador del �rbitro de que se trate, su c�nyuge, sus parientes consangu�neos en l�nea recta, sin limitaci�n de grados, de los colaterales dentro del cuarto, o de los afines dentro del segundo o viceversa. Art�culo 2614. Los �rbitros s�lo podr�n ser recusados cuando surja, con posterioridad a la celebraci�n del contrato de compromiso arbitral, alguna de las siguientes circunstancias: I. Que adquiera alg�n inter�s directo o indirecto en el negocio; II. Que le interese de la misma manera dicho negocio a su c�nyuge, parientes consangu�neos en l�nea recta sin limitaci�n de grados, a los colaterales dentro del cuarto grado y a los afines dentro del segundo; III. Que entre el �rbitro o sus parientes se�alados exista relaci�n de intimidad nacida de alg�n acto civil o religioso, sancionado y respetado por la costumbre, con alguna de las partes; IV. Cuando despu�s de comenzado el pleito hayan admitido �l, su c�nyuge o hijos, d�divas o servicios de alguna de las partes; V. Cuando el �rbitro, o sus expresados parientes, sea contrario a cualquiera de las partes en negocio administrativo que afecte a sus intereses; VI. Si �l o sus expresados parientes siguen alg�n proceso civil o criminal en que sea juez, Agente del Ministerio P�blico, Agente de la Procuradur�a Social, representante de la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes de alguna de las partes; y VII. Si es tutor o curador de alguna de las partes o no han pasado tres a�os de haberlo sido. Art�culo 2615. El �rbitro o �rbitros designados de com�n acuerdo no son recusables, pero si revocables por todos los interesados. Art�culo 2616. En el caso de que no se fije t�rmino para dictarse el laudo arbitral, se entender� que �ste es de 100 d�as h�biles contados a partir del momento en que se reciba la aceptaci�n del �rbitro o �rbitros, del cargo a el o ellos conferido, s�lo que las partes convengan en prorrogarlo. Art�culo 2617. Las cl�usulas del contrato de compromiso arbitral deben interpretarse estrictamente; son indivisibles, salvo pacto en contrario. Art�culo 2618. No podr� intentarse demanda contra el valor o subsistencia de un contrato de compromiso arbitral, sin que previamente se haya asegurado la devoluci�n de todo lo recibido por virtud del convenio que quiera impugnar. CAP�TULO III De las obligaciones de los compromitentes Art�culo 2619. Es obligaci�n de ambos compromitentes someterse al arbitraje. Art�culo 2620. Los compromitentes deben ejecutar voluntariamente el laudo arbitral. En caso de que no lo hagan en el t�rmino de ley, el �rbitro o el compromitente que haya sido declarado como vencedor podr� solicitar al Juez de Primera Instancia del lugar, para que constri�a al compromitente vencido al cumplimiento, y por ende, sea ejecutado el laudo arbitral. Art�culo 2621. Los compromitentes deben renunciar, en los t�rminos del contrato de compromiso arbitral, a la jurisdicci�n de los Tribunales Ordinarios para dirimir la contradicci�n del fondo del negocio. Art�culo 2622. Cuando en la ejecuci�n del laudo arbitral, alguno de los compromitentes haya transmitido al otro alg�n bien que no era objeto de la disputa del que sufre evicci�n; tenga vicios o grav�menes ocultos, podr� el que lo recibi� proceder conforme a lo que se determina en el contrato de compraventa y el libro tercero de este c�digo. Art�culo 2623. Cuando el bien transmitido en los t�rminos del art�culo anterior tenga vicios o grav�menes ocultos, podr� el que lo recibi�, proceder conforme a lo que se determina en el contrato de compraventa. CAP�TULO IV Modalidades del contrato de compromiso arbitral Art�culo 2624. El contrato de compromiso arbitral podr� estipular que la controversia se dirimir� mediante arbitraje de estricto derecho o mediante amigable composici�n. Art�culo 2625. Por arbitraje de estricto derecho se entiende aqu�l que se resuelve conforme a las reglas de derecho positivo de manera estricta, aunque modificando los t�rminos para finalizar y dictar el laudo arbitral en el plazo fijado en el contrato. Art�culo 2626. Se entiende por arbitraje en amigable composici�n aqu�l que se resuelve conforme al libre entendimiento del �rbitro. Esta clase de arbitraje s�lo proceder� cuando el valor del objeto materia de la controversia, no exceda de 100 veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizaci�n. Art�culo 2627. Cuando en el contrato de compromiso arbitral no se establezca a qu� clase de arbitraje se refiere, se entender� sujeto al arbitraje de estricto derecho. Art�culo 2628. Las partes tendr�n plena facultad para establecer la normatividad sustantiva y adjetiva que deber� seguir el juicio arbitral, pero a condici�n de que las primeras no vayan contra las disposiciones del orden p�blico y en las segundas, se respete siempre el derecho de las partes de rendir pruebas y producir alegatos. CAP�TULO V De la cl�usula compromisoria Art�culo 2629. Dentro de cualquier contrato, se podr� pactar que en caso de controversia que surgiere de la interpretaci�n o cumplimiento del mismo, se someter�n las partes obligatoriamente a que �ste sea resuelto mediante un procedimiento arbitral. Art�culo 2630. Cuando se pacte la cl�usula compromisoria, los contratantes se obligan a someter a consideraci�n de un �rbitro las cuestiones que pudieran surgir en el futuro con motivo de ese contrato, y renunciar�n en forma expresa a la jurisdicci�n de los Tribunales Ordinarios. Art�culo 2631. Las escrituras constitutivas de las fundaciones, sociedades y asociaciones civiles, o sus modificaciones, podr�n establecer una cl�usula compromisoria en que se comprometan los socios, miembros o asociados, al surgir una controversia con la instituci�n o con otro socio, miembro o asociado o conjunto de �stos, a someter dicha controversia a un arbitraje, en los t�rminos establecidos en la escritura constitutiva o su modificaci�n. Lo anterior ser� aplicable, siempre que dicha controversia se refiera a derechos y obligaciones derivados de su actividad en dicha fundaci�n, sociedad o asociaci�n. Art�culo 2632. En el caso del art�culo anterior, el procedimiento arbitral se sujetar� a lo dispuesto en la escritura constitutiva o reglamento de la fundaci�n, asociaci�n o sociedad civil y a las disposiciones de la ley. En caso de que el nombramiento de los �rbitros no se haya hecho en la misma escritura constitutiva o su modificaci�n, deber� hacerse de conformidad a lo dispuesto por este t�tulo. Las disposiciones del reglamento de la fundaci�n, sociedad o asociaci�n civil ser�n aplicables, siempre que dicho ordenamiento haya sido aprobado, con sus reformas, por m�s de la mitad de los socios, miembros o asociados de la instituci�n. T�TULO DECIMOSEPTIMO De las transacciones Art�culo 2633. La transacci�n es un contrato por el cual las partes, haci�ndose rec�procas concesiones, terminan una controversia presente o previenen una futura. Art�culo 2634. La transacci�n debe formalizarse: Para prevenir una controversia futura y que se trate de derechos personales, mediante escrito en el cual est�n autenticadas las firmas de los otorgantes; Cuando se refiera a una controversia presente o para prevenir una controversia futura y se trate de derechos personales o reales o ambos a la vez, mediante ocurso presentado y ratificado ante la autoridad judicial que sea competente para conocer del negocio o en escritura p�blica ante notario; y Se deroga. Art�culo 2635. Los ascendientes y tutores s�lo podr�n transigir en nombre de quienes ejercen la patria potestad o el cargo de tutor, cuando la transacci�n sea necesaria o �til para los intereses del incapaz y previa autorizaci�n judicial. Art�culo 2636. Se puede transigir sobre la acci�n civil proveniente de un delito, pero no por eso se extingue la acci�n p�blica para la imposici�n de la pena, ni se da por probado el delito. Art�culo 2637. No se puede transigir sobre el estado civil de las personas, ni sobre la validez del matrimonio. Art�culo 2638. Es v�lida la transacci�n sobre los derechos pecuniarios que de la declaraci�n del estado civil pudieran deducirse a favor de una persona; pero la transacci�n, en tal caso, no importa la adquisici�n del estado. Art�culo 2639. Ser�n nulas las transacciones que versen sobre: Las consecuencias jur�dicas de un delito, de un acto doloso o de un hecho il�cito que puedan tener realizaci�n futura; La acci�n civil que nazca de un delito o culpa futuros; La sucesi�n futura; Una herencia, antes de visto el testamento, si lo hay; y El derecho de recibir alimentos, pero no la transacci�n que versare sobre las cantidades que ya sean debidas por alimentos ca�dos pero no pagados. Art�culo 2640. El fiador s�lo queda obligado por la transacci�n cuando consiente en ella. Art�culo 2641. La transacci�n tiene, respecto de las partes, la misma eficacia y autoridad que la cosa juzgada, pero podr� pedirse la nulidad o la rescisi�n de aqu�lla en los casos autorizados por la ley. Art�culo 2642. Puede anularse la transacci�n cuando se haga en raz�n de un t�tulo nulo, a no ser que las partes hayan tratado expresamente la nulidad. Art�culo 2643. Cuando las partes est�n instruidas de la nulidad del t�tulo, o la disputa es sobre esa misma nulidad, pueden transigir v�lidamente, siempre que los derechos a que se refiere el t�tulo sean renunciables. Art�culo 2644. La transacci�n celebrada teni�ndose en cuenta documentos que despu�s han resultado falsos por sentencia judicial es nula. Art�culo 2645. El descubrimiento de nuevos t�tulos o documentos, no es causa para anular o rescindir la transacci�n, si no ha habido mala fe. Art�culo 2646. Es nula la transacci�n sobre cualquier negocio que est� decidido judicialmente por sentencia irrevocable, ignorada por los interesados. Art�culo 2647. En las transacciones s�lo hay lugar a la evicci�n cuando en virtud de ellas una de las partes da a la otra alguna cosa que no era objeto de la disputa y que, conforme a derecho, pierde el que la recibi�. Art�culo 2648. Cuando la cosa dada tiene vicios o grav�menes ignorados por el que la recibi�, ha lugar a pedir la diferencia que resulte del vicio o gravamen, en los mismos t�rminos que respecto de la cosa vendida. Art�culo 2649. La transacci�n podr� tener por objeto: Crear, transmitir, modificar o extinguir derechos respecto de ambas partes o de una de ellas, siempre y cuando guarden alguna relaci�n con los derechos disputados o inciertos; Declarar o reconocer los derechos que sean objeto de las diferencias sobre las que la transacci�n recaiga; y Establecer certidumbre en cuanto a derechos dudosos o inciertos, determinando en su caso sus alcances y efectos. La declaraci�n o reconocimiento de los derechos a que se refiere la fracci�n II, no obligar� al que la haga a garantizarlos, ni le impondr� responsabilidad alguna en el caso de evicci�n salvo pacto en contrario, ni tampoco implicar� un t�tulo propio para fundar la prescripci�n en perjuicio de tercero, pero s� en contra de quien haga la declaraci�n o reconocimiento. Art�culo 2650. Las transacciones deben interpretarse estrictamente y sus cl�usulas son indivisibles a menos que otra cosa convengan las partes. Art�culo 2651. No podr� intentarse demanda contra el valor o subsistencia de una transacci�n, sin que previamente se haya asegurado la devoluci�n de todo lo recibido, a virtud del convenio que quiera impugnar. LIBRO SEXTO De las sucesiones T�TULO PRIMERO Disposiciones preliminares Art�culo 2652. Herencia es la sucesi�n de todos los bienes del difunto y de todos sus derechos y obligaciones que no se extinguen por la muerte. Art�culo 2653. La herencia se transfiere por la voluntad del testador o por disposici�n de la ley. La primera se llama testamentaria y la segunda leg�tima o intestamentaria. Art�culo 2654. Cuando los beneficiarios designados en el libro relativo al patrimonio de familia fallezcan antes o al mismo tiempo que el autor de la sucesi�n, los bienes que integran el patrimonio de familia se distribuir�n en la forma y t�rminos de este libro. Art�culo 2655. La herencia puede ser en parte testamentaria y en parte leg�tima. Art�culo 2656. El heredero adquiere a t�tulo universal y responde de las cargas de la herencia hasta donde alcance la cuant�a de los bienes que hereda. Art�culo 2657. El legatario adquiere a t�tulo particular y no tiene m�s cargas que las que expresamente le imponga el testador, sin perjuicio de su responsabilidad subsidiaria con los herederos. Art�culo 2658. Cuando toda la herencia se distribuya en legados, los legatarios ser�n considerados como herederos. Art�culo 2659. Si el autor de la herencia y sus herederos o legatarios perecieren en el mismo desastre o en el mismo d�a, sin que se pueda averiguar a ciencia cierta qui�nes murieron antes, se tendr�n todos por muertos al mismo tiempo y no habr� lugar entre ellos a la transmisi�n de la herencia o legado. Art�culo 2660. A la muerte del autor de la sucesi�n, los herederos adquieren derechos a la masa hereditaria como a un patrimonio com�n, mientras que no se hace la divisi�n. Art�culo 2661. Cada heredero puede disponer del derecho que tiene en la masa hereditaria; pero no puede disponer de las cosas que forman la sucesi�n. Art�culo 2662. El legatario adquiere derecho al legado puro y simple, as� como al de d�a cierto, desde el momento de la muerte del testador. Art�culo 2663. El heredero o legatario no puede enajenar su parte de la herencia sino despu�s de la muerte de aqu�l a quien hereda. Art�culo 2664. El heredero de parte de los bienes, que quiera vender a un extra�o su derecho hereditario, debe notificar a sus coherederos, por medio de notario, judicialmente o por medio de dos testigos, las bases o condiciones en que se ha concertado la venta, a fin de que aqu�llos, dentro del t�rmino de ocho d�as, hagan uso del derecho del tanto; si los herederos hacen uso de ese derecho, el vendedor est� obligado a consumar la venta a su favor, conforme a las bases concertadas. Por el s�lo transcurso de los ocho d�as se pierde el derecho del tanto. Si la venta se hace omiti�ndose la notificaci�n prescrita en este art�culo, el coheredero podr� ejercer la acci�n de retracto por virtud de la cual se subroga de los derechos del adquirente. Art�culo 2665. Si dos o m�s coherederos quisieran hacer uso del derecho del tanto, se preferir� al que represente mayor porci�n en la herencia; y si las porciones son iguales, la suerte decidir� quien hace uso del derecho. Art�culo 2665-Bis. En la escritura p�blica que formalice los contratos o actos traslativos de dominio sobre bienes inmuebles, las personas que adquieren la propiedad de los mismos pueden se�alar que a su fallecimiento, la propiedad de dichos inmuebles pasar� a su c�nyuge, ascendientes o descendientes, al momento de elaborar la escritura p�blica o mediante la adici�n de una anotaci�n de forma posterior. Al fallecimiento del adquirente de la propiedad de los bienes inmuebles, bastar� que se exhiban ante el encargado de la oficina del Registro P�blico de la Propiedad el pago de los impuestos que se causaren por la transmisi�n de dominio, copia certificada de la partida de defunci�n y la constancia expedida por el Registro P�blico de la Propiedad y del Director del Archivo de Instrumentos P�blicos, en la que conste que no ha sido revocada o modificada la designaci�n, para que se hagan las anotaciones que corresponden. La designaci�n hecha conforme a este art�culo tiene las siguientes caracter�sticas: I. Podr� ser libremente constituida, revocada o modificada en cualquier momento, debiendo constar la misma en escritura p�blica o en disposici�n testamentaria; II. Cuando el adquirente del inmueble la realice por m�s de una ocasi�n se entender� que la �ltima es la que subsiste; y III. Cuando la adquisici�n se haga para una sociedad econ�mico matrimonial o en copropiedad, �sta se equiparar� a la adquisici�n de un inmueble y desde luego, el derecho a la designaci�n de beneficiarios comprende exclusivamente los derechos adquiridos. T�TULO SEGUNDO De la sucesi�n por testamento CAP�TULO I De los testamentos en general Art�culo 2666. El testamento es el acto jur�dico, unilateral, personal�simo, libre y solemne por medio del cual una persona f�sica capaz para ello, dispone de sus bienes y derechos; declara o cumple deberes para despu�s de su muerte o realiza reconocimiento de hijo. El testamento es revocable en cualquier momento, pero esta revocaci�n s�lo tendr� efectos en cuanto a la disposici�n de bienes y derechos. Art�culo 2667. No pueden testar en el mismo acto dos o m�s personas, ya en provecho rec�proco, ya en favor de un tercero. Art�culo 2668. Ni la subsistencia del nombramiento del heredero o de los legatarios; ni la designaci�n de las cantidades que a ellos corresponda, pueden dejarse al arbitrio de un tercero. Art�culo 2669. Cuando el testador deje como herederos o legatarios a determinadas clases formadas por n�mero ilimitado de beneficiarios, tales como los pobres, los hu�rfanos, los ciegos, u otros; puede encomendar a un tercero la distribuci�n de las cantidades que deje para ese objeto y la elecci�n de las personas a quienes deban aplicarse, observ�ndose lo dispuesto en la ley que regula los organismos de la asistencia social en el Estado. Art�culo 2670. El testador puede encomendar a un tercero que haga la elecci�n de los actos de beneficencia p�blica o de los establecimientos p�blicos o privados a los cuales deban aplicarse los bienes que legue con ese objeto, as� como la distribuci�n de las cantidades que a cada uno correspondan. Art�culo 2671. Podr� el testador se�alar para la adecuada interpretaci�n de su testamento las causas y circunstancias por las que se otorga en determinado sentido y no ser� causa de invalidez el hecho de que las mismas sean err�neas o falsas, ya que con ello se pretende preservar los derechos de afecci�n de que es titular. Art�culo 2672. La expresi�n de una causa contraria a derecho, aunque sea verdadera, est� afectada de nulidad absoluta. Art�culo 2673. Para la interpretaci�n de los testamentos se deber�n de tomar en consideraci�n las siguientes reglas: Debe atenderse m�s a la voluntad que al sentido literal de las palabras, tomando en cuenta para ello la educaci�n, afectos, instrucci�n y medio de vida del testador; La interpretaci�n se debe hacer consider�ndose a las costumbres y modo conocido que el testador ten�a de entender las cosas y de expresarse; Si la cl�usula es ambigua, ha de interpretarse en favor de la validez de la disposici�n o del legado; debe buscarse que los testamentos produzcan efectos y no que se destruyan; Si alguna disposici�n es obscura, deben interpretarse en forma conjunta con las dem�s que aparezcan en beneficio de determinada persona; Si el testador quisiera que surtan efecto dos disposiciones contradictorias, quedar�n ambas sin efectos; Si no se alcanza a conocer el sentido, debe decidirse en favor del que tenga que ejecutar la disposici�n testamentaria; Si la duda es respecto de las diferencias en las cl�usulas, y no sobre el legado, debe interpretarse m�s bien dando extensi�n al de la voluntad del testador que restringi�ndola; y La disposici�n hecha en t�rminos vagos en favor de los parientes del testador, se entender� que se refiere a los parientes m�s pr�ximos seg�n el orden de la sucesi�n leg�tima. Art�culo 2674. Si un testamento se pierde por un evento ignorado por el testador, o por haber sido ocultado por otra persona, podr�n los interesados exigir su cumplimiento si demuestran el hecho de la p�rdida o de la ocultaci�n, logran igualmente comprobar lo contenido en el mismo testamento y que en su otorgamiento se llenaron las formalidades legales. Art�culo 2675. En todo testamento, el testador deber� expresar cuando los hubiere, los siguientes datos: sus generales, documento con que se identifica, los nombres completos de sus progenitores, el de sus hijos, el o los matrimonios contra�dos, bajo que r�gimen y en su caso, si vive en concubinato. CAP�TULO II De la capacidad para testar Art�culo 2676. Pueden testar todos aquellos a quienes la ley no proh�be expresamente el ejercicio de ese derecho. Art�culo 2677. Est�n incapacitados para testar: Los menores de dieciocho a�os de edad; a menos que est�n emancipados, con excepci�n de lo establecido en las disposiciones laborales; y Los que habitual o accidentalmente no disfrutan de su cabal juicio. Art�culo 2678. El testamento hecho por una persona que no disfruta de su cabal juicio es v�lido, si se otorga en un intervalo de lucidez, con tal de que al efecto se observen so pena de nulidad, todas las prescripciones siguientes: Deber� solicitarlo por escrito, al juez que corresponda, el tutor o, en su defecto, sus familiares o el propio discapacitado acompa�ando un dictamen m�dico que afirme hallarse en estado de lucidez necesaria; Recibida la solicitud, de inmediato el juez nombrar� dos m�dicos, de preferencia psiquiatras, o en caso de no encontrarse en la localidad, m�dicos que tengan conocimientos en la enfermedad que padezca el testador, para que examinen al enfermo y dictaminen acerca de su salud mental; El examen, que deber� realizarse a la mayor brevedad posible de acuerdo a las circunstancias del caso, se har� en presencia del juez y su secretario, y podr�n ambos hacer cuantas preguntas estimen convenientes, a fin de cerciorarse de su capacidad para testar; El resultado del reconocimiento se har� constar en acta formal; Si fuere favorable, se proceder� desde luego a la formaci�n del testamento con todas las solemnidades que se requieren para un testamento p�blico abierto; y Firmar�n el testamento, adem�s del testador y el notario, el juez, el secretario y los m�dicos que intervinieron en el reconocimiento, poni�ndose al pie del mismo raz�n expresa que durante todo el acto conserv� el testador perfecta lucidez de juicio. Art�culo 2679. Para apreciar la capacidad del testador se atender� �nicamente el estado en que se halle al hacer el testamento. CAP�TULO III De las condiciones que pueden ponerse en los testamentos Art�culo 2680. Con las limitaciones establecidas en el presente cap�tulo, el testador es libre para establecer condiciones al disponer de sus bienes. Art�culo 2681. Las condiciones impuestas a los herederos y legatarios, en lo que no est� prevenido en este cap�tulo, se regir�n por las reglas establecidas para las obligaciones condicionales. Art�culo 2682. La falta de cumplimiento de alguna condici�n impuesta al heredero o al legatario no perjudicar� a �stos, siempre que hayan empleado todos los medios necesarios para cumplir aqu�lla. Art�culo 2683. La condici�n suspensiva, o la condici�n resolutoria que sean f�sica o legalmente imposible de dar o de hacer, impuesta al heredero o legatario, anula su derecho a la herencia. Art�culo 2684. Si la condici�n que era imposible al tiempo de otorgar el testamento, dejare de serlo a la muerte del testador, ser� v�lida. Art�culo 2685. Es nula la instituci�n hecha bajo la condici�n de que el heredero o legatario haga en su testamento alguna disposici�n en favor del testador o de otra persona. Art�culo 2686. La condici�n que solamente suspende por cierto tiempo la ejecuci�n del testamento, no impedir� que el heredero o el legatario adquiera derecho a la herencia o legado y lo trasmita a sus herederos. Art�culo 2687. Cuando el testador no hubiere se�alado plazo para el cumplimiento de la condici�n, la cosa legada permanecer� en poder del albacea; y al hacerse la partici�n se asegurar� completamente el derecho del legatario para el caso de cumplirse la condici�n; observ�ndose adem�s las disposiciones establecidas para hacer la partici�n cuando alguno de los herederos es condicional. Art�culo 2688. Si la condici�n es puramente potestativa de dar o hacer alguna cosa y el que ha sido gravado con ella ofrece cumplirla, pero aqu�l a cuyo favor se estableci� rehusa aceptar la cosa o el hecho, la condici�n se tiene por cumplida. Art�culo 2689. La condici�n potestativa se tendr� por cumplida aun cuando el heredero o legatario haya prestado la cosa o el hecho antes de que se otorgara el testamento, a no ser que pueda reiterarse la prestaci�n, en cuyo caso no ser� �sta obligatoria sino cuando el testador haya tenido conocimiento de la primera. Art�culo 2690. En el caso final del Art�culo que precede, corresponde al que debe pagar el legado la prueba de que el testador tuvo conocimiento de la primera prestaci�n. Art�culo 2691. La condici�n de no dar o de no hacer, se tendr� por no puesta. La condici�n de no impugnar el testamento o alguna de las disposiciones que contenga, so pena de perder el car�cter de heredero o legatario, se tendr� por no puesta. Art�culo 2692. Cuando la condici�n fuere casual o mixta, bastar� que se realice en cualquier tiempo, vivo o muerto el testador, si �ste no hubiere dispuesto otra cosa. Art�culo 2693. Si la condici�n se hubiere cumplido al hacerse el testamento, ignor�ndolo el testador, se tendr� por cumplida; mas si lo sab�a, s�lo se tendr� por cumplida si ya no puede existir o cumplirse de nuevo. Art�culo 2694. La condici�n impuesta al heredero o legatario, de tomar o dejar de tomar estado civil, o de disolver su matrimonio se tendr� por no puesta. Art�culo 2695. Podr�, sin embargo, dejarse a alguno el uso o habitaci�n, una pensi�n alimenticia peri�dica o el usufructo que equivalga a esa pensi�n por el tiempo que permanezca soltero o viudo. La pensi�n alimenticia se fijar� en forma proporcional a la posibilidad del caudal hereditario y a la necesidad del que deba recibirlo. Art�culo 2696. La condici�n que se ha cumplido existiendo la persona a quien se impuso, se retrotrae al tiempo de la muerte del testador, y desde entonces deben abonarse los frutos de la herencia o legado, a menos que el testador haya dispuesto expresamente otra cosa. Art�culo 2697. La carga de hacer alguna cosa se considera como condici�n resolutoria. Art�culo 2698. Si no se hubiere se�alado tiempo para el cumplimiento de la carga, ni �sta por su propia naturaleza lo tuviere, los bienes permanecer�n en poder del albacea y al hacerse la partici�n se asegurar� el derecho del legatario o del heredero para el caso de cumplimiento. Art�culo 2699. Si el legado fuere de prestaci�n peri�dica, que debe concluir en un d�a que es inseguro si llegar� o no, llegado el d�a el legatario habr� hecho suyas todas las prestaciones que correspondan hasta aquel d�a. Art�culo 2700. Si el d�a que debe comenzar el legado fuere se�alado, sea que se sepa o no cuando ha de llegar, el que ha de entregar la cosa legada tendr�, respecto de ella, los derechos y las obligaciones del usufructuario. Art�culo 2701. En el caso del art�culo anterior, si el legado consiste en prestaci�n peri�dica, el que debe pagarlo hace suyo todo lo correspondiente al intermedio, y cumple con hacer la prestaci�n comenzando el d�a se�alado. Art�culo 2702. Cuando el legado debe concluir en un d�a que es seguro que ha de llegar, se entregar� la cosa o cantidad legada al legatario, quien se considerar� como usufructuario de ella. Art�culo 2703. Si el legado consistiere en prestaci�n peri�dica, el legatario har� suyas todas las cantidades vencidas hasta el d�a se�alado. CAP�TULO IV De los testamentos inoficiosos Art�culo 2704. Es inoficioso el testamento en que no se deje la pensi�n alimenticia seg�n lo establecido en el Cap�tulo Tercero del T�tulo Quinto del presente libro. Art�culo 2705. La pensi�n alimenticia es carga de la masa hereditaria, excepto cuando el testador haya gravado con ella a alguno o algunos de los part�cipes en la sucesi�n. Art�culo 2706. El preterido tendr� solamente derecho a que se le d� la pensi�n que corresponda, subsistiendo el testamento en todo lo que no perjudique ese derecho. Art�culo 2707. No obstante lo dispuesto en el Art�culo que antecede, el hijo p�stumo tendr� derecho a percibir �ntegra la porci�n que le corresponder�a como heredero por sucesi�n leg�tima si no hubiere testamento, a menos que el testador hubiere dispuesto expresamente otra cosa. Art�culo 2708. Es hijo p�stumo: El nacido despu�s de la muerte del testador; y El nacido en vida de su padre o de su madre despu�s que aqu�l o �sta hayan otorgado su testamento, si no existe disposici�n expresa en el sentido de desheredarlo. CAP�TULO V De la instituci�n de heredero Art�culo 2709. El testamento otorgado legalmente ser� v�lido, aunque no contenga instituci�n de heredero o legatario, o aunque el nombrado no acepte la herencia o sea incapaz de heredar. Art�culo 2710. En los tres casos se�alados en el art�culo anterior, se cumplir�n las dem�s disposiciones testamentarias que estuvieren hechas conforme a las leyes. Art�culo 2711. La designaci�n de d�a en que deba comenzar o cesar la instituci�n de heredero, se tendr� por no puesta. Art�culo 2712. Los herederos instituidos en forma simult�nea sin designaci�n de la parte que a cada uno corresponda, heredar�n por partes iguales. Art�culo 2713. El heredero instituido en cosa cierta y determinada debe tenerse por legatario. Art�culo 2714. El testador podr� instituir herederos a personas no identificadas individualmente sino por su inclusi�n a un grupo o heredero colectivo. Cuando el testador nombre heredero colectivo se considerar� a los integrantes del grupo como si fuesen herederos individuales, a no ser que se conozca de un modo indubitable que ha sido otra la voluntad del testador. La disposici�n se�alada en el p�rrafo anterior no afecta a la instituci�n de los herederos que hayan sido considerados individualmente. Art�culo 2715. Si el testador instituye a sus hermanos, y los tiene s�lo de padre o s�lo de madre, o de padre y madre, se dividir�n la herencia como en el caso de intestado. Art�culo 2716. Si el testador llama a la sucesi�n a cierta persona y a sus hijos, se entender�n todos instituidos simult�nea y no sucesivamente. Art�culo 2717. El heredero debe ser instituido design�ndolo por su nombre y apellido; y si hubiere varios que tuvieren el mismo nombre y apellido, deben agregarse otros nombres y circunstancias que distingan al que se quiere nombrar. Art�culo 2718. Aunque se haya omitido el nombre del heredero, si el testador le designare de modo que no pueda dudarse de qui�n se trata, valdr� la instituci�n. Art�culo 2719. El error en el nombre, apellido o cualidades del heredero, no vicia la instituci�n, si de otro modo se supiere ciertamente cu�l es la persona nombrada. Art�culo 2720. Si entre varios individuos del mismo nombre y circunstancias no pudiere saberse a qui�n quiso designar el testador, ninguno ser� heredero. Art�culo 2721. Toda disposici�n en favor de persona incierta o sobre cosa que no pueda identificarse, ser� nula; a menos que por alg�n evento puedan resultar ciertas. CAP�TULO VI De los legados Art�culo 2722. Cuando no haya disposiciones especiales, los legatarios se regir�n por las mismas normas que los herederos. Art�culo 2723. El legado puede consistir en la prestaci�n de una cosa o en la de alg�n hecho o servicio. Art�culo 2724. No produce efecto el legado si por acto del testador pierde la cosa legada, la forma y denominaci�n que la determinaban. Art�culo 2725. El testador puede gravar con legados no s�lo a los herederos, sino a los mismos legatarios. Art�culo 2726. La cosa legada deber� ser entregada con todos sus accesorios y en el estado en que se halle al morir el testador. Art�culo 2727. Los gastos necesarios para la entrega de la cosa legada, ser�n a cargo del legatario, salvo disposici�n del testador en contrario. Art�culo 2728. El legatario no puede aceptar una parte del legado y repudiar otra. Art�culo 2729. Si el legatario muere antes de aceptar un legado y deja varios herederos, puede uno de �stos aceptar y otro repudiar la parte que le corresponda en el legado. Art�culo 2730. Si se dejaren dos legados y uno fuere oneroso, el legatario no podr� renunciar �ste y aceptar el que no lo sea. Si los dos son onerosos o gratuitos, es libre para aceptarlos todos o repudiar el que quiera. Art�culo 2731. El heredero que sea al mismo tiempo legatario, puede renunciar la herencia y aceptar el legado o renunciar a �ste y aceptar aqu�lla. Art�culo 2732. El acreedor cuyo cr�dito no conste m�s que por testamento, se tendr�, para los efectos legales, como legatario preferente. Art�culo 2733. Cuando se legue una cosa con todo lo que comprenda, no se entender�n legados los documentos justificantes de propiedades o de cr�ditos activos, a no ser que se hayan mencionado expresa y espec�ficamente. Art�culo 2734. El legado del menaje de una casa s�lo comprende los que forman el ajuar y utensilios de �sta, y que sirvieran exclusiva y propiamente para el uso y trato ordinario de la familia del testador. Art�culo 2735. Si el que lega una propiedad le agrega despu�s nuevas adquisiciones, no se comprender�n �stas en el legado, aunque sean contiguas, si no hay nueva declaraci�n del testador. Art�culo 2736. La declaraci�n a que se refiere el art�culo precedente no se requiere, respecto de las mejoras necesarias, �tiles o voluntarias hechas en el mismo predio. Art�culo 2737. El legatario puede exigir que el heredero otorgue garant�a suficiente en todos los casos en que pueda exigirlo el acreedor. Art�culo 2738. Si s�lo hubiere legatarios, podr�n �stos exigirse entre s� la constituci�n de la hipoteca necesaria. Art�culo 2739. No puede el legatario ocupar por su propia autoridad la cosa legada, debiendo pedir su entrega y posesi�n al albacea o al ejecutor especial. Art�culo 2740. Si la cosa legada estuviese en poder del legatario, podr� �ste retenerla, sin perjuicio de devolver, en caso de reducci�n, lo que corresponda conforme a derecho. Art�culo 2741. El importe de las contribuciones correspondientes al legado, se deducir� del valor de �ste a no ser que el testador disponga otra cosa. Art�culo 2742. Si toda la herencia se distribuye en legados, se prorratear�n las deudas y grav�menes de ella entre todos los part�cipes, en proporci�n de sus cuotas, a no ser que el testador hubiere dispuesto otra cosa. Art�culo 2743. El legado queda sin efecto si la cosa legada perece viviendo el testador; y se entender� perdida la cosa para el legatario en caso de evicci�n, siempre que haya sido individualmente determinada, o si perece despu�s de muerto el testador, sin culpa del heredero, albacea o depositario. Art�culo 2744. Queda tambi�n sin efecto el legado, si el testador enajena la cosa legada; pero vale si la recobra por un t�tulo legal. Art�culo 2745. Si los bienes de la herencia no alcanzan para cubrir todos los legados, el pago se har� en el siguiente orden: Legados remuneratorios; Legados que el testador o la ley hayan declarado preferentes; Legados de cosa cierta y determinada; Legados de alimentos o de educaci�n; y Los dem�s a prorrata. Art�culo 2746. Los legatarios tienen derecho de reivindicar de tercero la cosa legada, ya sea mueble o ra�z, con tal que sea cierta y determinada; observ�ndose lo dispuesto para los actos y contratos que celebren los que en el Registro P�blico aparezcan con derecho para ello, como terceros de buena fe que los inscriban. Art�culo 2747. El legatario de un bien que es destruido o robado despu�s de la muerte del testador, tiene derecho de recibir la indemnizaci�n del seguro, si la cosa estaba asegurada, y a exigir las responsabilidades de tercero por da�os y perjuicios que se causen. Art�culo 2748. Si se declara nulo el testamento despu�s de pagado el legado, la acci�n del verdadero heredero para recobrar la cosa legada procede contra el legatario. Art�culo 2749. Si el heredero o legatario renunciar� a la sucesi�n, la carga que se le haya impuesto se pagar� solamente con la cantidad a que ten�a derecho el que renunci�. Art�culo 2750. Si la carga consiste en la ejecuci�n de un hecho, el heredero o legatario que acepte la sucesi�n queda obligado a prestarlo. Art�culo 2751. Si el legatario a quien se impuso un gravamen, no recibe todo el legado, se reducir� la carga proporcionalmente; y si sufre evicci�n, podr� repetir lo que haya pagado. Art�culo 2752. En los legados alternativos la elecci�n corresponde al deudor, si el testador no la concede expresamente al beneficiario. Art�culo 2753. Se deroga. Art�culo 2754. En los legados alternativos se observar�, adem�s, lo dispuesto para las obligaciones alternativas. Art�culo 2755. En todos los casos en que el que tenga derecho de hacer la elecci�n no pudiere hacerla, la har�n su representante leg�timo o sus herederos. Art�culo 2756. El juez, a petici�n de parte leg�tima, har� la elecci�n, si en el t�rmino que le se�ale no lo hiciere la persona que tenga derecho de hacerla. Art�culo 2757. La elecci�n hecha legalmente es irrevocable. Art�culo 2758. Es nulo el legado que el testador hace de cosa propia individualmente determinada, que al tiempo de su muerte no se halle en su caudal hereditario. Art�culo 2759. Si la cosa mencionada en el Art�culo que precede, existe en el caudal hereditario, pero no en la cantidad y n�meros designados, tendr� el legatario lo que hubiere. Art�culo 2760. Cuando el legado es de cosa espec�fica y determinada, propia del testador, el legatario adquiere su propiedad desde que aqu�l muere y hace suyos los frutos pendientes y futuros, a no ser que el testador haya dispuesto otra cosa. Art�culo 2761. La cosa legada en el caso del art�culo anterior, correr� desde el mismo instante a riesgo del legatario; y en cuanto a su p�rdida, aumento o deterioro posteriores, se observar� lo dispuesto en las obligaciones de dar, para el caso de que se pierda, deteriore o aumente la cosa cierta que deba entregarse. Art�culo 2762. Cuando el testador, el heredero o el legatario solo tengan cierta parte o derecho en la cosa legada, se restringir� el legado a esa parte o derecho, si el testador no declara de un modo expreso tener conocimiento que la cosa era parcialmente de otro y que, no obstante esto, la legaba por entero. Art�culo 2763. El legado de cosa ajena, si el testador sab�a que lo era, es v�lido; y el heredero est� obligado a adquirirla para entregarla al legatario o a dar a �ste su precio. Art�culo 2764. La prueba de que el testador sab�a que la cosa era ajena, corresponde al legatario. Art�culo 2765. Si el testador ignoraba que la cosa era ajena, es nulo el legado. Art�culo 2766. Es v�lido el legado si el testador, despu�s de otorgado el testamento, adquiere la cosa que al otorgarlo no era suya. Art�culo 2767. Es nulo el legado de cosa que al otorgarse el testamento pertenezca al mismo legatario o heredero; aunque lo ignore el testador. Art�culo 2768. Si en la cosa legada tiene alguna parte el testador o un tercero sabi�ndolo aqu�l, en lo que a ellos corresponda, vale el legado. Art�culo 2769. Si el legatario adquiere a t�tulo oneroso la cosa legada despu�s de otorgado el testamento, se entiende legado su precio. Art�culo 2770. Es v�lido el legado hecho a un tercero de cosa propia del heredero o de un legatario, quienes, si aceptan la sucesi�n, deber�n entregar la cosa legada o su precio. Art�culo 2771. El legado que consiste en la devoluci�n de la cosa recibida en prenda, o en el t�tulo constitutivo de una hipoteca, s�lo extingue el derecho de prenda o hipoteca, pero no la deuda, a no ser que as� se prevenga expresamente. Art�culo 2772. Lo dispuesto en el Art�culo que precede se observar� tambi�n en el legado de una fianza, ya sea hecho al fiador, ya al deudor principal. Art�culo 2773. Si la cosa legada est� dada en prenda o hipotecada, o lo fuere despu�s de otorgado el testamento, el desempe�o o la redenci�n ser�n a cargo de la herencia, a no ser que el testador haya dispuesto expresamente otra cosa. Si por no pagar el obligado, conforme al p�rrafo anterior, lo hiciere el legatario, quedar� �ste subrogado en el lugar y derechos del acreedor para reclamar contra aqu�l. Cualquiera otra carga, perpetua o temporal, a que se halle afecta la cosa legada, pasa con �sta al legatario; pero en ambos casos las rentas y los r�ditos devengados hasta la muerte del testador son carga de la herencia. Art�culo 2774. El legado de una deuda hecho al mismo deudor extingue la obligaci�n y el que debe cumplir el legado est� obligado, no solamente a dar al deudor la constancia del pago, sino tambi�n a desempe�ar las prendas, a cancelar las hipotecas y las fianzas y a liberar al legatario de toda responsabilidad. Lo anterior se entiende sin perjuicio de la acci�n que tienen los acreedores que resulten perjudicados, para pedir la revocaci�n del legado en caso de que por �l quede insolvente la sucesi�n. Art�culo 2775. Legado el t�tulo, sea p�blico o privado, de un cr�dito, se entiende legado �ste. Art�culo 2776. El legado hecho al acreedor no se entiende hecho en pago de su cr�dito, debiendo subsistir �ste a m�s de aqu�l, a no ser que el testador declare lo contrario. Art�culo 2777. Hecha la declaraci�n a que se refiere la �ltima parte del art�culo anterior, si los valores fueren diferentes, el acreedor tendr� derecho de cobrar el exceso del cr�dito o del legado. Art�culo 2778. Por medio de un legado puede el deudor mejorar la condici�n de su acreedor, haciendo puro el cr�dito condicional, hipotecario, el simple, o exigible desde luego el que lo sea a plazo; pero esta mejora no perjudicar� en manera alguna los privilegios de los dem�s acreedores. Art�culo 2779. El legado hecho a un tercero, de un cr�dito a favor del testador, s�lo produce efecto en la parte del cr�dito que est� insoluto al tiempo de abrirse la sucesi�n. Art�culo 2780. En el caso del art�culo anterior, el que debe cumplir el legado entregar� al legatario el t�tulo del cr�dito y le ceder� todas las acciones que en virtud de �l correspondan al testador. Art�culo 2781. Cumpliendo lo dispuesto en el Art�culo que precede, el que debe pagar el legado queda enteramente libre de la obligaci�n de saneamiento y de cualquiera otra responsabilidad, ya provenga �sta del mismo t�tulo, ya de insolvencia del deudor o de sus fiadores, ya de otra causa. Art�culo 2782. Los legados de cr�ditos comprenden tambi�n los intereses que por el cr�dito o deuda se deban a la muerte del testador. Art�culo 2783. Dichos legados subsistir�n aunque el testador haya demandado judicialmente al deudor, si el pago no se ha realizado. Art�culo 2784. El legado gen�rico de liberaci�n o perd�n de las deudas, comprende s�lo las existentes al tiempo de otorgar el testamento y no las posteriores. Art�culo 2785. El legado de una cosa mueble indeterminada, pero comprendida en g�nero determinado, ser� v�lido aunque en la herencia no haya cosa alguna del g�nero a que la cosa legada pertenezca. Art�culo 2786. En el caso del art�culo anterior la elecci�n es del que debe pagar el legado, quien, si las cosas existen, cumple con entregar una de mediana calidad; pudiendo, en caso contrario, comprar una de esa misma calidad o abonar al legatario el precio correspondiente, previo convenio o a juicio de peritos. Art�culo 2787. Si el testador concede expresamente la elecci�n al legatario, �ste podr�, si hubiere varias cosas del g�nero determinado, escoger la mejor; pero si no las hay, s�lo podr� exigir una de mediana calidad o el precio que le corresponda. Art�culo 2788. Si la cosa indeterminada fuere inmueble, s�lo valdr� el legado existiendo en la herencia varias del mismo g�nero; para la elecci�n se observar�n las reglas establecidas en los dos Art�culos anteriores. Art�culo 2789. El obligado a la entrega del legado responder�, en caso de evicci�n, si la cosa fuere indeterminada y se se�alase solamente por g�nero o especie. Art�culo 2790. En el legado de especie, el heredero debe entregar la misma cosa legada; en caso de p�rdida se observar� lo dispuesto para las obligaciones de dar cosa determinada. Art�culo 2791. Los legados en dinero deben pagarse en esa especie; y si no la hay en la herencia, con el producto de los bienes que al efecto se vendan. Art�culo 2792. El legado de cosa o cantidad depositada en lugar designado, s�lo subsistir� en la parte que en �l se encuentre. Art�culo 2793. El legado de alimentos dura mientras viva el legatario, a no ser que el testador haya dispuesto que dure menos. Art�culo 2794. Si el testador no se�ala la cantidad de alimentos, se observar� lo dispuesto en las reglas que al efecto se se�alan en el libro segundo de este c�digo. Art�culo 2795. Si el testador acostumbr� en vida dar al legatario cierta cantidad de dinero por v�a de alimentos, se entender� legada la misma cantidad, si no resultare en notable desproporci�n con la cuant�a de la herencia. Art�culo 2796. El legado de educaci�n, si el testador no fija plazo, durar� hasta que el legatario salga de la menor edad, adem�s subsistir� por todo el tiempo normal del aprendizaje de un oficio y, en su caso, si se estudia una profesi�n, por el n�mero de a�os que el plan de estudios se�ale para la carrera de que se trate, hasta el nivel de licenciatura incluyendo la pr�ctica y servicio social, por un a�o si antes no obtiene su t�tulo profesional. Art�culo 2797. Cesa tambi�n el legado de educaci�n si el legatario, durante la menor edad, obtiene profesi�n u oficio con qu� poder subsistir o si contrae matrimonio. Art�culo 2798. El legado de pensi�n, sean cuales fueren la cantidad, el objeto y los plazos, corre desde la muerte del testador; es exigible al principio de cada per�odo y el legatario hace suya la que tuvo derecho de cobrar, aunque muera antes de que termine el per�odo comenzado. Art�culo 2799. Los legados de usufructo, uso, habitaci�n o servidumbre, subsistir�n mientras viva el legatario, a no ser que el testador dispusiere que duren menos. Art�culo 2800. S�lo duran veinte a�os los legados de que trata el art�culo anterior, si fueren dejados a alguna corporaci�n que tuviere capacidad de adquirirlos. Art�culo 2801. Si la cosa legada estuviere sujeta a usufructo, uso o habitaci�n, el legatario deber� respetar esos derechos hasta que legalmente se extingan. CAP�TULO VII De las sustituciones Art�culo 2802. Puede el testador designar una o m�s personas en calidad de sustitutos de los herederos o legatarios instituidos, para el caso de que mueran antes que �l o de que no puedan o no quieran aceptar la herencia. Art�culo 2803. Quedan prohibidas las sustituciones fideicomisarias y cualquiera otra diversa de la contenida en el art�culo anterior, sea cual fuere la forma de que se le revista. Art�culo 2804. Los sustitutos pueden ser nombrados conjunta o sucesivamente. Art�culo 2805. El sustituto del sustituto, faltando �ste, lo es del heredero sustituido. Art�culo 2806. Los sustitutos recibir�n la herencia con los mismos grav�menes y condiciones con que deb�an recibirla los herederos; a no ser que el testador haya dispuesto expresamente otra cosa o que los grav�menes o condiciones fueren meramente personales del heredero. Art�culo 2807. Si los herederos instituidos en partes desiguales fueren sustituidos rec�procamente, la sustituci�n recibir� las mismas partes que en la instituci�n correspond�a al heredero sustituido, a no ser que claramente aparezca haber sido otra la voluntad del testador. Art�culo 2808. La nulidad de la sustituci�n fideicomisaria no importa la de la instituci�n, ni la del legado, teni�ndose �nicamente por no escrita la cl�usula fideicomisaria. Art�culo 2809. No se reputa fideicomisaria la disposici�n en que el testador deja la propiedad del todo o de parte de sus bienes a una persona y el usufructo a otra; a no ser que el propietario o el usufructuario queden obligados a transferir a su muerte la propiedad o el usufructo a un tercero. Art�culo 2810. Puede el padre o la madre dejar una parte o la totalidad de sus bienes a sus hijos, con la carga de transferirlos a su vez al hijo o hijos que tuvieren concebidos y viables hasta la muerte del testador, en cuyo caso al heredero o legatario se considerar� como usufructuario. Art�culo 2811. La disposici�n que autoriza el art�culo anterior, ser� nula cuando la transmisi�n de los bienes deba hacerse a descendientes de ulteriores grados. Art�culo 2812. Se consideran fideicomisarias y, en consecuencia, prohibidas, las disposiciones que contengan prohibiciones de enajenar o que llamen a un tercero a lo que quede de la herencia por la muerte del heredero; o el encargo de prestar a m�s de una persona sucesivamente cierta renta o pensi�n. Art�culo 2813. La obligaci�n que se impone al heredero de invertir ciertas cantidades en obras ben�ficas, como pensiones para estudiantes, para los pobres o para cualquier establecimiento de beneficencia, no est� comprendida en la prohibici�n del art�culo anterior. Si la carga se impusiere sobre bienes inmuebles y fuere temporal, el heredero o herederos podr�n disponer de la finca gravada, sin que cese el gravamen mientras que la inscripci�n de �ste no se cancele. Si la carga fuere perpetua, el heredero podr� capitalizarla e imponer el capital a inter�s con primera y suficiente hipoteca. La capitalizaci�n e imposici�n del capital se har� interviniendo la autoridad correspondiente, y con audiencia de los interesados y del Agente de la Procuradur�a Social. CAP�TULO VIII De la nulidad, revocaci�n y caducidad de los testamentos Art�culo 2814. Es nula la instituci�n de heredero o legatario hecha en memorias o comunicados secretos. Art�culo 2815. Es nulo el testamento que haga el testador bajo la influencia de amenazas contra su persona o sus bienes, o contra la persona o bienes de su c�nyuge o de sus parientes. Art�culo 2816. El testador que se encuentre en el caso del Art�culo que precede, podr�, luego que cese la violencia o disfrute de la libertad completa, invalidar el testamento otorgando uno nuevo. Art�culo 2817. Es nulo el testamento captado por dolo o fraude. Art�culo 2818. Toda autoridad que tuviere noticia de que alguno impide a otro testar, se presentar� sin demora en el lugar donde se encuentre el segundo para asegurar el ejercicio de su derecho y levantar� acta en que haga constar el hecho que ha motivado su presencia, la persona, o personas que causen la violencia, los medios que al efecto hayan empleado o intentado emplear y si la persona cuya libertad ampara hace uso de su derecho. Art�culo 2819. Es nulo el testamento en que el testador no exprese cumplida y claramente su voluntad, sino s�lo por se�ales o monos�labos en respuesta a las preguntas que se le hacen. Art�culo 2820. El testador no puede prohibir que se impugne el testamento en los casos en que �ste deba ser nulo conforme a la ley. Art�culo 2821. El testamento es nulo cuando se otorga en contravenci�n a las formas prescritas por la ley. Art�culo 2822. Son nulas la renuncia del derecho de testar y la cl�usula en que alguno se obligue a no usar de ese derecho, sino bajo ciertas condiciones, sean �stas de la clase que fueren. Art�culo 2823. La renuncia de la facultad de revocar el testamento se tendr� por no puesta. Art�culo 2824. El testamento anterior queda revocado de pleno derecho por el posterior perfecto, si el testador no expresa en �ste su voluntad de que aqu�l subsista en todo o en parte. Art�culo 2825. La revocaci�n producir� su efecto aunque el segundo testamento caduque por la incapacidad o renuncia del heredero o de los legatarios nuevamente nombrados. Art�culo 2826. El testamento anterior recobrar�, no obstante, su fuerza, si el testador, revocando el posterior, declara ser su voluntad que el primero subsista. Art�culo 2827. Las disposiciones testamentarias caducan y quedan sin efecto en lo relativo a los herederos y legatarios: Si el heredero o legatario muere antes que el testador o antes de que se cumpla la condici�n de que dependa la herencia o el legado; Si el heredero o legatario se hace incapaz de recibir la herencia o el legado; y Si renuncia a su derecho. Art�culo 2828. La disposici�n testamentaria que contenga condici�n de suceso pasado o presente desconocido, no caduca aunque la noticia del hecho se adquiera despu�s de la muerte del heredero o legatario, cuyos derechos se transmiten a sus respectivos herederos. T�TULO TERCERO De la forma de los testamentos CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 2829. El testamento, en cuanto a su forma puede ser, ordinario y extraordinario o especial. Art�culo 2830. El ordinario puede ser: P�blico abierto; P�blico cerrado; y Ol�grafo. Art�culo 2831. El extraordinario o especial puede ser: Privado; Militar y Mar�timo; Hecho fuera del Estado de Jalisco; y Hecho en el extranjero. Art�culo 2832. No pueden ser testigos del testamento: Los empleados, colaboradores, y dependientes econ�micos del notario, as� como quien tenga el car�cter de notario titular, suplente o asociado a la misma notar�a; Los menores de edad; Los que no est�n en su sano juicio; Los ciegos, sordos o mudos; Los que no entiendan el idioma que habla el testador; Los herederos o legatarios; sus descendientes, ascendientes, c�nyuge o hermanos. La asistencia como testigo de una de las personas a que se refiere �sta fracci�n, s�lo produce como efecto la nulidad de la disposici�n que beneficie a ella o a sus mencionados parientes; y Los que hayan sido condenados por el delito de falsedad. Art�culo 2833. Cuando el testador ignore el idioma espa�ol, el notario autorizar� el instrumento si �l conoce el del testador haci�ndose constar especialmente esta circunstancia y de que la voluntad del testador es reflejo fiel de lo se�alado en el testamento. Tambi�n se podr� otorgar un testamento a doble columna en espa�ol y en cualquier otro idioma si as� lo solicitare el otorgante que podr� hacer uso de este derecho a�n en la hip�tesis de que conozca perfectamente el idioma espa�ol. Cuando el otorgante no conozca el idioma espa�ol y el notario a su vez no conozca el de aquel para el otorgamiento del testamento se exigir� la asistencia de un int�rprete con autorizaci�n para actuar como tal ante el Supremo Tribunal de Justicia del Estado y con asistencia de dos testigos que conozcan el idioma del autor del testamento. Art�culo 2834. Tanto el notario como los testigos que intervengan en cualquier testamento, deber�n conocer al testador o cerciorarse de alg�n modo de su identidad y de que se halla en su cabal juicio y libre de cualquiera coacci�n. Art�culo 2835. Si la identidad del testador no pudiere ser verificada, se declarar� esta circunstancia por el notario o por los testigos, en su caso, agregando uno u otros, todas las se�ales que caractericen la persona de aqu�l. Art�culo 2836. En el caso del Art�culo que precede, no tendr� validez el testamento mientras no se justifique la identidad del testador. Art�culo 2837. Se prohibe a los notarios en la redacci�n de testamentos dejar espacios en blanco, utilizar abreviaturas, no escribir las cantidades con n�mero y letra, bajo pena, en caso de hacerlo, ser acreedor a una suspensi�n hasta por seis meses; lo anterior adem�s de los da�os y perjuicios que su conducta origine. Art�culo 2838. El notario que hubiese autorizado el testamento, debe dar aviso a los interesados luego que sepa la muerte del testador. Si no lo hace, es responsable de los da�os y perjuicios que la dilaci�n ocasione. Art�culo 2839. Lo dispuesto en el Art�culo que precede se observar� tambi�n por cualquiera que tenga en su poder un testamento. Art�culo 2840. Si los interesados est�n ausentes o son desconocidos, la noticia se dar� al juez. CAP�TULO II Del testamento p�blico abierto Art�culo 2841. El testamento p�blico abierto, es el que se otorga y dicta de una manera clara, precisa y terminante por el testador ante el notario, salvo lo dispuesto en el art�culo siguiente. Art�culo 2842. Se requiere de dos testigos cuando: El testador sea menor de edad; El testador no sepa leer y escribir; El testador sea sordo, mudo, o ciego; El notario no conozca al testador, ni haya bases suficientes para su plena identificaci�n; y En el caso previsto en el Art�culo 2833. Art�culo 2843. El notario redactar� por escrito las cl�usulas del testamento, sujet�ndose estrictamente a la voluntad del testador, y las leer� en voz alta para que �ste manifieste si est� conforme. Si lo estuviere, firmar�n todos el instrumento, asent�ndose el lugar, a�o, mes, y d�a en que hubiere sido otorgado, precis�ndose, adem�s, la hora de su inicio y de su terminaci�n. Art�culo 2844. El que fuere enteramente sordo pero que sepa leer, deber� dar lectura a su testamento; si no supiere o no pudiere hacerlo, designar� una persona que lo lea a su nombre. Art�culo 2845. Cuando sea ciego el testador, se dar� lectura en voz alta al testamento dos veces: una por el notario y otra por uno de los testigos u otra persona que el testador designe. Art�culo 2846. Concluido el acto lo deber�n firmar el testador y los testigos en los casos a que se refiere este c�digo y el notario, adem�s el testador y los testigos si es el caso escribir�n de su pu�o y letra su nombre debajo de su firma, y finalmente el testador estampar� las dos huellas digitales de sus pulgares; en caso de que el interesado no cuente con alguno o ambos pulgares; se estampar� cualquier otra de sus huellas digitales, debi�ndose razonar �sta circunstancia. Art�culo 2847. Las solemnidades se practicar�n ininterrumpidamente y el notario dar� fe de haberse llenado todas ellas. Faltando alguna de las mismas, quedar� el testamento sin efecto, y el notario ser� responsable de los da�os y perjuicios. No se considera interrumpido el testamento por la impresi�n de la escritura. CAP�TULO III Del testamento p�blico cerrado Art�culo 2848. El testamento p�blico cerrado puede ser escrito por el testador o por otra persona a su ruego, o en cualquier otro medio mec�nico o electr�nico de impresi�n. Art�culo 2849. El testador debe escribir con su pu�o y letra su nombre debajo de su firma, su nombre completo y estampar sus dos huellas digitales en todas las hojas y al calce del testamento. Art�culo 2850. Solamente pueden otorgar testamento p�blico cerrado quienes sepan leer y escribir. Art�culo 2851. El testador, al hacer la presentaci�n ante el notario, declarar� que en aquel pliego est� contenida su �ltima voluntad. Art�culo 2852. El notario leer� el testamento, con la obligaci�n de reservar para s� su conocimiento y en caso de advertir alguna irregularidad evidente lo har� as� saber al testador, para que se corrija, o si no se encontr� ninguna pondr� su sello y firmar� todas las hojas del pliego, al final levantar� certificaci�n de que es el que se le present� por el testador, lo cerrar� y sellar� la cubierta del mismo que deber� ser firmada por el testador, los testigos, y el notario quien adem�s, pondr� su sello. Art�culo 2853. Si al hacer la presentaci�n del testamento no pudiere firmar el testador, lo har� otra persona en su nombre y en su presencia, pero debiendo estampar sus huellas digitales y el notario har� constar expresamente esta circunstancia bajo la pena de suspensi�n de oficio por un a�o. Art�culo 2854. El sordomudo podr� hacer testamento cerrado con tal que est� todo escrito, fechado y firmado de su propia mano, y que al presentarlo al notario ante dos testigos, escriba en presencia de todos, sobre la cubierta, que en aquel pliego se contiene su �ltima voluntad y va escrita y firmada por �l. El notario declarar� en el acta de la cubierta que el testador lo escribi� as�. Art�culo 2855. En el caso del art�culo anterior, si el testador no puede firmar la cubierta, se observar� lo dispuesto en el Art�culo 2853, dando fe el notario de la elecci�n que el testador haga de uno de los testigos para que firme por �l. Art�culo 2856. El que sea s�lo mudo o s�lo sordo, puede hacer testamento cerrado con tal que est� escrito de su pu�o y letra o, si ha sido escrito por otro, lo anote as� el testador y firme la nota de su pu�o y letra, sujet�ndose a las dem�s solemnidades precisas para esta clase de testamentos. Art�culo 2857. El testamento cerrado que carezca de alguna de las solemnidades referidas, quedar� sin efecto, y el notario ser� responsable de los da�os y perjuicios que se causen. Art�culo 2858. Cerrado y autorizado el testamento, se entregar� al testador y el notario pondr� raz�n en el protocolo, del lugar, hora, d�a, mes y a�o, en que el testamento fue autorizado y entregado. Art�culo 2859. Por la infracci�n del art�culo anterior no se anular� el testamento, pero el notario incurrir� en la pena de suspensi�n por seis meses. Art�culo 2860. El testador podr� conservar el testamento en su poder, darlo en guarda a persona de su confianza o depositarlo en el Registro P�blico de la Propiedad. Art�culo 2861. El testador que quiera depositar su testamento en el Registro P�blico de la Propiedad, se presentar� con �l ante el encargado de �ste, quien har� asentar en el libro que con ese objeto debe llevarse, una raz�n del dep�sito o entrega, que ser� firmada por dicho funcionario y el testador, a quien se dar� copia autorizada. Art�culo 2862. Pueden hacerse por procurador la presentaci�n y dep�sito de que habla el Art�culo que precede, y en este caso, el poder quedar� unido al testamento. Art�culo 2863. El testador puede retirar, cuando le parezca, su testamento; pero la devoluci�n se har� con las mismas solemnidades que la entrega. Art�culo 2864. El poder para la entrega y para la extracci�n del testamento, debe otorgarse en escritura p�blica, y esta circunstancia se har� constar en la nota respectiva. Art�culo 2865. Luego que el juez reciba un testamento cerrado, har� comparecer al notario y a los testigos que concurrieron a su otorgamiento. Esta comparecencia podr� ser simult�nea o sucesiva. Art�culo 2866. El testamento cerrado no podr� ser abierto sino despu�s que el notario y los testigos instrumentales hayan reconocido ante el juez sus firmas y las del testador o la de la persona que por �ste hubiere firmado, y hayan declarado si en su concepto est� cerrado y sellado como lo estaba en el acto de la entrega. Art�culo 2867. Si no pudieren comparecer todos los testigos por muerte, enfermedad o ausencia, bastar� el reconocimiento de quien quede y el del notario. Art�culo 2868. Si por iguales causas no pudieren comparecer el notario o los testigos o ninguno de ellos, el juez lo har� constar as� por informaci�n, como tambi�n la legitimidad de las firmas y que en la fecha que lleva el testamento se encontraban aqu�llos en el lugar en que �ste se otorg�. Art�culo 2869. En todo caso, los que comparecieren reconocer�n sus firmas. Art�culo 2870. Satisfecho lo prescrito en los cinco Art�culos anteriores, el juez decretar� la publicaci�n y protocolizaci�n del testamento. Art�culo 2871. El testamento cerrado quedar� sin efecto siempre que se encuentre roto el pliego interior o abierto el que forma la cubierta; o borradas, raspadas o enmendadas las firmas que lo autorizan, aunque el contenido no est� viciado. Art�culo 2872. Quien substraiga o destruya un testamento cerrado, ser� sancionado en los t�rminos del C�digo Penal, y si fuese heredero a�n en el caso de intestado, perder� sus derechos sobre la herencia. CAP�TULO IV Del testamento ol�grafo Art�culo 2873. El testamento ol�grafo s�lo podr� ser otorgado por las personas mayores de edad; y para que sea v�lido, deber� estar totalmente escrito por el testador y firmado por �l, por su pu�o y letra su nombre bajo su firma e impresas sus huellas digitales en todas las hojas que lo compongan, con expresi�n del d�a, mes y a�o en que se otorg�. Los extranjeros podr�n otorgar testamento ol�grafo en su propio idioma. Art�culo 2874. Si contuviere palabras tachadas, enmendadas o entre renglones las salvar� el testador bajo su firma. La omisi�n de esta formalidad por el testador, s�lo afecta a la validez de las palabras tachadas, enmendadas o entre renglones, pero no al testamento mismo. Art�culo 2875. El testador har� por duplicado su testamento ol�grafo. Ser� depositado en la secci�n correspondiente del Registro P�blico de la Propiedad, y el duplicado, tambi�n encerrado en un sobre lacrado, y con la nota en la cubierta, de que se hablar� despu�s, ser� devuelto al testador. Este podr� poner en los sobres que contengan los testamentos, los sellos, se�ales o marcas que estime necesarios para evitar violaciones. Art�culo 2876. El dep�sito en el Registro P�blico de la Propiedad se har� personalmente por el testador, quien si no es conocido del encargado de la oficina, debe presentar dos testigos que lo identifiquen. En el sobre que contenga el testamento original, el testador, de su pu�o y letra, pondr� la siguiente constancia: "Dentro de este sobre se contiene mi testamento". A continuaci�n se expresar� el lugar y la fecha en que se hace el dep�sito. La constancia ser� firmada por el testador y por el encargado de la oficina. En caso de que intervengan testigos de identificaci�n, tambi�n firmar�n. Art�culo 2877. En caso que en el domicilio del testador no hubiere oficina del Registro P�blico de la Propiedad, el dep�sito y recepci�n se har�n ante y por el jefe de la Oficina de Recaudaci�n Fiscal, quien una vez realizadas las diligencias a que se refiere el art�culo siguiente, lo remitir� a la oficina del Registro P�blico de la Propiedad de la circunscripci�n territorial que corresponda, dentro de los cinco d�as h�biles despu�s de su presentaci�n. Art�culo 2878. En el sobre cerrado que contenga el duplicado del testamento ol�grafo se pondr� la siguiente constancia extendida por el encargado de la oficina: "Recib� el pliego cerrado en el que... afirma contiene original su testamento ol�grafo, del cual, seg�n su afirmaci�n existe dentro de este sobre un duplicado". Se pondr� luego el lugar y la fecha en que se extiende la constancia que ser� firmada por el encargado de la oficina, poni�ndose tambi�n al calce la firma del testador y de los testigos de identificaci�n, cuando intervengan. Art�culo 2879. Cuando el testador estuviere imposibilitado para hacer personalmente la entrega de su testamento en las oficinas del Registro P�blico de la Propiedad o de la Oficina de Recaudaci�n Fiscal en su caso, el encargado de ellas deber� concurrir al lugar donde aqu�l se encontrare, para cumplir las formalidades del dep�sito. Art�culo 2880. Hecho el dep�sito, el encargado del Registro tomar� raz�n de �l en el libro respectivo, a fin de que el testamento pueda ser identificado, y conservar� el original bajo su directa responsabilidad hasta que proceda a hacer entrega al mismo testador o al juez competente. Art�culo 2881. En cualquier tiempo el testador tendr� derecho de retirar del Registro P�blico de la Propiedad, personalmente o por medio de mandatario con poder especial otorgado ante Notario P�blico, el testamento depositado; haci�ndose constar la entrega en una acta que firmar�n el interesado y el encargado de la oficina. Art�culo 2882. El juez ante quien se promueva un juicio sucesorio pedir� informe al encargado del Registro P�blico del lugar y a la Direcci�n del Registro Nacional de Testamentos, acerca de si en su oficina se ha depositado alg�n testamento ol�grafo del autor de la sucesi�n, para que en caso de que as� sea, se le remita el testamento o se informe de su existencia. Art�culo 2883. El que guarde en su poder el duplicado de un testamento, o cualquiera que tenga noticia de que el autor de una sucesi�n ha depositado alg�n testamento ol�grafo, lo comunicar� al juez competente, quien pedir� al encargado de la oficina del Registro en que se encuentre el testamento, que se lo remita. Art�culo 2884. Recibido el testamento, el juez examinar� la cubierta que lo contiene para cerciorarse de que no ha sido violada, har� que los testigos de identificaci�n que residieren en el lugar, reconozcan sus firmas y las del testador, y en presencia del Agente de la Procuradur�a Social, de los que se hayan presentado como interesados y de los mencionados testigos, abrir� el sobre que contiene el testamento. Si �ste llena los requisitos mencionados a que se refiere este cap�tulo y queda comprobado que es el mismo que deposit� el testador, se declarar� formal testamento de �ste. Art�culo 2885. S�lo cuando el original depositado haya sido destruido o robado, se tendr� como formal testamento el duplicado, procedi�ndose para su apertura como se dispone en el Art�culo que precede. Art�culo 2886. El testamento ol�grafo quedar� sin efecto cuando el original o el duplicado, en su caso, estuvieren rotos, el sobre que los cubre resultare abierto o las firmas que los autoricen aparecieren borradas, raspadas o con enmendaduras, a�n cuando el contenido del testamento no este viciado. Art�culo 2887. El encargado del Registro P�blico de la Propiedad no proporcionar� informes acerca del testamento ol�grafo depositado en su oficina, sino al mismo testador o a los jueces competentes que oficialmente se los pidan. CAP�TULO V Del testamento privado Art�culo 2888. El testamento privado esta permitido en los casos siguientes; cuando: El testador es atacado de una enfermedad tan violenta y grave que no d� tiempo para que concurra notario a hacer el testamento; No haya notario en la poblaci�n; Aunque haya notario en la poblaci�n, sea imposible, o por lo menos muy dif�cil que concurra al otorgamiento del testamento; Est� en una poblaci�n incomunicada por raz�n de cerco sanitario decretado por las autoridades de Salubridad, en raz�n de alguna epidemia, aunque �l no la padezca; y Cuando los militares o asimilados del Ej�rcito entren en campa�a o se encuentren prisioneros de guerra. Para que en los casos enumerados en este art�culo pueda otorgarse testamento privado, es necesario que al testador no le sea posible hacer testamento p�blico u ol�grafo. Art�culo 2889. El testador que se encuentre en el caso de hacer testamento privado, declarar� en presencia de cuando menos tres testigos id�neos su �ltima voluntad, que uno de ellos redactar� por escrito, si el testador no puede escribir. Art�culo 2890. No ser� necesario redactar por escrito el testamento, cuando ninguno de los testigos sepa escribir o en los casos de suma urgencia. Art�culo 2891. Los testigos antes indicados deber�n concurrir en forma conjunta ante la primera autoridad del lugar, ya sea pol�tica, administrativa o judicial, haciendo una s�ntesis de lo presenciado en virtud del testamento, y con ello preconstituir con el acta que a efecto se levante, un principio de prueba que deber� acompa�arse al Juez de Primera Instancia en el ocurso donde se promueva la declaratoria sobre la formalidad del testamento. Art�culo 2892. Al otorgarse el testamento privado se observar�n, en lo conducente, las solemnidades prescritas para los testamentos p�blicos abiertos. Art�culo 2893. El testamento privado necesita, adem�s, para su validez, que el Juez de Primera Instancia declare que el dicho de los testigos, es el formal testamento de la persona de quien se trate, teniendo en cuenta las declaraciones de los testigos que firmaron u oyeron, en su caso, la voluntad del testador. Art�culo 2894. La declaraci�n a que se refiere el art�culo anterior ser� pedida por los interesados, inmediatamente despu�s que supieren la muerte del testador y la forma de su disposici�n. Art�culo 2895. Los testigos que concurran a un testamento privado deber�n declarar circunstancialmente: El lugar, la hora, el d�a, el mes y el a�o en que se otorg� el testamento; Si reconocieron, vieron y oyeron claramente al testador; El tenor de la disposici�n; Si el testador estaba en su cabal juicio y libre de cualquiera coacci�n; El motivo por el que se otorg� el testamento privado; y Si saben que el testador falleci� o no de la enfermedad o en el peligro en que se hallaba. Art�culo 2896. Si los testigos fueren id�neos y estuvieren conformes en todas y cada una de las circunstancias enumeradas en el Art�culo que precede, el juez declarar� que sus dichos son el formal testamento de la persona de quien se trate. Art�culo 2897. Si despu�s de la muerte del testador muriese alguno de los testigos, se har� la declaraci�n con los restantes, con tal de que no sean menos de dos y mayores de toda excepci�n. Art�culo 2898. Lo dispuesto en el art�culo anterior se observar� tambi�n en el caso de ausencia de alguno de los testigos, siempre que en la falta de comparecencia del testigo no hubiere dolo. Sabi�ndose el lugar donde se hallan los testigos, ser�n examinados por exhorto. Art�culo 2899. El testamento privado s�lo surtir� sus efectos si el testador fallece de la enfermedad o en el peligro que se hallaba, o dentro de un mes de desaparecida la causa que lo motiv�. CAP�TULO VI Del testamento militar y mar�timo Art�culo 2900. Si el militar, el asimilado del Ej�rcito o integrante de la Armada Nacional hace su disposici�n en el momento de entrar en acci�n de guerra o estando herido sobre el campo de batalla, bastar� que declare su voluntad ante dos testigos o que entregue a los mismos el pliego cerrado que contenga su �ltima disposici�n, firmada de su pu�o y letra. Art�culo 2901. Lo dispuesto en el art�culo anterior se observar�, en su caso, respecto de los prisioneros de guerra. Art�culo 2902. Tambi�n se reconocen como testamentos en el Estado de Jalisco las disposiciones mortuorias o pliegos de �ltima voluntad que formulen los miembros del Ej�rcito Mexicano, de la Fuerza A�rea o de laArmada Nacional, ante dos testigos y depositadas en las Secretar�as del ramo correspondiente o en los institutos de seguridad social para ello instruidos y no exista testamento general expreso. Art�culo 2903. Los testamentos otorgados por escrito, conforme a este Cap�tulo, deber�n ser entregados luego que muera el testador, por aqu�l en cuyo poder hubieren quedado, al jefe de la corporaci�n, quien lo remitir� a el Superior Jer�rquico que corresponda y �ste a la Autoridad judicial competente. Art�culo 2904. Si el testamento hubiere sido otorgado de palabra, los testigos instruir�n de �l desde luego al jefe de la corporaci�n, quien dar� parte en el acto al Ministerio de la Secretar�a correspondiente y �ste a la autoridad judicial competente, a fin de que proceda teniendo en cuenta lo dispuesto en los Art�culos del 2893 a 2899 de este c�digo. CAP�TULO VII El testamento hecho fuera del Estado Art�culo 2905. En el Estado de Jalisco se dar� plena validez y reconocimiento a los testamentos hechos en otra entidad federativa, dentro del territorio nacional siempre y cuando hayan sido formulados de acuerdo con las leyes del lugar donde pasaron. CAP�TULO VIII El testamento hecho en pa�s extranjero Art�culo 2906. Tendr�n plena validez los testamentos otorgados por mexicanos en el extranjero, siempre y cuando hubieren sido autorizados en las misiones diplom�ticas; legaciones y consulados mexicanos y se hubieren otorgado conforme a derecho. Art�culo 2907. Para que en el Estado se admitan y tengan validez los testamentos hechos en pa�s extranjero, se requiere acreditar que hayan sido otorgados conforme a las leyes del pa�s en que pasaron. T�TULO CUARTO De la sucesi�n leg�tima CAP�TULO I Disposiciones generales Art�culo 2908. La herencia leg�tima se abre cuando: No hay testamento o el que se otorg� es nulo o perdi� su validez; El testador no dispuso de todos sus bienes; No se cumpla la condici�n impuesta al heredero; y El heredero muere antes que el testador, repudie la herencia o es incapaz de heredar, si no se le ha nombrado sustituto. Art�culo 2909. Cuando siendo v�lido el testamento no deba subsistir la instituci�n de heredero, subsistir�n, sin embargo, las dem�s disposiciones hechas en �l; y la sucesi�n leg�tima s�lo comprender� los bienes que deb�an corresponder al heredero instituido. Art�culo 2910. Si el testador dispone legalmente s�lo de una parte de sus bienes, el resto de ellos forma la sucesi�n leg�tima. Art�culo 2911. Tienen derecho a heredar por sucesi�n leg�tima: Los descendientes, c�nyuge, ascendientes y parientes colaterales dentro del cuarto grado, y la concubina o el concubinario; y A falta de los anteriores, la Beneficencia P�blica. Art�culo 2912. El parentesco de afinidad no da derecho a heredar. Art�culo 2913. Los parientes m�s pr�ximos excluyen a los m�s remotos, salvo que concurran hijos con descendientes de ulterior grado o cuando concurran hermanos con sobrinos hijos de hermanos o medios hermanos. Art�culo 2914. Los parientes que se hallaren en el mismo grado, heredar�n por partes iguales. CAP�TULO II De la sucesi�n de los descendientes Art�culo 2915. Si a la muerte de los padres quedaren s�lo hijos, la herencia se dividir� entre todos por partes iguales. Art�culo 2916. Cuando concurran descendientes con el c�nyuge que sobreviva, a �ste le corresponder� la porci�n de un hijo, si carece de bienes, o los que tiene al morir el autor de la sucesi�n no igualan la porci�n que a cada uno le deben corresponder. Art�culo 2917. Si quedaren hijos y descendientes de ulterior grado, los primeros heredar�n por cabeza y los segundos por estirpe. Lo mismo se observar� trat�ndose de descendientes de hijos fallecidos antes que el autor de la herencia, incapaces de heredar o que hubieren renunciado a la herencia. Art�culo 2918. Si s�lo quedaren descendientes de ulterior grado, la herencia se dividir� por estirpes; y si en algunas de �stas hubiere varios herederos, la porci�n que a ella corresponda se dividir� por partes iguales. Art�culo 2919. El adoptado hereda como un hijo; pero no hay derecho de sucesi�n entre el adoptado y los parientes del adoptante salvo que se est� en el caso de la adopci�n plena. Art�culo 2920. Concurriendo padres adoptantes y descendientes del adoptado, los primeros s�lo tendr�n derecho a alimentos. CAP�TULO III De la sucesi�n de los ascendientes Art�culo 2921. A falta de descendientes y c�nyuge, suceder�n el padre y la madre por partes iguales. Art�culo 2922. Si s�lo hubiere padre o madre, el que viva suceder� al hijo en toda la herencia. Art�culo 2923. Si s�lo hubiere ascendientes de ulterior grado por una l�nea, se dividir� la herencia por partes iguales. Art�culo 2924. Si hubiere ascendientes por ambas l�neas, se dividir� la herencia en dos partes iguales y se aplicar� una a los ascendientes de la l�nea paterna y otra a los de la materna. Art�culo 2925. Los miembros de cada l�nea dividir�n entre s�, por partes iguales, la porci�n que les corresponda. Art�culo 2926. Concurriendo los adoptantes con ascendientes del adoptado, la herencia de �ste se dividir� por partes iguales entre los adoptantes y los ascendientes. Art�culo 2927. Si concurre el c�nyuge del adoptado con los adoptantes, las dos terceras partes de la herencia corresponden al c�nyuge y la otra tercera parte a los que hicieron la adopci�n. Art�culo 2928. Los ascendientes, tienen derecho de heredar a sus descendientes reconocidos. Art�culo 2929. Si el reconocimiento se hace despu�s de que el descendiente haya adquirido bienes cuya cuant�a, teniendo en cuenta las circunstancias personales del que reconoce, haga suponer fundadamente que motiv� el reconocimiento, ni el que reconoce, ni sus descendientes tienen derecho a la herencia del reconocido. El que reconoce tiene derecho a alimentos, en el caso de que el reconocimiento lo haya hecho cuando el reconocido tuvo tambi�n derecho a percibir alimentos. CAP�TULO IV De la sucesi�n del c�nyuge Art�culo 2930. El c�nyuge que sobrevive, concurriendo con descendientes, tendr� el derecho de un hijo, si carece de bienes o los que tiene al morir el autor de la sucesi�n, no igualan a la porci�n que a cada hijo debe corresponder. Lo mismo se observar� si concurre con hijos adoptivos del autor de la herencia. Los bienes que el c�nyuge viudo recibe con motivo de la liquidaci�n de la sociedad econ�mico matrimonial se consideran como bienes propios. Art�culo 2931. En el primer caso del art�culo anterior, el c�nyuge recibir� �ntegra la porci�n se�alada; en el segundo s�lo tendr� derecho de recibir lo que baste para igualar sus bienes con la porci�n mencionada. Art�culo 2932. Si el c�nyuge que sobrevive concurre con ascendientes, la herencia se dividir� en dos partes iguales, de las cuales una se aplicar� al c�nyuge y la otra a los ascendientes. Art�culo 2933. Concurriendo el c�nyuge con uno o m�s hermanos del autor de la sucesi�n, estos �ltimos s�lo tendr�n derecho a alimentos si ordinariamente tuvieran derecho a recibirlos. Art�culo 2934. El c�nyuge recibir� las porciones que le correspondan conforme a los dos Art�culos anteriores, aunque tenga bienes propios. Art�culo 2935. A falta de descendientes y ascendientes, el c�nyuge suceder� en todos los bienes. CAP�TULO V De la sucesi�n de los colaterales Art�culo 2936. Si s�lo hay hermanos por ambas l�neas, suceder�n por partes iguales. Art�culo 2937. Si concurren hermanos con medios hermanos, aqu�llos heredar�n doble porci�n que �stos. Art�culo 2938. Si concurren hermanos con sobrinos, hijos de hermanos o de medios hermanos, los primeros heredar�n por cabeza y los segundos por estirpe, teniendo en cuenta lo dispuesto en el art�culo anterior. Art�culo 2939. A falta de hermanos, suceder�n sus hijos, dividi�ndose la herencia por estirpes y la porci�n de cada estirpe por cabeza. Art�culo 2940. A falta de los llamados en los Art�culos anteriores, suceder�n los parientes m�s pr�ximos dentro del cuarto grado, sin distinci�n de l�nea ni consideraci�n al doble v�nculo, y heredar�n por partes iguales. CAP�TULO VI De la sucesi�n de los concubinos Art�culo 2941. Tendr� derecho a heredar, aplic�ndose las disposiciones relativas a la sucesi�n del c�nyuge, la persona con quien el autor de la herencia vivi� en el mismo domicilio como si fuera su c�nyuge durante los 3 a�os si tuvieron hijos en com�n o durante 5 a�os si no los hubieren tenido, siempre que ambos hayan permanecido libres de matrimonio durante el concubinato, en ambos casos se deber� entender los a�os que precedieron inmediatamente a su muerte. Si fueron varias las personas que vivieron con el autor de la sucesi�n como si �ste fuere su c�nyuge, ninguna de ellas heredar�. CAP�TULO VII De la sucesi�n de la Beneficencia P�blica Art�culo 2942. A falta de todos los herederos llamados en los cap�tulos anteriores, suceder�n los establecimientos de asistencia social en los t�rminos de ley prefiri�ndose a los que funcionen en el lugar del domicilio del autor de la sucesi�n. T�TULO QUINTO Disposiciones comunes a las sucesiones testamentaria y leg�tima CAP�TULO I De las precauciones que deben adoptarse cuando la viuda quede encinta Art�culo 2943. Cuando a la muerte del marido, la viuda haya quedado encinta, lo pondr� en conocimiento del juez que conozca de la sucesi�n, para que en forma inmediata lo notifique a los que tengan un posible derecho a la herencia y �ste fuera de tal naturaleza que pueda desaparecer o disminuir por el nacimiento del p�stumo. Art�culo 2944. Los interesados a que se refiere el precedente art�culo pueden pedir al juez que dicte las providencias convenientes para evitar la suposici�n del parto, la sustituci�n de la ni�a o el ni�o o que se haga pasar por viable quien no lo es. En todos los casos se dar� aviso a la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Cuidar� el juez de que las medidas que dicte no ataquen el pudor ni a la libertad de la viuda. Art�culo 2945. Aun cuando no se hubiere dado el aviso, al aproximarse la �poca del parto, la viuda deber� ponerlo en conocimiento del juez, para que lo haga saber a los interesados. Estos tienen derecho de pedir que el juez nombre una persona que se cerciore de la realidad del alumbramiento; debiendo recaer el nombramiento en profesional de medicina o en una partera. Art�culo 2946. Si el marido reconoci� en instrumento p�blico o privado la certeza de la pre�ez de su consorte, estar� dispensada �sta de dar el aviso pero deber� cumplirse lo ordenado en el Art�culo que antecede. Art�culo 2947. La omisi�n de la madre de dar el aviso de la gravidez no perjudicar� los derechos del hijo, si por otros medios puede acreditarse. Art�culo 2948. Ser�n con cargo a la masa hereditaria, la totalidad de los gastos relativos al embarazo y nacimiento a�n cuando la viuda tuviere bienes propios. Art�culo 2949. Si no se cumple por la viuda, con dar los avisos antes referidos, podr�n los interesados negarle los alimentos cuando tenga bienes; pero si por averiguaciones posteriores resultare cierta la pre�ez, se deber�n abonar los alimentos que dejaron de pagarse. Art�culo 2950. La viuda no est� obligada a devolver los alimentos percibidos, a�n cuando haya habido aborto o no resulte cierta la pre�ez, salvo el caso en que �sta hubiere sido contradicha por dictamen pericial. Art�culo 2951. El juez decidir� de plano todas las cuestiones relativas a alimentos, conforme a los Art�culos anteriores; resolviendo en caso dudoso en favor de la viuda. Art�culo 2952. Para cualquiera de las diligencias que se practiquen conforme a lo dispuesto en este cap�tulo, deber� ser o�da la viuda. Art�culo 2953. La divisi�n de la herencia se suspender� hasta que se verifique el parto o hasta que transcurra el t�rmino m�ximo de la pre�ez; mas los acreedores podr�n ser pagados por mandato judicial. CAP�TULO II De la capacidad para heredar Art�culo 2954. Toda persona, de cualquier edad que sea, tiene capacidad para heredar y no puede ser privada de ella de un modo absoluto; pero con relaci�n a ciertas personas y a determinados bienes, pueden perderla por alguna de las causas siguientes: Falta de personalidad; Delito; Presunci�n de influencia contraria a la libertad del testador o a la verdad o integridad del testamento; Utilidad p�blica; y Renuncia o remoci�n de alg�n cargo conferido en el testamento. Art�culo 2955. Son incapaces de adquirir por testamento o por intestado, a causa de falta de personalidad, los que no est�n concebidos al tiempo de la muerte del autor de la herencia; o los concebidos, cuando no sean viables. Art�culo 2956. Ser�, no obstante, v�lida la disposici�n hecha en favor de los hijos que nacieran de ciertas y determinadas personas durante la vida del testador. Art�culo 2957. Por raz�n de delito son incapaces de adquirir por testamento o por intestado: El que haya sido condenado por haber dado, mandado o intentado dar muerte a la persona de cuya sucesi�n se trate o a los ascendientes, descendientes, c�nyuge, concubina o concubinario o colaterales hasta el cuarto grado; El que haya hecho contra el autor de la sucesi�n, sus ascendientes, descendientes, c�nyuge, concubina o concubinario o colaterales hasta el cuarto grado, acusaci�n de delito que merezca pena privativa de la libertad personal o deambulatoria, aun cuando aquella sea fundada, si fuere su descendiente, su ascendiente, su c�nyuge o su hermano, a no ser que ese acto haya sido preciso para que el acusador salvara su vida, su honra o la de de sus ascendientes, descendientes, c�nyuge, concubina o concubinario o hermanos; El coautor del adulterio, ya sea que se trate de la sucesi�n de �ste o de la del c�nyuge inocente; El que haya sido condenado por un delito que merezca pena de prisi�n, cometido contra el autor de la herencia, de sus ascendientes, descendientes, c�nyuge, concubina o concubinario o colaterales hasta el cuarto grado; El padre y la madre respecto del hijo expuesto por ellos; Padres que abandonaren a sus hijos, o los prostituyeren o atentaren a su pudor, respecto de los ofendidos; Los dem�s parientes del autor de la herencia que, teniendo obligaci�n de proporcionarle alimentos, no la hubieren cumplido; Los parientes del autor de la herencia que, hall�ndose �ste imposibilitado para trabajar y sin recursos, no cuidaren de recogerlo o de hacerlo recoger en establecimientos de beneficencia; El que usare de violencia, dolo o fraude con una persona para que haga, deje de hacer o revoque su testamento; y El que conforme al C�digo Penal, fuere culpable de supresi�n, sustituci�n, o suposici�n de infante, siempre que se trate de la herencia que debi� corresponder a �ste o a las personas a quienes se haya perjudicado o intentado perjudicar con estos actos. Art�culo 2958. Se aplicar� tambi�n lo dispuesto en la fracci�n II del art�culo anterior, aunque el autor de la herencia no fuere descendiente, ascendiente, c�nyuge o hermano del acusador, si la acusaci�n es declarada calumniosa. Art�culo 2959. Cuando la parte agraviada por aqu�lla que en raz�n de delito sea incapaz de adquirir perdonare al ofensor, recobrar� �ste la capacidad de suceder al ofendido, si el perd�n consta por declaraci�n aut�ntica o por hechos indubitables. Art�culo 2960. Las capacidades para suceder por testamento, s�lo se recobran si despu�s de conocido el agravio, el ofendido instituye heredero al ofensor o revalida su instituci�n anterior con las mismas solemnidades que se exigen para testar. Art�culo 2961. En los casos de intestado, los descendientes del incapaz de heredar conforme a este cap�tulo, heredar�n al autor de la sucesi�n, no debiendo ser excluidos por la falta de sus padres; pero �stos no pueden, en ning�n caso, tener los bienes de la sucesi�n, el usufructo, ni la administraci�n que la ley acuerda a los padres sobre los bienes de sus hijos. Art�culo 2962. Por presunci�n de influjo contrario a la libertad del autor de la herencia, son incapaces de adquirir por testamento del menor, los tutores y curadores, a no ser que sean instituidos antes de ser nombrados para el cargo o despu�s de la mayor edad de aqu�l, estando ya aprobadas las cuentas de la tutela. Art�culo 2963. La incapacidad a que se refiere el art�culo anterior no comprende a los ascendientes ni hermanos del incapaz. Art�culo 2964. Por presunci�n contraria a la libertad del testador, son incapaces de heredar por testamento, el m�dico que haya asistido a aqu�l durante su �ltima enfermedad, si entonces hizo su disposici�n testamentaria; as� como el c�nyuge, ascendientes, descendientes y hermanos del facultativo, a no ser que los herederos instituidos sean tambi�n herederos leg�timos. Art�culo 2965. Por presunci�n de influjo contrario a la verdad, e integridad del testamento, son incapaces de heredar, quienes intervinieron en �l, y sus c�nyuges, descendientes, ascendientes o hermanos. Art�culo 2966. La capacidad de los ministros de cualquier culto religioso para heredar por testamento, estar� sujeta a lo dispuesto por el Art�culo 130 Constitucional y su ley reglamentaria; en consecuencia sus ascendientes, descendientes, hermanos y c�nyuges, as� como las asociaciones religiosas a que aquellos pertenezcan, ser�n incapaces para heredar por testamento, de las personas a quienes los propios ministros hayan dirigido o auxiliado espiritualmente y no tengan parentesco dentro del cuarto grado. Art�culo 2967. El notario que a sabiendas autorice un testamento en que se contravenga lo dispuesto en los tres Art�culos anteriores, sufrir� la pena de suspensi�n por un a�o. Art�culo 2968. Los extranjeros y las personas jur�dicas, son capaces de adquirir bienes por sucesi�n pero su capacidad tiene las limitaciones establecidas en la Constituci�n Pol�tica de los Estados Unidos Mexicanos y en las respectivas leyes reglamentarias. Trat�ndose de extranjeros, se observar� tambi�n lo dispuesto en el art�culo siguiente. Art�culo 2969. Son incapaces de heredar, a los habitantes del Estado, los extranjeros que, seg�n las leyes de su pa�s, no pueden transmitir sus bienes a favor de los mexicanos por causa de muerte. Art�culo 2970. La herencia o legado que se deje a un establecimiento p�blico, imponi�ndose alg�n gravamen o bajo alguna condici�n, s�lo ser�n v�lidos si la instancia gubernamental los aprueba. Art�culo 2971. Las disposiciones testamentarias hechas a favor de la beneficencia se regir�n por la ley del organismo titular de la asistencia social en el Estado. Las hechas a favor de los pobres en general, o de clases formadas por n�mero ilimitado de beneficiarios, tales como hu�rfanos, los ancianos o los ciegos, sin especificar a personas determinadas, se entender�n hechas a la asistencia social para los fines de sus funciones y, las hechas a favor de las iglesias, asociaciones religiosas, agrupaciones religiosas o culto p�blico, se sujetar�n a lo dispuesto en el art�culo 27 y 130 de la Constituci�n Pol�tica de los Estados Unidos Mexicanos y sus leyes reglamentarias. Art�culo 2972. Por renuncia o remoci�n de un cargo, son incapaces de heredar por testamento, los que, nombrados en �l tutores, curadores o albaceas, hayan rehusado, sin justa causa, el cargo, o que por mala conducta hayan sido separados judicialmente de su ejercicio. Art�culo 2973. Lo dispuesto en la primera parte del art�culo anterior, no comprende a los que, desechada por el juez la excusa, hayan servido el cargo, ni cuando la remoci�n tenga como causa exclusiva la expiraci�n del t�rmino para su ejercicio sin haber culpa de los involucrados en el cumplimiento de su deber. Art�culo 2974. Las personas llamadas por la ley para desempe�ar la tutela leg�tima y que rehusen sin justa causa desempe�arla, no tienen derecho de heredar a los incapaces de quienes debieron ser tutores. Art�culo 2975. Para que el heredero pueda suceder, basta que sea capaz para ello al tiempo de la muerte del autor de la herencia. Art�culo 2976. Si la instituci�n fuere condicional, se necesitar�, adem�s, que el heredero sea capaz para ello al tiempo en que se cumpla la condici�n. Art�culo 2977. El heredero por testamento, que muera antes que el testador o antes de que se cumpla la condici�n a �l impuesta, el incapaz de heredar y el que renuncie a la sucesi�n, no transmiten ning�n derecho a sus herederos. Art�culo 2978. En los casos del art�culo anterior, la herencia pertenece a los herederos leg�timos del testador, a no ser que �ste haya dispuesto otra cosa. Art�culo 2979. El que hereda en lugar del excluido, tendr� las mismas cargas y condiciones que legalmente se hab�an puesto a aqu�l. Art�culo 2980. Los deudores hereditarios que fueren demandados y que no tengan el car�cter de herederos, no podr�n oponer, al que est� en posesi�n del derecho de heredero o legatario, la excepci�n de incapacidad. Art�culo 2981. La incapacidad no produce el efecto de privar al incapaz de lo que hubiere de percibir, sino despu�s de declarada en juicio, a petici�n de alg�n interesado, no pudiendo decretarla el juez de oficio. Art�culo 2982. No puede deducirse acci�n para declarar la incapacidad, pasados tres a�os desde que el incapaz est� en posesi�n de la herencia o legado; salvo que se trate de incapacidades establecidas en vista del inter�s p�blico, las cuales en todo tiempo pueden hacerse valer. Art�culo 2983. Si el que entr� en posesi�n de la herencia y la pierde despu�s por declaraci�n de incapacidad, hubiere enajenado o gravado todo o parte de los bienes antes de ser emplazado en el juicio en que se discuta su incapacidad, y aqu�l, con quien se contrat� hubiere tenido buena fe, el contrato subsistir�, mas el heredero incapaz estar� obligado a indemnizar al leg�timo, de todos los da�os y perjuicios. CAP�TULO III De las cargas alimentarias Art�culo 2984. La masa hereditaria est� afectada en forma preferente al pago de los alimentos a las personas que se mencionan en las fracciones siguientes: A los descendientes menores de dieciocho a�os; A los descendientes que est�n imposibilitados para trabajar, cualquiera que sea su edad; Al c�nyuge sup�rstite, cuando est� impedido de trabajar o no tenga bienes propios suficientes; este derecho subsistir� en tanto no contraiga matrimonio y viva honestamente; A los ascendientes; A los hermanos y dem�s parientes colaterales dentro del cuarto grado, si son incapaces o mientras que no cumplan dieciocho a�os, si no tienen bienes para subvenir a sus necesidades; y A la persona con quien el testador vivi� como si fuera su c�nyuge durante los cinco a�os que precedieron inmediatamente a su muerte o con quien tuvo hijos, siempre que ambos hayan permanecido libres de matrimonio durante esa vida en com�n y el superviviente est� imposibilitado para trabajar y no tenga bienes propios suficientes. Este derecho subsistir� mientras el beneficiario no contraiga nupcias y observe buena conducta. Si fueren varias las personas que se encuentren en el mismo caso a que se refiere este art�culo, respecto del testador, ninguna de ellas tendr� derecho a alimentos. Art�culo 2985. No hay obligaci�n de dar alimentos, sino a falta o por imposibilidad de los parientes m�s pr�ximos en grado. Art�culo 2986. No hay obligaci�n de dar alimentos a las personas que tengan bienes; pero si teni�ndolos, su producto no iguala a la pensi�n que deber�a corresponderles, la obligaci�n se reducir� a lo que falte para completarla. Art�culo 2987. Cesa el derecho de ser alimentado, tan luego el interesado deje de estar en las condiciones a que se refiere este cap�tulo, observe mala conducta o adquiera bienes, aplic�ndose en este caso lo dispuesto en el art�culo anterior. Art�culo 2988. El derecho de alimentos a que se refiere este cap�tulo se rige por las siguientes bases: I. No es renunciable; II. No puede ser objeto de transacci�n; III. La pensi�n alimenticia se fijar� y asegurar� en los siguientes t�rminos: a) Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitaci�n y la asistencia en casos de enfermedad. Respecto de ni�as, ni�os y adolescentes, los alimentos comprenden, adem�s los gastos necesarios para la educaci�n obligatoria del alimentista. Pero si, al haber concluido la educaci�n obligatoria, est�n estudiando una carrera a nivel licenciatura tienen el derecho a recibir alimentos hasta que obtengan el t�tulo correspondiente, si realizan sus estudios normalmente y sin interrupci�n; b) La obligaci�n de dar alimentos no comprende la de proveer de capital al beneficiario para su establecimiento o para el ejercicio del oficio, arte o profesi�n a que se hubiere dedicado; c) Tienen acci�n para pedir y asegurar los alimentos: 1) El acreedor alimentario; 2) El ascendiente que le tenga bajo su patria potestad; 3) El tutor del acreedor alimentario; 4) Los dem�s parientes del acreedor, sin limitaci�n de grado en l�nea recta o dentro del tercer grado en la l�nea colateral; 5) La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes; 6) El Agente de la Procuradur�a Social; y d) El aseguramiento podr� consistir, en fianza, prenda, hipoteca, o dep�sito de dinero; IV. La pensi�n alimentaria por ning�n motivo podr� exceder de los productos de la porci�n y en caso de sucesi�n intestada corresponder�a al que tenga derecho a dicha pensi�n; ni ser� menor de la mitad de dichos productos; V. Si el testador hubiere fijado la pensi�n alimenticia, subsistir� su designaci�n cualquiera que sea siempre que no sea inferior al m�nimo antes se�alado; y VI. No le son aplicables a los alimentos debidos por sucesi�n las disposiciones del libro segundo, t�tulo quinto, cap�tulo II de este c�digo. Art�culo 2989. Cuando el caudal hereditario no fuere suficiente para dar alimento a todas las personas enumeradas en este cap�tulo, se observar�n las siguientes reglas: Se ministrar�n a los descendientes y al c�nyuge sup�rstite, o a la concubina o concubinario a prorrata; Cubiertas las pensiones a que se refiere la fracci�n anterior, se ministrar�n a prorrata a los ascendientes; Despu�s se ministrar�n tambi�n a prorrata a los hermanos; y Se ministrar�n igualmente a prorrata a los dem�s parientes consangu�neos dentro del cuarto grado. CAP�TULO IV De la apertura y transmisi�n de la herencia Art�culo 2990. La sucesi�n se abre en el momento en que muere el autor de la herencia y cuando se declara la presunci�n de muerte de un ausente. Art�culo 2991. No habiendo albacea nombrado, cada uno de los herederos puede, si no ha sido instituido heredero de bienes determinados, reclamar la totalidad de la herencia que le corresponde conjuntamente con otros, sin que el demandado pueda oponer la excepci�n de que la herencia no le pertenece por entero. Art�culo 2992. Habiendo albacea nombrado, �l deber� promover la reclamaci�n a que se refiere el art�culo precedente; y siendo moroso en hacerlo, los herederos tienen derecho de pedir su remoci�n. Art�culo 2993. El derecho a reclamar la herencia prescribe en diez a�os contados a partir del discernimiento del cargo de albacea de la sucesi�n. Este derecho es transmisible a los herederos y legatarios. CAP�TULO V De la aceptaci�n y de la repudiaci�n de la herencia Art�culo 2994. Pueden aceptar o repudiar la herencia todos los que tienen la libre disposici�n de sus bienes. Art�culo 2995. La herencia dejada a ni�as, ni�os y adolescentes o incapaces, ser� aceptada por sus representantes, quienes podr�n repudiarla con autorizaci�n judicial, previa audiencia del Agente de la Procuradur�a Social, y la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Art�culo 2996. La aceptaci�n puede ser expresa o t�cita: Es expresa la aceptaci�n, si el heredero acepta con palabras terminantes en forma oral o escrita; y t�cita, si ejecuta algunos hechos de que se deduzca necesariamente la intenci�n de aceptar o aqu�llos que no podr�a ejecutar sino en su calidad de heredero. Art�culo 2997. Ninguno puede aceptar o repudiar la herencia en parte, con plazo o condicionalmente. Art�culo 2998. Si los herederos no se convinieren sobre la aceptaci�n o repudiaci�n, podr�n aceptar unos y repudiar otros. Art�culo 2999. Si el heredero fallece sin aceptar o repudiar la herencia, el derecho de hacerlo se transmite a sus sucesores. Art�culo 3000. Los efectos de la aceptaci�n o repudiaci�n de la herencia se retrotraen siempre a la fecha de la muerte de la persona a quien se hereda. Art�culo 3001. La repudiaci�n debe ser expresa y hacerse por escrito ante el juez o por medio de instrumento p�blico otorgado ante notario. Art�culo 3002. La repudiaci�n no priva al que la hace, si no es heredero ejecutor, del derecho de reclamar los legados que se le hubieren dejado. Art�culo 3003. El que es llamado a una misma herencia por testamento y abintestato, y la repudia por el primer t�tulo, se entiende haberla repudiado por los dos. Art�culo 3004. El que repudia el derecho de suceder por intestado sin tener noticia de su t�tulo testamentario, puede, en virtud de �ste, aceptar la herencia. Art�culo 3005. Ninguno puede renunciar la sucesi�n de persona viva, ni enajenar los derechos que pueda tener a su herencia. Art�culo 3006. Nadie puede aceptar ni repudiar sin estar cierto de la muerte de aqu�l de cuya herencia se trate, o decretada judicialmente su presunci�n de muerte. Art�culo 3007. Conocida la muerte de aqu�l a quien se hereda, se puede renunciar la herencia dejada bajo condici�n, aunque �sta no se haya cumplido. Art�culo 3008. Las personas jur�dicas capaces de adquirir pueden, por conducto de sus representantes leg�timos, aceptar o repudiar herencias; pero trat�ndose de corporaciones de car�cter oficial o de instituciones de beneficencia privada, no pueden repudiar la herencia, las primeras, sin aprobaci�n judicial, previa audiencia del Agente de la Procuradur�a Social, y las segundas, sin sujetarse a las disposiciones relativas de la ley que regula la asistencia social en el estado. Los establecimientos p�blicos no pueden aceptar ni repudiar herencias sin aprobaci�n de la autoridad administrativa superior de quien dependa. Art�culo 3009. Cuando alguno tuviere inter�s en que el heredero declare si acepta o repudia la herencia, podr� pedir, pasados nueve d�as de la apertura de �sta, que el juez fije al heredero un plazo, que no exceder� de un mes, para que dentro de �l haga su declaraci�n, apercibido de que, si no la hace, se tendr� la herencia por aceptada. Art�culo 3010. La aceptaci�n y la repudiaci�n, una vez hechas, son irrevocables y no pueden ser impugnadas sino en el caso de darse vicios en la voluntad del aceptante o del repudiante. Art�culo 3011. El heredero puede revocar la aceptaci�n o la repudiaci�n, cuando por un testamento desconocido al tiempo de hacerla, se altera la cantidad o calidad de la herencia. Art�culo 3012. En el caso del art�culo anterior, si el heredero revoca la aceptaci�n, devolver� todo lo que hubiere percibido de la herencia, observ�ndose respecto de los frutos, las reglas relativas a los poseedores. Art�culo 3013. Si el heredero repudia la herencia en perjuicio de sus acreedores, pueden �stos pedir al juez que tramita la sucesi�n los autorice para aceptar en nombre de aqu�l. Art�culo 3014. En el caso del art�culo anterior, la aceptaci�n s�lo aprovechar� a los acreedores para el pago de sus cr�ditos; pero si la herencia excediere del importe de �stos, el exceso pertenecer� a quien llame la ley y en ning�n caso al que hizo la renuncia. Art�culo 3015. La repudiaci�n podr� hacerse en cualquier momento hasta antes de aprobarse la adjudicaci�n. Art�culo 3016. Los acreedores cuyos cr�ditos fueren posteriores a la repudiaci�n, no pueden ejercer el derecho de pedir al juez que los autorice a aceptarle en su nombre. Art�culo 3017. El que por la repudiaci�n de la herencia debe entrar en ella, podr� impedir que la acepten los acreedores, pagando a �stos los cr�ditos que tienen contra el que la repudi�. Art�culo 3018. El que a instancias de un legatario o acreedor hereditario, haya sido declarado heredero, ser� considerado como tal por los dem�s acreedores o legatarios sin necesidad de nuevo juicio. Art�culo 3019. La aceptaci�n en ning�n caso produce confusi�n de los bienes del autor de la herencia y de los herederos, porque toda herencia se entiende aceptada a beneficio de inventario, aunque no se exprese. CAP�TULO VI De los albaceas e interventores Secci�n Primera De los albaceas Art�culo 3020. El albacea es el representante legal de la sucesi�n, se encarga del tr�mite de la misma; y en caso de que su designaci�n provenga de disposici�n testamentaria, ser� ejecutor de la voluntad del testador. No podr� ser albacea, quien no tenga la libre disposici�n de sus bienes. Art�culo 3021. No pueden ser albaceas, excepto en el caso de ser herederos �nicos: Los magistrados y jueces que est�n ejerciendo jurisdicci�n en el lugar en que se abre la sucesi�n; Los que por sentencia ejecutoriada hubieren sido removidos del cargo de albacea; Los que hayan sido condenados por delitos contra la propiedad; Los que no tengan un modo honesto de vivir; y Los deudores de la sucesi�n. Art�culo 3022. Cuando no exista albacea definitivo, y sea necesario conservar o defender los intereses de la sucesi�n, deber� el juez hacer la designaci�n del albacea provisional que durar� en su encargo hasta que el definitivo sea nombrado y tome posesi�n de su cargo. Art�culo 3023. El testador puede nombrar uno o m�s albaceas. Art�culo 3024. Cuando el testador no hubiere designado albacea o el nombrado no desempe�are el cargo, los herederos elegir�n albacea por mayor�a de votos. Por los herederos menores votar�n sus leg�timos representantes. El heredero que hubiera sido removido del cargo de albacea, no tendr� derecho de votar en la elecci�n del nuevo albacea. Cuando se hayan removido a dos o m�s albaceas, sin que �stos hubieran cumplido las obligaciones inherentes a su cargo y se cause da�o o perjuicio a heredero alguno, a petici�n del perjudicado el juez proceder� al nombramiento de albacea. Art�culo 3025. La mayor�a, en todos los casos de que habla este cap�tulo, se calcular� por el importe de las porciones y no por el n�mero de las personas. Cuando quienes voten por una misma persona, excedan en n�mero de las dos terceras partes del total de votantes, deber�n prevalecer a�n cuando sus intereses sumados no constituyan mayor�a. Si habiendo tres o m�s proposiciones, no se estuviere en el caso a que se refiere el p�rrafo anterior y la mayor�a de intereses se encuentra formada por personas que no constituyan a la vez mayor�a en n�mero, ni sean, por lo menos, una cuarta parte del total de votantes, el juez har� el nombramiento. Art�culo 3026. Si no hubiere mayor�a, el albacea ser� nombrado por el juez de entre los propuestos. Art�culo 3027. Lo dispuesto en los dos art�culos que preceden se observar� tambi�n en los casos de intestado y cuando el albacea nombrado falte, sea por la causa que fuere. Art�culo 3028. El heredero que fuere �nico, ser� albacea si no hubiere sido nombrado otro en el testamento. Si es incapaz, desempe�ar� el cargo su leg�timo representante. Art�culo 3029. Cuando no haya heredero o el nombrado no entre en la herencia, el juez nombrar� al albacea, si no hubiere legatarios. Art�culo 3030. En el caso del art�culo anterior, si hay legatarios, el albacea ser� nombrado por �stos. Art�culo 3031. El albacea nombrado conforme a los dos art�culos que preceden, durar� en su encargo mientras que, declarados los herederos leg�timos, �stos hacen la elecci�n de albacea. Art�culo 3032. Cuando toda la herencia se distribuye en legados, los legatarios nombrar�n el albacea. Art�culo 3033. Es albacea universal quien tiene la total representaci�n de los intereses, tr�mite y ejecuci�n de la sucesi�n. Es albacea especial, quien tiene el encargo de un tr�mite, una representaci�n o una ejecuci�n particular de la sucesi�n. Art�culo 3034. Cuando fueren varios los albaceas nombrados, el albaceazgo ser� ejercido por cada uno de ellos, en el orden en que hubiesen sido designados, a no ser que el testador hubiere dispuesto expresamente que se ejerza de com�n acuerdo por todos los nombrados, ya que se considerar�n mancomunados. Art�culo 3035. Cuando los albaceas fueren mancomunados s�lo valdr� lo que todos hagan de com�n acuerdo; lo que haga uno de ellos, legalmente autorizado por los dem�s, o lo que, en caso de disidencia, acuerde el mayor n�mero. Si no hubiere mayor�a, decidir� el juez. Art�culo 3036. En los casos de suma urgencia, puede uno de los albaceas mancomunados practicar, bajo su responsabilidad personal, los actos que fueren necesarios, dando cuenta inmediatamente a los dem�s. Art�culo 3037. El cargo de albacea es voluntario; pero el que lo acepte se constituye en la obligaci�n de desempe�arlo. Art�culo 3038. El albacea que renuncie sin justa causa, perder� lo que le hubiere dejado el testador. Lo mismo suceder� cuando la renuncia sea por justa causa, si lo que se deja al albacea es con el exclusivo objeto de remunerarlo por el desempe�o del cargo; y cuando estando presente no desempe�e el cargo mientras se decide la excusa. Art�culo 3039. El albacea que presentare excusas, deber� hacerlo dentro de los seis d�as siguientes a aqu�l en que tuvo noticia de su nombramiento: o si �ste le era conocido, dentro de los seis d�as siguientes a aqu�l en que tuvo noticia de la muerte del testador. Si presenta sus excusas fuera del t�rmino se�alado, responder� de los da�os y perjuicios que ocasione. Art�culo 3040. Pueden excusarse de ser albaceas: Los servidores p�blicos; Los militares en servicio activo; Los que fueren tan pobres que no puedan atender el albaceazgo sin menoscabo de su subsistencia; Los que por el mal estado habitual de salud o por no saber leer ni escribir, no puedan atender debidamente el albaceazgo; Los que tengan setenta a�os cumplidos; y Los que tengan a su cargo otro albaceazgo. Art�culo 3041. El albacea ser� puesto en posesi�n material de los bienes por el juez, respetando siempre derechos de terceros; el c�nyuge sup�rstite en los casos de matrimonio bajo los reg�menes de sociedad legal o conyugal ser�n los poseedores de los bienes que formen parte de dichas sociedades. Art�culo 3042. El albacea no podr� delegar el cargo que ha recibido, ni por su muerte pasa a sus herederos; pero no est� obligado a obrar personalmente: puede hacerlo por apoderados especiales que obren bajo sus �rdenes, respondiendo de los actos de �stos. Art�culo 3043. El albacea general est� obligado a entregar al especial las cantidades o cosas necesarias para que cumpla la parte que estuviere a su cargo. Art�culo 3044. Si el cumplimiento del legado dependiere de plazo o de alguna condici�n suspensiva, podr� el ejecutor general resistir la entrega de la cosa o cantidad, dando fianza a satisfacci�n del legatario o del ejecutor especial, de que la entrega se har� en su debido tiempo. Art�culo 3045. El albacea especial, podr� tambi�n, a nombre del legatario, exigir la constituci�n de la hipoteca necesaria. Art�culo 3046. El derecho a la posesi�n de los bienes hereditarios se transmite, por ministerio de la ley, a los herederos y a los albaceas universales, desde el momento de la muerte del autor de la herencia, salvo que el autor de sucesi�n fuere casado bajo el r�gimen de sociedad legal o conyugal, en cuyo caso tendr� la posesi�n el c�nyuge sup�rstite. Art�culo 3047. El albacea universal debe deducir todas las acciones que pertenezcan a la herencia. Art�culo 3048. Son obligaciones del albacea universal: La presentaci�n del testamento; El aseguramiento de los bienes de la herencia; La formaci�n de inventarios; La administraci�n de los bienes y la rendici�n de las cuentas del albaceazgo; El pago de las deudas mortuorias, hereditarias y testamentarias; La partici�n y adjudicaci�n de los bienes entre los herederos y legatarios; La defensa, en juicio y fuera de �l, as� de la herencia como de la validez del testamento; La de representar la sucesi�n en todos los juicios que hubieren de promoverse en su nombre o que se promovieren contra ella; y Las dem�s que le imponga la ley. Art�culo 3049. Los albaceas, cuando el tr�mite de la sucesi�n se haga judicialmente dentro de los quince d�as siguientes a la aprobaci�n del inventario, propondr�n al juez la distribuci�n provisional de los productos de los bienes hereditarios, se�alando la parte de ellos que cada bimestre deber� entregarse a los herederos o legatarios. El juez observando el procedimiento fijado por el c�digo de la materia, aprobar� o modificar� la proposici�n hecha, seg�n corresponda. El albacea que no presente la proposici�n de que se trata o que durante dos bimestres consecutivos, sin justa causa, no cubra a los herederos o legatarios lo que les corresponda, ser� separado del cargo a solicitud de cualquiera de los interesados. Cuando el tr�mite sea ante notario, la destituci�n se har� de conformidad por todos los interesados sujeta a las bases anteriormente se�aladas. Art�culo 3050. El albacea tambi�n est� obligado, dentro de los tres meses contados desde que acepte su nombramiento, a garantizar su manejo con fianza, hipoteca o prenda, a su elecci�n, conforme a las bases siguientes: Por el importe de la renta de los bienes ra�ces en el �ltimo a�o y por los r�ditos de los capitales impuestos, durante ese mismo tiempo; Por el valor de los bienes muebles; Por el de los productos de las fincas r�sticas en un a�o calculados por peritos; u opini�n de los interesados o por el t�rmino medio de un quinquenio, a elecci�n del juez; y En las negociaciones mercantiles e industriales, por el veinte por ciento del importe de las mercanc�as y dem�s efectos muebles, calculado seg�n la contabilidad, si est� llevada en la forma debida, o a juicio de peritos u opini�n de los interesados. Art�culo 3051. Cuando el albacea fuere coheredero y su porci�n baste para garantizar conforme a lo dispuesto en el Art�culo que precede, no estar� obligado a prestar garant�a especial, pero quedar� sujeto a lo prevenido por el C�digo Penal si enajenare sus derechos sin otorgar previamente otra garant�a a satisfacci�n de las autoridades que conozcan de la sucesi�n. Si su porci�n no fuere suficiente para prestar la garant�a de que se trata, estar� obligado a dar fianza, hipoteca o prenda por lo que falte. Art�culo 3052. El testador no puede librar al albacea de la obligaci�n de garantizar su manejo; pero los herederos, sean testamentarios o leg�timos, tienen derecho de dispensar al albacea del cumplimiento de esa obligaci�n. Art�culo 3053. Si el albacea ha sido nombrado en testamento y lo tiene en su poder, debe presentarlo al juzgado dentro de los ocho d�as siguientes a la muerte del testador. Art�culo 3054. El albacea debe formar el inventario dentro del t�rmino se�alado por el C�digo de Procedimientos Civiles. Si no lo hace, ser� removido. Art�culo 3055. El albacea, antes de formar el inventario, no permitir� la extracci�n de cosa alguna, si no es que conste la propiedad ajena por el mismo testamento, por instrumento p�blico o por la contabilidad llevada en forma debida, si el autor de la herencia hubiere sido comerciante. Art�culo 3056. Cuando la propiedad de la cosa ajena conste por medios diversos de los enumerados en el Art�culo que precede, el albacea se limitar� a poner al margen de las partidas respectivas, una nota que indique la pertenencia de la cosa, para que la propiedad se discuta en el juicio correspondiente. Art�culo 3057. La infracci�n a los dos Art�culos anteriores, har� responsable al albacea de los da�os y perjuicios. Art�culo 3058. El albacea, dentro del primer mes de ejercer su cargo, fijar�, de acuerdo con los herederos, la cantidad que haya de emplearse en los gastos de administraci�n y el n�mero y sueldos de los dependientes. Art�culo 3059. Si para el pago de una deuda u otro gasto urgente, fuere necesario vender algunos bienes, el albacea deber� hacerlo de acuerdo con los herederos o, si esto no fuere posible, con aprobaci�n judicial. Art�culo 3060. La venta de bienes hereditarios para el pago de deudas y legados, se har� en p�blica subasta; a no ser que la mayor�a de los interesados acuerde otra cosa. Art�culo 3061. La mayor�a de los interesados, o la autorizaci�n judicial en su caso, determinar�n la aplicaci�n que haya de darse al precio de las cosas vendidas. Art�culo 3062. Ni con licencia judicial, ni en subasta p�blica o fuera de ella puede el albacea comprar o arrendar los bienes de la sucesi�n, ni hacer contrato alguno respecto de ellos, para s�, sus ascendientes, su c�nyuge, hijos, hermanos o parientes afines dentro del segundo grado. Si lo hiciere adem�s de la nulidad del contrato, ser� causa suficiente para que se le remueva. Cesa la prohibici�n anterior, respecto de la venta de bienes, en caso de que el albacea o sus parientes ah� mencionados sean coherederos. Art�culo 3063. El albacea no puede gravar ni hipotecar los bienes, sin consentimiento de los herederos o de los legatarios en su caso. Art�culo 3064. El albacea no puede transigir ni comprometer en �rbitros los negocios de la herencia, sino con consentimiento de los herederos. Art�culo 3065. El albacea s�lo puede dar en arrendamiento hasta por un a�o los bienes de la herencia. Para arrendarlos por mayor tiempo necesita del consentimiento de los herederos o de los legatarios en su caso. Art�culo 3066. El albacea est� obligado a rendir cuentas de su administraci�n cada seis meses o antes si por cualquier motivo deja de ser albacea; debiendo adem�s rendir la cuenta general de albaceazgo dentro de los quince d�as siguientes a la fecha en que concluya su gesti�n. Art�culo 3067. La cuenta de albaceazgo, a m�s de lo relativo a la mera administraci�n del caudal hereditario, deber� referirse a los pagos que se hubieren hecho por concepto de cr�ditos o legados y cuanto se refiera a la gesti�n del albacea y afecte los bienes o derechos correspondientes a la sucesi�n. Art�culo 3068. La obligaci�n que de dar cuentas tiene el albacea, pasa a sus herederos. Art�culo 3069. Son nulas de pleno derecho las disposiciones por las que el testador dispensa al albacea de la obligaci�n de hacer inventario o de rendir cuentas. Art�culo 3070. Las cuentas deben ser aprobadas por todos los herederos; el que disienta podr� seguir, a su costa, el incidente o el juicio respectivo, seg�n se trate de cuentas de mera administraci�n o de cuenta general de albaceazgo. Art�culo 3071. Cuando fuere heredera la beneficencia p�blica o los herederos fueren ni�as, ni�os o adolescentes, intervendr�n en la aprobaci�n de las cuentas el Agente de la Procuradur�a Social y la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Art�culo 3072. Aprobadas las cuentas, los interesados pueden celebrar sobre su resultado los convenios que quieran. Art�culo 3073. Cuando el albacea haya recibido del testador alg�n encargo especial, adem�s del de seguir el juicio sucesorio para hacer entrega de los bienes a los herederos, no quedar� privado de aquel encargo por la revocaci�n del nombramiento de albacea que hagan los herederos. En tal caso, se considerar� como ejecutor especial. Art�culo 3074. Si la revocaci�n se hace sin causa justificada, el albacea removido tiene derecho de percibir lo que el testador le haya dejado por el desempe�o del cargo o el tanto por ciento que le corresponda. Art�culo 3075. El albacea ser� removido en los casos expresamente se�alados por la ley; si no diere la garant�a debida, dentro de los t�rminos correspondientes, o enajenare los bienes con que acredit� su solvencia, sin otorgar antes nueva garant�a; cuando no rinda cuentas dentro de los treinta d�as siguientes al per�odo a que deben referirse; y siempre que falte gravemente al cumplimiento de sus obligaciones, como albacea. Art�culo 3076. La remoci�n no tendr� lugar sino por sentencia pronunciada en el incidente respectivo, promovido por parte leg�tima. En el caso de conclusi�n del t�rmino y las pr�rrogas concedidas, ser� necesaria declaraci�n del juez que conoce de la sucesi�n, la que podr� dictarse de plano. Art�culo 3077. El albacea que una vez haya ejercitado el cargo y no haya concluido la sucesi�n durante el t�rmino, no podr� ser designado nuevamente para el mismo efecto sino por unanimidad de votos. Secci�n Segunda De los interventores Art�culo 3078. El heredero o los herederos que no hubieren estado conformes con el nombramiento de albacea hecho por la mayor�a, tienen derecho de nombrar un interventor que vigile al albacea. Si la minor�a inconforme la forman varios herederos, el nombramiento de interventor se har� por mayor�a de votos; y si no se obtiene mayor�a, el nombramiento lo har� el juez, eligiendo el interventor de entre las personas propuestas por los herederos de la minor�a. Art�culo 3079. Las funciones del interventor se limitar�n a vigilar el exacto cumplimiento del cargo de albacea. El interventor no puede tener la posesi�n, ni a�n interina, de los bienes. Art�culo 3080. Debe nombrarse precisamente un interventor: Siempre que el heredero est� ausente o no sea conocido; Cuando la cuant�a de los legados iguale o exceda a la porci�n del heredero albacea; y Cuando se hagan legados para objetos o establecimientos de Beneficencia P�blica. Art�culo 3081. Los interventores deben ser mayores de edad y capaces de obligarse. Art�culo 3082. Los interventores durar�n mientras que no se revoque su nombramiento. Art�culo 3083. Los interventores tendr�n la retribuci�n que acuerden los herederos que los nombren; si los designa el juez, cobrar�n conforme al arancel, como si fuera un apoderado. Art�culo 3084. Lo dispuesto en los art�culos que preceden no priva a cualquier heredero del derecho que tiene para examinar por s� o por persona de su confianza la contabilidad, los libros, documentos, cuentas, y cualesquier otro indicio de bienes pertenecientes a la sucesi�n. Art�culo 3085. Los acreedores no podr�n exigir el pago de sus cr�ditos sino hasta que el inventario haya sido formado, y los legatarios el de sus legados, sino cuando dicho inventario haya sido aprobado, siempre que las operaciones aludidas se formen dentro de noventa d�as contados desde la fecha de la licencia concedida para su formaci�n, respecto al primer caso, y quede aprobado dentro de los ciento ochenta d�as del otorgamiento de dicha licencia, por lo que ve a los legatarios. Se except�an de lo dispuesto en el p�rrafo anterior los casos de deudas mortuorias y de gastos de conservaci�n y administraci�n, y aquellas deudas sobre las cuales hubiere juicio pendiente al abrirse la sucesi�n. Art�culo 3086. Los gastos hechos por el albacea en cumplimiento de su cargo, incluso los honorarios de abogado y procurador que haya ocupado, se pagar�n de la masa de la herencia. Art�culo 3087. El albacea debe cumplir su encargo dentro de un a�o, contado desde su aceptaci�n, o desde que terminen los litigios que se promovieron sobre la validez o nulidad del testamento. Pero si tales litigios se prolongaren m�s de un a�o, cesar� el albacea y se proceder� al nombramiento de otra persona que desempe�e el cargo. Art�culo 3088. S�lo por causa justificada pueden los herederos prorrogar al albacea el plazo se�alado en el art�culo anterior, y la pr�rroga no exceder� de un a�o. Art�culo 3089. Para prorrogar el plazo del albaceazgo, es indispensable que hayan sido aprobadas las cuentas del albacea y que la pr�rroga la acuerde una mayor�a que represente las dos terceras partes de la herencia. Art�culo 3090. El testador puede se�alar al albacea la retribuci�n que quiera. Art�culo 3091. Si el testador no designare la retribuci�n, el albacea cobrar� el dos por ciento sobre el importe l�quido y efectivo de la herencia, y el cinco por ciento sobre los frutos industriales de los bienes hereditarios. Art�culo 3092. El albacea tiene derecho de elegir entre lo que le deja el testador por el desempe�o del cargo y lo que la ley le concede por el mismo motivo. Art�culo 3093. Si fueren varios y mancomunados los albaceas, la retribuci�n se repartir� entre todos ellos; si no fueren mancomunados, la repartici�n se har� en proporci�n al tiempo que cada uno haya administrado y el trabajo que hubiere tenido en la administraci�n. Art�culo 3094. Si el testador leg� conjuntamente a los albaceas alguna cosa por el desempe�o de su cargo, la parte de los que no admitan �ste, acrecer� a los que lo ejerzan. Secci�n Tercera Disposiciones Comunes al albacea y al Interventor Art�culo 3095. Los cargos de albacea e interventor, acaban: I. Por el t�rmino natural del encargo; II. Por muerte; III. Por incapacidad legal, declarada en forma; IV. Por excusa que el juez califique de leg�tima, con audiencia de los interesados y de la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, cuando se interesen a ni�as, ni�os o adolescentes, o la beneficencia p�blica; V. Por terminar el plazo se�alado por la ley y las pr�rrogas concedidas para desempe�ar el cargo; VI. Por revocaci�n de sus nombramientos, hecho por los herederos; y VII. Por remoci�n. Art�culo 3096. La revocaci�n puede hacerse por los herederos en cualquier tiempo, pero en el mismo acto debe nombrarse al sustituto. CAP�TULO VII Del inventario y de la liquidaci�n de la herencia Art�culo 3097. El albacea definitivo, dentro del t�rmino y condiciones que fije el C�digo de Procedimientos Civiles, promover� la formaci�n del inventario. Art�culo 3098. Concluido y aprobado judicialmente el inventario, el albacea proceder� a la liquidaci�n de la herencia. Art�culo 3099. En primer lugar, ser�n pagadas las deudas mortuorias, si no lo estuvieren ya, porque pueden pagarse antes de la formaci�n del inventario. Art�culo 3100. Se llaman deudas mortuorias, los gastos del funeral y los que se hayan causado en la �ltima enfermedad del autor de la herencia. Art�culo 3101. Las deudas mortuorias se pagar�n del caudal hereditario. Art�culo 3102. En segundo lugar se pagar�n los gastos de rigurosa conservaci�n y administraci�n de la herencia, as� como los cr�ditos alimenticios que pueden tambi�n ser cubiertos antes de la formaci�n del inventario. Art�culo 3103. Enseguida se pagar�n las deudas hereditarias que fueren exigibles. Art�culo 3104. Se llaman deudas hereditarias las contra�das por el autor de la herencia, independientemente de su �ltima disposici�n, y de las que es responsable con sus bienes. Art�culo 3105. Si hubiere pendiente alg�n concurso, el albacea no deber� pagar sino conforme a la sentencia de graduaci�n de acreedores. Art�culo 3106. Los acreedores, cuando no haya concurso, ser�n pagados en el orden en que se presenten; pero si entre los no presentados hubiere algunos preferentes, se exigir� a los que fueren pagados la cauci�n de acreedor de mejor derecho. Art�culo 3107. El albacea, concluido el inventario, no podr� pagar los legados sin haber cubierto o asignado bienes bastantes para pagar las deudas, conservando en los respectivos bienes los grav�menes especiales que tengan. Art�culo 3108. Los acreedores que se presenten despu�s de pagados los legatarios, solamente tendr�n acci�n contra �stos cuando en la herencia no hubiere bienes bastantes para cubrir sus cr�ditos. CAP�TULO VIII De la partici�n Art�culo 3109. Aprobados el inventario y las cuentas de albaceazgo, el albacea debe hacer enseguida la partici�n de la herencia. Art�culo 3110. A ning�n coheredero puede obligarse a permanecer en la indivisi�n de los bienes, ni a�n por prevenci�n expresa del testador. Art�culo 3111. Puede suspenderse la partici�n en virtud de convenio expreso de los interesados. Habiendo ni�as, ni�os y adolescentes entre ellos, deber� o�rse al representante legal y al Agente de la Procuradur�a Social; y el auto en que se apruebe el convenio determinar� el tiempo que debe durar la indivisi�n. Art�culo 3112. Si el autor de la herencia dispone en su testamento que a alg�n heredero o legatario se le entreguen determinados bienes, el albacea, aprobado el inventario, les entregar� esos bienes, siempre que garanticen suficientemente responder por los gastos y cargas generales de la herencia, en la proporci�n que les corresponda. Art�culo 3113. Si el autor de la herencia hiciere la partici�n de los bienes en su testamento, a ella deber� estarse, salvo derecho de tercero. Art�culo 3114. Si el autor de la sucesi�n no dispuso c�mo debieran repartirse sus bienes y se trata de una negociaci�n que forme una unidad agr�cola, industrial o comercial, habiendo entre los herederos agricultores, industriales o comerciantes, a ellos se aplicar� la negociaci�n, siempre que puedan entregar en dinero a los otros coherederos la parte que les corresponda. El precio de la negociaci�n se fijar� por peritos. Lo dispuesto en este art�culo, no impide que los coherederos celebren los convenios que estimen pertinentes. Art�culo 3115. Los coherederos deben abonarse rec�procamente las rentas y frutos que cada uno haya recibido de los bienes hereditarios, los gastos �tiles y necesarios y los da�os ocasionados por malicia o negligencia. Art�culo 3116. Si el testador hubiere legado alguna pensi�n o renta vitalicia, sin gravar con ella en particular a alg�n heredero o legatario, se capitalizar� al tipo de inter�s y a plazos convenientes seg�n los cambios que se presenten en los mercados de dinero y se separar� un capital o fundo de igual valor, que se entregar� a la persona que deba percibir la pensi�n o renta, quien tendr� todas las obligaciones de mero usufructuario. Lo mismo se observar� cuando se trate de las pensiones alimenticias a que se refiere este libro. Art�culo 3117. En el proyecto de partici�n se expresar� la parte que del capital o fundo afecto a la pensi�n, corresponder� a cada uno de los herederos luego que aqu�lla se extinga. Art�culo 3118. Cuando todos los herederos sean mayores de edad, exista testamento p�blico abierto, podr�n los interesados tramitar el negocio sucesorio ante notario p�blico que tenga su jurisdicci�n en el domicilio donde corresponder�a conocer a la autoridad judicial del mismo, en los t�rminos del C�digo de Procedimientos Civiles. Tambi�n en los casos de sucesi�n leg�tima, o testamento p�blico cerrado y ol�grafo, una vez que hubieren sido reconocidos los herederos, y designado el albacea, podr�n los interesados separarse del tr�mite judicial y concurrir a notar�a para la prosecuci�n del negocio. Cuando haya ni�as, ni�os o adolescentes, podr�n separarse, si est�n debidamente representados y el Agente de la Procuradur�a Social da su conformidad. En este caso, los acuerdos que se tomen se denunciar�n al Juez, y �ste, oyendo a la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, dar� su aprobaci�n si no se lesiona derechos y el inter�s superior de la ni�ez. Ante el notario podr�n adoptar todos los acuerdos que se estimen convenientes para el arreglo y terminaci�n del tr�mite sucesorio. El notario expedir� el t�tulo de propiedad respectivo. Art�culo 3119. Cuando se tramite la sucesi�n ante la autoridad judicial y se hubieren formulado las operaciones de inventario en forma solemne, servir� como t�tulo de propiedad a los herederos copia certificada que se expida por el Tribunal en la que se contengan las siguientes actuaciones: el auto de radicaci�n; en su caso el de la lectura de testamento o de reconocimiento de herederos y designaci�n de albacea, de las operaciones solemnes de inventarios y del proyecto de adjudicaci�n y de la resoluci�n que la decreta. Estas constancias ser�n inscritas en el Registro P�blico de la Propiedad que corresponde. Art�culo 3120. Los gastos de la partici�n se rebajar�n del fondo com�n; los que se hagan por el inter�s particular de alguno de los herederos o legatarios, se imputar�n a su haber. Art�culo 3121. Puede el albacea entregar a los herederos parcialmente los bienes que constituyan su haber hereditario si no existiese causa suficiente que lo impidiere. Art�culo 3122. Si hecha la partici�n aparecieren algunos bienes omitidos en ella, se har� una divisi�n suplementaria, en la cual se observar�n las disposiciones contenidas en este t�tulo. CAP�TULO IX De los efectos de la partici�n Art�culo 3123. La partici�n legalmente hecha, fija la porci�n de bienes hereditarios que corresponde a cada uno de los herederos y concreta en ella el derecho de propiedad que de manera indirecta ten�a antes el adjudicatario en toda la masa de la herencia. Art�culo 3124. Cuando por causas anteriores a la partici�n, alguno de los coherederos fuese privado de todo o de parte de su haber, los otros coherederos est�n obligados a indemnizarle de esta p�rdida, en proporci�n a sus derechos hereditarios. Art�culo 3125. La porci�n que deber� pagarse al que pierda su parte, no ser� la que represente su haber primitivo, sino la que le corresponda, deduciendo del total de la herencia la parte perdida. Art�culo 3126. Si alguno de los coherederos estuviere insolvente, la cuota con que deb�a contribuir se repartir� entre los dem�s, incluso el que perdi� su parte. Art�culo 3127. Los que pagaren por el insolvente, conservar�n su acci�n contra �l para cuando mejore de fortuna. Art�culo 3128. La obligaci�n de contribuir al pago de la evicci�n por el coheredero, s�lo cesar� en los casos siguientes: Cuando se hubieren dejado al heredero bienes individualmente determinados, de los cuales es privado; Cuando al hacerse la partici�n, los coherederos renuncien expresamente el derecho a ser indemnizados; y Cuando la p�rdida fuere ocasionada por culpa del heredero que la sufre. Art�culo 3129. Si se adjudica como cobrable un cr�dito, los coherederos no responden de la insolvencia posterior del deudor hereditario y s�lo son responsables de su solvencia al tiempo de hacerse la partici�n. Art�culo 3130. Por los cr�ditos incobrables no hay responsabilidad. Art�culo 3131. El heredero cuyos bienes hereditarios fueren embargados, o contra quien se pronunciar� sentencia en juicio por causa de ellos, tiene derecho de pedir que sus coherederos caucionen la responsabilidad que pueda resultarles y, en caso contrario, que se les prohiba enajenar los bienes que recibieron. CAP�TULO X De la rescisi�n y nulidad de las particiones Art�culo 3132. Las particiones son rescindibles o anulables por las mismas causas que las obligaciones. Art�culo 3133. El heredero preterido tiene derecho de pedir la nulidad de la partici�n. Decretada �sta, se har� una nueva partici�n para que perciba la parte que le corresponda. Art�culo 3134. La partici�n hecha con un heredero o legatario falso, es nula en cuanto tenga relaci�n con �l; y la parte que se le aplic� se distribuir� entre los herederos. TRANSITORIOS PRIMERO. Se deroga el C�digo Civil del Estado de Jalisco, contenido en el Decreto n�mero 3830, de fecha 6 de junio de 1933, publicado en el Peri�dico Oficial El Estado de Jalisco el 14 de mayo de 1935, sus subsecuentes reformas y las leyes reglamentarias de alg�n precepto de dicha Ley Sustantiva Civil y las dem�s disposiciones que se opongan al presente Decreto. SEGUNDO.- Las disposiciones relativas al condominio contenidas en el t�tulo sexto del libro tercero "Del Condominio" del c�digo que se expide mediante el presente decreto, entrar�n en vigor diez d�as despu�s de su publicaci�n en el Peri�dico Oficial El Estado de Jalisco. TERCERO. Este c�digo entrar� en vigor el 14 de septiembre de 1995 previa su publicaci�n en el Peri�dico Oficial El Estado de Jalisco, excepto lo previsto en el Art�culo quinto transitorio del presente decreto. CUARTO. Las disposiciones referentes al libro cuarto, parte tercera, t�tulo segundo, de la instituci�n del Registro P�blico de la Propiedad, seguir�n observ�ndose en tanto sea expedida la Ley del Registro P�blico de la Propiedad. QUINTO. Las facultades y funciones que este c�digo le se�ala al Consejo de Familias, en el libro segundo, t�tulos segundo a noveno y que el C�digo Civil que se deroga encomienda a la autoridad judicial competente y al Consejo Local de Tutelas y Adopciones, seguir�n a cargo de �stos hasta la fecha en que entren en vigor las reformas a la Ley sobre el Sistema Estatal de Asistencia Social, contenida en el decreto n�mero 13114 del Congreso del Estado. SEXTO. Se abroga la Ley sobre el R�gimen de Propiedad y Condominio de Inmuebles Reglamentaria del Art�culo 986 del C�digo Civil para el Estado Libre y Soberano de Jalisco del decreto n�mero 12006, publicado en el Peri�dico Oficial El Estado de Jalisco del 11 de abril de 1985. SEPTIMO. Los titulares de derechos de copropiedad que al entrar en vigor este c�digo deseen sujetar sus derechos al r�gimen de condominio habitacional duplex a que se refiere el cap�tulo VIII del t�tulo sexto del libro tercero, lo har�n mediante documento privado en el que cumplir�n los requisitos a que alude la fracci�n I del Art�culo 1037 del c�digo que se expide mediante el presente decreto. Las firmas de los otorgantes deber�n ser ratificadas ante notario o el Registro P�blico de la Propiedad para proceder a su inscripci�n. OCTAVO. Los derechos y obligaciones derivados de hechos y actos jur�dicos celebrados bajo la vigencia del c�digo anterior se regir�n por el mismo. NOVENO. Cuando en alguna ley o documento conste un acto jur�dico y se haga referencia a una disposici�n espec�fica del c�digo que se deroga, se considerar� hecha a la que corresponda en este c�digo. DECIMO.- Lo dispuesto por los Art�culos 1893 y 1894 del presente C�digo ser� aplicable a los contratos de compraventa formalizados con anterioridad al d�a 14 de septiembre de 1995, si la declaraci�n se realiza a trav�s de testamento o instrumento p�blico. SALON DE SESIONES DEL CONGRESO DEL ESTADO Guadalajara, Jalisco, a 8 de febrero de 1995. Diputado Presidente Arturo Uribe Avin Diputado Secretario Le�n de la Torre Guti�rrez Diputado Secretario Gregorio Arrieta L�pez Por tanto, mando se imprima, publique, circule y se le d� el debido cumplimiento. Dado en Palacio del Poder Ejecutivo del Estado, a los veinticuatro d�as del mes de febrero de mil novecientos noventa y cinco. El Gobernador Substituto del Estado Lic. Carlos Rivera Aceves El Secretario General de Gobierno Lic. Jos� Luis Leal Sanabria ARTICULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO N�MERO 16395 PRIMERO.- El presente decreto entrar� en vigor el d�a siguiente al de su publicaci�n en el peri�dico oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO.- Los procedimientos de constituci�n de patrimonio familiar iniciados con anterioridad a la fecha de entrada en vigor del presente decreto, se continuar�n hasta su conclusi�n con arreglo a las disposiciones vigentes al momento de iniciar el tr�mite. ARTICULO TRANSITORIO DEL DECRETO N�MERO 18529 �NICO.- Este decreto entrar� en vigor a los sesenta d�as siguientes de su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. ARTICULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO N�MERO 19425 Primero.- El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. Segundo.- Los procedimientos judiciales iniciados con anterioridad a la entrada en vigor del presente decreto, deber�n substanciarse conforme a las disposiciones vigentes en aquel momento. ARTICULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO N�MERO 19432 Primero.- El presente decreto entrar� en vigor al d�a primero de enero del a�o 2002, previa su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. Segundo.- Se derogan todas las disposiciones que se opongan al presente Decreto. Tercero.- Se autoriza al Titular del Poder Ejecutivo para que, por conducto de la Secretar�a de Finanzas, incorpore una unidad presupuestal destinada a la Secretaria de Desarrollo Humano que se crea, dentro del Presupuesto de egresos para el ejercicio fiscal del a�o 2002. Cuarto.- Para la debida integraci�n y estructura de la Secretar�a de Desarrollo Humano, las Secretar�as de Finanzas y Administraci�n, as� como las dem�s dependencias que resulten involucradas, deber�n prestar el auxilio y apoyo t�cnico que se les requiera, conforme a las disposiciones legales aplicables y los programas y presupuestos vigentes. Quinto.- En el proceso de creaci�n e instalaci�n de la Secretar�a de Desarrollo Humano, se preservar�n �ntegramente los derechos laborales de los servidores p�blicos que deban ser transferidos de una dependencia o entidad a otra, debiendo sujetarse a lo dispuesto por la Ley parara los Servidores P�blicos del Estado de Jalisco y sus Municipios. Sexto.- Se autoriza a la Secretar�a General de Gobierno, de Finanzas y de Administraci�n para que determinen los recursos humanos, materiales y financieros que tengan asignados la subsecretar�a de Participaci�n Social, que deban pasar a formar parte de la Secretar�a de Desarrollo Humano y a que realicen los tr�mites que correspondan para transferirlos. S�ptimo.- Los asuntos que correspondan y que se est�n tramitando en la Subsecretar�a de Participaci�n Social a la fecha de entrada en vigor del presente Decreto, y que se acuerde en los t�rminos del Art�culo octavo transitorio, ser�n asumidos por la Secretar�a de Desarrollo Humano, as� mismo la Subsecretar�a de Participaci�n Social, se subroga respecto de dichos asuntos, todos los derechos y obligaciones que hasta la fecha haya contra�do la Secretar�a General de Gobierno por conducto de la referida Subsecretar�a. Octavo.- Aquellas funciones que legalmente le han sido atribuidas a la Subsecretar�a de Participaci�n Social, a partir de la entrada en vigor del presente Decreto, ser�n competencia de la Secretar�a de Desarrollo Humano, previo acuerdo con la Secretar�a General de Gobierno. Noveno.- El Ejecutivo del estado expedir� el Reglamento Interno de la Secretar�a de Desarrollo Humano en un plazo no mayor de noventa d�as. ARTICULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO N�MERO 19486 Primero. El presente decreto entrar� en vigor treinta d�as despu�s de su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. Segundo. Los procedimientos de adopci�n que se hayan iniciado antes de la entrada en vigor del presente decreto se seguir�n de conformidad con las disposiciones legales vigentes al momento de su iniciaci�n. ARTICULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO N�MERO 20089 PRIMERO.- El presente decreto entrar� en vigor el 1 de enero del a�o 2004, previa su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO.- Se derogan todas las disposiciones legales que se opongan al presente Decreto. TERCERO.- Los asuntos que se encuentren en tr�mite en las dependencias o entidades relacionados con la indemnizaci�n a los particulares, derivados de las faltas administrativas en que hubieren incurrido los servidores p�blicos, se atender�n hasta su total terminaci�n de acuerdo a las disposiciones aplicables a la fecha en que inici� el procedimiento administrativo correspondiente. CUARTO.- El Gobierno del Estado y los ayuntamientos deber�n incluir en sus respectivos presupuestos de egresos para el ejercicio fiscal del a�o 2004, una partida que haga frente a su responsabilidad patrimonial. ARTICULO TRANSITORIO DEL DECRETO NUMERO 20421 �NICO.- El presente decreto que contiene reformas al C�digo Civil del Estado de Jalisco y C�digo de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco entrar� en vigor al d�a 14 de febrero de 2004, previa su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. ARTICULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 20575 PRIMERO.- El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el peri�dico oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO.- Publ�quese el presente decreto en uno de los diarios de mayor circulaci�n en el Estado, de conformidad a lo previsto en el Art�culo 15 de la Ley para la Divulgaci�n de la Legislaci�n del Estado de Jalisco. ARTICULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 20579 PRIMERO.- El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO.- Respecto de la reforma del Art�culo 1005 del C�digo Civil del Estado de Jalisco, los municipios deber�n formular sus normas de zonificaci�n de conformidad con la legislaci�n aplicable, para que establezcan las disposiciones relativas a los condominios de usos distintos al habitacional; hasta en tanto no entre en vigor las mismas, se continuar� aplicando la disposici�n que se deroga del Art�culo 1005 del C�digo Civil del Estado de Jalisco. ARTICULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 20618 PRIMERO.- El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO.- Se emite la siguiente declaraci�n Estatal de los Derechos de la Familia, instruy�ndose a la Secretar�a General del Congreso del Estado de Jalisco para que proceda a su impresi�n, envi�ndose a las autoridades competentes, estatales y municipales, con el fin de que participen en la difusi�n de esta declaratoria entre la sociedad. DECLARATORIA ESTATAL DE LOS DERECHOS DE LA FAMILIA EN JALISCO Art�culo 1 La familia es la comunidad establecida naturalmente para la diaria convivencia y fundamento de la sociedad, base de las instituciones, de la estabilidad y de la armon�a social. Art�culo 2 Los principios b�sicos de la vida familiar son el cari�o, la equidad, la solidaridad, la reciprocidad, la cooperaci�n, la complementariedad y la fidelidad. Art�culo 3 1. Con el matrimonio se funda legalmente la familia y es el grupo de personas que se encuentran vinculadas, bajo f�rmulas de autoridad, afecto, donaci�n y respeto mutuo. 2. La familia tiene como finalidad conservar y desarrollar la especie humana y el perfeccionamiento personal de sus miembros. Art�culo 4 El hombre y la mujer tienen el derecho de fundar una familia y de decidir con libertad y responsabilidad el n�mero de hijos que quieren tener. Art�culo 5 La familia debe velar por la unidad, la intimidad, la integridad y la estabilidad de su n�cleo; es responsabilidad del Estado cuidarla y atenderla en su desarrollo. Art�culo 6 Los padres o los responsables de la familia tienen el derecho y el deber originario de educar a sus hijos conforme a sus valores, credo y convicciones. Art�culo 7 Es prerrogativa de las familias tener una vivienda digna, asiento indispensable del hogar; es su derecho obtener los servicios de salud necesarios para el desarrollo humano fundamental. Art�culo 8 La familia tiene derecho a conservar su identidad �tnica y cultural, y al respeto de sus costumbres y tradiciones. Art�culo 9 La familia inmigrante tiene el derecho a que se le respete su cultura y a recibir el apoyo y la asistencia social en orden a su integraci�n dentro de la comunidad. Art�culo 10 La familia tiene el derecho a formar asociaciones con otras familias e instituciones, para defender los derechos, contribuir con el desarrollo social de sus comunidades, participar en la planificaci�n y desarrollo de programas particulares y de gobierno relacionados con la vida familiar y para representar sus intereses, entre otras cosas. ARTICULO TRANSITORIO DEL DECRETO 20909 �NICO.- El presente decreto entrar� en vigor treinta d�as despu�s de su publicaci�n. ARTICULO TRANSITORIO DEL DECRETO 21389 �NICO.- El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. ARTICULO TRANSITORIO DEL DECRETO 21432 PRIMERO.- El presente Decreto entrar� en vigor a partir del 1 de enero del 2007, previa su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO.- Las autoridades obligadas deber�n emitir las disposiciones reglamentarias correspondientes, con anterioridad a la entrada en vigor del presente Decreto. TERCERO.- Las reformas contenidas en el Art�culo tercero del presente decreto relativas a la Ley del Registro P�blico de la Propiedad del Estado de Jalisco, entrar�n en vigor a partir del d�a siguiente de su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. ARTICULO TRANSITORIO DEL DECRETO 21746 PRIMERO.- El presente Decreto entrar� en vigor noventa d�as despu�s al de su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO.- Se deroga el decreto n�mero 14,156 que crea a la Procuradur�a para Asuntos Ind�genas del Gobierno del Estado, sin embargo esta seguir� funcionando en tanto se integra y entra en funciones la Comisi�n. TERCERO.- El Presupuesto de Egresos del Estado para el ejercicio fiscal 2007 deber� establecer la partida presupuestal asignada a la Comisi�n Estatal Ind�gena. CUARTO.- El Ejecutivo deber� de integrar la Comisi�n Estatal Ind�gena dentro de los 45 d�as siguientes a la entrada en vigor de la presente ley. QUINTO.- La Junta de Gobierno de la Comisi�n Estatal Ind�gena expedir� el reglamento interno de dicha entidad en un plazo de noventa d�as, contados a partir de la entrada en vigor de esta ley. SEXTO.- Los bienes en posesi�n o los adquiridos por la Procuradur�a para Asuntos Ind�genas del Gobierno del Estado, pasar�n a formar parte del patrimonio de la Comisi�n Estatal Ind�gena. S�PTIMO.- El Consejo Consultivo de la Comisi�n Estatal Ind�gena deber� estar instalado dentro de los 180 d�as siguientes a la entrada en vigor de la presente ley. OCTAVO.- Los asuntos pendientes de tr�mite de la Procuradur�a para Asuntos Ind�genas seguir�n a cargo de la Comisi�n Estatal Ind�gena. NOVENO.- Si para la fecha de entrada en vigencia de esta Ley, el Estado y los municipios con poblaci�n ind�gena hubieren ya concluido su plan de desarrollo sin haber incorporado el sentir de los pueblos ind�genas, se proceder� a escuchar a las comunidades ind�genas e incorporar a dichos planes las aportaciones en su caso. D�CIMO.- El titular del Poder Ejecutivo estatal dispondr� que el presente decreto, se traduzca a las lenguas de los pueblos ind�genas del Estado y ordenar� su difusi�n en sus comunidades. ARTICULO TRANSITORIO DEL DECRETO 21818 PRIMERO.- El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO. En lo referente a las modificaciones respectivas al Art�culo 537 de este c�digo, se ajustar� a las disposiciones contenidas en el decreto 21752. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 22219 PRIMERO. El presente decreto entrar� en vigor a los treinta d�as siguientes de su publicaci�n en el peri�dico oficial El Estado de Jalisco. SEGUNDO. Se derogan todas las disposiciones que se opongan al presente decreto. TERCERO. El Ejecutivo del Estado y los municipios contar�n con un plazo de 90 d�as naturales, a partir de la entrada en vigor de la presente ley, para expedir y modificar los reglamentos que se deriven de la presente ley, sin que esto sea impedimento para la aplicaci�n de este ordenamiento legal. CUARTO. El Consejo Estatal deber� integrarse dentro de los siguientes 60 d�as naturales de la entrada en vigor de la presente ley, otorg�ndosele un plazo de 120 d�as naturales para la creaci�n del Programa Estatal para Prevenir, Atender y Erradicar la Violencia contra las Mujeres del Estado de Jalisco. QUINTO. El Ejecutivo del Estado y los gobiernos municipales, acorde a su disponibilidad presupuestal, procurar�n instalar y mantener centros de refugios temporales distribuidos en el estado de acuerdo a las necesidades, buscando tener cobertura para todas las mujeres v�ctimas de violencia que lo requieran. SEXTO. Los procedimientos de mediaci�n y conciliaci�n contemplados en la Ley para la Prevenci�n y Atenci�n de la Violencia Intrafamiliar del estado de Jalisco, se llevar�n a cabo de conformidad con el procedimiento vigente hasta su conclusi�n, aplic�ndose los m�todos alternos para la prevenci�n y en su caso la soluci�n de conflictos, a partir de que entre en vigor la Ley de Justicia Alternativa del estado de Jalisco. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 22694 PRIMERO. El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el peri�dico oficial El Estado de Jalisco. SEGUNDO. Se derogan las disposiciones que se opongan al presente. TERCERO. Los delegados institucionales privados que est�n debidamente acreditados, seguir�n en funciones y se regular�n observando las normas contenidas en la Ley vigente al momento de su acreditaci�n. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 23506/LIX/2011 PRIMERO. El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el peri�dico oficial El Estado de Jalisco. SEGUNDO. Los contratos suscritos con anterioridad a la entrada en vigor del presente decreto se regir�n por lo dispuesto al momento de su celebraci�n. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 24462/LX/2013 PRIMERO. El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el peri�dico oficial El Estado de Jalisco. SEGUNDO. Los derechos y obligaciones derivados de hechos y actos jur�dicos generados con la vigencia de las disposiciones reformadas, se regir�n por las mismas. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 24800/LX/13 PRIMERO. El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO. Se abroga la Ley de la Firma Electr�nica Certificada para el Estado de Jalisco y sus Municipios. TERCERO. El Gobernador del Estado de Jalisco expedir�, dentro de los cuarenta y cinco d�as h�biles siguientes a la publicaci�n del presente Decreto, el Reglamento de la Ley de la Firma Electr�nica Avanzada para el Estado de Jalisco y sus Municipios. CUARTO. La Secretar�a General de Gobierno y dem�s autoridades obligadas deber�n emitir los lineamientos aplicables, dentro de los cuarenta y cinco d�as h�biles siguientes a la expedici�n del Reglamento referido en el art�culo anterior. QUINTO. Se faculta a la Secretar�a de Planeaci�n, Administraci�n y Finanzas del Gobierno del Estado, para que lleve a cabo las adecuaciones administrativas y presupuestales para el cumplimiento de este decreto. SEXTO. Se faculta a la Secretar�a de Desarrollo Econ�mico del Gobierno del Estado, para que se lleve a cabo los procesos de mejora regulatoria necesarios para el cumplimiento del decreto. S�PTIMO. El Gobierno del Estado de Jalisco deber� celebrar con la Secretar�a de Hacienda y Cr�dito P�blico, a trav�s del Servicio de Administraci�n Tributaria, los convenios que resulten necesarios para el cumplimiento de los fines de este decreto. OCTAVO. Cuando otros ordenamientos legales del Estado de Jalisco se refieran a la firma electr�nica certificada, se entender� que alude a la firma electr�nica avanzada. NOVENO. La vigencia de los certificados electr�nicos a que se refiere el art�culo 13 fracci�n VI, ser� de dos a�os hasta en tanto se cuente con las condiciones humanas, financieras y tecnol�gicas para que su vigencia pueda ser de cuatro a�os. Cuando se cuente con tales condiciones, el titular del Poder Ejecutivo deber� expedir un acuerdo que se publicar� en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. D�CIMO. Los certificados electr�nicos, as� como los actos realizados con ellos, en los t�rminos de la Ley de Firma Electr�nica Certificada para el Estado de Jalisco y sus Municipios, continuar�n surtiendo sus efectos legales. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRERO 25024/LX/14 PRIMERO. El presente Decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el peri�dico oficial El Estado de Jalisco. SEGUNDO. Los procedimientos penales iniciados antes de la entrada en vigor del presente decreto en materia de maltrato al infante, al que se refiere el art�culo 205 bis del C�digo Penal del Estado de Jalisco, as� como las agravantes mencionadas en el art�culo 142 �, se seguir�n tramitando hasta su conclusi�n conforme a las disposiciones vigentes al momento de la comisi�n de los hechos que le den origen. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 24995/LX/14 PRIMERO. El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el peri�dico oficial El Estado de Jalisco. SEGUNDO. Los juicios que se encuentren en tr�mite a la entrada en vigor del presente decreto, podr�n substanciarse con estas reglas siempre que no se afecten derechos de terceros. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 25024/LX/14 PRIMERO. El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el peri�dico oficial El Estado de Jalisco. SEGUNDO. Los procedimientos penales iniciados antes de entrada en vigor del presente decreto en materia de maltrato al infante, al que se refiere el articulo 205 bis del C�digo Penal del Estado de Jalisco, as� como las agravantes mencionadas en el art�culo 142-�, se seguir�n tramitando hasta su conclusi�n conforme a las disposiciones vigentes al momento de la comisi�n de los hechos que le den origen. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 25314/LX/15 PRIMERO. El presente decreto entrar� vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el peri�dico oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO. Los matrimonios celebrados por personas menores de edad con antelaci�n a la entrada en vigor del presente decreto ser�n v�lidos de pleno derecho. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 25319/LX/15 PRIMERO: La presente reforma entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el peri�dico oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO: Los juicios iniciados al amparo de las disposiciones reformadas, se ajustar�n a los plazos de la nueva ley pues su aplicaci�n ser� retroactiva a solicitud del interesado. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 25455/LX/2015 PRIMERO. El presente decreto entrar� en vigor el 1� de enero de 2016, previa su publicaci�n en el Peri�dico Oficial �El Estado de Jalisco�. SEGUNDO. Se abroga la Ley de los Derechos de las ni�as, los ni�os y adolescentes en el Estado de Jalisco. TERCERO. El titular del Poder Ejecutivo instalar� el Sistema Estatal de Protecci�n dentro de los quince d�as naturales siguientes a la entrada en vigor de este decreto, conforme a lo establecido por esta Ley. CUARTO. El Gobernador del Estado designar� al Titular de la Procuradur�a de Protecci�n a Ni�as, Ni�os y Adolescentes, antes de la entrada en vigor del presente Decreto. QUINTO. Se faculta al Gobernador del Estado, para que a trav�s de las secretar�as de Planeaci�n, Administraci�n y Finanzas y General de Gobierno, as� como al Sistema Estatal DIF para que prevean presupuestalmente la creaci�n de la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes en el presupuesto de egresos para el ejercicio fiscal inmediato posterior al inicio de vigencia del presente decreto. SEXTO. Los recursos materiales, humanos y financieros, as� como los bienes y patrimonio del Consejo Estatal de Familia pasar�n al Sistema Estatal DIF, a partir de la entrada en vigor del presente Decreto. En todo momento se respetar�n los derechos laborales de los servidores p�blicos del Consejo Estatal de Familia, de conformidad con la Ley. S�PTIMO. El Sistema Estatal DIF deber� realizar los ajustes administrativos necesarios para continuar con las funciones de atenci�n y seguimiento a los asuntos derivados del C�digo Civil, C�digo de Procedimientos Civiles y del C�digo de Asistencia Social, todos del Estado de Jalisco, a trav�s de la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes, en el �mbito de su competencia conforme a lo contenido en este decreto, para lo cual acreditar� oportunamente a sus agentes y delegados institucionales ante las autoridades correspondientes. OCTAVO. El titular del Poder Ejecutivo del Estado deber� emitir las disposiciones reglamentarias correspondientes dentro de los sesenta d�as naturales siguientes a la entrada en vigor del presente Decreto. NOVENO. Los Ayuntamientos expedir�n la regulaci�n municipal para la operaci�n del Sistema Municipal de Protecci�n y del programa de atenci�n de primer contacto con ni�as, ni�os y adolescentes, en los t�rminos de esta Ley, dentro de los treinta d�as naturales siguientes a la expedici�n del Reglamento a que se refiere el art�culo cuarto transitorio del presente Decreto. D�CIMO. Los municipios integrar�n su Sistema Municipal de Protecci�n dentro de los quince d�as siguientes a la instalaci�n del Sistema Estatal de Protecci�n a que se refiere el art�culo tercero transitorio del presente Decreto. D�CIMO PRIMERO. Los municipios expedir�n el programa de atenci�n de primer contacto con las ni�as, ni�os y adolescentes, designar y capacitar a los servidores p�blicos de dicho programa, en los t�rminos de esta Ley y la regulaci�n municipal que expida el Ayuntamiento, dentro de los ciento veinte d�as naturales siguientes a la expedici�n de las disposiciones reglamentarias a que se refiere el art�culo octavo transitorio del presente Decreto. D�CIMO SEGUNDO. Los procedimientos y las representaciones legales de ni�as, ni�os y adolescentes, iniciados antes de la entrada en vigor del presente Decreto se concluir�n conforme a las normas vigentes con las que hubieren iniciado. D�CIMO TERCERO. Los procedimientos que a la entrada en vigor del presente Decreto se hubieren iniciado en el Consejo Estatal de Familia o sus delegados, se concluir�n por la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes. Los procedimientos iniciados en el Hogar Caba�as y en los Consejos Municipales de Familia, se concluir�n los primeros por el Hogar Caba�as, y los segundos por los Sistemas DIF Municipales, de conformidad con el Reglamento que expida el Gobernador del Estado, a que hace referencia el art�culo 46 del C�digo de Asistencia Social del Estado de Jalisco. D�CIMO CUARTO. La Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes se subroga en todos los contratos, convenios y dem�s instrumentos jur�dicos suscritos por el Consejo Estatal de Familia en materia de ni�as, ni�os y adolescentes. D�CIMO QUINTO. Se instruye a la Secretar�a General de este Congreso, una vez publicado este decreto, comunicar de inmediato a los Ayuntamientos, por conducto de los presidentes municipales correspondientes, para que expidan la regulaci�n y adopten las medidas previstas por esta Ley. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 26429/LXI/17 PRIMERO. El presente decreto entrar� en vigor al d�a siguiente de su publicaci�n en el peri�dico oficial "El Estado de Jalisco". SEGUNDO. Conforme al presente decreto, las leyes fiscales, establecer�n medidas para eliminar o reducir el pago de derechos registrales que en su caso se lleguen a generar por la modificaci�n de las garant�as derivadas de la subrogaci�n a que se refiere el art�culo 1574 del C�digo Civil del Estado de Jalisco. ART�CULOS TRANSITORIOS DEL DECRETO 26721 PRIMERO. El presente decreto entrar� en vigor el d�a primero de enero del a�o 2018, previa su publicaci�n en el peri�dico oficial �El Estado de Jalisco�. TABLA DE REFORMAS Y ADICIONES DECRETO N�MERO 15862.-Reforma el primer p�rrafo del art. 1976 (Inter�s legal).- Nov.18 de 1995. Sec. II. DECRETO N�MERO 16395.-Reforma los Art�culos 777 y 784 del C�digo Civil del Estado (Patrimonio de Familia).- Dic. 28 de 1996. DECRETO N�MERO 16410.- Reforma la denominaci�n del t�tulo primero del Libro Cuarto en su segunda parte; los arts. 197, 207, 1782, 1799, 1802 y la frac. II del 1815; deroga el Art�culo 1803 del C�digo Civil del Estado de Jalisco y reforma el art. 684 del C�digo de Procedimientos Civiles (fundaciones) (liquidaci�n de los bienes del deudor).- Ene. 4 de 1997. DECRETO N�MERO 17348.-Se reforman los arts. 1�., 17 y 27 del C�digo Civil del Estado.- Mar. 3 de 1998. Sec. V. DECRETO N�MERO 17524.-Se reforma el Art�culo 663.- Ago.15 de 1998. Sec. V. DECRETO N�MERO 18254.- Se reforman los Art�culos 2042, 2043 y 2044 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Mar. 23 de 2000. Sec. V. DECRETO N�MERO 18264.- Reforma los Art�culos 1006 fracciones XII, XIII y �ltimo p�rrafo; 1007 �ltimo p�rrafo; 1008 �ltimo p�rrafo; 1009 frac. IV y 1010; se adicionan los Art�culos 1010 bis; 1011 con un segundo y un �ltimo p�rrafo; 1013 bis y 1029 bis, todos del C�digo Civil del Estado.- Abr. 20 de 2000. FE DE ERRATAS AL DECRETO 18264.-Dic.16 de 2000. DECRETO N�MERO 18439.-Se reforma el Art�culo 2993.- Sep. 19 de 2000. Sec. II. DECRETO N�MERO 18440.- Se reforma la fracci�n IX del Art�culo 404.- Sep.19 de 2000. Sec. II. DECRETO N�MERO 18504.- Se reforman los Art�culos 1, 27, 28, 389, 407, 415, 468, 574, 580 y 654.- Sep. 23 de 2000. Sec. II. DECRETO N�MERO 18529.- Adiciona los arts. 267 bis y la frac. X al art. 268 al C�digo Civil; la frac. VIII al art.82 de la Ley del Registro Civil; y se reforma la frac. XIV del Art�culo 18 del C�digo de Asistencia Social, recorri�ndose en su orden para quedar como fracci�n XV.- Oct. 5 de 2000. Sec. VII. DECRETO N�MERO 18661.- Reforma el Art�culo 778.- Dic. 14 de 2000. Sec. III. DECRETO N�MERO 18914.- Se reforma el inciso b) fracci�n I del Art�culo 2041.- Mar. 13 de 2001. Sec. IX. DECRETO N�MERO 18954.- Se adicionan los Art�culos 1703 segundo p�rrafo y 2581 Bis, y reforma el Art�culo 2557 del C�digo Civil.- Mar. 13 de 2001. Sec. XIV. DECRETO N�MERO 19238.- Se reforman los Art�culos 193, 2743, 2802, 2903 y 2957 fracciones I, II y V y deroga el Art�culo 2753, todos del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Nov. 13 de 2001. DECRETO N�MERO 19421.- Reforma el art. 40.- Ene.15 de 2002. Sec. II. DECRETO N�MERO 19425.- Reforma la frac. II del Art�culo 2557 y el art. 2581 Bis.- Dic. 29 de 2001. Sec. VII. DECRETO N�MERO 19432.- Reforma el art. 774.- Dic. 29 de 2001. Sec. VII. DECRETO N�MERO 19486.- Se deroga el Cap�tulo IV del T�tulo Sexto que comprende los arts. 520 al 554 y crea el Cap�tulo IV del T�tulo Sexto del C�digo Civil denominado �De la Adopci�n�; y se reforman los Art�culos 161, 1027, 1028, 1029 y 1031 del C�digo de Procedimientos Civiles, ambos ordenamientos del Estado de Jalisco.- Jun. 22 de 2002. Sec. IV. DECRETO N�MERO 20089.- Se derogan los Art�culos 1405 y 1431del C�digo Civil.- Sep. 11 de 2003. Sec. II. DECRETO N�MERO 20395.- Reforma los Art�culos 173 y 192.- Dic. 30 de 2003. Sec. XVIII. DECRETO N�MERO 20398.- Reforma el articulo 2675.- Dic. 30 de 2003. Sec. XVIII. DECRETO N�MERO 20421.- Se adiciona el art. 2143 bis y se reforman los Art�culos 1792, 1995, 2005, 2033, 2035, 2041, 2052, 2143 y 2144.- Dic. 30 de 2003. Sec. XXIII. FE DE ERRATAS AL DECRETO 20421.-Ago.26 de 2004. Sec. II. DECRETO N�MERO 20445.-Reforma el Art�culo 639.- Feb. 10 de 2004. Sec. II. DECRETO N�MERO 20575.- Se adiciona un Cap�tulo III denominado �De la Informaci�n Privada� recorriendo los dem�s cap�tulos en su orden, Del T�tulo �De las personas f�sicas�, del Libro Segundo y los Art�culos del 40 Bis 1 al 40 Bis 39, del C�digo Civil para el Estado de Jalisco.- Sep. 18 de 2004. Sec. II. DECRETO N�MERO 20579.- Se reforman los Art�culos 31, 39, 1005, 1995, 1005, 2634 y 3001 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Sep. 18 de 2004. Sec. III. DECRETO N�MERO 20618.- Reforma el art. 18 del C�digo de Asistencia Social y reforma los Art�culos 259 y 572 del C�digo Civil del Estado.- Oct. 21 de 2004. Sec. II. DECRETO N�MERO 20909.-Reforma el art. 2971.- May. 26 de 2005. Sec. II. DECRETO N�MERO 21389.- Se reforman los Art�culos 69, 70 y 2846 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Ago. 15 de 2006. Sec. II. DECRETO N�MERO 21397.- Se reforma el Art�culo 40 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.-Ago.26 de 2006. Sec. V. FE DE ERRATAS AL DECRETO 21397.-Sep.28 de 2006. DECRETO N�MERO 21420/LVII/06.-Reforma el Art�culo 2882 del C�digo Civil y adiciona el Art�culo 817 del C�digo de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco.-Ago.26 de 2006. Sec. V. DECRETO N�MERO 21421/LVII/06.- Reforma los Art�culos 415, 448, 454, 558 y 775; y deroga el Art�culo 455 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.-Ago.22 de 2006. Sec. II. DECRETO N�MERO 21432/LVII/06.- Se reforman los Art�culos 1261 y 1308 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.-Sep.14 de 2006. Sec. II. DECRETO N�MERO 21673/LVII/06.- Se reforman los Art�culos 446, 535 y 598 del C�digo Civil; reforma los Art�culos 19 y 230 del C�digo Penal; reforma los Art�culos 4 y 5 del C�digo de Asistencia Social; reforma los Art�culos 10 y 11 de la Ley de los Derechos de las Ni�as, los Ni�os y Adolescentes del Estado de Jalisco; y adiciona dos �ltimos p�rrafos al Art�culo 93 del C�digo de Procedimientos Penales, todos estos ordenamientos del Estado de Jalisco (abandono de personas).-Dic.28 de 2006. Sec. IV. DECRETO N�MERO 21689/LVII/06.-Se adiciona el art. 405 bis al C�digo Civil; adiciona el art. 98 bis y modifica los Art�culos 99, 100 y 121 de la Ley del Registro Civil, ambos ordenamientos del Estado de Jalisco.-Ene. 2 de 2007. Sec. II. DECRETO N�MERO 21700/LVII/06.-Reforma los Art�culos 146, 491, 648 y 1893; adiciona el art. 653 bis y se adiciona un transitorio d�cimo al decreto 15776 que contiene el C�digo Civil del Estado; se reforman los Art�culos 293 y 692 bis y se adiciona el art. 359 bis del C�digo de Procedimientos Civiles, y se adiciona el art. 259 bis del C�digo de Procedimientos Penales, ambos ordenamientos del Estado de Jalisco.-Ene.11 de 2007. Sec. IV. DECRETO N�MERO 21704/LVII/06.-Reforma el Art�culo 267 bis del C�digo Civil del Estado de Jalisco (curso prematrimonial).-Ene.13 de 2007. Sec. XIII. DECRETO N�MERO 21746/LVII/06.- Ley sobre los Derechos y el Desarrollo de los Pueblos y las Comunidades Ind�genas del Estado de Jalisco; reforma los Art�culos 14, 22, 33 y 63 de la Ley de Ejecuci�n de Penas; reforma el art. 41 frac. II del C�digo Penal; Reforma los Art�culos 6 y 93 frac. III, inciso f) del C�digo de Procedimientos Penales; reforma los Art�culos 52, 87 y 316 y adiciona el art. 68 bis del C�digo de Procedimientos Civiles; y reforma el art. 17 del C�digo Civil, todos del Estado de Jalisco.-Ene.11 de 2007. Sec. III. DECRETO N�MERO 21818/LVII/07.- Reforma los Art�culos 520, 521, 523, 531, 537, 572, 577 y 598 y adiciona el Art�culo 639 del C�digo Civil; reforma el art. 1028 del C�digo de Procedimientos Civiles; adiciona el art. 93 del C�digo de Procedimientos Penales; reforma los Art�culos 40, 49 y 68 de la Ley del Registro Civil; reforma los Art�culos 35, 37, 38, 50 y 53 del C�digo de Asistencia Social; reforma los Art�culos 11 y 12 de la Ley de los Derechos de las Ni�as, los Ni�os y Adolescentes, todos estos ordenamientos del Estado de Jalisco.-Feb.22 de 2007. Sec. X. DECRETO N�MERO 21851/LVIII/07.- Se reforman los Art�culos 90, 113, 115, 137, 207, 215, 380, 388, 394, 438, 446, 493, 510, 511, 521, 532, 535, 546, 577, 596, 621, 650, 653, 657, 670, 673, 678, 682, 728, 735, 790, 794, 828, 834, 835, 1688, 1869, 2568, 2614, 2813, 2884, 2988, 2995, 3008, 3071, 2095, 3111 y 3118, del C�digo Civil; reforma los Art�culos 44, 60, 141, 170, 171, 457, 517, 768, 769, 782, 808, 817, 821, 831, 833, 850, 857, 858, 890, 939, 940, 944, 949, 950, 957, 966, 967, 968, 970, 973, 985, 986, 989, 993, 999, 1002, 1004, 1006, 1007, 1008, 1009, 1011, 115, 1021, 1028, 1029, 1033, 1034, 1038, 1042, 1050, 1051, 1052, 1054 y 1062 del C�digo de Procedimientos Civiles; y reforma el Art�culo 56 de la Ley de Desarrollo, Protecci�n, Integraci�n Social y Econ�mica del Adulto Mayor, todas del Estado de Jalisco.-May.31 de 2007. Sec. II. DECRETO N�MERO 21917/LVIII/07.- Se derogan los cap�tulos II, III y IV del T�tulo D�cimo Quinto, as� como los Art�culos 198, 199, 200, 201, 202, los p�rrafos segundo, tercero, cuarto y quinto del art. 203 y el art. 204 del C�digo Penal y se adiciona un segundo p�rrafo al art. 1391 y los Art�culos 1394 Bis y 1394 Ter del C�digo Civil, ambos ordenamientos del Estado de Jalisco.-Oct.23 de 2007. Sec. III. DECRETO N�MERO 21945/LVIII/07.- Se reforman los Art�culos 404 y 598 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.-Nov.13 de 2007. Sec. V. DECRETO N�MERO 22186/LVIII/08.- Se reforma el p�rrafo primero y se adiciona un segundo p�rrafo al Art�culo 639 del C�digo Civil del Estado de Jalisco (Consejo de Familia).- Mar.27 de 2008. Sec. II. DECRETO N�MERO 22219/LVIII/08.- Se reforman los Art�culos 259 fracci�n IV, 267 bis, 275, 404 fracci�n II, los incisos c) y b) de la fracci�n V del Art�culo 598 y se adiciona el inciso d) a la fracci�n V del Art�culo 598 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.-May.27 de 2008. Sec. II. DECRETO N�MERO 22578/LVIII/08.- Se reforma el art. 537 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.-Feb. 5 de 2009. Sec. III. DECRETO N�MERO 22694/LVIII/09.- Se reforman los Art�culos 521, 531, 532, 537, 546, 551, 552, 554, 556, 558, 572, 598, 639, 647, 734, 774 y 775 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Oct.24 de 2009. Sec. IX. DECRETO N�MERO 23032/LVIII/09.- Modifica las fracciones XVII y XVIII y se adiciona una frac. XIX al art�culo 404 y un segundo p�rrafo al art�culo 410, ambos del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Dic.29 de 2009. Sec. IV. DECRETO N�MERO 23466/LIX/10.- Reforma el art�culo 406 del C�digo Civil y el 764 del C�digo de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco.-Ene. 8 de 2011. Sec. IV. DECRETO N�MERO 23502/LIX/11.- Reforma el art�culo 2370 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.-Mar. 3 de 2011. Sec. V. DECRETO N�MERO 23506/LIX/11.- Reforma los arts. 2144 y 2145 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Mar. 3 de 2011. Sec. VI. DECRETO N�MERO 23525/LIX/11.- Se reforma el art. 1989 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- May. 5 de 2011. Sec. II. DECRETO N�MERO 23526/LIX/11.- Se reforma el art. 639 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.-�May. 5 de 2011. Sec. II. DECRETO N�MERO 23551/LIX/11.- Reforma y adiciona los art�culos 39, 621, 648, 653-Bis, 653-Ter, 653-Qu�ter, 653 Quinquies, 653 Sexies, 761, 2243, 2377 y 2385 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Jul. 30 de 2011. Sec. VII. DECRETO N�MERO 23558/LIX/11.- Reforma el art�culo 2714 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Sep. 15 de 2011. Sec. II. DECRETO N�MERO 23566/LIX/11.- Reforma los arts. 46 y 48 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Oct. 8 de 2011. Sec. II. DECRETO N�MERO 23645/LIX/11.- Reforma el art�culo 1976 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Dic. 15 de 2011. Sec. XXXVII. DECRETO N�MERO 23933/LIX/11.- Ser adiciona el art. 405-Ter al C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Dic. 27 de 2011. Sec. V. DECRETO N�MERO 24106/LIX/12.- Reforma el art�culo 777 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Sep. 27 de 2012. Sec. V. DECRETO N�MERO 24113/LIX/12.- Reforma el art�culo 439 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Oct. 13 de 2012. Sec. II. DECRETO N�MERO 24137/LIX/12.- Se derogan los art�culos 1893 y 1894, y se adiciona el art�culo 2665-Bis, todos del C�digo Civil del Estado de Jalisco.-Oct. 16 de 2012. Sec. III. DECRETO N�MERO 24392/LX/13.- Reforma el art. 1390 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Ene. 26 de 2013. Sec. V. DECRETO N�MERO 24432/LX/13.- Reforma el art. 439 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Jul. 27 de 2013. Sec. V. DECRETO N�MERO 24442/LX/13.- Reforma el art. 572 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Ago. 3 de 2013. Sec. III. DECRETO N�MERO 24444/LX/13.- Reforma el art. 784 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Jul. 25 de 2013. Sec. II. DECRETO N�MERO 24462/LX/13.- Se adiciona una frac. VI al art. 406 y un art. 417-Bis al C�digo Civil del Estado de Jalisco.-Oct. 8 de 2013. Sec. III. DECRETO N�MERO 24800/LX/13.- Se reforma el art�culo 1308 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Dic. 26 de 2013. Sec. III. DECRETO N�MERO 24812/LX/14.- Se reforma el art. 1653 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Feb. 8 de 2014. Sec. VI. DECRETO N�MERO 24835/LX/14.- Se reforma el art�culo 598 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Abr. 1 de 2014 secc. II. DECRETO N�MERO 24925/LX/14.- Se reforma el art�culo 434 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Ago. 7 de 2014 sec. V. DECRETO N�MERO 24963/LX/14.- Se reforma el art�culo 2547 y se adiciona al T�tulo Decimoquinto un Cap�tulo III BIS denominado �De la Hipoteca Pensionaria�, as� como los art�culos 2570 Bis, 2570 Bis 1, 2570 Bis 2, 2570 Bis 3, 2570 Bis 4 y 2570 Bis 5 al C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Oct. 9 de 2014. sec. II DECRETO N�MERO 24955/LX/14.- Se derogan el Cap�tulo III De la Informaci�n privada y los art�culos 40 bis 1, 40 bis 2, 40 bis 3, 40 bis 4, 40 bis 5, 40 bis 6, 40 bis 7, 40 bis 8, 40 bis 9, 40 bis 10, 40 bis 11, 40 bis 12, 40 bis 13, 40 bis 14, 40 bis 15, 40 bis 16, 40 bis 17, 40 bis 18, 40 bis 19, 40 bis 20, 40 bis 21, 40 bis 22, 40 bis 23, 40 bis 24, 40 bis 25, 40 bis 26, 40 bis 27, 40 bis 28, 40 bis 29, 40 bis 30, 40 bis 31, 40 bis 32, 40 bis 33, 40 bis 34, 40 bis 35, 40 bis 36, 40 bis 37, 40 bis 38 y 40 bis 39 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Oct. 30 de 2014. sec. IV. DECRETO N�MERO 24994/LX/14.- Se reforman los art�culos 406, 414, 415, 416, 539, 555, 556, 557, 558, 559, 560, 561, 562, 563, 564, 565, 566, 567, 568, 569, 570, 571, 572, 573, 574, 575, 576, 577, 578, 586, 598 y 599 y se adiciona el art�culo 414 bis del C�digo Civil del Estado de Jalisco y se reforman y adicionan diversas disposiciones del C�digo de Procedimientos Civiles de la Ley de los Derechos de los Ni�os, Ni�as y Adolescentes y la Ley Org�nica de la Procuradur�a Social.- Nov. 25 de 2014 sec. V. DECRETO N�MERO 24995/LX/14.- Se reforman los art�culos 21, 22, 23, 48, 49, 50, 51, 52, 54, 55, 75, 238, 268, 392, 603, 604, 605, 608, 612, 613, 617, 618, 619, 620, 621, 625, 627, 629, 641, 644, 645, 646, 647, 654, 655, 656, 667, 668, 670, 673, 675, 678, 685, 686, 692, 693, 693 BIS, 695, 696, 697,698, 699, 702, 705, 707, 708, 710, 713, 714, 715, 716, 717, 719, 720, 721, 722, 723, 724, 725, 728, 729, 731, 738, 741, 742, 744, 745, 750, 751, 753, 754, 759, 760, 761, 769, 770, 771, 894, 1399, 1400, 1435, 1436, 1745, 2235, 2567, 2597, 2635, 2984 y 2995.- Nov. 29 de 2014 sec. LI. FE DE ERRATAS AL DECRETO 24995.- Abr. 21 de 2015 sec. VI DECRETO N�MERO 25024/LX/14.- Se reforma el art�culo 580 del C�digo Civil.- Dic. 20 de 2014 sec. III DECRETO N�MERO 25145/LX/14.- Reforma el art�culo 2677 fracci�n I del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Dic, 18 de 2014 sec. LVII. DECRETO N�MERO 25314/LX/15.- Se reforma el art�culo 260, y se derogan los art�culos 56, 261, 262, 263, 264, 265, 266 y 267 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Abr. 4 de 2015 sec. II DECRETO N�MERO 25319/LX/15.- Se modifica la redacci�n del T�tulo Segundo del Libro Segundo para quedar como �De los Ausentes y desaparecidos, e Ignorados, y se reforman los art�culos 91, 95, 99, 110, 111, 113, 116, 117, 118, 119, 133, 136, 146 y 147 y se derogan los art�culos 107,108 y 109 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Abr. 25 de 2015 sec. III. DECRETO N�METO 25455/LX/15.-Se reforman los art�culos, 49, 268, 274, 277, 327, 352, 368, 380, 386, 438, 446, 469, 493, 510, 511, 521, 523, 531, 532, 535, 537, 546, 555, 557, 562, 564, 567, 568, 572, 577, 582, 595, 596, 603, 604, 605, 607, 608, 609, 611, 613, 617, 618, 621, 622, 626, 628, 632, 633, 635, 636, 637, 639, 644, 646, 648, 652, 657, 670, 676, 678, 682, 683, 684, 689, 690, 692, 693, 700, 702, 704, 706, 709, 711, 712, 715, 717, 725, 728, 729, 730, 735, 742, 743, 746, 754, 769, 774, 775, 776, 790, 1688, 2568, 2614, 2944, 2988, 2995, 3071, 3095, 3111, 3118; se derogan los art�culos 270, 281, 286, 382, 383, 385, 387, 547, 606, 649, 650, 651, 653, 731, 732; se modifica la denominaci�n del T�tulo S�ptimo �De la Ni�ez� para quedar como �De Ni�as, Ni�os y Adolescentes�, y su cap�tulo I �De los Ni�os, Ni�as y Adolescentes� para quedar como �Disposiciones Generales�; se modifica la denominaci�n del T�tulo Noveno �De la tutela�, para quedar como �De la Tutela y la Representaci�n�, el cap�tulo III del mismo t�tulo noveno �De la Tutela Leg�tima de los Menores� para quedar como �De la Tutela Leg�tima de Ni�as, Ni�os y Adolescentes�; se modifica la denominaci�n del T�tulo D�cimo �Del consejo de familia�, para quedar como �De la Procuradur�a de Protecci�n de Ni�as, Ni�os y Adolescentes�, todos del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Sep. 5 de 2015 sec. III. DECRETO N�MERO 25791/LXI/16.- Se reforma el art�culo 2957 fracci�n II del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Feb. 16 de 2016. Sec. II. DECRETO N�MERO 25793/LXI/16.-Se reforma el art�culo 405 Bis del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Feb. 16 de 2016. Sec. II. DECRETO N�MERO 25838/LXI/16.- Se reforman los art�culos 492 y 493 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Jun. 16 de 2016 sec. IV. DECRETO N�MERO 25840/LXI/16.- Art�culo primero, se reforman los art�culos 613, 784, 1139, 1390, 1927, 1928, 1944, 1987, 2041, 2122, 2193, 2204, 2465, 2467, 2570 BIS 2, 2593 y 2626 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Oct. 11 de 2016 sec. V. AL-757-LXI-16 que aprueba la aclaraci�n de error de la minuta de decreto 25840/LXI/16. Oct. 11 de 2016 sec. VI. DECRETO N�MERO 26429/LXI/17.- Se reforma el art�culo 1574 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Sep. 19 de 2017 sec. III. DECRETO N�MERO 26593/LXI/17.- Se adiciona un p�rrafo segundo al art�culo 169 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Dic. 14 de 2017 sec. VIII. DECRETO N�MERO 26721/LXI/17.- Se reforman los art�culos 4, 5, 6, 7, 8, 31, 64 y 82, todos de la Ley de Atenci�n a V�ctimas del Estado de Jalisco y los art�culos 599 y 601 del C�digo Civil del Estado de Jalisco.- Dic. 28 de 2017 sec. X C�DIGO CIVIL DEL ESTADO DE JALISCO APROBACI�N: 8 DE FEBRERO DE 1995. PUBLICACI�N: 25 DE FEBRERO DE 1995. SEC. II. VIGENCIA: 14 DE SEPTIEMBRE DE 1995. ~ � N � � � / : P [ � � � & 1 � � r } � � @ K � � � � ) 4 � � p { � � 5 B j! �! �! 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Inscrito l a R e p ��b l i c a l a R e p r e s e n t a c i �n l a S e c r e t a r �a l a S e c r e t a r �a G e n e r a l �la Secretaria l a S e p a r a c i �n �la Sociedad�la Sociedad Conyugal�la Sociedad Legal l a S u b s e c r e t a r �a �la Suprema�la Suprema Corte l a T e s o r e r �a M u n i c i p a l l a T o r r e G u t i �r r e z �la Tutela�la Tutela Dativa l a T u t e l a L e g �t i m a �la Tutela Testamentaria �la Unidad�la V l a V �a C i v i l �la VIII �la Violencia�la Violencia Intrafamiliar �ProductID� _ I � _ 0 � _ . � _ � _ � _ * � _ 8 � _ 6 � _ � _ � _ ( � _ A � _ � _ � _ B � _ � _ A � _ � _ > � _ � _ � _ D � _ D � _ E � _ E � _ D � _ D � _ J � _ A � _ D � _ D � _ E � _ A � _ � _ M � _ E � _ � _ E � _ 7 � _ M � _ I � _ I � _ D � _ Q � _ R � _ Q � _ R � _ 3 � _ Q � _ R � _ � _ O � _ N � _ E � _ � _ M � _ 7 � _ M � _ E � _ L � _ / � _ & � _ B � _ & � _ Z � _ + � _ A � _ ' � _ 0 � _ B � _ � _ � _ 0 � _ � _ 0 � _ I � _ � _ @ � _ A � _ @ � _ ; � _ 3 � _ @ � _ � _ � _ @ � _ @ � _ 0 � _ @ � _ @ � _ � _ @ � _ @ � _ @ � _ @ � _ @ � _ @ � _ @ � _ @ � _ B � _ @ � _ � _ @ � _ � _ # � _ @ � _ # - _ � _ @ � _ @ � _ � _ � _ @ � _ @ � _ @ � _ < � _ @ � _ = � _ @ � _ @ � _ = � _ % � _ \ � _ U � _ H � _ @ � _ @ � _ Y � _ A � _ X � _ W � _ @ � _ W - _ � _ A � _ A � _ @ � _ A � _ A � _ V � _ 0 � _ U � _ @ � _ A � _ U � _ " � _ A � _ A � _ B � _ B � _ A � _ U � _ U � _ @ � _ @ � _ @ � _ B � _ @ � _ @ � _ @ � _ A � _ A � _ A � _ @ � _ A � _ @ � _ B � _ @ � _ @ � _ @ � _ @ � _ @ � _ 1 � _ Y � _ D � _ � _ A � _ D � _ A � _ � _ � _ � _ � _ A � _ B � _ A � _ A � _ E � _ E � _ D � _ D � _ � _ E � _ @ � _ D � _ D � _ D � _ D � _ E � _ S � _ D � _ @ � _ E � _ D � _ I � _ I � _ � _ [ � _ Y � _ E � _ 0 � _ E � _ E � _ D � _ D � _ D � _ D � _ 0 � _ 0 � _ 0 � _ 2 � _ Y � _ 2 � _ Y � _ � _ E - _ � _ A � _ E � _ D � _ E � _ E � _ E � _ D � _ A � _ E � _ Y � _ Y � _ Y � _ Y � _ D � _ E � _ Y � _ E � _ E � _ E � _ D � _ D � _ Y - _ � _ Y � _ Y � _ D � _ E � _ � _ � _ G � _ G � _ G � _ D � _ Y � _ Y � _ D � _ D � _ D � _ D � _ E � _ E � _ D � _ E � _ F � _ D � _ D � _ D � _ D � _ D � _ A � _ @ � _ $ � _ Y � _ D � _ D � _ Y � _ A � _ @ � _ Y � _ D � _ D � _ B � _ E � _ D � _ D � _ D � _ D � _ : � _ D � _ D � _ : � _ D � _ � _ A � _ D � _ � _ ! � _ � _ I - _ � _ � _ � _ @ � _ � _ � _ @ � _ A � _ A � _ @ � _ A � _ A � _ @ � _ @ � _ A � _ A � _ @ � _ D � _ D � _ 0 � _ E � _ 0 � _ 0 � _ D � _ T � _ I � _ K � _ I � _ I � _ 0 � _ J � _ I � _ P � _ I � _ P � _ J � _ P � _ I � _ J � _ I � _ 0 � _ � _ - � _ � _ J � _ � _ 0 � _ D � _ @ � _ � _ � _ � _ , � _ � _ @ � _ � _ � _ @ � _ � _ ] � _ 0 � _ ? 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A r i a l U n i c o d e M S 7.� � � @ � C a l i b r i O1� C o u r i e r C o u r i e r N e w 7 � � � @ � C a m b r i a ?=� �* �Cx � � C o u r i e r N e w 5.� �. �[` �) � T a h o m a = � � A n g s a n a U P C W � A v e n i r N e x t A v e n i r N e x t A � � �$ B � C a m b r i a M a t h " �)�� � ��A��[a����f" �c o$ I� �c o$ I� !)�� ��� � � 4 d 6� 6� 2�q)����� X �$P ���������������������S 8 2 ! x x � �� " C � d i g o C i v i l d e l E s t a d o d e J a l i s c o � L a L e y d a r � t r a t o i g u a l a l a s p e r s o n a s e n s u s d e r e c h o s y o b l i g a c i o n e s . S e t o m a r � e n c u e n t a l a i n c a p a c i d a d , s e n e c t u d , c u l t u r a y c o n d i c i � n s o c i a l d e p e r s o n a s y s e p r o c u r a r � e q u i d a d e n t r e l a s p a r t e s . E n c o n f l i c t o d e d e r e c h o s , a f a l t a d e l e y , l a c o n t r o v e r s i a ' P o d e r L e g i s l a t i v o d e l E s t a d o d e J a l i s c o < ! " # $ % & ' ( ) * + , - . / 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 : ; < = > ? @ A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z [ \ ] ^ _ ` a b c d e f g h i j k l m n o p q r s t u v w x y z { | } ~ � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � �� ��Oh�� +'��0 � � � � � � � � 8 D d p | � � � � � � $ C�digo Civil del Estado de Jalisco La Ley dar� trato igual a las personas en sus derechos y obligaciones. Se tomar� en cuenta la incapacidad, senectud, cultura y condici�n social de personas y se procurar� equidad entre las partes. En conflicto de derechos, a falta de ley, la controversia Normal ( Poder Legislativo del Estado de Jalisco 34 Microsoft Office Word @ ��(% @ p���W�@ ��ĶZ�@ ���� I �c o$ �� ��՜.�� +,��0 ( h p � � � � � � � � � � Poder Legislativo del Estado � 6� # C�digo Civil del Estado de Jalisco T�tulo ! " # $ % & ' ( ) * + , - . / 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 : ; < = > ? @ A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z [ \ ] ^ _ ` a b c d e f g h i j k l m n o p q r s t u v w x y z { | } ~ � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � ! 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